El fondo
Habían sido días muy difíciles, parecía que era un mal sueño del cual quería despertar pronto y no se podía imaginar que tan difícil había sido para Izuku también.
Ponerse en sus zapatos era casi imposible pues jamás había pasado por algo perecido a lo que ese chico había sufrido en tan solo unos días pero estaba seguro de que quería aligerar sus cargas dándole algo que lo relajara y en ese momento lo que podía ofrecerle era su hogar y una deliciosa cena.
Solteo un poco de pollo fresco cortado en cubos, agrego la crema y especias y luego escurrió la pasta para agregarla a la cacerola con el pollo y la salsa de crema, se estaba esforzándo en que quedará perfecto. Izuku le había comentado que bajaría a ayudarle pero ya se había tardado y no pensaba exigirle qué hiciera algo a cambio pues todo lo que le estaba haciendo era de forma desinteresada.
Cuido de todos los detalles incluyendo el emplatado qué decoro con la pasta y un par de hojitas de laurel encima coronando.
Sonrió convencido y se giro para llamar a Izuku más no fue necesario pues le vio llegar a la cocina con un rostro admirado por el orden y la limpieza qué había en su departamento. A sus palabras sonrió y asintió.
— Ciertamente es un lugar amplio para una sola persona, pero ya estas aquí así que ahora no se sentirá vació — expresó sincero mientras se acomodaba a la barra también para comer un poco y servir una taza de té caliente para cada uno.
—Buen provecho espero que lo disfrutes — Le dijo con calma tomando el tenedor y llevándose un bocado a la boca mientras escuchaba su pregunta respecto a Camie.
El recuerdo de aquella incomoda discusión le hizo desviar su mirada al plato y enrollar la pasta en el tenedor con molestia. Aun no perdonaba a Camie por haberle dicho aquellas cosas hirientes a Izuku.
Se llego el tenedor a la boca y mastico con seriedad tomando un poco de agua después y aclaró su garganta.
— Eso... Es un poco complicado, estoy libre del compromiso con ella pero no del todo con ese bebé — Murmuro sin desear dar muchos detalles pues aun le costaba aceptar que la prueba de paternidad había salido positiva.
Tampoco quería darle más cosas en que pensar a Izuku, creía que ya tenia suficiente con que lidiar como para preocuparse por el asunto de Camie y el bebé también pues eso era un problema que venía acarreando desde antes de conocer a Izuku.
"Si le digo que si soy el padre biológico y que estoy en un proceso legal para la custodia compartida podría preocuparse más o sentirse culpable...."
Pensó sabiendo que Izuku tenia una pequeña tendencia a sentirse culpable de todo lo que podía pasar en su vida, ya lo había notado en las veces que le pedía perdón por cosas de las que nisiquiera tenia por que hacerlo. Así que ya le contaría todo después, por el momento debía protegerlo de las malas noticias.
También debía lidiar con el rechazo de sus padres aunque eso era algo menos difícil de sobrellevar.
—No te preocupes por eso. Ella ya no volverá a molestarte o a venir aquí. Mejor come qué se está enfriando —
Le comento amable y al ver que Izuku cambiaba su semblante al degustar la pasta y alabar su sabor, sonrió de lado.
La buena comida nunca fallaba para levantar el ánimo y el mismo lo sabia por experiencia propia. Cuando solía sentirse algo deprimido solía prepararse un buen plato de Katsudon.
La tensión se aligero un poco con aquello y pudieron comer sin problema. Al terminar Katsuki se levantó para llevar los platos al fregadero y se había dispuesto a lavarlos tomando la esponja y el jabón. Pero Izuku le detuvo y se interpuso haciéndole alzar una ceja al oírme decir que el los lavaria.
—Tu debes descansar... Yo lo haré solo son un par de vasos y platos— Desestimo aunque en realidad no estaba contando los cuchillos, las cacerolas y los otros utensilios usados pero el menor hizo una ligera rabieta qué le hizo reír comprendiendo mejor las cosas al escuchar su pregunta respecto a que podía hacer para ayudar.
Seguramente se sentía incomodo recibiendo todas esas atenciones y sin dejarlo hacer nada. No quería sentirse inútil y lo entendió, era comprensible en su situación.
—Me gusta concentirte ¿qué tiene eso de malo? No eres una carga ni algo parecido debes entender eso — Menciono tras un suspiro y dejo las cosas en el fregadero pensando en como responder respecto a las reglas pues no tenia idea de que decir o proponer jamás había tenido a un compañero de casa pero supuso qué Izuku se sentiría más cómodo si las tareas del hogar se repartían entre los dos.
—Me levantó a las 7 am excepto el fin de semana que es cuando no laboro y mis horarios de llegada pueden llegar a varíar, — comenzó a explicar meditabundo.
—Supongo que con que mantengas el lugar limpio, ordenes la basura y laves la ropa es más que suficiente — Explicó con un poco más de seriedad buscando tareas que poder darle al chico sin qué fuesen demasiado pesadas.
Recordó su estudio en el cual mantenía achivos de los casos en los que había trabajado, algunas herramientas del trabajo como una pistola de electrochoques, un par de esposas y algunas municiones de su arma de uso diario. No podía dejar qué Izuku entrará allí.
—Habrá solo una regla, la habitación continúa a la tuya es mi estudio, es un lugar privado así que te pediré que no entres, hay muchos documentos importantes del trabajo allí. — explico con suavidad pero firme. —Creo que es todo — Murmuro pensativo.
Izuku se acercó a él comenzando a empujarlo insistiendo en que se fuera a cambiar y dormir ya qué al día siguiente debía levantarse temprano.
Katsuki giro su cabeza hacia atrás mirando al chico inseguro de si debía dejarlo a solas encargandose de los platos se sentía un poco incomodo de que el hiciera eso cuando se suponía debía descansar pero intento ser comprensivo y accedió a obedecer.
—¿Estas seguro?... Deberías descansar. Tu cuerpo aun presenta secuelas — le comento mientras era sacado a leves empujónes. Se detuvo en las escaleras y miró de reojo hacia atrás un momento antes de subir resignando y decidir darse un baño rápidamente.
El sonido del agua y la tibieza de la misma le relajaron los músculos y los sentidos dejándolo en una especie de trance hasta que abrió sus ojos con lentitud y comenzó a tallarse el cuerpo con el jabón líquido que tenía a su lado. Al ya no sentirse solo en su casa su pecho latía errático, más por la persona que ahora estaba ahí, sentía como haberse ganado la lotería pues bien ese chico le gustaba hasta al punto de hacerlo sentir idiota, quizá había sido muy apresurado pero no podía dejarlo solo y sin ayuda de nadie y mucho menos sabiendo todo el peso qué Izuku llevaba encima respecto al homicidio
Sonrió inevitablemente de forma tonta y sin querer comenzó a recordar aquellos momentos en que le miraba bailar en el burdel y en aquella sala privada, una sensación cálida le recorrío la espalda y vientre al tan solo revivir esas imágenes, por consecuencia su mente viajo hasta recordar el único y último momento en que pudo ser testigo del cuerpo desnudo del menor aquella noche en que le masturbo en el piso del baño.
Frunció el ceño recordando el rostro lleno de placer y el deleitable orgasmo del menor, su cuerpo arqueandose y su suave voz jadeando. Pará cuando abrió sus ojos ya tenía una fuerte ereccion que le hizo gruñir y maldecir, intentó ignorar esos pensamientos para terminar de bañarse y esperar a que se le bajara.
Después de unos minutos salío de la ducha, se cambio y se dirigió a su habitación para alistar la ropa que llevaría al día siguiente a la oficina y cuando ya todo estaba listo decidió salir a echar un vistazo a ver que pasaba con Izuku encontrándoselo en el pasillo.
—¿Todo en orden? ¿Hay algo que necesites antes de dormir? — preguntó preocupado pero Izuku se acercó asegurando qué todo estaba bien tomándolo por sorpresa con un abrazo a lo que correspondió de igual manera rodeandolo por la cadera.
— ¿Qué dices? Si no he hecho gran cosa.— murmuro algo avergonzado por las palabras melosas del chico. Aun no estaba del todo acostumbrado a ser tratado de esa manera tan dulce. Sintió su corazón derretir cuando los labios ajenos se unieron a los suyos sellandolos con un tierno beso qué apenas y alcanzo a disfrutar antes de sentir la lejanía de nuevo.
"Diablos es tan adorable"
pensó sonriendo ladino sin mostrar los dientes y a su despedida de buenas noches asintió con suavidad. La mirada del peliverde era tan brillante que se le afiguro la de un niño pequeño al abrir un regalo de navidad, y le hizo sentir una extraña calidez en su pecho, cerró los ojos unos segundos sintiendo la sutil caricia sonrisa y sonrió también de lado.
—Descansa, duerme bien— le respondió con calma para verlo irse a la habitación y una vez que entro, la sonrisa del rubio se borró y suspiro sacando de su bolsillo la llave del estudio para ponerle seguro a la puerta. Imaginaba que Izuku podía llegar a ser algo curioso así que no debía arriesgarse a que entrará y mirará algo de más que pudiese delatar qué era policia aunque claro, sabia y tenia en mente que debía decirle pronto. Aun no encontraba la manera ideal de hacerlo pero ya lo haría.
Apago la luz del pasillo y se dirigió a su habitación, se recostó en la cama tomando su teléfono y notando un par de llamadas perdidas esta vez de su madre, no sabía que era lo que quería pero seguramente eran idioteces pues siempre le llamaba por cosas irrelevantes a su parecer. Las últimas veces que le llamó era solo para seguirle reclamando lo ocurrido con camie y pidiéndole reflexionar sobre su "orientación sexual" por lo que simplemente dejó de responder a sus llamadas.
Puso su alarma y preparó la cama.
Se metió bajo las suaves sábanas y cobertores para intentar dormir.
Se sentía extraño pues era una combinación de felicidad y ansiedad. Quizá por el hecho de que su nuevo "inquilino" le gustaba, le atraía y lo deseaba sin pudor, tenía que luchar con fuerza contra sus instintos y deseos para no terminar acercándose de más y mucho más ahora que sabia que Izuku no lo amaba como tal todavía.
"En que me he metido... ¿Hice bien en traerlo? ¿Se sentirá forzado a hacer esto? Me dijo que me quiere pero ¿y si algún día se aburre y decide irse? "
Pensó unos momentos con su brazo sobre su frente y suspiro profundo, no era que se arrepentía pero temía por los sentimientos de Izuku, le era difícil leerlo, tenia miedo de imaginar que esa copa de cristal se rompiera por completo.
Ya pensaría en que hacer más adelante así que por ese momento cerró sus ojos intentando conciliar el sueño pero le era imposible.
Saber que Izuku estaba ahí mismo en el departamento, justo en la habitación continúa le hacía sentir extraño. Quería tenerlo junto a él y no dormir separados, después de todo ya habían pasado dos noches en la misma cama individual.
¿Qué era lo que lo detenía ahora?.
Necesitaba sentirlo más cerca, aunque sabia que podía ser un arma de doble filo pues lo quería tanto y deseaba qué dormir con él sería peligroso. Pese a ello no era estúpido y sabia que Izuku no estaba en las mejores condiciones ni físicas ni mentales para intentar algo más allá de solo un par de arrumacos. Ademas de eso ambos se estaban esforzando por cumplir el pacto se espera hasta la mayoria de edad y no iba a tirar ese esfuerzo a la basura solo por una noche de hormonas alteradas.
Suspiro y dio vueltas en la cama varias veces sin poder concederse una posición cómoda. El tiempo paso y sus ojos seguían sin poder conciliar el sueño, fue entonces que escucho su puerta abrirse, eso lo puso en alerta pero no se movió o dijo algo, escucho el sonido sordo de los pies descalzos atravesar la habitación y seguido el movimiento sobre el colchón y las sabanas. A ese punto sabia que se trataba de Izuku y se quedo quieto fingiendo dormir.
"¿Qué esta haciendo?... No intentará hacer "eso" de nuevo ¿o si?"
Pensó nervioso y expectante a las acciones del otro hasta que le escucho hablar en tono bajo.
La lluvia seguía callendo haciendo eco en la habitación. Las noches lluviosas no le gustaban pero si eran un motivo para que Izuku se acercara entonces empezarían a gustarle.
Sintió las suaves caricias ajenas en su espalda qué le hicieron sentir escalofrío en el mejor sentido de la palabra.
Despacio se giro fingiendo despertar y observando la tenue figura que la poca luz le dejaba apreciar.
—Qué linda sorpresa ven mis ojos — susurro con la voz ronca extendiendo sus brazos para rodear a Izuku con ellos y apegarlo a su pecho cubriendolo bien con el cobertor.
—cuando no puedas dormir, estare más que encantado de recibirte en mi cama —
Le murmuro suave dando un beso en la frente ajena acariciando su espalda. Sentir a Izuku entre sus brazos, compartiendo su calor bajo el mismo cobertor, escuchando su respiración y sintiendo su cuerpo era todo lo que necesitaba. No pedía más.
Había leído qué dormir junto a la persona que se ama y sentir su afecto aumentaba la serotonina y la oxitocina bajando los niveles de estrés. Lo había podido comprobar por tercera vez.
Abrazar a Izuku mientras dormían le hacía sentir sensaciones positivas inenarrables.
—Mientras yo esté aquí nada va a pasarte, cuidare de ti así que duerme tranquilo —
Aseguro firme mirando a Izuku y acercando su rostro al ajeno hasta poder sentir que sus labios rosaron los otros.
—Si tienes pesadillas abrázame fuerte y el miedo se ira —le dijo suave rosando su boca antes de besarlo con cariño y deslizando su mano por el costado de Izuku con lentitud y desviarlo a sus glúteos para acercalo aun más y que apegara por completo a su cuerpo encajado perfectamente entre ambos.
Saboreo aquella boca sin prisa, con cuidado de no lastimar el labio herido y separo dejando un hilo de saliva qué se rompió con la distancia. Beso su párpado por encima del parche y luego finalmente alzó el rostro recargando su mentón en la nuca esponjosa.
En esa posición cómoda y que daba seguridad se quedo dormido en poco tiempo después de escuchar el primer suave ronquido de Izuku qué era más como un leve suspiro.
Algunas horas después su alarma sonó y despacio se removió notando qué Izuku seguia en sus brazos aun dormido cómodamente. La cama era mucho más espaciosa qué la vieja cama individual y sonrió con ternura al imaginar que era la primera vez que Izuku dormía plácidamente.
Despacio se levantó sin hacer ruido y comenzó a cambiarse para irse.
Quizá lo que más odiaba era tener que despertarse temprano pero definitivamente el sueldo y su trabajo lo valía.
Izuku seguía dormido así que no se atrevio a despertarlo, lo cubrió bien con el cobertor, era una mañana fría, el clima no parecía mejorar. Tomo su gabardina, una bufanda y guantes además de su teléfono y las llaves y bajó hasta la cocina para encender la cafetera y tomar una taza de café cargado antes de irse como solía hacer.
Cuando terminó subió a la habitación y se acerco a la mesa de noche donde dejó una nota para Izuku. Le miró y beso su frente con sutileza antes de salir de la casa.
"No quise despertarte, estabas durmiendo como un bebé así que descansa, llegaré un poco tarde debo cubrir horas extras, hay comida en el refrigerador y si quieres bañarte el agua caliente es la llave izquierda, siéntete cómodo, cualquier duda enviame un mensaje y responderé lo antes posible, nos vemos!"
Había poco tráfico ya que aún era muy temprano por lo que llegó muy rápido a la estación de policía. Al llegar todo el mundo estaba vuelto loco, siempre era así cuando había un nuevo caso, algunos corrían de un lado a otro documentando, archivando y reportando la información.
Como siempre varias de las chicas de recepción y comunicaciones lo saludaban al llegar con un leve sonrojo y por su parte les respondía por mera educación. Había oído una vez que incluso una de ellas pensaba invitarlo a salir justo antes de qué se supiera lo de su matrimonio.
Una vez que llegó a su oficina, kirishima apareció entregándole los folders con la información actualizada.
— Esto es todo lo que tenemos por el momento, es muy interesante, hecha un vistazo — Le dijo el pelirrojo y Katsuki abrió el documento y empezó a leer.
."Víctima de 30 años, respondía a nombre de Tomura Shigaraki, inversionista, dueño del burdel" Green Rabbit. Se le encontró sin vida dentro de su oficina en posición decubito lateral. Presentaba herida única en tórax a la altura del pecho causada por un arma de fuego calibre .45 Long Colt, perteneciente a un arma revólver Colt Single Action Army".
Kirishima había tenido razón en su hipótesis, efectivamente el arma había sido la de su abuelo, un modelo de revolver muy antiguo qué ahora yacia en su casa.
Siguió leyendo el informe con atención, notando qué decía que era bastante adinerado al ser el único heredero de una fortuna familiar y que no tenia muchos contactos a excepción de otro par de inversionistas y...
"¿Qué?... "
Pensó con sorpresa al notar el nombre de Chisaki Kai en el informe aunque no le extrañaba pues recordó qué Chisaki era un cliente de Green Rabbit.
Siguió leyendo y alzó una ceja al leer que Tomura tenía cargos como violacion y lavado de dinero, sin duda ese sujeto hubiese pasado el resto de su vida en la cárcel de no haber muerto a manos de su querido Izuku. Había también una pequeña lista con la información de todos los empleados del burdel misma que habían adquirido de un folder escondido bajo llave en un cajón del escritorio de la escena del crimen, notando que de todos solo habían 2 que eran menores de edad. "Izuku Midoroya" y "Asui Tsuyu" la misma chica tímida con la que habló la noche anterior.
Adjunto al informe del médico forense también estaba su archivo de logística qué reporto la noche anterior donde estaban las fotografías que él mismo había tomado. Notando algo principal e importante que se había agregado por el resto del equipo.
"En el cadáver de la víctima se han encontrado huellas asi como también en los muebles de la escena del crimen, la primera de ellas ubicada en el cuello y correspondía a Tsuyu Asui, chica de 16 años quien había encontrado y reportado el cuerpo."
Conforme avanzaba comenzó a tensar se pues si descubrian a Izuku tan rápido no le daría el tiempo suficiente para planear algo.
" El resto de huellas estaban en diferentes zonas del cuerpo y correspondían a alguien no identificado."
Ya habían comprobado que había un rastro de sangre que salía de la escena del crimen a los camerinos y que no correspondían con el calzado de la chica que había reportado el siniestro. Pero lo peor era qué un dato adjunto era que las huellas en el cadáver eran las mismas de la víctima del caso pasado y que no lograron resolver. Entonces habían descubierto que en efecto, estaban tratando con un asesino en serie reabriendo el caso y juntandolo con el nuevo. Con eso Katsuki arrugó el entrecejo, sabía que Izuku había sido el autor del homicidio de Tomura, entonces quería decir que podría ser también el autor del crimen de Chisaki.
Sintió náusea, sabia que lo de Tomura había sido por defensa propia,¿pero lo de chisaki? No tendrían oportunidad de una buena defensa legal contra ese caso.
Suspiro y leyó el último informe qué correspondía a los tres sospechosos y la poca información obtenida en sus declaraciones, había un archivo para cada uno que tenia datos como el nombre, edad y domicilio además de información personal.
"Ochako Uraraka, 19 años, bailarina Declaró qué había perdido su uña postiza unas horas antes en la oficina de Tomura al haber limpiado la zona junto a Asui quien confirmo la cuartada"
Suspiro tenso.
"Segunda sospechosa, Nemuri Kayama de 30 años, bailarina, declaró estar atendiendo a un cliente en la zona principal a modo de compañía en el momento del percance, lo que fue corraborado mediante la única cámara de seguridad qué había en esa zona lo que demostraba su inocencia"
Por último estaba la página de Izuku qué estaba casi en blanco.
"Midoriya Izuku, 17 años, estudiante. La fecha de nacimiento es desconocida, se encontró una carta de renuncia de tres días atrás en la escena del crimen qué podrían demostrar su inocencia pero no ha sido localizado para tómar sus huellas y declaración."
En resumen, había cuatro sospechosos de los cuales tres ya habían demostrado su inocencia quedando solo uno, Izuku.
Dos cadáveres con las mismas huellas sin identificar y era seguro que trabajaba en el burdel y se trataba de uno de los dos menores de edad por el hecho de no tener huellas registradas de los cuales Tsuyu había quedado ex suelta de cargo al haber tomado sus huellas y no corresponder con las encontradas. Ya tenían los domicilios así que solo quedaba acudir con una orden de cateo para buscar el arma homicida y en el caso de Izuku debían buscarlo para llevarlo a dar su declaración y tomar sus huellas, aunque ambas cosas estaban en su propia casa.
—Debemos salir a investigar ya, lo principal es encontrar a Izuku, ¿no has sabido algo de él? — Pregunto Kirishima, Katsuki dudo en si contarle o no lo que pasaba, no debía confiar en nadie así que solo negó.
—No desde hace casi una semana, no tengo idea que ha sido de él— Aseguro y Kirishima asintió.
—Bien iré por Denki para irnos ya — Dijo el pelirrojo. Katsuki cerro el folder y lo guardo en el cajón de su escritorio. Suspiro pensando en que con toda la información hasta el momento si Izuku daba su declaración y tomaban sus huellas definitivamente sería encontrado culpable.
Sin más opción más que fingir acudio junto a sus dos camaradas a los domicilios de los sospechosos buscando el arma, incluso en los basureros. Pero cuando tocó llegar a casa de Izuku, Katsuki suspiro sabiendo que nadie acudiría a abrir la puerta.
— Es extraño que no esté. Todos los demás parecían estar tranquilos, este chico es el único que desapareció, ¿no creen que es algo obvio?. — Dijo Denki cruzandose de brazos mientras esperaban afuera del departamento.
— Lo hace ver más sospechoso pero no podemos acusarlo sin pruebas todavía. —
Agregó Kirishima y Katsuki por su parte no dijo nada tan solo escuchaba.
—Dudo que sea él. Una de las chicas que interrogue dijo que él no estaba en el momento del crimen y la carta de renuncia confirmaría eso — Dijo Katsuki llamando la atención de su par de amigos.
— Eso es verdad pero de todos los sospechosos hasta ahora nadie coincide con las huellas y solo falta él. Si las huellas resultan ser suyas la carta de renuncia no tendría sentido, ¿por que estaría en la oficina de Tomura si ya había renunciado?
— Analizó Denki alzando una ceja y Kirishima miró a Katsuki quien sólo suspiro y asintió.
—Solo lo sabremos si lo interrogamos, Volvamos más tarde entonces. —
Dijo Kirishima para luego volver a la estación todos juntos.
Todo se resumia a que sin ninguna coincidía con los demás debían acudir directamente con Izuku pues eso lo transformaría inmediatemnte en el sospechoso número uno y seguramente ya acudirán no con una orden de cateo para ver su basura o buscar en su domicilio y tomar sus huellas si no ya con una orden de arresto.
Tan solo de imaginarlo Katsuki comenzó a sentirse un poco nervioso. Simplemente no cabia en su mente que ese chico fuese capaz de arrebatarle la vida a alguien solo por malicia debía encontrar la forma de tratar de abogar por él había estado tan ocupado qué no había podido darse el momento de escribirle pues.
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La fecha indicaba qué al día siguiente debía recibir la jugosa cantidad de dinero qué Katsuki le debía dar por ley para la manutención del bebé, Camie deseaba cerciorarse de que el rubio cumpliera aunque sabia que así seria.
Su mera intención de molestarlo era lo que más le movía pues incluso en ese mismo momento el bebé estaba llorando en alguna otra habitación de la casa.
Tomo su teléfono para llamar al número de Katsuki qué no respondió. Torció sus labios en respuesta para después llamar a la casa del rubio, cuando se trataba de localizarlo la mujer era una total molestia y lo sabia haciéndole sentir diversion.
Espero escuchando el tono de marcacion mientras miraba sus largas uñas decoradas con algunas piedras de fantasía y esmaltes brillantes, pagados con una parte del primer dinero qué Katsuki le había dado.
Alzó una ceja al escuchar la voz suave responder y que claramente no era Katsuki.
—¿Quien eres?, ¿Qué haces en la casa de Bakugo? — cuestionó la mujer con malicia.
—Ah... Eres ese chico del otro día ¿no?. —
La voz de Camie era acida y tajante. Extendió su mano libre mirando sus uñas por el frente y revés.
—Me sorprende que después de saber que tenemos un bebé y que nos íbamos a casar decidieras meterte hasta arruinar todo. De verdad eres terco. — Murmuro escuchando qué Izuku se defendía diciendo que Katsuki siempre le había dicho que no la quería.
Camie apretó los labios, molesta se incorporó enfriando el rostro con el teléfono bien legado a la oreja.
— Tal vez no me quería pero no solo estas viendo lo que había entre él y yo pero piensa en el niño — alzó una cena sonriendo. Usar al bebé era su mejor arma.
— ¿Sabes que mi hijo crecerá avergonzado de saber que su padre nos dejo por estar con otro hombre? Qué no tendrá una figura alterna en su vida también. ¿Sabes lo que es crecer sin un padre? —
Entrecerro sus ojos suspirando.
— No puedo dejar qué Katsuki conviva con él, ¿qué pasaría si se vuelve un homosexual como ustedes?.¿Te das cuenta que tu capricho rompió a nuestra familia? — Se acercó a la habitación donde estaba el bebé, el silencio del otro lado de la línea le hacía entender que estaba ganando esa batalla contra Izuku.
Aprovecho el llanto del bebé para que se escuchara de fondo y crear una mayor culpa en el otro.
—Escucha... Ya me da igual si ustedes están juntos pero piensa en el niño, aun estas a tiempo el es muy pequeño, si sales de nuestras vidas aun podremos ser una familia normal... Tu tienes la decisión. Pero por el bien del bebé, espero que puedas dejarnos en paz — Remató colgando la llamada y luego lo dejó en la mesita de noche del bebé para tomarlo en brazos y arruyarlo.
"Nunca pensé llegar a ser una madre soltera... Todo el plan se fue a la mierda por culpa de ese idiota qué me robo a Katsuki. Lo detesto"
Pensó cansada menguando al pequeño qué pataleaba al aire y movía sus manitas en pequeños golpecitos erraticos qué acabaron cuando la castaña puso el biberon en su boca.
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Izuku percibió como Katsuki giró sobre su eje para encarar, por un momento consideró un fastidio lo que hizo de allanar su cama, pero prontamente se dejó envolver por los brazos dándole un buen indicio. La calidez que le beneficiaba era inigualable.
El cobijo que tenía embriagado en el aroma que tanto apreciaba de Katsuki le daba el sitio tan reconfortante que era estar en sus brazos, cerró los ojos al sentir los labios tantear su frente y reclinó extendiendo su brazo encima del cuerpo para aferrarse como si buscara fusionarse con él.
