10
Cecil
Agosto
"NO SOMOS NUESTROS ERRORES"
Deje escapar un gemido, aun sentía que necesitaba recuperarme del alcohol de la vez pasada, porque de verdad las cosas que mi mente estaba creando, sin duda me estaban haciéndome sentir más maniaca que de costumbre. Con temor en mis manos abrí la caja blanca que me había llegado, y esperando de todo lo que pudiera haber dentro, desenvolví todo el papel que cubría el regalo, de mala gana y frustrada cuando me di cuenta de que todo era obra de él.
Una cadena menos existía en mi cuerpo, gracias al caos del mes pasado. Y todo estaba bien, las entrevistas que me querían hacer para sus revistas de espectáculos, lo podía tolerar, a eso yo ya estaba acostumbrada. Pero sin presencia ya estaba causándome desastres naturales en mi mente y jamás pude asimilar por qué no podía controlar lo que me causaba Marck.
Solté otro sonido al ver de lo que se trataba. Saque el vestido completamente y me lo coloque encima de mi caja torácica mientras lo observaba en el espejo, tratando de no caerme porque mis pies se hundían fácilmente en el colchón. Se traba nada más y nada menos que de un vestido plateado sin mangas que me llegaba a la mitad de mis muslos y probablemente todo estaría normal si solo fuera eso, pero tenía una C y estrellas alrededor de mi letra bordada, con incrustaciones de diamantes.
Me dejé caer en la cama y seguí buscando en la caja, y le encontré otra nota:
¿AUN ME RECUERDAS?
Mis hombros decayeron... él había regresado.
Estaba cien por ciento segura de que esa confección no era una copia, se miraba tan autentico, brillaba igual que las estrellas en un cielo despejado. Una caja color negra aterciopelada volvió a llamar mi atención, lo abrí ansiosa por la sorpresita que me iba a encontrar; era de esperarse, es el hijo del dueño de la joyería más prestigiosa del mundo, no iba a esperar menos. Saqué con delicadeza el collar de perlas rosadas.
Vaya que no somos nuestros errores, solo somos hijos de personas con demasiado dinero en el mundo.
Pero la expectación de todo lo que me había mandado se esfumo, cuando me volví a centrar, lo que estaba haciendo era un chantaje; primero se comporta solo como él lo sabe hacer y de repente aparece de la nada regalándome millones de dólares en ropa.
No era justo que apareciera así de repente y fuera de eso solo me había mandado ropa y ya.
No Marck, no era tan fácil.
Él estaba planeando algo y tenía que irme con cuidado porque si yo estaba presente en su plan, volvería a caer, y ya no necesitaba eso; gracias a ese ser inteligente que hackeo toda una ciudad, pude liberarme de algo pesado en mi vida y no estaba dispuesta a regresas a esa jaula.
—Medio año sin aparecerte y...de la nada solo eres el que pide disculpas con dinero—mire mi reflejo imaginando que era Marck.
Maldito.
Después de un rato analizando toda la situación decidí si utilizarlo, una hermosura de vestido no podía quedarse guardado en mi closet. Además, la premier de mi padre iba a ser esa noche, y era la ocasión perfecta para poder utilizarlo.
Bajé al comedor y encontré a mi padrastro, había terminado de firmar una película. Él se supo dar su respeto ante la audiencia, ya que se le conocía como el actor que ha hecho sus escenas de riesgos sin necesidad de un doble y si, probablemente ya en la actualidad muchos lo hagan, pero él fue uno de los primeros en hacerlo. Pese a que él no era mi padre de sangre, pareciese que sí, me sentía más identificada con él que con la verdadera persona que comparto ADN.
—¿Y cómo va el álbum? —Sus ojos marrones me miraban con orgullo — Creía que cuando llegara no ibas a estar disponible para esta premier por los contratos que te llegarían.
