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Bañera

Katsuki escucho con atención la indicación de Izuku, saldría hasta la media noche, faltan un par de horas así que se quedaría esperando ahí mismo pues pensaba que regresar a casa y luego volver a ir era un desperdicio de tiempo y gasolina. Suspiro con la tranquilidad de que se había llevado el arma y confiando en que la usaría si hacía falta.

—Más te valía decir eso — Bromeó al despedirse y oír la promesa de Izuku respecto a que volvería, quiso acompañarlo hasta la puerta, pero pensó que sería demasiado, también debía darle su espacio para que no llegase a sentir inútil con el tobillo herido. Así qué se despidió con el movimiento de una mano y lo observó moverse rápido en un pie hasta llegar a una puerta ladera de la principal.

"Ese es el acceso al personal entonces"

Pensó frotando su barbilla y luego se reclinó en el asiento. Quizá dormiría un poco. Después de todo las últimas noches habían sido pesadas y tenía el sueño acumulado. Habían sido tantas emociones las qué lo embargaban qué había olvidado el asunto del caso.

Sacó su móvil y lo revisó, no había notificaciones de Aizawa y como un milagro tampoco de Camie, eso último le pareció extraño tras las amenazas qué le dijo la noche anterior, no dudaba qué realmente lo odiara ahora bajo la imagen de ser un "infiel".

Activo una alarma para que sonara justo a la media noche. La lluvia cayendo sobre su auto, y la calma de la oscura calle le arrullaron hasta hacerlo caer en los brazos de Morfeo durante un buen rato. Hubiese seguido dormido de no ser por el fuerte y repetitivo sonido de la alarma qué ahora, si ya marcaba la media noche.

Abrió sus ojos despacio notando qué la lluvia había bajado de intensidad, se había convertido en una llovizna suave.

Noto que no había mensajes o llamadas de Izuku, así que quiso imaginar que todo estaba en orden.

Espero unos minutos, no había señal de Izuku por ningún lado y comenzó a sentirse un poco ansioso.

—¿No se habrá atrevido a dejarme de nuevo o sí? — cuestionó en voz baja comenzando a mover sus dedos de forma ansiosa sobre el volante, haciendo una melodía improvisada con las uñas.

Pensó en llamarle o enviarle un mensaje cuando a lo lejos pudo notar qué un par de siluetas se acercaban al auto lo que le hizo ponerse alerta de inmediato.

Encendió los faros para iluminar notando qué se trataba de Izuku quien era ayudado por otro sujeto qué no conocía pero que q juzgar por su uniforme era alguien de limpieza. Parecían tener dificultad para caminar sin tambalearse.

Cuando estuvieron al lado de su puerta, Katsuki bajo la ventanilla y arrugó el entrecejo al oírle hablar, pero apenas procesaba la pregunta del hombre cuando el estrepitoso gritó de Izuku le hizo sobresaltar en su lugar.

Abrió amplios sus ojos ante el mote qué este le había soltado a los cuatro vientos. Jamás le habían llamado por un apodo meloso como lo era "Kacchan" qué rápido entendió el juego de palabras. Le hizo sentir sumamente avergonzado haciendo contraer sus labios.

—Pero que mierd...— murmuro dándose cuenta además de que no solo Izuku le había llamado por un apodo meloso como se acostumbraba hacer en pareja en Japón, sino que además estaba ebrio.

Su rostro enrojecido, el tambaleo de su cuerpo sin mencionar además el rastro de hipo qué tenía junto a la tonta y amplia sonrisa en el rostro.

Katsuki chasqueo los dientes y bajó del auto para tomar a Izuku liberando al hombre de la limpieza de lidiar con él.

—Está muy pasado de copas, tenga cuidado de regreso — Dijo el hombre y Katsuki asintió sosteniendo firmemente a Izuku con un brazo.

—Gracias por ayudarlo. — hizo una leve venía con su cabeza para ayudar a Izuku a entrar al auto, efectivamente pudo detectar el aroma alcohólico en su boca al hablar.

Parecía decir muchas cosas sin sentido lo que le hizo reír mientras le abrochaba el cinturón y guardaba su mochila en la parte de atrás.

—¿Qué es eso de Kacchan? ¿Eh?. Suena algo tonto, pero creo que es lindo —

Murmuro acomodándose en su lugar y notando al chico divagar, aunque aún tenía un poco de razonamiento.

—Mierda si qué estás ebrio, ¿cuánto bebiste?!, más te vale no vomitar adentro o te mató ¿entendido? — Advirtió en falso reproche acercándose a tomar el rostro caliente del menor, inspeccionándolo para ver si no tenía nuevas marcas de algún cliente mal intencionado. Todo parecía estar en orden a excepción de los labios hinchados y rojizos. Quizá había tenido una sesión larga de besos e imaginarlo le hizo gruñir en protesta.

Ahora que estaba más seguro de lo que sentía por él, imaginarlo en brazos de otros y besándose a saber de qué más, le hacía sentir ligeramente molesto. ¿Eran celos? No lo identificaba bien.

—Hey, Izuku... — paseo una mano frente el rostro de Izuku llamando su atención.

—¿Puedes decirme la dirección para llevarte a casa? No soy adivino sabes —

Pregunto suspirando, por suerte aun pudo notar un poco de cordura en él chico al formularle su dirección tras unos momentos en los que pareció meditarlo.

"Esta más que ebrio, en ese estado es fácil que alguien se aproveche de él, menos mal que estoy aquí para llevarlo a casa, Joder qué problema, ¿y si es así todo el tiempo? Vendré por él todas las noches"

Pensó un poco preocupado al dejar divagar su mente sobre múltiples escenarios en donde veía a Izuku ebrio y los taxistas o alguien fácilmente tomando provecho. No dejaría que eso pasará.

Conocía la ubicación ya que en más de un par de veces había ido a esa zona de la ciudad para arrestar a traficantes menores y algunos ladrones. No era el mejor barrio, pero había peores.

Se puso en marcha tomando el volante con una mano mientras que con la otra movía la palanca de las velocidades y de entre momentos tomaba la mano del menor para acariciarla con mimo y verlo de reojo.

Le parecía irónico el cómo se había quejado de sus idiotas amigos, evitando la salida con ellos para terminar llevándolos a casa ebrios y ahí estaba justo en la misma situación qué evitó, pero la única diferencia es que se trataba de Izuku y eso lo volvía importante en vez de una molestia. Entonces algo en su mente acudió.

"¿Vivirá solo?, ¿Qué voy a decir si alguien de su familia esta con él?, mierda"

Pensó al no saber exactamente si Izuku vivía solo o con alguien más, no habían tocado ese tema, esperaba por todo el amor de Dios qué estuviese solo pues no había preparado algo que decir y el presentarse a si con su familia no daría la mejor impresión.

