Hace aproximadamente media hora llegué a mi destino. No está mal, es una casa enorme con muchas habitaciones. En la entrada me dijeron que mi habitación era la 315. Hacia allí me dirijo. 312, 313... ¡Ajá! Esta es... ¡315! Golpeo la puerta dos veces. No me contestan así que vuelvo a repetir la misma acción pero ahora cuatro veces. Cuando por fin atienden, logro ver la silueta de una chica rubia, de ojos azules claros y una esbelta figura. Se ve joven como de mi edad.

—¡Hola! Tú eres Greychell ¿verdad?

—Sí... —dije un poco nerviosa

—Mucho gusto, mi nombre es Tamara, y soy tu compañera de cuarto.

—Vaya, Tamara, el gusto es mío.

—Pasa y acomódate en la cama de este lado —dijo mientras señalaba la parte izquierda de la habitación.

—Gracias —contesté aliviada por lo amable que se había portado la chica.

—Vamos, te explicaré cómo funciona todo aquí —me dice mientras hace un ademán con los brazos hacia la puerta.

Salí de la habitación con ella, estamos recorriendo un pasillo que tiene varias puertas hasta que llegamos a un lugar muy hermoso. Tamara me explica que ed como el lugar de descanso, las zonas verdes. Puedo observar que más adelante hay unas cabañas, así que le pregunto a Tami por qué están separadas de los demás.

—Cuando sabes "controlarte" te permiten tener tu espacio. Ya sabes, tu lugar, algo privado —me responde mi nueva amiga mientras le sonríe a un chico que se encuentra sentado debajo de una árbol. Esperen, no puede ser, ese es el árbol con el cual soñé hace algunos días.

—¿Qué tienes Morgan? —dice Tami sobresaltada.

—Eh... No... Nada. Sólo pienso.

—Vaya forma de pensar...

—No puedo más, necesito ir y verificar si ese es el mismo árbol —digo para mis adentros, cuando me doy cuenta estoy al frente de un chico...

—Tyler —le grito. Se le nota un poco desconcertado—. Tú... Esta... Bas... En...

—En tus sueños —me interrumpe y termina la oración.

Mi don no estaba funcionando para nada.

—Yo...

—Tú...

—Es que es casi imposible.

—Bien dicho casi, si tu lees mentes porque yo no podría estar contigo en un sueño Greychell.

—¿Qué...? ¿Cómo sabes... De...?

—Tranquila, tu secreto está a salvo —dice aquel chico mientras me guiña un ojo.

—Morga, te estuve llamando por que no contestabas.

—Lo siento. ¿Quién es ese chico? —digo mientras señalo a Tyler.

—Ah, él es Tyler. Llegó hace algunos meses. Es muy guapo pero no se relaciona con las personas. Es de este año y ermitaño, es mejor que no te acerques a él.

—Jamás le digas a un adolescente que no haga algo de lo que ya estabas casi seguro que iba a hacer, aún sin tu consentimiento —digo entre dientes y gracias a Dios que no me escuchó.

—Vamos, te mostraré al grupo... —y baja su tono de voz—. Sabrás que somos igual que tú.

Estaba más confundida que nunca. ¿Qué estaba sucediendo en este lugar?

—Chicos, ella es Greychell Morgan, la chica nueva —dice Tamara a un grupo de chicos sentados en los arbustos.

—¡Hola! —todos gritan al unísono.

—Eh... Hola, mucho gusto.

—El gusto es nuestro Morgan. ¿Así te podemos decir?

—Sí, por supuesto.

—Mi nombre es Brenda y puedo teletrasportarme a lugares que ya he visitado.

—¿Cómo? —digo un poco confundida.

—Oh, vaya, Tamara no te ha explicado.

—No —digo ya un poco fastidiado por la situación.

Tamara interrumpe y me dice:

—No somos diferentes a ti, tu puedes leer mentes ¿cierto? Aunque no pareciera, te veo muy confundida y todos lo estamos pensando.

—Está fallando o algo así.

—Bueno el caso es que aquí todos tenemos, habilidades por decirlo así. Brenda como ya te dijo se puede teletrasportar, Chloe controla los sentidos, es decir, si quiere que alguien quede ciego durante unos segundos o más, lo puede hacer, Zac controla los estados de ánimo, Freddy puede mover algunos objetos y yo adivino cosas que pueden suceder en el futuro, en pocas palabras, veo visiones

—Espera, ¿no estamos locos? —digo algo extrañada.

—No —dice Chloe.

—¿Y todos saben de este lugar y lo que es?

—No, los dueños del lugar se las arreglan para que quede todo en secreto, suponiendo ser un lugar de apoyo.

 Mañana inician las clases...

—Morgan —dice Freddy y yo sonrío tímidamente—. Así que debes descansar. No será un día común, este lugar no es común. La verdad es que es muy extraño pero te divertirás aquí. Los raros podemos tener un poco de normalidad.

—Bienvenida, rarita, al mundo de raritos —dice Chloe y todos nos echamos a reír por su comentario.

(...)

Me he despertado temprano. Después de una larga ducha y un buen desayuno que me ha traído Tamara, estoy lista para el primer día de clases. Se puede decir que ayer fue el día más extraño que he tenido en mi vida aún así ha sido el mejor de todos. Me pregunto cómo estará mi madre...

—Morgan —me grita Tami.

—Oh, lo siento.

—Pensando, ¿cierto?

—Sí —respondo mientras río por su comentario.

—Tranquila, hoy obtendrás respuestas.

(...)

Nos dirigimos sin problemas al Instituto aunque a decir verdad todo fue muy extraño. Ya no había patio, no había zonas verdes, de igual manera no le presté atención, estaba demasiado sumida en mis pensamientos y no tenía tiempo para más preguntas sin respuestas.

Me entregaron el horario de clase. Para mi mala suerte, la primera clase era química y no estaban ninguno de mis nuevos amigos. Entré al salón y el profesor me indicó con el dedo un lugar al final del salón para que tomara asiento. Lo primero que observo es a Tyler, estaba detrás de mi puesto. Me ubiqué y pronto sentí unas manos frías en mi cuello, gire rápidamente y me percaté que era él.

—¿Qué haces? —le digo un poco molesta pues me había tomado por sorpresa.

—Lo siento —espeta un poco avergonzado.

—Tranquilo. Oye, ¿podrías explicarme que sucede aquí, por favor?

—Sí. Estamos en un sueño virtual —lo dice muy serio.

—¿Qué?

—Somos personas que no encajan en la sociedad. Así que algunos iguales a nosotros crearon un lugar especial, un mundo virtual que lastimosamente en este momento está siendo manejado por personas malas. Sin embargo, la estadía acá no está mal, todos tenemos derecho a estudiar, pero después del Instituto empiezan las pruebas.

—Pruebas.

—No te preocupes, son fáciles. Al principio las pruebas se crearon para controlar nuestras habilidades pero con el tiempo estas intenciones se han ido acabando, ahora quieren forman un ejército para derrocar la sociedad humana. No es que no seamos humanos es sólo que de tantas veces a ver sido excluidos ya no nos consideramos humanos, bueno yo sí, pero otros no.

—Vaya, esto se está poniendo demasiado extraño.

—Tranquila, nena.

—Oye... me...

—¿Qué?

—No, nada, prosigue. ¿Cómo son las pruebas?

—Son épocas, cambian el entorno a épocas de la historia humana.

—Señor McGiben y señorita Morgan, ¿algo para aportar a la clase?

—Después te explico, ¿vale? —me dice aquel chico guapo.

—Sí...

Al salir de química perdí de vista a Tyler. Estuve con mis nuevos amigos y el resto del día transcurrió normal por así decirlo, aunque encontré una nota en mi casillero que decía las siguientes palabras:

"Tú no tienes pruebas hoy, por ser nueva puedes relajarte. Recuerda, sólo por hoy, después de que acaben mis pruebas iré a buscarte para terminar de explicarte. A las 600 horas te veo.

PD: Ponte algo cómodo y sé que amas los PD. Chapada a la antigua eso me encanta, nena."