Departamento II
El desvelo le estaba cobrando factura, con esa era la cuarta noche desde la última vez que vio a Izuku y también la cuarta noche qué no dormía bien.
Buscó su teléfono y miró la corta conversación que había acumulado con el desde que le conoció iniciando con aquel simple mensaje qué decía: "Hola ¿Estas bien?".
Sonrió leve recordando aun todos los momentos divertidos qué había tenido con Izuku, aunque se esforzaba no podía olvidarlo y seguía teniendo la ligera esperanza de que tarde o temprano volvería a verlo si el destino así se lo permitía.
Tuvo el impulso de escribirle de nuevo pero se detuvo al recordar lastimosamente lo que la voz de aquel tipo le había dicho en conjunto de las fotografías.
Sus amigos le habían dicho que pasará página y que habría alguien mejor pero Katsuki no quería buscar a alguien más.
Rendido miró la hora, eran justo las nueve y media de la noche, pensó en que podría ir a dormir temprano y dejar de darle vueltas al asunto, terminaría loco si seguía pensando.
Cerró sus ojos comenzando a quedarse dormido cuando su teléfono sonó, el identificador de llamadas mostraba el nombre del contacto de su jefe. Solo podía significar una cosa.
Tomo el movil y respondió un poco somnoliento.
— Se que es tu día de descanso, pero nos acaban de informar un nuevo homicidio. Te necesitan para autorizar e iniciar la investigación, yo tengo una emergencia familiar y no puedo ir te lo dejo a ti. Leeré el reporte en la mañana—
—Entendido, ¿a donde tengo que ir?—
— En el burdel Green Rabbit. Date prisa —
Luego de eso la llamada se cortó y el rubio se quedó estático en su lugar, una sensación de náusea se le instaló en la boca del estómago, si bien el homicidio pasado tenía que ver con un cliente de ese lugar ahora literalmente había sido allí.
No pudo evitar pensar en Izuku deseando qué estuviera bien o peor aún que no fuese la víctima.
Sin perder más tiempo se vistió y tomó su arma y placa para dirigirse al burdel.
Al llegar pudo ver a las ambulancias y camionetas del servicio forense además de las patrullas de la policia.
Todo el personal del burdel estaba afuera, detenidos ya qué todos eran sospechosos hasta aclarar mejor que había pasado e ir descartando personas.
Buscó con la mirada a Izuku pero no lo encontró dándole mala espina. Si solo faltaba una persona y había una víctima, las estadísticas decían que podría ser quien creía aunque también notó la ausencia de la dueña llamada Mirko y recordó qué Izuku menciono qué habría un cambio de director.
— Llegaste, necesito que vayas a la escena del crimen, tomes la evidencia y revises al cuerpo. Ten cuidado el lugar quedo hecho un desastre —
Le dijo el hombre a cargo de momento dándole los guantes de látex blancos y los cubre zapatos, sin mas se dirigió a la dichosa escena del delito cruzando la barrera puesta por las cintas de protección.
Su corazón latió con fuerza conforme se acercó, arrugó el entrecejo al notar qué se trataba de la oficina del director, abrió la puerta y el olor a sangre era muy penetrante, analizó la escena sin moverse, habían dos cadáveres, ninguno de ellos era Izuku así que suspiró de alivio.
Se acercó y comenzó con su labor, examinando minuciosamente cada espacio y detalle del lugar.
Kirishima llego pocos minutos después para ayudarle, entre ambos comenzaron a tomar evidencias.
—Encontré algo — Dijo el pelirrojo qué estaba de rodillas buscando bajo el sofá, en su mano tenia una brida cortada qué guardo en una bolsa hermética de plástico.
Katsuki revisaba los cuerpos, sacó del bolsillo trasero del cadáver de Tomura, un recipiente metálico qué abrió notando las píldoras.
—¿Esto es GHB? — Se levantó y tomo un vaso del minibar, sirvió un poco de ron y dejo caer una píldora notando como esta se deshacía en pequeñas burbujas. Alzó una ceja y guardo la caja metálica llena de píldoras en una bolsa mas. Estaban reuniendo muchas evidencias pero no fue qué se acerco al escritorio qué notó algo familiar.
El color, la forma y un rasgo cerca de la orilla. Sacó su teléfono y miró las fotos de Izuku qué envío aquel sujeto, era el mismo escritorio. Miró con más atención la mano derecha qué se lograba observar del tipo notando un par de cicatrices y rápido se acercó al cadáver más pequeño.
Tomo su mano derecha cerciorándose qué era la misma.
"Eras tú"
Pensó con una mueca analítica, entonces varias cosas comenzaron a enlazarce.
Ese tipo, la droga, el escritorio, la ausencia de Izuku en ese lugar, incluso la brida qué encontró Kirishima, abrió sus ojos amplios al suponer qué Izuku había sido drogado, retenido y abusado por ese tipo. Apretó los puños con furia.
"Me alegra que estés muerto asqueroso hijo de perra.... Te lo merecías"
Sonrió ladino alejándose.
— ¿Pero que es esto?... Este modelo de bala es muy vieja ya nisiqiera las fabrican. —
Kirishima había encontrado la bala qué había sido disparada a la frente del guardia y que había atravesado el cráneo. Se acerco mostrandosela a Katsuki.
—Debió ser un arma muy vieja, ¿Quien usaría algo así en esta época?... ¿Hey no tenias una parecida qué te dio tu abuelo? —
Kirishima sonrió, pero a Katsuki más que dar risa le tenso, tomando la bala y observandola, no había duda, eran las qué usaba el arma qué le había dado a Izuku para protegerse en caso de emergencia.
"Ese idiota... Le dije que disparara a zonas no letales"
Pensó apretando los ojos y suspirando. Kirishima ladeo su cabeza.
—¿Te sientes mal de pronto?... Yo puedo seguir con esto, deberías regresar a casa. — sugirió pero Katsuki negó relajando su rostro después.
—No, estoy bien, creo que no tenemos más cosas que ver aquí, el arma fue disparada desde ese punto, justo detrás del escritorio, por la posición de los cadáveres quien los mato ya los esperaba... No les dio tiempo de defenderse. — Murmuro acercándose.
—¿ves como el dejo su arma a medio sacar? Y como este otro... Termino con su mano sobre su arma apunto de desenfundar... — Katsuki señaló cada cosa al pelirrojo qué asintió con seriedad.
—El asesino era rápido y con una buena puntería, también encontre esta uña postiza entre la alfombra. Mientras llegabas interrogamls a algunas chicas, entre ellas la dueña de esto. — Dijo Kirishima mostrando al rubio la uña de color rosa.
— Todos nos dicen la misma version, que el burdel cambio de dueño y la mafia comenzó a venir como clientela para golpear y abusar de las chicas con la nueva regla de 0 restricciónes — explico Kirishima suspirando y cruzandose de brazos.
—Este es Tomura Shigaraki, era el nuevo dueño, todos comentan no haber escuchado o visto algo relevante, creen que algún cliente con riñas personales tomo venganza.. Pero no me cuadra —
Dijo Kirishima con una mueca inconforme.
—¿Qué es? — pregunto Katsuki y el pelirrojo le pidió seguirlo afuera de la habitación.
—Mira, ¿notas este rastro de huellas de sangre qué intentaron limpiar? Lleva hasta los camerinos. Un cliente no tendría nada que hacer en los camerinos de los empleados. —
—¿Crees que están incubriendo algo? —
Kirishima asintió, Katsuki chasqueo la lengua, era evidente, no habían sido muy listos para poder quitar el residió de sangre de la alfombra qué estaba extendida a lo largo de todo el pasillo.
—El camerino donde desaparece el rastro de sangre tiene escrito tres nombres en la placa frontal, Uravity, Midnight y Deku. Ellos tres son nuestros principales sospechosos en especial Deku qué es el único que no está — Sentenció Kirishima con una ceja en alto.
— Tal vez es su día de descanso — Intentó proteger Katsuki pues el sabia que en base a todas las evidencias, Izuku era el que tenia más sospechas de ser el asesino.
— O tal vez lo están incubriendo —
Dijo Kirishima encogiendose de hombros.
— Llegaremos al fondo de esto rápido, de paso ese chico pagará por haberte dejado también Bakugo — Bromeó guiñando un ojo y Katsuki fingió una sonrisa asintiendo.
—Bien, terminemos la investigación estoy cansado —
Murmuró Katsuki para luego terminar de tomar las fotos, hasta el momento solo sabían que las víctimas habían sido asesinadas aproximadamente dos horas atrás, con un arma de fuego antigua.
—¿Tienen ya las direcciones e información de los tres sospechosos? — pregunto Katsuki y Kirishima asintió.
—Encontramos sus perfiles en un folder qué estaba en el escritorio bajo llave —
Le dijo llendo al escritorio y dándole el folder a Katsuki quien comenzó a hojear. Encontrando la carta falsa de renuncia.
—Mira esto... Es una carta de renuncia de hace tres días de Deku —
Kirishima se acerco para ver y alzó una ceja.
—¿Su nombre real es Izuku Midoriya? — Cuestionó leyendo el documento.
—Bueno, esto explicaría por que no esta aquí ahora... Pero no explica por que en su camerino siguiente sus trajes y maquillaje. Si desde hace tres días ya no labora ¿por que no liberaron ese espacio?. Debemos interrogarlo también. Sigue siendo sospechoso. — Sentenció el pelirrojo y Katsuki suspiró, tenia razón y era evidente.
—Bien. Procesemos a las otras dos y vayamonos, mañana buscaremos a Izuku en la dirección que viene en el perfil — Dijo Katsuki para luego salir afuera donde Denki ya estaba terminando de interrogar a los empleados.
—¿Y bien? — Pregunto Katsuki
— Nadie vio nada, al parecer todos estaban en sus labores, fue hasta que una de las chicas entró para limpiar que noto los cuerpos y llamó a la policía, pero eso no es lo peor, mucho del personal de este lugar es menor de edad.. ¿Sabes lo que significa?—
—Que ese idiota era un cerdo... Convirtió este lugar es un nido para la mafia.—
Dijo Katsuki suspirando y pensando en silencio en donde estaría Izuku. Las pruebas eran claras pero lo único qué no le cuadraba era la carta de renuncia pues la fecha que tenia era incluso antes de cando le fue enviadas las fotos de el sobre el escritorio de ese lugar. Debía encontrarlo antes de que Kirishima lo hiciera.
Luego de terminar con todo lo necesario poco a poco los elementos se fueron retirando y los cuerpos fueron trasladados por los del servicio médico forense y Kirishima apresó a las dos sospechosas para trasladarlas a la fiscalia para la interrogación, también a los menores de edad los trasladaron miembros de organizaciones protectoras y el lugar comenzó a quedar vacío, el rubio aprovecho eso para acercarse a una de las chicas que estaba guardando sus cosas.
—Hola, necesito saber que paso con deku... ¿Podrías decirme? Él es mi amigo no le haré daño, quiero protegerlo...—
Le susurro a la chica de cabello verde y ojos grandes que le miró con extrañeza y la cual se puso nerviosa de inmediato.
—Te doy mi palabra. Ayúdame —
Pidió Katsuki y la chica tras un momento de meditarlo y morderse el labio solo asintió y se acerco un poco para susurrarle también.
—Él... Estuvo secuestrado por Tomura varios días en su oficina, lo único que se es que... Se fue a casa esta noche —
Explicó la chica a grandes rasgos con nerviosismo y mirando a todos lados pues no quería que la vieran hablando con el rubio. Katsuki asintió y agradeció. Era lo único que necesitaba saber.
Subió a su auto y se hecho a andar rumbo a la casa de Izuku. Su pecho latía con fuerza, le costaba digerir la idea de que Izuku habia matado a alguien, nisiquiera podía aceptarlo, tenía que serciorarse por sí mismo y también saber que estaba bien, despues de todo sabia que Izuku era muy sensible y seguramente estaba en algún estado traumatico justo en ese momento.
Varias preguntas se le vinieron a la mente.
¿Adelantarse a sus compañeros? ¿Descubrir la verdad cuando ya la tenia más clara qué nada? ¿ después de hacerlo que haría?.Su deber sería arrestarlo pero... ¿Realmente podría?.
Todo era un caos en su mente, tenía que relajarse y tomar las cosas con calma pues ya estaba especulando y nisiquiera tenía algo completamente confirmado.
Trataría de actuar normal y hablar con Izuku de forma tranquila al menos sabia que realmente no lo había dejado y que quiza todo había sido obra de ese sujeto.
Cuando finalmente llegó, estacionó el auto varias cuadras atrás, sólo en caso de que alguno se sus compañeros llegará no quería que se dieran cuenta que estaba cerca, a partir de ese momento debia ser muy precavido. Dejo su arma y su placa como siempre en la guantera. Camino rápido pasando desapercibido por las personas que aun seguían despiertas cerca del lugar.
Subió las escaleras hasta llegar al departamento de Izuku y busco la llave qué estaba debajo de la maceta pero no estaba, se quedó en silencio y quieto unos momentos con la mano hecha puño contra la puerta y tras un par se suspiros tocó un par de veces esperando que Izuku abriera.
Tras unos momentos volvió a insistir con más fuerza y comenzó a sentir un dolor en el estómago pues nadie atendía.
"¿Habrá huido a otra parte? "
Pensó tomando su teléfono y desesperado le llamó llevándose la sorpresa de que la llamada entraba, ya no estaba apagado. Se recargo en la barandilla escuchando el desesperante tono de marcacion.
—Vamos vamos... Contesta...—
Murmuró con una voz baja pensando en optar por derribar la puerta pero lo descartó pues sabia que si hacia tal cosa llamaría la atención de los vecinos qué seguramente también serían interrogados al día siguiente, la tensión aumentaba, no había mucho tiempo.
Separó su teléfono para colgar la llamada pero justo cuando su dedo estuvo apuntó de pulsar la pantalla pudo detectar la voz de Izuku contestando la llamada, haciéndolo quedarse quieto unos segundos para luego pegarse el teléfono a la oreja con ambas manos y suspirando de alivio.
Luego de casi una semana que le pareció casi una eternidad el oír su suave voz le hizo sentir como si una pesada carga se le fuera de encima, lo había extrañado, lo había necesitado. Tomo aire y aclaró su garganta.
— Al fin respondes.... Me tenias muy preocupado —
Le dijo sonando relajado y mirando por el barandal a lo lejos vigilando que ninguna patrulla llegará aunque había pedido a Kirishima acudir hasta el día siguiente para darle tiempo de mover a Izuku si es que estaba ahí.
— Acabo de ver en las noticias... Que mataron al dueño del Green Rabbit. —
Le dijo inventandose lo de las noticias pues sabía que el menor no tenía TV así que no se daría cuenta si era una mentira o no, la conversación se hizo más amena y el rubio solo cerraba los ojos al oírle hablar pues quería grabar su voz lo más que pudiera, pero no sólo necesitaba su voz, quería verlo.
—Izuku... — Le llamó y tomó un poco de aire. —Abre la puerta... Estoy afuera de tu departamento.— Pidio con suavidad, debía convencerlo de irse con él esa misma noche.
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Izuku trató sus heridas con ayuda de Ochaco en el burdel, al tratarse de una de las personas con mayores lesiones evidentes en su cuerpo consideraron idóneo retirarlo del área del crimen. Anunciaron que pronto llegarían los oficiales.
Varias de sus colegas le recomendaron acudir a una clínica a tratar mejor sus heridas y una valoración, ofrecieron llevarlo, sin embargo Izuku desistió de acompañamiento. Aseguró ir en un momento dado si llegaba a empeorar.
Tomó un taxi desde la parte posterior del local con la seguridad en sus compañeras de que iría directo a revisión, pero Izuku desistió de la idea, la orden que dio al chófer fue hacia la dirección de su hogar. En estos momentos no quería comunicación con nadie ajeno y tener que inventar alguna pelea callejera o algo así con los médicos por su estado en moretones y aruñones.
Aún estaba devastado de lo que ocurrió, tomó el viejo ascensor de esos departamentos para llegar a su nivel, recogió las llaves que tenía en su característico escondite y abrió la puerta cerrandolo tras de si con una pequeña patada. Ni siquiera se dio la molestia de encender el interruptor de luz, arrojó sus pertenencias por ahí y avanzó al baño donde ahí si oprimió el interruptor para iluminar.
Avanzó hacia la bañera abriendo con rudeza el grifo a todo lo que daba la presión, ni siquiera evaluó ajustar el nivel de temperatura del agua por lo que el vapor abundó en el lugar empañando el cristal del espejo y la pequeña ventana de ventilación.
Se desnudó impasible y cansado, levantó sus manos ladeando los brazos para inspeccionar algunas heridas vistosas que no se parcharon. Acercó hacia el lavamanos y levantó el rostro desempañando el espejo con su palma, miró su aspecto demacrado con indiferencia, tanteó con cuidado su ojo morado y empezó a retirarse los vendajes que recientemente le habían puesto empezando por la cara, cuello y brazos.
Ochaco había hecho un buen trabajo auxiliando, no obstante, Izuku no se sentía saludable en ningún sentido de la palabra, quería eliminar todas esas impurezas que tenía encima y refrescar su mente. Cerró el grifo de la pequeña bañera al borde de llenar y entró apresurado hacia el agua con vapor, inicialmente su cuerpo respingó por la alta temperatura pero él mismo se forzó a continuar hasta tomar asiento.
