Capitulo 27
-No puedo creer que también lo estés cortejando.
-Bueno, él acepto.
-No me refiero a eso Fushiguro, que le vez al tonto de nuestro capitán?-susurro Nobara- es un angel si y pelea que da miedo... pero lo vez como potencial pareja?
-Claro que si, entiendes lo difícil que es encontrar a alguien cómo él en el mar?
-Bueno... lo entiendo, pero no le veo instintos de omega sabes?
-Lo has visto en esa fase?
-Y tu si?
-Mas o menos...
-Ah...- dio un pequeño grito de derrota- es muy despistado, y la verdad no me lo quiero imaginar en su calor, pero ustedes dos malditos alphas cayeron totalmente por él.
-La verdad me sorprende más de Satoru que de mi.
-Por favor, eres el alpha misterioso y sin parejas... claro que también eres codiciado.
-No me refiero a lo físico o a la primera impresión- frunció el ceño.- mi capitán... no era un hombre de solo una pareja
-Ahora esta tatuado, será difícil ignorar ese hecho
-El tatuaje es mucho más íntimo. Para un omega, tener la marca del alpha es lo que quieren presumir para que sepan que están vinculados, para los alphas antepasados... el tatuaje tenía el mismo significado, como con los lobos, ese tatuaje significaba que escogían a una única pareja, serán fieles hasta la muerte.
-Eso... suena demasiado profundo...
-Lo es, por eso es tan... frustrante que lo hiciera, él de verdad escogió a Itadori como pareja
-Espero tu no hagas esa locura.
-No... no podría- suspiro- se que no tengo una posibilidad.
-Uy, eso es duro para que lo digas tu mismo
-No malinterpretes, no me rendiré, pero no puedo llevarlo tan personal.
-Ustedes dos no deberían estar tomando en serio esta pelea?- se acerco Aoi hacia los chicos que observaban la pelea desde el mástil de su barco.
-No- contesto despreocupada la castaña- mira a esos dos locos... tienen todo bajo control.
Y era cierto, la batalla contra la primera maldición que buscaban, empezó hace algún tiempo y aunque todos estaban tensos ante el enemigo, poco a poco esa batalla se quedo con pocos participantes, dejando en evidencia que la fuerza bruta era de ambos capitanes.
Estaban bañados en sangre, con las pupilas dilatadas y los colmillos enfundados, las espadas chocaban con estruendos y los cañones de los barcos los acompañaban, era como ver a dos amantes danzando en el infierno.
Estaban en un frenesí tan loco que varios de sus mismas tripulaciones se mantenían al margen, esos chicos estaban a otro nivel y lo sabían, por algo los respetaban.
Cuando un fuerte gruñido resonó mas fuerte que todo el bullicio de la batalla, todo quedo en silenció. La atención de los tres chicos que se mantenían en la platica amena, temblaron ante el poder que conllevaba ese sonido y buscaron para saber de donde provenía.
En uno de los barcos centrales de sus enemigos, sobre la cubierta, solo estaba Satoru y en el suelo estaba un chico de cabellos largos grisáceos, cicatrices en el rostro y apuntando su espada directo al pecho del capitán.
El gruñido que habían escuchado, claramente fue para someterlo, peleaba por el dominio, algo peligroso ya que rozaba con su conciencia y su intinto. Estaban viendo a un alpha en un modo animal que era riesgoso tanto para él como para los demás...
Algo lo había alterado?
Geto se trato de acercar, necesitaba tranquilizar al alpha y siendo su mejor amigo, ya lo había visto en situaciones parecidas, así que sabia que hacer para tranquilizarlo, pero esta vez fue diferente.
No lo dejo acercarse, le mostró los dientes y un gruñido profundo resonó desde su pecho en advertencia. El chico que tenía acorralado en el suelo, ya había colapsado. Su mente estaba en un limbo mostrando estar bajo el yugo del alpha, se había rendido, pero Satoru aun no lo perdonaba de cualquier cosa que hubiera dicho o hecho.
Suguru estaba nervioso, no podía hacer nada si no lograba acercarse, pero un gemido de dolor lo distrajo. Pudo notar al otro lado al omega que hace unos minutos también estaba rozando con perderse en sus instintos, pero ahora parecía racional y de igual forma preocupado.
Noto sus intenciones y trato de detenerlo, pero Satoru aun lo tenía vigilado, no podía moverse sin alterarlo.
Yuuji en cambió, sentía la atracción hacia el albino. Su instinto le obligaba ir a su lado y consolarlo... cumplir el papel de omega... gruño ante el pensamiento, pero se sentía mal, asqueroso, como si ignorar sus deseos se volviera bizarro.
Mordió sus labios y soltó otro gemido. No soportaba no estar junto al alpha, se sentía abrumado y su conciencia empezó a caer. Se dejo llevar por su omega, algo que había tratado de olvidar, justo ahora lo controlaba
Su mirada hizo contacto con la azulina y dio un paso seguro dentro de lo que el alpha estaba marcando como su territorio, su espacio. Al verse aceptado ronroneó involuntariamente, pero sonrió satisfecho de su progreso.
Satoru en cuanto el omega estuvo a pocos pasos de él, olvido a los demás y su atención total estaba sobre el pelirosado. Estaba quieto esperando las acciones del omega, necesitaba saber lo que pensaba, le urgía escucharlo
-Omega~ -soltó con una voz ronca- te protegí...
-Si alpha... estoy.. estoy a salvo.-Yuuji entendió enseguida que fue lo que provoco el enojo.
-Ven aquí- ordenó sin llegar a ser dominante, parecía más un deseo, él cual no fue negado
Itadori se acerco y se dejo envolver el los brazos del más alto. Se dejo cargar para estar a la altura del albino y el mismo se aferro al cuerpo que le protegía. Se sentía como si estuviera en una bruma de satisfacción, notaba como el alpha lo estaba marcando con su aroma y no le importo, noto el ronroneo y dejo caer su cabeza sobre su hombro para lograr tener más cercano el sonido, también sintió la cercanía de la nariz de Satoru sobre su cuello y tampoco le intereso, él se sentía bien.
-Lo hiciste bien omega... peleaste increíble y protegiste a la manada- Yuuji sonrió complacido al ser reconocido.
-Tu también alpha, me protegiste... no llego a hacerme daño.
-Lo se cariño, siento asustarte.
-Terminamos?
-Si... ganamos.
-Quiero descansar- empezaba a dormitar a causa de las feromonas- puedo?
-Si... yo estaré cuidándote.
Ya no hubo respuesta, Yuuji cayó dormido en sus brazos. Aunque estaban cubiertos de sudor y sangre, la bruma de sentirse protegido le pudo y dejo que el alpha se hiciera cargo como prometió.
Muchos ahí estaban sorprendidos, pero como no estarlo, hace tiempo no veían una pareja tan abrumadora, esos dos estaban en la supremacía de sus especies y nadie lo admitiría, pero daban miedo.
Si concretaban su unión, conquistarian los mares como nunca antes nadie lo ha visto.
Geto seguía sin moverse, pero cuando sus miradas hicieron contacto por instinto bajo la cabeza.
-Asegurate de encarcelarlo y amarrarlo, tengo preguntas que hacerle.- ordenó Gojou, refiriendose al chico de cabellos largos y empezando a moverse a su camarote.
-Lo que digas... pero el omega, será mejor que lo lleve a su tripulación porque...
-Es mio- rugio y esta vez no solo fue Geto, todo aquel por el que pasaba, agachaba la cabeza y enseñaba el cuello en forma de sumisión.
Fue una noche difícil de olvidar, como alpha y omega se dieron a conocer como los lobos del mar... tan imponentes que todos lo sabían.
Nadie podría vencerlos juntos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro