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Regadera

El malestar había aumentado tanto que al percatarse de que tenia fiebre ya no pudo moverse. Se sentía tan languido como un fideo y su cuerpo estaba tan exhausto qué no respondía a las ordenes de su cerebro

Había pasado tantos días en vela qué el sueño adjunto al malestar le hicieron dormitar unos breves instantes antes de escuchar el eco de una voz qué le hizo fruncir ligeramente el entrecejo.

Abrió sus ojos con esfuerzo notando una figura en contra luz del foco del techo. Enfoco la mirada notando qué era Izuku tocando su rostro, volvió a cerrar los ojos despacio a sintiendo a sus palabras que cada vez escuchaba más distante.

Sintió el peso de su cuerpo ser movido con torpeza para empezar a caminar a lo que intento seguir el ritmo.

"Estas débil, no puedes llevarme"

Trato de decir arrastrando las palabras y creando sólo un balbuceo inentendible.

sus pasos eran lentos y arrastraba los pies lo qué le hizo gruñir, no estaba del todo consciente de que ocurría, su mirada se desenfocaba al abrir los ojos, distinguido solo un montón de luces y sombras y solo se dejo llevar hasta terminar sintiendo como caia en algo suave qué supuso era la cama.

Trató de levantarse sin lograrlo, haber caído en el colchón había sido una sentencia qué su cuerpo exigía, toda su fuerza se fue y no le quedo más que dejarse hacer por Izuku, su mente se estaba nublando y solo parpadeaba entre lapsos reteniendo por leves segundos las imágenes que procesaba, mismas en las que pudo notar a Izuku con una expresión preocupada mientras sentía la sensación húmeda de algo en su pecho y cabeza.

"Qué lindo te ves"

Sus labios no pudieron expresar el pensamiento y en cambio cayo en el subconsciente. Su cuerpo no pudo resistir más, a la mínima sensación comoda qué tuvo se forzó a tomar reposo.

Cuando volvió a retomar conciencia poco a poco una voz familiar hizo eco en sus oídos, arrugó un poco el entrecejo al detectarla, ladeando su cabeza hacia un lado y abriendo los ojos despacio.

Izuku estaba a su lado, sosteniendo su mano con las suyas, era una imagen cálida qué le hizo volver a cerrar los ojos para sentir el calor ajeno. Notó que el calor había disminuido un poco, facilitandole respirar.

No supo cuanto tiempo había pasado, y lo último que recordó era haber caminado por el pasillo con ayuda del chico. Lo demás eran imágenes borrosas qué no se enlazaban bien una con otra.

La voz de Izuku era suave como un canto al viento qué para su sorpresa parecía confesar algo. Escuchó atento sin abrir sus ojos.

"Kacchan, tú eres mi motivo"

Katsuki recordó a Toshinori decir en las últimas visitas qué si Izuku no encontraba algún detonante en su vida qué le hiciera seguir adelante sería difícil sacarlo de ese cuadro depresivo qué tenia.

Katsuki había empezado a perder la esperanza de salvarlo tanto como le había pedido, desesperado se hundía en miles de pensamientos que lo llenaban de estrés al no saber que hacer.

Tener a la persona más importante en su vida tan mal, sin tener idea de como darle la mano era una sensación agobiante y desgastante qué ya había hecho de las suyas en su sistema inmune.

Por lo tanto, al oir aquellas palabras sintió como un gran peso se iba a de encima acompañado de una sensación reconfortante al grado de dolerle y estrujarle el pecho.

Sin embargo lo mejor estaba por llegar, escucho claramente qué por fin Izuku lo amaba.

En ese momento ya no pudo evitar abrir sus ojos despacio haciendo contacto con los contrarios. Dibujo una sonrisa fluida en su rostro aun húmedo por el sudor y la tela en su frente, la mano qué estaba siendo besada por Izuku viajo a tomar su nuca y empujarlo despacio hacia él juntando sus frentes.

—Izuku — llamó en un hilo de voz antes de acercar sus labios a los otros, haciendo chocar sus alientos para terminar en una union amena y suave qué por un mes no había ocurrido. Cuanto había extrañado besarlo. Sentía las jodidas mariposas en el vientre y una gran felicidad que le hacía sonreir como idiota dentro de aquel beso qué tanto necesitaban ambos.

Llevó su otra mano al cuello ajeno ajustando su agarré para evitar que se alejará y movió sus labios despacio abriendo y cerrando creando múltiples besos dentro del mismo, ladeando si rostro a la contraria de Izuku para encajar mejor.

Ser correspondido tanto en el beso como en lo que sentía había sido suficiente para hacerle sentir que las fuerzas le volvían de a poco. Una fiebre no lo mataria pero Katsuki juraba qué el calor que sentía por dentro en su pecho era aun mayor y que moriría derretido entre los brazos de ese chico que tanto amaba si continuaba diciéndole ese tipo de cosas. Ahora que estaba seguro que ambos sentían lo mismo era como haber dado el siguiente paso en su relación con él.

— Si, eres torpe, lento y algo distraído, pero eso me encanta — Dijo entre besos antes de separarse para respirar mejor, sus mejillas estában ligeramente rojas, muy apenas visible a la altura de sus pómulos. No sabia si era por la fiebre o por sentirse feliz. Miró a Izuku llevando su mano al rostro ajeno para acariciarlo, los grandes ojos verdes tenían de nuevo el brillo qué recordaba, en ese momento supo que a partir de ese momento las cosas serían más llevaderas para ambos.

—Te extrañe — mencionó haciendo referencia a que extrañaba al verdadero Izuku, el qué conocio, el chico tímido, nervioso y risueño. Aun no lo tenia del todo consigo pero ya lo haría.

Se inclino despacio haciendo caer la compresa húmeda qué estaba en su pecho y en su frente.

"Estuvo cuidando de mi todo el tiempo, entonces... Realmente esta mejor"

Pensó más tranquilo y noto la bandeja con comida a su lado. Alzó una ceja sorprendido y regreso la vista a Izuku.

—¿ordenaste comida? — Cuestionó incrédulo pues aunque sabia que Izuku había estado débil en los últimos días le había podido llevar a la cama apoyando su peso en él y 72 kilos de puro musculo no era algo sencillo de guiar. Ademas de eso le había estado cuidando.

Al oirle decir que el lo había preparado y era una especie de sopa qué su madre hacia cuando enfermaba le hizo abrir sus ojos en sorpresa.

—¿De verdad lo has hecho tú? — cuestionó un poco debil aun antes de extender la mano al tazón y tomar la cuchara para probarla con movimientos un tanto lentos aun por el medicamento.

Saboreo un momento antes de deglutarlo y se lamio los labios. El sabor del arroz era suave, pudo detectar qué llevaba verduras y pollo, con un poco de sazonador y especias. Sonrió despacio y miró a Izuku con orgullo.

—Esta delicioso, tu madre... Estaría orgullosa — Asintió leve para seguir comiendo con calma saboreando cada bocado, disfrutando del momento y contemplando la hermosa sonrisa ajena qué había perdido desde hacia semanas. Enamorándose en silencio cada vez más de ese chico frente a él.

Sus ojos granate expresaban amor puro casa vez que le veía a sus iris verdes por segundos. Perdiéndose en ellos como si fueran una especia de estelas solo suyas.

Termino más de medio plato dejando el sobrante en la bandeja y volvió a recostarse, tomo del brazo al menor en cuanto le sintió levantarse, frenandolo de irse.

—Quédate aquí, no te vayas Izuku — le suplico cerrando los ojos, el cansancio lo estaba moliendo y el medicamento le había sentir somnoliento, aunque sabia que las cosas mejorarán desde ese punto, aun tenia una ligera sensación de miedo de que se quedara dormido e Izuku hiciera algo indebido atentando contra su propia integridad.

—Duerme con migo. — pidió atrayendo al menor y se removió a un lado para hacer espacio en la cama. Apenas sintió el peso ajeno tomar asiento a su lado lo tomo de los hombros y lo obligó a acostarse rodeandolo y apegándole contra su pecho con toda la fuerza qué pudo aplicar sin lastimar al otro.

—No te vayas nunca más — Pidió entre murmuros luchando por no volver a dormirse pero era claro que estaba perdiendo. Muchas de sus preocupaciones de habían esfumado dando paso a una sensación placentera de alivio qué le hizo caer dormido apenas unos segundos después de haberse acomodado con el cuerpo de Izuku entre sus brazos.

Durmió como un bebé esa noche, como tanto había necesitado en todo ese lapso de tiempo.

A la mañana siguiente abrió sus ojos despacio, sintiendo un rayo de sol qué se filtraba por las cortinas, chocando contra su rostro. Se removió lento notando a Izuku a su lado, todo volvía a ser como antes, como esa primer noche juntos.

Sintió su cuerpo en mejores condiciones, ya no tenia fiebre, tan solo dolor de cabeza qué era soportable.

