Narrador

Levantando su vestido, bajo las escaleras con cuidado y camino hacia el con cierta vergüenza.

–Lysander...–Sonrió 

–Te ves hermosa.–La alago con una sonrisa

–T-tu...también te ves bien.–Bajo un poco la mirada

Con gesto teatral, este hizo una reverencia y extendió su brazo.

 –¿Me haría el gran honor de acompañarme al baile, bella dama?–Sonrió y ella rio ligeramente tomando su brazo y asintiendo con lentitud.

Mientras caminaban por los desolados y fríos pasillos para salir de las mazmorras y dirigirse al Gran Comedor para el baile, Elizabeth no pudo evitar andar con la cabeza ligeramente agachada.

–¿Te pasa algo?–Pregunto preocupado

–¿Por qué...por qué vienes conmigo?–Cuestiono deteniéndose abruptamente

–Creo que no comprendo.

–¿Por que quieres ir conmigo al baile? ¿Y tu pareja?

Lysander se acerco con paso seguro hasta ella y tomo el rostro de la platinada entre sus manos, haciendo que lo mirara fijamente a los ojos. Él no pudo evitar perderse en aquellos bellos ojos heterocromos que tanto le habían gustado desde la primera vez que la conoció.

–Yo no quería ir al baile con nadie que no fueras tu.–Coloco un mechón de su cabello detrás de la oreja.– Para mí...siempre has sido tú.–Miro sus labios.– Solo tú...

Elizabeth lo miro sonrojada.

Todos se lo habían dicho y ella jamás lo había querido creer.

Lysander Scamander, el chico dulce que siempre estaba ahí en sus momentos más duros...

Estaba enamorado de ella.

Él sonrió ante su mirada impactada. Sabía lo inocente que a veces podía ser su bella Elizabeth.

–Anda, hay un baile al cual asistir.–Tomo su mano y beso el dorso de esta volviendo a emprender el camino.

Ninguno hablo de nuevo y una vez frente al gran comedor, la directora Mcgonagall los esperaba con una sonrisa.

–¡Ah! ¡Qué bueno que están aquí! ¡Señorita Grindelwald, Señor Scamander! ¡Es hora de abrir el baile!–Exclamo apresurada y Elizabeth la miro sorprendida

–¿Cómo dice?

–¿No lo sabe?–Mcgonagall maldijo en voz baja– Es una tradición que en el torneo de los 6 magos, el mago o bruja con mayor puntuación sea el que abra el baile de navidad. En este caso sería usted y su pareja–Explico sonriendo con cariño al joven Scamander.

–P-pero...

–No hay problema profesora.–Afirmo Lysander con tranquilidad.

–Bien, en cuanto las puertas se abran, la música comenzara y deberán iniciar el baile en el centro de la pista, donde al segundo estribillo se les unirán los demás campeones para después. Desde ahí ya bailara quien lo desee.  Buena suerte y diviértanse–Sonrió amorosamente y se apareció en el Gran Comedor.

Ambos se colocaron uno frente al otro con la frente en alto y en cuanto las puertas se abrieron, estos ingresaron con orgullo mientras escuchaban diferentes reacciones del alumnado y la elite de la comunidad mágica que había venido de visita.

–¿Esa es Grindelwald?

–¡Qué hermosa se ve!

–Maldición, Potter es un imbécil.

–Y Scamander un gran suertudo.

–Parece una princesa

–¡Se ven tan lindos juntos!

–¿Cómo puede ir con esa bruja oscura?

–Ni es tan linda.–Mascullo Rose Weasley quien había conseguido un permiso para asistir como visitante, teniendo como acompañante a Scorpious Malfoy, quien estaba locamente enamorado de ella desde el primer día en que la conoció.

James observaba todo con el ceño fruncido y los puños apretados.

–Maldito seas, Lysander.–Pensó furioso.

Hermione Weasley observo como la heredera de los Grindelwald abría el baile y no pudo evitar recordar como en la noche de su quinto año, después del baile de Halloween, se había entregado en cuerpo y alma a su más grande y eterno amor, Draco Malfoy.

Mirando a Elizabeth, ella no podía evitar pensar en aquella bebé que abandono a su suerte.

–Así se vería nuestra hija, Draco...si tan solo supieras.–Pensó con una amarga sonrisa

A lo lejos, desde la otra punta del Gran Comedor, Draco Malfoy observaba fijamente a su bella castaña de risos alocados, el también estaba teniendo el mismo recuerdo. Su bella Hermione con ese vestido de volantes color lila y esa noche mágica entre ambos en la sala de los menesteres. Para él no había nada más difícil que sacarse de la mente aquello que no sale de su corazón.

–Hay almas gemelas que quizá nunca dormirán juntas, sin embargo siempre se soñaran.–Dijo una voz a sus espaldas

Draco volteo confundido, encontrándose cara a cara con Gellert Grindelwald.

–¿Disculpe?–Lo miro anonado

–¿Hmm? ¡Oh, nada! A veces suelo divagar.–Sonrió enigmáticamente para después tomar una copa de vino y caminar en otra dirección, dejando atrás a un pensativo Malfoy, quien no pudo dejar de pensar en aquella frase toda la noche.

Quizá si Hermione Weasley y Draco Malfoy no hubieran estado tan perdidos en sus pensamientos se hubieran dado cuenta de lo que ocurría con sus respectivas parejas.

Por otro lado, después de que terminara el baile de apertura, Lysander y Elizabeth se dirigieron donde Theodore y Alessandro, quienes sonreían emocionados.

–Santísima mierda y todos los Grindelwalds pasados.–Exclamo Theodore riendo, sorprendiendo a sus amigos.– Jamás pensé que esto pasaría, admito que me preocupe cuando apenas me entere hoy de lo que te hizo Potter pero...esto...Maldición, se lucieron.

–Lucen bien juntos.–Dijo Alessandro

–¿Gracias?–Cuestiono Elizabeth y los cuatro rieron.– ¿y sus parejas?–Miro a los lados con curiosidad

–Ehh ... yo prefiero tener pareja solo en las noches–Guiño un ojo y Elizabeth y Theodore rodaron los ojos mientras que Lysander rio ligeramente.

–Yo vine con Lily.–Dijo Theodore

–¿Lily?–Elizabeth y Alessandro fruncieron el ceño. Para nadie era un secreto que Lily amaba fielmente a Scorpious Malfoy, pero este estaba perdidamente enamorado de su prima, Rose Weasley. Así como tambien sabían perfectamente del amor que guardaba Theodore por Lily.

–¡Lizzie! ¡Te ves preciosa!–La pelirroja abrazo emocionada a su mejor amiga, quien sonrió ante la muestra de cariño.

–Gracias, se lo debo a alguien.–Se abrazo al brazo de Lysander, quien sonrió ante el acto.

Así comenzó el baile, entre risas y comentarios hasta que inicio la cena para después dar paso a horas incontables de baile.