-¿Te sientes mejor?- Douxie entró a la habitación en la que reposaba un poco

-Si, parece que tú remedio fue como magia- reí incorporándome para sentarme en la cama

El no dijo nada, miró sus manos, parecía nervioso, alcé una ceja y lo invité a sentarse conmigo.

-¿Sucede algo?- pregunté

-Bueno __________... Se que nos conocemos de hace poco pero... Debo contarte muchas cosas- me miró

-Mmm, adelante, no tengo prisa, me encanta oír historias- sonreí

-Me temo que no es una historia __________, es el pasado

-¿Historias del pasado?, ¿De quién?- lo miré intrigada

-Tuyo...

-¿Eh?- rápidamente lo miré confundida -¿Para que contarme mi pasado si yo ya lo sé?, Además, ¿Tu cómo sabes de ello?- lo miré asustada -¿E-eres un ser que lee la mente?- me eché un poco para atrás

-Je, je... Tranquila, no soy nada de eso pero- del brazalete que traía en su mano izquierda salieron unas luces azules -soy algo parecido- sonrió y de las luces que salían formaron una flor que el tomó y me dió

Yo miré incrédula aceptando la flor de lucecitas, no sabía que decir...

-¿E-entonces... La magia y... Esto es verdad?- dije casi sin aliento

-Lo es, y es momento de que conozcas la verdad- me tomó de los hombros

-¿La... Verdad?- aún tenía miedo en mi mirada, tragué saliva con pesar

"Revelaciones"

-Beatrice, te extrañé mucho...- me abrazó

-Me temo que yo no soy Beatrice...- no correspondí el abrazo

-Lo eras, es lo que tengo que decirte... Hace mucho más de un milenio tu eras Beatrice, tu rostro, tu voz, incluso tu forma de ser son como ella- comenzó a picar su brazalete y salieron unas proyecciones, donde había una señorita con un lindo vestido y el cabello muy bien peinado

Me levanté de la cama para mirar mejor, la rodeé, era como mirarme en un espejo...

-No puede ser...

-Ella era Beatrice

-¿Y que sucedió con ella?- nuevamente le miré asustada

-Bueno... Creo que será mejor que no escuches esa parte de la historia- desvió el mirar

-Primero estás muy fascinado por contarme y ahora ¿no me quieres decir?- puse las manos en mi cintura y bufé

-Ugh... Bue-- - fuimos interrumpidos por la puerta de la habitación, era Tobías

-¡Douxie, te necesito!- parecía tener los dedos atrapados en un juguete de esos que detesto

-¿En serio?, ¿Ahora?- se cruzó de brazos y se levantó irritado

-¡Siento que me arrancaré los dedos!

-Estoy en medio de algo, ¿Por qué no vas y le pides ayuda a Jim?

-¡Lo he buscado por toda la casa y no lo encuentro!- fingía morir

-Bien...- se acercó y con un tirón del brazo izquierdo de Tobías lo safo de ese juguete infernal

-¡Gracias!... Oh... ¿Ya le dijiste?- me miró y luego a el

-En eso estábamos hasta que me interrumpiste- se veía un poco molesto

-¿Ya la puedo llamar doncella dragón?- se veía emocionado -suena super fabuloso

-¿Doncella dragón?- alcé una ceja sonriente

-No, no, no, __________ tu todavía no sabes sobre esa parte de tu historia y tú, ve a ver si Clara ya hizo un pastel o algo- lo empujó fuera de la habitación

-¿Entonces fui una doncella dragón?- me miré en el espejo del tocador que había frente la cama -dime, tenía cuernos o alas como esas de--

-No __________, eso no tiene... No tiene... Un final feliz- suspiró un par de veces antes de terminar la frase

-¿Uh?

XX•XX•XXX

-¿Tardarás mucho en el mercado Beatrice?- preguntó mi madre

-Tal vez llegué un poco tarde, pero procuraré no hacerlo- sonreí abriendo la puerta

-Muy bien, solo no olvides traerme las patatas y el queso- me abrazó -cuidate mucho, nos vemos al rato

-Si, hasta al rato- asentí y salí

La verdad era que vería a Hisirdoux, tenía muchas ganas de verlo, no hemos estado juntos desde el festival de las flores.

