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🌸5🌸

-🥀-


—¡Sunghoon, por aquí!


Cuando Sunoo me miró, me mostró una sonrisa más brillante de lo usual. Su molesta amabilidad me dio rabia y me acerqué para mirarlo con hostilidad. —Entonces ¿puedo golpearte?


—¿Eh? ¿¡Por qué!?

—Esa sonrisa tuya me molesta.

—Bueno, eso sí que es cruel.


Cuando levanté mi puño, Sunoo me mostró una sonrisa apenada. Esa sonrisa pareció brillar de alguna forma.


—Te ves feliz —dije.

—Por supuesto, es la primera vez que salimos en mucho tiempo. He estado esperando con ansias este momento desde que lo acordamos.


Inseguro de cómo responder ante su confesión, murmuré algo evasivo.

Como que si juntarse conmigo fuera algo divertido. Qué raro es ¿O será que sólo está siendo amable? Mientras me preguntaba eso y otras cosas más, Sunoo me miró fijamente y luego escogió un tema.


—Entonces, Sunghoon, ¿a dónde quieres ir hoy?

—Eh... —fruncí el ceño y permanecí en silencio. ¿Cómo podría pensar en algún lugar de improviso? Nunca he estado en una cita con nadie.

—Como sea. ¿Por qué no solo escoges algún lugar?

—Bien, es un poco temprano, pero ¿te gustaría ir a almorzar y ahí planear nuestro día?

—Seguro, me da igual. — Cuando comenzamos a caminar uno al lado del otro, la conversación se tornó incómoda. Sunoo intentó hablarme varias veces, pero no estaba seguro de cómo debía interactuar con alguien al que casi nunca le hablo, así que solo le respondía monosilábicamente con cosas como "Sí," u "Oh". Me preguntaba si necesitaría decir algo como: "¡Detente, me avergüenzas!" si quisiera que nos viéramos como una pareja, pero era demasiado estúpido.


Además de eso, Sunoo había estado extrañamente entusiasmado durante los últimos minutos y no sabía cómo responder ante eso.

—Me alegra que hoy sea un día soleado. Estuvo lloviendo casi toda la semana, así que estaba preocupado que no estuviera despejado. ¿Qué quieres comer, Sunghoon? Conozco cientos de restaurantes, así que si quieres algo en particular, iremos ahí.

Sunoo estaba hablando sin parar, no se sentía desalentado por mis respuestas cortantes. Siempre era un sujeto sociable, pero parecía estar demasiado activo hoy. Está actuando como un chico nervioso por su primera cita con una chica.

Mientras pensaba esto él continuó diciendo: —Oh, cierto, Sunghoon aprovechando que estamos en una cita y todo eso, ¿por qué no nos tomamos de las manos? — Al escuchar esas palabras, las cuales fueron dichas con la sonrisa más gigantesca que podía imaginarme, me tensé. Luego me di la vuelta y miré hostilmente al hombre a mi lado. Tenía una expresión seria en el rostro. Me miraba con añoro.


—¿Qué clase de broma es esta? ¿Es una trampa?

—Nada de eso. El tomarse de las manos es lo más básico en una cita, ¿no?

—¡Como si un hombre pudiera hacer algo tan tonto! —Dije con un chillido, pero Sunoo estiró la mano sin desanimarse.

—Te acostumbrarás pronto si lo intentas —dijo. Le di una palmada a su mano para alejarla, pero la regresó de inmediato y luché con desesperación contra ese nuevo ataque. Sunoo volvió a estirar su mano, al parecer no había aprendido de la experiencia. Pero estaba preparado y lo ataqué. Tendió la mano, ataqué. Tendió la mano, ataqué. Nuestra batalla era como dos gatos bloqueándose mientras jugaban. Sentí que duró una eternidad.

—Sí que eres terco. Cuando te resistes tanto, solo hace que me den más ganas de tomar tu mano, ¡incluso si muero en el intento!

—¿Qué eres, un pervertido?

—Por supuesto que no, sólo quiero molestarte un poco porque tus reacciones son tan lindas.

—¡Idiota! ¡No digas cosas tan raras como esas! —Después de insultarlo, me di la vuelta para que no notara lo sonrojado que estaba.

¿Qué diablos le pasa? ¿Qué yo soy lindo? ¿¡Cómo puede decir cosas tan vergonzosas con una expresión tan seria en el rostro?!

Cuando me alejé mi mente daba vueltas en confusión. Sunoo me alcanzó con una sonrisa en el rostro. —Espera, espera, lo siento, me pasé un poco.

—No me sigas, pervertido.

—¿Me llamas pervertido solo por eso? —dijo sorprendido— Sunghoon, eres un tanto ingenuo.

—Cállate —contesté.


Bien, de acuerdo, comparado con él yo era 100% ingenuo y puro. Hasta ahora, jamás había salido con alguien.

Abrumado por una agonizante vergüenza, pensé que podría desmayarme. Así que caminé lo más rápido que pude a un restaurante de comida rápida e ingresé.