No me cabía la vergüenza en mi ser, picaba con el tenedor el melón que se encontraba en mi plato, pensado en cómo le podría decir: "qué crees padre, mi álbum fue un fracaso por prejuicios sociales y además un tipo desconocido se acercó a mi más de lo que debía y por ende me dijeron que era una mujerzuela y para salvar mi supuesta reputación fingí tener una relación con él"
Cómica mi vida.
Sonaba algo tan difícil de procesar para él, ya que él fue el que financio todo esto y saber que probablemente pensaba que su dinero fue un total desperdicio me hacía sentir mal.
—Pasaron cosas— mastique con dificultad el melón.
—¿Qué tipo de cosas? —inquirió tomando un sorbo de café. — Honestamente, no le creo a tu madre.
—Deberías hacerlo.
—¿Tan mal las cosas?
—Lo normal, sigo sin ser suficiente para ella—reí.
—Dile Cecil, dile a William que hoy todos los fotógrafos y periodistas estarán encima de nosotros, pero no precisamente por sus logros —reclamó mi madre, llegando a la mesa.
—Georgina, basta.
—Es por eso por lo que siempre es tan conformista, porque tú la defiendes.
Esa fue una de las tantas peleas que tuvieron por mi culpa, por nunca llenar las expectativas de mi mamá. Y si volvemos más atrás de este pasado oscuro les podría contar que incluso de bebé parecía que no era suficiente. Recuerdo haber encontrado un álbum de fotos mías de pequeña en donde me había hecho posar para un comercial de alimento para niños de esa edad.
No tenía claro a lo que quería llegar, Georgina.
—No, si tan solo le dieras más seguridad y atención a lo mejor sería diferente ¿No crees?
—Sabes que, hoy lárgate a la premier solo y a ver qué dirá la prensa cuando llegues nada más con tu hija fracasada y tu esposa no esté ahí para arreglar las cosas.
Se paro del asiento, aventado el plato con comida, haciendo que todos los empleados se voltearan a ver entre sí.
—Lo siento —volví a disculparme.
Mi padre me tomo por el dorso de mi mano.
—Tú no eres culpable de nada, todo se solucionará. Te lo prometo.
—¿Y si no?
—No hay que adelantarnos a cosas que aún no suceden. Pero ahora quiero que me cuentes que es lo que paso desde que no estuve.
Nos levantamos de la mesa y fuimos hacia la parte de la alberca, allí le pude contar todo lo sucedido.
Omitiendo algunas cosas.
🌙🌙🌙
—Era obvio que me necesitaran.
El drama de mi madre no duro tanto, ya que justo cuando estábamos subiendo a la camioneta, hizo regresar al diseñador y al maquillista para que también la arreglaran a ella.
Mi padre iba sentado enfrente de mi con un traje color café, y un wiski. sus ojos se iluminaron al notar la pequeña sonrisa que estábamos guardando por los dramas de su esposa.
—Si hubieras hecho las cosas bien probablemente esta noche también sería un éxito para ti.
Sobe con mis dedos mi sien, al volver a escuchar sus reclamos.
—¡Por dios, no te cansas!
—¿Estas defendiendo su falta de responsabilidad y profesionalismo?
—La defiendo, porque quizás si la dejaras ser ella misma todo sería diferente ¿no crees?
—Llegamos señores —indicó el chofer.
Mire por las ventanas blindadas miles de luces plateadas a causas de que cada paparazzi quería una foto inéditas de cada famoso que estaba pisando la alfombra roja. Peine mi cabello y elimine con la yemas de mis dedos el poco líquido que salió de mis ojos por lo que había acabado de presenciar.
—En cuanto los guardaespaldas vengan a abrir las puertas no quiero ningún reclamo, Georgina. En cuanto tú Cecil, solo se tú.
—¡William!
—¡Basta!
Mi madre me miraba con enojo, suponía que estaba pensado algo parecido ha:
Te saliste con la tuya.
A ver si cuando tu padre se vaya de nuevo tendrás esa libertad.