Tras unos minutos, llegaron al viejo edificio donde vivía Izuku, se estacionó en la zona para autos no había ninguno supuso que nadie en ese lugar podía costearse uno, eran lugares donde la renta era muy económica y por lo regular era ocupado por familias muy pobres o personas solas sin hijos o mascotas.

—Llegamos, andando —

Le ayudó a caminar hasta que subieron por un viejo ascensor al piso donde vivía el chico, al llegar a su puerta Katsuki sonrió leve y acarició el rostro de Izuku tan solo un par de segundos.

No pudo evitar notar lo viejo que estaba el edificio, supuso que el interior de los apartamentos eran igual de descuidados pero eso a él no le parecía que fuera algo malo, después se todo el venía de orígenes humildes, ver el ambiente decadente de aquella zona le hizo recordar cuando vivía con su madre en un apartamento igual o más chico que ese, hasta que conoció a su padrastro Masaru y prácticamente les había salvado de seguir viviendo en esos lugares.

—¿Debo tocar o tienes llave? —

Preguntó recibiendo la respuesta de que vivía solo. Eso le quitó un peso de encima y con la indicación de Izuku busco la llave debajo de una maceta falsa qué estaba al lado de la pierna a forma de adorno, tomó nota mental sobre ese detalle para luego ver cómo Izuku bajaba la mirada avergonzado, eso le pareció lindo de su parte. No lo culpaba por avergonzarse de vivir en un lugar tan pequeño y económico, pero a Katsuki no le importaban esas cosas. Había pasado noches en lugares peores mientras hacia sus investigaciones

Al encontrarla la llave la introdujo en el cerrojo y sonrió al notar qué si encajaba, la giro despacio para no hacer mucho ruido y entraron, todo estaba oscuro y no tenía idea de donde se encendía la luz, así que prendió la lámpara de su móvil buscando el interruptor el cual encontró detrás de él al lado izquierdo y lo accionó.

Miro de un lado a otro cerrando la puerta tras de si, el lugar era muy pequeño, tal como imagino, apenas y había un par de muebles, notando una cama individual, un escritorio de madera viejo y encima varios libros y carpetas junto a una lámpara de noche, había un pequeño espacio qué parecía usarse como cocina en donde había tan solo una estufa eléctrica y una nevera pequeña, media casi la mitad de su cuerpo.

—Es pequeño... Pero es acogedor —

Murmuro sonriendo mientras ayudaba a Izuku a tomar asiento en un sofá para dos personas qué estaba cerca a la entrada.

Luego observó un mueble con algunos libros, comics y unos marcos de fotografía, en ellos estaba a quien reconoció era izuku de más joven al lado de una mujer regordeta idéntica a él. Supuso qué era su madre, tenía el mismo cabello verde y grandes ojos redondos. Katsuki sonrió amplio con ternura. Ya le preguntaría más tarde.

Regresó hacia donde a Izuku y se sentó a su lado. Parecía estar aun ebrio así que suspiro.

—No quiero dejarte solo en estas condiciones. Me quedaré esta noche aquí para cuidarte—

Le dijo en voz bajita pero seguido solo escuchó una negativa. Katsuki se encogió de hombros y rio.

—Descuida puedo dormir en el piso, no me molesta. Ahora... Necesitas quitarte los zapatos —

Persistió en su decisión con seguridad tomando los pies del menor para quitarle los ostentosos tenis rojos qué llevaba puestos. Teniendo especial cuidado con el pie herido el cual acaricio con suavidad.

—No te dejaré solo —

Le dijo seguro de sus palabras si perderle la vista. Podría irse temprano y llegar directo al trabajo en la mañana siguiente o podría hablar a la oficina para pedir un permiso. Al final de cuentas su ayuda era necesaria y estaba más tranquilo de estar con él hasta que se le pasará el efecto del alcohol.

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Al percibir a Katsuki bajar del auto la sonrisa en Izuku se amplió, su cuerpo se sentía muy pesado por lo que en un impulso se dejó sostener por en el intercambio hacia el brazo de rubio siendo guiado a subir al auto mientras extendía su diestra en señal de despedida para el compañero que le ayudó a salir del burdel.

Ante la pregunta del mote ladeó su cabeza viendo como Katsuki se instaló frente al volante.

—¿Qué tiene de malo? Es lindo, así como tú —manifestó con una risueña voz. —Tu nombre es complicado de decir, mi lengua pesa —quejó tanteando su boca, posteriormente retomó al otro ante la pregunta de cuanto había tomado y la amenaza que no llegara a vomitar. —Ehh... ¿Tú también me vas a regañar? Mirko ya lo hizo, pero no tuve opción tenía que entretener a los clientes de alguna manera... —balbuceó afligido preocupado de molestar al rubio.

La siguiente pregunta con sarcasmo para que le diera su dirección le hizo olvidar todo lo anterior cambiando su actitud, levantó un dedo índice mencionando la calle y zona como si fuera un recital robótico, la tenía muy bien memorizada.

En el camino estuvo hablando tan despreocupado de cosas simples que habían sucedido en su día, hasta de cualquier percance que observaba en el camino con otro coche o peatonal, incluso alarmó por lo caliente que se sentía la piel de Katsuki que sostenía su mano mientras manejaba con la otra al volante.

Llegaron a la zona en donde ya estaba estacionando e inmediato Izuku reprochó.

—Te aviso que no es tan grande como tu casa, como vivo solo no tengo porque buscar un espacio más grande, además el alquiler de la renta es decente para mí. Nadie imaginaría que Deku vive por aquí —bufó divertido siendo auxiliado a bajar del coche.

En el trayecto con el chispiteo de la lluvia su sonrisa poco a poco esfumó, la lúdica invitación pasó a ser un nervio por la impresión que daría a Katsuki, subiendo por el viejo elevador que le faltaba algo de mantenimiento por los sonidos oxidados que daba al frenado se sostuvo nuevamente con fuerza al brazo del otro para andar mientras señalaba la puerta del fondo en ese pasillo.

Ante la pregunta de la llave Izuku quedó en blanco, tanteó sus bolsillos queriendo recordar, miró su mochila que cargaba Katsuki en uno de los hombros y pronto señaló a una maceta.

—He perdido tantas copias que mejor la dejo por aquí —mencionó en voz tranquila. —Así puedo encontrarla más fácil en caso de que me sigan y encerrarme —bromeó en decadencia.

Observó con una expresión neutral mientras el hipo le provocaba unos espasmos como Katsuki lidiaba en agachar por la llave y encajarla en el cerrojo. Entraron a oscuras, el rubio siendo más precavido, pero Izuku ya conocía perfectamente le lugar por lo que no le importaba la ausencia de luz, pronto el interruptor fue encontrado.

—Bienvenido a mi humilde morada —sonrió débil sin entusiasmo de alardear o seguir bromeando con eso dejándose caer en el viejo sofá removiendo el cabello de su frente hacia atrás.

