Prologo
Prólogo: La Escapada de la Medianoche
Las paredes del Castillo Grimskull parecían susurrar viejas historias de muerte y traición, pero esa noche, solo una figura se movía silenciosamente por sus pasillos. Grim Jr., hijo del Grim Reaper, caminaba hacia una decisión que cambiaría su vida. Su mente estaba cargada, no solo con los recuerdos recientes de Halloween, sino también con el peso de lo que había sucedido con su hermana, MinnieMandy.
Minnie, en un estado agonizante, le había entregado el parásito demoníaco que alguna vez fue suyo. Aún podía ver su rostro pálido, su mirada vacía mientras le ofrecía ese ojo maldito. No podía negarse; ella no tenía otra opción. Y en ese momento, mientras sostenía ese parásito, Grim Jr. se dio cuenta de algo que lo sacudió profundamente: la hermana a la que siempre había apartado, tratándola con frialdad e indiferencia, era, en realidad, la persona que más quería. Ese sentimiento lo atormentaba desde entonces.
Tomar el parásito no solo significaba cargar con ese poder oscuro, sino también con los recuerdos de su propio tormento. En un último intento por protegerse a sí mismo y a su familia, había acudido a su abuelo Nergal. Le pidió que bloqueara sus propios recuerdos, aquellos que ahora residían en el parásito, con la esperanza de que, sin ellos, su familia no pudiera encontrarlo. No podían saber lo que había hecho o adónde se dirigía.
Antes de marcharse, dejó una nota en la habitación de Minnie:
"Minnie, lo siento. Sé que nunca fui el hermano que merecías, que siempre te aparté cuando yo era la persona mas importante para to. No puedo seguir así, no ahora. Me voy, pero volveré. Cuida del ojo, y de ti misma. Perdóname. Grim Jr."
La Nota ya listo fue dejada encima de la pequeña caja donde ahora se encontraba el ojo, justo afuera de la habitación de su hermana.
Con el corazón pesado y el alma rota, Jr. salió finalmente del castillo. El aire frío de la noche le golpeó el rostro, una pequeña muestra de la libertad que anhelaba, aunque fuera temporal. En la distancia, el imponente Grimskull lo observaba, pero él no miró atrás. No podía.
Sacó su dispositivo y envió un mensaje corto a la única persona que sabía entendería su situación: Marceline.
"Voy en camino."
No tuvo que esperar mucho. La realidad frente a él comenzó a distorsionarse, hasta que un portal oscuro se formó en el aire. Era la respuesta de Marceline. Sin dudarlo más, Grim Jr. cruzó el portal, dejando atrás su hogar y todo lo que conocía.
____________________________________________________________________
La cueva de Marceline estaba iluminada tenue-mente por la luz de las velas. La oscuridad que la envolvía le resultaba sorprendentemente reconfortante. Marceline estaba flotando frente a su sorprendentemente acogedora (y reciente) casa, su bajo descansando a un lado. Al ver a Grim Jr. emerger del portal, esbozó una pequeña sonrisa que mezclaba nostalgia y preocupación.
—Vaya, mira quién ha decidido aparecer después de tanto tiempo —dijo la vampiresa, recostándose un poco en el aire mismo, con su habitual tono despreocupado—. Aunque... pareces peor que la última vez.
Grim Jr. dejó escapar un suspiro, bajando la mirada. Había intentado prepararse para este momento, pero ahora que estaba frente a Marceline, no sabía por dónde empezar.
—Ha sido... complicado —respondió él, su voz era baja, cargada de un peso que no podía ocultar—. No sabía a dónde más ir.
Marceline se inclinó hacia adelante, su expresión suavizándose un poco más. Conocía ese tono. Lo había visto antes, años atrás, cuando Grim Jr. era solo un niño buscando nada mas que el cariño de sus padres y su aprobación.
—Hey, estás aquí ahora —dijo ella, haciendo un gesto con la mano para que se sentara en un columpio que colgaba del techo del casa, que por lo que parecía era bastante nuevo—. Y eso es lo que importa.
Grim Jr. se acercó lentamente y se dejó caer en el columpio mientras comenzaba a mecerse lentamente junto a Marceline, la cual lo observaba de reojo, tratando de medir cuán profundo era el dolor que llevaba. Después de unos momentos de silencio, Marceline habló de nuevo, esta vez con una voz más suave.
—Sabes que siempre tienes un lugar aquí, ¿verdad? No importa cuán mal estén las cosas... no tienes que enfrentarlo solo.
Grim Jr. asintió, pero no pudo evitar que su mente volviera a Minnie y a la carga que había dejado atrás.
—Lo sé. Pero... no sé si alguna vez podré regresar —admitió, su voz quebrándose ligeramente—. Todo lo que he hecho... no sé si lo que soy está bien.
Marceline lo miró directamente, sus ojos rojos brillando con una mezcla de compasión y determinación.
—Mira, todos cometemos errores, Jr. Incluso yo en especial yo. Pero eso no te define. Eres más que solo el hijo del Grim Reaper o el chico del hallowen. Y si necesitas tiempo para descubrir quién eres, bueno... tenemos todo el tiempo del mundo aquí....literalmente tienes la mayor esperanza de vida que existe - bromeo en la ultima arte intentando aligerar el ambiente mientras comenzaba a ajustar su instrumento.
Por primera vez en lo que le parecía una eternidad ( almenos para un niño), Grim Jr. sintió un pequeño alivio. El peso de su herencia aún estaba allí, pero con Marceline, tal vez podría encontrar la paz que tanto necesitaba, aunque fuera por un rato.
—Gracias, Marcy —dijo finalmente, su voz más firme.
Marceline sonrió y se puso en pie.
—Vamos, antes de que te pongas más melancólico, te mostrare la casa y te ayudare a ordenar....traes todo lo necesario, verdad?, si no podríamos ir a alguna tienda o al mercadillo a buscarte algo - comento viendo el bolso de jr.
Grim Jr. esbozó una pequeña sonrisa, la primera en mucho tiempo, y por un instante, el futuro no parecía tan sombrío.
En un lugar muy alejado de cualquier ser "ordinario" incluso inaccesible para las parcas de manera convencional, clockwork el vigilante fantasmal del tiempo vio esto con el ceño fruncido, no era lo que tenia en mente y las implicaciones podrían ser perjudiciales.
Clockwork: deberé avisarle a Grim y Mandy - dijo mientras se preparaba para ir al castillo, pero de un segundo a otro todo su cuerpo se congelo, su visiones del pasado y posibles futuros se desvanecieron y solo pudo ver el presente, mientras que enfrente de el se alzaba un gran ser vagamente similar a una oruga, quien lo miro con una expresión mesurada.
( cronologicus Rex/ All times)
All times: de hecho vigilante, creo que ya has intervenido demasiado en la historia de la pequeña parca, creo que seria prudente dejarlo disfrutar de su vida sin responsabilidades mientras pueda - hablo con una voz calmada, tranquila y casi sin emociones, aunque al pronunciar el titulo dejo claro una cosa, no era una sugerencia, era una orden.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro