Campamento
El bochorno era inevitable tras haber dicho ese montón de cosas ridículamente cursis qué había ensayado mentalmente. Su mirada estaba desviada al cielo notando qué en el bosque se podían ver mucho mejor que en la bulliciosa ciudad. Un manto estrellado con tonos violetas y azules.
La pulsera había sido un buen regalo, se dio cuenta de ello cuando Izuku se inclino a besarle en el mentón asegurando qué lo atesoraria.
"Solo es una baratija... Pero me alegra qué le gustará"
Pensó recordando a la mujer de la joyeria del supermercado al qué acudió esa mañana...
" —¿Le gusta algún anillo señor? — la mujer se le habia acercado al verlo observar la seccion de anillos. Katsuki negó pensando en que aun no era el momento correcto para regalarle a Izuku un anillo.
— Si tiene a una persona especial y busca algún regalo, puede ser una de estas, están de moda y el dije tiene baño de plata — la mujer mostró un par de pulseras de cuero fino y dije en medio una con un corazón y la otra con el infinito.
—¿Que tiene de especial algo como eso? — cuestionó el rubio levantando una ceja.
—No es la pulsera en si lo que importa, si no la intención con la que se da. ¿Su novia es muy romántica? Si le da una lo va a amar mucho más, es el detalle lo que cuenta —
Katsuki medito sobretodo la frase "Lo va a amar mucho más". Con eso le bastó para ser convencido por aquella vendedora.
—Quiero esta — murmuro señalando la del simbolo de infinito. "
Katsuki sonrió recordando esa pequeña conversación en ka joyeria, aquella mujer había tenido razón. Izuku había quedado encantado con el detalle y entendió que lo que el pecoso valoraba no era el objeto si no el hecho de haber sido regalado por él.
Lo confirmo al oir sus melosas palabras que me hicieron sentirse un poco tenso y avergonzado. Nunca nadie le había dicho algo así, tal cual agradeciendo su existencia y su forma de ser rematando con un adorable "Te amo".
—Tsk... ¿Qué cosas dices?. Haces qué me sienta raro.— Murmuro desviando la mirada con el ceño fruncido pero después sonrió con alegría sintiendo el beso en el dorso de su mano y le dejo recargarse en su hombro.
Un breve silencio entre ambos se instalo sin sentirse incomodo o extraño si no al contrario, era cálido, acompañado del crujir de la madera al arder y las partículas se fuego volando desde la fogata hasta desaparecer. A los alrededores había luciérnagas qué titilaban al compás del cantar de los grillos.
Era un ambiente pacifico y tener a Izuku entre sus brazos ayudaba mucho más a encontrar esa paz qué tanto busco en su vida.
Escucho al menor decir que quería asar malvaviscos así que le dejo tomarlos para acercar uno a la fogata a través del palillo de madera. Sin decir nada el rubio solo observó notando como Izuku había acercado demasiado el bombón al fuego.
"Se va a incendiar" pensó juguetón sonriendo con los labios cerrados.
Miró atento el dulce qué en solo segundos de prendió en fuego y entonces cerro los ojos aguantando la risa.
"Y... Se incendio. "
Al ver a Izuku agitar nervioso el palillo no evito aguantar más y soltó una risa Sonora qué resonó por todo el lugar. Ese chico era tan adorable y lo peor de todo era qué nisiquiera se daba cuenta de ello. Sus risas bajaron de intensidad gradualmente y a los reclamos del menor asintió, Izuku metió la mano a la bolsa de malvaviscos y puso un par de ellos en el palillo.
—Tienes que acercalo solo a la orilla así — Mostró guiando la mano ajena con la suya marcando la distancia perfecta entre las brasas del fuego y los esponjosos bocadillos.
— Y giralo despacio — Indico notando como tomaban color y textura. Solo había asado malvaviscos un par de veces cuando era pequeño, en el patio de la casa de Masaru pero recordaba aun el procedimiento qué no era complicado en si.
Cuando estuvieron listos retiraron del fuego y sonrió al notar a Izuku comer con placer aquel dulce caliente. Al ofrecerle abrió su boca con la intención de morder pero apenas se acerco le fue retirada el palillo y a cambio Izuku ofreció con sus boca el malvavisco. Katsuki alzó una ceja pero se acerco a morder suavemente el tibio aperitivo. Hizo una mueca entrecerrando uno de sus ojos. Era muy dulce aunque el sabor ahumado lo equilibraba un poco.
—Hmm... Es sabor no esta tan mal — respondió a la pregunta del pecoso para seguir así un rato más, comiendo aquellos bombones asados como si fuesen niños pequeños, disfruto el momento hasta que notó a Izuku frenarse y levantarse.
Dejo el palillo con el último malvavisco a su lado y le observó curioso.
"¿A donde va?"
Se preguntó notando qué Izuku de poco a poco comenzaba a quitarse la ropa acercándose al agua del rio. Vigilo atento a los movimientos ajenos, hasta ver como se desnudo por completo regalándole una linda vista desde su lugar.
La delgada y curvilínea silueta contorneaba con la luz de la luna y el reflejo del brillo del agua.
Suspiro recorriendolo con la mirada sin que se diera cuenta y al notar qué se giró a verlo ladeo un poco su rostro.
—Adelante — invitó haciendo un ademan con su mano para que entrará al agua y al verlo sumergirse quejando por la fría temperatura sonrió ladino y negó con la cabeza.
Se levantó de su lugar y camino al auto para sacar de una bolsa del asiento trasero un par de toallas nuevas qué había comprado, se había prevenido para todo. Las noches en desvelo no habían sido por nada y el rubio era alguien analítico qué solía pensar en todos los escenarios posibles. Regresó con las toallas en sus manos escuchando al menor hablar fuerte desde su lugar. Su rostro expresó confusión al no saber a que se refería con que nada había sido efectivo en él. Le miró extrañado
—¿De qué hablas? — le pregunto en voz alta y cuando le escucho decir que había ganado la jugarreta entendió el concepto al qué Izuku se refería. Parpadeo un par de veces extrañado.
"¿De verdad cree que sus intentos de seducirme no me alteraron? ¡¿En serio piensa que no logra excitarme incluso con un simple jodido beso?!"
Pensó suspirando con el ceño ligeramente fruncido, pero sonrió relajando su rostro de inmediato, sin embargo las siguientes palabras lo tomaron por sorpresa mientras se acercaba a la orilla desdoblando las toallas.
Se freno de golpe mirando al pecoso con los ojos bien abiertos por la pregunta y la confesión dadas respecto a ser tomado ya.
"¡¡JODER, QUÉ EROTICO SE VIO PIDIÉNDOLO ASÍ!! "
su rostro estaba descompuesto en una mueca graciosa, rematandolo con la última confesión de que Izuku si quería demostrarle su amor de esa forma.
Internamente el rubio sintió qué se prendía en fuego como el malvavisco de Izuku y quería gritar impaciente y furioso de que ese niño fuese tan malditamente adorable sin qué fuera consciente de ello.
Le dio la espalda unos segundos ocultando el leve rubor qué se instalo en sus mejillas y sobo con sus dedos el tabique de su nariz. Suspiro calmandose y se dio media vuelta hacia el chico que nadaba tranquilo en el agua cristalina del rio.
"Cumplió con la promesa de esperar hasta este día tal como le pedí, pese a que desde un principio lo deseo ansioso, que lo tomará"
Pensó mirando al chico con cariño y resoplo sonriendo de lado sin abrir sus boca.
"Él realmente no tiene ni idea de como hace latir mi pecho con sus palabras, no se da cuenta que me vuelvo loco por él y que estoy jodidamente enamorado"
Con ese pensamiento dejo las toallas sobre una roca cercana a la orilla y se inclino para desabrocharse los tenis y retirarlos junto a los calcetines.
"¿En serio es tan inocente qué no es capaz de darse cuenta que me tiene como un maldito perro a sus pies?"
Se retiro la chaqueta de piel y el suéter de cuello alto dejándolos a un lado de las toallas.
" Idiota... Lo amo demasiado"
Con cuidado desabrocho su cinturón y lo retiro para después desabrochar su pantalón y bajarlo despacio. Por último miró a Izuku directo a los ojos mientras retiraba su ropa interior.
"Tanto... qué me molesta"
Sonrió ladino mostrando la blanca hilera de dientes y afilados colmillos. La luz de la fogata contorneaba su silueta a sus espaldas, remarcando la fuerte y atletica figura que mantenía. Despacio camino hasta meterse al agua de a poco y cuando esta llegó a su cintura estuvo listo para zambullirse en un clavado desapareciendo de la vista del menor.
Emergio del agua de golpe segundos después justo enfrente del pecoso. Tirando su cabeza hacia atrás salpicando agua a todo si alrededor haciendo qué el cabello despejara su rostro. Jadeo un momento retomando el aire en sus pulmones y tomo a Izuku de la cintura a pegándolo a él y juntando sus frentes. El agua si qué estaba fría pero era una sensación refrescante qué les acariciaba con el viento fresco sobre sus pieles mojadas.
— La noche aún es joven, No tenemos prisa — Sonrió travieso ladeando su rostro al contrario encajando sus labios mutuamente para iniciar un beso lascivo y profundo al conectar su lengua con la de Izuku acariciandola y jugueteando.
Sus manos subieron a la espalda del menor y otra a su cuello logrando abarcar parte de la nuca tambien.
Despacio se sumergio en el agua con el chico entre sus brazos hasta que ambos estuvieron debajo del agua sin romper beso. Flotando un poco y sonriendo la corriente menear sus cuerpos con calma.
Salió a la superficie luego de unos segundos separando el beso y respirando agitado al mismo compás qué Izuku y sonrió divertido moviendo su brazo con fuerza en el agua para aventarle un buen chorro al menor en la cara.
—Eso es por ser tan jodidamente lindo — Dijo entre risas iniciando una leve pelea de chapoteos y finalizar con otro suave beso. Era increíble como podían divertiste tal cual como un par de niños sin tener a ser juzgados o vistos.
Felicidad. Era la palabra que podía describir lo que Katsuki sentía en ese momento vibrando en su corazón. Entre risas, jugueteos y el parsimonioso sonido del bosque y la corriente del agua. El rubio se dio cuenta de que finalmente podía presumir de sentirse así. Con su alma llena y un rebosante manjar de sensaciones llenas de paz.
Cuando el viento empezó a soplar con más fuerza decidió qué era hora de salir del agua, se encaminó el primero a alcanzar una toalla qué uso para enredar en su cintura y tomo otra qué coloco en su cuello, se acerco a dar la mano al pecoso para ayudarlo a salir y le enredo una toalla también a él en la cintura. Con otra la extendió alrededor de la cabeza del menor y empezó a secarle los rulos verdes con cuidado, frotando la toalla contra ellos.
Luego tomo de la mano al chico y se inclino a levantar la ropa de ambos qué dejo caer sobre la manta en el suelo al lado de la fogata.