Resopló con cansancio notando como Katsuki inspeccionaba con su vista el entorno, desde luego que eso podría ser algo fuera de lugar para alguien como él, pero no se podía evitar, tarde o temprano sabría más de lo que gira en el ambiente del peliverde.

El chico apartó su mano de su frente restregando una amplia sonrisa en alivio al escuchar que era acogedora, a pesar de ser un sitio pequeño por lo menos él procuraba mantener limpio y en orden su espacio. Estuvo a punto de ofrecerle un vaso de agua o una toalla para secarse por la llovizna que tiznó su cabello, de paso agradecerle por haberlo llevado a salvo, sin embargo, su boba sonrisa desapareció ante el comentario de que se quedaría a cuidarlo.

—¿Eh? Oye pero no necesito que me cuiden, ya no me duele el tobillo y estoy bien —mencionó extrañado, estaba ignorando el hecho de su condición por la embriaguez. —Además de que no es tan cómodo como acostumbras en tu departamento... ¡¿cómo crees que dejaría a Kacchan dormir en el piso?! —Respingó indignado de la idea, después notó como le ayudaba a retirar los zapatos llevando una mueca por el dolor de su tobillo inflamado a pesar de lo cuidadoso que fue. —Bueno, tal vez me duela un poquito...

Infló una mejilla incómodo arrugando el entrecejo preocupado de la insistencia, pero pronto atenuó por el hipo que le hizo dar un espasmo.

—Kacchan también es terco, ¿lo sabías...? —Sostuvo resignado extendiendo su cabeza hacia todo el respaldo del sofá.

Su rostro aún estaba enrojecido por el alcohol, sus pupilas permanecían ensanchadas y diluidas, suspiró el aliento que le daba una sensación caliente. Abruptamente una arcada surgió, por lo que sin dar aviso se puso de pie dando saltos apenas sosteniendo el equilibrio golpeándose incluso con un mueble en el camino, abrió la puerta del fondo adentrando a lo que es baño, pronto se tiró de rodillas frente al retrete para soltar todo ese material vomitivo que contuvo esos segundos.

El cuerpo ya no podía metabolizar más alcohol que el portado, así que tuvo la imperiosa necesidad de expulsarlo rápido por ese método. El escozor en su faringe y nariz era tan ácido que cerró los ojos con fuerza, al terminar de expulsar todo unas lágrimas por el reflejo previo asomaron, recargó su frente al antebrazo y con la otra mano rápido acciono la palanca del retrete culposo.

—Kacchan, perdóname, sí vomité... —mencionó culposo recordando la amenaza del carro.

Frotó su mano al residuo en su barbilla y observó que algo también quedó en parte del torso de su saco por el descuido, miró por el rabillo del ojo buscando otro rastro en el suelo, pero pudo contenerse hasta llegar ahí.

Usualmente al volver siempre a casa después del trabajo tomaba una ducha antes de dormir, no le gustaba la idea de estar tanto tiempo embarrado en alcohol, sudor y saliva de otros, y esa noche no sería excepción, por lo que tiró de sus ropas encima de su cabeza atorando en su torpeza, sin embargo, llegó a ser auxiliado por el rubio quedando en el suelo solo con los pantalones puestos.

Levantó el rostro un tanto desequilibrado acechando con neutralidad a Katsuki que estaba de pie a su lado arrojando ese saco y camisa sucia a un pequeño cesto.

—Necesito ducharme, ¿me vas acompañar? —Incitó divertido con esa boba y amplia sonrisa ebrio.

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Izuku ya había empezado a entender un poco de su estoica actitud qué al mismo tiempo era atenta e insistente, pero solo cuando algo le importaba como hacer crecer esa relación qué ahora estaba creando con él de poco a poco.

Aunque solo habían pasado un par de semanas ya sentía varias cosas por ese chico. Desde una profunda atracción hasta el deseo de cuidar de él. ¿Era posible que en tan poco tiempo surgiera tanto? No habían tenido la oportunidad de hablar profundamente el uno del otro y Katsuki sabía que debía contarle toda la verdad sobre él. Qué no era un vendedor de seguros si no un agente de la policía investigadora.

—No tienes idea de cuánto. — Respondió con una sonrisa ladina hacia el comentario respecto a su persona aún no se acostumbraba a ese meloso mote, se sentía extraño al ser llamado "Kacchan".

Con suaves movimientos había empezado un masaje en los pies de Izuku y al mismo tiempo quito el vendaje con la intención de cambiarlo por uno nuevo, abrió la boca para preguntarle en donde tenía el botiquín medico cuando de un rápido movimiento Izuku se le escapó de las manos.

—¡Oye! —

Llamó en alto al verlo atravesar el pasillo a saltos inestables dirigiéndose a lo que parecía ser el baño. Rápido se puso de pie y fue tras él escuchando como vomitaba, se detuvo en el marco de la puerta observando qué todo estuviera bien. Izuku parecía haber descargado bastante cantidad, su respiración agitada y las lágrimas asomándose de sus cuencas lo confirmaron.

—Diablos Izuku... Tu cuerpo no tolera demasiado el alcohol ¿verdad? ¿Cuánto bebiste? —

Preguntó un tanto confuso, sabía que si impedimento para bailar le había costado tener que beber según recordó sus palabras en el auto.

Noto que Izuku parecía querer quitarse la camisa, imagino que la había manchado así que se acercó para ayudarle tomando de las orillas de la camisa para alzarla hacia arriba y despojarlo de ella.

—Está bien, no fue en el auto así que... — Bromeó a su disculpa mientras le quitaba la ropa hasta dejarlo únicamente con los pantalones. La hizo bola y la deposito en el cesto qué idéntico cómo el lugar de la ropa sucia.

Suspiro y busco con la mirada algún otro lado donde hubiese ropa limpia, ya estaba haciendo un meticuloso plan de ayudarle a ponerse la pijama, quizá cocinar algo e irse a dormir pero Izuku le irrumpió el pensamiento con la invitación a acompañarlo a bañarse.

Le miro con una ceja en alto y parpadeo un par de veces. ¿Había oído bien?

—¿Eh? — fue lo único que pudo gesticular pues su mente de pronto quedo en blanco.

"¿Quiere... Qué nos bañemos juntos o solo que lo acompañe?... ¿Como se supone que puedo negarme si me sonríe de esa forma tan... Agh"

Rasco su nuca y con el entrecejo fruncido asintió. Quería aparentar estar relajado pero el leve muy apenas notorio sonrojo en una de sus mejillas se presentó al no poder evitar imaginar a Izuku completamente desnudo, hasta ese momento solo había logrado ver lo que los ajustados trajes de conejo le dejaban exponer.