Estiró un poco su cuerpo antes de inclinarse y ver al peliverde roncando con un hilo de baba en la almohada. Eso le hizo resoplar en diversion, se sintió feliz de que no tuviese pesadillas de nuevo. Se inclino para besar su mejilla y acariciar su costado con mimo notandolo despertar.

—Buenos días — saludo suavemente antes de besar sus labios superficialmente.

—Ayer no te lo dije, gracias por cuidarme, me siento mucho mejor gracias a ti — Dijo con franqueza levantándose despacio para abrir las cortinas dejando entrar la luz del exterior. El sol había salido por fin despues de muchos días aunque solo lo hacía un rato por las mañanas antes de que volviera a nublarse y llover por la noche.

Regresó con Izuku y acaricio su cabello removiendolo con calma.

—Estoy seguro de que hiciste un desastre en la cocina anoche, ¿te gustaría que limpiemos juntos? — Expresó divertido y al notar qué el menor tenia un poco de iniciativa sonrió ladino y se adelanto para bajar a la cocina notando qué lo que imagino era mucho mejor que el desastre qué había frente a sus ojos.

Parpadeo un par de veces y suspiro riendo y negando con la cabeza.

—¿Tanto desorden para un arroz con verdura y pollo?... Ese chico es todo un caso — Murmuro divertido comenzando a ordenar todos los platos sucios, guardando los ingredientes qué estaban abiertos y limpiando el resto de comida qué había en la mesa, Izuku le alcanzo después y le encomendó la tarea de acomodar algunos platos.

Katsuki miró al chico dándole la espalda mientras barría y usaba el recogedor. Traviezo se acercó por la espalda y le abrazo dándole un beso en el cuello.

— Qué condenadamente lindo te ves cuando limpias — le Murmuro apretandolo contra si y darle un beso en la nuca y separarse para seguir con lo suyo. Al cabo de casi 40 minutos terminaron de limpiar dejando la cocina brillante e impecable.

—Ahora... Yo me encargo del desayuno, nunca te he preguntado, ¿cual es tu platillo favorito? — cuestionó mientras miraba en el refrigerador.

—Tampoco se cuando es tu cumpleaños — agregó curioso pues al reflexionar respecto a la espera qué se habían prometido para tener intimidad, nunca le había mencionado cuando seria, tampoco había fecha en los documentos del caso y no se atrevía a husmear en las cosas de Izuku para encontrar algo que le diera ese dato.

—El mio fue hace unos meses, el 20 de abril — Confesó para darle más seguridad al chico, pues si preguntaba algo como un dato personal, debía dar uno suyo también. De igual forma tampoco le había mencionado su fecha de nacimiento al pecoso.

Todo eso lo llevo a reflexionar en que a pesar de que ambos se amaban y querían estar juntos, no le había confesado aun su profesión. No sabia como es que Izuku iba a reaccionar y las cosas estaban volviéndose muy serias entre ambos como para seguir ocultando algo de esa magnitud. Se quedó serio por un momento pensando en eso, debía decirle pero no en ese momento ya qué una noticia así podría arruinar la paz qué apenas estaban teniendo después de tanto, se prometió a si mismo que le confesaria todo cuando su estabilidad emocional fuera más firme y para ello debía ayudarlo con pequeñas muestras de afecto y atención.

Había pensando en una manera de sacar a Izuku de casa sin qué corrieran peligro, para ello debía volver presencialmente a su empleo de nuevo para que en caso de ser visto en la calle por sus amigos o alguien se la fiscalia no levantará sospechas por mentir, segundo; debían ir a algún lugar lejos para más seguridad y Katsuki tenia en mente un lugar perfecto, si Izuku le demostraba estar más estable irían pronto.

Supuso qué una gorra, mascarilla y lentes de sol bastarían para que Izuku no fuese reconocido fácilmente.

Cuando el menor le confesó su fecha de nacimiento, Katsuki alzo una ceja, miró al calendario dándose cuenta de algo importante.

—Es en una semana, es muy pronto. — Murmuro llevándose el dedo pulgar al mentón, debía improvisar para darle una sorpresa a Izuku.

Después de eso Katsuki comenzó a preparar el desayuno y después de eso lavo los platos, Izuku se había quedado dormido en la sala, aun estaba debil, tardaría un poco en recuperarse por la falta de alimento del último mes pero al menos ya estaban en camino a mejorar

Lo cargo con cuidado para subirlo a la recamara en donde lo dejo sobre la cama.

Después se dispuso a trabajar en el estudio un rato hasta que cayó la tarde. Todo estaba en orden, incluso con el caso de Tomura y Chisaki, estaban pausados hasta encontrár a Izuku de lo cual Katiski quería encargarse de que no ocurriera hasta que cerrarán el caso. La única noticia nueva y relevante era qué se había confirmado la Clausura total del Green Rabbit.

Recordó que no había sacado la basura por lo que volvió abajo para tomar la bolsa del triturador y cambiarla por una nueva, salió del departamento mientras bajaba las escaleras hasta llegar al contenedor del estacionamiento. Regresó y suspirando profundo notando una llamada entrante en su teléfono. Era su abogado.

Hizo una mueca de sorpresa al oírle decir que se había aprobado la custodia compartida y que podría ver a su hijo una vez por semana. Le impresionó saber el resultado pese a su mala presentación el día de juicio pues ese día estaba de más cansado por todo lo que estaba ocurriendo en casa con Izuku. Miró su reloj, ya casi daban las 7 así que era hora de ir a ver a Izuku y preparar la cena.

Regresó adentro y encendiendo la tv de la sala sintonizando un canal de música para escuchar mientras cocinaba. La canción que estaba reproduciendose le hizo alzar una ceja. Rápido alzó la vista a la tv, era la misma canción con la que conocio a Izuku. Aquella cuya letra narraba un amor qué iniciaba en un tubo de poledance.

Sonrió cerrando los ojos y recordando como Izuku bailaba aquella vez, dentro de la sala VIP, meneando sus caderas y sonriendo coqueto. Aquello era algo que estaba casi seguro no volvería a ver pero al menos conservaba bien grabado en su memoria, después de todo se había enamorado de todas las facetas de Izuku incluyendo aquella qué usaba para ese trabajo.

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Sonrió de manera diluida y con bastante alivio al percibir a Katsuki abrir la mirada, prontamente aquella mano que sostenía navegó hasta su nuca empujándolo despacio, Izuku avanzó un tanto extrañado pero pronto entendió a que se debía ante la sensación suave de los labios ajenos chocar con los suyos, correspondió cerrando sus ojos y dejandose llevar. Procuró retroceder recordando que Katsuki persistía con fiebre, sin embargo la mano en su nuca se lo impidió, incluso sintió un poco más de presión para no despegar el tacto del beso.

La sensación por un beso se convirtieron el múltiples y consecutivos que le provocaron un cosquilleo agradable, hasta una atenuante mordida ocasional que le provocó suspiros.

Por fin tuvo la oportunidad de separar unos momentos escuchando las descripciones que le daba en base a su personalidad, arrugó un poco el entrecejo responsable de todo los problemas que había causado, aunque también otorgó una sonrisa avergonzado de escuchar que esa esencia de él también le encantaba. Lo último haciendo mención de que lo extrañó le hizo parpadear consecutivamente turbado.

—Lamento la demora, Kacchan.

Por la liberación del agarre pudo retroceder más dando el espacio suficiente a Katsuki para sentarse mientras él se apoyaba en el borde de la cama.

—No intentes levantarte aún, quédate ahí —indicó levantando sus manos procurando detenerle, pero la atención del rubio dirigió hacia la bandeja de comida y con la pregunta reprochó. —No, no, yo... yo la hice. Tiene buen sabor, incluso la comí antes de volver a subir contigo, debía corroborarlo ya que es un platillo que mamá me hacía cuando me enfermaba y repone fugazmente las energías —indicó levantando sus brazos animoso.

Notaba a Katsuki dudoso de la idea de que él mismo la haya preparado, ya sea porque no le veía los dotes culinarios pertinentes o es que creía que seguía tan lábil para poder movilizarse adecuadamente en una cocina.

—La hice yo —respingó una vez más un tanto indignado. —Vamos pruébala, ¿o prefieres que te de comer?

Indicó de manera inocente y normal tratando de tomar la cuchara, pero Katsuki sujetó la bandeja poniéndola en sus piernas envueltas aun por las sábanas y empezó a degustar. Izuku le observó con un rasgo impasible y ansioso de escuchar su opinión.

Su sonrisa agrandó con creces al escuchar la mención de estar delicioso y que su madre estaría orgullosa, motivo más que suficiente para que una sensación inmensa estrujara y ablandara su pecho con creces al mismo tiempo. Asintió satisfecho de ver a Katsuki comer sin cesar hasta dejar un poco de sobras.

—Muy bien, por ahora te recuerdo que hay que descansar —indicó tomando la bandeja de comida en la mesita de a lado levantando los cubiertos en orden. —Debemos bajarte esa fiebre completamente, así que persiste en la cama, yo iré a bajar esto y ordenar-...

Al dar media vuelta fue frenado al ser sostenido del brazo encima del codo, por lo que giró su cabeza confuso esperando alguna mención o incluso queja de como se sentía.

—¿Kacchan? ¿Te sientes mal otra vez? —Cuestionó con extrañeza.

La petición fue compleja de entender al inicio, puesto que realmente no se iría como tal tanto tiempo, volvería inmediato para vigilar y continuar con esos medios fríos para su temperatura.

Su boca quedó con la respuesta a medias por responder, pretendía decirle que no se iría a ninguna parte, no obstante, hace tiempo había dicho algo similar y estuvo a punto de no cumplirlo por la idea de abandonar todo aquella ocasión en que intentó suicidarse.

Notaba la angustia y terror envuelto en la voz de Katsuki insistiendo en quedarse con él. Soltó el agarre de la bandeja encima de la mesita y se dejó jalar hacia la cama envolviéndolo en las sábanas y brazos del rubio.

No podía tomar de nuevo una declaración como esa tan a la ligera, quería demostrar con hechos que realmente no se iría, por lo que avanzó dejándose abrazar con fuerza.

—Voy a estar contigo, así que tú tampoco no te separes de mí —susurró cálido recibiendo las caricias que pronto culminaron con un abrazo contundente e inmóvil.

Levantó un poco su cabeza para lograr visualizar un poco desde la curvatura del cuello como Katsuki se había quedado plenamente dormido casi inmediato de acostarse con él. Esbozó una sonrisa resignado.

"Y yo que pensé que eras tú el que me estaba malcriando demasiado..."

Suspiró en sus adentros acomodándose en ese refugio que tenía con su pareja y así conciliar el sueño también.

Las horas transcurrieron y entre eso, sueños placenteros que no llegaron a atormentarlo esa noche, entre ellos estaba Katsuki protagonizando mientras lo envolvía entre abrazos sentando en sus muslos dejando que se recargara consigo, sin ignorar el ambiente de luz cálida y llanura de vegetación dorada.

Un cosquilleo en en rostro con sus mechones verdes le hizo despertar, abrió sus ojos despacio todavía espabilando de su ubicación y de esta manera recibió el primer vistazo de Katsuki a su lado con una faceta relajada, algo muy diferente de lo que había acostumbrado las últimas semanas donde recibía sentado en la silla continua o a su lado acompañandolo tras las pesadillas con un semblante preocupado.

—¿Kacchan...? —parpadeó perplejo espabilando, pronto dio un salto recordando. —¡Me quedé dormido! Tu fiebre, ¿cómo estás?

Se suponía que estaría acechando que no volviera a subir la fiebre quedándose con él, pero estar envuelto en esa cama con el abrazo le hizo entrar en sueño, por no mencionar que tampoco estaba del todo estable por su situación mental. Las respuestas fueron respondidas pronto con él levantando y abriendo las cortinas y dando las gracias.

—Esto no se compara a estar semanas cuidándome —reprochó recordando todos los sacrificios que Katsuki hizo por él en ese tiempo.

La suposición respecto al desastre que esperaría en la cocina no estaba errado, Izuku había dejado todo a la suerte por las prisas, así que desvió la mirada avergonzado sin poder negar la verdad.

—Pretendía limpiarlo, pero anoche no me dejaste bajar de nuevo... —susurró levantando la sabana a nivel de media cara cohibido, después asintió de la idea de limpiar juntos.

Bajó mucho después que Katsuki con la bandeja de comida que dejó arriba, asomó precavido por el margen de la puerta de la cocina esperando algún reproche o llamado de atención, pero solo tuvo como respuesta la tarea de lavar los platos del fregadero.

—No recordaba del todo la receta, ¿sí? Ademas entré un poco en pánico queriendo darme prisa... —justificó frotando la esponja en el agua de los últimos platos en espuma que trajo. —Me dio terror verte en ese estado.

La imagen de Katsuki con fiebre no era un cuadro usual de observar, pero también influía que se trataba de las última facies que logró percibir de su mamá al caer enferma por agotamiento, tuvo miedo de volver a vivir una experiencia como esa donde no pudo hacer nada.

Fue hacia la pequeña bodega donde recordaba estaba el recogedor y la escoba por lo que acudió por ellos para recoger las migajas y polvo del suelo. Al momento de barrer portaba una mirada pensativa pero también concentrada en no dejar nada en sus pies, repentinamente fue rodeado desde la espalda con un abrazo y otorgado un beso en su nuca que le provocó un escalofrío recorrer la espina dorsal.

—En-entonces déjame terminal que hacerlo —balbuceó intimidado por las caricias repentinas. Le gustaba ver a Katsuki tan abiertamente cariñoso, sin embargo eso no quitaba el hecho de que lo tomaba de manera desprevenida. Antes de su colapso mental ya estaba empezando acostumbrar, pero luego de ese mes de ausencia debía volver a empezar a enfrentar esas invasiones repentinas.

Terminaron de limpiar, el sitio estaba tan brillante e impecable que hasta pesaba la idea de volver a ensuciarlo. La pregunta de que era lo que más le gustaba comer le hizo mirar de reojo desde el asiento del sofá donde tomaba un descanso.

—¿Comida favorita? Uhm... nunca he pensado como tal eso —dijo pensativo mirando le techo en brevedad. Debido a la condición en que vivió no tuvo chances de lograr probar cosas diversas, él llegaba a conformarse con solo tener la comida de día. —Ya que recuerdo siempre que mamá hacía katsudon lo veía como un festín, era una gloria comerlo, supongo que sería ese —sonrió divertido de esos episodios donde llegó a cenar con ella sorpresivamente cuando tenía una buena paga.

Su atención a las memorias cesaron a la siguiente pregunta girando totalmente su cabeza a la dirección de Katsuki en la cocina.

—¿Eh? ¿No te lo había dicho? —Exclamó disperso sorprendiendo de que algo tan común no lo hubiesen hablado desde un inicio, y ahora que intentaba recordar el de Katsuki tampoco tenía idea, pero su duda fue culminada en ese momento dándose una nota mental de la fecha. —El mío es el 15 de julio.

Respondió extendiendo sus manos al aire estirándose, aunque a la mención de que era muy pronto pausó confuso su movimiento y se puso de pie.

—¿Qué? Puede que sea repentino pero todavía falta medio mes y... —pausó sorprendido de ver la fecha marcada en el calendario del almanaque que señalaba el índice del rubio.

Izuku quedó pasmado, había calculado mal el tiempo que estuvo enfermo en cama. Durmió tanto tiempo e ignoraba el cruce del sol y la luna por la ventana que no supo precisamente cuanto pasó.

—Creí que solo había pasado un par de semanas... perdí mucho tiempo... ah... —susurró nervioso llevando una mano a su frente preocupado. —¿Qué se supone que diré en la escuela? Perdí la graduación, el examen de admisión... incluso el burdel... ¿qué pasó con ello?

Varias incógnitas cruzaron su mente de todo lo que se había perdido, no tuvo noticias absolutamente de nada ajeno a lo que Katsuki le contó en charlas casuales fuera de temas que podrían mortificarlo. Incluso su hogar, ¿todavía sería acechado por la policía? No se había comunicado con Uraraka desde la última vez que le notificó de eso.

Negó su cabeza intentando poner un orden a las prioridades, hablaría con la sus maestros de la situación que sufrió, tendría a Toshinori como buen semblante para justificar el colapso que sufrió y poder darle oportunidad de retomar lo último del curso que le faltaba en exámenes finales. Respecto al examen de admisión... tendría que intentarlo el próximo año.

Desayunó más de lo que últimamente podía retener, las nauseas no se fomentaron, por lo que pudo acompañar de manera casual y estable en la mesa a Katsuki compartiendo un momento adecuado. Su cuerpo estaba aceptando el cambio beneficioso donde el descanso seguía demandando, por lo que al terminar de comer se sentó en el sofá de la sala hasta ladear y caer dormido sin necesidad de algún sedante.

Las horas pasaron y el hambre fue el que lo despertó, miró alrededor dandose cuenta que estaba en su cama, él sabía perfectamente que la última vez estuvo en el sofá de la planta baja, Katsuki lo había llevado ahí. Bajó las escaleras arrastrando su mano en el barandal asomando curioso hacia abajo con el aroma de comida agradable que elevaba en el sitio, un farfullo que no lograba captar hasta descender completamente y escuchó la música de la televisión.

Puso una faceta complicada de descifrar por la impresión, al igual que los recuerdos que traía esa canción. Una melodía que sonaba regularmente en el Green Rabbit, en sus presentaciones, las sesiones privadas, hoy en día parecía un momento fantasioso extraño ese antecedente que tenía como bailarín de pole dance y danzas eróticas.