Sin soltar su mano lo llevó hacia adentro de la tienda en donde tomaron asiento sobre las colchonetas para terminar de secarse bajo el refugio de la misma, era bastante espaciosa pues Katsuki se había tomado la molestia de elegir la más grande que tenían disponible.
La iluminación del fuego de la fogata entraba por las cortinas amarradas de la tienda, una suave luz naranja que brindaba un ambiente relajante y tranquilo además de la luz de luna qué les brindaba más claridad adentro.
Katsuki se movió tomando asiento de espaldas a Izuku y se inclino hacia atrás recostandose y recargando su cabeza en los muslos del otro.
—Me gusta esta vista... — dijo de pronto observando hacia afuera de la tienda.
—Las estrellas pueden verse completamente, Mira como esa estela parece polvo, es increíble — expresó señalando con su mano hacia el cielo.
Subió la mirada para ver al menor que también observaba con atención y miró sus ojos desde su perspectiva, esos grandes y expresivos como los de un cachorro, de color verde como el bosque que les rodeaba, no sabía si decir más o quedarse callado contemplandolo.
—Lo único que necesito en mi vida eres tú — Le murmuro con franqueza subiendo su mano a alcanzar su rostro para acariciar la suave mejilla del menor palpando las pecas con su pulgar.
—Midoriya Izuku — susurro el nombre del otro saboreando cada letra, como si de su mantra personal se tratará.
El agua ya casi se había secado de sus cuerpos gracias a las toallas qué aun mantenían amarradas en sus cuerpos. Suspiró cerrando los ojos. Era un momento ideal para dar el siguiente paso. Estaba completamente seguro pero algo nervioso.
Se incorporó girando sobre sus rodillas para estar frente a frente con Izuku y se inclino un poco encima de el acomodándose entre las delgadas piernas pálidas con un poco de pecas a la altura de los muslos.
—Gracias por esperar — Sonrió ladino aproximandose a tomar al menor del mentón y abrir sus labios para conectar un beso ansioso qué profundizo de inmediato. Acariciando con la lengua toda la cavidad a su alcance. Mordió y chupo los labios del menor hasta dejarlos un poco rojos y enredo sus lenguas una y otra vez en una danza húmeda y deliciosa qué hacia chocar sus alientos cálidos hasta separarse dejando un hilo de saliva notorio entre ambos.
Se desvío al cuello del menor donde lamio desde la clavícula hasta el lóbulo de la oreja atrapandolo con sus dientes sin lastimarlo, inclinandolo para dejarlo por completo recostado mientras qué el rubio tenia un semblante posesivo y genuino encima de aquel cuerpo apoyando sus manos a ambos lados del pecoso regalándole una vista de su fuerte torso y su cabello rubio cállendo por su rostro.
Detectó cierto nerviosismo y temblor en el menor que le hizo detenerse un momento.
—¿Estas bien?... Estas temblando — preocupado le miró con aquellos ojos granate afilados qué pese a ser fríos lograban desprender una calidez qué solo Izuku podía sentir.
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Izuku permaneció en el agua inclinando un poco para bajar su cuerpo, notó a Katsuki dar media vuelta sin respuesta a su petición por lo que resopló con desaire de insistir al menos por ahora. Para su sorpresa Katsuki dejó unas toallas encima de unas rocas y empezó a desvestirse.
—Al parecer no soy el único loco —bromeó al darse cuenta de la intención del rubio de entrar al agua también, portaba una faceta seria e incluso un poco molesta a su parecer.
Le observó acercarse despacio al río, percibió ese rasgo contundente que cambió con una sonrisa ladina y una extraña provocación que le hizo encoger sus hombros intimidado, procesando radicalmente tener a su frente a Katsuki desnudo.
Prontamente giró su rostro con incomodidad pero no pudo evitar retomar rápido curioso hacia el rubio, el cual zambutió perdiéndolo de vista. Miró de un lado a otro esperando verle salir por cualquier lugar, retrocedió un poco ante la repentina aparición justo en frente, procurando darle espacio pero fue detenido por la mano a su cintura jalándolo hacia él.
Bajó su mirada sorprendido y percibiendo el apego que tenía contra el pecho desnudo del otro, su sonrisa tembló nervioso asintiendo la cabeza, la mención de que aun la noche era joven le hizo saber que Katsuki tenía la misma intención que él pero con una sana paciencia, avergonzó de solo imaginar lo necesitado que pudo haberse visto con su previa petición.
—Soy un desesperado —mencionó tímido.
Tomó atención levantando su cara al notar que Katsuki aproximaba hacia él, sabía de que trataba por lo que sin ningún pero lo frenó como días anteriores, concedió a corresponder en ese beso fogoso. Abrió su boca dando invite a su cavidad saboreando su lengua en un suave movimiento, mientras levantaba las manos acariciando el tórax de Katsuki subiendo poco a poco por su cuello hasta llegar abrazarlo desde la nuca para no alejarlo con bastante necesidad.
Se dejó llevar en ese compás moviendo en el agua hasta sumergir sin interrupción del enlace principal que era ese beso.
Realmente había extrañado tanto poder besarlo en cualquier manera, con picos dulces en los labios, en cualquier parte de su cuerpo o hasta esos besos tan intensos que devoraba en demasía.
Volvieron a salir a la superficie abrazados, Izuku separó un poco entre un jadeo ahogado pero disfrutando del momento.
"Vamos Kacchan, dame un poco más de eso..."
Abrió sus ojos despacio con una sonrisa que jadeaba exhausto por lo anterior, no obstante, su momento lábil culminó en cuanto visualizó el entorno y rápidamente cerró sus ojos por el monto de agua de recibió en el rostro, removiendo su cabello mojado hacia atrás y llevándolo a destilar un poco más.
Ahora con mayor precaución abrió uno de sus ojos tosiendo un par de veces, percibiendo la sonrisa burlesca en Katsuki por la hazaña.
—¿Qué clase de sentencia fue esa? —Quejó indignado inflando una mejilla por la razón de ser "jodidamente lindo"—, sí que te diviertes fastidiándome.
Devolvió el chapoteo con su brazo restregando un contraataque con el agua, podía darse cuenta del espíritu competitivo que tenía Katsuki para todo y con esa obstinación era complicado poder reprenderle con facilidad.
Estuvieron varios minutos en el agua a la luz de la luna jugando como niños arrojándose agua bruscamente, incluso alcanzándose en atrapadas sometiendo en besos insistentes en la nuca, sin duda alguna se trataría de un día que, como mencionó Izuku no iba a olvidarlo.
Sabían que no deberían estar tanto tiempo en el agua, el viento estaba siendo gélido y la temperatura tan templada que si continuaban así podían resfriarse. Katsuki fue el primero en salir tomando una toalla secándose y amarrándola en su cintura. Izuku esperó paciente aun en el agua alguna indicación hasta que fue ayudado a salir tiritando en frío, pero pronto obtuvo una seca toalla para sí.
—No conoces la palabra ceder en tu diccionario, ¿verdad? —Mencionó divertido de la anterior contienda, una toalla pequeña cayó en su cabeza siendo agitada levemente por el otro. —Kacchan eso es admirable pero también aterrador.
Resopló por la insistencia que tuvieron en el agua. Fue sujetado de la mano para guiarlo dentro de la tienda de campaña donde era más cálido que la propia intemperie obstruyendo el viento con sus paredes.
Tomó asiento continuando dando círculos con la toalla en su cabeza para secar el cabello, la luz naranja que bailaba en sombras entre la casa de campaña le parecía curioso, nunca había tenido una experiencia de dormir de esa manera.
—Para ser una tienda es demasiado grande, nunca había entrado en una pero a las que había visto eran de menor tamaño —mencionó entretenido apreciando el techo de la tienda.
Su atención del interior culminó al sentir un peso en sus muslos haciendo que bajara su vista, se trataba de Katsuki descansando su cabeza. Parpadeó ligeramente confundido, pero al escuchar que era un buen panorama el que tenía dirigió sus ojos hacía la cortina de la salida notando el tranquilo paisaje del exterior con la fogata, la orilla del río y la entrada del bosque bañada en luciérnagas en su intemperie.
Extrañado del anuncio elevó su vista a mirar el cielo, contemplándolo despejado de nubes con una brillante estela, estuvo en silencio y con parsimonia mientras acariciaba el cabello húmedo de Katsuki con cuidado.
—Es curioso como el cielo puede verse tan diferente de la ciudad, hasta parece otro... —Comunicó completamente distraído hacia fuera entre esa tela semitransparente. —¿Mmh? —Canturreó sin lograr prestar mucha atención inicialmente a lo dicho por Katsuki, bajó su rostro buscando que repitiera, pero solo obtuvo su nombre ser recitado. —E-eh...
Parpadeó despertando de su trance, puesto que quedó en blanco por ese llamado y la mirada severa en el rubio. Solo dijo su nombre pero logró agitar mucho su corazón en nerviosismo, sus mejillas acaloraron y desvió la mirada entorpecido.
"Sólo fue mi nombre y con ello suficiente para ponerme así."
Encogió en su lugar desde los hombros, acariciando un poco tosco ahora el cabello de Katsuki de forma ansiosa, hasta que le notó levantarse e inclinarse.
"¿Eh? ¿Ahora? ¡Espera, espera deja que me reponga un poco!"
Titubeante de ver esa sonrisa ladina recibió un estoico beso profundo que lo llevó a recostar en su espalda despacio, dejando caer su peso entre las colchonetas y las mantas. Procuró mantener al ritmo del beso que no podía alcanzar entre su nerviosismo. No podía cerrar sus manos llevándolo a hacer movimientos torpes con sus dedos intentando sostener los hombros de Katsuki.
—Kacchan... un momento, yo... —jadeó con incompetencia bañado en el rubor de sus pómulos sintiendo el labio inferior ser mordido.
Cerró con fuerza sus ojos acunado entre el estímulo que sufría liberando espasmos ante la sensación de la húmeda y caliente lengua recorrer su cuello otorgando unas cuantas mordidas.
—Tú... estás haciendo... —balbuceó abriendo sus ojos en el llamado, pero quedó sin habla al ver completamente al rubio encima de él.
Apoyado entre los fornidos brazos a su lado reteniéndolo abajo, tenía el panorama completo de Katsuki con su tórax plenamente desnudo, a pesar de aquella cicatriz en su hombro todo en él era perfecto. Izuku sentía su cabeza tan caliente por el rubor encima explotaría, los labios temblaban en formular palabras ante la pregunta de si todo estaba bien él, tragó saliva y asintió.
—Es solo que me tomaste con la guardia baja y... —susurró avergonzado ladeando sus iris fuera del margen, pero era imposible no prestar atención al cuerpo tan bien trabajado en él.
Ya había tenido la dicha de haberlo visto anteriormente, incluso se daba cuenta que fue correcto que esa ocasión en la regadera le haya dado la espalda, no podía acostumbrar de ser recibido así.
A pesar de que estuvo insistiendo tanto para esto, al momento de la marcha todo ese valor lograba desvanecer quedando en blanco e intimidado con las entretenidas expresiones lúdicas de Katsuki mediante su sonrisa ladina. Debía entender perfectamente lo que provocaba con Izuku al tenerlo tan dócil y discreto.
—Estoy bien, solo que no me das tiempo para reincorporarme, aunque no es tan malo —respondió por fin más tranquilo de su nerviosismo.
Levantó una mano a tantear la cicatriz en el hombro de Katsuki, dando suaves caricias con la yema de sus dedos al contorno de los bordes.
—Es que no proceso del todo en que te veas tan bien con ropa o sin nada —bufó con una pequeña sonrisa impregnada en timidez. —Por tu culpa, hasta creo que las cicatrices son sexys.
Tenía la ansiada oportunidad por fin, le sacaría provecho en demostrarle ese apego que tenía hacia él. Levantó un poco apoyándose en sus codos para alcanzar la boca de Katsuki y volver a besarlo, abruptamente levantó una mano para jalarlo consigo y acostar en la tienda con el otro encima teniendo su torso pegado contra el suyo.
Lo besaba con deseo, con una imperiosa necesidad de fusionar con él mientras recorría sus manos por los costados acariciando la espalda y dando pequeños tirones ansiosos rascando un poco la piel con sus uñas.
Una vez que separó relamió los labios ajenos humedeciéndolos y posteriormente resoplando en ellos un gélido aliento que maquillaba su fogosidad.
—Más... por favor, más —susurró con anhelo. —Déjame saborearte todavía más.
Imploró con esa mirada verde brillante y dilatada en deseo, en su rostro permanecía ese ligero rubor y su cuerpo estaba sumamente acalorado con solo besarlo, pero sabía que eso no era suficiente.
Impulsó su cuerpo dando referencia a que levantaría por lo que Katsuki ladeó en el lugar, recorriendo sus manos suave por su cuerpo queriendo memorizar su silueta completamente se sentó ahora en los muslos del otro cruzando sus piernas a la espalda, admiró una vez más el cuerpo musculoso y relamió sus labios inclinando a lamer su cuello descendiendo por sus clavículas y dejando un rastro de saliva por su pecho que saboreaba con suaves besos, por inercia cerraba un poco sus manos en la espalda dejando pequeños remanentes de sus uñas en la piel.
Una sensación cosquilleante en su lugar le hizo pausar bajando la cabeza curioso a mirar, se podía apreciar la ligera elevación en su toalla que había nacido entre esos intensos besos, pero lo que más le llamaba la atención era aquel falo erguido en el que estaba sentado quejando por el estimulo a querer salir.
El sonrojo de Izuku se hizo más notorio pero pronto restregó una sonrisa con travesura, cuando se trataba de dar atención al otro podía desvivir toda esa pena ansiosa que le daban situaciones como esa, además, quería hacerle saber a Katsuki que incluso un hombre podía darle ese tipo de placer con una saciedad explosiva.
—Creo que estoy haciendo mal mi papel —susurró enternecido en resignación al separar sus piernas de Katsuki para gatear hacia atrás. —Tal vez no recuerdes esa vez, pero quizá tu cuerpo si lo memorizó, ¿quieres averiguar?
Sin espera de una respuesta avanzó sus manos al vientre de Katsuki para retirar la toalla extendiendola a sus lados, sintió la boca humedecer y apretó sus labios un poco nervioso. Ahora mismo tenía la dicha de no solo imaginarlo, el sentirlo entre sus manos o muslos, directamente apreciaba al rubio completamente desnudo, ese miembro grande y rígido con aquel surco de venas que recordaba sentir en su lengua y esa fina capa de vello en su pelvis.
Sintió su pecho oprimirse acalorado pero quería continuar con ese trabajo que el mismo se impulso y no negaría que quería volver a sentir el falo de Katsuki en su garganta, por lo que levantó su mirada con complicidad acechando la faceta del otro y pronto retomó hacia abajo sosteniendo sus manos en los muslos ajenos, avanzó su boca tentativamente percibiendo un pequeño respingo ansioso en el otro que le hizo reir en sus adentros.
—Al parecer tu cuerpo lo recuerda —siseó con una inocente broma en triunfo.
Estaba jugando con sus tentativos labios de iniciar con su tarea, pero pausaba repentinamente antes de ello teniendo una jovial referencia de tensar a Katsuki consumiendo su poca paciencia.
—Creí que no tenía efecto contigo así, pero veo que me equivoqué.
Antes de recibir cualquier demanda o queja comenzó a besar la punta dando suaves lamidas que recorrió el cuerpo humedeciendo con su saliva, hasta que lo adentró en su boca empezando a saborearlo completamente con ese caliente y salado sabor.
Su boca salivaba de forma excesiva ante el acto con glotonería que sucedía, poco a poco retiró el miembro mojado extendiendo su lengua fuera de boca dejando correr un delgado rastro de su saliva por el miembro rígido de Katsuki.
—¿Todavía piensas que soy un chico malo? —Recordó lo que le había dicho aquella mañana en que se dio cuenta que despertó tras una traviesa felación. —Ahora sí esperé como querías.
Mencionó encorvado al tener su cabeza hundida entre los muslos de Katsuki jugando con su miembro viril lamiendo y besando de forma insaciable, dando una vista más allá de la imaginación desde la perspectiva del otro hacia su pálida espalda que seguía recto hacia su trasero elevado aun envuelto en la toalla.
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Su mirada prestaba mucha atención a todas y cada una de las reacciones de Izuku. Parecía notarse nervioso y tímido. Katsuki veía esa nueva faceta del menor con curiosidad. Era divertido como desde que lo conoció se había portado coqueto, seductor y seguro de sí mismo pero ahora era todo lo contrario. ¿Qué era lo que había cambiado? Izuku ya tenía experiencia en ese ámbito, ¿por qué se ponía tan nervioso? Katsuki no lo entendió pero se relajó al oírle decir que solo lo había tomado por sorpresa.
"Por un momento pensé que tal vez estaba recordando algún momento incomodo del burdel"
Pensó suspirando y mirando con tranquilidad como Izuku dejaba pasar ese breve momento de tensión al comenzar a tocar su cuerpo. Katsuki miro de reojo la delicada mano pálida contornear la cicatriz en su hombro izquierdo. Alzo una ceja mirándole y ruborizándose ligeramente por la confesión que le fue hecha.
—Ya veo, entonces te gusta demasiado mi cuerpo ¿en especial esta cosa de aquí? — Canturreo ladeando ligeramente su rostro hacia la cicatriz sonriendo divertido. Izuku había retomado aquella pizca de seguridad volviendo a retomar un delicioso beso que correspondió inmediatamente.
Los labios de Izuku eran como miel, deliciosos a su parecer tanto que quería más de ellos, los beso sin parar una y otra vez haciendo ruidos húmedos por sus lenguas acariciándose mutuamente, los suaves y delicados jadeos que Izuku dejaba escapar eran más que delirantes excitándolo sin remedio.
El deseo en ambos era palpable, después de tanto haber esperado, sufriendo de la abstinencia, finalmente podían descargar todo lo que tenían cumulado.
Katsuki esperaba poder hacerlo bien, que la espera y las horas que se la paso leyendo en los foros sexuales valieran la pena.Por el momento debía iniciar despacio pese a sentir un tremendo impulso de morderlo, marcar todo su cuerpo y supo que Izuku se sentía de la misma manera al sentir como su espalda fue ligeramente arañada con deseo haciéndole arrugar el entrecejo por el ligero ardor que sintió.
Se separó del beso con la respiración ligeramente agitada y despacio abrió sus ojos mirando el rostro ajeno de forma cálida. Izuku estaba tan acalorado con un beso que le pareció tierno pero sus palabras fueron completamente inesperadas para Katsuki.
"Déjame saborearte todavía más"
—¿E-Eh? — Apenas pudo balbucear y abrió sus ojos con sorpresa sintiendo una onda electrizante correr por su nuca y entrepierna con aquellas palabras haciéndole ponerse duro por completo.
Como si de un trance hipnótico se tratara Katsuki se dejó guiar por el menor cambiando de lugar, esta vez fue Izuku quien tomó el control de la situación tomando su lugar encima de sus muslos.
Su pulso acelero al sentir como el menor se inclinó a besarle el pecho y parte del cuello lo que le provoco cerrar sus ojos y suspirar concentrándose en sentir aquellas caricias húmedas sobre su piel.
Llevo las manos a las caderas ajenas tomándolo con cuidado.
Una sonrisa ladina se le dibujo en el rostro, pues el menor estaba completamente rojo como tomate. Bajo despacio haciendo un grave jadeo pues su entrepierna ya estaba más que despierta dibujando un gran y grueso bulto inclinado hacia un lado por debajo de la toalla.
El momento no duro demasiado, apenas comenzaba a disfrutarlo cuando el pecoso se separó retomándole la vista la entrepierna. Quizá había notado lo que ocurría en su entrepierna.
"Está mirando mi pene"
Pensó sonriendo de lado y ladeando un poco la cabeza, se incorporó sobre sus codos al notar a Izuku descender hacia la entrepierna y alzando una ceja ante su extraño comentario que no comprendió de inmediato si no hasta que le noto deslizar los dedos a su toalla quitándola y liberando su erección.
—Ahora entiendo — murmuro con una sonrisa traviesa, se sentía ansioso y emocionado, Pese a haberse visto desnudos en el rio momentos tras no evito sentir un leve rubor en una de sus mejillas. Izuku parecía observar sorprendido y hambriento su falo y trago saliva al verlo acercar su boca hacia el.
El ligero rose de los labios del menor en su punta le hicieron dar un respingo, estaba sensible en esa zona al estar totalmente erecto y excitado.
La posición que Izuku tomo tampoco le ayudo a pensar en otra cosa que no fuesen ideas indecorosas. Se mordió los labios en más de una ocasión sin despegar su mirada de la boca ajena que tan solo le provocaba. Arrugo el entrecejo en impaciencia, deseaba que iniciara pero Izuku parecía divertirse torturándolo de esa manera.
Estuvo a punto de quejarse cuando sintió como el acto iniciaba con besos y lamidas que le hicieron gruñir bajo, ladeo su cabeza cerrando los ojos sintiendo la humedad de la cavidad que de pronto engullo su falo hasta la mitad. Katsuki abrió sus ojos de golpe con el ceño fruncido y haciendo una mueca de genuino placer.
"Esto ya no es un jodido sueño, el realmente está chupándolo"
Pensó con aquella expresión de placer en su rostro, resoplo dejando caer su cabeza hacia atrás aun sin perder su postura semi elevada con los codos sobre el suelo.
De forma casi instintiva extendió su derecha a la nuca del menor, enredando los rulos verdes entre sus dedos y de una estocada le obligo a engullir todo el falo hasta la raíz. A medida que el placer aumento lo hizo también el deseo de dominancia. Era la primera vez que experimentaba eso combinado a una ligera sensación de adrenalina.