Suspiró con desdicha ladeando su rostro, segundos después levantó su diestra observando atento la palma de su mano vacía pero con heridas cortantes, sus muñecas tenían rasgos laterales por las bridas ajustadas dejando una irritación rojiza. Abrió y cerró despacio recordando las dimensiones del arma que tuvo en manos, de menor peso a la anterior con la que forcejeó contra Chisaki, pero tenía la misma evidencia y uso matando a alguien.
Crujió sus dientes abrazándose así mismo por la blasfemia ocurrida.
—¿Qué se supone que voy a hacer ahora? —Lamentó con una sonrisa derrotado de la idea de abandonar todo.
No tenía idea de como justificar su ausencia a sus clases, el simple hecho de tener esa apariencia sería un llamado de atención inminente con autoridades, las cuales quería evadir. Su trabajo terminó, definitivamente el Green Rabbit sería clausurado luego del siniestro, además, ¿quién demandaría por él en esa apariencia tan dañada?
Inclinó el cuerpo encogiéndose en sí mismo ahora abrazando sus rodillas, se sentía culpable de todo en general, de no haber hecho caso a la insistencia de Katsuki para que abandonara ese sitio desde el primer llamado de atención, hasta haber sido abusado de tantas maneras por Tomura y como decisión precipitada llegar a matarlo.
Se sentía lastimado de múltiples maneras, la deuda de su familia quedó en segundo plano, el autoestima y seguridad estaba por los suelos. Por más que intentaba rebuscar algo bueno para continuar con esa miserable vida todo lo arrastraba a la sensación triste en culpa que se hacía más pesada y podía soportar.
Empezó a frotar con cuidado su cuerpo limpiando los residuos y sangre seca que su compañera no alcanzó a retirar por la ropa encima.
Duró bastante tiempo sumergido en la tina hasta que agua enfrió con pensamientos depresivos e infractores de haber matado a más de una persona y todas las fechorías que su cuerpo fue sometido.
A pesar de que su cuerpo demandaba para mejorar, Izuku no tenía hambre ni sueño, no podía digerir lo que debería estar sucediendo en ese momento en el burdel. Por fin levantó de la bañera, se secó con un par de toallas y dedicó a reponer un vendaje en las heridas.
Varias partes del cuerpo estaban rodeadas en blanco por las vendas y gasas, colocó un parche encima de su ojo morado, miró decaído su reflejo una vez más al espejo, el cabello estaba semihúmedo y colgando, tanteó su labio inferior con una inflamación naciendo una pequeña costra en su comisura.
Sostuvo sus manos al lavado apoyando su peso y bajando su vista.
—Nadie va querer acudir a Deku otra vez, no más...
Tras terminar de envolver sus heridas abrió la puerta del baño a tomar algo de ropa limpia, apenas con la iluminación desde el baño pudo manipular el entorno tomando ropa interior, una playera y shorts holgados como los que acostumbraba a usar para dormir. Terminó de cambiarse dispuesto a tirarse en la cama, sabía que no dormiría y empezaría a sobrepensar estresado, pero no podía hacer más en la situación que estaba.
Al acercarse a la cama empezando destender la cobija escuchó como la puerta principal fue tocada, quedó paralizado respingando como un gato asustadizo.
"¿Quien podría ser a estar hora? ¿La casera se dio cuenta que llegué luego de tantos días? ¿O son sujetos que vienen a saldar cosas por lo que hice? ¿O acaso la policia?."
La mirada le tembló en angustia, no hizo ningún ruido esperando que no percataran que estaba dentro, pero la insistencia de la puerta ser tocada sin dar aviso de quien se trataba le aterró, así que con paso apresurado y descalzo se adentró otra vez al baño cerrando la puerta con su espalda.
Tenía miedo de indagar de quien se trataba que ni siquiera asomó entre las persianas de la ventana, arrastró su espalda por la puerta hasta caer sentado en el vitropiso llevando sus manos a la cabeza.
"Vete, vete, vete, por favor."
Imploraba en sus adentros que esa presencia no insistiera más, no quería afrontar esa realidad, no quería volver a ser lastimado y no podía mirar a los ojos a nadie por lo que hizo. Ya no alcanzó a escuchar la puerta ser tocada, aun así permaneció en su lugar nervioso.
Segundos después sintió el sonido vibrante de algo cerca, giró de reojo hacia la ropa sucia con una iluminación de algo, gateó hacia la canastilla hurgando entre el saco con el que llegó para sacar su teléfono, su vista encogió con sorpresa.
"Kacchan... ¿sigue buscándome?"
La sonrisa nerviosa antes de emerger desapareció tomando su realidad.
"No, debe querer reclamarme por esos archivos... Aún no estoy preparado para enfrentarlo"
Observó temeroso con su único ojo disponible el teléfono vibrar en mano con el nombre "Kacchan" en la pantalla insistente.
Se llevó el teléfono con ambas manos al pecho afligido cerrando sus ojos, recogiendo todo el valor que conservaba para poder hablar. Exhaló fuerte y silencioso llevandose el teléfono a la oreja aceptando la llamada.
—... ho... —las palabras no salían del todo con un silencio extraño en la línea. —¿sí, Kacchan?
Escucharle le hizo relajar sus hombros tensos, sonaba tan natural y relajado como si nada de lo anterior hubiera pasado.
"¿No está molesto?"
Se preguntó mentalmente sin saber tocar ese tema aún.
Al escuchar el motivo de su llamada le hizo arrugar sus labios en una mueca con sorpresa.
"¿Cómo que ya está en las noticias lo de esta noche? Entonces... ¿Está preocupado por mí?"
—Uhm... sí, tal parece fue algo lamentable —musitó con la voz fragmentada procurando mantener rigidez.
Un vuelco silencioso cruzó en la llamada sin nadie volver a decir una palabra por extensos segundos que incomodó a Izuku, tendría que tomar iniciativa a esas imágenes comprometedoras.
—Oye, Kacchan... —susurró tímidamente hasta ser silenciado, escucharle mencionar su nombre con firmeza le hizo sobresaltar nervioso. —¿Qué...?
Fue lo apenas pudo mencionar al oír que era Katsuki quien estaba afuera tocando insistentemente. Los dedos con los que sostenía el teléfono contra su oreja temblaron.
"No quería que me vieras así, debes irte, retirate... por favor."
Imploraba en sus adentros que tomara iniciativa Katsuki para marcharse, él no tenía el valor para decirle que no lo recibiría, se daba a la idea de la imagen asquerosa e irreal que podría tener de él y solo con verlo lo confirmaría. Ya no era el mismo chico con facciones cuidadas, de piel aporcelanada salpicada en dulces pecas... ahora estaba impregnado con manchas moradas y surcos rojizos por mordidas y rasguños. Remanentes costras frescas y la irritación de sus muñecas. Parecía una persona diferente.
Al escuchar el por favor salir de la voz de Katsuki, Izuku se puso de pie y salió del baño avanzando a encender el foco del cuarto en general, traía aún el teléfono en la oreja sin decir ni una palabra.
Retiró el seguro del picaporte y abrió asomando lentamente su cuerpo hasta extender la puerta por completo. Bajó el teléfono de su oreja colgando la llamada en el camino.
Tenía a Katsuki frente a él una vez más, con ese aspecto demacrado y fuera de sí. Tenía tanto miedo de afrontar el momento porque podía ser el inicio del fin con él. Que le notara esa apariencia dando hincapié a que él tuvo razón del burdel e Izuku lo ignoró, la foto y vídeo que se envió, pero, por si fuera poco... sabía que se iba a derrumbar mentalmente.
Sus rodillas flaquearon y su vista nubló en lágrimas abundantes que desplomaron por su rostro, en seguida abalanzó sin importar que reacción tendría el rubio para abrazarlo con fuerza.
—¡No es cierto! ¡Nada de eso fue verdad! —Gimoteó en llanto contra el torso del otro. —Lo que te hayan mencionado no fue así, perdóname... perdóname...
Lamentó en llanto abundante, como pudo por propia voluntad separó un poco para visualizar a Katsuki tras levantar el rostro.
—Luego del nuevo dueño todo cambió en el local, todas las restricciones desaparecieron dejándonos expuestos a todo, por eso estoy así —excusó su apariencia ladeando su vista fuera de Katsuki. —Los clientes fueron cada vez más bruscos.
Izuku retrocedió un par de pasos para dar espacio al otro adentrando al lugar mientras cubría una de sus muñecas ansioso sosteniendo el teléfono.
—Ignoré tus advertencias, también te mandaron cosas que... ocurrieron, pero si te soy sincero no recuerdo del todo, llegaron a drogarme por eso todo es tan comprometedor, me sometieron a hacer cosas que no quería o no estaba consciente —exclamó avergonzado con un llanto silencioso. —Voy a entender si me odias y no quieres volver a verme, aún así... gracias por escuchar mi disculpa.
