Capitulo 18
—Vamos, tienes que comer algo.—Tonks intentó que Eva saliera de la habitación que Molly le había asignado.
—¿Donde está Remus?—Murmuró.
—Volverá pronto.—Tonks insistió.
Un pequeño zorro se trepó a la cama y se recostó en las piernas de Eva;—Tendré que molestar al pequeño amigo que vino de visita.—La Greyback sonrió acariciandolo.
—Un animal que debería estar trabajando.—Tonks lo molestó haciéndolo gruñir.
—Es cierto, ¿No deberías estar en la tienda?—Eva cuestionó mirando al animal.
—Me di un par de días libres.—George regreso a su forma humana.—Es lo bueno de ser tu propio jefe.
—Bien, vamos.—Eva se levantó de la cama con cuidado de no doblegarse.
—Eva, ven siéntate a comer.—Molly sirvió una gran cantidad de comida en el plato.—Y sin protestar, estas muy delgada necesitas comer.
Evangeline sonrió débilmente y comenzó a ingerir la deliciosa comida hecha por Molly, George se sentó a su lado observándola con cariño, hasta ese día Eva no sabía que ellos habían descubierto un poco más de su pasado.
George sentía su corazón roto, había sufrido tantos años y aún así podía enseñarle una sonrisa sincera, ¿Qué clase de ángel es Evangeline? No lo sabía, pero se le asemejaba tanto a uno.
—Está delicioso Molly, muchas gracias.—Eva termino de devorar la sopa pasando al plato de verduras.
—No tienes nada que agradecerme, Eva, con que te guste me es suficiente.—La pelirroja sonrió con cariño.—George, no olvides que tienes que ir por Ginny, Ron y Hermione a la estación. Aún no pueden transportarse.
—¿Puedo acompañarte?—Evangeline miró a George con entusiasmo.—Necesito salir un poco, San Mungo me enloqueció.
George miró a su madre quien le dio el visto bueno de hacerlo, entonces sus ojos se dirigieron a la castaña de nívea piel;—Claro que si.
Eva se levantó terminando su alimento, quería ir a tomar una ducha y refrescar un poco su cuerpo, con entusiasmo caminó hasta las escaleras pero se distrajo cuando una figura se le posó en la mente, su padre sosteniendo el cuerpo del hombre al que había matado años atrás.
—¡Asesina!
Se tumbó contra una pared intentando recuperar la sangre en el rostro y al instante comenzó a reír, parecía alejada de la realidad por lo que Tonks se acercó a ella apoyando su mano en su espalda.
—Eva, ¿Tomaste la poción?—La chica de cabello color chicle habló preocupada.
—No... Sabe horrible.—Hizo una mueca poniéndose firme.
—Sabes que tienes que tomarla, si no comienzas a...—Tragó saliva.—Ves cosas que te molestan.
—Lo sé, lo siento.—Miró apenada a Nymphadora.
Cuando la castaña se marchó, Dora camino hasta George y Molly quien tenían una mueca de pena, querían ayudarla pero no podrían hacer mucho si no ponía de su parte.
—George, por favor. Haz que tome su poción, sabes que es lo único que la mantiene con nosotros mentalmente.—Dora suplicó, y luego dirigió su mirada a Molly.—Remus quedaría devastado si empeora.
—Si deja de tomarla cada día perderá un poco más la cordura que le queda.—Molly aseguró.
—Lo haré, no permitiré que le pase algo.—Apretó los puños.
El Weasley se sentía culpable, tal vez si la hubiera defendido un poco más aquel día no la hubieran mandado de nuevo a Azkaban.
—Iré con ella.—Tragó saliva dirigiéndose al cuarto en el que Eva se estaba quedando.
Al estar cerca del cuarto, tocó y al no escuchar su permiso se atrevió a entrar, ella estaba en el suelo sentada, abrazando sus piernas como si su vida dependiera de ello, sus mejillas estaban repletas de lágrimas.
—Eva... Qué sucedió.—El pelirrojo la ayudó a levantarse llevándola a la cama para que se sentara en esta.
—A veces los recuerdos son tus propios enemigos, George.—Limpió sus mejillas recostándose en la cómoda cama.
George hizo lo mismo, ambos miraban el techo hasta que Evangeline se volteó usando el pecho del Weasley como almohada, comenzó a golpearlo con las yemas de sus dedos como si estuviera tocando un piano.
—Puedes confiar en mi, Eva.—Murmuró mientras le acariciaba el cabello.
La antes nombrada suspiró y asintió dejando de jugar, dejó caer su brazo en el cuerpo de George tomando aire antes de hablar un poco más de su pasado.
—¿Conoces a mi padre?—Musitó a lo que George asintió, alguna vez escuchó algo relacionado con el licántropo.—Cuando era muy pequeña asesinó a mi madre y me llevó con el, creí que tendría el mismo destino pero tuve uno peor, me metió en un cuarto sucio y antiguo...
Eva trataba de no romper en llanto, así que se controló para continuar contándole a George;—Pensaba que no podría temerle a algo como le temía a ese cuarto, pero entonces llevó a hombres a ese cuarto para que "Jugaran" conmigo.
George apretó la mandíbula, sabia a que se refería con la palabra "Jugar" sentía la sangre hervirle al pensar en cómo hirieron a su Eva.
—Tocaron y lastimaron cada parte de mi cuerpo... Pero aunque las heridas externas ya sanaron.—Señaló su cabeza y soltó una pequeña risa afligida.—Aquí tengo una gran herida que nunca podré curar. Estoy loca, George, no entiendo porque tratan de ocultarlo... Se que en algún momento perderé la cordura por completo y dejare de ser Evangeline.
—No estás loca.—George besó la cabeza de ella.—Estoy dispuesto ayudarte a sanar, no importa cuanto tiempo me tenga que tardar, pero prometo que lo haré.
—¿Por qué?
—Porque te amo, Eva, te amé desde el primer momento en el que te vi.—Murmuró.
Evangeline se sentó en la cama mirándolo sorprendida, ¿Amar? Sabía que era ese sentimiento, amaba a Remus como si fuera su padre, amaba a Draco como a un hermano pero nunca se había sentido amada de tal manera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro