Narrador

Los días habían pasado con demasiada lentitud para gusto de Elizabeth, quien no podía evitar sentirse perdida. No había podido conversar con Alessandro y Theodore en esos días, el primero por estar de fiesta día y noche con las francesas de Beauxbatons y el segundo por estar adelantando estudios y en citas secretas con su pareja misteriosa. Por esa misma razón, ninguno de los dos sabía lo que había ocurrido con James Sirius Potter, quien se sabía que ahora iría al baile en compañía de Chang Mei Ling, una hermosa chica de rasgos asiáticos pero con un carácter altanero y soberbio. 

James Potter ni siquiera había mostrado un mínimo de arrepentimiento ante lo que le había hecho y para su dicha, Elizabeth había sabido mostrar una actitud indiferente. 

Después estaba el tema de Lily, quien había llorado con ella ante la actitud de su hermano, porque sabía que aunque Elizabeth no lo dijera, sabía que su estúpido hermano mayor le había roto el corazón a su mejor amiga.

Suspiro mirándose al espejo, hoy era la noche del baile y no tenía ánimos de nada. No tenía pareja y una noche que creyó que sería mágica se había convertido en una noche que ella no quería ni pensar. La elite de la comunidad mágica estaría presente, ¿Qué diría su padre al verla sola? ¿Sus amigos? El mundo entero pensaría que nadie podía amar a una bruja oscura como ella.

Unos toques en la puerta la sacaron de sus cavilaciones. Al abrir la puerta de su habitación, frente a ella se encontraba la persona que hace tiempo la consoló.

–¿Puedo pasar?–Cuestiono con una sonrisa y Elizabeth se hizo a un lado.

–¿Qué haces aquí? Debes arreglarte para el baile.–Dijo ella cruzada de brazos.

Sonrió desde la cama–Igual que tú, por eso estoy aquí. Hoy vas a brillar, Elizabeth. Hoy tú serás la luz más brillante del lugar.

Elizabeth sonrió mientras recordaba.

–A veces soy tan estúpida.–Murmuro con un suspiro al terminar de recordar todo.

–Por supuesto que no lo es, mi lady.

–Tu...–Se seco las lagrimas y volvió a su rostro inexpresivo– ¿Qué haces aquí, Antoinette?–Pregunto aclarando su garganta.

–Pensé que habíamos acordado que me llamarías Toni–Sonrió sentándose a su lado.

Guardaron silencio durante un rato mientras miraban al frente contemplando la escena frente a ellas.

–Ya dime.–Ordeno Elizabeth

–Venía de una reunión con unas chicas de Ravenclaw cuando escuche lo que ocurrió con el hijo del niño que vivió.–Admitió con una sonrisa apenada y Elizabeth suspiro pesadamente bajando la cabeza.–Mi lady...

–¿Si?

–No baje la cabeza. Todo el mundo tiene belleza, pero no todo el mundo es capaz de verlo.–Ambas se miraron y Antoinette sonrió.– Usted vale demasiado. No llore por alguien como Potter que no es ni la mitad de hombre de lo que fue su padre.

Elizabeth soltó una ligera risa.–Pensé que habíamos acordado no hablarnos de usted.–Se burlo.

No hubo necesidad de más palabras en ese momento, todo había quedado claro y lo poco que habían conversado había sido suficiente. Elizabeth, quien no había podido refugiarse en Lily debido a su relación para con su hermano, se había sentido tan sola. 

Quien pensaría que Antoinette Yaxley sería un gran apoyo en los peores momentos.

–¿Y entonces? ¿Lila o rojo?–Levanto ambos vestidos con una sonrisa picara mientras movía sus caderas al son de una canción imaginaria.

Elizabeth frunció el ceño.

–Yo solo uso negro.–Afirmo molesta.

–Hoy no, querida. Hoy no–Sonrió y por alguna razón, un escalofrió recorrió la espalda de Elizabeth.

(...)

En la sala común de Gryffindor, en una de las habitaciones de varones, James Potter terminaba los últimos detalles de su túnica de gala mientras se miraba al espejo. Suspiro pesadamente, su pareja, Chang Mei Ling era bella, muy bella a decir verdad. Traía locos a la gran mayoría de los hombres en Hogwarts, pero ni toda su belleza ayudaba a su estupidez. A pesar de que su madre había sido una Ravenclaw, Chang Mei Ling era una Hufflepuff y una muy estúpida a decir verdad.

Una vez a Lorcan le había preguntado que color era una naranja.

Pero entonces, si no toleraba a la chica, ¿Por que había decidido ir con ella al baile? Ah, claro, por que había estado tan convencido de ir con Elizabeth Grindelwald que ignoro a las demás.

–Elizabeth...–Susurro con la mirada perdida.

–¿Listo, Cornamenta?–Cuestiono Fred peinándose

–Seguro–Sonrió arrogante

–¿Tendrás buena noche hoy, cierto?–Intervino George levantando las cejas con coquetería.

Los tres rieron.

(...)

–¡No voy a salir así! ¡Ni aunque me lances un imperio lo haría!–Exclamo sonrojada

–Oh, vamos. No seas tímida, te ves hermosa.–Sonrió emocionada

–P-pero...este color no...

–Ese color te queda hermoso, Lizzie. Anda, ya debo irme con mi pareja.–Añadió colocándose unos largos aretes plateados.

Antoinette vestía un elegante y sensual vestido en color rojo con brillantes, el cual poseía un largo escote en su pierna izquierda que partía desde su muslo, sin mangas de escote recto y completamente ajustado. Usaba unas zapatillas color nude, su cabello negro iba ondulado y arreglado hacia su lado derecho y un maquillaje cargado pero completamente elegante y precioso.

–Mucha suerte, Lizzie. Por cierto–Se acerco a ella, susurro algo a su oído, beso su mejilla y salió de la habitación.

Elizabeth se miró al espejo, se sentía completamente fuera de su zona de comfort.

El vestido que usaba no era nada extravagante, era de color lila con algunos brillos, tirantes delgados con escote en corte v no muy profundo, ceñido hasta la cintura y después suelto, aunque de la parte de atrás era escotado en toda la parte de la espalda. Usaba unas zapatillas no muy altas color plateado, por primera vez llevaba su cabello suelto; su maquillaje, a diferencia de Antoinette, era bastante sencillo, unas sombras rosa palo, un rubor ligero, sus labios con gloss rosa. 

Suspiro nerviosa y al salir de su habitación, descubrió que era la ultima en la sala común. Al salir de esta, se encontró cara a cara con alguien e irremediablemente sonrió avergonzada con los ojos cristalizados y la voz de Antoinette cuando le susurro resonó en su cabeza:

"A veces tienes que olvidar lo que quieres y recordar lo que mereces"