La voz estaba tan quebrada a eso último que apenas pudo mencionarlo, afligido en su culpa encogió de hombros evadiendo su visión del rubio. Izuku asumió que cualquiera que percibiera su cruda realidad se asquearía y lo rodearía de su vista, nadie se preocuparía por él, como si fuese un objeto desechable o un juguete usado y quebrado al olvido.
—¿Por qué... estás aquí? —Preguntó ansioso en tristeza de escuchar lo que pensara de él ahora.
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En medio de un breve silencio, sin más que la estática en la llamada, katsuki pensó que Izuku había dejado de responderle y que incluso había dejado el teléfono en algún lado con la llamada activa.
Suspiró inquieto sin saber que hacer. Trato de mirar por la ventana pero las persianas estaban cerradas y la luz apagada, no lograba distinguir nada.
—Izuku... Por favor —
Rogó en un último intentó escuchando movimiento finalmente en la llamada, el sonido de la piel raspando la bocina le hizo apretar las manos contra la puerta. De pronto notó la luz encenderse detrás de la ventana y su pecho se aceleró con angustia. Colgó el teléfono y lo guardo una vez que noto que el menor había cortado la llamada.
Luego de un instante escuchó el sonido del seguro de la puerta y volteó hacia ella notando que finalmente se abría despacio.
Miró atento a la figura escondida a medias y Katsuki arrugó el entrecejo tratando de verlo mejor.
—¿Izuku? — llamó confuso y preocupado hasta que la puerta se abrió en su totalidad mostrándole la figura ajena.
La imagen que su cerebro proceso lo dejó helado en su lugar, abriendo sus ojos más allá de lo normal y arrugado su entrecejo en una mueca de horror y tristeza. No podía creer lo que miraba.
Izuku estaba en un estado deplorable más del qué pudo imaginar, su corazón se oprimio lleno de impotencia y enojo de no haber podido hacer nada. Sus brazos y piernas cubiertas por vendajes qué cubrían heridas qué no quería imaginar, el rostro del pecoso ya no era como recordaba, tenia el labio herido e inflamado, decenas de marcas de moretones, mordidas, araños y cortadas en distintas zonas y el enorme parche qué le cubría el ojo. Pensó lo peor.
Negó levemente antes de sentir el cuerpo del otro abalanzarce hacia él gritando y llorando con desesperación pidiéndole perdón y explicando qué todo lo que había pensado en los últimos días era mentira.
Sus labios se torcieron tremulos en una sonrisa caída y con cuidado lo rodeo con sus brazos apegandolo a su pecho, pego su rostro a la cabeza del menor y cerro los ojos al sentir que ardían.
Al tocarlo se percató de qué estaba más delgado y pálido de lo normal. Se quedó en silencio a la par que su pecho latió fuerte y le escuchó hablar negando leve con la cabeza.
—Olvida eso... Esta bien.—
Le dijo sintiendo como se separaba y le miraba con el único ojo visible explicándole qué las nuevas reglas del burdel habían causado ese estado en él. Katsuki suavizo su rostro, sabia que mentia y que realmente había sido el dueño quien lo había maltratado así, pero no podía culparlo por mentirle. Entendía perfectamente el estado mental en el que estaba, su lenguaje corporal le gritaba que estaba muy mal y no pudo evitar sentir una opresión en el pecho por verlo así.
"Si tan solo hubiera ido a buscarlo desde la primera noche."
Pensó mordiendose la mejilla interna. La sola idea de imaginar el infierno por el qué a Izuku había pasado le hacía sentir náusea, quería regresar el tiempo y evitar que fuera al burdel. Se sentía culpable por no haberse movido más rápido.
Izuku se separó dándole el pase a la casa y tras suspirar pasado entro con calma cerrando la puerta tras de si.
Miró la espalda del chico que le evitaba la mirada y ocultaba sus manos mientras explicaba qué había sido drogado y que no recordaba casi nada de lo que había pasado. Al oírle decir que había sido obligado a hacer cosas que no quería le hizo apestar los labios y bajar la vista con furia.
"Ojalá pudiera traerte de la muerte y darte una maldita paliza, hijo de puta... Tocaste y abusaste de él hasta dejarlo en este estado. La muerte es poco para lo que merecías."
Pensó furioso apretando los ojos. Su teoría era acertada, deseaba con toda el alma haberse equivocado pero la realidad estaba frente a él. La persona que más quería en el mundo se había convertido en otra de las víctimas de un caso de abuso y peor aun llevaba encima el homicidio del sujeto.
Katsuki se quedo en silencio pensando, era comprensible qué Izuku lo hubiera matado para salvarse de sus garras, pero la ley en el país lo haría pagar de todas maneras. Ahora más que nada debía protegerlo y no le volvería a fallar. Le escuchó decir que comprendería si lo odiaba y no lo quería ver a lo que levanto la mirada contuso para verlo aunque Izuku no le veía, ante su última pregunta Katsuki suspiro un momento y relajo lo mejor que pudo su voz y su rostro.
Dio un par de pasos acercándose a él y llevó una de sus manos al rostro del menor para tomarlo de la barbilla y hacer que lo viera. Se inclino dándole un beso gentil sobre la mejilla teniendo cuidado de no lastimarlo.
—Estas diciendo idioteces, ¿Como podría odiarte? — sonrió de lado apegando a Izuku contra su pecho y beso esta vez su nuca.
—Tú no tienes la culpa de nada de lo que paso, ¿Entiendes?... Vine por que... —
Si voz se rompió un poco, le costaba ser firme teniendo a Izuku tan roto entre sus brazos.
—Vine... por que te amo... Idiota —
Confesó diciéndole ese par de palabras cursis qué jamás pensó llegar a decir, pero sabia que Izuku necesitaba oírlo y era verdad. Amaba a ese chico con locura tanto que esos días sin el habían sido un caos.
—Estaba preocupado... Sabia que tu no eras capaz de dejarme aunque admito qué si dude, el idiota qué te hizo esto supo mover muy bien sus cartas— Lo rodeo con ambos brazos y recargo su mejilla contra la cabeza del pecoso suspirando profundo.
—No volveré a dejar que nada malo te pase, voy a protegerte incluso con mi propia vida Izuku —
Finalizó apartandose para verlo y despacio se inclino para besar sus labios con cuidado, sabia que Izuku estaba herido en esa zona también pero tenia que dejarle claro lo que sentía por él, ahora mas que nunca. Tenia muchos traumas qué borrarle, muchos cuidados qué hacer y darle todo el cariño que podía otorgar su gruñona y amargada alma.
Sería una lenta recuperación pero estaria ahí sin duda alguna para tenderle la mano.
Rompió el beso para volver a abrazarlo pegando su rostro a la curvatura del cuello ajeno respirando su aroma a jabón, se había bañado hacia un rato podía sentir sus rulos ligeramente húmedos aun.
Dejo un par de besos para relajarlo y se separo para verlo acariciando su mejilla para limpiar sus lagrimas qué seguían bajando como ríos luego despacio tomo el parche en el ojo del menor. Tenia miedo de saber que había ocurrido allí. De imaginar que aquel enfermo había llegado al límite de mutilarlo.
Parecía que Izuku no quería que lo quitará, pero katsuki le sonrió, tomando su mano para apartarla y que le dejara hacerlo.
—Dejame ver, confía en mí — le pidió tranquilo y cuando Izuku le permitió continuo quitando aquel trozo de tela.
Suspiro de alivio al notar qué su ojo seguía ahí, entero, aunque inflamado y con los párpados lastimados al grado de tener un tono púrpura y rojizo al rededor.
"Un puñetazo debío ser lo más seguro"
Pensó alejándose un poco y suspiro volviendo a ponerle el parche con calma.
—Sanará rápido...pero mientras tanto ven a quedarte conmigo, no puedp dejarte solo así como estás—
Le propuso con suavidad tomando sus manos.
—Deja este lugar, ya no quiero que nos separamos, no puedo estar lejos de ti —
Confesó con algo de pena pues jamás había propuesto eso. Nunca se había sentido tan idiota o avergonzado como lo hacía en ese momento con el pecoso. Ese niño era como una especie de criptonita para él. Todas las sospechas de que el pudiera ser asesino le parecía ya fuera de contexto por el momento. Ya no le importaba.
Tras un momento en silencio pudo convencerlo al oírle decir que aceptaría ir.
Katsuki sonrió ampliamente y asintió.
—Vamos a empacar tus cosas, te ayudaré. — Le acarició el cabello con mimo, se quedaron en silencio un momento y el sonido de gotas de lluvia comenzó a oírse contra la pequeña ventana de la habitación. Debían darse prisa.
—Anda, vamos. — Le dijo con una sonrisa muy apenas visible y seguido rio en voz baja y lo siguió para comenzar a empacar.