—¡Ngh, Joder! — Gimió en alto ante la deliciosa y delirante sensación caliente y húmeda de su miembro dentro de la boca ajena.
Una de sus fantasías se había hecho real y esta vez no estaba dormido como para no grabarlo bien en su memoria. Ya no era la imaginación la que se encargaba de hacerle sentir su no el pecoso mismo allí frente a sus ojos.
Movió sus caderas en un vaivén suave un par de veces sintiendo como la lengua del pecoso se deslizaba por todo el tronco y las gotas de saliva empezaban a caer al piso y otras desviaron a sus glúteos.
"Se siente tan jodidamente bien que podría correrme tan solo con esto"
Pensó mordiéndose el labio y dejando salir un gutural gruñido. Miro al menor que le observaba acalorado, con los grandes ojos brillantes clavados sobre su persona, con las mejillas pecosas teñidas de carmín y un par de lágrimas asomando de las cuencas. Era una imagen tan erótica, mucho mejor de lo que imaginaba en sus fantasías.
—Eres bueno en esto, maldición —
Dijo sonriendo ladino sin soltar la nuca del menor hasta que sintió que pronto se correría, no quería correrse aún así que salió de la garganta del menor escuchando como jadeaba y tosía y se inclinó para besar su mejilla. Llevando una mano a la cadera para retirarle toalla despacio arrojándola a un lado, así ambos estaban finalmente desnudos por completo.
—Tu boca es deliciosa, pero yo también quiero conocerte mas — Sonrió en los labios del otro besándole con cariño.
Se impulsó hacia adelante haciendo caer a Izuku de espaldas contra las colchonetas, sometiéndolo. Parecía ser que el peliverde se ponía nervioso cuando tomaba el control. Supuso que en el burdel no era Izuku quien recibía atención y placer, tan solo los clientes.
Sintió leves corrientes eléctricas que le recorrieron la espalda concentrándose en su vientre bajo al abrir las piernas del menor con algo de timidez.
Se acomodó entre ellas recostándose encima del menor con cuidado de no aplastarlo demasiado, bajo de nuevo su rostro para morderle el labio, sus manos se dedicaron a recorrer con lentitud tortuosa todo el torso, acariciando con los pulgares los rosados pezones haciéndolos ponerse duros y la voz que escuchaba solo aumentaron las ganas de seguir tocándolo.
Sus cejas estaban contraídas y mostraba los colmillos en señal de estar perdiéndose cada vez más aquellos deseos.
Estaba dándose su tiempo para poderlo acariciar, era la primera vez que estaba con él, hasta cierto punto era algo torpe y no estaba del todo seguro si lo que hacía se sentía bien para Izuku, solo estaba dejándose llevar por el instinto. Aunque los adorables sonidos que percibía expresarse en el menor le daban la confianza de que lo estaba disfrutando tanto como él.
El cuerpo de Izuku se encontraba totalmente a su merced, no pudo evitar fijar su mirada en la delicada figura que tenía, desde la pequeña cintura y caderas, sin mencionar el redondo trasero que hizo palpitar aún más su pecho.
Observo la entrepierna ajena sonriendo genuino al notar su clara erección. Llevó ambas manos a los delgados hombros desnudos y lo atrajo hacia él abrazándolo y hundiendo su rostro en el cuello ajeno.
—Mierda— Gruño con esfuerzo sintiendo su pecho latir con fuerza.
Ya no habría poder sobre la tierra que los pudiera detener. Hundió mucho más su rostro en aquella piel oliendo aquel dulce aroma que tenía haciéndolo estremecer por completo.
—Eres tan Irresistible— Confesó sintiendo por primera vez esa necesidad de dejarse llevar, pasó su nariz por todo el cuello y nuca del menor y deposito suaves besos húmedos.
—Hagamos que esta sea tu primera vez de verdad — siseo a la par que se acercaba al rostro ajeno rozando sus bocas haciendo chocar su aliento. Sintió el temblor en el cuerpo ajeno, lo que le hizo a pegarlo aún más a él instintivamente.
Atrapo sus labios en un beso demandante y necesitado acompasado de respiraciones erráticas, en ese momento tomo las piernas ajenas y paso una mano por debajo de la cintura para elevarle las caderas un poco y poder comenzar a rosar ambos miembros.
Un jadeo se le escapo mordiendo su labio inferior. El deseo aumento y tomo ambos falos con una sola mano comenzando a moverla iniciando una deliciosa masturbación mutua.
Su mente estaba viajando lejos perdiéndose cada vez en esa burbuja que ambos estaban creando.
—¿Te gusta? —
Cuestiono entre jadeos pues estaba agitado, mucho, en su cara también había un ligero rubor. Detecto que el menor comenzó a mover sus caderas buscando aún más contactos. Katsuki resoplo sonriendo y aumento la velocidad de su mano. Ambos falos estaban más que calientes y húmedos despertando miles de sensaciones.
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Continuaba con su trabajo, lamiendo y engullendo con suave paciencia, examinando como es que Katsuki respingaba soltando unos jadeos que calificaba como adecuados con a su tarea. Tarareó con victoria mientras una de las manos de rubio acariciaba su cabello, tomó eso como una indicación apremiante cerrando sus ojos, sin embargo, aquella mano abruptamente le sujetó con fuerza la nuca empujándolo.
Abrió su mirada sorprendido llevándolo a balbucear por la estocada sometido en ahogo, unas tibias lágrimas asomaron en la comarca de sus ojos por el reflejo, aun así continuó con su trabajo sin titubeo, además de que no podía retroceder fácilmente por la mano a su cabeza sosteniendo sus rulos verdes.
Se movió un poco ladeando sus manos fuera de los muslos de Katsuki al percibir el incitante vaivén en sus caderas impulsándose, Izuku liberaba espasmos condensados en la acumulación de saliva en su cavidad oral con el miembro erguido, propiciando un sonido húmedo en glotonería.
Levantó su mirada ante el halago de que estaba haciendo un excelente trabajo, no era la primera vez que escuchaba algo así, pero que lo dijera Katsuki, la persona que amaba y quería consentir le dio un vuelco feliz por la aprobación.
Escuchó el gruñido áspero de Katsuki delirando en el placer.
"Va correrse, lo hará..."
Puso mayor empeño en su tarea soportando el ahogo persistente, pero el movimiento de caderas de Katsuki terminó al igual que el fuerte agarre que tenía contra su nuca. La agilización del cuerpo le hizo levantar atolondrado y confundido del frenado repentino, aprovechando para tomar una ventilación adecuada mientras tosía con torpeza tragando saliva y un poco de ésta deslizaba por la comisura de sus labios.
—¿Qué...? ¿Kacchan? —Balbuceó extrañado mientras era acostado recibiendo unos besos. —¿Conocerme? Pero ya has visto todo en mí...
Su habla poco a poco suspendió comenzando ponerse tímido, miró la faceta lúdica en Katsuki apartando la toalla de su cintura. Era extraño como podía cambiar esa actitud traviesa y coqueta cuando los papeles de atención se invertían, no estaba acostumbrado a ser estimulado de esa manera.
Los labios temblaron entre cada mordida que otorgaba en ellos, liberando gemidos con cada beso que descendía por su cuello hasta su torso. Las yemas de los dedos tanteando e incluso dando ligeros pellizcos en sus pezones le provocaron hacer lamentos obscenos.
—K-Kacchan, yo-... no tienes que... —titubeó entre jadeos avergonzados.
Sus muslos tensaron al sentir como las manos ajenas procuraban separarlos, otorgando un contrapeso cohibido de la idea.
—¡Espera, espera...! —solicitó nervioso acalorado de ver que la atención del rubio estaba en su inminente erección.
Se sentía completamente expuesto, sin ninguna ropa o algo que lo cubriera. No era la primera vez que estaban así, pero al saber que llegarían más lejos le provocaba un nervio tensar como si lo fuera: la primera vez que tendría esa clase de conexión.
Fue fuertemente abrazado con la cabeza de Katsuki sumergiendo en la curvatura del cuello, olfateándolo como inmundicia y deseo sin frenesí. Izuku estremeció del aire caliente del aliento palpar su piel.
La piel erizó por el fuerte estimulo cosquilleante de los besos recorriendo en su cuello, aunque su atención pudo calibrar en él ante lo declarado.
—¿Eh...? Mi primera vez... ¿de verdad? —Parpadeó extrañado de lo incitado, era complicado asumir algo como eso, no entendía de que manera podría haber algo así.
Recordó su primera semana trabajando en el Green Rabbit, era bastante tosco y nervioso con los clientes, lo cual era adorable para éstos y bastante atractiva la idea de un novato con facciones tan tiernas que disculpaba por cualquier tontería. La primera vez que tuvo sexo en la zona VIP fue doloroso, pero también rápido, el cliente tomó como pretexto que no se pudo contener con lo adorable que era ese conejito y como succionaba con su estrecha entrada. Deku tomó los halagos con indiferencia.
Nunca tuvo en mente el tener placer en sus servicios, solo acudía a darlo a quien lo solicitaba, buscaba las maneras más oportunas y rápidas para exprimirlos en todo el sentido de la palabra, de vez en cuando fingir placer y deseo en ello, ya que a nadie le gustaba ver a alguien tan neutro siendo follado. Tuvo un papel que estuvo fomentando en su sitio de trabajo.
—¿Cómo podría ser eso? —Preguntó con el vago sonrojo en sus mejillas recibiendo un beso en la boca que correspondió con torpeza.
Al ser elevado de las caderas con un roce del miembro caliente y húmedo de Katsuki contra el suyo le hizo respingar mordiendo la lengua ajena sorprendido.
—Lo siento... ah, es que... —le tembló la voz soltando una voz jadeante con el estimulo de ser masturbado. —Kacchan, no...
Suspiró con una respiración inquieta, sus ojos entrecerraron en el placer y por inercia comenzó a moverse también en una marcha sincronizando con la mano que sostenía su pene. El cuerpo estaba ardiendo, sentía su piel electrizada con el burbujeante deseo indecoroso.
Apenas logró asentir la cabeza afirmando la pregunta de si le gustaba, percibió la mirada perfecta en él, con el ceño ligeramente fruncido, ese tenue rubor en sus pómulos y su boca entre abierta soltando unos graves jadeos asegurando que el placer era mutuo.
—Kacchan ven, yo... quiero sentirte aun más —jadeó arqueando su espalda mientras movía sus caderas continuamente, pegó sus labios otorgando besos continuos en sus clavículas donde apenas alcanzaba colgando del cuello ajeno.
El estimulo en su miembro viril se acentuó más, provocando que sobresaltara apartándose y cayendo a la colchoneta.
—¡Muy fuerte, espera, espera...! —Gimió llevando sus antebrazos al rostro. —¡Ah! ¡Kacchan...! —voceó alarmado de la electrificante corriente que sintió elevar por su espinal dorsal.
