Narrador

Bella, elegante, sofisticada y educada. Nacida al inicio de la primavera al igual que los narciso; Dotada con una gran belleza, con su largo cabello rubio y sedoso, ojos azules como el zafiro y una piel muy pálida como la leche. Narcisa "Cissy" Malfoy, antes Black, es la menor de sus hermanas Andromeda y Bellatrix, hija de los difuntos Cygnus y Druella Black. Siendo descendiente de la noble y ancestral casa de los Black, Narcisa fue enseñada a ser una purista arrogante, sin embargo, sus pensamientos eran muy diferentes.

¿Que importaba la sangre que tuvieras si eras poderoso? ¿Por que presumir de su dinero cuando ayudar le traerá mas dicha? Ese tipo de cuestionamientos son los que tuvo que reprimir en su interior, obligándose a que jamas salieran a las luz. 

Desde su tercer año en Hogwarts fue comprometida con el heredero de los Malfoy, Lucius, con quien se caso un mes después de terminar sus estudios. Narcisa era la esposa perfecta, debía serlo. 

Servicial, educada, refinada, respetuosa, obediente, cumpliendo sus obligaciones, complaciendo a sus suegros y esposo. Equilibrada y sobre todo, callada. Pues a nadie le interesa las opiniones de una mujer.

Callada, sumisa...

Durante 32 años fue la esposa perfecta, la mujer sumisa que todos deseaban.

Pero ya no mas.

–¡El mejor de tu generación! ¡No cabe duda de que eres un Malfoy! ¡Venciste a la mestiza de Weasley!–Exclamo Lucius levantando la copa con orgullo.

–Ese es mi niño–Alago Astoria

–Padre, te he dicho que no te refieras de esa manera.–Dijo Draco con el ceño fruncido.

Era una costumbre desde que Draco era un niño, que cada regreso a casa se hiciera una cena celebrando el regreso del heredero Malfoy, actualmente es Scorpious.

–Gracias mamá, abuelo–Sonrió el menor. –Padre tiene razón, ella tambien es muy inteligente. 

Scorpious Hyperion Malfoy, hijo de su amado Draco y Astoria. Su nieto no era nada de lo que ella hubiera soñado alguna vez. No era un mal niño, claro que no, de hecho era alguien bastante amable, cariñoso, blando.

Amaba a su nieto, por supuesto que sí, sin embargo, no sentía una conexión especial con el, de hecho, nunca habían cruzado mas de dos palabras. Por eso no le dolía la decisión que había tomado hace unos días.

Durante 32 años había sido lo que todos querían que fuera, pero ahora, con lo que había descubierto hace unos meses, nunca mas lo sería. Ella podía aguantar a la enorme fila de amantes de su marido, sus desplantes, reproches, incluso los golpes. Así la habían educado y se vio obligada a seguir ya que creyó que jamas tendría cupo en ningún otro lugar del mundo.

Gracias a Merlín, eso no era así.

–¿Qué es esto?–Cuestiono Lucius abriendo el sobre que le había entregado una lechuza para después abrir los ojos grandes ante la sorpresa de lo que leía.

–Nuestros papeles de divorcio, espero nunca tener que volver a verte. Púdrete, Malfoy, espero la sífilis te alcance–Sonrió Narcisa levantándose de la mesa y desapareciendo, dejando a toda su familia estupefacta.

(...)

En la mansión Grindelwald, Elizabeth se encontraba en compañía de su Bellatrix y Gellert, quienes le mostraban lo que aprendería ese verano cuando de pronto, Tickie y Trixie aparecieron con Narcisa Malfoy.

–¿Cissy? ¿Que haces tu aquí?–Cuestiono Bellatrix levantando la varita, recordando como su hermandad había terminado cuando la familia Malfoy continuo siendo seguidora de Lord Voldemort.

–He terminado con Lucius y quiero ver a mi nieta.–Afirmo mirando con ojos brillosos a la pequeña frente a ella.

(...)

–Supongo que querrás ir este verano con tu amiga Elizabeth, ¿No es así, cariño? Esta bien, lo estuvimos analizando tu madre y yo y te daremos permiso siempre y cuando nos envies una carta diaria.–Informo Harry la mañana siguiente al regreso de sus hijos en compañia de Rose, quien estaban de visita.

–No me invito–Dijo Lily ganandose una mirada sorprendida de su hermano mayor y sus padres.

–Al parecer esa estupida no te quiere tanto–Se burlo Rose con sorna

–¡Rose Weasley! ¡Recuerda que ella te salvo la vida! ¡Se mas respetuoso y agradecido!–Ordeno Ginny con firmeza 

–Es verdad, no quiero escucharte hablar así de nuevo.–Coopero Harry con el ceño fruncido.

–Si tios–Murmuro molesta

–No es eso. Lizzie me dijo que su casa era lo suficientemente oscura como para que alguien tan blanca como yo saliera corriendo al dar el primer paso. Hemos quedado de salir a algún lado a pasear, eso sí–Informo y sus padres asintieron sonrientes

A pesar de que los Potter confiaban ciegamente en Albus Dumbledore, debían admitir que quien  los había salvado de la muerte mas veces de las que quisieran admitir era Gellert Grindelwald, por lo que si la hija de este adoraba a su pequeña Lily, ellos no se opondrían a su hermosa amistad.

(...)

–Entonces, ¿Tu me enviaste esa cajita musical?–Pregunto Elizabeth y Narcisa asintió con una sonrisa–Ya veo, gracias.–Sonrió ligeramente

Después de la sorprendente y abrupta llegada de Narcisa Black, antes Malfoy, a la mansión Grindelwald, esta fue sometida a un severo interrogatorio de parte de Lord Grindelwald, quien después de unas horas borro la marca tenebrosa del brazo de Narcisa y coloco la marca de las reliquias de la muerte, nombrándola una mas de sus seguidoras.

Al parecer Narcisa había descubierto un viejo tapiz con el árbol familiar Malfoy en una de las habitaciones mas recónditas de la mansión, en dicho árbol se encontró con la sorpresa de ver un nombre sumamente famoso en el mundo mágico, colocado justo debajo de su hijo, decía:

Hydra Elizabeth Grindelwald.

Basto de unas cuantas ordenes a su ex elfo Dobby, quien aun le era fiel y la visitaba, para encargarle la misión de descubrir todo acerca de la heredera Grindelwald, descubriendo que efectivamente era su nieta, hija de su hijo Draco y Hermione Weasley.

Elizabeth era lo que Narcisa siempre había querido en una hija o en este caso nieta. Fuerte, inteligente, decidida, amable sin parecer blanda, inteligente, astuta y firme. Una perfecta Slytherin, pero por sobre todo, una perfecta chica que estaba decidida a sobresalir entre todos los hombres.

Así que, viendo su oportunidad de estar con la que seria su nieta favorita, Narcisa Malfoy hizo todos los tramites para su divorcio y se encargo de que este fuera efectuado incluso sin el consentimiento de su marido, así que ahora iniciaba su nueva vida como una mas de las institutrices de Elizabeth Grindelwald.