Estar en aquel piso seguía siendo difícil para Hermione, pero era demasiado temprano para mudarse con los Greengrass. Ella sabía que su familia biológica la quería viviendo con ellos, mas, la castaña todavía no se sentía del todo preparada para dar un paso tan grande. Se sentía cual niña pequeña asustadiza cuando llega el primer día de colegio... ni siquiera ese primero de septiembre de 1991 se sintió así.

Habían pasado tres días desde el entierro de los Granger, tres días que se había pasado encerrada en su casa, ordenando varias cosas y poniéndose al día de los papeles que le habían entregado. A pesar que había modificado sus recuerdos antes de irse en la búsqueda de los horrocruxes, el matrimonio Granger no había cambiado el testamento y, por ende, todo había quedado en manos de su única hija, Hermione. Le habían dejado aquel piso donde había vivido desde su nacimiento, como quien dice, y una pequeña propiedad que tenían en la costa, donde veraneaban algunos años, sobretodo antes de ir a Hogwarts. A parte de eso, una cantidad monetaria bastante elevada, que no dudó en mandarla a Gringotts en los próximos días.

Terminó de leer la correspondencia cuando alguien llamó al timbre, haciendo que volviera a la realidad después de dos horas sentada y poniéndose al día. Fue a abrir, encontrándose con Harry Potter al otro lado de la puerta.

— ¿Harry? ¿Qué haces aquí? —preguntó, sorprendida—. Oh, sí, claro. Adelante, pasa.

Su amigo cerró la puerta al entrar, para después darle un abrazo cariñoso. Su relación de amigos había evolucionado hasta considerarse hermanos, sobre todo desde las últimas semanas y teniendo en cuenta la situación que estaba travesando. La castaña sonrió, para después besar la mejilla impropia.

— ¿Has leído El Profeta en estos últimos tres días? —inquirió el varón, agradeciendo después por el té que le había servido—. El día del entierro, resulta que hubo un periodista. Filtró la noticia, Herms.

— ¿¡Qué!? —Exclamó, casi gritando la fémina—. ¿Cómo es eso posible, Harry? Me aseguré que no se filtrase la localización del tanatorio. Esto... esto no puede estar pasando.

Dejó el periódico que había traído encima de la mesa, para que su amiga pudiera leerlo. Por suerte, al menos, no había sido portada y se trataba de un pequeño artículo. La castaña respiró hondo, antes de leer lo que decía.

" LA NOTICIA DEL MES.
En el entierro de los Granger, cuya hija es la heroína de la guerra Hermione Granger, una exclusiva salió de la boca de la propia Hermione. No se sabe todavía qué ha sucedido, cómo ha sucedido y cuándo ha sucedido pero, estimados lectores, sepan que lo averiguaremos.
Granger dijo, textualmente: ¡No me están secuestrando, maldito idiota! Me voy, conscientemente, con ellos. ¡Porque son mi familia biológica!
Dicha familia, casualmente, son los Greengrass. El matrimonio formado por Shevon y Tabatha Greengrass, junto a la mayor de sus hijas, Daphne. Presenciaron el entierro, cosa que tiene sentido después de esa confesión.
¿Será eso verdad? ¿O algo que maquinan los integrantes de la familia para ganar más fama y poder? Sea lo que sea, lo contaremos aquí. Estén atentos a futuras publicaciones. "

Dejó escapar un grito de desesperación. Aquella no había sido la manera en la que quiso decirlo, mucho menos quería que se filtrase a la prensa, puesto que no les quería tener detrás todo el día. Ella quería pensarlo bien, asumirlo a su debido tiempo y conocerles poco a poco, antes de decirlo de cara al público. Pero, por desgracia, todo había salido al revés.

Respiró hondo un par de veces, tranquilizándose.

—Sígueme, Harry —le ordenó, levantándose—. Iremos a la mansión Greengrass, quiero saber qué opinan sobre esto antes de decidir qué hacer con ese estúpido periodista.