Sonrió resignado negando la cabeza de la imagen de Deku, pronto avanzó empujando la puerta de la cocina.

—¿Qué estás escuchando? Es realmente vergonzoso —declaró frotando su nuca y ansioso. —¿Acaso quieres una sesión de Deku? Todavía recuerdo las coreografías —bromeó con una sonrisa avergonzada.

Aunque pronto cambió el semblante preocupado.

—Oye, no te estés sobre esforzando Kacchan —mencionó incómodo. —No ha pasado ni un día desde que saliste de tu malestar y ya andas en la misma rutina.

Acercó tomando la tela de la camisa del otro frenando sus acciones en la cocina.

—He perdido peso, pero eso no justifica que me hayas llevado hasta el cuarto —inclinó su cabeza en el hombro, liberando un suspiro sosegado. —No te enfermes... me hace feliz ver el Kacchan sano y vigoroso, así que mantente en precaución aun.

Advirtió a pesar de no estar en el lugar adecuado para exigir el bienestar de otros con su propia condición convaleciente.

—Hablando un poco de lo de antes, no estoy seguro de que ha pasado afuera... ¿tienes idea de que pasó con el Green Rabbit? Y también... —pausó tomando aliento y valor. — ¿Has sabido algo de tu hijo? ¿Al menos lo has visto?

Tenía presente aquella prueba de paternidad que conoció por palabras de Camie y Katsuki corroboró al confesar mientras ajustaba la idea en ese incómodo momento que enfrentaron en discusión.

Izuku tenía la cabeza fría, estaba mejor y estable, por lo tanto se sentía con el derecho de por fin saber que había ocurrido todo este tiempo.

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Mientras preparaba la cena escuchaba con atención aquella canción, moviéndose libremente por la cocina y cortando vegetales al ritmo de la misma. Se sentía de buen humor, no recordaba cuando había sido la última vez que estuvo así.

Izuku era un gran motivate para ello, se freno pensando en como una persona era capaz de afectarlo tanto. Cualquier cosa que dijera o hiciera influenciana directamente en su estado de ánimo como si fuese una droga sintiéndose extraño.

Suspiro deseando qué a apartir de ese momento las cosas ya no fueran en declive para montuno de ambos, quien más lo tenia difícil era Izuku, su sueño de entrar a la universidad y ser un educador se había tenido qué posponer por el momento, su único ingreso también se había perdido y afuera las investigaciones continuaban. Pensó en como poder empezar desde cero de nuevo con él.

"Menciono qué ya no quería regresar a ningún burdel, ¿de que podría trabajar? ¿Qué talentos tiene?.... En la escuela seguramente ya lo dieron de baja. ¿Habrá alguna modalidad en línea?"

Se quedo meditabundo en su lugar hasta que escucho la voz del menor que había aparecido de pronto cuestionando respecto a la música. Se giró para verlo de reojo y negó.

—¿Una sesión de Deku? — Repitió la mención con una sonrisa ladina, la idea le llamó la atención pero era claro que en el estado que Izuku tenia en ese momento no era posible.

—Estaría bien, pero no tengo un tubo en la sala — Respondió a la broma mientras picaba unas cuantas fresas en trozos, planeaba preparar un batido como bebida esa noche.

Escucho la mención respecto a no sobresforzarce y alzó una ceja al sentir la mano ajena frenar sus movimientos.

—No te preocupes por eso, estoy bien — Respondió desestimando las palabras del pecoso para darle más calma. Realmente estaba mucho mejor, el dolor de cabeza qué le quedaba ya estaba desapareciendo casi por completo. Pese a estar 1 mes encerrado en casa había tenido la iniciativa de entrenarse ahí mismo, en los pequeños retos qué tenia libres entre cuidar de a Izuku, el trabajo y otras cosas, trataba de hacer una corta sesión con un par de mancuernas qué tenia bajo la cama y ejercicio de calistenia.

Ya no había tenido tiempo de ir al gimnasio pero estaba seguro a partir de ese día podría volver a retomar esa rutina. Empezaría saliendo a correr en las mañanas ahora que ya estaba más tranquilo de poder dejar el departamento y dejar a Izuku a solas por un rato.

Le dejo acurrucar a su lado escuchando sus preguntas, ladeo su vista a un lado, una parte de él quería contarle lo del burdel pero como explicar qué sabia la respuesta a ello sin involucrar qué era información de una investigación, seguido a eso la segunda pregunta le hizo torcer los labios en una mueca algo difícil de descifrar.

— El Green Rabbit fue clausurado permanentemente, Kirishima me lo dijo, acudió hace poco para distraerse y se entero de ello, ¿lo recuerdas? El idiota de cabello rojo... El otro con cara aun más idiota se llama Denki — Explico llevándose un trozo de fresa a la boca para saborearlo.

—Respecto a lo otro.. — Pauso para deglutir y se giro hacia Izuku para verlo al rostro.

—Desde su nacimiento Camie no me ha dejado verlo, hace un rato mi abogado me informo que la orden de custodia compartida fue aprobada y podre verlo una vez a la semana — Explicó con seriedad pero expresando calma.

—Izuku, no se que cosas te dijo Camie esa noche. Pero nunca le creas nada de lo que diga, es una jodida bruja. Jamás le daría la espalda a ese niño, es ella quien me aleja de él — Explico sincerandose tomando al pecoso de los hombros.

—Promete qué si vuelve a llamar y decirte algo, no caerás en su juego. — Pidió hablando en serio con los ojos clavados en el otro. —Y no importa lo que los demás opinen, lo único que realmente importa es lo que nosotros sentimos el uno por el otro — Sentenció inclinandose y sellando su palabra con una sutil caricia en la mejilla contraria. Quería animarlo, notó qué hablar del tema de Camie y el bebé siempre ponía algo cabizbajo al menor, así que miro a su alrededor, una idea se le ocurrió al ver los trozos de fresa.

—Cierra tus ojos — Le pidió alejándose un poco para entonces tomar un trozo de fresa y llevársela a la boca y se acerco de nuevo levantándole el rostro con el mentón para abrirle los labios y besarlo al mismo tiempo que le pasaba el trozo de fresa con la lengua dentro de su boca.

Se separó con una sonrisa travieza y una ceja en alto.

—¿Quieres poner la mesa? — cuestionó son más dándole la espalda para seguir con lo suyo, le gustaba hacerle sonrojar y ponerse nervioso, era una de las facetas qué más amaba ver de ese chico y que mejor que tomándolo por sorpresa.

En cuanto el menor termino de poner la mesa de acerco con las cacerolas sirviendo en los cuencos una porción de arroz coronada con huevo revuelto y encima una chuleta de cerdo empanizada. Agrego un poco de especias espolvoreadas y acerco el tazón hacia Izuku junto a un vaso mediano con batido de fresa y hielo.

—Tu favorito, katsudon — Entrego los palillos y tomo asiento frente a él en la barra observando con curiosidad su expresión sorprendida para después empezar a comer con calma hasta terminar. Ver que Izuku comió todo el plato le hizo sonreir. Su progreso iba por buen camino. A ese paso pronto estaría bien.

—Dejalos, yo los lavo, ve a bañarte — Le pidió acariciando los rulos verdes de su cabeza con un poco de brusquedad despeinandolo en el acto. Seguido sonrió al ver que entre pucheros obedeció retirandose de la cocina. Quizá lo estaba consintiendo demasiado al no dejarlo hacer casi nada, pero no le molestaba, cuando notará qué su estado físico fuese mejor le daría algunas tareas sencillas por hacer.

Lo más importante por ese momento era qué se recuperará de la desnutrición.

Cuando termino de lavar los platos seco sus manos con la toalla de cocina limpia y apago la tv y las luces del primer piso para entonces subir al segundo avanzando por el pasillo mientras estiraba su espalda y brazos. Se detuvo un momento afuera del baño escuchando el agua de la regadera caer, Izuku aun seguía adentro. Sonrió tenue avanzando hasta su habitación en donde comenzó a quitarse la ropa en su totalidad sin prisa, enrollando una toalla en su cintura al último.

Ayudar a bañarse al menor se había vuelto una rutina también, aunque solo le tallaba la espalda y el resto del tiempo se giraba para darle privacidad haciéndole compañia sentado en un banco auxiliar de plástico mientras se mordía el lábil de frustración al ver cada vez más claros los huesos de la columna en el otro. Sin embargo ahora no sabia si le gustaría su compañia a la hora del baño pero penso en volver a sorprenderlo con una ligera travesura.

Camino a hurtadillas y abrió despacio la puerta del baño, al entrar pudo notar qué el vapor ya empañaba ligeramente los vidrios y las paredes. Al frente suyo detectó el movimiento de la pequeña figura moverse bajo el caliente y relajante chorro de agua de su regadera estilo cascada.

