Narrador

Los días en Hogwarts habían pasado rápidamente desde las vacaciones de navidad, para Elizabeth, a quien las clases se le hacían sencillas debido a que ya tenía conocimiento previo, el final del curso se asomaba a escasos días y eso solo significaba regresar nuevamente a la comodidad de su hogar, donde sus clases con Bellatrix continuarían y por fin iniciarían las clases avanzadas con su padre.

Desde que se había convertido en una Grindelwald, su padre se había encargado de que recibiera la mejor educación en el ámbito de las artes oscuras y para eso no había nadie mejor que Bellatrix Lestrange y el mismo Gellert Grindelwald.

Su relación con los Potter y Weasley se mantenía en un territorio neutral, no se insultaban pero tampoco se hablaban, se dedicaban a ignorarse, todos hacían eso a excepción de Lily Potter y Rose Weasley. La primera por ser la mejor amiga de ella y la otra porque parecía querer dedicar su vida a humillarla, donde para su desgracia salía perdiendo ya que Elizabeth era incluso mejor que algunos de quinto grado, por lo que muchas veces sus bromas o hechizos terminaban dando a la propia autora.

Ahora, a solo escasos días del fin de su primer año en Hogwarts, la heredera de Grindelwald se encontraba recargada en un árbol, leyendo a las afueras del bosque prohibido cuando un fuerte estruendo resonó en todo el colegio. Sorprendida, cerro su libro y corrió hacia el interior del colegio cuando escucho fuertes gritos y estallidos.

Hogwarts estaba siendo atacada por magos de lisas túnicas negras y mascaras en forma de calavera color blanco. En pocas palabras, mortifagos.

–¡Everte Statum!–Exclamo Elizabeth, salvando a Lily y Rose, quienes se encontraban en el suelo abrazadas, donde antes estaban siendo amenazadas por tres mortifagos, quienes ahora estaban inconscientes en el suelo a metros de distancia de ellas. 

–¡¿Como hiciste eso?!–Preguntaron ambas pelirrojas sorprendidas.

–Luego preguntan, ahora levántense. Debo ponerlas a salvo.–Ordeno Elizabeth y en cuanto ambas chicas se incorporaron, fueron nuevamente rodeadas por 5 mortifagos.

–Vaya, vaya, la hija de la sangre sucia Granger  no es tan valiente, ni siquiera levanta su varita.–Se burlo uno mirando a una pálida y temblorosa Rose, quien se escondía detrás de las dos menores, por otro lado Lily tenía su varita levantada con una completa expresión de terror y Elizabeth se coloco frente a ambas con su varita levantada firmemente y una expresión de frialdad en el rostro.

En un susurro, Elizabeth lanzo el hechizo que llamaba a sus guardianes para después pegar mas a la pared a las chicas Potter-Weasley.

–¡Ja! La heredera de Grindelwald cree que puede con nosotros.–Se burlo otro.

–¡Miren a quien tengo!–Exclamo una mortifago apareciendo con James amarrado de pies y manos con expresión asustada al ver a su hermana y a si mismo en tremenda situación. Elizabeth miro a Alessandro y Nott quienes corrían hacía ellos y comenzó su plan.

–¡Bombarda!–Lanzo Elizabeth a tres de los mortifagos.

–¡Crucio!–Grito uno de ellos

–¡Protego!–Lanzo Theo protegiendo a las chicas.

–¡Flipendo!–Lanzo Alessandro a la mortifaga que sostenía a James.

–¡Desmaius!–Lanzo Elizabeth a sus otros dos agresores.–¡Theo, Ale! ¡Llevenselos con algún profesor! ¡Llamen a mi padre!

Ambos chicos obedecieron a la chica, huyendo rápidamente de ahí con los Potter y Weasley. Mientras tanto Elizabeth corrió en dirección contraria, encontrándose a un numeroso grupo de alumnos de las cuatro casas, quienes se escondían asustados con algunos alumnos  mayores de edad con intención de protegerlos, entre ellos estaban Teddy Lupin y Louis Weasley.

–Debemos ir al gran comedor, ahí estaremos más seguros.–Dijo Elizabeth plantándose ante ellos.

–¡Estas loca! ¡No podemos contra ellos!–Exclamo Teddy con el ceño fruncido

–Ustedes no. Yo sí.–Les dio la espaldas y levanto su varita. Un humo azul grisáceo recorrió a todos los presentes.–Siganme y que nadie se separe, no lancen ningún hechizo.–Ordeno y de inmediato todos la obedecieron. Teddy y Louis se colocaron detrás de ella.

(...)

–¡Que bueno que están bien!–Exclamo Mcgonagall al ver a los hijos del trió de oro llegar con Nott y Zabini 

–Lizzie nos salvo, directora. ¡Debemos ayudarla!–Exclamo Lily preocupada

–No, debemos quedarnos aquí, estamos mas seguros y ella estará bien. Lizzie ha recibido entrenamiento en duelo desde muy pequeña, estará bien.–Afirmo Nott y Mcgonagall no dudo ni un segundo de su palabra.

–¡¿COMO DIABLOS ESTARÁ BIEN?! ¡ES UNA NIÑA CONTRA MORTIFAGOS!–Grito frustrada y las puertas del gran comedor se abrieron abruptamente, mostrando a un enorme grupo de alumnos liderados por Elizabeth, quien pronto cerro las puertas con un encantamiento y el humo azul grisáceo se desvaneció.

–¡Maldición, Grindelwald! ¡Casate conmigo!–Exclamo Teddy con una enorme sonrisa

–¡Estuviste asombrosa! ¡Eran minimo 20 mortifagos!– Coopero Louis atrayendo la atención de todos 

–¡Theo, Alessandro! ¿Hicieron lo que les dije?–Pregunto ignorando a los demás y sus amigos asintieron.

–No deben tardar–Dijo Alessandro

–Señorita Grindelwald, su mascota...

–Esta tragando unos mortigafos en la entrada, directora.–Intervino Elizabeth con una sonrisa burlona, era una suerte que los Nundu alcanzaran su altura máxima a los tres meses,csu hermoso Abbadon debía estarse dando un enorme festín en ese momento.

La puerta de entrada volvió a abrirse abruptamente y por ella entraron diversos mortifagos cuando de pronto Gellert Grindelwald apareció frente a su hija con sus guardianes quienes comenzaron a pelear contra estos.

La ayuda al fin había llegado, estaban a salvo.

(...)

Dejar Hogwarts para regresar a su enorme, oscura y siniestra Mansión era algo que emocionaba a Elizabeth. Ella amaba la oscuridad y, aunque Hogwarts era acogedor y había tomado cierta oscuridad desde el ataque de los mortifagos, ella prefería estar en su mansión, cerca de su amado padre.

Despues del ataque donde Gellert Grindelwald venció a los mortifagos y poco después llegaron los aurores para capturar a unos cuantos, el colegió decidió culminar el ciclo escolar, al cual solo le quedaban unos cuantos días por lo que no represento mayor problema. 

Para dicha de todos, no hubo muertes y Elizabeth Grindelwald fue considerada heroina del altercado y, aunque fuera una simple niña, se gano el respeto y admiración de todos.

Excepto de una celosa Rose Weasley.