Se le notaba el enfado y Potter sabía perfectamente que cuando Hermione se enfadaba, no era bueno llevarle la contraria. Y es que, a pesar que no se mostraba ilusionado por ir a un lugar que no era su casa, de unas personas con las que no había tratado nunca y que posiblemente le hubiesen dado caza si el Señor Tenebroso siguiera vivo, siguió a su amiga como si fuera imprescindible. No la dejaría sola, no cuando ella le había dado todo y había abandonado todo para seguirle sin tener la necesidad de hacerlo.

"Greengrass Manor."

Ambos se habían metido en la chimenea del apartamento que, por suerte, había conectado con la mansión de su familia biológica unos días atrás, por si tenía una emergencia poder acudir sin tener que perder tiempo para llegar a esa mansión.

Las llamas verdes de la red flu cubrieron los cuerpos de ambos amigos, llevándoselos del hogar de Hermione. Segundos más tarde, aterrizaron en otra chimenea. Hermione fue la primera en salir, limpiándose cualquier resto de tierra que se hubiese impregnado en su ropa. Le tendió la mano a Harry, guiándole por los pasillos hasta llegar al despacho de Shevon.

— ¿Se puede? —Preguntó, tras golpear la puerta con los nudillos un par de veces—. Soy yo, Hermione —aclaró.
— ¡Adelante, querida! —exclamó la melodiosa voz de Tabatha Greengrass.

Los señores Greengrass se sorprendieron al ver a su hija ahí pero, sobre todo siendo acompañada de Harry Potter. Si bien ellos no se posicionaron como tal en la segunda guerra mágica, muchos ya les tacharon de seguidores del bando del mal sin siquiera haberse pronunciado alguna vez. Por los prejuicios hacia las familias de sangre pura que no eran consideradas traidores de sangre.

—Sé que le conocéis, pero es mi mejor amigo —comentó la castaña, esbozando una ladina sonrisa—, y si no hubiese sido por él, no hubiese visto esto.

Les mostró la página del periódico donde aparecía el artículo que habían escrito, para después decir:

— ¿Qué vamos a hacer ahora? —Inquirió, soltando un suspiro—. Sabéis mi opinión sobre esto. Quería asumir lo que sucedió, conocerles más antes de tomar una decisión precipitada. Y, ahora, todo el mundo mágico va a saber esto.... Yo... Yo no sé si es mejor aclararlo antes que empiecen las suposiciones y les tachen de algo que no es o simplemente dejarlo pasar, pensar que se olvidarán de esto pronto.
—Querida —murmuró Shevon—. Por nosotros no te tienes que preocupar, y lo sabes —intentó calmarla, sabiendo que estaba estresada—. Haremos lo que tú creas conveniente, cuando estés preparada o creas que sea el momento más adecuado.
—Nunca quisimos presionarte y, de verdad, lamentamos que tuvieras que saber la verdad tras ser conocedora de una tragedia de tal calibre —siguió hablando Tabatha, que no dudó en acariciar la mejilla de su hija con delicadeza—. Lamentamos haberte metido en este embrollo, sé que preferirías no tener nada que ver con todo esto y menos ahora, que se ha salido de control.
—Ustedes no tienen la culpa, madre —dijo Hermione, sorprendiéndose a sí misma por la naturalidad con la que le había salido al llamarla así—. Creo que lo mejor será decirlo públicamente, ya sea en el Profeta o de otra manera.

Aquella noche, cuando contactaron al director del Profeta y acordaron una fecha para realizar la entrevista, Tabatha Greengrass se fue a dormir más feliz que nunca. Porque Hermione, además de haberse quedado a dormir con Daphne, la había llamado madre. Y ese era, de entre todos los regalos que alguna vez le habían hecho, el mejor de todos ellos.

* *

n/a: dos días seguidos actualizando, pedid un deseo que se va a cumplir 😏
¡en el próximo capítulo aparece Pansy! Y ya lo decidí, siguiendo vuestros comentarios, va a haber una relación entre harry y pansy 😊❤️‍🩹✨ aunque aquí no la veréis desarrollada como tal porque no es prioritaria.

VOTE | COMMENT | FOLLOW ME