—Siento que todos los males que cargo se desvanecen con tus abrazos, por favor... no te apartes de mí —musitó cabizbajo, aunque prontamente levantó el rostro para visualizar apenas los rasgos en silueta por la iluminación tenue.
Podía sentir la respiración cercana de Katsuki chocando contra sí, la punta de su nariz y parte de sus labios daban un tibio tacto apenas perceptible. La acaricia en su costado disminuyó hasta la espalda baja para empujarlo y pegar completamente, recibió el beso en sus labios tan sutil y aterciopelado que le hizo suspirar agradable en sus adentros, poco a poco abrió su boca para hacerlo más accesible y poder saborear un poco más.
Finalmente separaron, llevando a Izuku relamer sus labios apacible y recibiendo un beso encima del parche en su ojo. Recordó todo lo que Katsuki había hecho por él, desde las búsquedas insistentes, los reclamos iniciales por sus heridas, sus cuidados y atención a éstas, alimentarlo adecuadamente, hasta tolerar esos episodios de estrés postraumático que sufría. Los miedos latentes que fácilmente cualquiera no soportaría.
"No importa por donde lo mire, Kacchan ha estado vigilando mi bienestar... así que esto es ser amado."
Izuku acurrucó en la curvatura del cuello con el mentón del rubio sobre su cabello.
"¿Puedo hacer lo mismo? Corresponder así a pesar de mi condición, ¿no lo estoy confundiendo? Y solo estoy buscando mi sitio de confort con él... solo huyendo de mi realidad."
Cerró sus ojos poco a poco al sentir pesadez en ellos tornando una comodidad dispuesto a dormir.
"No puedo engañarlo diciendo que lo amo también sin confirmar esto. Necesito asegurarlo."
Las horas pasaron hasta la mañana siguiente, Izuku abrió despacio su visión enredándose en el cobertor que lo arropaba, las mohidas almohadas en su cabeza con ese agradable olor le hicieron darse cuenta del entorno recordando la situación.
—¿Kacchan? —Mencionó extendiendo su brazo tanteando el resto de la cama en busca del rubio para poder abrazarlo nuevamente, pero estaba solo.
Levantó la mitad de su cuerpo frotando con precaución su ojo abierto, el cabello lo tenía en gran parte ladeado y aplastado una porción por la posición continua en la que descansó.
Gateó hacia el borde de la cama para levantarse, pero detuvo al percibir una nota en la mesita conjunta, la levantó leyéndola con evidente desilusión en su rostro de confirmar que no estaba.
"No, no puedo estar todo el tiempo pegado a él."
Se regañó a sí mismo por el capricho que cruzó su mente negando la cabeza. Fue entonces que se levantó para ordenar la cama y salió al baño.
"¿Qué se supone que voy a hacer todo el día solo? Debería salir y comprar algo de despensa con el dinero que traigo, también más vendajes... ¿reportar mi ausencia en la escuela? No, no puedo llegar así con ellos, no deben verse tanto mis marcas o llamará la atención con interrogatorios y hasta las autoridades."
Retiró el vendaje que rodeaba sus brazos y posteriormente la gasa en parche en su rostro mirándose al espejo. Tocó la parte inflamada, aún colorada en un rojizo y poco purpurea.
—No debería dejar marca...
Se dijo a sí mismo examinando las lesiones en el espejo, abrió la boca tanteando su labio corroborando como evolucionaba la herida en ellos.
Exhaló con un gran suspiro, pese al estilo de vida con amenazas hostiles que tuvo por la deuda nunca habían llegado a herirlo de esta manera. Siempre se conservó con un perfil bajo e insignificante que en parte eso benefició al llamado de atención por la anterior dueña ofreciendole el empleo ante el cuerpo bien cuidado que tenía. ¿Cómo se suponía que ahora buscaría un trabajo así? Tendría que tener más tiempo en sanar para mejorar su presentación.
Sin tener las vendas encimas empezó a desvestirse, desde lo ocurrido con Chisaki había adaptado a una terrible obsesión por asearse bastante seguido, la sensación de la sangre caliente correr por sus manos era algo constante que llegaba cuando estaba en soledad sobre-pensando cosas. Ahora con lo de Shigaraki ese impulso de lavarse había incrementado, no solo era el tinte carmesí de la sangre ajena lo que sentía en sus manos, ahora su cuerpo en general recordaba las abrasiones, maltratos y diversos líquidos pegajosos encima de su piel como el alcohol, la saliva o semen.
Entró a la regadera abriendo el grifo con gran potencia recordando cual había indicado Katsuki, el chorro de agua con vapor empañó los cristales, la piel de Izuku resintió el calor manifestando ardor abrupto pero intentó contenerlo y no apartarse del chorro buscando purificar un poco su cuerpo a pesar de ya no portar nada de ello encima.
Varios minutos después tras enjabonarse y lavarse con rudeza salió tomando una toalla de las que estaban dobladas y disponibles en un mueble envolviéndola en su cadera. Abrió el estante del baño dándose cuenta del botiquín bien abastecido que tenía el rubio. Izuku levantó sus cejas ligeramente sorprendido.
"¿Por qué necesitaría tantas cosas para primeros auxilios? Esto parece una enfermería"
Las cajoneras estaban repletas de vendajes, gasas, alcohol, antisépticos e incluso algunas sustancias para controlar hemorragias, un material de sutura y anestesia para ello.
Quedó pensativo con sus manos extendidas a las puertillas del estante queriendo recordar si había llegado a ver a Katsuki lastimado alguna vez, pero nunca fue así, lo único alarmante fue esa cicatriz en el hombro de una apuñalada de hace tiempo.
"Vive solo, nadie más que él lo requeriría..."
Chasqueó su lengua resignado de no encontrar explicación y tomó unas vendas selladas.
"Como sea, lo repondré cuando tenga oportunidad."
Aseguró de secarse cuidadoso y poner un vendaje nuevo en sus heridas. Tras culminar aquello fue hacia la habitación que le correspondía en busca de ropa limpia, poniéndose una camiseta beige manga larga y unos pantalones cómodos de algodón de color oscuro, si llegaba a salir quería ocultar sus vendajes para no llamar la atención en alguna tienda de conveniencia.
Bajó hacia la cocina para ver que necesitaba ir a comprar, pero para su asombro nuevamente las alacenas y el refrigerados estaban repletos en despensa.
"Kacchan está tan bien preparado en todos los ámbitos."
Rascó su nuca con su cabello un poco húmedo aún, concluyendo que no ocuparía salir en busca de cosas. Hizo un sencillo guiso con huevos, un par de salchichas acompañado de ensalada y un vaso de leche.
Bajo la soledad de ese gran departamento comió sus alimentos pensando en el estilo de vida de Katsuki.
"Se levanta muy temprano para irse a trabajar, ¿llevará algo o compra algo allá? Tal vez podía prepararle el almuerzo todos los días."
Giró de reojo notando la cafetera con media carga del contenido dándose cuenta que tomaba mucho café, recargo su mano a su mejilla aún masticando sus alimentos paulativamente.
"Para ser un vendedor de seguros me imaginaba algo más relajado, pero veo que tiene jornadas muy atareadas, llega a entrar muy temprano y salir muy tarde repentinamente..."
Levantó su vista al techo recordando esa habitación que le hizo mención de que no debería entrar.
"También guarda archivos muy importantes en su casa, tal vez solo es cosa de confidencialidad con los clientes, es demasiado profesional."
Sonrió en sus adentros dándose cuenta de la clase de persona confiable que era el rubio tanto en lo laboral como interpersonal.
Una vez que terminó de desayunar dedicó a limpiar la cocina dejándola reluciente como estaba, hizo un poco de limpieza en otras áreas sin mucho esfuerzo ya que el hogar de Katsuki era demasiado estoico e impecable, los únicos rasgos de desorden eran por Izuku.
Terminando con los quehaceres no había más por hacer, se dedicó gran parte del día encerrado en su cuarto a retomar sus estudios, no quería retrasarse más de lo que estuvo encerrado en el burdel, se pondría al día de alguna manera para que así al volver a clases no tuviera inconvenientes.
En un momento dado recordó que debía volver intentar hablar con Uraraka, por lo que mandó un mensaje de texto intentando un contacto. Sus labios curvaron en una sonrisa de alivio de ver que el mensaje había sido recibido e incluso leído, aunque pronto tornó en incógnita repentina de recibir una llamada por parte de ella.
—Hola, ¿qué pasó anoche con ustedes?
Una pausa de segundos tuvieron hasta que la castaña decidió responder.
—Los oficiales interrogaron a todos, incluso hay sospechosos entre nosotros, anoche salimos muy tarde de comisaria la señorita Nemuri y yo por sospechosas.
—Pero eso ya pasó desapercibido, ¿no? Ya las dejaron salir —preguntó nervioso de la idea de que culparan a alguna de ellas por su imprudencia.
—Sí, ya no somos sospechosas... —mencionó con una turbia pausa que dejó a Izuku suspirar en alivio. —Aunque... Izu, por lo que dices de no sabes nada, ¿no han ido a buscarte?
—¿Qué...? —Parpadeó con sorpresa alzando su cabeza del escritorio. —No, no lo sé... yo...