—Bien, pero primero lávate los dientes y enjuaga tu boca — le dijo ayudándolo a ponerse de pie y acercándolo al lavabo para que pudiera cepillarse en lo que él abrió la llave de la bañera para llenarla, el agua salió un poco fría, pero ajustó hasta que pudo sentirla caliente. Mientras se llenaba miró al menor, con el torso descubierto pudo ver su pálida piel con varias pecas dispersas en los hombros, parte del pecho y costados, también noto sus pezones qué eran más rosados y grandes de lo que imaginaba. Cuando acabo de lavarse la boca Katsuki se acercó y lo tomo de la cadera llevando sus manos al cinturón.

—Voy a quitarte esto también apóyate bien—

Trago saliva desviando la vista al suelo y desabrocho el cinturón despacio aflojando el pantalón el cual retiro con cuidado.

Inevitablemente miro la entrepierna ajena cubierta con la ropa interior un poco ajustada y mil pensamientos inadecuado llegaron a su mente. Desvío la mirada y termino de retirar los pantalones y calcetines los cuales también deposito en el cesto a excepción del cinturón el cual dejo sobre el lavabo.

En cambio, él se quitó el saco y dobló las mangas de su camisa hasta los codos para evitar mojarse, aflojando también en nudo de su corbata. Cerró la llave del agua y vertió el jabón haciendo espuma con sus manos.

—Está listo —

Avisó al menor tras un suspiro y le ayudo a acercarse para sentarse a la orilla de la bañera y que pudiera meterse al agua.

Katsuki le dio la espalda para que terminara de desvestirse y evitar ver algo que sabía que le quitaría el sueño toda la noche. No porque le diera vergüenza pues ambos eran hombres y sabía que Izuku no tenía nada que él no tuviese también. Pero era el mero hecho de conocer toda la intimidad ajena lo que le hacía sentir "emocionado".

—¿Estas listo ya? — preguntó girando su cabeza un poco logrando ver solo como Izuku deslizaba al agua y con ello apenas un poco de su trasero. Eso fue suficiente para tensar a Katsuki qué se sentía como un completo pervertido. Trago saliva de forma pesada deslizando por su garganta seca y se giró para acercarse. Respiro por la boca despacio calmando toda esa maraña de ideas que si les dejaba seguir terminaría encerrándose por horas con un papel higiénico.

Izuku parecía más relajado, quizá el efecto del alcohol había bajado un poco, pero aún mantenía ese sonrojo en sus mejillas pecosas y la sonrisa amplia. Quería comérselo a besos.

—Cierra los ojos — le pidió para luego mojarle la cabeza y poner un poco de shampoo sobre ella. Empezó a tallar con suavidad los rulos verdes creando espuma y el aroma a manzana verde del shampoo llegó a su nariz. Era relajante también para él. Luego la enjuago notando qué el cabello mojado de Izuku era mucho más largo de cómo se veía seco y enrollado en los rulos qué tanto le hacía ver lindo. Ahora era un montón de cabello verde y ondulado qué caja escurriendo el agua.

—Te ves gracioso — Dijo entre risas dándole el jabón y la esponja para qué comenzará a tallarse el mismo.

Cualquier acción que viniera del menor le agradaba, era dulce, perfecta y aquella sonrisa le provocaba mil sensaciones en el estómago.

Sabía que Izuku era muy joven e inexperto en varios sentidos, podía ver qué tenía una vida dura. ¿Dónde estaba su familia?

Seguro sabía cuidarse a sí mismo o eso esperaba, por un segundo pensó que su relación con él era ya casi la de una pareja formal pues se preocupaba por él, lo cuidaba y le estaba dedicando tiempo, además de dejarlo besarle y llamarlo "Kacchan", cosa que ni en un millón de años hubiera permitido hacer a nadie.

Sin duda alguna se estaban enamorando.

—Izuku. — le llamó con calma, tomando su mentón para elevarlo ligeramente, se inclinó despacio y ladeo su rostro a su contraria para encajar y besarlo con añoro.

"No es justo, mientas tu sonríes tan despreocupado, yo estoy aquí, quemándome por dentro, volviéndome loco"

Pensó profundizando el beso y arrugando el entrecejo. Su cuerpo estaba inquieto. Necesitaba al menos un pequeño contacto, quería expresar toda su frustración en aquel beso necesitado.

꧁_____꧂

Ladeó su vista como si estuviera confundido de la petición de lavarse los dientes y la boca.

—¿Eres mamá o algo así? —Bromeó divertido, aunque la sonrisa pronto se esfumó. —No estaría mal verla una vez más...

Siendo auxiliado se puso de pie caminando hacia el lavado y empezó con su tarea frotando sus dientes obediente, haciendo un par de gestos desagradables por el sabor forzoso de la crema dentífrica con flúor, el alcohol y el vómito combinados en la lengua entumecida. Escuchó el agua del grifo de la bañera empezando a llenar mientras la temperatura era ajustada y retomó a su tarea de asear la boca, posteriormente la enjuagó con fastidio escupiendo al lavado.

—Aún me pesa la lengua —quejó en voz alta recargando sus manos al mueble del lavado, segundos después fue levemente tirado de su cinturón que era desabrochado, Izuku estuvo permisivo sin mucho esfuerzo en ayudar mientras tanteaba la cabellera rubia como aprobación.

Dibujó una sonrisa admirando la suavidad de su cabello en silencio, como si fuera la primera vez que lo palmeara, al escuchar que lo bajaría su pantalón simplemente asintió sosteniéndose de los hombros de él siendo guiado con cuidado a retirarlo de su tobillo lastimado.

—Eres muy cauteloso, me gusta eso —manifestó cómodo levantando sus pies a retirar los calcetines. —Comienzo a creer que tienes mucha experiencia en este tipo de cuidados, ¡ah! Es verdad, tus amigos... —mencionó con ligereza chasqueando un par de dedos recordando cuando se los llevó casi arrastrando ebrios del Green Rabbit.

Observó desde su mismo lugar, como si esperara la siguiente indicación a Katsuki verter jabón en la bañera y éste solo arremangando las mangas de su camisa.

—¡Eh! ¿Sólo eso? Kacchan también te mojaste en la lluvia, no te vayas a enfermar —indicó con represalia como si tuviera gran experiencia en lo dicho. —Al menos calienta un poco tu cuerpo con un baño en agua caliente, o bueno, después puedes bañarte, los dos no cabemos aquí dentro o tal vez sí pero muy apretados —río divertido de la idea siento llevado a tomar asiento al borde de la bañera.

Izuku quedó algo confundido de ver que el otro daba media vuelta como si estuviera por retirarse, pero solo estuvo paciente, rascó su cabellera y miró de un lado a otro queriendo indagar hasta que se dio cuenta que aún portaba la ropa interior.

—Me has visto igual o peor como Deku, no hay nada diferente en esto —dijo sin pena recordando los atrevidos trajes que usaba en el burdel.

No le iba a insistir mucho en ese tema, por lo que el mismo se retiró la ropa interior y resbaló hacia la bañera dejando un poco de agua salir por su peso dentro, soltó un suspiro agradable de la sensación.

—Sí, ya estoy dentro —celebró tranquilo levantando su palma con algo de agua y espuma soplando entretenido a que levitara en el aire algunas burbujas.

Giró de reojo al ver como Katsuki acercaba de nuevo al margen, por lo que otorgó otra de esas quisquillosas amplias sonrisas recargando al borde uno de sus brazos. El haber vomitado fue tan desagradable, pero eso le hizo sentirse un poco más reacio a la embriaguez.

La orden de que cerrara los ojos no la comprendió hasta sentir el espeso líquido caer en su cabeza mientras era frotado provocando espuma, en seguida acató la orden agachando un poco para dar mayor facilidad, incluso levantó una de sus manos acompañando en tantear las manos y queriendo ayudar con algo de torpeza.

Parte de la espuma resbaló por su cuello y ante el comentario de tener una apariencia graciosa retiró algo de la espuma estirando su cabello a indagar.

—Pero si está normal —exclamó extrañado, ya que no era nada nuevo a lo que recordaba al bañarse.

Sujetó el jabón comenzando frotarse los antebrazos, posteriormente recorrió la esponja por ellos deslizando por sus hombros, torso y cuello que estaban sobre la superficie del agua.

—Tus manos son tan agradables, es como un masaje —dijo relajado entretenido en tallarse la piel con la esponja. —Debería intentarlo contigo cuando te bañes, ¿qué dices?

Sumergió parte del cuerpo enjuagando un poco su cabeza y con ello aprovechó para tomar suficiente jabón en sus manos levantando unas burbujas en el aire, picando con sus dedos aquellas que alcanzaba, entre ellas una que deslizó cerca del rostro de Katsuki, que le hizo arrastrar su mano a tantear su rostro.

Restregó una sonrisa mostrando sus dientes mientras el resto de las burbujas descendían a su alrededor, escuchó su llamado y su rostro ser sujetado para levantar un poco.

Iba a preguntarle que pasaba, pero furtivamente sus labios fueron envueltos en un cálido beso, no dudó en corresponder. Sus mejillas aún estaban con un rubor por el residuo de alcohol en su sangre y sentía su cuerpo aún muy caliente, sobre todo su lengua que ahora mismo jugaba en la boca del otro.

Llevó una mano tras la cabeza de Katsuki impulsándolo consigo, o más bien para que no apartara, quería que fuera duradero ese entrañable beso. Su otra mano mojada aprovechó para remover un poco su cabello en parte de su frente hacia atrás tratándolo con cariño y cuidado, pese a estar ebrio sabía bien cómo manejar un beso duradero en que hipnotizara en continuar prolongado mientras su lengua movía en un vaivén.

Lento separó un poco dejando un rastro de saliva entre su distancia chocando sus ventilaciones de forma torpe, Izuku descendió sus manos entre caricias por su rostro hasta llegar al cuello de su camisa sujetándolo entre sus manos mojadas tirando con insistencia de él.

—¿Por qué no quieres? Ven conmigo, Kacchan —llamó en un modo caprichoso queriendo llevar al rubio dentro de la bañera. —El agua está a buena temperatura, no estoy tan sucio, ¿o sí? Quiero seguir besándote abrazados.

Estar jalando la camisa sin nulo progreso lo exasperó, ¿cuánta fuerza podía tener un sujeto que no le llevaba tanta edad? Chasqueó la lengua y con el entrecejo arrugado se impulsó un poco a levantar, en esta ocasión ya no iba a jalar ahora él mismo se empujó contra Katsuki saliendo de la bañera.

Parte del agua salió con el chico, entre todo el jabón hizo que ambos resbalaran llevando a Katsuki caer de espalda contra suelo recibiendo a Izuku encima amortiguando su golpe. Algo asustado de lo ocasionado se levantó un poco en sus rodillas a los lados de las caderas en Katsuki y levantó su torso cargándolo en sus palmas al suelo teniendo sometido al otro bajo de sí.

—Wo-woah... eso sí que me asustó —mencionó con sus ojos muy abiertos, giró de reojo a la bañera notando el sitio de la caída, pronto retomó con una faceta neutral hacía el rubio abajo. —Pero mira nada más, estás todo mojado también.

Burló con una espesa risa notando como la camisa estaba empapada pegándose a su cuerpo, pronto indagó en la corbata jugueteando con ella como si estuviera ajustándola de forma simétrica a mitad del torso.

—No te golpeaste, ¿verdad? —Preguntó algo tarde al recordar la caída.

Enderezó un poco su espalda sentándose en el vientre y pelvis del rubio observando su apariencia, estaba gran parte de su ropa mojada y su cabello caído con residuos de espuma en diversas partes del cuerpo. Izuku recorrió su diestra por su cabeza apartando un poco de la espuma y posteriormente en su torso, aprovechando en aflojar un poco más esa corbata mientras desabrochaba unos botones de la camisa para recorrer su mano con suavidad por sus pectorales arrastrando algo del jabón.

—Entonces... ¿ya puedo lavarte también? —siseó entretenido.

Su mirada relajada en una espesa sonrisa difuminó recordando algo relevante.

—Oye, es verdad, nosotros estábamos besándonos —dijo con un gracioso reclamo indignado al haber olvidado su motivo inicial de esto, por lo que antes de tener algún reproche inclinó acostando su cuerpo sobre Katsuki para someterlo en un beso impaciente mientras frotaba su torso contra él.

꧁_____꧂

Las emociones empezaban a fluir como el agua de un río, suaves y calmadas al igual que la forma en que Izuku había correspondido el beso qué le entregó de manera sincera.

Una de sus manos viajo a la nuca mojada del pecoso y casi de inmediato sintió su cabello ser removido hacia atrás por él, así como el profundizar el contacto qué rápido se volvió una delirante danza de sus lenguas con suavidad.

Tan irreal como un sueño, el beso fue duradero, esta vez lo suficiente para que Katsuki pudiese guardarlo en lo más profundo de su memoria y guardarlo con recelo.

Al romperse el contacto, abrió sus ojos despacio encontrando el rostro de Izuku qué le miraba con súplica al tiempo que le jalaba del cuello de la camisa.

De no ser porque se había detenido de la orilla de la bañera, hubiese sido llevado hasta el agua.

—¡Espera, espera, oye! —

Apenas y pudo formular las palabras ante los comentarios del pecoso qué le pedían entrar al agua con él para seguir besándose. La oportunidad le estaba siendo entregada en bandeja de oro. Pero había un pequeño detalle, Izuku no estaba en sus cinco sentidos y tampoco deseaba aprovecharse de un chico ebrio.