Le ayudo a guardar ropa en una vieja maleta qué tenia guardada, al igual que algunos productos de limpieza personal y las cosas de la escuela y la foto de su madre en un par de cajas pequeñas. Mientras el guardaba una cosa el pecoso guardaba otras. Fue entonces que encontró la mochila y la abrió notando qué la vieja arma de su abuelo estaba allí. Suspiro y volvió a cerrarla dejandola en una caja.
—Tomaré de regreso el arma de mi abuelo si no te importa, es algo valiosa... Ya sabes reliquias familiares y eso... —
Le dijo pensando en que una vez teniéndola de nuevo se desharia de ella pues era una evidencia más en el caso que si encontraban en ese lugar en algún cateo confirmaría el asesinato.
Eso le llevo a recordar aquella caja qué contenía otra arma en el closet de Izuku.
Se acercó con la excusa de estar empacando aun cuando logro verla muy escondida al fondo.
Estiró la mano para alcanzarla. La abrió notando qué seguía allí. Debían limpiar la casa de cualquier tipo de arma y dejar algunas cosas, llevarse sólo lo más importante para no ser obvios en que Izuku se había ido de allí.
Silbo a manera de sorpresa y se giro hacia Izuku con el arma en su mano.
— Vaya de saber que tu tenias una mejor y más linda no te hubiera ofrecido el vejestorio de arma qué tengo —
Bromeó travieso volviendo a guardarla en la caja y esta misma poniéndola en la caja de mudanza. Se acercó a Izuku inclinandose para verlo.
—¿Esta listo mi adorable novio para irse de aquí? —
Cuestionó notando qué al parecer ya todo estaba listo. Izuku no tenia muchas pertenencias así que en total fueron dos cajas medianas y la mochila. No sería problema cargarlas hasta el coche aunque lo había estacionado un poco más lejos.
Katsuki se agachó para cargar las cajas y la mochila en su hombro, ignorando qué Izuku quería ayudarlo.
—Estas herido no debes cargar estas cosas mejor trae el paraguas y cubrenos a ambos de la lluvia —
Pidió con seguridad para entonces disponerse a irse finalmente de ese lugar antes de que Kirishima o algún otro oficial decidiera ir a investigar.
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Izuku sintió ser jalado con suavidad hacia el pecho de Katsuki, dejándose abrazar con su aflicción encima esperando su motivo de ir a buscarlo. Escuchar que era amado con la calidez del cuerpo del rubio rodeando le hizo abrir un poco su vista y los labios, permaneció estático sin respuesta.
Una respuesta tan corta que podía ser superficial en cualquier mención, sin embargo esas palabras tenían un mantra tangible que sacudió su pecho. El amar era una definición muy pesada y complicada de entender, no lo había escuchado desde que su mamá se fue.
Las manos cálidas en Katsuki acariciaron el cabello hasta descender a su rostro con cautela, aproximando para otorgarle un beso cauto a sus labios y separar de forma fugaz.
La frase de protegerlo incluso a costa de la vida misma gesticuló preocupación evidente en Izuku.
—No hagas locuras —advirtió incómodo bajando la mirada. —No soportaría ver que te lastimes.
Se permitió el volver a ser besado pero esta vez decidió a corresponder, levantó sus brazos para cruzar los costados aferrandose mientras Katsuki removía sus cabellos y sentía la respiración caliente en la curvatura del cuello.
Al percatar que una de las manos tanteó el parche en su rostro con firmeza pretendiendo retirarlo le hizo respingar retrocediendo unos centímetros nervioso. No dijo nada, solo desvió su cara nervioso. Tenía miedo de que observara su rostro completamente golpeado e hinchado, el ojo aún estaba morado.
—Kacchan, no... —susurró defensivo y cohibido, sin embargo al estar la persistencia y la voz suave que le solicitaba checar Izuku por fin cedió quedando inmóvil.
Al sentir la ventilación de su piel cerró un poco los ojos modesto desviando las iris fuera del perímetro de rubio frente a él.
La voz aliviada de Katsuki diciendo que sanaría en unos días le hizo retomar a mirarlo y asintió la cabeza permitiendo volver a colocar el parche.
Ambas de las manos de Izuku fueron levantadas siendo sujetas por las ajenas de Katsuki invitando con persistencia a que acudiera con él.
—¿Eh? ¿Estás seguro? Tu familia... yo no quiero incomodar y... —disminuyó el volumen de voz al percibir al rubio con cierta inquietud.
"Kacchan se está esforzando tanto por mí..."
Izuku gesticuló una mueca con incertidumbre de la idea, no quería volver a efectuar un mal momento como la última vez que pisó la entrada del departamento de Katsuki, pero tampoco quería quedarse solo sin él, había pasado por tanto tormento que le daba pánico bajar la guardia y no volver a verlo más.
Asintió por fin accediendo a irse.
—Está bien, yo tampoco quiero separarme de ti —comunicó con una suave sonrisa acariciando los antebrazos de Katsuki encima de su camisa para aliviar la tensión.
"Aunque al mínimo indicio de la policía debería afrontar mis conflictos solo, a pesar de lo me dijiste... no deseo involucrarte."
A pesar de lo mencionado por las otras trabajadoras del Green Rabbit, Izuku no podía quitarse ese panorama malo que estaría involucrando a Katsuki. Le dijo algo tan contundente como que lo ama, no estaba en condiciones de corresponder o incluso cerciorar si podía ser lo mismo que sentía por él, quería serle fidedigno, trasparente y sin ningún secreto que llegara a lamentar a futuro. Lamentablemente las cosas no eran así, Midoriya Izuku portaba antecedentes que él mismo catalogaba como horribles en culpa y lo que menos deseaba era mortificar a otros con sus problemas, en especial a Katsuki.
Avanzó hacia el armario a tomar una vieja maleta empezando a meterle ropa, no estaba seguro de cuanto tiempo se ausentaría por lo que solo tomó lo necesario y menos posible, en seguida dirigió al escritorio tomando el retrato que conservaba con su madre y sonrió diluido. Las cosas habían marchado tan mal desde que ella se fue que por más que trataba de convencerse de que todo mejoraría el destino le abofeteada con cosas peores, en específico esa noche estuvo tan cansado de todo que pensamientos muy siniestros empezaron a cruzar en su mente, de no ser porque Katsuki llegó esa noche...
Izuku levantó el rostro con el retrato en mano y buscó al rubio al otro extremo guardando unas cosas más.
—Kacchan... —mencionó atenuante, al percibir como giraba a su llamado prosiguió —, tu sola presencia me hace sentir seguro de seguir, gracias por todo.
Abrazó al fotografía en retrato a su pecho y posteriormente la guardó cuidadosamente encima de todo el equipaje para no dañarla.
Minutos después percató que Katsuki revisaba su mochila con la que iba normalmente al burdel sacando el arma, inevitable de ello Izuku tensó.
—Ha estado ahí todo el tiempo en realidad... —exclamó evitativo, tenía relativamente verdad en su palabra, la única vez que la sacó fue esa noche. —Claro, tómala de vuelta, ya no debería tenerla, después de todo no pretendo volver a Green Rabbit ya.
Recitó con un tono lúgubre, el sitio sería clausurado o remodelado, no tenía idea luego de ese desastre y lo que menos buscaba era reactiva uno de sus traumas al volver a caminar por esos pasillos sobretodo aquel administrativo o el área VIP que solo conservaba malas memorias de un par de supuestos clientes.
Estaba tan metido en esos pensamientos oscuros que no percató de Katsuki llegar al armario tomando una caja del fondo, al escuchar el alardeo del arma en ella Izuku avanzó asustado.
—¡Realmente no es mía! —Balbuceó negando con los brazos. —Yo... la tengo porque... pues la encontré en la calle, no sabía que hacer con ella.
Intentó buscar un pretexto no muy lejos de la verdad, ladeando su mirada con esos tartamudeos donde la voz le temblaba. Por cualquier lado era tener que afrontar un asesinato u otro.
—No deseo llevarla, no me gustan las armas, de hecho olvidé que eso estaba ahí —susurró tímido notando como Katsuki la empacaba. —Debería deshacerme de ella.
"Tal vez él sepa que hacer con ella, pareciera que sabe mucho de armas."
Dejó su insistencia por dejarla ante la idea, una vez que terminaron de empacar decidió levantar unas cuantas cajas, no obstante, Katsuki le frenó de la idea e Izuku mostró una mueca sintiéndose inútil en su condición.
—¿Está lloviendo? —Cuestionó abriendo la puerta del departamento cerciorando la condición en el exterior, ni siquiera se percató cuando inició. —Ha habido mal clima en las noches ultimamente...
Tomó el paraguas que tenía recargado a la pared cerca de la puerta y apartó del marco de la puerta para dejar a Katsuki salir vigilando atento que no tuviera complicaciones con el cargamento. Izuku a lo mucho se puso una de las correas de su mochila en un hombro y guió hacia el viejo ascensor no sin antes apagar toda iluminación de su hogar y asegurar las puertas.
Tras bajar a la planta baja y extender el paraguas apegando brazo a brazo con el rubio para protegerlo del agua miró el estacionamiento extrañado.
—¿Llegaste por otro medio? —Cuestionó confuso de no ver su auto.
Al escuchar la respuesta de que había estacionado lejos le hizo parpadear disperso de no comprender.
—No deberías caminar solo por los lugares como estos tan noche, hay mucha gente oportunista y... —pausó de lo que estaba diciendo. —N-no es como si me hubiera pasado algo así, es más por recomendaciones que me daban al salir tan tarde del trabajo y de la casera del departamento que rento.
Titubeó incómodo, de solo recordar a la mafia de Overhaul que consecutivamente lo hostigaron por los intereses vigilando sus movimientos e incluso lo peor que vivió con su líder. Negó su cabeza en silencio para espabilar toda esa tortura mental.
Al llegar a la calle donde Katsuki tenía estacionado el auto procuró ayudar en guardar las cosas en la cajuela. El cuerpo todavía resentía lo molido que se sentía y los productos de moretones punzantes que le hicieron quejar en silencio procurando ser discreto como gran parte del tiempo lo fue.
Todavía tenía una espina que le molestaba y no podía deshacerse de ella, por lo que una vez que Katsuki cerró la cajuela dispuesto a subirlo para irse le frenó sosteniendo su manga del atuendo formal aun protegiendo de la lluvia con el paraguas.
—Sé que dijiste que olvidara lo que pasó, pero no puedo pasarlo de largo, no aún... —suspiró melancólico, incluso el dolor de su cuerpo le acentuaba lo vivido. —Por eso quiero acentuarlo una y otra vez: no es cierto lo que te haya dicho ese cliente.
Bajó la vista afligido de ese remanente vigente mientras observaba la pequeña corriente de agua que se acumulaba en los bordes de la banqueta hacia las alcantarillas.
—No me siento listo para decir algo tan voluble —dijo recordando el "te amo" de Katsuki —, pero te puedo asegurar que estoy enamorado de ti, eres la primera persona que me hace navegar esta clase de sentimientos, deseo avanzar contigo hasta llegar al momento en que logre corresponderte en todos los sentidos.
Levantó su vista tímidamente hacia los ojos escarlatas y dirigió su mano acariciando la mejilla de Katsuki logrando percibir el calor a través de sus dedos fríos.
—Kacchan, por ahora, ¿puedes aceptar que te quiero?
Se impuso una tarea él mismo, intentaría una y otra vez sanar de todas las maneras posibles, su confianza reavivó con el rubio presente.
Sus labios arquearon en una sonrisa tierna y levantó un poco su altura para alcanzar a besar los labios del rubio.
—Porque así es, te quiero como no tienes idea.
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Aun no podía digerir del todo lo rápido qué las cosas estaban pasando, el qué Izuku había aceptado irse con él y ya no sólo por una noche, vivirían juntos y no podía evitar pensar que era un gran paso para ambos en ese vinculo qué habían formado, no se sabía que pasaría con el tan famoso Green Rabbit, pero por el momento Katsuki sabia que su clausura sería inevitable.
— Vámonos de una vez. —
Dijo con calma poniéndose de pie, dobló su brazo libre para que el menor se aferrara a él y pudieran caminar juntos cubriendose de la lluvia. Pensó en que también debía darle otra caja de medicamentos y ayudarlo a cambiar sus vendajes y limpiar las heridas. Caminaron hasta la salida sin prisa y se detuvo un momento en la puerta.
—¿No olvidas nada? —
Le preguntó y al verle negar abrió la puerta y salieron del departamento, espero a que Izuku cerrará con seguro aunque ya no fueran a volver por tiempo indefinido.
Comenzó a caminar al paso de Izuku escuchando su advertencia sobre ser barrio peligroso a lo que rio asintiendo.
Sabia perfectamente el tipo de lugar que era y siempre estaba alerta.
Bajaron por el viejo ascensor hasta llegar al estacionamiento.
— Un idiota estaba estacionado en el cajón de estacionamiento cuando llegué.—
Justifico en respuesta al verle confuso de no ver su auto donde siempre, caminaron hasta la cuadra trasera donde estaba estacionado y quitó la alarma y seguro de las puertas para abrir el maletero y comenzar a colocar las pertenencias de Izuku con un poco de su ayuda pues había insistido en ayudar con eso, Katsuki suspiro resignado y le dejo ayudar a colocar algunas cosas no muy pesadas.
Cerró el maletero y pensó en ir a abrirle la puerta al chico pero se freno al sentirse detenido de la manga de su gabardina.
Se giró despacio mirando confuso a Izuku.
—¿Qué ocurre? —
Cuestionó expectante a su respuesta. Al oírle hablar bajo la mirada un momento. Las fotografías y las palabras de aquella voz en la llamada eran algo que ya no quería recordar pues aunque trataba de disimularlo le calaba en el alma pues sentía culpa ante ello.
Katsuki pensaba que de haber hecho caso a su intuición y haber ido a buscar a Izuku pese al engaño al qué había sido expuesto, lo hubiera salvado de terminar así.
Negó con la cabeza con una sonrisa tremula qué pronto fortaleció.
—Lo sé... Ahora lo se... Yo te creo —
Aseguro para después callar y oír las siguientes palabras que le hicieron borrar su sonrisa.
—¿De qué hablas? — cuestionó confuso hasta oírle confesar qué estaba enamorado más no sentía que lo amaba aun.
Katsuki aunque no demostró alguna expresión sintió un pequeño sofoco en el pecho qué le hizo apretar los labios de manera muy apenas visible.
Parpadeo un par de veces antes de desviar la mirada mientras oía el resto de sus palabras.
"¿Quiere corresponderme?... Entonces él no... Aun no"
Pensó mirando al suelo en silencio escuchando las gotas de lluvia caer contra la tela plástica del paraguas.
"Debí imaginarlo, aun es muy pronto y él está pasando por muchas cosas ahora. No debí presionarlo diciéndole lo que sentía tan de golpe"
Pensó antes de sentir el cálido tacto sobre su mejilla qué le hizo verlo a los ojos de nuevo.
A la pregunta de Izuku le miró contemplando todo de él, suavizando su rostro de la expresión fría qué tenia hacia un momento.
"No... Quererme no es suficiente... ¿He hecho algo mal? ¿Qué más necesitas que te demuestre para que me ames también?"
Pensó mordiendose el labio y suspiro para finalmente asentir tomando la mano de Izuku con la suya y cerrando los ojos para recibir el beso concedido de su parte al separarse le escucho decir que lo quería más de lo que se podía imaginar.
Katsuki sentía una rara sensación entre felicidad y al mismo tiempo tristeza.
Entendió qué así como él le pidió a Izuku ser paciente con el tema del sexo, él debía ser paciente con Izuku respecto a sus sentimientos. Estaba feliz que qué al menos lo quisiera y aceptará en su vida.
Tenia varias cosas que contarle también y lo más importante era confesarle su verdadera profesión antes de que las cosas escalaran aun más entre ambos.
Se acerco de golpe hacia él y lo abrazo haciendo qué soltara el paraguas y callera al piso y ambos comenzarán a mojarse bajo la suave llovizna.
— Es más que suficiente...— le dijo con calma luego se separó tomando su rostro con ambas manos acariciando sus mejillas con las yemas de sus pulgares palpando las pecas con cuidado.
— Gracias por corresponderme al menos de esa forma... No tenemos prisa — murmuro antes de dejar una cariñosa caricia sobre su cabello verde qué ya estaba humedeciendo.
Se giro y suspiro abriendo las puertas.
—Entrá.— le pidió para luego cerrar la puerta e irse a su lugar también. En automático las seguros de las puertas se activaron y se puso en marcha a casa sintiéndose hasta cierto punto un poco nervioso y confuso pues ahora no sabia exactamente como tratar a Izuku, si debía ser más cercano o darle su espacio. Era complicado tratar de entender a alguien, por ello siempre mandaba a la mierda a medio mundo.
—Debes tener hambre, prepararé un poco de pasta Alfredo con pollo cuando lleguemos, ¿la has probado?. Apuesto a que te gustará. —
Sugirió mientras viajaban por los amplios bulevares. En algunos semáforos en rojo el rubio aprovechaba para ver de reojo a Izuku y tragaba saliva un poco sintiéndose ligeramente ansioso. Izuku estaba callado y pensó en una manera de animarlo.
— ¿Estas preocupado por que ya no podrás trabajar?... Ve el lado positivo... Quiza ahora puedas dedicarte a otra cosa o tal vez buscar algun otro club donde puedas seguir bailando pero sólo bailar. Si te tocan les cortare las manos con un cuchillo oxidado. —
Bromeó haciendo más cálido el momento y también para hacer pasar más rápido el tiempo mientras llegaban a casa.
