Embriaguez
Todo había salido bien, había notado lo limpia qué estaba la casa, el cómo el bebé tenía un diferente mameluco al qué recordó cuando se despidió, impecable, libre de algún aroma o mancha en él y además se veía relajado y bien comido.
Izuku había hecho un estupendo trabajo cuidándolo. No negaría qué incluso se había sorprendido por ello.
—Izuku, ven... —
Pidió en voz alta, buscando con la mirada al menor hasta que le escuchó desde el
segundo piso darle la bienvenida.
—Ahí estas — murmuró suspirando de alivio y plantándose frente a las escaleras con las manos sobre su cintura mientras le observaba bajar los escalones haciendo saltar sus mechones rizados.
—Quizá no es muy apegado a su madre, te comenté que quienes lo cuidan son las sirvientas — Respondió recordando como en el juicio de custodia había escuchado un testimonio de una de las sirvientas de la casa haciendo mención qué la mujer no era mala madre pero que no solía pasar mucho tiempo con él.
—Si le gusta el verde entonces tiene los mismos buenos gustos qué yo — Alardeo con una leve risilla notando lo entusiasmado y feliz qué a Izuku se miraba. No le había visto así antes, a ojos el rubio era completamente adorable.
—Joder tuve que conducir como loco para llegar a tiempo, mañana indicare qué salí por una emergencia y no habrá mayor problema, te ayudare a hacer la cena —
Indico extendiendo los brazos para recibir el tan esperado abrazo de bienvenida qué el pecoso siempre le daba acompañado de besos y mimos, realmente lo necesitaba después de ese largo día extenuante.
Katsuki ladeo su cabeza confuso al notar qué el chico freno su bienvenida y no otorgó aquel contacto qué espero con los brazos abiertos, noto como le observaba preocupado.
— ¿Eh?....— Exclamó alzando una ceja y mirando su hombro, por un momento el estrés de tener que llegar a tiempo con Camie y de que no mirara a Izuku termino haciéndole olvidar qué tenía la lesión en el brazo. De igual forma no era algo que podría ocultarle a Izuku pues solían dormir casi sin ropa y tarde o temprano notaria la herida.
—Ah esto... — Alzó su brazo un poco tratando de ver por el mismo también el estado de la herida. A Izuku parecía haberle preocupado de más, ya estaba frente a el palpando la ropa manchada de sangre seca.
"Por ahora no puedo decirle que pague la deuda y que esto fue a consecuencia de ello, seguramente va a volverse loco si se entera... ¿Se enojará?"
Pensó un tanto serio, consideraba qué haberse librado de la deuda del menor era algo bueno, pero sabía que Izuku se sentía muy en deuda con él al grado de no saber que hacer para ayudar más, a Katsuki eso no le importaba, pero intento ponerse en sus zapatos un momento.
La situación estaba tensa por el tema del arresto, la huida y el que harían después, si le contaba qué había pagado podría llegar a fragmentar aún más la mente del menor, necesitaba tenerlo fresco con la mente fría para los próximos días. Una vez que estuviesen fuera de la mira de la policía, le contaría sobre en pago mientras tanto el rubio pensó que dar una pequeña mentirilla blanca una última vez no sería malo. Tan solo por esa ocasión.
Aclaro su garganta y llevo la mano a despeinar el cabello de su novio con diversión y cariño.
—Descuida, solo es un araño, acudí a la captura de un delincuente y hubo algunas detonaciones, una de ellas paso cerca de mi causando esto, no es nada grave, no te asustes —
Le murmuró tranquilo con una sonrisa ladina sin mostrar los dientes, suspiro mirando al techo y sintió el abrazo angustiado de Izuku, bajo la cabeza recargando su barbilla en la nuca del menor y cerró los ojos unos segundos con un semblante calmado, llenándose de esa calidez qué solo él le podía brindar cuando era abrazado y atendido por él.
—Fue hace como dos horas, de verdad estoy bien no hace falta que te preocupes tanto Izuku —
Le dijo suave para luego separarse un poco y ver al menor a los ojos unos instantes sintiéndose perderse en lo hipnótico que eran mientras una caricia le era brindada en el rostro por sus aterciopeladas manos.
— Tendré más cuidado, sé que tengo a alguien esperando por mí en casa —
Le dijo tratando de apaciguar un poco aquella amarga sensación qué Izuku tenía debido al susto.
No fue difícil imaginar que varios escenarios catastróficos pasaban por esa mente en ese instante. Katsuki sabía que Izuku tendía a sobre pensar demasiado las cosas casándose pequeños cuadros de ansiedad. Debía calmarlo y darle seguridad era parte de su trabajo como pareja desde el momento en que decidió cuidar de ese mallugado corazón frágil.
—Hará falta mucho más que un rasguño como este para acabar conmigo, no me pasará nada, relájate conejito —
Le índigo dándole un pequeño golpecito en su barbilla y sonrió travieso inclinándose para besar su mejilla solo por un par de segundos antes de separarse y asentir ante la indicación de que iría al botiquín.
Sin más remedio suspiro y camino a la sala dejándose caer en el sofá completamente exhausto. La herida realmente no dolía demasiado, no comparada con otras lesiones qué había tenido antes como la del hombro izquierdo donde quedaba el remanente en la fea cicatriz sobre la clavícula.
Recordaba el ardor de una bala sentirse tan ardiente como el fuego quemando por dentro, el dolor punzante en el interior y la sensación de incertidumbre y miedo al no saber si se había dañado algo importante por dentro.
A los pocos segundos notó a Izuku volver cargado de un montón de cosas del botiquín, no pudo evitar sonreír pensando en que lo dejaría hacer lo que quisiera con tal de que se sintiera más tranquilo.
Si cambiar el vendaje era lo que le daría un poco de paz al mejor entonces lo dejaría hacerlo.
La camisa fue retirada, la observó un momento torciendo los labios en un ridículo puchero, había quedado arruinada tanto por la rotura como por la sangre, era una de sus favoritas, ya que las daba, la arribo al cesto de basura cercano desde su lugar logrando encestar mientras sentía como Izuku empezaba su labor.
Le miro de reojo afilando la mirada con una suave sonrisa ladina.
—No me habías dicho que además de tener un alma maternal eras enfermero —
Murmuro divertido notando la manera en que le era limpiada la herida y se cambiaba el vendaje. A su pregunta asintió con un rostro relajado.
—Supongo que sí, le distraje porque pensé en mi conejito bailando desnudo entre mis piernas —
Bromeó sonriendo amplio y divertido antes de sentir un dolor en la herida al ser presionada con fuerza contra la gasa limpia. Se quejo de inmediato arrugado el entrecejo entendiendo qué no era en momento para hacer bromas y suspiro quedándose en silencio un momento hasta que Izuku hablo de nuevo mencionando lo molesta que estaba su ex prometida por haber hecho parecer qué había dejado solo al bebé en casa. Katsuki resoplo poniendo los ojos en blanco.
— Sonó horrible, pero no tuve tiempo para pensar en una excusa mejor, al menos se lo creyó sin problema —
Observó como el vendaje fue terminado de ponerse con firmeza y cuidado seguido de un beso gentil sobre el mismo de parte del menor, entrelazo su mano con la ajena dejándose hacer y sonrió con calma a la petición de Izuku sobre cuidarse más.
—Eres un pequeño llorón ¿sabías? —
Dijo con suavidad inclinándose a tomar el rostro de Izuku, ladeando a su contraria para besarlo al fin sintiendo toda su tensión irse sin más.
—Tómalo como un "Gracias" por ayudarme con el mocoso hoy y cuidar de mí también, no te merezco Izuku —
Sincero al separarse después de un rato intercambiando besos, se reincorporó revolviéndole el cabello al chico y luego metio las manos a los bolsillos del pantalón, camino a la cocina con la intención de preparar algo de cenar.
—Ven, veamos que cenaremos esta noche, te ayudare a cocinar ¿qué tal unos tallarines salteados? —
Se sentía realmente más tranquilo, buscando en la alacena cuando sintió el dulce abrazo del chico en su espalda insistiendo en que él lo haría y que por su parte era mejor que reposara.
—Estoy bien, puedo ayudarte —
Insistió, pero Izuku fue firme indicándole qué esperará, Katsuki suspiro rendido y dibujo una suave sonrisa cuando noto al chico buscar entusiasmado en el refrigerador.
— Bien tu ganas esta vez pero al menos déjame hacer algo me aburriré si solo me siento a esperar como un retrasado —
Le dijo cruzándose de brazos para moverse y dejar al menor ir de un lado a otro sonriendo por ver cómo lavaba y cortaba los vegetales y al oírle decir que el podía poner los tallarines a hervir asintió y con una calma confortable sacó la pasta de la alacena para ir a la estufa y encenderla poniendo a hervir una cacerola con agua y algunos condimentos.
Cocinar junto al menor se había vuelto una de las cosas que más le gustaban desde que vivían juntos. Mientras ponía sal al agua en la olla escucho al chico decir que había sido lindo cuidar del bebé y que no se parecía a la gruñona de Camie haciéndolo reír un poco.
—Tuvo suerte entonces, pero si hereda mi carácter esta jodido —
Respondió alegre, era extraño sentirse feliz, poco a poco sonreír se le hacía un hábito gracias al conejo sin embargo quedo pensativo después. La idea de ser padre no era algo que tuviera en sus planes de vida mucho menos de la forma en que a él le tocó.
Prácticamente había sido obligado a ser el padre de ese pequeño que era más que obvio con tan sólo una mirada que no era hijo suyo pese a que los resultados sanguíneos decían lo contrario. Suspiro muy profundo y miró al pecoso.
— Pará ser sincero... nunca me llegué a ver con hijos, ni siquiera llegué a imaginarme con una pareja así que la idea de tener que ser padre de ese bebé me es un poco rara todavía —
Explicó con calma para luego ver a la olla de nuevo y verter la pasta cruda.
— Pero aquí estoy ahora, con el chico más lindo a mi lado y un hijo, si cuidarlo te hace feliz a ti también entonces es más que suficiente —
Finalizó con una suave expresión mientras caminaba al lado del pecoso y con una mano le tomó del mentón para levantarle el rostro y besarlo con suavidad en los labios.
—Pero si tuvieras un vientre, Joder... No me cansaría de tener hijos contigo, qué tuvieran tus ojos y tus pecas y esa adorable actitud jodidamente adorable —
Le susurró sonriendo para luego indicarle como debía preparar una sartén con mantequilla y crema de champiñones para poder preparar los tallarines luego en un punto en que ya solo debían esperar para que la comida estuviera lista tomó asiento en la barra y resoplo algo cansado.
—Encontré un lugar prefecto en Hokkaido, es una casa tradicional cerca al mar, el día de la huida, te daré la dirección, los documentos de tu nueva identidad y el dinero necesario para los primeros meses mientras consigues empleo, el muelle está cerca así que hay mucho trabajo por allá seguro encontraras algo fácilmente —
Le dijo mirándole a los ojos y con un rostro calmado. A pesar de ser un plan simple no podría tener fallas a menos de que Ashido lo traicionara cosa que era poco probable. Se había encargado de grabar el audio de su conversación con ella con el móvil aquel día. Así podría inculparla si se atrevía a hacer algo en su contra, pero sabía que la chica era de fiar además de tener en bolsa una jugosa cantidad de dinero por su ayuda.