—Pfff —me recosté contra el asiento de mi silla y dejé escapar un profundo suspiro. Estaba realmente exhausto, otra cosa de la cual culpar a Sunoo.

Primero dice "salgamos" luego "tengamos una cita" y además de eso "¿Tomémonos de las manos?" Esto es algo extremo para alguien que siente lástima por mí.

—Lamento la tardanza. —Mientras sostenía mi adolorida cabeza entre mis manos, Sunoo se acercó a nuestra mesa con una bandeja llena de hamburguesas, papas fritas y bebidas. Mantuve mi mirada fija en su rostro mientras repartía la comida. Sin importar cuanto lo observara, no podía descifrar lo que sentía.

Justo cuando me vi forzado a admitir que era jodidamente atractivo, Sunoo alzó la mirada y nuestros ojos se encontraron. Después de sorprenderse al darse cuenta que le observaba, me mostró una pequeña sonrisa.

Oh Dios, miren esa expresión. Odio cuando una persona tan bella le sonríe a alguien más al punto que su corazón comienza a latir frenéticamente a pesar de no estar interesado.


—¿Qué? Pagaré mi parte. ¿Cuánto costó? —Inmediatamente busqué la billetera que estaba en los bolsillos de mis pantalones para ocultar mi confusión.

—No, yo invito. Después de todo fui yo el que te invitó a salir.

—Deja de tratarme así —Saqué unos billetes y se las entregué diciendo: —Conserva el cambio. — Sunoo los metió en su billetera con una risa irónica y se sentó frente a mí. Por alguna razón, aún continuaba riendo al sentarse. 

—No has cambiado nada, ¿no? —preguntó.

—¿Eh?

—Eres bastante terco y aún te gustan las hamburguesas de pescado. De cierta manera, me hace feliz.

Me tomó un momento en responderle, sus palabras habían sido inesperadas y me habían dejado sin palabras. —Me sorprende que recuerdes eso.


Era verdad, siempre me habían gustado las hamburguesas de pescado y siempre las ordenaba en los restaurantes de comida rápida. Sin embargo, jamás imaginé que Sunoo lo recordaría.


—Siempre ordenas lo mismo, Sunghoon. Eso hace que sea difícil de olvidar, siempre bebes Fanta y pides aderezo de mostaza para tus medallones de pollo, ¿cierto? —Dijo con alegría después de comer unas papas fritas.

Cuando lo decía de esa forma, me confundía más. Me hacía parecer una persona muy simple.

—¿Acaso tienes un problema con eso? —Lo miré con hostilidad y mordí enfurecido mi hamburguesa de pescado.

—Entonces, ¿Qué quieres hacer hoy? Si no tienes nada en mente, ¿Quizás podríamos ir a donde quiera?

—Como sea, ¿a dónde quieres ir?

—Solo digamos que lo sabrás cuando lleguemos. Hay algo que deseo mostrarte. —Sunoo sonrió.

Sus palabras enigmáticas me dieron curiosidad, pero sin importar cuanto le pregunté, no me dio ni una pista.

—Bien, vamos entonces a la estación. —Dijo Sunoo.


Después de comer el almuerzo, seguí a Sunoo hasta la estación. Compré un boleto y abordamos el tren.

Después de ver el paisaje por la ventana unos treinta minutos sin intercambiar palabras, nos bajamos y me llevó a un autobús frente a la estación.

Desconocía esta área y no tenía idea a donde me llevaba. Sunoo aún se rehusaba a decirme, cuando lo miraba simplemente sonreía y parecía estarse divirtiendo.


—Sunghoon, ¿te sientes bien? Sé que ir en auto te marea con facilidad.

—No me hables como si fueras mi madre —Le dije molesto, ¿Cuántas cosas recordaba de mí este sujeto? Estaría mintiendo si dijera que no me agradaba, pero me hacía sentir un tanto tímido y ansioso.

Me pregunto que será este sentimiento, es un tipo de nostalgia. Seguramente porque no hemos hecho algo así desde que estábamos en primaria.

—Oye, recuerdas que en el cuarto grado nos sentábamos juntos, ¿no? —Sunoo dijo, como si hubiera leído mi mente.

—Sí —respondí después de una pausa— Eso fue cuando eras encantador.

—Era un chico tímido, pero siempre cuidaste de mí, Sunghoon. —Entrecerró los ojos como si estuviera viendo a la distancia, no quedaba rastro del chico pequeño y tímido de antes, el clásico débil sobreprotegido que me llamaba "Hoon".

Habló en voz baja y miró hacia el frente. —Me alegra que hayamos salido hoy, Sunghoon. Siempre quise hablarte como cuando éramos pequeños. —Dijo con tono melancólico. Lo volví a ver confundido. Abrí la boca para decir algo hostil, pero las palabras no salieron. 

—Sunghoon, es hora de bajarnos.

—¿Eh? Oh, de acuerdo.


Cuando Sunoo me tocó el hombro bajamos del vehículo junto con los otros pasajeros, estábamos frente a una enorme plaza. Del otro lado pude ver una puerta con decoraciones fantásticas.

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