—¿Cómo? ¿No volviste a tu casa? ¿Dónde estás? —Respingó alarmada. —Espera, mejor no me digas nada, solo confirmame que estás bien.
—Lo estoy.
—Bien, no estoy segura de como estén los detalles de la investigación de la policia, no logramos erradicar toda la evidencia y eres un sospechoso del asesinato de Shigaraki y ese guardia. Te recomiendo no volver a tu departamento aún, deben estar vigilando la zona. Ten precaución.
La joven cortó la llamada rápido sin esperar despedida, no quería tener indicios de contacto con Izuku si se estaba refugiando en otro lugar.
Dejó el teléfono en el escritorio pensativo de la noticia.
"Si Kacchan no hubiera ido a buscarme estaría en una oficina de interrogatorio o arrestado en una celda esperando veredicto. ¿Y si me llegan a buscar aquí? No, es absurdo no sabrían que estoy aquí, ni siquiera está el arma en casa, ninguna de las dos..."
Se llevó un par de dedos al dorso de su nariz cerrando su mirada ansioso.
"¿Está bien que siga evadiendo esto? Lo hice para defenderme y salvar a alguien más, pero eso no quita el hecho de que le arrebaté la vida a alguien más."
Negó su cabeza con rudeza poniéndose de pie y golpeando leve sus mejillas con sus palmas.
"Basta Izuku, deja de ahogarte en la idea si no vas a llegar a lo profundo y no podrás salir"
Se regañó a sí mismo de las ideas deprimentes y culposas que le rodeaban. Caminó hacia el balcón abriendo la puerta corrediza para dejar entrar algo de viento y percibir el atardecer.
—Me pregunto... si Kacchan seguiría amándome todavía al saber que tengo las manos manchadas de sangre. Soy un cobarde mentiroso que mucho menos con él puede confesar sus crímenes... —lamentó resignado retomando dentro de la habitación.
Descendió caminando a la cocina, lo menos que podía hacer era recibirlo con una caliente cena y una sonrisa, enmascarar su agonía con esa alternativa donde eran una pareja sin preocupaciones, sin embargo, antes de entrar a la cocina el teléfono en una de las mesitas de la sala sonó.
Izuku sobresaltó en su lugar del timbre de llamada que desconoció, miró con el rabillo del ojo nervioso.
"¿Debería responder? Podría ser algo importante o hasta Kacchan, tal vez me quiso llamar y la línea de mi celular estaba ocupada."
Ante esa última idea enalteció en valor y avanzó con paso apresurado tomando el teléfono en mano llevándolo a su oreja.
—¿Hola...? —Procuró tener un volumen de voz adecuado pero la garganta titubeó dejando un tono disperso y tímido. Estaba rígido en su lugar.
La tensión pasó a ser sorpresa de reconocer la voz.
"Es la mujer que se iba a casar con él."
Arrugó el entrecejo al percibir que también había sido reconocido por ella fácilmente con una simple palabra, más no fue suficiente para intimidarlo, las palabras pretenciosas en Camie inicialmente no atacaban como la primera vez, Katsuki fue muy claro en su relación con ella.
—Te equivocas, yo no intervine en nada —silenció a la mujer en línea. —Kacchan desde un inicio solo iba a casarse por compromiso contigo y ese bebé, incluso me dijo que separaría una vez que cerciorara que no era suyo.
Desde un inicio cuando llegó a ese departamento corría con el miedo de tener que volver a ver a una mujer con tal carácter y pasado con su pareja, incluso Katsuki le hizo mención que ella no tendría más que ver en su vida, sin embargo, ahí estaba enfrentando con calma en su voz la llamada buscando limpiar aunque sea su nombre de lo que consideraba Camie.
Sus palabras fueron ablandando hasta donde la mujer le hizo mención del bebé. Independientemente de quien era, ya había nacido y no tenía culpa de nada en su realidad.
Una de las preguntas que hizo la Camie atravesaron el pecho de Izuku de forma punzante y culposa.
—...Sé lo que es vivir sin uno —respondió con una voz tambaleante y tragó saliva—, cargar eternamente con el peso de lo que hizo en su vida como si fuese tu culpa incluso sin haber nacido aún.
Poco a poco se estaba proyectando en lo que estaba diciendo Camie, ser criado sin una figura paterna vigente que solo dejó una responsiva peligrosa de adeudo a su madre y a él. Un acto irresponsable y fuera de la moral dejando en el olvido al niño que trajo al mundo.
Todo el estándar que tenía de perfección en Katsuki se estaba desvaneciendo.
"Por mi culpa se está olvidando de ese niño, después de todo anoche no quiso contarme nada..."
Estaba sumido en pensamientos siniestros de remordimiento al revivir su pasado y lo que estaba provocando actualmente como un ciclo encadenado a traer miseria con su mera presencia. Apretó sus labios al escuchar al otro lado de la llamada el llanto de un bebé.
"Kacchan podría tener una familia adecuada, pero independientemente de ello, ese bebé..."
La llamada fue cortada repentinamente por la mujer e Izuku decidió dejar el teléfono en la mesa nuevamente, no obstante volvió a sonar en su mano. Daba por hecho que debía ser Camie por lo repentino, duró mucho tiempo sonando mientras lo sostenía en mano.
Apretó sus dientes frustrado respondiendo de una vez.
—Por cierto, ya te lo dijo Bakugo ¿no? La prueba de paternidad avala que él es padre de mi hijo, no te mencioné en vano todo lo anterior. Deberías desaparecer —escupió con desprecio colgando la llamada sin esperar respuesta.
Izuku quedó en blanco, bajó despacio el teléfono de su oreja y lo dejó en su sitio. Retiró sin cuidado el parche de su ojo para visualizar con ambos el entorno.
—¿Qué se supone estoy haciendo aquí? —Masculló errante arrojando el parche sin cuidado por ahí.
Esa conversación lo abrumó en tantos sentidos, culpa, remordimiento, terror, ansiedad, tristeza, muchas sensaciones negativas invadieron su cabeza.
"¿En que momento creí que merecía esta oportunidad?"
Subió los escalones con desdicha, cada paso sentía que una parte de él era arrancada. Llegó a la habitación de huéspedes donde alojaba dispuesto a tomar sus cosas e irse de ahí.
"¿Y a que se supone que voy a volver? ¿A encontrarme con los policías para confesar que maté a la persona que abusó y me dejó? No van a creer lo que diga un bailarín de burdel que incita esas cosas."
—Estoy cansado de esto...no puedo más —susurró derrotado de ver que nada le salía bien.
Miró el retrato que tenía con su madre en el escritorio y sus ojos nublaron en lágrimas que no permitió caer. Desde que la perdió sintió haber perdido gran parte de su identidad y con el resto desvaneció en el Green Rabbit con todo lo que estuvo haciendo.
Giró de reojo hacia el balcón notando los últimos rayos del sol en el crepúsculo con una idea siniestra que cruzó por su mente por la altura del lugar donde estaba. Quitarse la vida era algo que más de una ocasión cruzó por su mente, pero no había sido tan demandante como ese momento.
Arrastró sus pasos abriendo la puerta de cristal con un viento fresco que removió las cortinas de seda, llevó un pie encima del barandal pero antes de impulsarse cesó de la idea girando a su espalda recordando algo más factible.
Retrocedió hacia el armario buscando entre las cajas que Katsuki había empacado y sacó el arma que alguna vez le perteneció a Chisaki.
"Todos los que han muerto por mi culpa han sido de esta manera, debería ser igual."
Abrió el cargados verificando que aún tenía balas disponibles, después de todo solo había usado dos de las seis, retiró el seguro poniéndose de rodillas en el suelo apuntando el cañón bajo su mentón.
"Si desaparezco será lo mejor, la gente del burdel no estará angustiada, la policía no me buscará más, esa deuda interminable me dejará en paz... Kacchan no estará atado a mí y podrá tener una mejor vida con su hijo. Estoy haciendo lo correcto."
A pesar de su antecedente asesinando las manos todavía le temblaban con el pesado metal en ellas, no quería acobardarse en esto, por lo que apretó su mandíbula frustrado.
"Que ingenuo fui pretendiendo ser ambicioso de encontrar felicidad en esta vida. No soy nada para nadie, así que no importa."
Cerró sus ojos con fuerza buscando activar el gatillo contra su mandíbula.
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Sentado en su oficina buscaba información en la base de datos acerca de Chisaki Kai, sus contactos y en donde operaba, ya habían detenido a varios de sus camaradas en el pasado por el delito de tráfico de droga, asaltos y robos menores.
Si bien el grupo que comandaba Chisaki no era muy grande estaban asociados a otro de mucho mayor poder qué los usaba como puntos de venta para extender sus mercancías.
Ahora que ya sabía que Izuku estaba ligado a los homicidios debía buscar hasta agotar las opciones para ayudarlo, había archivado el caso de Chisaki en una carpeta encriptada con un código.
Obtuvo el nombre de uno de sus principales contactos, un hombre llamado Oboro Shirakumo quien era el que comandaba a Chisaki pero no había más información al respecto de él.