Se dio el tiempo de deleitarse con la vista de aquel cuerpo qué le daba la espalda, tan delicado y hermoso como siempre le vio desde un principio. Los moretones eran casi nulos y su piel retonaba su tonalidad lechosa poco a poco. Sonrio de lado mordiendose el labio al ver sus piernas y muslos, así como el redondo traseros y la pequeña cintura. Su cuerpo era perfecto a sus ojos. Despacio se acerco parándose un momento afuera de la regadera para quitarse la toalla de la cintura y deslizó la puerta de cristal, entro sigiloso y extendió sus manos al menor, lo tomo por la cintura con suavizado .

—Booh — murmuro a su oído riéndose a carcajadas después por el susto qué le había dado al pecoso seguido lo abrazo por la espalda acunando su rostro en el cuello ajeno mientras el agua también lo mojaba y resbalaba por todo su cuerpo haciéndolo cerrar los ojos y suspirar.

—Pensé en que... Tal vez querías ayuda — murmuro cerca de su oído el cual se atrevió a morder a modo de juego, sus manos estaban en la cintura ajena y se extendieron a arrebatarle la esponja y el jabón.

—No voltees — le ordenó al sentir que Izuku quiso girarse hacia el qué seguía bien pegado a su espalda. La diferencia de estaturas le hacía fácil poder encerrarlo entre sus brazos y que no pudiese moverse.

En esa posición coloco jabón sobre el estropajo y comenzó a pasarlo por el torso de Izuku dibujando círculos llenandolo de espuma. Observaba por encima del hombro del pecoso para ver bien la zona donde tallaba. Entonces se freno un poco mirando qué las persianas de las paredes de la regadera estaban cerradas.

—¿por que no abrimos esto? Y que todos nos vean ¿ eh? — Dijo travieso extendiendo su derecha a alcanzar el cordón de la persiana el cual jaló haciendo qué estas subieran hacia arriba revelando qué las tres paredes de la ducha estaban hechas de vidrio qué daba hacia el exterior.

Tenían una linda vista nocturna y las luces de la ciudad desde la altura.

Katsuki rio bajito al notar el claro nerviosismo y vergüenza en Izuku. Lo que no sabia él era qué los vidrios tenían un polarizado especial tipo espejo qué hacia qué ellos pudiesen ver al exterior sin problema pero que por fuera solo reflejaba el mismo exterior sin dar ningún mínimo detalle de lo que había del otro lado.

Se relamio dando un par de pasos al frente, obligando a Izuku a acercarse a la pared de vidrio casi pegándolo contra ella y siguió pasado el estropajo con lentitud tortuosa por el torso ajeno pasando desde el pectoral hasta el bajo vientre.

꧁_____꧂

Esperó con cierta inquietud en un ansioso movimiento de las yemas de sus dedos en las prendas de Katsuki. Lo de la clausura del Green Rabbit no era una sorpresa, pero si le propició arrugar un poco el entrecejo ya que directamente había sido el causante. No estaba seguro de donde irían todos aquellos que se mantenían como empleados ahí, tal vez otro sitio con semejanza de la zona rosa o simplemente buscar otra alternativa como lo estaba haciendo él, ya que Izuku no quería volver a poner un pie en algo así, tenía muchas heridas emocionales que intentaba cicatrizar por las atrocidades que pasó.

La siguiente noticia era la más relevante, quería indagar en esa parte de Katsuki con su familia, ese linaje que remendó con Camie. Apretó los labios asintiendo la cabeza asegurando que no volvería a creer directamente todo lo que esa mujer le llegara a decir, cualquier montón de palabras punzantes eran muy hirientes para alguien con su condición actual.

—Fue error mío asumir todo inmediato sin consultarlo contigo, después de todo tú eres el más honesto conmigo —suspiró con desanimo, ya que aun no tenía la valía de poder consultar sus crímenes con él, ni siquiera a Toshinori le había mencionado nada en sus sesiones.

Despertó de sus pensamientos abstraídos ante el llamado de atención que tuvo y la indicación que cerrara los ojos, motivo del cual levantó una ceja sin entender la razón de ello pero confiaría en él, así que obedeció quedando de pie en medio de la cocina inmóvil. Cerró sus puños ansioso sin ningún estímulo externo salvo la música que allanaba el sitio desde la sala y la sensación de alguien acechándole en silencio. Estaba nervioso de no saber que sucedía o que pretendía hacer Katsuki por lo que apretó más sus párpados frunciendo un poco el ceño con eso.

Esos segundos tortuosos sin visión espabilaron con un pequeño susto ante el repentino agarre suave desde la barbilla, teniendo un pequeño impulsó a levantar su rostro y por inercia abrió un poco sus labios. Sintió algo contundente y dulce atravesar la boca empujado por la húmeda lengua del otro. Abrió su mirar de forma estrepitosa apreciando la proximidad de Katsuki consigo en un beso y con la sensación de su lengua salpicada en pequeños trocitos de las semillas de fresa, al retroceder notó esa sonrisa ladina burlona en Katsuki por lo que se llevó el dorso de la mano a sus labios apenado.

—¿Te diviertes tomándome desprevenido? —Quejó con el rostro ruborizado todavía saboreando el sabor a fresa en su paladar y mordiendo el trozo de fruta.

"Espera... ¿con qué derecho estoy diciendo eso?"

Parpadeó dos veces seguidas analizando lo ocurrido, ya que eso no tenía ni un mínimo de comparación de lo que había hecho una vez con Katsuki dormido, por lo que permaneció callado apreciando la risa entre dientes del rubio mientras solicitaba que pusiera la mesa. Izuku hizo caso, puso los cubiertos, servilletas y bebidas en la barra de mesa.

Al percibir como Katsuki aproximó con la cacerola a poner los cuencos de arroz con otros ingredientes que ya familiarizaba se dio a la idea inmediato de que se trataba, más la mención oportuna de que era katsudon provocó a Izuku levantar sus cejas con asombro y abrir su boca como signo de sorpresa. Apretó sus manos encima de la barra y agachó su cabeza con una sensación que no estaba seguro de como describir, algo dentro de sí removía su pecho con intensidad, el solo hecho de que Katsuki esa misma mañana le hubiera preguntado su comida favorita y no tardó en la dicha de presentarla a su manera era algo que agradecía Izuku, la atención, el ser escuchado, ser alguien sin estorbar con su asistencia.

—Kacchan... estoy tan feliz de haberte conocido —susurró con una tibia sonrisa agradecida. —Me siento tan bendecido contigo.

Fueron palabras sencillas y con placer de mencionarlas, quería recordarle tanto a él como a sí mismo que tenía una razón para continuar viviendo, todo debía ser mejor a partir de ahora. Comió con mayor apetito de lo que usualmente había mostrado, esbozaba una gran sonrisa abstraído en el sabor meneando un poco su cabeza un suave tarareo emocionado de la comida de Katsuki, su cuerpo ya no lo rechazaba como antes.

Terminó el último sorbo de la malteada de fresa al final y se dispuso a levantarse para limpiar el lugar, era lo justo, después de todo Katsuki era el que dedicó su esfuerzo en hacer la cena, no obstante, fue frenado con la idea de que mejor tomara una ducha.

—¿Eh? Pero debería primero poner orden aquí, Kacchan tú ya hiciste la cena —quejó de pie observando al otro remover los platos hacia el fregadero. —Kacchan... —Llamó nuevamente ante la indiferencia de su mención como si no estuviera ahí.

Hizo una mueca inflando una de sus mejillas con la insistencia de ayudar en algo, pero el otro no accedió como esa mañana, por lo que Izuku resopló saliendo del lugar con una rabieta no sin antes picar uno de los costados de Katsuki con su índice.

—Muy bien, pero te recuerdo que también soy una persona funcional... O al menos lo intento —quejó con la rabieta encima como si de un berrinche infantil se tratase y salió subiendo las escaleras hacia el baño.

Le indignaba la idea de no estar haciendo nada provechoso, invertía el tiempo solo comiendo y durmiendo como un bebé. Sabía que debía reposar más días para lograr mejorar su condición pero tampoco tenía la paciencia estando consciente de que no hacía nada en el día.

Cerró la puerta del baño empezando a desvestirse con una cara incómoda intentando interpretar que podía hacer en el día a día hasta recuperarse completamente.

"Ahora que me doy cuenta... ¿cómo lograba estar bien día a día?"

Izuku recordó su día a día en las rutinas anteriores cuando estudiaba y trabajaba, tenía muy poco tiempo para sí mismo. Desde muy temprano iba a clases hasta el medio día, posteriormente comía algo en la transición de tiempo en la tarde y dedicaba muchas horas intentando prepararse para los exámenes, llegaba su trabajo nocturno a las nueve de la noche hasta la una de la mañana, con suerte podía dormir unas cinco horas consecutivas hasta volver a la escuela temprano. La anterior jefa, Mirko, fue muy accesible con él, conocía su estilo de vida y le daba muchos permisos, por supuesto que debía tratarlo con sumo cuidado y mantenerlo sano al tratarse de uno de sus bailarines con más demanda, pero también estaba el hecho de que tuvo muchas compañeras y compañeros muy indulgentes que vigilaban su alimentación o como se sentía.