En fin.
El guardaespaldas abrió la puerta, primero bajo mi padre y las luces empezaron a estallar, seguido ayudaron a bajar a mi madre y se posó de un brazo de él; ella traía puesto un conjunto blanco, ya que era una blusa y una falda que si no fuera por los tacones que traía hubiera llegado hasta el piso, su pelo estaba levemente ondulado, al contemplarla bien no se veía maquillada a pesar de la cantidad de maquillaje que le pusieron. Por último, me ayudaron a mi e igual me agarre del brazo de mi padre.
Mi padre iba sonriendo y saludando, al igual que mi madre. Yo iba agachada por el temor y la pena, fue hasta que un cometario me sorprendió bastante:
—Cecil ¿Cuándo sacaras tu próximo álbum?
Voltee a ver a mi padre y me miro con ternura, a principio creí que había sido por causa suya, pero luego me di cuenta de que de verdad había gente que si me quería de cierta manera. Ese pensamiento fue el que me hizo sonreír.
Llegamos a la parte de la alfombra roja en donde nos iban a tomar fotos, tanto individuales, como en familia. Después de un buen rato terminamos de ver la película y comenzó la fiesta.
—Estuviste perfecto, papá —lo felicite.
—Gracias pequeña —sonrió —¿Cómo te sientes después de lo anterior?
No sabía si era bueno o malo, pero un momento fugas fui tan feliz que a mi cuerpo no le alcanzaba tanta felicidad.
—Un poco extraña, pero también un poco emocionada.
No volvimos a hablar después de eso, él estaba saludando y mi madre iba con él, yo los seguía hasta que me canse de hacerlo y mejor decidí irme a sentar con una copa de champagne, imaginado que es lo que haría en este evento si las cámaras no estuvieran apuntándome como si fueran pistolas, creo que si me apuntaran con eso, sería más distinta mi vida, solo hago que me consigan chalecos antibalas y listo, sin embargo, me tenía que contener de hacer cosas que realmente me gustaran, como agarrar la botella de alcohol y echármela de un sorbo y el líquido que cayera sobre mi barbilla me la podría limpiar con mi antebrazo sin temor a qué me dijeran que parezco figura masculina y no femenina o quizás también bailaría sin sentido en frente de toda esa gente que solo va siguiendo reglas sin sentido.
En fin, solo me quedaba ser la comportada y recatada de Cecil Thalassa.
—¡Cecil! —gritaron.
Me gire y observe a Liam, un amigo que había hecho en unas vacaciones, venia junto con mi mejor amiga Nalla.
—Hola—lo salude entusiasmada.
Durante un buen tiempo no lo había visto, después de esas vacaciones tomamos juntos algunas clases de idiomas e historia y demás materias. Se veía bastante bien, sus rulos bien peinados, sus facciones limpias sin ninguna imperfección y color de ojos igual que los míos.
—Bonito vestido—dijo con admiración—siento que hoy no podremos estar juntos dado a que esa confección se ve muy costosa—señalo su traje y a pesar de que su atuendo no trajera dimanantes era obvio que también su vestuario se lo habían hecho a su medida.
—No sabía que Marck también era diseñador de modas—mencionó Nalla con un toque de burla.
Claro, ella me entrego la caja, como no iba a saberlo.
—¿Quién es Marck?
—¿Es enserio? Es el novio de Cecil.
Mi cara se enrojeció.
Nalla era experta en crear fuego donde no lo había. Teniendo en cuenta que Liam en algún momento me pretendió y no sabía cómo corresponderle. Me caía muy bien, era una de las pocas personas que conocí que trataba de mantener su vida privada, y no se metía en ningún escandalo
—¿Novio?
¿Como se suponía que debía de explicar lo que paso con Marck? ni siquiera sabía si me lo iba a volver a encontrar, porque probablemente lo del vestido solo lo hizo porque no tenía otra cosa mejor que hacer.