Luego de explicar esos detalles del plan al menor suspiro y lo miro volver a su labor con la comida, admirando lo rápido qué aprendió a manejar los sartenes y los ingredientes, después de unos minutos se acercó a cerciorar si la comida ya estaba lista a petición del menor.
—Trae dos tazones, está listo —
Le extendiendo la mano para recibir los tazones y servir una porción en cada uno.
Se acerco a la cristalería para tomar un par de copas medianas y saco una botella de vino de la alacena más alta, lo destapó y
sirvió un poco en cada copa.
—La pasta es la mejor para acompañarla con vino —
Coloco las copas en la barra y tomaron asiento para comenzar a comer, al primer bocado abrió la boca y soplo para degustar a sintiendo en aprobación.
—Esta rico ¿verdad? —
Dijo alzando una ceja sin dejar de mirar al pecoso pues le gustaba aquella suave sonrisa de alegría que este expresaba cuando comía algo delicioso y muy en el fondo deseo poder ver esa sonrisa por mucho tiempo más.
—Cuando todo esto termine. ¿Qué tienes pensado hacer? —
Le preguntó mientras movía el vino dentro de la copa antes de beber un trago.
—¿Te gustaría retomar la escuela? Voy a ayudarte con eso, pagaré la matricula —
Dijo con franqueza extendiendo la mano a lo largo de la mesa para tomar la mano ajena.
—Tus metas también son mías, no tendrás que preocuparte más por el dinero, confía en mí —
Sonrió diluido acariciando la mano del menor, sin embargo, justo cuando se había inclinado a besarle una vez más, escucho el llamado a la puerta haciéndolo fruncir el entrecejo.
—¿Quién mierda es a esta hora? —
Se pregunto molesto, ya era tarde así que le pareció muy extraño que alguien acudiera a su domicilio y de ser Camie seguramente le hubiese llamado primero. Así que un sentido del alerta se activó en automático.
"Dudo que sea la mafia, me dieron su palabra sobre no molestar además no tienen mi información si no la del domicilio de Izuku"
Analizó buscando quien podría ser. Enfrió el rostro y miró a Izuku.
—Aguarda aquí. —
Le ordenó algo tenso y se acercó a la entrada para observar por la mirilla dándose cuenta de que era Kirishima quien tocaba.
— ¿Que mierda hace él aquí ?, ¿Qué quiere? —
Gruño alzando una ceja, odiaba qué lo interrumpieran y regreso con el menor rápidamente.
—Es Kirishima, sube a mi habitación y espera ahí, veré que es lo que quiere —
Le dijo dándole una caricia en la mejilla y espero a que el menor subiera para entonces ir a abrir la puerta pues el pelirrojo no dejaba de insistir tocando el timbre y llamando con sus manos.
— ¡¿Qué diablos quieres pelos de mierda? estaba a punto de irme a dormir! —
Bramo el rubio con una vena saltando de su frente.
— Hola Bakugo, Lamento molestarte tan tarde, pero supe que saliste antes por una emergencia, quería saber si estabas bien o si necesitabas ayuda en algo —
Respondió el pelirrojo con una sonrisa nerviosa, ya conocía el carácter del rubio cuando era molestado, pero había acudido ahí para disolver sus dudas.
—Cualquiera con un mínimo de inteligencia hubiese preguntado por mensaje o por llamada antes de precipitarse a acudir en persona ¿no crees? —
Respondió el rubio cruzándose de brazos y alzando una ceja.
— Bueno, es que también quería beber un poco, últimamente te ves tan estresado qué pensé que sería bueno una noche de copas, ¿qué dices? —
Propuso el pelirrojo mostrando una bolsa plástica con varias latas de cerveza y Katsuki apretó los labios.
—Si tanto quieres beber ¿por qué mejor no vas a casa del idiota de Denki? —
Katsuki suspiro cansado, era muy extraño qué el pelirrojo acudiera a beber a su domicilio, tanto el cómo Denki sabían que no le gustaba recibir visitas y menos para beber pues tenia que se pusieran demasiado ebrios y causarán un desorden en su limpio y bien ordenado hogar.
— Se fue de fiesta el solo, sabe que mañana será un día pesado ya sabes por la búsqueda de Izuku, ¿puedo entrar? a menos que... Ya tengas compañía —
Intuyo el pelirrojo afilando los ojos y el rubio suspiro rascando su nuca.
—Te dije que estaba por irme a dormir, estoy cansado —
Se escudó el rubio.
—¿Irte a dormir? Aun tienes tu ropa del trabajo puesta y oh-.. ¿qué es eso?. Huele delicioso, estabas por cenar ¿no es cierto? —
Kirishima sonrió curvando una ceja, estaba seguro de que Bakugo escondía algo, la extraña actitud en el interrogatorio de Izuku y si desaparición del lugar después de que este término, los bentos llamativos e infantiles, los mensajes que no dejaba ver a nadie, la herida qué se hizo en un lugar donde no tenía por qué hacerse una, las marcas de mordidas en su cuello y araños en los brazos y ahora, la extraña forma en que se fue de la oficina y Camie indico qué había cuidado al bebé cuando no era verdad. Definitivamente algo no cuadraba para Kirishima y su tremenda intuición por algo era el segundo al cargo en la división de investigación.
"Este bastado ya sospecha algo, no puedo darme el lujo de seguir evadiendo su intuición, podría ver los dos platos en la barra, ¿qué excusa puedo darle?"
Pensó Katsuki mordiéndose la mejilla interna y miró de reojo hacia atrás, sabía que Izuku estaba en la habitación y al oír sus voces en la sala no bajaría, sabía que era lo suficientemente listo para ocultarse en caso de algo ocurriera.
— ¿Qué tanto piensas? parece como si ocultarás algo. —
Dijo Kirishima dándole la bolsa de cervezas al rubio quien se quedó quieto un momento y las recibió arrebatando la bolsa con desgane.
—Qué idioteces dices, eres tú quien se ve sospechoso llegando así de la nada —
Respondió gruñón con una voz huraña, Kirishima sonrió encogiéndose de hombros.
— ¿Entonces por qué no me invitas a pasar? Bebamos rápido anda —
Solicitó Kirishima y el rubio no tuvo opción más que aceptar abriendo la puerta para que pasara.
Lo observó analítico, notando como el pelirrojo parecía observar cuidadoso todo lo que estaba al alcance de su vista.
Caminaron hasta la sala donde Katsuki dejo las cervezas en la mesa central, Kirishima sonrió dirigiéndose a la cocina.
—¿Hey a donde mierda vas? —
Katsuki alzó la voz persiguiendo al pelirrojo qué índigo iría por vasos para la cerveza, frenándose frente a la barra notando el par de platos de tallarines aun tibios y las copas y botella de vino.
— ¿Por qué parece como si hubiese aquí dos personas? —
Le preguntó el pelirrojo con la ceja en alto y el rubio aclaró su garganta.
—Eso... Bien me descubriste —
Confesó Katsuki y Kirishima abrió sus ojos sorprendido esperando oír más. Katsuki se acercó a tomar los platos para guardarlos en el refrigerador.
—Estoy saliendo con alguien desde hace un tiempo, no quería contarles nada porque son unos idiotas insoportables qué lloriquean por oír los detalles —
Murmuro estoico, dando el par de vasos al pelirrojo con brusquedad
—Ella estaba aquí, pero se acaba de ir, estábamos cenando, ahora muévete —
Ordenó Katsuki con un rostro poco amigable.
—¿Ella?... ¿Entonces es una chica? ¡Lo sabía! Entonces con mayor hay que brindar, en hora buena por la pobre mujer qué tendrá que aguantarte hermano —
Dijo Kirishima entusiasmado tomando la botella de vino también.
"Sabía que Katsuki no era tan idiota como para involucrarse con Izuku, que alivio, aunque... Aún tengo algunas sospechas"
Pensó el pelirrojo aliviado pero un sonido que provino desde el piso de arriba hizo que ambos miraran al techo, kirishima miró de nuevo al rubio y señaló con su dedo hacia arriba, Katsuki sonrió una gota de sudor bajar por su frente.
— ¿Qué fue eso? — Preguntó el pelirrojo y el rubio se encogió de hombros
—No lo sé tal vez el jodido viento, camina muévete —
Empujó al pelirrojo hasta la sala donde tomaron asiento y empezaron a beber primero las cervezas.
El sabor amargo helado y espumoso de la misma hacia gruñir a Katsuki con gusto, había necesitado tomar una desde hacía tiempo y esas qué Kirishima había llevado le habían caído como del cielo.
Kirishima comenzó a insistir respecto a saber más sobre esa supuesta novia que el rubio tenia, aun no se tragaba del todo esa versión de Katsuki, necesitaba más detalles. Katsuki seguía portándose extraño a su juicio.
—Anda, si ya tienes tiempo saliendo con ella debes tener al menos una foto, muéstramela —
Rogo Kirishima haciendo un puchero qué hizo rodar los ojos a Katsuki. La insistencia del contrario le estaba empezando a colmar la paciencia, entonces recordó qué si tenía una imagen de Izuku qué podría usar. Saco su móvil y busco en la galería con cautela encontrando la fotografía qué abrió y planto en la cara del otro sin acceder a darle el teléfono.
— Solo tengo esta foto de su perfecto y firme trasero, ahora muérete de envidia maldito perdedor —
Katsuki sonrió divertido mostrando la imagen que había capturado en una de tantas noches qué tuvo con Izuku, en ella se veía parte de la cadera de Izuku, sus glúteos y muslos hasta la altura de las rodillas, flexionadas sobre el colchón de la cama.
Kirishima la miro sorprendido y un sonrojo se instaló en sus mejillas. Chifló alzando una ceja sin perder detalle de esa erótica fotografía.
—Diablos es muy ardiente eres todo un suertudo, me dio envidia cuando logre verte las medidas y chupetones en el cuello ¡Yo también quiero una noche ardiente con una nena sexy! —
Katsuki rio a carcajadas, era divertido engañar al idiota de su amigo y se sintió bien al poder presumir a Izuku de esa forma llenándose de orgullo.
—¿Qué tan buena es en la cama? —
Pregunto el pelirrojo y Katsuki soltó una carcajada orgullosa. Se reclino en el sofá y sonrió amplio.
—Es tan jodidamente buena qué me lleva al puto cielo cada vez que lo hacemos. Jamás podrás experimentar algo así idiota — presumió alzando una ceja.
Kirishima hizo un puchero, pero continuaron bebiendo durante casi una hora y media.
El pelirrojo había notado como Katsuki se había dejado llevar hasta ponerse ebrio. Ese era parte de su plan, el también se sentía un poco caliente de la cara pero no estaba tan ebrio como Katsuki qué se había terminado la botella de vino casi el solo.
Su idea era ponerlo ebrio para poder husmear en la casa y encontrar algún indicio sospechoso.
El rubio no hablaba mucho, se mantenía serio y algo tajante y cuando el alcohol subió a su sangre comenzó a actuar de forma más hostil llegando a ser muy cruel con sus palabras pues al estar ebrio tendía a ser mucho más franco con lo que pensaba, hablando sin filtros.
—¡Ya vete, me molestas, ya me aburrí! —
Gruño empujando a Kirishima en el mismo sofá. Kirishima arrugó las cejas y asintió algo aturdido por los gritos ajenos.
—Bien bien. Solo iré al baño y me voy —
Indico poniéndose de pie y llamando a un conductor para que lo llevara a casa.
Subió las escaleras despacio para ir al baño a orinar o al menos esa fue la excusa qué utilizo para subir al segundo piso pues estaba seguro que en sus cinco sentidos Katsuki no le hubiese dejado ir.
Salió del baño y miró el pasillo notando las tres puertas restantes, camino despacio tratando de abrir el estudio qué databa bajo llave. Infló una mejilla en inconformidad y avanzó a la habitación de invitados qué estaba abierta la abrió asomando su cabeza al interior, parecía estar en orden, aunque noto con extrañeza qué había algunas cosas fuera de lugar, como un par de posters de comics y algunos libros escolares en el escritorio.
"¿Desde cuándo Bakugo es fan de esas cosas tal infantiles? "
Pensó rascando su nuca y avanzó adentro buscando algo, estuvo a punto de abrir el closet cuando escucho un ligero rechinido en la habitación continúa.
Camino hacia donde había oído el ruido, era la habitación de Katsuki, abrió la puerta despacio asomando y observó al rededor, la puerta corrediza del balcón estaba abierta ligeramente, el viento entraba ondeando la larga cortina blanca qué cubría parte del mismo. Camino a abrirla y salió al balcón unos segundos observando al resorte y hacia la calle.
—Qué extraño... Juraría qué el ruido vino de esta habitación —
Murmuro sospechando y retomando adentro. Cerró la puerta del balcón y camino hacia la salida de la habitación.
Cuando abrió la puerta, Katsuki estaba frente a él sacándole un susto al pelirrojo qué le hizo gritar en un sobresalto.
—Carajo ¡¿por qué te apareces así Bakugo acaso quieres matarme?! —
Reclamo con una mano sobre su pecho qué se inflaba agitado.
Katsuki tenía un rostro frio y distante.
—¿Por qué estás en mi habitación? ¿Estabas husmeando idiota? —
Hablo con seriedad con una mirada asesina bien reflejada en sus orbes rojos y un aura oscura al rededor. Kirishima sudo frio negando con las manos.
—No, no, solo escuché un ruido y quise revisar es todo —
Respondió nervioso escuchando como Katsuki tronaba sus nudillos y su cuello tomando al pelirrojo del brazo y jalarlo hacia el pasillo entre chillidos de pánico.
Lo arrastró hasta abajo y hasta la puerta principal qué abrió de golpe sacándolo a patadas de su hogar.
—¡Espera, espera! — Rogo intentando volver a entrar, pero la mano del rubio lo detuvo sin esfuerzo en el marco de la puerta.
" ¿cómo es que obtiene tanta fuerza cuando se pone ebrio? "
Pensó intentando empujar al rubio sin éxito
—Necesitó volver, olvide mi teléfono en el baño — indico angustiado y Katsuki afilo aún más su mirada.
—Lárgate ya, eres una molestia —
Bramo con el ceño fruncido. Kirishima encogió de hombros.
—Pero ¿cómo voy a saber cuándo el conductor llegue por mí? ¡Al menos pásamelo tu entonces! — lloriqueo tartamudeando.
—No es mi problema, te lo llevo mañana —
Gruño Katsuki cerrando la puerta, pero Kirishima interpuso su pie haciendo una mueca de dolor pie el repentino golpe.
—Por favor hermano no puedes hacerme esto necesito mi teléfono —
De pronto un ruido más se escuchó hasta donde ellos y Kirishima miró confuso al rubio.
—¡¿Y eso que fue? ¿Oíste eso no?! —
—Qué te valga un comino, quizá fue un maldito gato y ya —
—Pero tú no tienes mascotas... —
Un silencio se estableció entre ambos unos segundos antes de que el rubio le cerrara la puerta en la cara a Kirishima quien toco de vuelta y tras unos momentos desistió retirándose resignado.
Katsuki suspiro llevándose la mano al tabique y frotando, estaba mareado, le había costado trabajo sacar al pelirrojo de su casa, camino tambaleando a la sala de nuevo. Todo se le movía de lugar y sentía la cara muy caliente al igual que su cuerpo. Estaba sediento y extrañamente sentía una sensación de necesidad de abrazar a Izuku.
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Acariciaba con sus dedos la mano de Katsuki soltando un suspiro débil al escuchar que tendría más cuidado en esas situaciones. Hizo un puchero al escuchar que era un pequeño llorón.
—No estoy llorando... —susurró bajando la mirada y arrugando un poco el entrecejo.
Prontamente fue levantado del rostro para recibir un beso en sus labios con la causa de ser un gracias por ayudarlo con el niño y su herida. Izuku cambió su postura más apacible por eso, acompañado de muchos tiernos besos que correspondió por unos minutos en el sofá.
Al percibir a Katsuki ponerse de pie caminando a la cocina Izuku le siguió con el lazo en sus manos.
—Como te esperaba un poco más tarde no había iniciado nada todavía —disculpó rascando su nuca recordando que se suponía que volvería antes de las 9 de la noche y apenas eran más allá de las 6.
Estuvo pensativo considerando que podría ser idóneo en ese momento, hasta que notó a Katsuki hurgando en la alacena por lo que respingó avanzado a detenerlo desde la espalda.
—¿Qué haces? Yo debería hacer la cena, tú acabas de llegar de un gran estrés por todo y además esa herida —resopló bajando uno de los brazos de Katsuki de la alacena sin soltar el abrazo desde la espalda. —Déjame mimarte un poco, vamos.
Se quedó en una postura firme abrazando su espalda con una pequeña mueca inconforme de verle querer continuar buscando ingredientes, hasta que por fin Katsuki desistió retrocediendo a un asiento de la barra diciendo que al menos le dejara hacer algo para no sentirse un inadaptado ahí.
—Está bien, puedes poner los tallarines a cocer —mencionó como sugerencia al aporte del rubio.
Izuku por su parte sacó verduras del refrigerador lavando y posteriormente picándolas sobre una tabla con tranquilidad, miró de reojo a Katsuki por unos momentos apreciando la venda de su brazo, pero además cerciorando que no tuviera otra herida por el acontecimiento, únicamente percibió las marcas que él mismo le había hecho las noches pasadas. Aquellas marcas en el cuello y el tiraje rojizo en su espalda por sus manos aferrándose a su piel, rápidamente retomó a la tabla picando las verduras.
"Nunca se ha quejado de eso, pero debería tener más cuidado..."
Pensó algo avergonzado por imaginar que sea quien haya dado primeros auxilios a la herida de bala de Katsuki tuvo que ver el resto de sus marcas sugestivas dando énfasis a su activa vida sexual.
Quiso refrescar su mente cambiando de tema a algo más dócil.
—Tu hijo es muy bien portado, es bastante relajado y atento. Fue lindo cuidar de él —sonrió con parsimonia—, no tuvo rabietas conmigo, creo que fue afortunado en no sacar eso de su mamá —burló riendo entre dientes.
Al escuchar que correría con más suerte si no sacaba el lado cascarrabias de Katsuki rio más ameno de imaginarlo. La sonrisa poco a poco desvaneció al escuchar lo declarado respecto a que nunca consideró el tener hijos o una pareja, Izuku dirigió su vista atenta por eso, pero al dar media vuelta sorpresivamente Katsuki ya estaba ahí levantando su mentón para darle un casto beso.
El rostro de Izuku calentó explotando en pena de lo anunciado, sobre si pudiera embarazarlo lo haría una y otra vez. Los labios le temblaron por formular una respuesta adecuada.
—¡D-deja de pensar en eso! —Titubeo avergonzado por percibir esa lúdica sonrisa en Katsuki, entretenido por hacerlo intimidar así.
La mente se le puso en blanco de solo crear un escenario así, en que no hubiera año que no estuviera con el vientre hinchado a causa de gestar un hijo de su amado, era una emoción retorcida, pero entendía a que se refería Katsuki.
"Hijos de Kacchan y míos, es..."
Estaba distrayéndose fácilmente hasta que su atención se centró a las indicaciones de Katsuki para preparar la pasta. Izuku asintió volviendo rápidamente a lo suyo en preparar en un sartén a fuego lento una crema de champiñones con mantequilla.
Al quedarse esperando a que la comida estuviera lista escuchó la mención de una rústica casa en las costas de Hokkaido, por lo que reaccionó más calmado que la noche pasada ante el plan de separarse por unos meses.
—Un pueblo costero, suena un sitio tranquilo y acogedor —sonrió tenue de imaginarlo. —Debe ser muy diferente a las conglomeradas calles de Tokyo.
Escuchó a Katsuki solicitar los platos al estar la comida en su punto para comer, por lo que Izuku asintió ligeramente sorprendido de la perspicacia del otro, el cual ni siquiera asomó a los sartenes y con el simple olfato pudo deducirlo. Sirvió porciones para ambos y tomó unos cubiertos acercando a la barra, notó a Katsuki sacar unas copas y destapar un vino que tenía guardado por ahí.
El pecoso se quedó brevemente estático con los platos a medio camino de la barra, viendo como Katsuki servía el líquido carmesí en las copas de cristal. No pudo evitar asimilar la habitación VIP del Green Rabbit donde él frecuentaba servir algo como eso, sin embargo, no tenía las mejores memorias de eso, desde la situación en que Chisaki arrojaba las copas servidas al suelo derramándolas con fuerte amenaza contra su vida, hasta lo momentos humillantes que tuvo con Shigaraki bañándolo con el licor desde la botella descendiendo en su cabello y siendo forzado a tomar para luego ser bebido desde su boca.
—Sí, las pastas son mejores con vino... —susurró despabilando de esos amargos recuerdos y acercando a dejar los tazones en la mesa.
Jugueteó por un momento con el cubierto en mano mientras removía algo de la pasta algo dubitativo, pero al escuchar a Katsuki probar la pasta elogiando el sabor Izuku animó a probar para corroborar, los malos ratos en su mente desaparecieron al ver los calmados gestos de Katsuki frente a él dando un sorbo de la copa.
—Tienes razón, quedó muy bueno —sonrió con una mejilla hinchada masticando con su boca cerrada. —Somos buen equipo.
El ambiente era relajado entre ellos con una deliciosa cena casera luego de ese extraño día. Comía despacio disfrutando cada bocado hasta que escuchó la pregunta de que consideraba hacer a futuro.
Apretó los cubiertos entre sus dedos y relamió los labios.
—No estoy seguro... aunque si existe la posibilidad luego de tener otra identidad, me gustaría terminar mis estudios —musitó nostálgico de solo recordar que estuvo a nada de graduarse de la secundaria superior. —Tener un empleo de medio tiempo para ayudarte con los gastos y solventar esa deuda, no quiero dejar a medias las cosas con esos sujetos —suspiró afligido, sentía que tenía más obligación con eso luego de haber sido la causa de muerte de Chisaki. —Quiero intentar ser un educador, si tuviera oportunidad...
Su rostro cabizbajo levantó con sorpresa de escuchar a Katsuki comprometerse en ayudarle a retomar la escuela, ya había hecho demasiado por él y todavía había más que quería hacer.
"Tus metas son también las mías"
Izuku asintió conmovido de eso.
—También las tuyas, son las mías —anexó soltando los palillos en el plato a medias.
Cerró sus ojos inclinando a corresponder ese beso que aproximaba a su rostro, sin embargo, el ruido repentino del timbre de la entrada los dejó paralizados con un escalofrío por lo inusual.
Arrugó el entrecejo con una sonrisa resignada de escuchar la predecible rabieta de Katsuki por interrumpirlos, recargó su mejilla a la mano apoyada en la mesa y suspiró divertido.