Al notar el forcejeo qué hacía le hizo reír por lo bajo, el chico no era muy fuerte a comparación suya, así que apenas y lograba moverlo y la molestia ya se veía reflejada en su rostro de forma graciosa.

—Solo estás estropeando mi ca— No pudo terminar de hablar pues de pronto sintió el fuerte impulso ajeno directo hacia él, tan rápido como pudo reaccionar atrapó a Izuku en sus brazos al tiempo que el agua jabonosa le hizo resbalar impidiendo poder mantenerse de pie.

Apretó los ojos con fuerza al sentir el golpe qué recibió toda su espalda pues al haber protegido a Izuku no había podido amortiguar nada recibiendo todo el impacto con el cuerpo y que por poco hubiese recibido su nuca también. Gruño en respuesta quejándose por el dolor punzante en la espalda baja mientras soltaba a Izuku. Abrió despacio sus ojos notando qué le tenía encima y todo su cuerpo se había mojado también.

— ¡¿Estas loco?! ¿Qué mierda fue eso Izu... —se quedó mudo al verlo, la mera imagen mental qué ahora se había instalado en su cabeza le causó un cortocircuito. Izuku estaba totalmente desnudo, sentado justo en su pelvis.

Katsuki balbuceo palabras inentendibles sintiendo su frecuencia cardíaca aumentar a niveles peligrosamente altos. Rápido desvío la mirada, pero era demasiado tarde, había visto absolutamente todo encendiendo el lado más indecoroso de su mente.

—Deberías quitarte de encima — Tartamudeo, pero su orden fue ignorada, en cambio Izuku había comenzado a tocarle de forma sugerente empeorando aún más la situación. Las manos mojadas tanteando su pecho le hizo morderse el labio y gruñir como un perro rabioso.

"¡Mierda detente Izuku!"

Las caricias qué este le daba con el pretexto de limpiarlo se sentían sumamente bien, tanto que de forma inevitable su cuerpo empezó a entrar en ese estado qué por naturaleza era imposible controlar.

—Muévete — pidió en un último intento de hacer entrar en razón al chico, pero todo se fue al carajo cuando el pecoso se recostó sobre su cuerpo para besarle de forma demandante a la cual correspondió de igual manera, desesperada, necesitada y acalorada.

"No, esto no está bien, ¡debes detenerte!"

Pensó apuñando los ojos y llevando sus manos a los costados de Izuku deseando poder frenarlo y quitárselo de encima, pero nada de eso ocurrió, sino todo lo contrario, su mente le jugo sucio haciéndolo desear solo una cosa que Izuku ya le estaba provocando convirtiendo el río de su mente en una fuerte tormenta.

—Mierda, basta... No podré controlarme — rogó entre suspiros rompiendo el contacto, pero lo volvió a crear casi de inmediato contradiciendo sus propias palabras. Estaba cediendo a sus deseos dejándose llevar. Todo el asunto moralista se rompió, Katsuki quien pesaba tenía una voluntad difícil de doblegar, estaba ahí ahora, sin poder aguantar ya la necesidad y deseo de ir un poco más allá esta vez. Después de todo, sabia y sentía en el alma qué Izuku lo complementaba de alguna manera que ni el mismo entendía, Izuku parecía desearlo también.

No pudo evitar tensarse al notar como comenzaba a moverse de una forma tan perdida que le hizo tragar saliva y entreabrir su boca respirando pesado. Las caderas del chico se meneaban como suaves olas sobre su cuerpo a propósito para provocarlo aún más y vaya que estaba funcionando.

De su boca salió un grave gruñido por la fricción que sentía en su entrepierna que cada vez crecía más.

—Mng... Carajo —

Expresó de forma dominante tomando a Izuku del cuello para atraerlo a su boca, sediento de los labios ajenos haciendo chocar sus alientos y besándolo una vez más, esta vez mordiendo sus labios con un poco de agresividad.

Sus manos tocaron las caderas del chico para subir a palma abierta a su cintura y luego desviarse al pecho el cual apretó con fuerza rozando su dedo índice por los pezones del pecoso poniéndolos duros al instante.

— Tan dulce —

Le murmuró desviándose al oído para dejar un beso sobre él de forma posesiva y bajar por el cuello cubriendo con besos cada moretón qué aún tenía por el maldito cliente como deseando querer borrar esas marcas con su boca, luego las manos bajaron por la espalda hasta apretar sus glúteos haciendo jadear y temblar al pecoso, cosa que le encantaba. La voz y el cuerpo a su merced ya lo delataban, haciéndole saber que se estaba sintiendo bien con sus caricias por lo que no se detuvo. No quería hacerlo.

Lo giró despacio dejándolo boca arriba en el suelo. Sus ojos brillaron al tener una nueva vista de ese hermoso cuerpo húmedo, caliente, pero sobre todo suyo.

Porque si, Izuku era suyo.

Su pecho latió con fuerza al ver el tono uniforme y pálido en todo el cuerpo, en cierta zona que ya estaba más que despierta había un suave tono rosado qué le hizo morderse el labio y afilar la mirada con lujuria.

Una de sus manos viajo a la entrepierna desnuda tomándola para comenzar a masturbarlo mientras observaba atento cada reacción ajena, sus labios entreabiertos y jadeantes pidiendo por más.

Katsuki solía hacer ese tipo de cosas en sí mismo, por lo que tenía experiencia dando placer con la mano, sonrió sabiendo que hacía bien su trabajo al oír los jadeos y gemidos ahogados de su cautivo. se acercó para besarle posesivo y demandante mientras aumentaba la velocidad en su acción sintiéndolo humedecerse, paso su mano libre por debajo de la cintura ajena haciéndolo arquearse, sus lenguas se enredaron compartiendo el calor y la lujuria del momento.

¿Como es que toda su voluntad se había ido a la mierda por un pequeño accidente?

Todo era tan irreal qué por un segundo pensó que se trataba de un sueño muy lúcido. Si eso debía ser, solo un sueño.

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Se estaban besando con fogosidad, Izuku saboreaba cada movimiento escuchando los balbuceos de Katsuki porque detuviera, pero no les prestaría atención, así como ese par de manos que sujetaron su cadera en un vano intento por levantarlo, bufó para sí divertido de sentir como ese gesto se convirtió en caricias.

—¿Controlarte? Solo continúa —reprochó moviendo su cadera sobre la pelvis de Katsuki en un incitante vaivén sonriendo con dicha ante la sensación de un tumulto bajo de sí que comenzaba a despertar.

Volvió a inclinar relamiendo los labios en el rubio y a besar con deseo, escucharlo jadear entre gruñidos quejumbrosos se había hecho un entretenimiento fabuloso, le comenzaba a gustar ver esa faceta imparcial y dubitativa en Katsuki sin darle oportunidad de razonar.