Siempre haciéndome las cosa más difíciles.
—Si... fue de repente—titubeé mirando a Nalla con advertencia—ya sabes cómo es el amor.
En su mirada hubo un toque de decepción, frunció los labios y sonrió débilmente.
—Claro que lo se.
Un silencio incomodo nos inundó.
—Mucha tensión incomoda—parloteo mi mejor amiga—iré por una copa para anivelar esto.
Dicho eso, se fue dejándome con el problema.
Observe a Liam con timidez y con los nervios a flor de piel. No le podía decir lo que realmente estaba pasando, había cámaras y micrófonos por todos lados.
—Yo...
—No tienes que decir nada, Ce. Sabía que un día te ibas a enamorar.
—Probablemente ya hubiéramos terminado—susurré—has visto todo el drama que he causado.
—Yo diría que los medios—corrigió—y dime ¿ese novio tuyo si soporta todo lo que conlleva tenerte?
Me removí nerviosa.
—Si. Él es buen novio.
Saliendo de la premier lo contactaría y le exigiría que ya le ponga fin a esta farsa que ya no podía sostener, me había dejado todo el peso a mí.
—No te escucho convencida.
—Él creo todo esto para mi—le señale mi atuendo.
—Es muy modesto entonces—sonrió.
Asentí haciendo el mismo gesto.
—Sabes que estoy alejado de todo el espectáculo—explicó mirándome—me gustaría un día conocerlo...
—Si volteas lo conocerás—su voz dura, fría y salvaje.
Sin siquiera voltearlo a ver, me había dejado como una estatua, como si aquel sonido tuviera algún poder mítico.
Liam giro con un gesto amable el cual Marck no le devolvió.
—Que gusto conocerte—tendió su mano y Marck se la acepto más de fuerza que de voluntad.
—Bueno ya que llegue, te puedes retirar—ordenó.
Lo mire perpleja por lo que acaba de decir, ni siquiera mis pensamientos sabían cómo reaccionar ante el estímulo de volverlo a tener enfrente de mí; con un traje plateado y su corbata negra, su pelo negro bien arreglado y su barba recién afeitada.
No otra vez, no otra vez.
—¿Tu qué haces aquí? — Mas que una pregunta, fue un reclamo.
Su semblante serio se convirtió en diversión y ese gesto debía ser un delito por lo tan atractivo que se vio; sus pómulos se le marcaron, la mandíbula se vio más cincelada y los ojos en donde me gustaba ahogarme, de nuevo los tenía puestos en mí.
Pareciera que mi sistema se había reiniciado, haciéndome caer en caída libre, pero sin miedo a lo que pasara.
—Somos novios ¿no? —se encogió de hombros.
Con los labios entreabiertos negué, lo quería ahorcar por hacerme esto.
—Me permites— le dije a Liam. Él asintió con una sonrisa.
Ande mi paso fuera del tumulto de gente, el salón era lo suficientemente grande para perderme, medio gire la cabeza y Marck venia atrás de mí, con calma como siempre. Los paso de Marck eran a regañadientes, pero parecía que no le importaba lo que había hecho. Ya tenía planeado lo que le iba a decir, primero lo abofetearía y después le diría ¿Quién te crees?
—Por favor, Cecil, déjame hablar contigo—pidió.
Giré sin creer lo que había escuchado, en ese momento pensé que antes de venirse a la premier se había dado un baño de miel.
Mientras tanto, jale a Marck de su manga para llevarlo lo más lejos posible, sentía el tacto frio de su reloj, mis pies amenazaban por caerse por la diferencia de estatura y el vestido al tener diamantes se escuchaban como chocaban con mi piel.
—Te salve.
Di la vuelta y lo avente con una fuerza irreal ya que su espalda había chocado con la pared creándole una mueca. El lugar dónde habíamos llegado estaba solo y con poca iluminación, no se escuchaba nada, salvo los ruidos de la noche.