Apenas hace poco lo vi por pocos momentos en el mercado, desde entonces dijimos que saldríamos a dar un paseo a un sitio que el tenía planeado.

Nada más de pensar en el mi rostro se ruborizó y calentó, realmente me gustaba...

Sacudí un poco mi cara y seguí mi camino sin pensar tanto en el, para evitar seguir del color de una fresa.

Finalmente había llegado al centro, busqué la casa de objetos y ahí estaba el, detrás de la barra.

Apenas entré le miré con una mirada despistada y enamorada hasta que el por fin volteó y me miró, una sonrisa se hizo presente en su rostro y rápidamente salió de aquella barra para correr a abrazarme.

-¡Hola Beatrice!- sentía como sus brazos me rodeaban con la suficiente fuerza para sentirme segura

-Hola Hisirdoux- enamorada como nunca olí su fragancia, siempre olía bien...

-¿Lista para nuestro paseo?- me tomó de los hombros

-Por supuesto, he estado mucho tiempo esperando para verte- sonreí

-Muy bien, cerraré la tienda y nos iremos- en cuanto su rostro dejo de verme pareció ponerse triste... Eso me preocupó un poco

(...)

-Listo, atendí al último cliente y ya cerré la tienda, podemos irnos- llegué justo a tiempo -¿Qué hiciste por lo mientras?- miró intrigado mi canasta

-Fui a comprar unas patatas y queso para mí madre, y algunas otras cosas- tapé bien la canasta para evitar que viera

-Mmmm, muy bien, ¿Señorita?- me ofreció su brazo y yo entrelacé el mío

Mientras caminabamos le miraba su rostro de reojo de ves en cuando, algo digno de admirar, así que recargué mi cabeza en su hombro.

En cuanto entramos al bosque el rompió nuestro agarre para dirigirse a un árbol, las hojas escondían un lindo transporte con ruedas.

-¡Que lindo!- admiré el mencionado objeto

-Sube, llegaremos más rápido- hice caso y me subí en la parte de atrás tomándolo de la cintura

Recargué un momento mi cabeza en su espalda mientras avanzábamos, nuevamente su fragancia hizo presente mi torpeza.

Cuando levanté el rostro miré las hojas de los árboles color amarillo cayendo con la luz del sol como fondo, era un hermoso paisaje.

Miré hacia el frente y Hisirdoux estaba concentrado en el camino, recargué mi mentón en su hombro, el me miró de reojo con una sonrisa, yo se la devolví.

Después de pasar un puente de piedra con un bello lago debajo habíamos llegado a un lindo lugar que tenía sombra gracias a unos árboles.

—Que hermoso— admiré mis alrededores bajandome del transporte

—Aún le faltan unos detalles— se bajó de igual forma y lo dejo recargado en un árbol, luego con su magia puso unas lindas luces azules en cada árbol

—¡Ahora es mejor!— dije asombrada y encantada

—Me alegra que te guste— sonrió de lado, no parecía muy feliz

—¿Pasa algo?— alcé una ceja, preocupada

—Ehm... ¿Qué tienes en tu canasta?— sonrió señalando la mencionada canasta

—Algo que te gustará mucho— me senté en el pasto y lo invité a sentarse junto a mi

—Ya veremos— se escuchó una risa por su parte

Destapé la canasta y tenía unas uvas rojas con un poco de queso, diferente al que quería mi madre

—¿Cómo supiste que me gustaría?— me miró sonriente

—Te conozco muy bien— tomé una uva —come, te gustará— sonreí con la boca llena

—Lo se...— su sonrisa se desvaneció

Después de pasarme el bocado decidí preguntar de nuevo:

—¿Qué es lo que pasa?— lo mire preocupada de nuevo —y no pienses evadir el tema está vez

—Quería hablar contigo sobre algo Beatrice... Algo que no se cómo lo tomes— dijo cabizbajo

—Seguramente no será nada que no se pueda resolver— sonreí gentil

—Pues entonces dime... ¿Cómo se quita la inmortalidad?— me miró triste

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Les está gustando?  :^)

Shaushau!