Si lograba localizarlo a él o a alguien de sus subordinados podría llegar a descubrir por que Izuku mató a chisaki.
—¿Será qué Izuku les compraba droga?.— pensó de primera pero negó levemente pues no parecía que Izuku fuera un adicto. No había señales de eso en su cuerpo ni en su actuar. Entonces recordó qué le había mencionado una deuda familiar más no con quienes o por que y su intuición le decía que eso estaba relacionado a algún trato con ellos.
Tecleo el apellido Midoriya en la base de datos y obtuvo casi 250 resultados qué vio por separado hasta encontrar uno que llamó su atención de inmediato.
—Midoriya Hisashi — murmuro viendo la imagen en la pantalla, era un hombre de edad mediana con cabello rizado y pecas en medio de su rostro. Tenia cierta similitud con Izuku. El archivo indicaba qué era un apostador con cargos de violencia familiar por varias exparejas incluso con un par de ordenes de restricción de algunas de ellas. No era mucha la información recabada de él mas que había sido encontrado muerto por sobredosis hacia 15 años.
Katsuki suspiro cansado, al menos tenia un par de pistas más para averiguar qué había ocurrido entre Izuku y Chisaki. Tenia casi todas las piezas del rompecabezas solo debía acomodarlas en su orden correcto.
No podía preguntarle directamente a Izuku a respecto pero podría ir a investigar por su cuenta.
Katsuki tenia acceso a las bodegas donde se guardaban las evidencias físicas de los casos, una de las ventajas de ser el jefe de investigación. Camino por los largos pasillos repletos de estantes con cajas hasta dar con la que decía "Caso #672 Chisaki Kai" acompañado de un código y un número de folio. Tomo la caja y busco en ella en teléfono movil qué pertenecía a ese hombre y al encontrarlo lo guardo en su bolsillo sin qué nadie lo viera mientras regresaba la caja a su lugar.
Se dirigió después al baño donde cerro la puerta con seguro y con el cargador de emergencia qué tenia en la oficina lo puso a cargar hasta que encendió después de un par de minutos.
Al encenderlo busco en los contactos, mensajes, llamadas, archivos, algo que pudiera servir.
Solo estaba el registro de la última llamada al servicio de emergencia, en algunos mensajes con los que imagino se trataba de sus cómplices no indicaba alguna información relevante fue hasta bajar mucho más en su historial de mensajes qué noto uno que le llamó la atención.
"Volveré en un par de horas hazte cargo mientras regreso, iré a cobrarle a un deudor".
La fecha y hora era del día de su muerte, pero el contacto al qué le escribió no tenia imaginen ni nombre.
—Deudor... Entonces tal vez algo ocurrió cuando fue a buscarlo... El cuerpo estaba afuera del auto, seguía encendido... Tenia intenciones de irse. La sangre adentro del auto indicaba qué el disparo fue en el asiento trasero por el chico que se ve huir en el video — murmuro analizando y recreando la posible escena en su cabeza.
—El auto cerraba el paso en un callejón... No fue un homicidio, fue un intento de secuestro Chisaki quería llevárselo —
Alzó una ceja mirando al frente sin dejar de recordar todo lo que sabia del caso de Chisaki y el trozo de tela con escopolamina qué fue encontrado cerca de la escena.
"No quería hacerlo, fue un accidente"
Las palabras de Izuku cuando tuvo aquella pesadilla. Tenían mucho más sentido ahora.
—Chisaki lo busco para cobrar, Izuku no tenia dinero, intentó secuestrarlo y dormirlo con la escopolamina pero de alguna forma Izuku se defendió y le quitó el arma, forcejearon en el auto e Izuku la accionó por accidente. Se llevó el arma consigo y huyó del lugar — su análisis le dijo pensativo. Recordó el calibre de la bala en el cuerpo de Chisaki, era en mismo que el arma escondida en la caja de ropa. No cabía duda. Ahora todo era más claro.
Suspiro apagando el teléfono y llevándolo de regreso a donde estaba en la caja de evidencias.
"Chisaki tenia bajo su cargo un sector grande, seguramente ya lo reemplazaron por la necesidad de seguir comandando, pero eso no quitará qué la deuda de Izuku sigue vigente y podrían buscarlo. Debo averiguar la forma de encontrar a alguno de ellos y solucionar esto lo antes posible"
Pensó con firmeza, solo quería que dejarán en paz a Izuku en ese sentido y evitar alguna situación similar en el futuro. Izuku ya llevaba bajo su nombre el cargo se tres muertes y no podía permitirse dejar qué más cosas malas siguieran pasando.
Regreso a su oficina y tomó su teléfono notando un par de llamadas perdidas de Camie. Observó la fecha sabiendo que le buscaba por el dinero de la manutención.
Eran las 6:40 se había pasado casi dos horas leyendo e investigando así que decidió retirarse despidiéndose de los pocos que aun seguían en la fiscalia.
Se dio cuenta que Izuku no le había llamado o escrito en todo el día y se preguntó si estaría bien. Quizá estaba dormido o cansado y le alegraba la idea de imaginar que había descansado todo el día. Aunque también paso por su mente la idea de que pudiese irse de casa, dudando al principio pues le había visto seguro de querer quedarse la noche anterior.
Condujo a una tienda de conveniencia donde compro un pequeño postre dulce para Izuku y también deposito el dinero a la cuenta de Camie.
"El dinero de este mes esta depositado, más te vale darle un buen uso, el abogado me indico qué pronto estara lista la orden se custodia y podre ir a verlo"
Escribió un mensaje para la mujer y lo envío, se había salvado de pasar por un proceso de divorcio al lo haberse casado con ella, pero no se salvo de pasar por una orden de manutención hecha por Camie inmediatamente después de que la prueba de paternidad saliera positiva. No la iba a negar o hacerse de la vista gorda, si ese niño llevaba su sangre entonces se haría cargo de él al menos de esa manera hasta que creciera y pudiese llevárselo con él un par de días a la semana gracias a la custodia compartida qué ya estaba en proceso de ser aceptada.
Después de casi media hora llegó a su hogar entusiasmado de ver a Izuku y saber que había hecho en todo el día, saber que alguien le esperaba al llegar a casa era una nueva sensación qué le llenaba el alma de calidez.
Coloco la alarma a su auto dejando su arma y placa como siempre bien guardardos en un lugar seguro del auto y subió por el ascensor.
Llegó a la puerta colocando la clave digital en el seguro y luego paso la tarjeta electrónica qué le daba el acceso a quitar los seguros.
Al entrar al departamento lo hizo con cuidado de no hacer mucho ruido. Pudo notar las luces del primer piso apagadas así que supuso que Izuku estaba arriba.
Suspiro subiendo las escaleras y se acerco a la habitación que ahora correspondía a Izuku. La puerta estaba entre abierta y se acercó en silencio para observar pensando en que tal vez estaba dormido pero lo que sus ojos vieron le hicieron sentir que su mundo se detuvo por un segundo.
Sus ojos se abrieron amplios y su voz apenas y pudo expresar un jadeo de horror.
Izuku estaba por dispararse.
Soltó la bolsa con el postre qué cayo abriéndose y embarrandose en la alfombra.
Corrió a zancadas abriendo la puerta de golpe y extendiendo su mano para tomar a Izuku del cuello y tumbarlo al piso mientras qué con la otra desvío la mano con el arma. El disparo qué inicialmente iría a la cabeza del menor salio desviado a la pared causando un orificio no muy profundo. El estruendo lo dejo ligeramente aturdido.
El arma salio volando cállendo lejos de ambos y Katsuki termino sometiendo a Izuku en el piso con un rostro completamente desfigurado en angustia y miedo por primera vez.
—¡¿Qué Jodida mierda crees que hacías idiota?! — Le gritó sin un ápice de amabilidad. Con el ceño fruncido y apretando la mandíbula sin soltar el cuello de Izuku ni su muñeca aunque este quería forcejear tratando de retirar su mano del cuello.
—¡¿Por que carajo ibas a hacerlo?! — Carraspeo con furia clavando su mirada dolida en el rostro de Izuku.
—¡¿RESPONDE?! — Volvió a preguntar con gritos y una voz quebrada. Ver esa escena le había roto en más de un sentido.
Estaba molesto, preocupado, asustado y angustiado. La idea de que por una fracción de segundo pudo haber perdido a Izuku le dolía haciéndole sentir que su pecho se óprimia como si lo aplastaran sin piedad.
Su respiración era erratica, ya no sabia que hacer para ayudar a Izuku. Había intentado todo. Pero simplemente no podía hacerlo feliz y esa acción se lo confirmaba.
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Izuku estaba decidido en darle fin a su miseria, tenía la mente colapsada y no podía cargar más con la culpa de todo lo que había sucedido, así que su intento de culminar con todo levantó su rostro cerrando los ojos con fuerza, acercó el frío metal del cañón de la pistola a su mandíbula y gimoteó como un último lamento antes de oprimir el gatillo.
Un peso repentino y violento lo interceptó tirándolo al suelo, una de las manos con las que sostenía el arma fue apartada con tozudez guiándola hacia su lateral, a causa de la potencia del empuje accionó el gatillo que rozaba su dedo dejando un zumbido en sus oídos por el eco del disparo en el lugar cerrado.