Fue jalado del cuello en un hambruno deseo de saborearlo, Izuku espetó una risa entre dientes entretenido de ese gesto que cesó ante las mordidas a sus labios que ya tenían la precuela de estar un poco inflamados y rojizos por sus sesiones en el trabajo horas atrás.

Un sobresalto con un jadeo le hizo retroceder en escalofrío ante las caricias que sufría sus pezones poniendo tan rígidos como su entrepierna.

—Vamos, que esto es un juego para dos, ¿no? —Exclamó con una traviesa sonrisa inclinando a morder con deseo la parte del pecho en Katsuki que estaba descubierta para dejar un surco rojo en un delineado dental que pronto besó atenuando cualquier dolor por el desnivelado control que tuvo al morderlo sin llegar a abrir una herida. —Kacchan, quiero devorarte completamente.

Imploró hundiendo sus dedos con fuerza en la tela de la camisa mojada. Percibió por su mirada el cómo Katsuki regocijaba en la divina sensación de la piel afelpada brindado por el tacto de ambas manos a su trasero lo llevó a un espasmo sobresaltando.

El brillo en sus ojos dilatados giraron de reojo verificando las manos que lo ayudaban a menearse sobre la pelvis de rubio. Jadeó una y otra vez ante el agradable masaje, que aseguraría fuera más entretenido sin esas ropas que entorpecían el cruce de la piel.

Las manos ascendieron una vez más a tomarlo desde la cintura para guiarlo a recostar al suelo, Izuku persistía en ese rubor embriaguez debajo de sus pecas en las mejillas, escapando una risa cómplice con las cosquillas repentinas. Sus mechones estaban pegados a su frente empapados en agua y algo de espuma blanca permanecía entre los surcos de sus clavículas.

El pecho se le inflaba con una ventilación entorpecida y sentía el corazón agitado, bombeando en desespero, relamió los labios admirando el cuerpo tonificado que podía indagar un poco entre las prendas mojadas.

—Ven, vamos a deshacernos de eso —ronroneó en un impulso de levantar sus manos removiendo la camisa sobre el vientre para sujetar la hebilla del cinturón y comenzar a desabrocharlo en impericia.

Su labor fue interrumpida por la súbita sensación donde las manos de Katsuki descendieron a manipular su miembro viril que ya estaba despierto y excitado.

—¡Kacchan...! Espera, yo quería... —balbuceó entre jadeos alarmados que pronto le hicieron cambiar de parecer su tono en necesidad. —... No te detengas... —suspiró.

Sus manos descendieron al vitropiso abruptamente levantando algo de agua, sus dedos temblaron con los espasmos sin poder cerrarlos adecuadamente.

El masaje en su miembro era agradable, suave y con una intensidad que pronto iba acelerando, la fricción era incluso tan fácil con ayuda del agua jabonosa que no provocaba irritación.

Los alaridos de Izuku fueron aumentado de volumen cegados en el placer, retomó con Katsuki percibiendo su reacción acechante y victoriosa a los gestos lascivos a causa del tacto. Una mano ajena rodeó su cintura para levantarle, arqueando su espalda y liberando un gemido placentero.

Izuku se estaba preguntando qué clase de faceta indecorosa traería encima para que Katsuki le estuviera apreciando así, mordiéndose el labio y restregando una sonrisa.

El corazón le bombeaba tan fuerte, sentía su cuerpo tan caliente como si estuviese en un sauna, pero eso era a causa de su estado alcohólico y lujuria persistente de la situación.

—¡Ngh...! Kacchan, Kacchan... ¡Kacchan...! —recitó una y otra vez elevando su volumen entre jadeos lascivos.

El estímulo fue tanto que sentía llegar a un éxtasis colorando sus rostro aún más, cerró sus ojos con fuerza arrugando el entrecejo, liberando un último sobresalto enarcando la espalda y explotar en un orgasmo. Parte del líquido seminal se disparó quedando en su vientre, la mirada estaba completamente ensanchada, exhausta y descompuesta, jadeando por captar suficiente aire.

Toda rigidez en su cuerpo fue liberada, sus músculos estaban flácidos efectuando el dejarse caer al suelo completamente de no ser porque Katsuki todavía rodeaba su cintura con la mano desocupada para descenderlo con cuidado.

Izuku levantó una mano a tomar el cuello de la camisa para jalarlo, en esta ocasión ya sea por la gravedad o por el hecho de que el rubio obedeció a dejarse guiar le inclinó consigo para besarlo dulcemente en la boca con un esfuerzo al estar respirando tan agitado.

—Tienes... unas manos mágicas —elogió con una sonrisa torpe cerca del rostro ajeno. —Permite que este conejito te devuelva el favor —arremetió con una lamida dejando un recorrido de saliva por el mentón.

Mencionó tomando un poco ese papel de Deku confundiendo un poco el entorno por algunas similitudes que cruzaron por estar borracho.

Sus manos temblaron no por nervios, era por la torpeza y cansancio mientras terminaba de desabotonar la camisa y entender sus palmas por el abdomen de Katsuki casi colgando como un koala, dando besos en su torso y pequeñas mordidas con anhelo.

Volvió a recostarse en el suelo para tener mejor vista de aquella delicia de hombre, sus músculos tan bien trabajados como imaginó, aquellas marcas que había dejado en surcos rojos por su pecho, también vio un pequeño tramo de algo que lucía como cicatriz apenas asomando por la camisa en su hombro pero no le tomó relevancia.

—Sabía que eras perfecto, pero esto es demasiado —bufó estableciendo un poco mejor su ventilación.

Tragó hondo y descendió sus manos hacia esa hebilla donde había sido interrumpido antes, sus manos tiritaban desabrochando el cinturón por muchos motivos, desde el cansancio por último orgasmo que fue un golpe duro por estar ebrio, hasta su cuerpo que estaba enfriando estando ahí desnudo en el suelo frío con agua espumosa.

—No te preocupes, voy a consentirte adecuadamente —decretó relamiendo sus labios mientras desabrochó el botón y descendió el cierre del pantalón. —Estoy temblando de la emoción, no porque sea el nervioso chico de escuela secundaria superior que no sabe qué hacer —dijo con una burbujeante sonrisa.

Percibió el sobresalto y la tenue reacción diferente en Katsuki, por lo que ladeó su rostro confuso.

—¿Eh? ¿No te lo había dicho ya? —Objetó intentando descender un poco el pantalón del rubio. —Tengo 17 años... ah... es verdad, dije otra edad como Deku, mmh... bueno, esto será nuestro secreto, pero no le digas nada a Kat-Kacchan aún... — susurró divertido llevando su índice contra los labios ajenos a los suyos a modo de silenciar. —No quiero que se enoje por haberle mentido...

Estaba perdiendo la noción del tiempo y persona adormilando su cuerpo, tras ese orgasmo sus energías fueron severamente drenadas. Sus párpados estaban siendo cada vez más pesados cabeceando hacia atrás.