—La habitación de invitados será tuya ahí te instalaremos... A menos que quieras dormir conmigo. ¿Qué prefieres? —
Le dijo con calma pues realmente se había propuesto que desde el primer momento en que el chico tocara su casa no le abandonaría hasta que decidiera quehacer con su vida. Si el chico deseaba estudiar o trabajar lo apoyaría y hacerlo sentir cómodo era una de sus prioridades ya fuese en una habitación solo para el o compartiendo la suya. Estaría a su lado como ese apoyo que le juro ser.
La conversación comenzó a tomar un rumbo más relajado, conversaron hasta que finalmente llegaron.
Bajaron y tomó las cajas y la maleta subieron por el ascensor hasta su departamento. El rubio sacó las llaves y una especie de tarjeta inteligente, ingresó las llaves y quito los seguros físicos y con la tarjeta desactivo el seguro electrónico haciendo sonar la puerta y una vez abierta le dio el paso a Izuku primero para luego cerrar con seguro. Caminaron hasta la sala y encendió las luces.
Se quito el saco dejándolo sobre el perchero y se acercó al menor tocando sus hombros por la espalda.
—Bienvenido a tu nuevo hogar. Ponte cómodo —
Le dijo revolviendole sus rulos verdes para luego llevar las cajas al segundo piso invitando a Izuku a seguirle.
—Tu habitación será la primera, ven, sube con cuidado —
Abrió la puerta de la habitación de huéspedes. Allí había una cama matrimonial, un closet, un escritorio y una lámpara de mesa. Tenia un pequeño balcón al igual que su habitación. Era la primera vez que le mostraba a Izuku parte del departamento.
Dejó las cosas en el piso con cuidado y luego miro a Izuku.
—Espero que te guste... Desempaca tus cosas. Estaré abajo haciendo la cena. Más te vale no sobresforzar esas heridas o ya veras —
Amenazó en falsa molestia para salir de la habitación y dejar qué Izuku acomodara sus cosas a su gusto.
Mientras tanto el se dirigió abajo para ir a la cocina y comenzar a preparar la cena.
Miró el reloj era algo tarde pero imagino que Izuku no había comido bien así que intentaría reparar eso primero.
Izuku era como un vaso de cristal llego de grietas qué podrían romperlo en cualquier segundo. Su deber era reparar esas grietas.
Comenzó a lavar los vegetales y encendió la estufa para colocar el agua y hervirla para agregar la pasta.
Un mareo acudió a su cabeza haciéndolo tambalear de pronto.
Estaba tan centrado en los acontecimientos de los últimos días qué no se había percatado qué había estado desvelandose varios días seguidos y la falta de sueño le estaba afectado.
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Izuku fue guiado a entrar en el auto meditando lo que acababa de decir, no estaba seguro de si Katsuki había aceptado como tan lo dicho, pero tampoco quería forzarse a corresponder y que todo se saliera de control complicando la situación aún más. Logró percibir el carácter distante y algo estoico en su compañero yendo hacia el asiento del chofer rodeando el auto frente a sí.
"Desde luego que no es suficiente para él..."
Pensó en sus adentros recargando en el asiento suspirando hasta que el Katsuki entró y encendió el vehículo.
"No puedo quedarme sin hacer nada, no quiero ser una carga para él todo este tiempo. Debería presentarme en la escuela o al menos comunicar que tuve un incidente por mi ausencia, también necesito dinero..."
Estaba tan distraído en querer poner orden en su día a día sin prestar atención al camino mientras los limpiaparabrisas efectuaban al frente apartando la lluvia. La voz de Katsuki queriendo ablandar el tenso silencio le propició girar de reojo a la dirección, pero en vez de aliviarlo, Izuku tuvo un vuelco aplastante en su pecho.
—No... buscaré otra cosa. Ya no quiero volver a algo así... —resopló cansado. —Quiero olvidar a "Deku".
Lo que más quería era erradicar cualquier mínimo indicio que lo encaminara a recordar el tormento que sufrió, enterrar a Deku y volver a empezar con algo más, a pesar de que no tenía muchas fortalezas para buscar un empleo con mayor remuneración.
—Buscaré otro empleo de medio tiempo en las tardes, no quiero depender completamente de ti y ser una carga, Kacchan.
Procuraba ser discreto con eso, no buscaba un interés económico en él y no quería reflejar eso con externos, sabía los problemas a medias que tuvo con su prometida y su familia días atrás. No quería complicar más las cosas. Toda la vida experimentó salir adelante entre mamá y él sin ayuda de nadie, eso acostumbró en su realidad, a no depender de nadie ni causar lástima, ya que cuando se presentaba vulnerable existían oportunistas con intenciones peligrosas.
La pregunta respecto a donde le gustaría quedarse le sobresaltó en su asiento, ¿realmente tenía opción para algo así?
—¿E-eh? ¿Por qué me das a elegir? Desde luego que la de invitados, quiero ser lo más desapercibido posible —espetó con murmullo ladeando su vista. —Incluso en un sofá, una colchoneta, no te preocupes por eso, estoy acostumbrado a lo mínimo.
El tiempo avanzó hasta llegar a la zona que recordaba ser el aparcamiento de Katsuki en esos modernos departamentos. Encogió de hombros mirando hacia el piso que correspondía observando el pasillo donde había visto por primera y única vez a la antigua prometida de Katsuki en un modo histérico. Rogaba en sus adentros no tener que enfrentar algo como eso de nuevo, había vivido cosas peores ultimamente pero el hecho de que su pareja estuviera involucrado le daba más pánico. Quería los momentos en que conviviera con él permanecieran estables y tranquilos.
Sujetó su mochila a su hombro y tomó el paraguas procurando mantener seco a Katsuki también en lo que bajaba sus pertenencias. Subieron hacia el nivel correspondiente e Izuku esperó paciente a que abriera la puerta principal.
"La última vez que estuve aquí todo fue un desastre..."
Al escuchar la cálida bienvenida que le dio avanzó despacio dando una ligera reverencia hacia el frente asomando tímidamente al frente fijando si había alguien más por ahí.
—Perdona la intromisión.
Fue guiado a subir hacia la planta donde estaba el cuarto de invitados, al entrar y ver el lugar abrió su único ojo con visión asombrado.
"El propio cuarto es más grande que la pieza que rento."
—¿De verdad voy a quedarme aquí? Es demasiado ostentoso, ¿esto realmente es el cuarto de huéspedes? —Rectificó incómodo observando la dimensión del lugar y la bonita vista panorámica del balcón de la lluvia nocturna.
Ante la orden que le dio de ponerse cómodo y desempacar Izuku asintió frotando su nuca sin poder creer el sitio que le otorgó, notó a Katsuki salir mencionando que haría la cena.
—Tan solo termino aquí bajaré a ayudarte —exclamó nervioso, sabía lo tarde que era y juzgando por el atuendo formal de Katsuki había salido tarde del trabajo.
Quedó solo como alguien fuera de lugar. La luz blanca y el sitio tan pulcro le incomodaba, como si fuera un error que él estuviera ahí mancillando el área.
Suspiró resignado queriendo tomar compostura y acercó al equipaje sacando algunas cosas que acomodó encima del escritorio, principalmente el retrato de su madre a la cual sonrió débil pero con la idea de aun persistir. Colgó unas cuantas camisas en unos ganchos en el armario y ropa en los cajones. Varias cosas las conservó en las cajas que solo retiró de la vista metiendo dentro del mueble, no quería ser completamente invasivo del lugar.
Observó la cama recordando algo relevante.
"Cuando él se quedó conmigo mencionó que sus padres se habían hospedado en su casa, aquí... ¿cómo habrá terminado todo eso? No hubo momento para preguntar nada de eso; y su hijo..."
Salió de la habitación recorriendo despacio el entorno, el pasillo que dirigía hacia otras puertas, probablemente el baño y una corrediza arcana semiabierta que daba a lo que parecía un pequeño cuarto de estudio al fondo, asomo curioso entre la iluminación que bendecía el foco del pasillo y la gran ventana encima del escritorio, logró ver un librero con muchos folders saturados en papeles, una laptop y archivos perfectamente ordenados a diferencia de lo como él manejaba su escritorio. Se dio la pertinencia de entrar un poco curioso del entorno, cerca del escritorio había otro mueble en conjunto con un baúl de piel abierto, pudo percatar de algunos objetos metálicos que por la poca luz no pudo reconocer del todo, inclinó todavía adolorido por sus lesiones a sujetar uno que colgaba de la orilla y acomodarlo dentro, se dio cuenta que era una pequeña cadena que inmediato reconoció a ser unas esposas.
Las dejó caer dentro del baúl y tensó.
"¿Por qué tiene algo así?"
Rápidamente negó su cabeza.
"No, no, no. No estoy para juzgar nada de esto, ¿tal vez le gusta ese tipo de juegos? Aunque son demasiado formales a las que conozco. Como sea, no debería estar husmeando así."