El peso de encima lo tenía inmovilizado, adjunto de la mano que le retenía desde su cuello sosteniéndolo con rudeza hacia el suelo y una de las muñecas encima de su cabeza le hizo revivir lo sucedido aquella madrugada en el auto contra Chisaki.
A pesar de no estar obstruyendo del todo su vía aérea, en medio del estrés y la sorpresa no podía respirar, unicamente recordaba como pretendían sedarlo para deshacerse de él. Irónicamente, como reflejo defensivo por su vida, ahora estaba luchando por liberarse.
—¡Déjame! ¡Suéltame! —Balbuceó intentando apartar a la persona de encima. —¡Basta, por favor!
Imploró como último recurso que para su sorpresa había accedido a menguar un poco el agarre a su cuello.
Abrió sus ojos húmedos en lágrimas al borde de desplomar y pudo visualizar la silueta encima de él haciendo que se pusiera más nervioso, reconoció que era Katsuki con un mirar iracundo y severo. Izuku arrugó el entrecejo intentando una vez más apartarlo en su nulo forcejeo por liberar su mano.
—¡¿Por qué tenías que llegar?! ¡Dijiste que volverías más tarde! —Reclamó áspero de haber sido interrumpido.
Su rostro marcó tristeza por las preguntas hostiles que percibió con amenaza, era la primera vez que veía a Katsuki así.
—Ya no quiero esto... todo lo que hago es un error —empezó a suavizar indignado por las preguntas coléricas. —Yo soy un error.
Mordió su labio inferior fuerte, intentando contener su llanto y el tono de voz que estaba fragmentado, levantó sus iris opacos a visualizar la faceta molesta encima de su cuerpo.
—Déjame desaparecer...
Ladeó su rostro en culpa mirando el arma que estaba en el suelo y el agujero en la pared por la bala. Cerró sus ojos rememorando todas las desgracias que le daban razón para retirarse la vida, ya no toleraba el peso de las atrocidades que hizo.
—Soy un ser insignificante, ¿qué más da si me voy de una maldita vez? —Bramó agravando la voz, abriendo sus ojos lo más que podía a pesar de la tenue inflamación de uno de ellos. —¡No tengo porque estar aquí arrebatando el lugar a alguien mejor que yo!
Tomó fuerzas empezando a patalear y a retorcerse para librarse logrando zafar su muñeca encima de su cabeza, ya sea por sí mismo o porque el propio Katsuki menguó el agarre.
—¡¿Por qué no me dijiste que ese bebé era tuyo?! ¡Llamó su mamá y me contó la prueba de paternidad! —Encaró con enojo golpeando el pecho de Katsuki una y otra vez para apartarlo de encima —¡¿Pretendes abandonarlo y dejarlo a su suerte?! ¡No voy a perdonarme ser la causa de ese arrebato!
Su voz quebró completamente con eso último soltando el llanto e insistió en mover al otro para levantarse. Agitó sus manos consecutivas queriendo apartarlo de varias maneras, golpeando su pecho, palmeando sus hombros, jalando sus ropas, hasta que en su forcejeo logró dar un arañazo en parte del cuello ajeno, abrió en grande sus ojos asustado de ver que lo lastimó teniendo la piel irritada.
Encaminó sus antebrazos encima de su rostro ocultando el llanto y como defensa de ya no verlo más.
—Te lo ruego, déjame desaparecer —masculló con un jadeo lamentable. —No hay nada para mí.
La tempestad en su mente lo estaba ahogando, Izuku consideraba no tener el autoridad para continuar viviendo luego de ser el causante de la muerte de tres personas y ahora usurpar una mejor vida a un inocente recién nacido, asumía estar cegando a Katsuki de olvidar cosas relevantes. El llanto de ese niño estaba martillando su cabeza en culpa egoísta.
—Ya no quiero vivir arrebatando la dicha de otros...
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Tenia el pulso alterado aun por la impresión que le causó ver a Izuku a punto de culminar con su vida, había visto un par de señales qué le hicieron saber que el chico estaba pasando por severos traumas psicológicos, mismos que intento erradicar siendo amable y atento, tratando de alejarlo del ambiente oscuro en el qué estaba.
Al parecer todos sus esfuerzos no habían servido como esperaba, los demonios qué atormentaban a Izuku eran más grandes de lo que pensó. La copa llena de fisuras había terminado por quebrarse por mucho que intento evitarlo.
Izuku comenzó a forcejear pero Katsuki no lo soltó, las súplicas para que lo liberará y la manera en que lo decía le hicieron saber que el chico no lo había reconocido, estaba fuera de si.
—¡Mierda soy yo Katsuki, abre tus malditos ojos! — Le dijo suavizando un poco el agarre cuando noto que Izuku le miró reconociendolo al fin en medio de un par de ojos cristalinos al borde de las lágrimas.
Katsuki apretó la mandíbula, el forcejeo no paraba pero tampoco accederia a soltarle por completo. Todo en ese momento era inestable y frágil, ambos estaban con la emoción a flor de piel y decían cosas hirientes sin darse cuenta.
—¡Callate! ¡¿Te estas dando cuenta de lo que estas diciendo?! — Respondió al oír el reclamo respecto al por que tenia que haber llegado y evitado el acto. Katsuki sentía a las palabras ajenas ser demasiado filosas, lo herian y en respuesta su amabilidad y paciencia estaban terminando. Nunca había tenido qué pasar por una situación así al menos con alguien que realmente quería así que no sabia exactamente que decir.
"Todo lo que hago es un error"
—¡No es así ya callate! — Respondió pero Izuku parecía no escucharlo. Sumergido en esos pensamientos hostiles.
"Yo soy un error"
—Basta — Advirtió amenazante.
"Dejame desaparecer"
—¡Dije que ya basta! — Gritó empujando un poco más a Izuku contra el piso. Jamás se había sentido tan molesto, tan herido como lo estaba haciendo sentir ese chico en ese momento y escucharlo levantarle la voz y escupir acidamente qué no merecía estar allí ocupando el lugar de alguien más y que ya qué más daba irse le hicieron sentir el impulso de darle una fuerte bofetada qué le hizo apretar las manos pero se contuvo al forcejear de nuevo esta vez de forma más violenta ya nisiqiera paso por su mente qué el cuerpo de a Izuku estaba lleno de heridas.
Izuku logro liberar su mano del sometimiento solo para sentir como lo golpeaba en el pecho con fuerza. Katsuki intento frenarlo pero las palabras del otro le hicieron abrir sus ojos y mirarlo con confusión en medio de los arrebatos de desesperación del pecoso.
— ¡¿De qué carajos hablas?! ¡¿Qué fue lo que ella te dijo?! — Se defendió absorbiendo los golpes qué le eran propinados haciéndolo gruñir de enojo.
— ¡Detente, Izuku ya basta! — Ordenó esquivando los ataques qué salían descontrolados por el menor que estaba perdiendo el control hasta que uno conecto en su cuello creando una herida.
Respingo por el arañazo qué se sintió arder tal como su pecho lo hacía también.
En ese momento lo soltó por completo y se alejo un poco tanteando su cuello con la palma y mirándola notando qué había un ligero rastro de sangre.
Con la respiración agitada por el forcejeo miró a Izuku con una mueca de angustia qué enfrió enseguida al notarlo llorar tembloroso sobre la alfombra y a sus siguientes palabras apretó la boca y cerro los ojos para tratar de calmarse. Le estaba pidiendo que lo dejara morir. ¿Acaso entendía la gravedad de esas palabras?.
Quería evitar ser duro con él pero Izuku no ayudaba en lo absoluto y aunque quiso ser comprensivo ya no pudo más su estabilidad se vino abajo también.
—No se que tanto te dijo, pero es cierto que soy su padre y es ella quien no me deja acercarme a él — Explico cortante después de buscar las palabras correctas para decir.
—No se por que mierda dices que lo voy a abandonar, estoy tramitando una orden de custodia para poder verlo ¿Eso también te lo dijo o solo lo que ella quiso? — Hizo una pausa buscando las siguientes palabras.
— ¡No te dije nada de eso por que sabia que estabas mal y eso quizá te haría sentir peor y no quería eso! Te lo iba a mencionar en cuanto te notará de mejor ánimo— Exclamó con frialdad en su mirada mientras se ponía de pie dejando a Izuku tumbado en el piso, suspiro negando con la cabeza.
—Intenté hacer todo por ti Izuku sin pedirte nada a cambio más que me amaras un poco — Soltó con una voz rota y sus manos tremulas se acercaron a tomar el arma de nuevo quitándole las balas sin qué Izuku we diera cuenta.
—Incluso ahora mismo... No tienes idea de lo que estoy haciendo y arriesgando por ti. — Katsuki se sentía rechazado, traicionado y dolido por las palabras de Izuku, mientras qué el estaba poniendo las manos en el fuego por él, arriesgando desde su propia libertad hasta su trabajo por ayudarlo. Se sentía triste y por primera vez en su vida deseo poder tener el poder de borrar heridas de poder ser alguien importante en la vida de otra persona, de ser necesitado y amado como buscaba.