Recordaba vagamente la ocasión en que Katsuki lo había masturbado en su baño, pero estuvo ebrio, no lograba acentuar lo que pudo haber forzado del todo esa vez, ahora mismo no era diferente, estaba siendo masajeado por esa mano callosa y el miembro húmedo en su propia saliva, Izuku se estaba quemando entre las fuertes sensaciones.
Intentó dar la vuelta evadiendo ver el gesto posesivo que traía el otro, tampoco se animaba a ver la obscenidad en la que era masturbado. Su rostro estaba descompuesto en un agónico placer, se sentía tan tímido por el mero hecho de estar recibiendo tal atención.
"¿Y se supone que yo soy el que tiene mayor experiencia en esto? Cuando se trata de Kacchan atacándome quedo paralizado."
Quería continuar, dar un paso adelante en lo que sabía que ambos ansiaban, era el momento por el que tuvieron esa contienda absurda en cuenta regresiva. Llevó sus manos a los hombros del otro empujándolo una y otra vez desesperado en que no siguiera con esa masturbación o provocaría venirse.
Jadeó cansado y avergonzado, evadiendo la atractiva vista de Katsuki con una sonrisa traviesa.
—Se siente bien, pero... si te soy sincero hay una parte que tengo mucho más sensible —confesó con timidez resignado, tomó una mano de Katsuki guiándola a su boca lamiendo sus dedos incitando varias cosas.
Sus ojos berilo estaban dilatados, con ese bombeo rápido de su corazón persistiendo esa mirada acalorada y rojiza, dando ese cuadro tanto angelical como con inmundicia desde la otra perspectiva.
—Kacchan, necesito prepararme —sostuvo relamiendo los dedos y jugueteando con su lengua. —¿Me ayudas? ¿O acaso prefieres ver como lo hago?
Sabía esa otra alternativa que le encantaba ver a los clientes en el burdel, notar como el peliverde usaba su propia saliva estimulando su entrada dando una vista tentadora nunca estaba de más, pero también estaba ese otro ámbito en el cual ellos mismos les gustaba explorar ese agujero sonrosado y contraido.
Guió la mano humedecida en su saliva recorriendo su cuerpo hasta llegar a su entrepierna de manera tentadora, rio entre dientes recordando la ocasión de la cocina en la mañana de su departamento, donde habían quedado en una situación similar pero desistieron de la idea en media provocación.
—¿Vas a vengarte? —Bromeó ante el inicio de la jugarreta que tuvo en su felación, tentandolo con su aliento una y otra vez hasta tomarlo desprevenido. Los dedos de Katsuki rosando su entrada no eran diferente, estaban ahí provocando y dando volar a la imaginación.
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Katsuki había deseado ese momento con ansias, por lo que se propuso a disfrutarlo al máximo y dar lo mejor de si para que Izuku lo disfrutara, ya nada lo detendría, lamió y mordió los labios de su amado mientras su mano continuaba con su labor masturbando ambos miembros, recorrió cada milímetro de la boca ajena con su lengua estremeciendose y sonriendo entre besos ante las caricias qué Izuku le dio tras afirmar qué le estaba gustando.
Cada milímetro que su piel era acariciada por las manos del pecoso le causaban un fuerte vuelco en el corazón, una sensación eléctrica que le recorría toda la piel erizándola inmediatamente.
Sin embargo de pronto sintió la tensión en el cuerpo de su pareja qué se estaba perdiendo en la estimación obligandole a separándose de forma abrupta, miró a Izuku caer a las colchonetas y ocultar su rostro.
Notó el placer qué recorrió el cuerpo del otro y no le causó más que una sensación de victoria y un hambriento deseo que crecía a pasos agigantados con cada pequeño sobresalto qué Izuku le dejaba conocer.
"Tan lindo" pensó ladeando su rostro.
—No ocultes tu rostro — le ordenó demandante, llevando su mano a retirar los brazos de la cara ajena logrando apreciar su adorable expresión libremente. Una qué jamás le había visto hacer, con las mejillas acaloradas, sus labios entreabiertos y la mirada nublada. Era tan lindo y erotico que sintió una punzada en su propio falo al verlo de esa forma.
—No, No quiero detenerme...— le dijo posesivo, confuso de notar qué al intentar seguir Izuku lo empujó con la intensión de frenar. Entonces entendió que estaba a punto de correrse. Sonrió divertido y decidió brindarle un poco de compasión, despacio se detuvo sin dejar de verlo pues no quería perderse ni un solo segundo de aquellas muecas qué le eran regaladas. Algo qué solo él tendria el placer de conocer.
—¿Ah si?. Muestrame— murmuro sonriendo ladino a las palabras del menor que le decían que había otra zona más sensible, suspiró dejando que le guiara la mano hacia la boca.
Katsuki apretó los labios al notar como sus dedos eran envueltos en la lengua ajena, llenandolos de su caliente saliva.
"¡Mierda, a este paso no podre ser suave, esta actuando jodida mente sexy"
Pensó frunciendo una de sus cejas empezando a mover sus dedos con la lengua tibia qué le incitaba a tener pensamientos nada sanos con sus movimientos y húmedos sonidos hasta que Izuku los retiro por voluntad propia.
Trago saliva al oirle decir que debía prepararse, sabia a lo que se refería.
Noto su mano ser guiada hacia la zona pelvica, rozando el miembro ajeno por un momento aunque ese no era el destino. Había llegado el momento de prepararlo, con ello Katsuki había confirmado qué Izuku estaba ansioso por ser tomado. Sonrió amplio de forma ladina ante el pensamiento.
—Entonces... Voy a hacerlo yo —
Advirtió en voz ronca, se incorporó un poco sobre sus rodillas y tomo las piernas de Izuku para flexionarlas y abrirlas un poco más teniendo mejor libertad sobre esa zona la cual miró mientras se relamia los labios. La generosa vista qué tenia del cuerpo del menor era realmente caliente. Tanto qué no evito gruñir y desear meterlo ya.
—Qué lindo eres aquí también — murmuro alzando una ceja y acercando su mano para pegarla en la zona perineal donde masajeo un poco antes de deslizar su dedo hacia abajo donde estaba el orificio qué esperaba por él.
— Pero antes de empezar, me asegurare de que no ocultes tu rostro de nuevo —
Llevó su mano libre a atrapar las muñecas de Izuku y elevarlas por encima de su cabeza sometiendolo por completo. Se inclino para besar sus labios mientras empezaba a deslizar la punta de su dedo medio por la entrada ajena, dibujando círculos suaves sin presionar a su alrededor para provocarlo.
Abandonó los labios para dejarlo jadear y bajo su boca invadiendo el pecho dónde atrapó uno de los pezones con los dientes, mordiéndolo cuidadosamente, lamiéndolo pasando la punta de su lengua sobre él para después volver a subir a su rostro.
—Izuku...— susurró al oído en voz ronca, en un ronroneo grave y rasposo.
—Tu primera vez... la real —le susurró de forma tranquila mientras le observaba, respondiendo a su previa pregunta de como iba a ser eso de su "primera vez de verdad".
La mirada rubí de Katsuki se llenó de un intenso brillo, trago saliva pesadamente y empezó a presionar la punta de su dedo contra la intimidad ajena. La temperatura de sus cuerpos se incrementaba cada vez más, sentía que se derretia simplemente por lo embriagante y adictivo que se estaba volviendo el tocarlo de esa forma, la suave y aguda voz que podía oír de su novio le deleitaba los sentidos.
Le habían enseñado que no debía cometer actos impuros pero Izuku ya no era más un fruto prohibido, tenía el derecho de poder tomarlo, todo el pudor y la abstinencia se habían marchado para darle paso a tomar toda la inocencia de Izuku, pues aunque sabia que ya había sido tocado y tomado por otros, sabia que era "virgen" en otros sentidos.
—Tu voz... Dejame oír más de tu voz.—
Le pidió entrecerrado los ojos escuchando como Izuku se dejaba llevar, como se estaba entregando a él, Su piel se herizo por los gemidos suaves que emitía su contrario. Aquellos que eran una melodia entrecortada, agitada y desesperada.
Ya no pudo resistir más, sintió hambre de deseo crecer a pasos agigantados con cada sobresalto del otro y empezó a introducir más su dedo.
Se relamio sintiendo como su boca salivaba ansiosa. Para Katsuki el cuerpo a su merced era una verdadera perdición, se maldecía a si mismo por desear cada vez más de él, marcar aquel cuerpo como suyo, seguía su instinto.
Libero su agarre de las muñecas ajenas y llevó la mano libre a las piernas y caderas del chico para tratar de relajarlo pues estaba temblando, no lo culpaba imagino que todas las sensaciones lo tenían con un vuelco en el pecho.
—Relajate... Estas apretando...—
Le pidió en un jadeo sintiendo como su dedo en la entrada era apretado con fuerza. Le estaba siendo difícil poder introducirlo, bajo su rostro al pene del menor para comenzar a besarlo desde la base hasta la punta en donde deposito suaves lamidas.
Una sonrisa se dibujo en sus labios al conocer las reacciones que el otro tuvo haciéndo sentir como su propia ereccion palpitaba ansiosa. Subió nuevamente al rostro del menor y beso con gentileza sus mejillas. Introdujo todo el dedo hasta el final para empezar a sacarlo despacio hasta que salio y entonces se retiro un poco para alcanzar el maletin pequeño de tela donde estaba el lubricante y los condones. Sacó la botellita de plastico y la abrió virtiendo el liquido en sus dedos y luego dejo caer una generosa cantidad en la entrada del menor.
—Quise prepararme con tiempo. — Miró coqueto al chico antes de cerrar la botella y dejarla a un lado, luego acerco su mano de nuevo hacia la entrada y nuevamente comenzó a introducir su dedo medio. Esta vez deslizó con más facilidad aunque aún podía sentirlo un poco apretado.
Se inclino para pegar su pecho al ajeno y pegar sus frentes, enfocando su mirada en el agitado aliento qué Izuku desprendia con aquella angelical expresión.
—Voy a meter el segundo. — Aviso entre susurros y besos en toda la cara del otro.
Despacio introdujo el segundo dedo sintiendo los pliegues internos de aquella entrada qué apenas comenzaba a aclimatarse a los invasores.
Katsuki jadeo en el oído de Izuku, con los ojos cerrados y gruñendo. Movió los dedos una vez estuvieron dentro, el lubricante había facilitado un poco la labor, pudo crear un vaivén suave con ellos, a la vez que todo su cuerpo se estremecia deseando introducir algo más.
Hacia mucho tiempo que Katsuki no conocia algún motivo en su vida que le hiciera sentir pleno, tan solo caminaba errante sabiendo que tenía la responsabilidad de su trabajo, pero sin algo que le guiará más allá de sólo eso.
Esa noche mientras miraba aquellos ojos verdes envueltos en placer y nerviosismo, supo que al fin había encontrado esa parte que por años creyó inexistente.
El sentimiento llamado amor, con ello confirmo qué lo amaba más de lo que imaginó. Sus caricias iban más allá de solo roces y cariños, transmitían sus emociones como corrientes eléctricas. Sentía que ese niño era su todo a partir de ese momento, sólo con él se sentía libre.
—Ah..Ya no lo soporto. — Anuncio suspirando, sus ojos se dilataron y comenzó a jadear grave. Sus sentidos se nublaron por completo. Sacó sus dedos de golpe siendo un poco tosco con ello sin querer, observando la entrada ya un poco dilatada y palpitante invitándolo a entrar.
Trago saliva y tomo a Izuku de las caderas elevando lo sobre sus muslos y posicionó la punta de su pene en la mojada entrada combinando su propio líquido con el lubricante creando un roce lento al rededor de la zona. Los espasmos en el menor eran sorprendentes, sentía un vuelco en el pecho cada vez que le miraba temblar de placer y en su mente solo deseaba hacerlo temblar aún más, quería hacerlo gritar, hacerlo llorar, quería arrancarle toda la cordura.
—Espera.. Solo voy a...— Hizo una breve pausa extendiendo la mano al maletin, tomando uno de los condones con la intención de ponérselo.
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Estaba impaciente y caliente de la idea, el roce de las yemas de Katsuki le condenaba en un pánico con nervios. Sus labios temblaron bajo suspiros ansiosos, procuró ocultar sus reacciones pero repentinamente sus manos fueron desplazadas sobre su cabeza exponiendo muy cerca del rostro del otro que le miraba de manera divertida.
—¿Kacchan...? —Jadeó en voz espesa con trémulos, ambas manos estaban cautivas bajo la pesada palma del otro.
Procuró retroceder a pesar de estar completamente acostado, restregó una sonrisa con nerviosismo al estar incapacitado así, al igual que correspondió a ese invasivo beso donde ahogó con un jadeo a la sensación del empuje de su entrada por un dedo.
Tal vez no había sido buena idea, empezó a ponerse más nervioso, ladeó su rostro queriendo estar fuera del margen de visión de Katsuki, pero no podía cubrirse en esta ocasión con sus manos. Respingó con un gemido que le hizo temblar la voz ante la ligera mordida en uno de sus pezones, rígidos y humedos en saliva por la tersa lengua que jugueteaba en él con traviesos movimientos.
La mención de que aseguraría que sería su primera vez en todo el sentido conglomerado de la palabra le hizo un escalofrío.
—Quizás por eso estoy tan nervioso, no es como... otra veces.... —balbuceó entre una lascivia y su respiración entre cortada.
Era demasiado vergonzoso, lo era a pesar de haber tenido experiencias inimaginables para alguien de su edad. Mordió sus labios procurando silenciar esos sonidos bañados en lujuria que escapaban ante los estímulos que sufría los pezones y su entrada.
Bajó sus ojos adormilados entre la pasión hacia Katsuki ante la demanda que jadeara, gimiera todo sin contenerse, como si su voz se tratase de un timbre que le estimulaba a continuar sin parar.
—Lo siento, no puedo evitarlo... —suspiró con el cuerpo bastante caliente, rojizo en el área del rostro y sus hombros donde las pecas eran más evidentes al contraste.
Intentó relajarse, dejar que continuara preparando su entrada, pero era complicado no restregar esos espasmos que arqueaban su espalda.
—¡Kacchan...! —Chilló sorpresivo al sentir la boca pasearse por su falo excitado. —¡¿Cómo esperas que me relaje si haces... cosas así...?!
Quejó con un jadeo necesitado, ya que en realidad no tenía porque hacerlo ante la agradable sensación que cosquilleaba su entrepierna. Por reflejo en sus espasmos sus piernas intentaban cerrar llegando ocasionalmente por error a apretar a Katsuki entre sus muslos.
Cerró sus puños con torpeza procurando sostenerse de algo, era tantas sensaciones que le recorrían de pies a cabeza, su cuerpo estaba tan sensible que no tenía idea de como podía llegar a doblegarse así, se suponía que ya había experimentado tantos juegos lascivos en el burdel, al final no conocía del todo como podía llegar a ser estimulado así.
Liberó un jadeo al sentir a Katsuki apartar, levantó un poco su cabeza curioso de ver el motivo, aunque también le era un momento de alivio en poder recomponer su ventilación y bajar un poco la sensación caliente de su cuerpo.
Parpadeó extrañado del comentario de haberse preparado con antelación para lo que se venía.
—¿De verdad? ¿Cómo-...? ¡Ah! —Respingó intimidado por el contraste de temperatura, sintió un líquido espeso y helado fluir entre los glúteos. —¿Lubricante? Entonces podrás...
Katsuki nuevamente se puso encima para besar su rostro y tomar su boca, en esta ocasión su falange bañada en el lubricante entró mucho más fácil. Izuku estremeció, lo sentía más invasivo curioseando en sus adentros, ladeó su rostro frunciendo el ceño y cerrando su mandíbula con fuerza al haber separado del beso.
Asintió la cabeza asertivo de que introduciera un segundo dedo, intentó arquear su espalda por el fuerte estímulo pero con el peso de Katsuki encima le era complicado, por lo que solo retorció en nerviosismo.
—...Katsuki... —llamó entre esa voz invadida en deseo, hipnotizado en la mirada granate. —Más, más por favor... —imploró con fuego en su tono.
En sus jadeos demandantes terminó en un gemido sorprendido de la brusquedad repentina, parpadeó desorientado percatando a Katsuki tenso que manipulaba sus caderas levantandolo rudamente sobre sus muslos.
Izuku abrió sus ojos ligeramente atolondrado de lo que veía, Katsuki estaba impaciente y desesperado, extendiendo un brazo para abrir una caja de condones con brusquedad.
"¿Realmente... logré encenderlo tanto...?"
Estaba atónito pero también orgulloso de la hazaña, incluso le parecía adorable como el rubio escupía unas quejas luchando con la caja. Ese momento en que fue liberado de la atención fue oportuno para tomar algo de compostura, Izuku levantó meneando sus caderas cerca de la pelvis del otro, logrando alcanzar la caja y arrebatarla distrayendo con un beso a esos labios con rabietas.
—Déjame hacerlo —ronroneó plácido con su aliento chocar a los labios en una suave risa juguetona.
A diferencia del rubio, él abrió la caja con mayor paciencia tomando un envoltorio que abrió con cuidado desde una esquina, al desenvolverlo descendió la caja al lado de la colchoneta, tomó con sus labios sin necesidad de morder la pequeña protuberancia en la punta del látex y retrocedió aún sentado.
Tomó el cuerpo del falo de Katsuki ajustándolo frente a su rostro con firmeza, estaba caliente y palpitante en su mano, levantó la mirada acechando la reacción del otro y le restregó una pícara sonrisa conservando el condón en sus labios. Avanzó hacia la punta del pene empezando a engullirlo despacio mientras lo revestía con el látex del preservativo.
Al llegar a la base atragantó un poco liberando saliva que descendía por el tronco, liberó su felación restregando un último beso en la punta.
—Ahora sí, está listo —siseó con una enternecida sonrisa candente. Levantó su cuerpo para estar a mayor altura y ahora besar sus labios rápidamente. —¿Comenzamos?
Bufó divertido recibiendo un beso húmedo y necesitado, mientras levantaba un poco para reposicionarse en los muslos de Katsuki. Separó de ese beso relamiendo los labios ajenos con dulzura.
—Kacchan, voy a acomodarme y... —susurró sujetándose de los hombros del otro mientras descendía despacio sintiendo el miembro acercarse a su entrada.
Sus indicaciones frenaron convirtiéndose en pequeñas quejas jadeantes.
—Ah... tan grande que... —gimió dificultoso pausando en descender, intentando relajar un poco más.
Al sentirse mejor y más tranquilo retomó su tarea descendiendo, la sensación invasiva expandiendo su entrada le hizo jadear nervioso, apegó hacia Katsuki abrazándole desde el cuello con una mano y la otra a su espalda con fuerza.
—Kacchan, no va entrar aún... ¡Ah! —Intervino abruptamente al sentir una fuerte estocada, el cuerpo le tembló, abrió sus ojos en grande asomando unas lágrimas en la comarca de sus párpados.
No podía moverse, estaba paralizado al tener más de la mitad del pene en su cavidad. Tenía el cuerpo tenso y le era complicado aflojarse aún. Sentía como sus paredes estrujaban el miembro de Katsuki de manera codiciosa.
—Espera... no te muevas aun, que... —Tartamudeó con una voz descompuesta, pero intervino con un grito agudo en placer doloroso al sentir como adentraba más. —¡Kacchan!
Imploró enterrando sus uñas en la espalda del otro.
"Duele, pero también se siente bien..."
Respiró agitado intentado tomar aire por la boca llevando su cabeza hacia atrás y luego acobijar entre las clavículas ajenas. Su cuerpo estaba aflojando por fin, poco a poco entre cada pequeña estocada sutil le hacía gimotear viendo estrellas.
—Ya... ya puedes moverte más, hazlo... —solicitó ocultando su rostro en la curvatura de su cuello nervioso.
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Entre movimientos torpes logro alcanzar la caja que contenía los preservativos. Trato de abrirla sin lograrlo, estaba tan impaciente qué sus dedos se movían con más rapidez de lo normal haciendo qué se le resbalara y que sus uñas no encajaran en la línea punteada para romperla. Debía de haberse visto como un idiota con ello y apretó los labios avergonzado con una vena saliendo de su frente.
Izuku se movió despacio dándole un beso qué lo distrajo por completo y la caja fue arrebatada de las manos. Miró al pecoso qué le pidió dejar abrirla a lo que el rubio suspiro y asintió.
"No es como si fuera un idiota que no puede abrir una estúpida caja... Pero no puedo negarme a ese rostro"
Pensó sonriendo de lado contemplando como Izuku rompía la cajita sin problema y sacaba el producto. Katsuki extendió la mano para recibirlo pues penso qué solo iba a abrirle la caja pero no podía estar más equivocado. Abrió sus ojos con sorpresa al notar qué Izuku se llevó el condon a la boca con la intención de ponérselo con ella.
Lo siguiente qué ocurrió le hizo entreabrir sus labios y gruñir con ansiedad. El condon le fue colocado mediante una deleitante felacion qué le provocó un escalofrío haciéndolo temblar y la mirada de Izuku le observó analítico a su reacción.
"Sabe perfectamente que se siente bien y por eso me esta mirando, que mocoso más travieso"
Se relamio lascivo, gozando de la sensación qué solo la boca de Izuku le podía dar. Al verlo alejarse dejando listo su miembro con el condon bien puesto le escucho decir que estaba listo y el rubio sonrió agitado.
—Solo deja de hab.. —
No pudo terminar su oración pues sus labios fueron presionados contra los ajenos en un beso deseoso y profundo qué correspondió de inmediato enredando sus lenguas mientras sintió como el cuerpo del menor se posicionanaba sobre sus muslos.
Llevó sus manos por inercia a las caderas de Izuku rompiendo el beso para respirar mejor, la boca del chico tenia un leve sabor al látex qué no le incomodo del todo, era una sensación nueva.
Gruño al notar como Izuku descendió despacio para empezar a introducir su miembro con cuidado en su entrada, era lento, demasiado a su parecer, el rubio quería meterlo ya, se sentía desesperado por ello, sintió la punta empezar a entrar con una tortuosa lentitud haciéndole morderse el labio y apretár los dedos sobre la piel ajena.
—Carajo... Se siente tan bien— Murmuro con la voz ronca echando su cabeza hacia atrás y arrugado el entrecejo. Podía sentir como su pene se abría paso en el cuerpo del menor, los pliegues de aquella zona lo estimulaban y acariciaban invitándolo a adentrarse aun más, haciéndolo jadear alto de forma inevitable.
Se había perdido en esa hipnótica sensación qué no se dio cuenta de que sus dedos presionaban demasiado fuerte dejando marcas rojas en las caderas del pecoso. Lo miró de reojo, estaba colgado a su cuello temblando por el acto..
—Ah, joder.. Hazlo más rápido — Rogo impaciente con una mueca placentera, ya no lo soportaba más, su paciencia estaba llegando al límite, trató de moverse para ayudarlo dándole una muy leve estocada qué causó una corriente eléctrica en ambos al mismo tiempo.
— ¿Que mierda?... Esto es increíble y apenas me moví unos centímetros —
Murmuro entre jadeos, tomo más fuerza en el agarre sobre las caderas del pecoso, le empujo hacia abajo logrando introducirlo con un poco más de rapidez.
—Ah... Aguanta ya casi esta todo adentro — Dijo agitado, presionando su cadera am trasero de su amado hasta que pudo sentirlo dentro por completo. Su miembro palpito en aquel lugar. Era un cosquilleo qué llegaba hasta su vientre y recorría hasta su propia entrada también. Se sentía tan bien qué no pudo evitar gemir alto.
Confiado en que todo estaba bien, presionó sus caderas aun más de forma tosca al principio. Tan sólo hacer eso le hizo gemir al unísono con el menor, se inclino despacio hacia atrás para recostarse con el menor encima, obteniendo una vista completa a ese cuerpo que observó perdidamente.
—Estas... Muy caliente y apretado. — Tartamudeo entre jadeos guturales, sintiendo como las paredes de Izuku le presionaban como un invasor qué deseaban expulsar, pero poco a poco comenzaba a acostumbrar a su tamaño y forma.
—¿ Te estoy lastimando?—
Cuestióno jadeando, pues le miró derramar lagrimas qué bajaban por las calientes mejillas pecosas, extendió una de sus manos para limpiarle el rastro de aquellas gotas saladas y sonrió entre suspiros sin dejar de verlo lleno de pasión.
—Seré más cuidadoso — Le susurro para luego tomarlo de las caderas de nuevo y comenzar a moverse despacio, entrando y saliendo con cuidado y sin prisa por más que su cuerpo quería hacerlo rápido.
—Ah, joder... Se siente tan bien— Gruño cerrando sus ojos con fuerza y mordiendose el labio en una genuina mueca de placer.
El vaivén comenzó con deleite, deslizando un poco mejor gracias al lubricante y los gemidos del rubio se dejaron oír con más fluidez y suavidad a la par que observó como Izuku lo montaba. Noto el miembro ajeno saltar con cada estocada qué le brindó así como los rulos verdes qué también saltaban al mismo ritmo.
"Es tremendamente erótico."
Pensó con la respiración acortada, sin embargo quería sentirlo más cerca de su cuerpo, tomo a Izuku de los brazos para jalarlo hacia él y lo abrazo apretandolo. En ese punto le era difícil medir su fuerza.
Se giro a un lado terminando por recostarse encima del menor sin salir de su cuerpo.
Invadió el tremulo pecho a su merced con sus labios mientras el vaivén continuaba, la mente y Alma del rubio estalló de forma inmisericorde, en el momento en que sintió como las pequeñas manos arañaban con más fuerza su espalda haciéndole gruñir.
Sin más espera llevó una de sus manos al miembro del pecoso comenzando a masturbarlo mientras le penetraba con un ritmo marcado y lento.
— ¡Ah, Izuku! — gemía completamente fuera de sí con la voz rasposa apretando el cuerpo de su amado. su mente se nublaba pues el vaivén que negaba a detener comenzaba a sentirse realmente placentero. Pequeñas contracciones se presentaban en su vientre y zona lumbar haciéndole gruñir más, pero ante todo ello el rubio solo buscaba enloquecer más a su querido novio.
La ronca voz de Katsuki se escuchó con más fuerza cuando aumento la velocidad y profundidad de sus estocadas, pudo sentir como la punta de su pene golpeaba algo suave al fondo.
La dulzura qué tenia al inicio culminó con ello. Katsuki empezó a moverse mucho más agresivo, haciendo qué el cuerpo bajo su cuerpo se retorciera en placer absoluto.
—Di mi nombre... Fuerte — Gruño posesivo entre jadeos prolongados, excitandose cada vez más al oír su nombre ser gritado por su pareja. El sonido de sus cuerpos chocar al ritmo de sus penetraciones era sucio y delicioso.
Su mano movía el miembro del menor con un ritmo igual de rápido creando ruidos húmedos qué le hacían relamerse sediento, bajó a los labios ajenos para besarlos y morderlos con brusquedad convirtiendo los gemidos en quejidos ahogados hasta que sus pulmones exigían oxígeno obligandolos a separar.
La respiración de Katsuki era erratica, con el rostro ya perlado en una fina capa de sudor, miró al pecoso a los ojos con una sonrisa coqueta mostrando sus colmillos.
Pudo sentir su miembro ser apretado en contracciones haciéndole soltar maldiciones al aire en el mejor de los sentidos y su mano aumento la masturbación en el falo ajeno.
—Izuku... Quiero ver como te corres — susurro grave al oído ajeno con su aliento caliente chocando en el.
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La boca de Izuku se abrió en un estado de shock cuando Katsuki empujó todo el camino dando una estocada y forzando su entrada, chocando los testículos contra los suyos.
—¡Kacchan...! —Balbuceó en un ahogo con el nombre que escapó en sus jadeos, las lágrimas aparecieron con mayor frecuencia provocando derramar por el rostro sin estar consciente de eso.
Sentía que se le estaba yendo el aire por más que intentaba ventilar adecuadamente, Katsuki empezó un ritmo de castigo con un obsceno ruido de piel sobre piel haciendo un eco en esa tienda de campaña.
—¡Hah... muy fuerte! —Jadeó Izuku apretando sus manos a la piel en la espalda del otro. El dolor fue opacado con el vaivén que le envolvió la sensación eléctrica de su cuerpo. —Estoy bien... Más fuerte, por favor, oh-...
Cerró sus ojos con fuerza doblegado en el placer e intentando mover las caderas al mismo ritmo que aceleraba el rubio. Tomó lo que tuvo al alcance en esa posición, besando con desespero y necesidad cada parte en él: la mejilla, la boca, el mentón, el cuello, esa curvatura donde acomodaba plácidamente succionando surcos de piel y ahogando sus gemidos al morderlo lo más leve que su cordura podía mantener.
Percibió como el rubio recostaba dejándolo totalmente expuesto encima de él. Su miembro le estaba invadiendo completamente, con cada estocada en la que intentó responder en pequeños saltos que subían el volumen de ese sonido de la piel en sus muslos y glúteos chocar con la pelvis.
—No me lastimas... —respondió embriagado en el placer entre sus saltos cabalgándolo —¡no me lastimas, no lo haces...! —echó su cabeza hacia atrás mordiendo su labio inferior.
A pesar de lo declarado, era complicado para él moverse. De no ser por el lubricante hubiera sido más doloroso haber sido tomado, se suponía que se había preparado pero su cuerpo simplemente no estaba acostumbrado al gran pene del rubio, considerando que había un notable diferencia en sus alturas era predecible.
Estaba exhausto, toda la estamina en sus saltos fueron bajando el ritmo pero el otro se veía impaciente y con mucha necesidad, por lo que repentinamente Izuku fue tirado siendo abrazado y girado a estar abajo del mayor.
Arrugó el entrecejo, los ojos dilatados y entrecerrados con esa boca húmeda que vislumbraba la punta de la lengua mientras tomaba aire. Observó la mirada contundente y jadeante de Katsuki.
"No puedo seguirle el ritmo aun..."
Pensó derrotado, había considerado estar en óptimas condiciones luego de todas esas semanas de recuperación pero su cuerpo perdió mucha fuerza por lo que fue forzado y su estado mental.
Liberó un espasmo trémulo de sentir aun las estocadas con el pene hinchado de Katsuki dentro de sí y como descendió a besar y morder su torso húmedo en saliva y sudor. Sin saber corresponder adecuadamente rodeó la espalda aferrando sus dedos temblorosos que deslizaban a sus costados dejando delgadas líneas rojas bilaterales.
El ritmo era tranquilo y suave, sintió como su pene fue tomado comenzando un masaje en todo el tronco que le hizo sobresaltar con un chillido agudo.
—¡Espera, es demasiado...! —tartamudeó apretando su mandíbula con su rostro de suplicio, que fue correspondido con una exigente y blasfemo aumento de las estocadas.
Las iris de Izuku se fueron hacia atrás arqueando su espalda, frotándose bruscamente mientras era penetrado su cuerpo estaba tan tenso y aun así apenas podía tomar los costados de Katsuki.
Podía sentir como adentraba al fondo con los testículos llegando al límite de acceso en una brusca intensidad, creía haber sentido todo con sus paredes internas, pero en un momento dado llegó una sensación salvaje y suave.
—¡Gh...! Ah... tú, Kacchan... —suspiró sin poder formular palabras, Katsuki había dado con un punto bastante sensible en él que le provocaba perder la cordura solo liberando jadeos extasiados.
La agresividad en la que se movía hasta podía considerarla salvaje y fuera de sí, el cuerpo de Izuku perdió mucha fuerza en su tensión y resistencia, dejándose llevar por el tosco vaivén golpeando su cadera.
"Va a partirme..."
Katsuki estaba jadeando y gimiendo grave a su oído, demandando que dijera su nombre, de lo apretado que estaba y de la delicia que presenciaba en todos sus sentidos. Hizo que la cabeza de Izuku mareara en un placer fuera de lugar.
—Kacchan... Kacchan... ¡Kacchan! —Respondía ante la bestialidad de movimientos entre cada estocada, subiendo el volumen. —No puedo más, voy a...
El vientre se le contrajo, su miembro se sacudió y disparó por toda la mano del otro quien masturbaba frenético.