"No todos los que pisen esos sitios son escoria o juguetes, también somos personas..."

Recordaba la vista despectiva que varios otorgaron conociendo su origen o simplemente no les interesaba saber nada más que un buen servicio privado de uno de los afamados conejitos del burdel. La primera vez que que chocó miradas con Katsuki no supo interpretar que lograba transmitir en él, fue muy estoico e indiferente inicialmente, no olvidaba como arrebataba el agarre a su mano al inicio o como fue besado repentinamente con el humo de tabaco en sus labios. La segunda vez que lo vio en el burdel fue más complejo, estaba asustado de lo que había sucedido con Chisaki y por inercia acudió a su ayuda silenciosamente, por suerte Katsuki interpretó de forma favorable ese llamado de auxilio.

Le había tolerado las incertidumbres, los miedos, los rechazos y huidas varias veces, porque sabía y quería conocer algo más allá que "Deku" proporcionaba en un burdel.

Izuku estaba desnudo apesadumbrado en sus pensamientos adentrando a la regadera, pronto rio entre dientes resignado.

—Realmente amo que sea un obstinado —se dijo a sí mismo en voz alta.

Abrió el grifo de la regadera cayendo un chorro fuerte agua en su cabeza, provocando que su cabello cayera espeso alrededor, con sus manos dirigió sus mechones hacia atrás repelando su frente y visión.

Las gotas de agua tintineantes arrastraban por toda la piel dibujando su silueta, observó sus brazos por diferentes ángulos percibiendo que las marcas ya estaban olvidadas quedando solo pequeñas costras secas al borde de caer.

—Incluso los remanentes ya van a desaparecer —sonrió tenue de notar como su cuerpo le daba indicios de que ese sufrimiento no fue eterno a como lo estuvo atormentando las semanas anteriores.

Cuando estuvo en un estado bastante débil que apenas y podía levantarse por sí mismo, Katsuki lo movilizaba y ayudaba a sostener para lavarse. Arrugó el entrecejo recordando el inconveniente, no era un orgullo ver la mirada afligida del rubio notando como perdía volumen y color, por lo menos ahora su piel ya no se veía amarilla pero debía comer lo necesario para tener esa avivada apariencia sana.

Cerró el grifo por un momento, tomó un poco de shampoo del envase en la canastilla frotando su cabeza para crear espuma blanca con un aroma a manzana y cítricos verdes, haciendo pequeños masajes circulares en su cuero cabelludo con sus yemas y atizando su cabello entre sus dedos. La espuma comenzó a deslizar por su espalda y hombros, así que antes de llegar a irritarse los ojos los cerró extendiendo su mano hacia el grifo de agua, nuevamente el chorro salió enjuagando su cuerpo mientras se estaba frotando los hombros con la esponja y jabón.

Continuaba con su tarea con los ojos cerrados, sintiendo el agua caliente acariciar su cuerpo sin llegar a quemarlo como en otras ocasiones que fue más agresivo con sus baños. El vapor extendía en ese cuarto empañando los cristales del perímetro de la regadera.

"Necesito retomar una buena condición pronto si ya no quiero dejar a Kacchan con todos los pendientes aquí. Odio la idea de que se pueda volver a debilitar por exceso de trabajo"

Sumido en sus pensamientos y con la guardia baja no se percató el momento en que alguien le invadió en la regadera hasta el suave susurro en su oreja que le hizo sobresaltar abriendo sus ojos.

—¡¿Eh?! ¿Qué-...? —Balbuceó áspero intentando voltear pero la mención de que permaneciera ahí mismo siento sujetado le paralizó. —¿Kacchan, qué haces?

La fricción de la piel mojada de Katsuki en su espalda acunando bajo el chorro de la regadera le tomó por sorpresa, esbozó una queja aguda al sentir el lóbulo de su oreja ser mordida.

—Yo pensé que podría hacerlo por mí mismo esta vez —respondió de la sugerencia de ayudarlo como había sido los días anteriores, aunque ahora mismo podía sentir un motivo diferente, más allá de apoyarlo en asearlo.

Las veces previas Katsuki le ayudaba usando poca ropa evitando empaparse del todo, pero esta vez aseguraba por el tacto que sostenía en su espalda que estaba desnudo y completamente bajo la regadera también. Intentó girar de reojo para corroborarlo pero solo recibió el rostro del rubio sosteniéndose en la curvatura de su cuello.

El cosquilleo de las manos navegando por su cintura sin pudor le hicieron encoger con un escalofrío mientras la esponja y jabón eran arrebatados de sus propias manos. Cerró sus ojos fuertemente permitiendo al otro tomar el mando en la tarea, dejando volar su mente de la imagen que su sentido del tacto le daba con Katsuki paseando la esponja por su cuerpo, dejando un rastro de espuma jabonosa que el agua rápidamente enjuagaba.

Percibió la breve pausa de la áspera esponja en su vientre sin moverse de su lugar, hasta que escuchó la declaración de que deberían ser vistos por otros.

—¡¿Qué haces?! ¿Kacchan? —Alterado abrió sus ojos al tiempo que escuchó las persianas correr hacia arriba completamente, frente a él estaba una pared de cristal trasparente salpicado en gotas de la regadera dando vista a la intemperie exterior de la noche con iluminación nocturna.

Sus ojos miraron de un lado a otro percibiendo a personas caminando en las banquetas, autos con filas de tráfico e incluso la edificación continua al otro lado de la calle donde varios balcones había siluetas de personas a su nivel. La idea de estar siendo observado así le provocó sofoco, su rostro empezó a calentar desmesuradamente por el rubor abrupto que llegó hasta sus orejas cubiertas por los mechones caídos y mojados por la persistente agua.

Izuku había sido visto muchísimas noches con poca ropa provocativa y disfraces eróticos como bailarín de un burdel, pero era completamente diferente, su identidad estaba a salvo entre máscaras y antifaces con la temática de conejo que le correspondía. Eso era completamente diferente, ahí estaba completamente desnudo, subyugado entre los brazos de Katsuki que paseaban sus manos por su cuerpo.

—Tú... eres un desvergonzado, nos van a ver, no deberíamos... —insistió apenado mirando por el rabillo del ojo implorando que volviera a bajar las persianas, pero solo encontró la sonrisa traviesa en Katsuki, el cual lo empujó levemente al cristal repegando los antebrazos y parte del rostro que ladeó.

—Este tipo de ayuda... me está dando otras ideas —mencionó nervioso empañando el cristal con su aliento entre jadeos.

Las caricias inicialmente fueron tortuosas con las manos acudiendo sin pudor por su cuerpo, recorriendo desde sus muslos, curvando de manera traviesa por la ingle como si cambiara de opinión hacia el trasero, luego a su cadera tanteando hacia el vientre con las yemas hasta llegar al torso donde el relieve de sus pezones estaban rígidos por el tacto con suaves masajes de la punta de los dedos de Katsuki que daban pequeños círculos y sutiles agarres que provocaron a Izuku suspirar jadeante en más de una ocasión.

La sacudida de su cuerpo por los espasmos de las caricias a sus zonas erógenas le hicieron inclinar un poco más apegando parte de su torso en el cristal también buscando sostenerse de pie. Sentía sus piernas temblar por las agradables sensaciones que le nublaban la mente en placer.

Sus iris miraron como pudieron hacia fuera notando las personas alrededor, todavía le avergonzaba la idea de estar exhibiéndose de esa manera.

—No lo entiendo, ¿qué se supone que deberíamos mostrarles? —gimió debajo del chorro de la regadera todavía. —Pensarán que somos unos degenerados pervertidos.

A Katsuki no parecía importarle las advertencias, Izuku solo escuchaba como reía entre dientes continuando con su manoseo que lo estaba excitando, haciendo que el sentido común por el que buscaba contenerse culminara, el placer que sentía era una agonía de no poder avanzar.

—Si que te estás divirtiendo en ayudarme en la ducha, ¿verdad? —Restregó jadeante empañando con cada palabra el cristal conjunto a su rostro, ladeó su rostro para lograr visualizar un poco al otro. —Bueno, en realidad me preocupa otro asunto que ha estado rejoneando contra mí...

Desde hace unos minutos atrás cuando su cuerpo empezó a calentarse en excitación su sexo había levantado, pero no era el único, ya que entre el lavado de la esponja en las manos de Katsuki a su torso y su abrazo repegando su cuerpo contra sí pudo sentir su falo rígido y caliente frotar entre su espalda baja y su trasero.

—Te frotas muy inquieto, ¿acaso estás buscando algo? —Siseó con un encanto muy típico que tomaba lugar como Deku, conocía su entorno actual y ya no le tomaba ninguna incomodidad el exterior, por ahora solo buscaría fastidiar a Katsuki como reprimenda a lo que lo orilló.

Giró de reojo furtivamente para ver afuera resignado, ya daba igual, tenía una buena oportunidad por fin con él.

—Vamos a dar una sutil demostración entonces —declaró arrastrando su mano por el cristal hasta alcanzar el grifo y bajar el nivel del agua hasta ser muy poco el que descendía, no alcanzó a cerrarla del todo por la posición en la que estaba.

En seguida avanzó su mano sujetando la de Katsuki para arrebatar un poco la pastilla de jabón haciendo fricción entre su mano y la ajena, creando así una consistencia burbujeante y espumosa que rápido avanzó hacia sus muslos dejando el residuo entre ellos.

—Voy ayudarte a lavar —con un tono de voz hechizante, levantó sus caderas y abrió sus piernas dando una generosa vista a Katsuki desde su angulo.

Entre sus piernas dio una pequeña vereda que desvió el erecto miembro viril del rubio e inmediato apretó entre sus muslos. Izuku respingó con un suspiro jadeante al sentir el caliente y grueso falo rozar bajo su propios genitales, empezó a mover un poco las caderas haciendo un frotamiento placentero entre sus muslos resbaladizos con la espuma jabonosa y el pene de Katsuki.

—¿Esto... es lo que querías que vieran? —Gimió encogiendo sus hombros procurando sostenerse adecuadamente contra el cristal sin detener el meneo de sus caderas. —Eres un pervertido... Kacchan...

La idea de que la gente de fuera estuviera observando continuaba siendo vergonzoso, pero también podría tratarse de una parafilia que aceleraba su pulso y ritmo.

꧁_____꧂

En la memoria de Katsuki yacia la imagen erotica de Izuku bailando y meneando su cuerpo de manera descarada y juguetona en el tubo de poledance, observando analítico a los clientes tras el antifaz de conejo. Aquella faceta de él jamás la borraria de su mente y sería una de las que más le habían gustado. Si bien ya había descubierto qué Izuku tenia un lado bastante travieso al haberle dado una sesión de oral sin su concentimiento mientras dormía. Ahora era su turno de tomarlo desprevenido y conocer qué reacción tendría. A sus palabras de ser un desvergonzado sonrio aun más con una ceja en alto y se sintió victorioso de hacerle sentir nervioso pues pudo notar el temblor del cuerpo ajeno contra el cristal qué se empañaba con su aliento.

—No estas en posición de decirme eso — murmuro con jugueteo sin dejar de pasear sus manos entre el jabón, la esponja y la piel del pecoso qué cada vez le llamaba más la atención. Era una especie de venganza divertida qué planeaba tomarse por lo de aquella vez en la cama.

Continuó con sus manos recorriendo lentamente a propósito aquellas zonas qué pudo notar causaban más espasmos en su cautivo.

"El pecho, el cuello, el vientre bajo y las orejas"

Enumero las zonas qué pudo detectar eran más erogenas para Izuku, estaba conociendo su cuerpo y cada detalle de él, a diferencia de aquella vez en el baño en que le masturbo estando ebrio. Estaba en sus cuatro sentidos y estaba seguro de que cada reacción era genuina.

La aguda voz de Izuku llegaba a sus oídos entre suspiros y suaves gemidos qué le crearon la necesidad de aumentar las caricias en su cuerpo especialmente en sus pezones qué acaricio con deseo hasta ponerlos duros con las yemas de sus dedos aumentando el sonido de la voz ajena. Oírlo era un deleite qué le causaba cosquilleos en su bajo vientre y de forma inevitable la naturaleza hizo lo suyo poniéndolo cada vez más duro a cada jadeo ajeno qué llegaba a sus oídos.

Rio a la mencion irónica se qué eran un par de pervertidos por mostrarse hacia el público. Su broma había salido a la perfección y entre sus caricias con claras intenciones dobles, comenzó a frotar su miembro entre entre la espalda baja y el espacio entre el trasero a su merced, la sensación de roce era deleitable haciéndole morderse el labio con frustración al empezar a sentir la necesidad de ir más allá, de meterlo dentro de una sola estocada y conocer su interior, sus manos hormigueaban y sus dedos apretaron la piel ajena, para su sorpresa Izuku había notado aquello y había cambiado su semblante a uno mucho más abierto al jugueteo lo que le tomo por sorpresa y le hizo alzar una ceja sonriendo con travesura.

"Aun mantiene ese lado pervertido de Deku"

Había detectado cierta forma de hablar qué relaciono a "Deku" cosa que le prendió como si de un interruptor se tratase y le incitaba a aumentar el nivel del acto qué estaban creando.

— Y yo soy el pervertido ¿no? — murmuro entrecerrando los ojos relamiendose y apegando su nariz al cuello húmedo del pecoso quien parecía haber cerrado el grifo del agua a medias .

A sus palabras se separó un poco expectante sintiendo su mano ser guiada por la ajena hasta los muslos del menor que se enjabono para después tomar una posición tan erotica qué le hizo abrir sus labios y alzar una ceja en respuesta.

—Joder...— alcanzo a murmurar entre gruñidos clavando la mirada en la forma en que Izuku se movió para aprisionarle el miembro entre sus muslos.

A tal acción Katsuki dejo caer lo que había en sus manos y tomo por las caderas a Izuku con fuerza apretando su blanca piel.

El roce entre sus cuerpos le causó un escalofrío qué lo recorrió de pies a cabeza haciéndole cerrar los ojos y arrugar el entrecejo mientras escuchaba sus palabras claramente jugetonas. El cosquilleo en su bajo vientre aumento frenéticamente haciéndole tensar también.

— ¿Entonces quieres jugar? — murmuro en gutural voz rásposa al oído del otro.

—Juguemos entonces, que todos vean como te toco — Gruño empujando más a Izuku contra el vidrio hasta dejarle casi todo el torso contra el frio material que escurrió parte del agua jabonosa hasta el suelo.

Inclino un poco su cuerpo para alcanzar la oreja del chico que beso y mordió con suavidad pasando su lengua por detrás bajando hasta el cuello donde beso con necesidad.

Movió sus caderas haciendo chocar el trasero ajeno contra su pelvis aumentando el rose qué había entre su pené y los muslos del chico haciéndole gruñir.

Paso su mano derecha a apoyarse contra el vidrio mientras qué la izquierda fue llevada a acariciar a palma abierta todo el torso a su merced enfocandose a los rosados y erectos pezones qué pellizco y froto entre sus dedos sin ningun ápice de pudor.

Sonrió malévolo lamiendo la curvatura del cuello dejando una mordida un poco más fuerte en el hombro para después dar un beso delicado encima a forma de cariño.

El sonrojo en el menor ya era más que evidente pero lo que más le gustaba era ver aquella deliciosa expresión de placer qué tenia con los labios entre abiertos sus ojos cerrados y su ceño ligeramente fruncido. Jadeando lascivo a todas sus atenciones y haciéndole expandir sus pupilas.

— ¿Qué pasa?... Te mueves desesperado ¿tan pronto quieres que lo meta? —

Se relamio divertido llevando su mano a tomar el miembro del menor donde acaricio la punta con el dedo pulgar formando círculos qué después bajaron por todo el tronco hasta la raíz donde sintió la suave capa de bello mojado.

Katsuki sintió su ritmo cardíaco aumentar a la vez que el palpitar de su propio falo caliente qué rogaba por tumbar a Izuku al suelo y tomarlo como tanto se había abstenido hasta el momento pero aun no le daría ese gusto.

Trago la saliva qué se le había acumulado en la boca soltando un jadeo y llevo su mano al trasero ajeno con lentitud.

"Mierda es tan jodidamente sexy, realmente quiero... "

Maldijo en su mente mordiendose el labio y gruñendo al pasar su dedo medio suavemente por en medio de los glúteos del pecoso hasta sentir cierto agujero qué se contraia invitándolo a entrar de la forma más lasciva posible.

Katsuki tuvo que hacer un esfuerzo monumental para no acceder a ese inmenso deseo de penetrarlo ya, tan solo froto la punta de su dedo sobre la zona dibujando suaves círculos.

—¿Lo quieres?...— Cuestionó en un grave susurro pasando la lengua con perversión a lo largo de la espalda del menor y cuando noto que Izuku comenzaba a restregarse más contra él supo que era el momento en que más deseo le creo y se alejo por completo de golpe retirando su miembro de entre los muslos ajenos también.

—Una semana Izuku — siseo a su oído sonriendo victorioso haciendo referencia a la fecha del cumpleaños del menor.

Entre respiros agitados acaricio el rostro del pecoso girandolo para darle un beso profundo en los labios robandose parte de sus suspiros.