—Sí, yo te espero aquí —dijo con suavidad al ver que se levantó a indagar de quien se trataba.
Al quedarse solo en la cocina imaginó que podría ser paquetería o algún vecino, había pasado un buen rato para considerar que era Camie para recoger algo que hubiera olvidado del niño, lo cual era imposible, Izuku aseguró dejar todo en la pañalera.
Su sonrisa tranquila desvaneció levantando la mirada al considerar una vaga opción que le dejó pálido.
"¿Y si es la mafia que me localizó? No han llamado en todo el día, es tan sospechoso"
Asustado sacó el teléfono del bolsillo del short de poliéster corroborando no tener ninguna notificación, saltó de su lugar asomando por el marco de la cocina queriendo indagar preocupado. Al ver que Katsuki volvía a pasó rápido a la cocina con un rostro sorprendido y molesto Izuku retrocedió para darle espacio.
—¿Q-quién...? —Balbuceó inquieto.
La respuesta no fue para nada mejor, sintió como la sangre se le bajaba de la cabeza nervioso, Kirishima Eijiro era uno de los oficiales que lo tomó bruscamente en aquella cafetería al reconocerlo, arrastrándolo a la fiscalía para un desgastante interrogatorio.
—Tal vez le preocupó que salieras tan temprano de la jefatura —dijo con un pequeño optimismo de considerar que no había nada que ver en eso con él.
Al escuchar la orden de Katsuki de que subiera y no bajara hasta que se fuera no le convenció a Izuku.
—Pero... —miró por encima del hombro hacia la cocina los platos de comida. —¿Vas a dejarlo pasar? ¿Qué le dirás?
Sintió la caricia en su mejilla insistente, por lo que no tuvo más remedio que acatar las instrucciones de subir asegurando no haber dejado nada suyo en la cocina o la sala.
Al estar en el pasillo de la planta superior asomó por la esquina del baño con el barandal, estaba cabizbajo y a pesar de que no lograba ver la entrada desde ahí, quería escuchar sus intenciones.
Sus facciones relajaron soltando un suspiro silencioso al escuchar que fue a buscarlo porque salió tan temprano de manera apresurada, aparentemente queriendo asegurar que no había pasado nada malo.
"Kacchan tiene muy buenos amigos que se preocupan por él."
Sonrió ligero desde su lugar, aunque pronto parpadeó intrigado de la invitación a beber.
"Lo dice como si salieran frecuentemente a divertirse. Kacchan bebe y fuma, pero desde que estoy aquí no ha mencionado esos lugares..."
Al escuchar la insistencia de querer pasar y como Katsuki gruñía que no se sentía con alivio, sin embargo, Eijiro era persistente, incluso mencionó el delicioso aroma que salía de la cocina. Izuku mordió la punta de su pulgar ansioso y se dirigió a la habitación de su pareja, si el pelirrojo entraba mejor se aseguraba a no estar a la vista desde arriba.
Dejó un poco la puerta entreabierta sentándose en el suelo escuchando como pretendían quedarse a tomar en la sala, pronto percibió a Katsuki levantar la voz reclamando que no fuera a la cocina, Izuku apretó sus labios recordando los platos que no pudo levantar por ser todo tan repentino, Eijiro había atrapado a Katsuki cenando con alguien más antes de su llegada.
"Bien, me atrapaste"
Abrió sus ojos sorprendido de escuchar a Katsuki relajar su voz sin pretender dar más excusas.
"¿Le va decir la verdad? ¿Sería adecuado confesar con ese amigo? Parece ser muy cercano, pero... él me ve como criminal, ¿no?"
Una gota de sudor deslizó por su rostro enlazando sus manos nerviosos encima de sus rodillas, aunque pronto calmó de escuchar esa confesión a medias, que estaba saliendo con alguien y se acababa de ir. Recargó su espalda y nuca al muro mirando a duras penas el techo de esa habitación ensombrecida.
"Una mujer, huh..."
Inevitablemente hizo una mueca con sus labios escuchando como Eijiro saltaba orgulloso de su amigo, elogiando iniciar una nueva relación y haciendo una broma de la pobre chica que tolerará sus rabietas. Izuku rodó sus ojos negando la cabeza divertido de eso último.
Se puso de pie más relajado, pero al momento de estar a oscuras en la habitación golpeó su rodilla al buró cerca de la puerta haciendo un sordo ruido. Quedó estático quejando del golpe mientras palpaba la zona percibiendo el buen oído de Kirishima para haberse dado cuenta.
"Rayos, no debo bajar la guardia por nada de mundo".
Apretó sus ojos cerrados maldiciendo su torpeza, caminó tomando asiento en la cama mirando la línea de luz que se filtraba de la puerta entre abierta a parte de su rostro y cuerpo.
"Tal parece y si se quedarán bebiendo abajo, ¿qué debería hacer aquí además de esperar? Espero no tarden tanto..."
Al no tener oportunidad de hacer nada más, se tiró en la cama revisando su teléfono con aburrimiento, el silencio que había su lugar era sepulcral, no podía hacer algo más que quedarse ahí paciente sin evitar escuchar la conversación que tenían esos dos en la sala.
Su atención cambió de la pantalla del teléfono a la puerta al oír la insistencia Eijiro por detalles de qué clase de preciosidad había atrapado Katsuki para tener esa clase de marcas en la piel todos los días.
"Ah... no trae camisa..."
Recordó avergonzado de que Katsuki después de cambiar el vendaje de su brazo estuvo paseando por la casa despreocupadamente sin camisa hasta en la cena. Las marcas de arañazos y besos estaban sobre todo en la espalda y cuello.
"Siempre trae ropa que le cubre mucho, por eso fui muy descuidado."
Suspiró culpable, poco después tensó de escuchar a Eijiro subir la voz insistente de que le enseñara una foto, Izuku solo bloqueó el teléfono mirando la puerta en espera de una respuesta de Katsuki negándose, pero hubo un silencio prolongado. Todo ello, hasta que le escuchó alardear de lo que parecía una foto de su cuerpo desde la cintura hasta los muslos por la espalda al escuchar "perfecto y firme trasero".
Cerró sus ojos con un notable sonrojo caliente en sus mejillas.
"Kacchan, ¿qué clase de imágenes tienes mías?"
Encogió de hombros ladeando su cuerpo en la cama más avergonzado por escuchar al pelirrojo emocionar y frustrarse de la envidia, implorando tener alguna noche tan apasionado con "una nena sexy".
Se llevó una mano al rostro ocultando su visión por escuchar como Katsuki enaltecía orgulloso de estar en la gloria cada vez que se acostaba con la persona dueña de ese trasero.
"¿Qué clase de conversación es esta? ¡¿Y en qué momento tomó una foto así?!"
Deslizó su mano por su cabello haciendo una mueca tímido de escuchar los detalles que daba Katsuki, desde como lo devoraba en besos dejando esas marcas en el cuello, hasta las marcas en sus escapulas por el sexo rudo en que lo sometía, Izuku sentía humo salir de su cabeza.
A pesar de ser un bailarín sensual de pole dance y dar servicios eróticos privados, siempre consideró que esa clase de detalles tenían que ser confidenciales, nunca hizo mención a nadie de lo que llegaba a hacer con cada cliente o sus quejas con algunos, quizás esa era una de las causas principales por ser tan aclamado Deku, desde lo sexy e intencional que era, hasta lo sofisticado y adorable con cualquiera.
"Kacchan no seas tan explícito..."
Imploró enterrando su rostro en una almohada encima de sí.
Pasó el tiempo haciendo que poco a poco la paciencia de Izuku se volviera ansiosa, miró la hora en el teléfono y chasqueó la lengua.
"Van a ser dos horas, ¿en serio van a continuar?"
Aun en la cama dirigió su vista a la puerta entreabierta, había estado escuchando todo el tiempo la conversación jovial de ambos y el ruido de las latas de cerveza abrir, no habían parado de beber. Por las palabras alargadas y tajantes en ambos llegó a considerar que se les pasó la mano.
"¿Y si está tan ebrio que no puede conducir? Tendría que quedarse."
Recordó la primera vez que lo conoció, el cómo Katsuki despidió de la primera visita al Green Rabbit llevando a su par de amigos ahogados en borrachera fuera del burdel.
Levantó al cabeza al escuchar a Katsuki gruñir ordenando que se fuera, se escuchaba de muy mal humor, Izuku enarcó una sonrisa expectante.
"¿Acaso se pone de un horrible humor ebrio?"
Si Katsuki estaba borracho sería la primera vez que conocería esa faceta, podría esperar lo peor luego la última discusión que tuvieron en la lluvia, eso lo estaba inquietando un poco, pero más le preocupaba a Kirishima persistir ahí.
Al escuchar que pediría un taxi para irse Izuku exhaló profundo llevando una mano a su pecho con alivio, sin embargo, se puso rígido de escuchar que primero iría al baño.
Saltó de la cama cerrando la puerta completamente con un suave desliz para pasar desapercibido, escuchando los pasos por los escalones subir con pesadez. Se quedó atrás de la puerta oyendo alerta como se encerraba en el baño.
"No pasa nada, todo está bien, ya se va ir."
Resopló sigiloso con alivio de que por fin estaría solo con Katsuki, minutos después escuchó la puerta del baño abrir con la idea de que descendería otra vez hacia la sala para despedirse, sin embargo, sintió los pasos alejarse al otro extremo del pasillo.
"¿Eh? ¿A dónde va?"
Los pasos poco a poco alejaban, escuchó un intentó brusco de forzar una puerta que estaba con llave, era la habitación de estudio de Katsuki.
"¿Qué hace? ¿Está buscando algo?"
Los tortuosos pasos avanzaron intuyendo que llegó a la habitación del fondo donde era la recámara de huéspedes, aunque hoy en día era su habitación, a pesar de que era raro cuando dormía ahí. La recordaba limpia e impecable al ser tan poco lo que pisaba el lugar hoy en día.
"Kacchan... tu amigo está revisando tu hogar, ¿no te has dado cuenta? ¿te quedaste dormido en el sofá?"
Pensó en sus adentros preocupado, no escuchó más ruido de pasos, por lo que acercó la mano a la perilla de la puerta para abrirla y lograr asomar un poco a saber que estaba pasando, no obstante, las bisagras de la puerta lo traicionaron haciendo un rechinido. Mordió su labio frustrado retrocediendo en la habitación, al escuchar los pasos retomar al pasillo avanzó rápido al balcón para abrirlo completamente y culpar el desliz del viento de ese movimiento.
Acudió hacia el armario entrando a hurtadillas detrás del tubo que colgaba con ganchos las muchos sacos y camisas formales de Katsuki, sin tener más tiempo para cerrar con cuidado, por lo que cubrió su boca y nariz ansioso de guardar silencio.
En esos momentos le daba la razón a su novio de ser tan pequeño, ahora mismo agradecía la facilidad con la que pudo esconderse tras las ropas.
La puerta de la habitación abrió completamente con un pequeño empujón, entre las prendas tenía un poco de vistazo del cuarto por lo que miró en la oscuridad la silueta de Eijiro, acercando lentamente mirando de un lado a otro hasta salir al balcón. Izuku sentado en su escondite lo siguió con la mirada todavía cubriendo su boca.
"Definitivamente está buscando algo, ¿sospecha de Kacchan? La última vez le negué todo y él mismo parecía no dudar de su compañero."
