Al llegar al castillo se anunció la entrada de una nueva maestra, al principio no parecía mala, pero estaban realmente equivocados. Mientras tanto George al verla la llamó como loco, la había extrañado demasiado durante todo ese tiempo.

—¡Eva!—La llamó.

Ella sonriente se acercó a darle un abrazo, también lo había extrañado en ese tiempo.

—George.

—Eva.—Ahora Fred saludo.

—Los extrañe muchísimo, perdón por no haber escrito durante todo este tiempo.—Quitó los cabellos que le estorbaban en la cara.

—Ahora pasaremos más tiempo juntos, te lo aseguro.—George miró a su gemelo, ellos también tenían un pequeño secreto para Eva.

—Tenemos que ir a clases, vamos.—Los tomó de las muñecas llevándolos con ella a la clase de Umbridge.

Pero no todo iría tan bien como les hubiera gustado, al parecer esta mujer estaba loca.

—¿Dejaremos de usar magia?—Preguntó Angelina.

—No hay razón alguna para usarla.—Aseguró sonriente.

—Si no usamos magia ¿Cómo nos defenderemos del peligro?—Se quejó un Slytherin.

—El único peligro está en esta clase, y no hay de que preocuparse por que les aseguro que lo tenemos bien controlado.—Posó su mano sobre la mesa de Evangeline.—Por cierto señorita Greyback me gustaría verla esta tarde en mi despacho.

—¿Hice algo malo?—Habló sin entenderla.

—Claro que si.—Se marchó hasta al frente.—¡Todos hagan un resumen de la página 93 hasta la 117!

Eva miró con un semblante triste a los gemelos, uno de ellos le mostró una sonrisa de lado, no entendían porque querría hablar a solas con ella.

*  *  *

—Pase...—Habló Umbridge cuando Eva tocó la puerta.—Venga, siéntese un momento.

—Permiso.—Dijo antes de ir hasta el asiento de frente al escritorio.

—¿Gustas de algo de té?—Fingió amistad pero Eva no era tonta por lo que solo negó con la cabeza.

—Profesora, me gustaría ir directo al grano.—Tragó saliva nerviosa.

—Se lo que haz hecho Evangeline, se que haz estado en Azkaban por el asesinato de alguien, se quien es tu padre y lo que a hecho.—Se levantó caminando con las manos atrás.

Eva intentó seguirla con la mirada pero al intentar girar el dorso, Dolores levantó su varita hechizándola, unas cadenas la tomaron de las piernas, brazos y hasta el cuello.

—Se que eres una bestia como el.—La miró con rabia.—No permitiré que una asesina esté en esta institución... Buscaré la manera de expulsarte, te lo aseguro.

La cadena en el cuello de Evangeline apretó con fuerza llevándola a casi ahogarla, el aire le comenzó a faltar hasta que finalmente otro toque de la puerta la salvó, Umbridge la dejó libre dándole paso a Harry Potter.

—¿Evangeline?—Harry la vio curioso.

Ella se levantó comenzando a toser recuperando el aire, Harry se acercó buscando ayudarla.

—¡Está loca!—Le gritó la Slytherin saliendo del lugar.

No quería dejar solo a Harry pero tenía que recuperar el aire, su cuello estaba marcado por las cadenas lastimándola aún. A lo lejos notó a Fred quien al verla se acercó casi corriendo a ella;—Eva, ¿Qué sucedió?—Pero su amiga no respondió, aún trataba de procesar lo que la profesora había dicho.

—¿Donde está George?—Fue lo único que pronunció.

—En la sala común, vamos.—La guió hasta la misma, el semblante de Eva era de total temor.

Sabía que si la expulsaban tendría que volver a casa pero Lupin estaba quien sabe donde, ¿Y si su padre la encontraba? ¿Y si la quería llevar con el? No quería volver con el hombre que le arruinó toda su infancia, sus piernas flaquearon y sin notarlo estaba en una habitación con cortinas rojas alrededor de cada cama.

A su lado estaba George tratando de hablarle y traértela a la realidad mientras Fred estaba apoyado a la pared lejana, no quería interferir.

—¿Eva?—La llamó cuando sus ojos tomaron una calma.

Ella sin más lo abrazó, no quería estar con nadie más en ese momento, quería que George la cuidara de todo lo malo y le dijera que todo estaría bien. Fred miró a su hermano y le mostró una sonrisa antes de marcharse dejando el lugar solo, al parecer el resto de chicos Gryffindor no estaban en la habitación.

—¿Puedo quedarme aquí?—Murmuró.

—Claro que si Eva, yo te protegeré.—Acaricio el ondulado cabello de la Slytherin provocando tranquilidad en ella.

Así pasó el resto de la noche, Eva había apoyado su cabeza en el pecho de George durmiendo sin temor alguno mientras el Weasley la observaba con cariño, la respiración de la chica era calmada pero sabía que podría despertar asustada y quería estar en ese momento para decirle "Estoy aquí, todo está bien"