Narrador

–Me es un placer darles la bienvenida a un nuevo año en el colegio Hogwarts, ahora que hemos terminado con la ceremonia de iniciación. Ahora que hemos terminado, es un honor informarles que Hogwarts ha sido elegido como la sede de el legendario torneo de los seis magos. Dos alumnos de cada colegio serán escogidos por el cáliz de fuego para representar a su colegio, todo aquel que desee participar debe tener mas de 15 años, colocar su nombre en un papel y soltarlo dentro del cáliz el día de mañana. Ahora, sin mas que decir, recibamos a nuestras bellas damas de Beauxbatons–Dijo Mcgonagall y las puertas se abrieron dando paso a las francesas.

–Oh, me va a encantar este torneo–Comento Alessandro viendo lujuriosamente a las francesas.

Digno hijo de Blaise Zabini.

–Y ahora, recibamos a los valerosos chicos que no le temen a nada, ¡Durmstrang!

Después de su presentación, las alumnas de Beauxbatons se ubicaron en la mesa de Ravenclaw y los de Durmstrang se sentaron en la mesa de Slytherin.

–¡A comer!

–¡Enseguida!–Exclamaron Theodore y Alessandro. 

Mientras el trió oscuro cenaba, ninguno noto los tres pares de ojos que miraban fijamente a la heredera de los Grindelwald desde diferentes puntos del Gran Comedor.

(...)

–Elizabeth, estoy harto de que no concordemos en ninguna materia mas que en las optativas o en las extracurriculares. ¿Quisieras dejar de ser una sabelotodo? –Cuestiono Alessandro con el rostro decaído.

Era la mañana del día siguiente y el trió de amigos se encontraba desayunando mientras revisaban sus horarios.

– Ya no tienes materias de tronco común, ¿Qué elegiste entonces?–Inquirió Theo

–De optativas elegí Runas Antiguas, Aritmancia y Cuidado de Criaturas Mágicas. De extracurriculares elegí Estudios Antiguos. 

–¿Cuidado de Criaturas Mágicas? ¿No lo ibas a dejar? ¿y que es Estudios Antiguos?–Theodore la miro extrañado.

–Lysander estaba emocionado con la idea de que estuviéramos juntos en esa materia hasta graduarnos y Estudios Antiguos se centra en la magia antigua, como los hechizos de los antiguos egipcios.

–¿Y por que Runas? Eres la mejor en eso.–Dijo Alessandro

–Lily quería alguna materia conmigo–Se encogió de hombros y ellos asintieron.

Terminaron pronto su desayuno y cuando salieron del Gran Comedor, este apenas se estaba llenando de alumnos. Esas eran las ventajas de levantarse temprano. Una vez fuera, Lily, quien venia con James, Fred, George, Scorpious y Hugo, la saludo con entusiasmo y los tres se acercaron a saludar a la joven Potter.

–¡Lizzie!–La abrazo feliz.–Te extrañe mucho en las vacaciones, lastima que no pudimos salir a comer como en otras ocasiones.

–Lo se, lo lamento, Lily–Se disculpo– Chicos–Saludo con un asentimiento de cabeza.

Los Gryffindor notaron que Elizabeth ya no usaba ese tono frió que uso ayer y se relajaron para después cuestionarse si lo hacía porque o ya no estaba molesta o porque estaba Lily. Por otro lado, Scorpious y Hugo, ambos Slytherin y mejores amigos, se encontraban algo incomodos ante la presencia de la Grindelwald, quien siempre les manda sus mejores miradas frías. Elizabeth jamas los había ofendido o molestado, sin embargo para todo Hogwarts era bien sabido lo mucho que a ella le desagradaban Scorpious Malfoy, Hugo Weasley y Rose Weasley.

–¿Ingresaste a Runas?

–Si, justo como querías.–Sonrió

–Oye, Potter, si sigues mangoneando a Lizzie acabaras con nuestra reputación de chicos malos–Se burlo Alessandro y todos los presentes no pudieron evitar reír, pues era cierto.

Elizabeth Grindelwald no obedecía a nadie pero ante Lily Potter sucumbía hasta por su mas estúpido deseo, por lo que si ella quería que ingresara a Runas, Elizabeth ingresaría a Runas

–Veo que se divierten–Dijo una voz masculina a sus espaldas.

Todos miraron a los desconocidos. Se trataba de dos chicos con el uniforme de Dursmtrang que parecían de la edad de James, Fred y George. Ambos eran altos y muy fornidos, extremadamente guapos, pareciendo dos dioses griegos y aunque el trio de Gryffindor no tenian nada que envidiarles, era cierto que esos dos chicos se veían demasiado...inalcanzables.

–¿Se les ofrece algo?–Inquirió James cruzandose de brazos

–Lo que James quiere decir es si ¿necesitan ayuda?–Intervino Hugo con una sonrisa tensa, debido a la brusquedad de su primo.

–No tenemos nada que hacer con ustedes–Dijo uno de ellos, tenía cabello azabache y ojos grises los cuales se dirigieron a mirar a Elizabeth.–Venimos por nuestra señora.

–Es un verdadero honor y placer volver a verla, mi lady–Dijo el otro, quien tenía cabello castaño bien cortado y ojos chocolate.

–¿Su señora?–Murmuro Scorpious mirando la escena con confusión.

–¿Ahora tienes esclavos, Grindelwald?–Bromeo Fred 

Theodore, Lily y Alessandro miraron a Elizabeth quien miraba seriamente a los de Dursmtrang.

–No tengo la menor idea de quienes son ustedes.–Admitió ella con frialdad.

El chico azabache se acerco a Elizabeth, Theodore y Alessandro se tensaron, cambiando su rostro ligeramente burlón a uno molesto, colocándose protectoramente frente a ella. 

–¡Oye!–Alessandro frunció el ceño

–Retrocede.–Amenazo Theodore

Los dos chicos sonrieron arrogantes –Veo que sus guardianes toman en serio su trabajo, deben estar orgullosos.–Dijo el castaño mirando con burla a Alessandro

–¿Guardianes?–Murmuraron confundidos los hermanos Potter 

–Lárguense–Ordeno fríamente Alessandro poniéndose cara a cara con el castaño.

–Obligame.

–Oigan–Intervinieron Fred y George ya que Theodore también estaba encarando a el azabache.

–Basta de estupideces. ¿Quienes son ustedes? –Inquirió Scorpious con el ceño fruncido.

–Hmp–El azabache miro a Elizabeth y sonrió coqueto dando una reverencia–Siempre es un placer volver a verla, Lady Grindelwald.–Sonrió coqueto y en un movimiento rápido tomo su mano.

–¡Oye!–Lily lo empujo ligeramente y de pronto todos se encontraban apuntando a los dos alumnos de Durmstrang con sus varitas. Estos dos, mas una chica de Beauxbatons que apenas llegaba a la escena, también levantaron sus varitas, sin embargo el azabache tenia su varita enterrada en el cuello de la pelirroja.

Elizabeth, quien se había mantenido al margen del asunto, mirando todo intentando recordar de donde les sonaban sus rostros, saco su varita y con tranquilidad apunto al azabache.

–Atrévete a lanzar un solo hechizo o hacer algo más y te juro que no dudare en lanzarte un crucio aquí mismo–Siseo fríamente y absolutamente todos la vieron sorprendidos, menos el azabache, quien sonrió emocionado con un brillo de locura en sus ojos, lo que hizo que Elizabeth bajara la varita.–Un momento...¿Lestrange?

–¿Lestrange?–Cuestionaron Theodore y Alessandro sorprendidos.

–Ha pasado un tiempo, mi señora. Disculpe las molestias–Dijo bajando su varita y dando nuevamente una reverencia a ella. –Mi nombre es Cygnus Lestrange, nos conocimos en la fiesta de su presentación.

–Quizá tampoco me recuerde, yo soy Nikifor Krum, un placer mi Lady.

–Antoinette Yaxley, mi señora, un honor volver a verla.–Se presento la de Beauxbatons.

–Ah...ya recuerdo, todos se presentaron conmigo en mi presentación.–Suspiro– Sera mejor que se comporten, no quiero una escena así de nuevo y mucho menos quiero que se metan con los alumnos de Hogwarts. Tenemos clases, así que adiós, Lestrange, Krum, Yaxley.

–Hasta pronto, mi lady–Dijeron los tres y se fueron.

–¡¿Quienes son esos y porque te llaman mi señora?!–Pregunto James con el ceño fruncido. 

–Eso no te incumbe, no tengo que darle explicaciones a nadie. Vamos Lily, Theo, tenemos Runas.

(...)

Después de la explicación detallada que le dio Elizabeth a Lily sobre los extranjeros, ambas llegaron a su salón, donde sorprendentemente también se encontraba Rose. Las dos amigas que sentaron juntas y Theo se coloco detrás de ellas. Elizabeth observaba el regalo que le había traído Lily, una bella taza de porcelana con detalles en flores de cerezo, su flor favorita.

La puerta se abrio y por ella ingreso la directora Mcgonagall.

–Buen día a todos, ayer no se los informe por el ingreso de nuestros visitantes, sin embargo hoy tengo el honor de presentarles a la nueva profesora, temporalmente, de Runas Antiguas.–Anuncio feliz señalando la puerta.

–Un placer–Dijo la profesora y todos jaderon con sorpresa y asombroso.–Soy Hermione Granger.

Elizabeth rompio su taza con una mano. 

Maldita sea su suerte.