Le vio asomar por la vista de afuera, luego adentró cerrando la puerta, empezando mirar alrededor su reflejo en el espejo de cuerpo, la mesitas, incluso abriendo algunas cajoneras, hasta estiró un poco el edredón de la cama.
"Pareciera que vino con esa intención, ¿emborrachó a Kacchan apropósito?"
Enarcó una ceja en su silencioso escondite entre las sombras del armario, para su suerte el pelirrojo ya pretendía salir pero un grito asustado hizo que Izuku respingara en su lugar también sorprendido removiendo algunas gabardinas que pasaron desapercibidas de la atención de Eijiro por ver a Katsuki en el marco de la puerta.
Abrió sus ojos con asombro y alivio de ver que Katsuki lo sacó de ahí arrastrándolo hacia abajo, incluso Izuku compadeció del pobre Eijiro, el rubio se veía muy cabreado.
Gateó de su escondite saliendo del armario escuchando las plegarias del pelirrojo para que detuviera, con eso asumió que el rubio se ponía algo violento con alcohol encima.
Salió con cuidado de la habitación asomando por el pasillo hacia abajo intentando saber que pasaba, esperaba que no lo golpeara. Las respuestas balbuceantes de Kirishima pidiendo su teléfono que quedó en el baño hizo que Izuku asomara a lugar donde estaba la luz y la puerta entre abierta, logró ver el teléfono encima del mueble del botiquín.
Le daba cierta lástima, pero no deseaba que volviera a subir. Los insistentes lloriqueos en Kirishima compadecieron a Izuku, hasta consideró que Katsuki subiera por él y se lo pasaría, adentró al baño para recogerlo, pero una canastilla con lociones y jabones sellados que Kirishima había removido por checar el lugar hizo que el menor los empujara con su codo haciendo que cayeran regados en el suelo.
Cerró sus ojos con fuerza maldiciendo lo que acababa de suceder, por lo que estuvo a punto de volver a esconderse, aunque la idea culminó al sentir el fuerte portazo, la voz insistente desde afuera tocando una y otra vez hizo a Izuku negar la cabeza resignado.
Al dejar de escuchar reclamos bajó despacio sosteniéndose del barandal con una mano, asomó tímidamente a la sala percibiendo a Katsuki dar la espalda por estar sentado en el sofá con una mano al rostro.
Era un silencio extraño el que había, Izuku notó el montón de latas de aluminio dispersas en la mesita en medio y varias regadas en el suelo, al igual que la botella de vino vacía, el sitio apestaba mucho a alcohol y algo de tabaco como en los burdeles.
—¿Kacchan? ¿Estás bien? —Llamó tímido tanteando el entorno desde el último escalón de las escaleras.
Luego de los comentarios dispersos y escasos, pero muy contundentes y tajantes pudo esperar un grito exasperado silenciándolo, pero no tuvo respuesta más allá de un quejido mientras conservaba la cabeza baja con la mano en el dorso de su nariz.
"Debe de estar mareado luego de todo ese ajetreo para sacar a Kirishima".
Frunció el ceño algo molesto por ver como había quedado el rubio, estaba seguro que fue intencional hacerle bajar la guardia para registrar su casa.
Avanzó hacia la cocina y abrió el refrigerador notando los platos con tallarines helados que no terminaron de cenar, hizo una mueca tomando una botella de agua de la puerta y cerró. Avanzó hasta el sofá removiendo con cuidado con sus pies las latas en el suelo para posicionarse frente al rubio y ponerse de cuclillas.
—Bebe un poco de agua, te ayudará a sentirte mejor —susurró precavido abriendo la botella.
Posicionó una mano en la rodilla ajena mientras acercaba el recipiente a la mejilla para que refrescara, se veía con un tenue sonrojo por el licor encima.
Meneó un poco su mano al muslo del otro llamando una y otra vez, al ver que no le prestaba atención estando con los ojos cerrados.
—¿Tienes sueño? Deberías acostarte para no quedarte dormido sentado que podrías caerte —sugirió preocupado. —¿Kacchan?
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Había caído en el juego de Kirishima, le había hecho tomar tanto que fue inevitable ponerse ebrio alrededor de la séptima lata de cerveza y la cuarta copa de vino. Tenía demasiado alcohol en la sangre como para moverse sin tambalear en el intento.
Le parecía idiota beber hasta perder la razón solo para vomitar minutos después y despertar con una terrible resaca al día siguiente, siempre pensó que quienes hacían eso eran retrasados y sin embargo ahí estaba actuando tal como los idiotas de sus amigos cuando se ponían borrachos hasta los huesos. Pese a ello el rubio no era del todo consciente de que estaba muy ebrio.
Había intentado frenar la ingesta de alcohol cuando comenzó a sentir un ligero calor en el rostro, pero Kirishima había insistido en que no era capaz de acabarse la siguiente lata, retándolo y haciéndole sacar su lado más competitivo.
—Joder... Me siento tan extraño. —
Murmuro entre hipidos apretando su entrecejo con fuerza al sentir la molesta sensación de mareo.
Su mente estaba difusa pues entre más minutos pasaban, más fuerte era el efecto del alcohol. Apenas y había logrado sacar a Kirishima sin terminar rodando por las escaleras en el intento.
De pronto una suave voz se escuchó a sus espaldas, la escuchó con un eco qué retumbó en su cabeza haciéndole gruñir en un corto quejido.
"Izuku... Maldita sea, ¿por qué me siento tan atontado?"
Pensó molestándose consigo mismo.
Una ligera náusea comenzó a llegar junto al dolor de cabeza y el aumento de la sed qué le hizo tratar de juntar saliva en su boca y tragar sin mucho éxito.
Se mantuvo encorvado en el sofá recargando su cabeza con la mano hasta que sintió la suave voz hacer eco de nuevo,
Sus ojos se abrieron despacio logrando percibir a Izuku frente a él con una botella de agua, ni siquiera se dio cuenta en qué momento la trajo.
Observó el rostro preocupado de Izuku y dibujo una sonrisa entorpecida en sus labios.
—Ah.. ¿Qué? —
Balbuceo hablando lento, atrapando la botella con torpeza, apenas y entendió sus instrucciones llevándose la botella a la boca para dar un par de tragos y un poco del líquido bajo por sus comisuras hasta gotear.
—Ese maldito... Me las va a pagar, lo mataré —
Gruño arrastrando las palabras y llevo la espalda hacia atrás recargándose contra el respaldo. Su mano soltó la botella de agua la cual cayó al suelo derramando lo que le quedaba.
Miró a Izuku por lo bajo y sonrió nuevamente extendiendo su mano hacia los rulos con la intención de despeinarlo.
—Tonto, no estoy borracho... Estoy bien... —
Hipo con fuerza haciendo una pausa.
Tomo a Izuku de los brazos y lo jalo hacia él abrazándolo por la cintura con más fuerza de lo normal.
Pegó su rostro en el pecho del menor y restregó la mejilla contra el como queriendo impregnarse de algo tal cual gatito.
—Tú, maldición hueles tan bien —
Sonrió amplio soltando carcajadas sonoras y abrió su boca para morder el pecho del menor atrapando el pezón con los dientes.
Separo para alzar la vista y mirar a Izuku, se relamió los labios.
— Mi conejito jodidamente caliente, ven aquí —
Siseo con lentitud, tirando de Izuku para sentarlo sobre sus muslos y lo abrazo cerrando los ojos. El hipo salía de su boca contra su voluntad. Tomo la mano ajena para llevarla sobre su cabeza y ahí la dejo.
—Acaricia mi cabello ¿sí? —
Pidió como un niño pequeño, buscando fricción con la mano del menor en su nuca.
Pero no era suficiente, Katsuki quería más. Necesitaba sentir más del menor.
—¡Bésame! —
Pidió tratando de acercarse, pero fue frenado haciéndole mirarle con los ojos entrecerrados.
—¡Yo sé que quieres que te bese, ven! —
Gruño en protesta alzando el rostro y arrugando el entrecejo en molestia.
Extendió sus labios buscando un beso, pero volvió a dejar caer el rostro contra el pecho de Izuku rindiéndose inmediatamente por el mareo.
— Vas a estar conmigo para siempre así que... Será mejor que te acostumbres —
Siseo en pausas, mordiéndose la lengua, comenzó a besar el torso del chico y suspiro profundo, se sentía cansado de golpe. Abrió sus ojos despacio mirando al menor y alzo una ceja.
—Hey, tengamos un buen rato para animarnos, ¿quieres bailar para mi? —
Sugirió travieso tumbando al menor en el sofá con una sonrisa divertida, intento besarlo sin exito ya qué el menor interpuso sus manos entre ambos rostros
—¿Por qué no quieres?... Hah —
Se retiro cabizbajo encogiendo por el hipo y se puso de pie entre tambaleos, dio un par de pasos chocando contra la mesa de centro.
—Entonces... Yo bailare para ti —
Sonrió pícaro tratando de moverse, pero tropezó con una de las latas, quedo pegada a su zapato tomando su forma. Cayó de rodillas sosteniéndose con las manos y comenzó a reírse a carcajadas recostándose en el suelo.
Noto las piernas de Izuku aproximarse a su lado y no pudo entender que era lo que decía. Tan solo escuchaba la dulce voz a la lejanía qué le hacía bufar gustoso.
—¿Quieres que le diga al mundo lo mucho que te amo? —
Cuestionó cerrando los ojos e ignorando lo que le era dicho. Tomo aire inflando el pecho y entonces grito con rosas sus fuerzas.
—¡¡AMO A IZUKU MIDORIYA!! ES EL MEJOR NOVIO DEL PUTO UNIVERSO Y SU LINDO CUL—
Sus gritos fueron frenados por las manos del pecoso. Katsuki movió su cabeza de un lado a otro buscando liberarse de ello aun gritando algo inentendible en el agarre.
Sacó su lengua para lamer las palmas qué lo Silenciaban logrando liberarse y empezó a reír lento.
—Si... Mi novio... Es el más lindo, tierno y jodidamente adorable del mundo, sus ojos son tan grandes y bonitos... Su sonrisa ilumina mi noche y su voz.... Ah, esa voz... —
Comenzó a divagar con los ojos cerrados.
—Es tan cálido que... derrite mi maldito corazón con un beso... Me tiene a sus jodidos pies... Ese bastardo adorable y perfecto. —
Hipo sonriendo extendiendo sus brazos hacia los lados. En ese punto el rubio ya estaba totalmente fuera se sus cabales.
—Tengo mucha suerte... Sin él, mi vida no tendría sentido, es tan ingenuo y torpe que no se da cuenta de lo mucho que vale para mí... —
Sonrió abriendo sus ojos despacio y ladeo el rostro hacia el menor. Se llevó el dedo a los labios en señal de que guardará el secreto.
—No le digas a Izuku qué dije eso... Es tan cursi qué moriría de vergüenza heh... —
Murmuro haciendo pausas. De pronto su sonrisa se esfumó ladeando el rostro a un lado.
— Izuku... Mi... —
Balbuceo comenzando a perder el conocimiento. El sueño y una sensación enorme de cansancio lo atacaron.
—Mi torpe... cone —
Sus palabras dejaron de salir quedando en un apacible semblante con los ojos cerrados, los labios entre abiertos y el rubor en el rostro. Empezó a roncar profundo dando pequeños espasmos entre lapsos.
Cuando sus ojos abrieron de nuevo, todo era confuso. Seguía tirado en medio de la sala pero tenía encima una manta pequeña.
—¿Pero que mierda paso? —
Murmuro con la voz grave y rasposa mientras erguía la espalda llevándose la mano a la frente por el leve dormir de cabeza qué sintió inmediatamente.
Tardo unos segundos en reconocer el lugar.
Movió sus iris notando qué las luces estaban apagadas a excepción de la lámpara esquinera de la sala qué brindaba una iluminación muy tenue y amarilla.
Movió su mano sintiendo qué golpeó algo a su lado y al girar su rostro noto a Izuku dormido a su lado en el suelo.
—¿Ah? ¿Por qué no está en la cama? —
Murmuro chasqueando la lengua y tratando de recordar que había pasado, fue entonces que algunas imágenes acudieron a su cabeza.
Recordó cómo había caído en la trampa de Eijiro y sobre todo como se había embriagado bajo sus narices, a Izuku darle una botella de agua y luego lo abrazo, lo demás estaba muy borroso. Definitivamente se había embriagado demasiado. Jamás lo volvería a hacer.
Miro el reloj de pared, eran las dos y media de la mañana.
"Maldición "
Pensó poniéndose de pie tambaleando un poco por el repentino cambio de posición, el mareo se había calmado casi en su totalidad, solo mantenía un leve dolor de cabeza y algo de náusea.
Tomo la manta para ponerla en su hombro y se inclinó para cargar a Izuku en brazos apegándolo contra su torso.
Lo notó despertar cuando iba a la mitad de las escaleras, lo miro de reojo y sonrió sin mostrar los dientes.
— Estoy bien... ¿Estuviste cuidándome verdad? —
Le dijo mientras doblaba en el pasillo.
Inclino el rostro para besar su frente.
No quiso incomodar al pecoso con el aliento alcohólico si lo besaba en los labios. Sabía que el chico no acostumbraba a beber casi nada de alcohol desde que estaba en el burdel, tampoco bebió casi nada de la copa servida esa noche en la cena.
Entro a su habitación y deposito a Izuku en el colchón con cuidado metiéndolo entre los cobertores.
—Vuelvo en un momento iré al baño —
Indico dando media vuelta y corrió al baño pues su vejiga estaba a punto de explotar.
Lavo sus manos y luego su boca con pasta dental para tratar de quitar un poco el aroma del alcohol.
"¿Qué tanto dije?"
Pensó mientras lavaba su rostro. Los recuerdos después de beber el agua empezaron a llegar un poco distantes, sabía que había dicho varias cosas e incluso gritado, pero no recordaba exactamente qué palabras fueron.
Esperaba no haber sido agresivo, se preocupó de no saber que había hecho o dicho con Izuku. Sabía que con Kirishima había sido un completo huraño.
"Maldita sea... ¿y si le dije algo hiriente o lo traté mal?"
Mordió su mejilla interna al secar su rostro con la toalla de baño.
" Tengo que pedirle perdón rápido"
Trago saliva retomando a la habitación, al entrar noto al pecoso esperarlo con un semblante amable como de costumbre.
El pecho de Katsuki latió ansioso y se acercó tomando asiento a la orilla de la cama junto al menor.
—Izuku... Lamento si dije cosas horribles estando ebrio, perdí el control y no recuerdo bien qué pasó... No te lastime, ¿verdad? —
Pregunto preocupado con la voz apestada en lo último pues la pura idea de haber llegado a ser agresivo y pegarle al pecoso le aterraba en más de un sentido.
—Por favor dime que no hice una locura —
Si rostro estaba descompuesto en un semblante angustiado. Tomo la mano del menor para aferrarse a ella con fuerza sin dejar de verlo a los ojos.
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De cuclillas frente al rubio pudo apreciar su reacción algo dispersa a su llamado, apartó la mano de la botella una vez que le fue arrebatada para tomar con desespero y torpeza.
—Toma con calma, nadie te va quitar el agua —susurró con una suave sonrisa.
Levantó su mano y deslizó un pulgar por el mentón de Katsuki arrastrando el agua que estaba derramando. Parpadeó con inquietud de escuchar la amenaza, tal parece estaba tan indignado con Eijiro por lo que le provocó.
—No digas cosas tan escalofriantes —objetó preocupado de la amenaza de muerte. —¿Tanto te molesta emborracharte?
Percibió la botella ser soltada de manera repentina, intentó hacer malabares en el aire con ella para evitar que cayera, pero fue directo al piso derramando el resto del agua que conservó.
La respuesta de Katsuki negando estar borracho le provocó corresponder alzando una ceja, luego de ese manifiesto descuidando la botella de plástico era más que obvio.
—Sí, claro... —susurró resignado con una mueca estirando un brazo hacia el suelo para recoger la botella.
Su cuerpo fue sujetado de los brazos bruscamente poniéndose de pie y recogido por el otro que le retuvo contra sí rodeando su cintura.
—Aguarda, Kacchan-... —respondió ahogado del estrujamiento que tenía sin dejarle ampliar su caja torácica para ventilar.
El agarre disminuyó un poco, sintió a Katsuki hundirse en su pecho restregando el rostro consigo, una corriente eléctrica atravesó su cuerpo en escalofrío a la mordida repentina que tuvo en el torso atrapando uno de sus pezones.
—O-oye eso fue muy repentino —quejó apreciando el rostro del otro alzar con una sonrisa alargada. —¿Sigues con eso? —expresó enarcando una ceja divertido y avergonzado que le hiciera mención de conejito.
Los movimientos de Katsuki eran repentinos y muy brutos, no media la fuerza en la que agilizaba a Izuku, el cual fue empujado de las caderas a sentarse en uno de los muslos.
—Tal vez deberías descansar un poco, yo recogeré esto ——sugirió mirando el desorden en la sala, una vez sus manos fue levantada hacia la cabellera rubia con la orden de que lo acariciara. —Sí, sí.
Suspiró entretenido de ver el comportamiento que tenía, con rabietas demandando ser consentido. Deslizó sus dedos entre los sedosos mechones rubios con uniformidad.
"Parece un gatito en busca de atención total"
Río en sus adentros apreciando la mirada somnolienta en el otro, pareciera que le agradaba la sensación de la mano en su cabeza.
—¿Por qué no te recuestas mientras te acaricio la cabeza? Vamos a la cama, ¿puedes caminar?
Sugirió con la idea de si le hacia esos mimos acostado caería dormido. Katsuki ebrio era incluso más impredecible para Izuku, cuando consideró que ya tenía todo bajo control el rubio sobresaltaba con un comentario autoritario en rabieta. En esta ocasión le exigió besarlo.
—¿Quieres que te bese? —Mencionó con ternura continuando acariciando su cabeza, avanzó su rostro para restregarle un suave beso a la mejilla. —¿Así? ¿O acaso...?
Los movimientos toscos de Katsuki le hicieron tambalear de su asiento de su muslo tambaleando, bajó su mano de la cabeza a sostenerse el cuello y ladeando su cuerpo evitando un gracioso forcejeo.
—¡Espera, espera! ¡Nos vamos a caer! —Reclamó nervioso notando al rubio inclinarse hacia él en busca de besarlo, pero al mismo tiempo lo dirigía hacia fuera del sofá.
El rubio desistió, reposando el rostro en el torso del otro con resignación y una sentencia de que acostumbrara a eso por estar juntos siempre.
—Sí, por supuesto —asintió de inmediato. —Pero no estás muy alerta de lo que haces y podrías causar un accidente que te haga arrepentirte, vamos Kacchan, hay que dormir, tus ojos apenas y están abiertos —suspiró entretenido de esa mirada risueña con el rubor del alcohol.
Intentó detener con suaves palabras al sentir como le besaba el tórax encima de la camisa y una gota de sudor bajó por su rostro al escuchar que le pedía bailar, Izuku rodó sus ojos negando un poco la cabeza.
"Dios, que lindo es haciendo pucheros."
—Ni siquiera hay música, no tiene sentido —negó de manera afable acariciándole la espalda.
Eso fue un disgusto para el rubio, el cual lo empujó hasta tumbar en el sofá, Izuku respingó con un jadeo sorprendido.
—Hace rato que no lo hago, es vergonzoso —quejó con una mueca ladeando su rostro para hablar y no ser besado.
Al ver como cambió el estado de ánimo de Katsuki retirándose de encima cabizbajo se preocupó.
"Creo que fui muy duro con eso..."
Compadeció levantando parte de su peso con sus codos mirando al otro ponerse de pie con un hipo fugar de sus labios con espasmos del cuerpo.
—¿Eh? ¿Qué dices? —Levantó una ceja con una sonrisa nervioso de escucharle que entonces él bailaría.
Quedó expectante de la idea, pasó saliva por su garganta con inquietud, pero al ver como Katsuki resbalaba con las latas de aluminio cayendo al suelo el pecoso saltó de su lugar para auxiliarlo.
—¡Kacchan! —Llamó preocupado pateando las latas alrededor para arrodillarse frente a él. —Vamos bebé, ya es suficiente debes descansar, la siguiente noche seguimos.
Solicitó con una dulce voz acariciándole el hombro con insistencia, aunque pronto se mordió la lengua parpadeando para espabilar de lo que dijo. La situación lo arrinconó en asimilar algunas situaciones que tuvo en sus servicios privados donde los clientes se pasaban de copas y les insistía en dejar de beber preocupado.
Bajó sus iris a mirar el suelo avergonzado, eso último lo dijo como reflejo involuntario. Suspiró reflexivo en querer enfocarse en lo de ahora, aunque toda esa calma que estaba concentrando culminó con lo siguiente que dijo Katsuki.
—¿Perdón? —Respondió tosco, queriendo carburar lo oído.
"¿A qué se refiere con todo el mundo?
—N-no irás a...
Balbuceó preocupado de la idea que se estaba formando en su cabeza. Sus ojos abrieron en grande levantando sus cejas ante el voceo de Katsuki al aire sin pudor. Izuku encogió de hombros sintiendo su rostro acalorar alarmado, pudo intuir que diría algo más vergonzoso por lo que levantó su mano cubriendo la boca ajena en silenciarlo.
—¡Kacchan! —Susurró exaltado. —¿Qué tal si Kirishima sigue afuera?
No solo el pelirrojo, cualquier vecino que lograra escuchar algo así podría enterarse de su relación y que vivía con él.
Su cuerpo tembló por la lamida de la lengua húmeda de Katsuki contra su palma, por lo que separó sonrojado recibiendo una risa vaga en el otro.
—¡Kacchan eres muy adorable pero ya basta! —Reprochó apenado y frustrado. —No es momento para...
Sus reclamos pausaron al escuchar a Katsuki balbucear palabras que apenas logró entender al inicio, pero poco a poco fueron más claras en la fluidez. Le observó menear su cabeza como si el peso de ésta lo inclinara de un lado a otro adormecido mientras hablaba de todo lo que Izuku le hacía sentir.
El menor se quedó pasmado escuchando todo con su boca ligeramente abierta.
—¿En serio... soy tan valioso para ti?
Estaba paralizado intentando carburar toda esa confesión, sabía el mucho amor que le tenía Katsuki pero no imaginaba que su realidad dependiera tanto de él. No tuvo respuesta a corroborar, solo apreció a Katsuki ladear cerca de su rostro poniendo un dedo en sus labios exigiendo que fuera un secreto que Izuku no tendría que enterarse por lo meloso de esas palabras.
Enarcó una ceja por eso, pero pronto dibujó una diluida sonrisa abstraído de lo lindo que se veía ronronear intentando decir su nombre, su alerta despertó al verle ladear cerrando completamente los ojos por lo que extendió sus brazos para abrazarlo y que no cayera el suelo.
Apreció el ligero ronquido y como el tórax inflaba con tranquilidad. Miró distraído las latas del suelo atrás de Katsuki.
—¿Izuku mi torpe conejito, heh? —Susurró afable acariciando la nuca, complementando lo que quiso decir al final.
Se arrastró abrazando a Katsuki hasta el sofá para levantarlo y acostarlo en el lugar, le retiró los zapatos y el cinturón para que durmiera con mayor comodidad. Minutos después Izuku resopló con un poco de cansancio, sentándose en el suelo y recargando al sofá con Katsuki dormido atrás de él.
Dobló sus piernas golpeando su índice de forma ansiosa a la rodilla pensativo, pronto suspiro pesadamente estrellando su mano a ocultar su rostro con un repentino y abrumador sonrojo.
—Es increíble —susurró en voz espesa y cohibida. —Siempre creo que estoy al límite, pero logras que me enamore más de ti.
A pesar de tener parte de su visión oculta, desvió un poco sus dedos para mirar de reojo al descuidado hombre encima de sofá dormido, por lo que otorgó una temblorosa sonrisa enternecido de ver ese aspecto tan relajado y adorable en el rubio.
Minutos después se puso de pie acudiendo por una bolsa de plástico negra a la cocina para recoger las latas y desperdicios en la mesita de la sala, secando el agua derramada hasta dejar limpio el lugar. Subió a la recamara a tomar una sábana y una almohada.
Ajustó el cojín del sofá en la cabeza de Katsuki y le cubrió con la sábana al tener el pecho descubierto. Izuku por su parte, tomó asiento una vez más en el suelo con respaldo del sofá vigilando que pudiera dormir sin problemas o ayudarlo en caso de que lo alarmaran las náuseas por vomitar. Un par de horas fue lo que pudo soportar hasta ladear con los párpados pesados cayendo dormido hecho bolita y recargando su cabeza a la almohada contra el piso.
Tiempo después sintió un traqueteo con su cuerpo moviéndose, así que abrió sus ojos adormilados percibiendo a Katsuki cargándolo y subiendo las escaleras.
—¡Kacchan! ¿Cómo te sientes? No intentes sobre forzarte —recitó espabilando todo el sueño por la sorpresa, el rubio ni parecía sufrir malestar.
Asintió la cabeza nervioso afirmando que lo estuvo vigilando, siendo restregado un suave beso en su frente a diferencia de los anteriores.
Se quedó quiero al ser descendido con cuidado en la cama y ser arropado, notó las intenciones de Katsuki por no acostarse aún.
—¿Eh? ¿A dónde vas? —Sentó en la cama preocupado con el cobertor en las piernas.
Relajó al escuchar que iría al baño, pero aun así quedó acechando con seriedad la puerta en silencio para lograr percibir algún mínimo indicio de arcadas. Minutos después cambió su reacción al verle volver, por lo que sonrió con alivio.
Katsuki sentó en el borde de la cama por lo que Izuku gateó a la orilla sentando unos centímetros atrás de él.
—¿Sucede algo? —Estaba extrañado por ese comportamiento sereno pero inquietante en el otro.
La mano de Katsuki arrastró en la cama para sostener la suya con firmeza dando una disculpa que levantó las cejas de Izuku
Entendía la inquietud del rubio ahora, esa incógnita por conocer que estuvo haciendo con una borrachera encima, al parecer estaba al tanto de que se ponía algo brusco y en ocasiones con sinceridad malentendida, el trato con Kirishima fue evidencia.
—¿No recuerdas nada? —Susurró reviviendo en su cabeza todo lo que pasó.
Todo lo dicho por Katsuki con franqueza, sin restricciones.
"Kacchan quiere que sea un secreto que no sepa, pero también quiere saber que sucedió"
Arrugó el entrecejo con una sonrisa, resignado de la situación que estaba arrinconado, era muy irónico, hizo una mueca riendo entre dientes, pronto avanzó ladeando sobre Katsuki para sentarse en sus piernas y abrazarlo.
—No pasó nada malo, de hecho, te pusiste muy lindo conmigo —dijo abiertamente divertido. —Aunque no sabes medir tu fuerza para los abrazos, me dejaste sin aire.
Mencionó apretando su abrazo lo más que pudo intentando hacer una nula demostración.
—También el pobre de Kirishima lo sacaste a zancadas y dijiste que lo matarías, espero que no sea literalmente —susurró eso último llevando una mano a su mentón.
Hablar de Kirishima le hizo recordar esas horas que tuvieron una conversación que logró escuchar.
—¡Aaah, es cierto! Kacchan, ¿qué clase de fotos mías tienes? ¡¿Qué fue lo que le enseñaste?! —Quejó indignado naciendo un sonrojo en sus pómulos. —Tampoco deberías dar detalles de lo que haces en la cama conmigo... ¿o acaso quieres compartirme? —formuló cambiando el tono de voz más sugestivo mientras resoplaba a sus labios con cercanía.
Restregó una risa a la respuesta inmediata del otro negando iracundo de solo imaginarlo, aunque luego se quejó de una repentina mordida a su pecosa mejilla.
Su sonrisa poco a poco esfumó acariciando los hombros y recargaba su frente a la zona donde tenía la cicatriz.
—Oye Kacchan, no conozco a Kirishima como tú, puede que suene algo descabellado esto... —pausó abstraído de formular con tibieza lo que consideró, después de todo era un amigo cercano de su amado. —No creo que solo haya estado curioseando, parece que vino con la intención de revisar tu casa, entró a todas las habitaciones, intentó abrir tu sala de estudio que está con llave.
Frunció el ceño preocupado.
—Tal vez... ya sabe que estoy contigo, no se me ocurre porque más haría todo eso.
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Estaba nervioso por escuchar la respuesta, detestaba no poder recordar y era uno de los motivos por los que no solía pasarse de copas. Usualmente tardaba unas horas en volver poco a poco pero debía saber si había cometido algo malo inmediatamente o mucho peor aún algo vergonzoso.
Negó a la pregunta de Izuku respecto a si no recordaba y entonces le observó moverse sentándose sobre sus muslos y abrazándolo.
Alzó la mirada hacia los orbes verdes del otro, expectante y al escuchar su respuesta con la notoria diversión en su rostro alzó ambas cejas en sorpresa a que había sido "lindo" con él.
— ¿Qué quieres decir con eso? —
Cuestionó con una ceja en alto, escuchando como es que no había medido su fuerza al abrazarlo, Katsuki suspiro aliviado y se dejó abrazar también por el pecoso rodeándolo por los costados.
—¿Solo hice eso?... ¿No dije algo raro? —
Pregunto mientras pegaba su mejilla al pecho del pecoso escuchando sus latidos con atención. El dolor de cabeza aún estaba presente, aunque ya de manera soportable, su voz seguía siendo un tanto lenta pero al menos ya no arrastraba las palabras entre la lengua.
Chasqueo la lengua ante la mención de Kirishima siendo sacado casi a patadas de su hogar y entonces sobrio bufando con maldad.
—Lo siento... Debo tener cuidado con esa palabra, pero me refiero a que me las va a pagar tarde o temprano, es un idiota —
Gruño cerrando los ojos para seguir escuchando el latido ajeno qué le hacía calmarse y sentirse cálido hasta que Izuku removió de pronto.
Katsuki le miró confuso a su pregunta y un leve sonrojo en una de sus mejillas se hizo notorio. Curvo sus labios en una sonrisa ladina y orgullosa.
— ¿Escuchaste todo? —
Alzó una ceja y se encogió de hombros cerrando los ojos.
—A este punto ya deberías saber qué clase de fotos tengo de ti, a veces necesito un poco de "ánimo" cuando estoy en la oficina, contigo lejos solo tengo esas fotos —
Respondió con calma en una expresión divertida al notar la notoria vergüenza qué Izuku tenía al saber que poseía algunas fotos de él en su teléfono.
"Tampoco deberías dar detalles de lo que haces en la cama conmigo, ¿o acaso quieres compartirme"
Las palabras y tono sugestivo de Izuku le hicieron afilar la mirada hacia el, alzó una ceja y le apretó con posesión por los costados apegándolo, volviéndolo a abrazar con poco cuidado en su agarre.
—¡De ninguna manera! —
Negó de inmediato y alzó la cabeza abriendo su boca para morder la mejilla del pecoso a modo de advertencia.
—Vuelve a decir algo así y me molestare de verdad —
Bufo con seriedad qué difumino después en calma regresando la vista hacia el suelo, acaricio la espalda del menor que optó por recargar en su hombro.
Escucho sus palabras respecto a Kirishima y el cómo había entrado a las habitaciones como buscando algo.
Katsuki suspiro a la idea de que Kirishima en realidad había acudido con la intención de investigarlo.
No le sorprendió y de hecho ya lo veía venir, afortunadamente Izuku había logrado esconderse bien, de lo contrario hubiera sido un gran problema pues sabía que el pelirrojo era muy apegado a la ley y a su trabajo.
— Conozco a ese idiota muy bien, sé que no vino aquí por los motivos que mencionó. Trató de buscar pruebas de que estoy ayudándote. Es un bastardo bastante listo. se dio cuenta de los bentos y de que salía con alguien, tuve que inventar lo de la novia, pero sé que no está del todo convencido. —
Explicó separándose un poco para llevar su mano al rostro del menor, acariciando su mejilla con la yema del pulgar.
—Él está al tanto de que me gustas, cree que ya no es así, pero sé que aun sospecha. Debo ser más cuidadoso con él —
Hizo una pausa acercando a dar un beso gentil sobre la frente del otro.
—Es mi amigo y es una persona confiable, pero estoy seguro que se opondría a que te ayude y proteja de la ley —
Separó despacio bajando la mano qué te posaba en la mejilla pecosa posicionándola en el cuello con suavidad.
—No te preocupes por eso, por hoy debemos dormir, fue un día largo para ti cuidando a Katsuma y aun teniendo qué esconderte después. —
Sonrió divertido incorporándose dejando a Izuku en su lugar y camino al otro extremo de la cama para meterse bajo las sábanas, se acurruco con el menor abrazándolo por la espalda.
Se acerco jugueteando con los glúteos del menor suavemente, apretándolos a placer y luego subió las manos al torso para rodearlo con firmeza. Por último, besó su hombro dándole las buenas noches.
Realmente había sido un día muy largo y cansado para ambos, lleno de estrés primero por Katsuma, luego por Camie y su repentina llegada y por último Kirishima y su burdo intento de investigar su vida privada.
El estrés era tanto que la borrachera termino ayudándole a despejar su mente de todo por un momento. Quizá no había sigo tan malo después de todo.
Tenía los músculos de la espalda tensos al someterse a tanto estrés pero siempre que mantenía a Izuku a su lado se recompensaba con el cariño y la atención que recibía de su parte.
Al cerrar sus ojos y concentrarse en el sonido del suave respiro del otro, sobrio por un lado apegándose más, quizá aún tenía un poco del efecto del alcohol en el cuerpo, pues quería estar más cerca del pecoso y no lo deseaba soltar por nada del mundo.
No tardo en quedarse dormido en medio de ese cómodo ambiente, despertó solo unas cuantas horas después gracias a la alarma de su teléfono.
Despacio se removió entre las sábanas quejándose al sentir la resaca aun presente, apago la alarma y volvió a su lugar para dar un beso al menor en la mejilla. Solía hacerlo casi a diario a excepción de las veces que tenía que salir casi volando por algún retraso, a veces que "5 minutos más" terminaba convirtiéndose en 15 o 20.
Camino sacando su ropa del closet, esta vez iría con un elegante traje negro y una gabardina café encima. La dejo lista sobre la cama y acudió al baño para tomar una ducha abriendo la llave del agua fría.
Se metió bajo el chorro de agua gruñendo por el repentino cambio de temperatura en su cuerpo, pero necesitaba bajar la resaca de alguna u otra forma.
Talló si cuerpo con la esponja, sonriendo como idiota al recordar la noche en que tocó a Izuku en ese mismo lugar, mintiendo respecto a que los veían e iniciando una infantil contienda por ganarle al otro en abstinencia. Ahora parecía solo un recuerdo lejano, habían pasado tantas cosas.
Suspiro continuando con su labor, lavo sus dientes y luego bajo a la cocina con la toalla en su cintura y las sandalias.
Se encontró con el pecoso en la cocina preparando algo rápido para desayunar.
Katsuki se acercó para darle un beso en el cuello haciéndole cosquillas y extendió el brazo para agregar más café a la cafetera qué ya estaba encendida gracias al pecoso, no se iría sin antes beber una taza de café como era costumbre, pero esta vez lo haría el doble de cargado.
—Necesito que este más fuerte esta vez, torpe conejito —
"Torpe conejito.... Eso lo dije ayer también"
Pensó arrugando el entrecejo, sus recuerdos comenzaron a llegar de golpe ahora que si mente estaba más clara y su cuerpo ya no estaba del todo bajo el efecto del alcohol.
Se llevó una mano al rostro ocultando la mirada y apretando los dientes.
Desde el cómo abrazo a Izuku hasta el cómo grito idioteces en el suelo pero sobre todo las palabras cursis y acarameladas qué soltó. Todo llego a su mente haciéndole sentir que la cara le hervía.
—Estoy bien, no es nada —
Murmuró notando la mirada curiosa de Izuku. Le dio la espalda para evitar que notará aquel semblante apenado y molesto al mismo tiempo pues no se creía capaz de haber dicho tantas cosas sin ningún filtro.
—Iré a cambiarme —
Indico subiendo las escaleras con prisa y suspiro una vez que estuvo en la habitación a solas.
—Maldición qué clase de imagen debí haberle dado diciéndole semejante coctel de cursilerías. —
Murmuro exasperado comenzando a vestirse, terminando con sus manos acomodando su cabello con un poco de cera, dándole una mejor forma a los mechones puntiagudos qué había heredado de sus padres.
Se coloco la placa en el cinturón y guardo el arma en su funda al algo de la placa.
Bajó a la cocina notando qué el desayuno estaba listo no solo por el aroma qué inundó parte del primer piso sino también por los platos servidos en la barra, un poco de sopa miso, arroz, un filete de pescado a la plancha y para beber una humeante taza de té verde. El tradicional desayuno japones.
Su boca babeo tomando asiento y comenzó a degustar los alimentos junto a Izuku qué también se había sentado a comer a su lado.
Le daba bocados con los palillos entre lapsos riendo entre dientes y escuchándole hablar sobre el día anterior y todo lo que no pudieron decir debido al montón de interrupciones qué habían tenido.
—Entonces Katsuma es muy bien portado eh... Tal vez la próxima vez lo traiga en mi descanso y pasaremos el día los tres juntos —
Propuso mientras levantaba a dejar sus platos en el fregadero y regreso a Izuku inclinando hacia su rostro.
—Gracias por el desayuno, quedo delicioso — alardeo con una sonrisa pícara antes de tomar al menor de la cintura y a pegarlo para plantar un beso demandante y posesivo. Apretó sus glúteos nuevamente con deseo y separo dejando un rastro de saliva extenderse por la distancia entre ambas bocas.
—Me voy, tratare de llegar temprano hoy, si algo pasa te llamaré, espero lo mismo —
Indico dándole al menor un golpecito suave en la punta de la nariz. Camino a la sala tomando la mano de su pareja y se detuvo en la mesita de centro para tomar el teléfono de Kirishima. Casi olvidaba llevárselo de vuelta o quizá no y así lo castigaría por haberlo puesto ebrio a propósito.
Tomo las llaves y acomodo la gabardina con ayuda del pecoso así como también su corbata fue acomodada por aquellas blancas manos. Sonrió dándole un fuerte abrazo y despidiendo por segunda vez antes de salir cerrando la puerta tras de sí, misma que hizo un sonido electrónico y un click.
Al llegar a la jefatura y acudir a su oficina, el pelirrojo hizo presencia inmediatamente persiguiéndolo por el pasillo con pasos torpes pues su pie aun dolía por los forcejeos de la noche anterior contra la puerta y el marco de esta.
— ¡Hermano! ¿Trajiste mi teléfono? —
Pidió el pelirrojo con un puchero y Katsuki rodó los ojos sin detenerse.
—Cállate idiota, por tu culpa tengo una jodida resaca, olvídate de que vuelva a dejarte entrar a mi casa — Gruño ignorándolo.
— Lo siento, quizá si me sobrepase un poco contigo, pero te veías estresado últimamente pensé que eso ayudaría —
Confeso el pelirrojo con una mueca avergonzada. Katsuki se detuvo frente a la puerta qué tenia su nombre grabado en una elegante placa dorada.
Hurgo en el bolsillo de su gabardina y saco el dichoso teléfono. Se lo lanzó sin cuidado hacia el pelirrojo qué logro atraparlo tras un par de malabares.
—Ahora desaparece, tu presencia me molesta por ahora, si te veo me dan ganas de ahorcarte idiota —
Gruño afilando la mirada y Kirishima asintió con una gota de sudor en la frente por la pesada aura qué Katsuki tenía esa mañana.
"Me lo tengo bien merecido"
Pensó el pelirrojo con una leve sonrisa antes de retirarse.
Horas más tarde Katsuki estaba frente al ordenador cuando Kirishima apareció de nuevo con el expediente del caso de Tomura en manos.
Entro para dejarlo sobre el escritorio con una sonrisa entusiasmada.
— Los resultados de ADN llegaron, las huellas de Izuku coinciden al 100% con las del cadáver de Tomura —
Comento el pelirrojo con el puño cerrado.
Katsuki comenzó a leer los documentos con atención.
—Aizawa ya dio la orden de arresto, solo falta tu indicación, ¡vayamos por el maldito hoy mismo! —
Dijo Kirishima con el brillo en sus ojos, Katsuki se quedó en silencio unos instantes leyendo bien todo el informe.
Aunque él ya sabía los resultados qué habría, era difícil verlos y aceptar que su inevitable despedida le respiraba en el cuello.
Con esas hojas en sus manos se daba la luz verde a la separación qué tanto jugó a ignorar en los últimos días.
Aclaró su garganta, con la orden de arresto no podría postergarlo mucho tiempo además se que sería extraño a ojos de los demás.
—Dile al escuadrón qué se prepare, iremos mañana a catear el domicilio a las 5 de la tarde, con tres homicidios a su nombre no sabemos qué tan peligroso pueda ser, que todos vayan bien preparados —
Ordenó con seriedad sonando convincente, Kirishima asintió y salió para dar las indicaciones al escuadrón qué se conformaba por otros tres elementos de la policía, solían ir con ellos a los arrestos de casos en seguimiento.
Katsuki suspiro y golpeó la mesa una vez se quedó a solas, apretó las hojas en sus manos. Estaba tenso, más de lo que esperaba.
Salió de la oficina para ir a la morgue buscando a Mina.
La encontró en medio de una autopsia como era costumbre después de todo ese era su rol en ese lugar.
—Bakugo, si estás aquí. Me imagino que es por que llego el momento —
Hablo la chica dejando sus herramientas en la bandeja metálica, se retiró los guantes y la mascarilla para acercarse al rubio.
—Mañana a las 5 de la tarde será el arresto, te llamaré en cuanto se determine qué a Izuku murió, prepara la información que nos dirás. —
Indico el rubio cruzándose de brazos. La chica sonrió alzando el pulgar.
—Déjamelo a mí, ya tengo planeado todo, estuve al tanto de ADN y su tiempo de espera en obtener los resultados. —
Guiño confiado, Katsuki sonrió ladino sintiéndose un poco más relajado por la gran competencia de la pelirosa.
—Tu dinero ya fue depositado, puedes verificarlo con tu banco —
Indico el rubio y la chica sonrió ampliamente.
—¡Seguro! Entonces nos vemos mañana, estaré puntual —
Tras despedirse el rubio retomo a la oficina y empezó a buscar boletos de avión en línea con la intención de obtener uno para el día siguiente a Hokkaido.
Compro uno con vuelo a las 9 de la noche, para esa hora ya debían estar libres de todo.
"El plan no puede fallar..."
Pensó reclinándose en la silla y tomo su teléfono para contactar a la anciana dueña de la casa. Tras varios intentos fallidos finamente pudo conectar con ella logrando avisar que quería rentar el lugar y la mujer acepto con gusto.
El día paso y Katsuki estuvo revisando todo a detalle, incluso había logrado contactar a una cafetería en el puerto de Hokkaido obteniendo una entrevista de trabajo para Izuku Bakugo dentro de dos días.
Cuando termino su turno se dirigió a la tienda de autoservicio para comprar un poco de ropa para Izuku.
Paseo por los estantes de ropa de varón, eligiendo algunas camisas, abrigos y pantalones. Sabía que el menor casi no tenía ropa, debía al menos enviarlo bien preparado. Incluso optó por agregar un conjunto formal para su entrevista.
—Seguro que se verá malditamente lindo con esto —
Murmuro a la idea de ver a Izuku vestido con un elegante traje formal negro. Avanzó por el pasillo agregando lo que consideraba bueno hasta que paso por el pasillo de ropa femenina, entonces noto la sección de ropa interior y lencería.
Se acerco observando con una sonrisa divertida los diminutos trajes con encaje y colores suaves qué apenas y ocultaban algo del cuerpo qué lo usará. Su mente divago con la imagen de Izuku en vez del maniquí, un leve sonrojo se instaló en su mejilla y trago saliva.
"¿Y si le llevo uno?"
Negó rotundamente ante la idea abofeteándose mentalmente por imaginar esas cosas indecorosas. Además de que sentía que si compraba algo así para en menor podría llegar a incomodarlo haciéndole recordar el burdel y lo que ocurrió allí.
Pese haber trabajado un poco sus traumas sabía que aún quedaban algunos remanentes en el pecoso pero que rápido despabilaba al saber que estaba con él y no con alguien desconocido.
Suspiro retirándose del lugar y pago las prendas para dirigirse a casa.
Eran apenas las 8 de la noche cuando llego a casa, abrió la puerta y entro cargado de las bolsas con ropa y cosas para el menor.
—Ya llegué —
Dijo como pudo pues tenía una bolsa más colgada entre los dientes.
Avanzó como pudo a la sala dejando las bolsas en el sofá y observó a su alrededor.
—¿Izuku? —
Llamó confuso al ver que el menor no llegaba a recibirlo con el abrazo y como era ya tradición entre ellos.
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