—¿Quién te crees? —Obvio se lo tenía que decir— ¿y de que me mas a salvar?
—Pues de los fotógrafos y todas esas mierdas.
—No seas mal hablado.
Indignación pura en su ojos.
—Te recuerdo que soy tu novio—dio un paso hacia mí, la misma distancia que yo me aleje.
—Te falla ¿no? — le hice el mismo gesto que me había hecho a mi hace unos meses—te recuerdo que el espectáculo ya termino.
La poca luz que pasaba a través de la ventana me dejaba ver muy poco de su expresión.
—Quiero seguir con el espectáculo— Mas acercamiento.
No había ningún paracaídas en este momento y mi caída libre sin temor se había convertido en una angustia total.
—¿Qué dices? —mis pies los sentí fideos, cada vez que me quería alejar de él
—Lo que escuchaste.
—No Marck, no puedes venir y alterarme de esta manera—le reclamé.
—¿A no?
—No.
—Pero si ya lo hice.
La luz de la luna estaba a su favor, porque puede ver como un pequeño rayo ilumino la comisura del labio que elevo.
—¿Por qué volviste a aparecer?
—Siempre he estado.
—Deja de decirme tus acertijos, porque nunca los entenderé. —comencé a caminar de un lado a otro—no tenías derecho de aparecer.
—Pero lo hice—me siguió.
—Pues no debiste—lo enfrente.
—¿Por qué?
—Solo tienes que hablar con una revista y terminar con todo esto.
—No puedo.
—Te aferras a seguir como una maldita sanguijuela conmigo—di zancadas grandes.
Escuche por detrás como gruño y de repete ya me había agarrado de ambos lados, cara a cara.
Otra vez.
—¿Cómo me dijiste?
—Maldita. Sanguijuela—puntualice ambas palabras.
Sus labios se apretaron. Quizás conteniendo una risa.
—Haz lo que quieras—Si él se comportaba como un idiota yo lo haría como alguien caprichosa—pero solo te advierto que si un fotógrafo te capturo cuando estabas con ese tipo, me encargaré de arruinarle la carrera al fotógrafo y al tipo.
—¿Qué? No puedes hacer eso.
—Claro que puedo, si cometí el delito más grande de mi vida, por ti, eso sería fácil. —Su aliento me embriago de una sustancia extraña—. Y me voy a enojar, si vuelven a sacar la vida privada de mi novia falsa y además, el tipo con el que estabas, técnicamente estaba en territorio prohibido.
Parpade múltiples veces, al escuchar dicha declaración. No me estaba volviendo loca, solamente era Marck y sus desastres por naturaleza.
—Tu fuiste—susurre y me trate de alejar, pero no me soltó.
—Se que eres lo suficientemente inteligente para saber que te conviene y exageradamente bondadosa para arruinarle la vida a dos personas.
Me había dejado sin palabras y mis argumentos no existían. Sabia algo que al mundo podía ayudar y me quedaría callada... por él.
—¿Por qué lo hiciste? — inquirí preocupada y sin tener contacto visual.
—Por ti.
—No puedes hacer una locura tan grande solo por mí.
—Puedo y lo hice—con el mismo agarre, llevo mi espalda hasta la pared, sus manos las reposo arriba de mi cabeza.
—Hay gente—musite, observando a todos lados—pueden vernos.
—Entonces es mejor que nos vayamos—susurró suave.
Me estremecí pegándome más a la pared. Queriéndome fundir en ella, pero al instante cambie de opinión porque quería fundirme en él.
—Lejos de aquí.
—Cerca de mí.
—Tomare el riesgo.
—Lo sabía, zodiaca—sonrió de lado y no hubo vuelta atrás.
Y el otra vez, se volvió mi palabra favorita.
🌙🌙🌙
Terminamos en el muelle de Santa Mónica, pegaba demasiado el viento, mi peinado había quedado un desastre. El único sonido que habitaba entre nosotros era la fuerza que ejercía el agua pegando en las tablas que sostenía todo Pacific Park.