—Soy un chico malo, pero no debes saberlo —masculló con una espesa sonrisa cerca de la oreja de Katsuki hasta dejarse caer completamente al piso cayendo inconsciente.

La herida en su tobillo, el sobresfuerzo en estrés por alcanzar en el parque a Katsuki, adjunto al acoso del taxista, las sesiones en el burdel y el alto nivel de alcohol en su sangre pagaron factura por fin, su cuerpo demandó descansar sometiéndose a caer rendido. Izuku quedó dormido en el suelo del baño.

꧁_____꧂

Las miles de sensaciones qué su cuerpo recibía eran tan fuertes qué no sabía cómo reaccionar, su cuerpo entero se movía por instinto y su mente estaba nublada, embriagado por la mezcla de seducción y la hermosa voz de Izuku qué cada vez era más intensa, nublándole los sentidos y la razón. Lo único en lo que podía pensar era en la sensación del tacto de sus cuerpos, los roces, la temperatura qué aumentaba y el deseo creciente de verlo llegar a su clímax.

Era la mayor y más placentera experiencia qué estaba teniendo. Ese chico de ojos verdes y pecosas mejillas qué le robo el aliento desde que sus miradas se conectaron. Él mismo con el qué sentía tenía una conexión qué iba más allá de lo entendible, le había hecho caer en su juego como un ratón a la trampa.

Izuku gemía llamándolo por ese curioso apodo qué había surgido de la nada. El también lo llamaba en suaves susurros por su nombre repitiéndolo como si fuese su mantra personal.

Oírle decir "Kacchan" hacia qué su pecho latiera con fuerza y algo le apretaba el alma. Como si fuera un llamado qué solo entre ellos entendían. Algo muy íntimo.

Entre besos Katsuki no dejaba de gruñir suave mientras sentía como el cuerpo del menor se tensaba a cada vaivén de su mano qué estimulaba la intimidad ajena. En ese momento noto a Izuku verle con un rostro tan dulce qué quería comérselo a besos y así lo hizo sin importarle dejarlo sin aliento.

Su amplia mano no dejó de acariciar todo lo que estaba a su merced tocando desde la cintura subiendo al cuello y bajando a sus piernas. Recorriéndolo como queriendo marcar como propio hasta el último milímetro de ese cuerpo.

Sintió como su miembro se hinchaba, volviéndose más grande y grueso. Estaba más que excitado y su erección comenzaba a doler atrapada bajo la prisión de tela qué eran sus pantalones y ropa interior.

Katsuki tembló de pies a cabeza sintiendo el orgasmo de Izuku muy cerca al notar su respiración acelerarse de golpe.

Entonces, en el justo momento en que su mente hizo explosión, el cuerpo ajeno se tensó para luego liberarse de una forma tan exquisita qué jamás había imaginado ver. su orgasmo llegó con tanta intensidad qué no pudo evitar dejar salir un grave gruñido mientras se deleitaba la pupila con la armoniosa imagen de Izuku retorciéndose y gritando de placer qué duro lo suficiente para hacerlo sonreír ampliamente.

El viscoso liquido se disparó entre ambos llenando el torso de Izuku y un poco de su pecho. Se inmediato sintió al bailarín perder su fuerza y lo dejo bajar de su mano con cuidado.

—Qué rápido... —

Le susurro en un hilo de voz con una sonrisa victoriosa, mientras contemplaba su frágil figura y su lindo rostro qué lo volvía loco. Agitado se separó un poco para darle espacio y que pudiera respirar mejor, pero Izuku le atrajo a sus labios una vez más antes de halagarlo.

—¿Qué cosas estas diciendo? —

Dijo en falso reproche, estaba bastante excitado, pero su único deseo era que Izuku disfrutará incluso más que él, quería oírlo jadear, gemir, ver su cuerpo, tocarlo, conocerlo. Se dejo hacer escuchado a Izuku decirle que le devolvería el favor llamándose a sí mismo "conejito" lo que me hizo arrugar el entrecejo.

"¿Cree que esta en el burdel? ¿Por eso hizo todo esto?"

Pensó meditabundo sintiendo la húmeda legua dejar su rastro en su mentón, cosa que le distrajo haciéndole cerrar sus ojos en conjunto de las caricias qué nuevamente le eran otorgadas por las manos contrarias.

Alzó una ceja notando como su camisa era desabotonada con impaciencia y torpeza haciéndole negar con la cabeza al cumplido qué vino después.

—¿Ah si?... Quiero ver eso — respondió en complicidad a las palabras traviesas de Izuku qué aseguraba "consentirlo". Katsuki llevo sus manos a la nuca del pecoso adivinando qué es lo que sucedería y se estaba relamiendo los labios con miles de ideas en la mente de cómo se vería Izuku en plena felación, notó que las manos temblaban y se movían lento, eso le hizo gruñir en impaciencia, estuvo a nada de ayudarlo cuando sus siguientes palabras lo dejaron pálido en su lugar con los ojos bien abiertos.

—...¿Qué dijiste? —

Se separó de inmediato tomando al menor por los hombros y encarándolo. Quiso pensar que había escuchado mal.

—Dijiste... ¿Secundaria superior? —

Cuestionó confundido sintiendo el palpitar de su pecho aumentar en tensión. Le miró tratar de bajar sus pantalones lo que detuvo de inmediato.

"¡¿ESTO ES UNA MALDITA JODIDA BROMA?! "

Pensó apretando los dientes, pero Izuku parecía estar fuera de sí, confirmando lo que Katsuki especulaba con precaución antes de esa noche. Tenía 17 años apenas y era un mocoso al cual prácticamente acababa de tocar. Todo se vino abajo sintiendo como un enorme peso le caía encima por la espalda y por un segundo escucho las sirenas de una patrulla tras de sí.

—Estoy jodido —

Murmuro llevándose una mano a la frente haciéndose su cabello hacia atrás en estrés. Mirando a Izuku tan despejado qué era claro el estado de divagancia qué tenía. Pidiéndole qué guardada el secreto de él mismo que estaba ahí.

—¿Por qué mentiste?, ¿Tienes idea del problema en que estaré metido si alguien sabe de esto? ¡Hey te estoy hablando! —

Tomó a Izuku de los hombros notando qué estaba comenzando a perder el conocimiento.

—Oye no, no te atrevas a desmayarte — Advirtió frustrado tan solo para ver como Izuku caía rendido ya inconsciente.

—Despierta, ¡oye! ¡¡Oye!! — lo sacudió con cuidado, pero simplemente no hubo respuesta.

Katsuki suspiro preocupado y echó la cabeza hacia atrás rodando los ojos.

—Necesito cigarrillos —

Dijo cansado, aun sin poder digerir qué Izuku era apenas un mocoso de secundaria media qué todavía no tenía la mayoría de edad y él un adulto rondando los 30 años. 

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