Apretó sus facciones y posteriormente las suavizó al momento de correrse, echó su cabeza hacia atrás mirando estrellas. Percibió a Katsuki tensar gruñendo en sus jadeos, dando una persistente estocada que concentró hasta llegar al fondo.
Izuku gimió suavemente ante la sensación bombeante y plena del semen caliente que invadía el preservativo dentro de sí, Katsuki le presionó tan profundo como pudo como si buscara asegurar su marca de propiedad.
Ambos estaban agitados y acalorados. Apreció como al correrse se echó encima de él, sintiendo como el sudor frío chocaba en sus torsos. Izuku elevó sus brazos rodeandole desde el cuello para besarlo a pesar de apenas poder ventilar exhausto.
Segundos después separó con el peso de un hilo de saliva bajar en sus labios, acechó con sus ojos entre abiertos, parte de su fleco pegado a la frente húmeda, restregando una sonrisa soñadora y cansada.
—...Te amo —suspiró entre su cansancio mirando vagamente el brazalete que todavía portaba en su muñeca tras la nuca de rubio. —Gracias por el regalo de cumpleaños, nunca olvidaré esta noche... Despues de todo, fue nuestra primera vez.
Restregó con una risueña sonrisa acariciando el rostro de Katsuki.
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Entre el brillo de la hoguera, las luciérnagas y la luna de esa noche de verano, Katsuki se había envuelto en un mar de sensaciones completamente nuevas qué le hicieron conocer una nueva adiccion.
Tomar a Izuku había sido mucho mejor de lo que imagino en sus sueños húmedos, el toque de sus dedos en la piel expuesta del chico dejándole moretones por la fuerza de su agarre, sus labios dejando manchas rojizas en rosas las zonas qué se le antojaban y sus dientes mordiendo a placer en los hombros, cuello, abdomen, piernas, dejando una hilera de dientes marcados en la lechosa piel.
Katsuki estaba siendo muy apasionado sin darse cuenta. Ignorando qué la brusquedad se sus acciones ya había hecho llegar al límite al menor bajo su cuerpo.
Oirle gritar el mote cariñoso qué solo el menor le decía le provocaba aun más volviendo sus estocadas mucho más agresivas logrando alcanzar aquel punto interno y dulce de Izuku qué los volvía locos a ambos.
—¿Te vienes? —
Murmuro relamiendose al notar la repentina tensión del pecoso, tal como imaginó el semen salio disparado del miembro del menor llenandole la mano y parte del torso, un poco llego a su rostro cerca de los labios y saco la lengua para limpiarselo con ella mientras restregaba una sonrisa amena observando a detalle cada mínima acción de Izuku. Su rostro llegando al órgasmo y su cuerpo llenándose de su propio semen fue lo más erotico qué jamás había visto provocandole sentir una fuerte corriente qué recorrió desde su espalda a la punta de su pene qué seguía en el deleitable vaivén.
—Agh! Mierda —Gimio sintiendo qué el también llegaba a su clímax tras un par de estocadas después del órgasmo de Izuku pues fue gracias a eso que sintió como el interior ajeno le apretó inmisericorde a base de espasmos qué lo devoraban hambriento.
Inevitablemente se corrió liberando su órgasmo y dejando salir un fuerte gemido al tiempo que dio una última e invasiva estocada antes de dejarse caer sobre el menor y corresponder a su beso con cariño.
Al separarse para recuperar el oxígeno le miró fijamente. Verlo agitado, con el rostro empapado se sudor y la adorable expresión enamorada le causo una montaña rusa de sentimientos.
—Yo te amo más Izuku — murmuro recargando su mejilla a la mano qué le acariciaba y rio suavemente, no en burla si no de ternura, pues ahora el cuerpo del menor yacía inmóvil, jadeante, cansado y ligeramente empapado de sudor, sin duda una imagen realmente hermosa que solo él tenía la dicha de conocer.
— Aun no he terminado —advirtió mientras despegaba el cabello pegado a la frente del menor para depositar un beso gentil y se separo para salir del interior del menor con cuidado. Se retiró el condon haciéndole un nudo y lo dejo a un lado para tomar uno nuevo qué se colocó con rapidez.
— No tienes que moverte, déjamelo a mi, tu solo disfruta... Niño del cumpleaños— siseo con travesura tomando a Izuku de los hombros y lo giró dejándolo boca abajo, aprovecho para lamer y olfatear su espalda, arrancándole tímidos gemidos que eran ahogados entre las almohadas, su corazón latía desenfrenado cada vez que oía su voz .
Tras observarlo y recorrer con la mirada un par de veces aquella suave y pálida espalda, tomo las caderas de este y lo alzo dejándolo puesto sobre las rodillas, beso su espalda baja y acarició suavemente los glúteos separandolos con sus manos.
—Te llevare al cielo bebé —
Murmuro en un tono meloso y posesivo al mismo tiempo para luego introducir su miembro despacio en esa nueva posición, sosteniendo al menor de las caderas qué pego a su pelvis hasta hacerlas chocar comenzando a embestirlo una y otra vez haciendo que el pecoso se ahogará entre las almohadas.
— ¡Tan... Pequeño!—
Jadeo al sentir de nuevo invadir aquella intimidad, esta vez de forma más brusca y más profunda.
Un suave aire fresco entraba por la entrada de la tienda de campaña relajándolos a ambos y haciéndoles sentir frio a comparación de la temperatura de sus cuerpos, volviendo su encuentro aún más placentero, la luna era la única testigo de su amor en ese momento.
Katsuki comenzó a gruñir, el sudor bajo por su cuello y pecho empapandolo, al igual que su rostro acalorado. La sensación de embestirlo lo volvió loco, pero mas aún fue el ver la espalda enfocando su mirada sobre un punto exacto. El cuello y hombros. Un impulso le obligó a inclinarse y pasar sus labios por encima de la piel de esas zonas. Al compás de sus arremetidas y jadeos no pudo evitarlo ni aguantarlo más, deseaba a ese chicl como suyo, quería marcar todo su cuerpo aun más quería que solo fuera de su propiedad. Su Izuku.
Extendió una de sus manos para tomar la mano de Izuku y entrelazar sus dedos mutuamente mientras qué la otra se sostuvo fuerte en la cadera del menor. Observó el trasero enrojecido del pecoso debido a sus embestidas.
"Qué jodidamente lindo"
Pensó echando la cabeza hacia atrás dejándose llevar arremetiendo contra aquel cuerpo a su merced hasta que una fuerte corriente eléctrica le recorrió toda la espina dorsal, su corazón se aceleró al borde de estallar y una oleada de calor le recorrió, en ese mismo instante un hormigueo en su vientre le atacó con fuerza haciéndolo correrse de nuevo.
Después de semejante oleada de sensaciones se movió un poco lento un par de veces más antes de salir del interior ajeno y cambiar el condon una ves más, al final termino por tomarlo un par de veces más antes de notar como el menor perdió toda la fuerza, eso le había parecido lindo, por lo que con suavidad recorrió sus glúteos y espalda hasta llegar a sus hombros, miró las heridas qué le dejo en todo el cuerpo y suspiro preocupado.
"Carajo, creo que me pase de fuerza"
Tomo al choco de los costados y lo giro despacio dejándolo boca arriba para ver su rostro y se recostó a su lado pasando su brazo por debajo del cuello del menor y lo apego a su pecho, bajo despacio para besar su cuello y su pecho y subir hasta besar sus labios de nuevo luego beso su frente y su nariz.
—¿Estas bien? —
Le preguntó para luego besar su mejilla.
Hacerle el amor a su novio había sido increíble. Por que además de conocer las maravillas del placer que sus cuerpos podían darles, pudo sentir más allá de solo sensaciones físicas.
—Eres mío Izuku.... Solo mio —
Le dijo entre graves susurros mientras le abrazaba con más fuerza, solo fueron necesarios unos meses para que ese niño lograra derretirle el corazón. Katsuki seguiría siendo grosero, frío, e irreverente con los demás porque a él no le importaba demostrar sus emociones a otros, pero con él era diferente, se lo había ganado y sólo a él le mostraría su lado vulnerable.
Su pecho subía y bajaba errático por su recién orgasmo pero poco a poco se fue acompasando hasta que pudo respirar con normalidad. Ambos estaban empapados en sudor y en fluidos de sus propios cuerpos pero era algo que no le importaba.
Solo sentía la necesidad de quedarse así, piel a piel y sintiendo la suave brisa fresca que entraba por la abertura de la tienda.
Se sentía por completo aliviado y eso lo hizo relajarse casi al grado de quedarse dormido.
Se separó un poco para ver el rostro de su cautivo, se miraba agotado pero hermoso.
No había palabras que pudieran describir lo que sentía en ese momento.
Suspiro sonriendo para quitarse el condon pero algo llamo su atención haciéndole llevar un dedo a su falo por encima del látex notando algo de color rojo.
—Esto es... — miró su yema con aquel liquido y abrió sus ojos tensandose, se aparto para ver al menor tomando sus glúteos para separarlos notando qué de la entrada salía un poco de sangre, era muy poca, apenas una mancha, pero fue suficiente para hacerle sentir asustado.
—Lo siento Izuku — imploro abrazandolo. —Fui demasiado rudo. No me supe controlar, lo siento —rogo preocupado, Solo atinó a abrazarlo con cuidado y depositar pequeños besos en su frente mientras oía su repirar y el latido de su corazón, tomó una de las sábanas y la uso para cubrirse ambos con ella.
Acomodo al menor entre sus brazos acurricandolo y dio suaves caricias en la cabeza ajena.
—Te amo, descansa un poco — susurro suave a su oído, cerró sus ojos sintiéndo el calor de ambos cuerpos ser compartido.
A la mañana siguiente, Katsuki despertó primero, Izuku seguía entre sus brazos profundamente dormido, sonrió cautivado por la dulce cara apacible del chico. Acaricio con el dorso de su mano la mejilla pecosa y dejo un beso sobre la misma antes de levantarse dejando al menor envuelto entre las sábanas.
Se movió sin hacer mucho ruido, la fogata ya estaba apagada tras haberse consumido los leños en su totalidad durante la noche, alcanzó la ropa que había dejado a un lado en la tienda para vestirse no sin antes enjuagarse un poco en el río.
Dejo la ropa de Izuku a su lado para cuabdo despertara y salió de la tienda para empezar a encender una nueva fogata más pequeña y calentar en ella una tetera con agua potable.
Extendió una mesita y dos sillas plegables donde coloco un par de tazas con un sobre de te verde dentro y dejo también un par de bocadillos.
Ttas unos minutos escucho removerse al menor y se asomo adentro de la tienda notando qué finalmente estaba despertando.
Se acerco justo cuando el menor abrió los ojos.
—Despertaste... — murmuro con una suave sonrisa sin mostrar los dientes y bajo para darle un beso en los labios, el recuerdo de todo lo que habían hecho la noche anterior le avergonzo un poco pero estaba feliz.
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