—Te vez bien.
—Si no me hubiera visto, te echaría la culpa a ti—ironicé.
Mi corazón latió de manera frenética y las mariposas que tenía enjauladas lograron escapar, y el frio por los nervios estaba siendo más fuerte de lo normal.
—¿Tu filtraste la canción?
—No y la persona que lo hizo ya no tiene trabajo— dijo detrás de mí como si nada.
—¿No te arrepientes? —giré hacia él cruzada de brazos y detuve su paso.
—Te hice una promesa—paso de lado.
Aprete mi mandíbula, para tratar de controlar lo que quería hacer, pero así y me quedara sin dientes lo iba a hacer. Camine a zancadas grandes hasta alcanzarlo, él estaba en la punta de la tarima de madera, así que rezando porque no nos cayéramos al agua, llegue por detrás y lo tome del dobladillo de su camisa.
Debía tener algún circuito incrustado para lograr decir esas cosas de manera tan fría. Metí mis manos hasta su espalda y el tacto piel con piel me nublo.
—¿Qué haces? —Marck se giró en un movimiento muy ágil y me tomo de ambas manos dejándolas sobre el aire.
Mi piel se erizo, al ver como la luna iluminaba su rasgos letalmente atractivos, porque estaba segura de que ella también estaba enamorada de él. Algo extraño, pero no tan fuera de lo normal.
—Quería saber que marca eres—bromee, sin causarle gracias.
—Una que solo tú puedes tener— levemente se iba inclinando hacia mi sin soltar mis brazos, con cada pulgada que él se acercaba yo me alejaba un centímetro—. Así que hazme el favor de seguirme utilizando—dejo caer mis brazos sin acortar la distancia. Tomo mi cintura sosteniéndome, la pose incomoda que me hizo hacer ya no lo era tanto.
—Mi madre me matara, sabes.
Me había salido de la premier de mi padre, estaba de nuevo cruzando mi línea, cuando claramente era de lo que más me cuidaba y probablemente lo estaba volviendo a arruinar. Pero así siempre era, no me podía sincronizar cuando estaba con él, mientras que su sistema seguía en funcionamiento, el mío se reiniciaba por completo.
—Entonces, más vale que esto valga la pena—su aliento lo sentía cada vez más cerca— creo que la primera foto no fue tan buena para dar un buen espectáculo—susurro contra mi cuello.
Este era el error más peligroso que estaba cometiendo, el escándalo de nuevo estaría detrás de mí, pero él no dejaría que lo vieran.
—¿Tú crees? —logre decir con la poca cordura que me quedaba.
No podía lograr respirar.
—Lo que dije en la premier es cierto—sus labios recorrían mi piel dejando volcanes inactivados, trate de moverme, pero no me dejo—hay fotógrafos cerca, no hay que arruinarlo.
Pero yo ya estaba arruinada, otra vez.
Mi sangre rugía y él lo sabía.
—Si nos toman fotos, de nuevo estaremos perdidos—advertí.
—Tengo sistema de supervivencia.
—Marck— mi voz suplicaba, pero mi cuerpo anhelaba.
—Entonces, Cecil— al fin me había levantado, el aire frio ya ni siquiera lo sentía así—¿otros tres meses, un año, toda una vida? Dime cuanto más, mi tiempo te pertenece.
Y mis volcanes hicieron erupción.
🌙🌙🌙
Y yo estoy en mood: ¡porque no puedo ser tú!
Pero en fin, espero y les haya gustado el cap, porque a mi si me gusto mucho escribirlo jajaja.
Yo creo que en esta semana si les subo otro cap y muchas gracias por el apoyo que le están dando a la historia <3.
Recuerden votar y comentar si les esta gustando el libro, también si gustan seguirme en mis redes, en todas me encuentro como: smgzal.
Nos leemos pronto<3
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