— Y tú... ¿Sólo quieres matarte como si nada? ¿Crees que eso va a mejorar algo? ¡pues que idiota eres!— bramo temblando, aguantando por no romperse por completo y terminar llorando, no le gustaba llorar y ya lo había hecho una ves frente a Izuku en su casa presisamente por haber temido imaginar que lo perdía y tal como si se tratase de una pesadilla vuelta realidad, lo estaba perdiendo.
— ¡¿Y lo que yo siento qué? ¿Eso no te importa?! — Se inclino para tomar a Izuku del cuello de la camisa y alzarlo sin cuidado para sentarlo en la cama con brusquedad. Lo soltó y dio un par de pasos atrás.
— Prometiste que no ibas a irte de mi lado, ¡No se que es lo que piensa tu estúpida mente pero ponle un jodido alto ya! — carraspeo con desesperación.
—Maldición... — murmuro agachando la cabeza y ocultando el rostro con una mano en su frente. Estaba temblando, un miedo se había instalado en su alma de forma agresiva. Sentirse inútil y perder a quien quería. El no haber podido protegerlo de llegar a ese punto. Sentía que se había fallado a si mismo.
—No tienes ni una puta idea de lo que sufriría si te suicidas eres... Un maldito egoista de mierda — le dijo ya sin ser condescendiente o adornar sus palabras. Katsuki siempre había sido alguien de pocas palabras, directo y frío en su forma de ser. Gruñón, orgulloso y estoico. Levanto la mirada clavandola en el rostro ajeno y se acerco a ponerle el arma en las manos.
—Deja de llorar y hazlo. Si quieres terminar con lo que tenemos. Si deseas mandar a la mierda lo que hemos pasado y el esfuerzo que hemos puesto en esto entonces hazlo. — Se alejo sin perderle la vista, sus ojos granate estaban ligeramente húmedos pero aun no derramaban lagrimas, se estaba esforzando en no hacerlo, no le daría el gusto a Izuku se verlo sufrir más de lo que ya sentía doler por dentro.
— Quería estar contigo el resto de mi jodida vida pero si tanto lo deseas entonces vete y abandoname como todos. — Ordenó apretando los puños sintiendo como una pequeña gota de sangre ya bajaba por el cuello a raíz del araño.
—¡Anda dispara y acaba con todo! ¿No es eso lo que querías?. Lamento haber llegado a arruinar tus planes, pero te amaba demasiado como para dejarte hacer una estupidez como esa, aunque lo que yo siento no era importante para ti —
Dijo ácido cruzandose de brazos y observando qué haría Izuku. Ya sabía que el arma no tenia balas, pero quería serciorarse si de verdad iba a ser capaz de dejarlo. Su corazón palpito lleno de miedo y angustia si lo veía accionar el cañón vacio definitivamente le rompería el corazón aun más de lo que ya estaba.
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Sintió el peso levantar aligerando su cuerpo, aun así, persistió en su lugar cohibido y culpable de todo con su llanto tras sus antebrazos. Estaba tan desgastado de todo que la noticia de que Katsuki estaba buscando una orden de custodia con el niño no le tomó relevancia, ya no estaba seguro en que creer. Le dolía tanto la cabeza por el llanto y esa mansedumbre de pensamientos acumulados en negatividad.
Gimoteó retirando sus antebrazos de la cara al escuchar el motivo de porque no le había dicho.
"Incluso él oculta cosas de mí, pero no se compara a lo que yo le oculto..."
Observaba de forma dispersa el techo escuchando todo lo que Katsuki se había esforzado por él y solo le pedía amor a cambio.
—Ni siquiera pude darte eso —lamentó amargo recordado no haberle correspondido. —Entonces deja de arriesgarte por mí, no vale la pena estarse esforzando, me doy bastante la responsiva de que tus padres hayan rechazado la idea de que se canceló la boda, tu prometida fue muy clara en el asco que doy en la sociedad por el estilo de vida que tengo, ¡¿pero qué otra opción tenía?! Apenas para vivir día a día hostigado en sobrevivir por mi cuenta.
Cerró sus ojos cansados, el reclamo de Katsuki furioso con desilusión no tenía parámetros para corresponder como inicialmente lo fue.
—¡Desde luego que me importa lo que sientes! —Respingó arrugando el entrecejo aun en el suelo. —Por eso quería irme de ti, sé mejor que nadie la escoria que soy, no importa por donde lo vea solo voy a arruinarte y no quiero eso. Tú mismo me dijiste, que no tenía idea de cuanto te has estado arriesgando por mí, ¡no vale la pena! ¡Ya basta! —Exclamó sin estar seguro de a que se refería además del problema familiar en que lo envolvió con la cancelación de su boda y ese hijo.
Levantó sus brazos sujetando su cabeza frustrado, mordió su labio de la mención de su promesa.
—¡Sé lo que dije! ¡Pero todo lo que está pasando me está ahogando, no puedo más, no puedo dejar de ignorar todo el mal que he ocasionado! ¿Crees que soy egoísta? ¿Te estás escuchando a ti mismo? —Reprochó girando con Katsuki que estaba de pie merodeando ansioso. —¡No quieres que me vaya únicamente pensado en como te afectaría a ti! ¡A ti solamente!
Objetó áspero cerrando con fuerza sus ojos, quería erradicar la imagen que pasó por su mente de Katsuki lamentando su pérdida. Segundos después sintió como su cuerpo fue levantado abruptamente desde la ropa arrojándolo a sentarse en el borde de la cama.
—¿Vas a golpearme también? Hazlo, qué más da otro moretón más —Incitó resignado de la violencia que estaba naciendo en Katsuki con sus movimientos bruscos hacia él.
Con la vista baja sin observar al rubio solo imaginó debajo de su ropa las vendas recurrentes que tenía debajo de las mangas de su camisa y en otras áreas. Tenía perfectamente en claro que ese deteriorado aspecto no era agradable para nadie.
Sus ojos humedecidos en lágrimas abrieron con sorpresa de ver que Katsuki le cedía el arma a sus manos sobre los muslos. Miró confuso el arma y luego al rubio que retrocedía, el como había otorgado su permiso y cambiado de parecer abruptamente que le dejó sin respuesta.
Quedó un largo momento en silencio esperando a que Katsuki retirara con su aprobación, pero no movía ni un mínimo, incluso parecía una estatua que ni se veía ventilar su respiración.
—No es una estupidez esto, es mi último recurso —respondió entristecido, no podía contener más el tormento que esos demonios internos en culpa le martillaban la cabeza. —Yo también quería intentar algo diferente, quería hacer todo correcto pero por más que lo intento todo sale mal, no puedo más con esto...
Tragó saliva intentando mantener la calma, miró el arma dándole vueltas sosteniéndola en su diestra, recordaba una y otra vez cuando estuvo impregnada en la sangre de Chisaki cuando la accionó en su forcejeo.
—¿En serio crees poder ver esto? —advirtió levantando el arma despacio señalando el cañón caliente por el reciente disparo a su sien. —Tienes que irte, sal de aquí... Kacchan...
Susurró observando a los pies del otro, no tenía el valor de encararlo al rostro.
—Vete... no quisieras... no quisieras ver mis sesos volar... —titubeó insistiendo, la mano que sostenía el arma empezó a temblar. —Debes retirarte, no debes verme... —imploró notando que no se movía ni un poco el otro desde sus calzado.
Comenzó a hiperventilar nervioso, recordando las ocasiones en que buscaba refugio con el en sus abrazos, las caricias y dulces besos que le otorgaba, esa tajante mención en que con él estaría seguro y no tendría que temer.
—¡Sal de aquí, por favor! Si te veo... yo... yo... —balbuceó alzando la vista para observar por fin a Katsuki sin retirar el arma de su cabeza. —¡Me vuelvo un maldito cobarde que ni siquiera puede cumplir con su última decisión!
Aflojó el agarre del arma dejándola caer a la cama y se desplomó arrodillado al suelo encogiéndose en su lamento, recargando su frente al tapete abrazándose a sí mismo.
—¡¿Por qué tenías que llegar?! ¡No tenías que verme en este estado! —gimoteó volviendo a salir lágrimas. —¡¿Qué es lo que ves en mí para no dejarme?! ¿Por qué rayos amas a un ser despreciable como yo? ¡No tienes idea de todos los pecados con los que cargo!
Apretó sus manos a sus brazos empezando a lastimarse reabriendo las heridas con su presión.
—Quiero dejar de sentirme tan sucio, tan culpable, pretendía renunciar a esta vida al ya no tener nada, pero verte solo me hace pensar que no todo está perdido en mí y odio la idea de estar aferrándome contigo hasta arrastrarte a lo peor de mi esencia —masculló todavía inclinado. —¡Entiendo perfectamente que soy un maldito egoísta! ¡Y por eso detesto la idea de desearte hasta hacerte daño!
Reclamó alzando su vista percibiendo la herida que le hizo y volvió a ocultarse.
—Déjame solo por favor, ya no intentaré nada siniestro, pero no quiero que me veas más en este estado...
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