Retrocedió unos pasos intimidado del peso del lugar, olvidando eso último podía notar que Katsuki era muy apegado a su trabajo, pero se confundió de la idea de que incluso un vendedor de seguros podía estar trabajando tan noche en su propia casa fuera de su oficina.
Bajó los escalones en dirección de la cocina percibiendo un agradable aroma, Katsuki ya había avanzado tanto que estaba sirviendo la pasta.
—Tienes un hogar bastante lindo, no estoy acostumbrado a áreas tan amplias, incluso me sentí algo solo arriba —bufó acariciando su cuello apacible.
Izuku tomó asiento en una de las sillas altas y delgadas que estaban frente a la barra de la cocina acompañando a Katsuki al otro lado.
—Cuando estaba arriba recordé lo que pasó la otra vez que estuve aquí... —bajó su voz pausando pensativo en continuar, pronto retomó más firme alzando su vista. —¿Cómo ha estado lo tuyo con... con tu ex-prometida y tu hijo? ¿Está bien?
Notó las respuestas distantes de Katsuki sin dar mucho a saber, por lo que Izuku asintió procurando no insistir.
"Es evidente que no quieres hablar de esto. Como creí, no debo involucrarme..."
Tomó los cubiertos con cierto desgano pero quiso mostrar una mejor reacción para evitar alarmar o hacer sentir más incómodo a Katsuki, tomó un primer bocado cambiando su faceta sorprendido del sabor
—Es la primera vez que pruebo algo como esto, está muy rico —mencionó con calidez verdadera cambiando el entorno abriendo su apetito tras la degustación.
Su estómago estaba hecho un lío, había comido cosas muy encarecidas de nutrientes, lo que pudo hacer era rehidratarse con agua hasta limpiar las impurezas que quedaron por la droga al estar en el burdel siendo atendido por Ochaco. Tenía el paladar rasgado entre tanta efervescencia y licor que fue sometido a tomar que era incómodo cualquier alimento fuerte, por lo que una suave pasta era lo mejor.
Al terminar de cenar agradeció por los alimentos y procuró ayudar en limpiar los trastes, no se iba a justificar en quedarse sin hacer nada por sus heridas.
—No me estoy sobresforzando, estoy bien, ¡déjame ayudarte! —carraspeó con una mueca en berrinche. No quería sentirse inútil, además podía notar que Katsuki tampoco había tenido buenas noches anteriores y el exceso de trabajo era evidente.
—Dime lo que pueda hacer aquí, lo que sea, no quiero ser solo un extraño que se aproveche de tu beneficencia. ¿Hay reglas? ¿Horarios? ¿Qué no debo hacer? No quiero arruinar tu espacio.
No podía evitar tener la sensación de ser un ajeno invadiendo un santuario tan especial como era un hogar.
Estaba llevando los platos al fregadero y observó la hora en el teléfono percibiendo que ya eran casi las dos de la mañana. Por lo que acudió con Katsuki preocupado.
—Vas a trabajar mañana, ¿verdad? —musitó recordando lo temprano que acudía en su horario laboral. —Ve a cambiarte y disponte a descansar, yo también iré una vez que termine aquí. Sé donde está mi cama, no me tardaré —mencionó con insistente llamado. —Solo seco los platos y subiré, por favor, Kacchan.
La apariencia formal en el rubio solo con su camisa arremangada de sus antebrazos era clara señal de que no quería retrasarlo más, quería apoyarlo a que durmiera pronto. Izuku fue terco dando pequeños empujones para que el otro retirara de la cocina. Logró que fuera a cambiarse no muy convencido.
Exhaló aliviado y retomó la tarea que se impuso de poner orden en lugar para irse a la cama también.
"Debería llamar a Uraraka y preguntarle qué sucedió luego de que me fui del burdel, aunque es muy tarde..."
Unos minutos pasaron hasta que dejó limpia el área, apagó los interruptores conforme iba subiendo hacia la alcoba asignada, recogió algunos objetos de aseo personal y entró al baño a lavarse los dientes con cuidado de no lacerar más su boca. Aseguró los parches de sus heridas observándose en el espejo del lavado, al salir del baño notó a Katsuki en el pasillo con una ropa más cómoda, había salido asegurar como se encontraba y si estaba todo adecuado.
—Todo está bien, no tengo ningún malestar —sonrió con sutileza queriendo apaciguar su preocupación por ver que estaba en un entorno adecuado. —También estoy tan cansado que seguramente quede dormido al caer en cama —bufó divertido de la idea.
Inclinó para abrazar a Katsuki rodeando su cuerpo con suavidad recargando en él.
—Estoy mucho mejor ahora, gracias a ti.
Alzó su vista y una de sus manos acariciando la punta de los mechones en la nuca empujandole a besarlo de manera tierna.
—Dulces sueños —susurró apenas separó con un dulce timbre de voz.
Izuku procuró separar aunque le costaba la idea, se empujó a sí mismo dando media vuelta hacia la puerta de la habitación girando su cabeza hacia Katsuki.
Al entrar cerró la puerta queriendo quitarse la mentalidad de estorbarle en dormir. Tenía que descansar, ambos. Aproximó a tomar asiento en el borde de la cama sacando el teléfono de uno bolsillo de su shorts, buscó el contacto de Ochaco buscando llamarla, sin embargo, la llamada no entraba y lo enviaba directo a buzón de voz.
"Espero que sea porque olvidó ponerlo a cargar por la estresante noche y esté durmiendo en casa..."
Suspiró bajando el teléfono de su oreja y suspiró.
—Yo también debería... —miró tras de sí la amplia cama.
Dejó el teléfono en la mesita conjunta, apagó la iluminación y se acercó destendiendo el cobertor para adentrarse. Sus ojos quedaron abiertos paulatinamente en la oscuridad con el suave silencio de la llovizna, por lo que giró de reojo hacia la puerta corrediza de cristal del balcón viendo la suave luz que apenas asomaba del exterior por las delgadas cortinas de seda.
—Sí que estoy fuera de lugar —se dijo a sí mismo en voz baja.
Sentía demasiado espacio en esa gran cama, que a pesar de ser suave y cómoda, con unas afelpadas almohadas en su nuca no estaba para nada a gusto como desearía.
Giró una y otra vez en el lugar queriendo adaptar una postura adecuada para caer en sueño, pero tanto espacio lo hacía sentir tan vulnerable.
Cerró sus ojos con fuerza procurando dormir, olvidar por un momento todo. Sentía sus manos heladas a pesar del cobertor que tenía encima, comenzó a frotarlas ansioso por lo que había hecho esa noche.
Las palabras que Tomura le dijo sobre ser uno más que desaparecería y nadie extrañaría martillaron su cabeza.
"Ya no estoy ahí, no pasó eso, ya no estoy ahí..."
Se decía una y otra vez insistente en querer erradicar esas antiguas amenazas.
Estuvo más de veinte minutos en ese estado, encogido en el lugar intentado dormir, pero no podía confrontarlo. Levantó la mitad de su cuerpo sentándose afligido de todo.
El sonido de la lluvia al otro lado del cristal solo le hizo rememorar el calor de los brazos de Katsuki cuando durmió con él, a pesar de estar en la oscuridad giró de reojo a la zona donde estaba la puerta.
—Diablos, ¿qué tan caprichoso puedo ser cuando se trata de él?
Avanzó hasta el borde de la cama buscando sus sandalias y salió de la habitación encendiendo la luz del pasillo. Recorrió hacia la parte superior de las escaleras donde aseguraba que Katsuki había ido.
Tomó el picaporte de la puerta empujando despacio y asomando en la oscuridad que apenas la luz del pasillo de abajo podía aminorar, la silueta de una gran cama con un tumulto encima le hizo asegurar que era la habitación principal, así que adentró sigiloso, levantó un poco el cobertor invadiendo hasta llegar donde estaba el otro.
Percibió que el cuerpo estaba con vista hacia el balcón, por lo que Izuku pegó su frente a la espalda de Katsuki y también palpó con sus palmas.
—Lo siento Kacchan, cambié de opinión... —susurró en el abismal silencio del entorno con el sonido de la lluvia al exterior. —No puedo dormir sin ti, ¿puedo hacerte compañía al menos esta noche?
No estaba esperando respuesta, desde aquel incidente sabía que Katsuki tenía el sueño pesado, por lo que no estaba seguro de que estuviera despierto.
Quería sentir el calor del rubio, estar en su zona segura con él, por lo que avanzó una de sus manos acariciando su espalda.
—Con una noche lluviosa como esta, ahora solo estoy impuesto a permanecer contigo así —masculló decaído de la idea de molestar a esta alturas. —No pude conciliar el sueño solo en esa gran habitación, me siento vulnerable y recuerdo cosas muy desagradables que me harían tener pesadillas incluso despierto.
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