Abrió la llave de la regadera nuevamente y se alejo saliendo de allí a tomar la toalla qué anteriormente había dejado en el piso para enredarsela en la cintura.

—Termina de bañarte — le dijo suavemente mientras se acercaba a la puerta donde se detuvo un momento y giro la cabeza un poco para verlo por detrás del hombro.

—Ah cierto...— hizo una pausa dibujando una sonrisa divertida.

— Nadie puede vernos, es vidrio unidireccional —

Con ello salio del baño con una gran sonrisa traviesa de oreja a oreja imaginando la reacción atónita qué tendria el pecoso.

꧁_____꧂

Podría considerarse que estaba emocionado por la incitante pregunta de jugar, aunque también poseía un indicio de cordura considerando la situación abierta donde estaban. Tragó saliva un tanto áspero sintiendo el caliente aliento chocar con su lóbulo de la oreja.

—Es-espera Kacchan, esta posición es muy... —balbuceó con dificultad pegando gran parte de su cuerpo al frío cristal empañado y mojado en algunas secciones.

Esbozó jadeos tensos arremetido de la sensación con el movimiento en Katsuki que le empujaba hacia el frente, de solo imaginar una posición indecorosa con la que eran vistos desde fuera le hizo apretar los ojos con el tinte en su rostro por el sonrojo.

La mano cruzando todavía con insistencia por su abdomen jugueteando a subir a los pezones y luego bajar invasivo por su ombligo poco a poco descendiendo y una salvaje mordida a su hombro le hizo salpicar un gemido que sobresaltó temblando todo su cuerpo desviando una mano a sostenerse desde el antebrazo de Katsuki que estaba fuertemente sosteniendo parte de su cuerpo contra el cristal también.

—Que cruel, eso dolió —quejó entre espasmos titubeantes girando de reojo, aunque su rostro en lugar de molestia reflejaba un indecoroso placer.

Sonrió en sus adentros irónico de lo que sucedía, pensó que había tomado el control de ello pero ahora Katsuki le había devuelto la jugada con una pregunta similar a la que le hizo.

—Deja de burlarte de mí —exclamó con jadeos y un espasmo al sentir como sujetaba su miembro acariciando con una tortuosa paciencia. —Lo dices como si yo fue el único que... esperara eso...

Por inercia arqueó su espalda al sentir como la otra mano de Katsuki palmeaba con suavidad su trasero, mordió el labio inferior silenciando sus gemidos deseosos.

—Kacchan... tú... ¿tú realmente vas a...? —Masculló emocionado del tacto incitante que daban a su entrada, pero también había un remanente de preocupación, conocía la contundentes convicciones que tenía Katsuki.

Apretó sus manos en puños ante la pregunta insistente de si quería.

—Tú sabes que sí —respondió con derrota de admitirlo en un suspiro que le arrebató el aire, pronto estremeció de sentir la lengua del otro recorrer el largo de su espalda, por lo que inclinó su cuerpo un poco más dando a saber que estaba listo.

No obstante, la idea lasciva que combustionaba en su mente no ocurrió, sintió que parte del calor en su cuerpo retiró junto con el de Katsuki que separó repentinamente, solo recibió un susurro del tiempo como sentencia.

—¿Eh...? —Fue lo único que pudo vocear confundido. Con el rostro pasmado fue forzado a dar media vuelta para otorgar un beso profundo que torpemente correspondió.

"Ah... volvió a suceder..." 

Pensó resignado de comparar ese momento a la mañana en su departamento cuando le intentaba hacer desayuno.

A mitad de ese beso Katsuki había abierto de nuevo la llave de la regadera completamente, separó y salió de la ducha dejando solo a Izuku en el agua.

—Pero... ¿Kacchan? —Enarcó una ceja, disperso de ver que lo dejaría bañarse solo luego de eso.

Apreció como abría la puerta para retirarse enredando una toalla alrededor de la cintura, aunque lo más impactante fue lo último que le dijo. De manera irremediable el rostro de Izuku sonrojó una vez más con intensidad, quedando solo en el lugar con la insólita sonrisa burlona de Katsuki por la confesión.

Giró de reojo hacia el cristal percibiendo a las personas ignorando cualquier eje de visión hasta ese lugar, se llevó una mano al rostro ocultando su vergüenza de lo que estuvo imaginando todo este tiempo y recargó en la pared.

—Kacchan realmente se divirtió viéndome creer esa idea indecorosa... además de dejarme así... —suspiró con desdicha al tener su miembro despierto encima todavía.

No podía quedarse con todo ese calor encima y ahora con mayor seguridad de su privacidad se hizo cargo de su excitación empezando a tocarse, cerró sus ojos queriendo mantener la imagen del rubio paseando por su cuerpo, tocando su pecho, su pelvis, sus glúteos, todas aquellas zonas erógenas que le hacían sobresaltar sin controlar sus gemidos abruptos.

Al lograr correrse tenía la mente las centrada, con la sensación de incertidumbre.

"Tal vez... no logro excitarlo tanto como creí. ¡¿Qué rayos pasa conmigo que no logro convencerlo?!"

Quejó internamente terminando de lavarse y saliendo de la regadera en busca de una toalla seca y limpia.

"No tengo el suficiente atractivo para que caiga, así que le da igual lo que haga en una semana, ¿no?"

Podría ser el hecho de que tengan una diferencia de edad perceptible, que Izuku tuviera unos rasgos jóvenes en incluso algo femeninos, también la silueta más delgada de lo que era inicialmente, podían ser muchas cosas, pero también quería hacerle una pequeña jugarreta en esa semana.

Katsuki se divirtió haciéndole creer cosas indecentes de esos cristales del baño, lo había dejado con ganas de más burlonamente y solo detenía para retirarse en confianza. Bueno, Izuku también conocía métodos así, después de todo trabajó por meses en un sitio con esa amplitud en sus trabajadores.

De ahora en adelante solo le daría placer visual a ese rubio, no iba a permitir ni una mínima caricia como castigo y determinar si realmente tenía esa determinación de acero.

Frotó su cabello con una pequeña toalla hasta dejarlo mohído y húmedo, salió hacia su cuarto en busca de ropa pero al momento de dejarla en la cama caminó descalzo hasta subir a la habitación de Katsuki, al verlo cambiado y organizando la cama aproximó con un semblante decisivo y serio.

—Mañana vuelves a tu trabajo de forma presencial, ¿no? —Preguntó inflando el pecho desnudo en aire. —Todo estará bien, mañana tengo mi sesión con el señor Toshinori y te tendré lista la cena para cuando llegues.

Indicó con determinación exhalando pesado desde sus fosas nasales. Acercó hacia la cama, empujando desde el torso a Katsuki para que recostara su espalda en el colchón, Izuku avanzó gateando hasta posicionarse encima de él sosteniendo su peso con sus brazos a los costados del otro.

—No tengo palabras para lo que me hiciste creer en el baño y como me dejaste solo... —susurró arrugando el entrecejo con un lamento un poco sarcástico mientras delineaba con su falange los labios de Katsuki, descendiendo por su cuello hasta su pecho. —Eres cruel.

Se tomó la libertad de sentarse un poco en su pelvis solo cubierto por esa toalla rodeando su cintura.

—¿Sabes? El señor Toshinori me ha dicho que hay que valorar todos los días con esos pequeños detalles que los hacen únicos, no hay que desperdiciarlos ya que no se sabe si más adelante tendrás algo como eso otra vez —declaró con un tono lúdico. —Así que piensa esta noche la oportunidad que se fue y tu declaración oficial —remarcó palmeando su cuerpo con su mano rodando por encima de su camisa sin mangas.

Inclinó para estar a unos centímetros de su rostro y que sus ventilaciones chocaras, abrió sus labios de manera deseosa contra el otro y al percibir como iba a besarlo resopló retrocediendo un poco para impedirlo. De tal manera la mano que notó aproximar a tomarlo de la cadera por un lateral lo detuvo a medio camino sosteniéndola.

—Una semana, ¿no? —Remarcó con una sonrisa vislumbrando sus dientes.

Se movió para levantarse y bajar de la cama.

—Tú estás mejor y yo estoy mejor; dudo de volver a tener pesadillas por ahora, así que dormiremos separados —comunicó como sentencia caminando a la salida. —Después de todo a Kacchan le da igual, nada de lo que haga lo saca de su determinación, pero... yo no soy tan fuerte, no podría resistirme a hacer algo como aquella vez —reprochó rodando sus ojos fingiendo demencia para al final abrir su boca mostrando una indecorosa referencia sacando su lengua para interpretarlo en una felación.

Tomó la puerta saliendo del lugar no sin antes restregar una inocente sonrisa.

—Descansa, Kacchan —fue lo último que su voz pudo recitar alejándose y cerrando la puerta tras de sí, esperando haber dado un poco de escarmiento.

Se encerró en su cuarto para cambiarse y entrar a la cama.

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