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-¿De veras quieres salir conmigo?

¡¿Qué diablos?! La primera vez que lo leí no tenía idea de lo que hablaba. Sólo fue hasta que murmuré "¿Salir a dónde?" que por fin me di cuenta que se trataba de nuestra conversación después de la escuela.

Pensé que Sunoo lo tomaría como una broma y lo dejaría pasar, pero se lo había tomado en serio. ¿Qué se supone que debía hacer? Podría responder con algo como: "Esa era una broma, estúpido", pero me enfurecía tener que hacerlo sentir bien con algo así.

—¿Qué hará si hablo en serio?— De repente, me sentí con mucha curiosidad. Tomé mi móvil y después de analizarlo un poco comencé a escribir.

-¿Qué harás si digo que sí? 

-Sé que no quieres salir conmigo, así que deja de enviarme mensajes de texto.

Muy bien, eso será todo. Lo leí un par de veces y luego presioné enviar. La respuesta de Sunoo fue rápida y dijo lo que pensé que diría.

-Lo siento, no me refería a eso, quería saber si hablabas en serio o si me estabas jugando una broma.

-¡Cómo si pudiera bromear con algo así!

-Hablo completamente en serio.

Cuando escribí eso, parecía tan real que me asustó un poco.

-De acuerdo, lo entiendo.

¿Entender qué? ¡No envíes una respuesta tan cortante! Pensé molesto. ¿¡Cómo se supone que deba responder a esto?!

El teléfono permaneció en silencio mientras trataba de pensar en qué responder.

Me pregunto si Sunoo estará esperando a que le responda. Pero la única posible respuesta a ese mensaje era algo como: ¿A qué te refieres? ¿Entender qué? Eventualmente le mandé un mensaje expresando ese sentimiento y luego esperé por su respuesta.

Una hora después, aún no había recibido otro mensaje de su parte.

¿Se habrá ido a dormir? ¿O simplemente me ignoraba? Estaba angustiado cuando finalmente un mensaje llegó.

-Me refiero a que salgamos juntos.

Ya veo, así que así es como lo tomará. Quiere que salgamos... espera, ¿qué?

—¡¿QUÉ?! —Estaba tan sorprendido que grité tan fuerte como para ahogarme, y comencé a toser. Cálmate Sunghoon. Tienes que pensar esto con cuidado y racionalmente.

Debe existir un tipo de error aquí. De lo contrario no podría estar reaccionando así cuando le acabo de confesar sentimientos de amor.

Mi cuerpo entero había comenzado a sudar. Esperen, ¿por qué me estoy poniendo rojo? Y mi corazón late con fuerza. Es casi como si estuviera feliz. No, de ninguna manera.

-Eres un idiota.

Estaba tan impactado que mis dedos casi apuñalaban los botones mientras escribía.

-¿Por qué? ¿No me digas que crees que te juego una broma?

-Sí.

-Sunghoon, ¿estaría bien si te llamo?

Mi cuerpo entero se congeló tan rápido que prácticamente podía escuchar el hielo rompiéndose. ¿En verdad me llamará? ¿Acaso pretende que escuche su placentera voz en un momento como este?

Mientras colocaba mis manos sobre mi cabeza en señal de angustia, mi teléfono comenzó a timbrar una melodía distinta a la anterior. Era el tema de cierre del Hombre Monje. Lo había configurado como mi tono de llamadas. ¡Ese bastardo, me llamó sin esperar por mi respuesta!

Mientras mi pulgar se movía sobre el botón de "contestar" con incertidumbre, la canción eventualmente terminó, sólo para ser reemplazada con la melodía de los mensajes de texto (El tema de inicio del Hombre Monje).

-¿Por qué no respondes? ¿Acaso es un mal momento?

-Me siento demasiado avergonzado como para contestar.

Agonicé por un buen rato antes de presionar "enviar" e inmediatamente me arrepentí de hacerlo. ¡Parecía inocente e ingenuo!

-De acuerdo, te lo diré en un mensaje entonces. No bromeaba antes. En verdad quiero salir contigo, Sunghoon.

-Deja de bromear. En verdad eres un idiota.

-¿No me creerás sin importar qué?

-Nadie en su sano juicio lo haría.

-¿Entonces porqué no tenemos una cita?

—¡¿Por qué!? —Antes de darme cuenta lo estaba cuestionando en voz alta. Esto estaba mal no tenía idea de lo que ocurría. No podía saber en qué pensaba.

-Debemos discutir esto en persona, ¿no?

-Tengamos una cita para celebrar el inicio de nuestra relación.

El mensaje de texto de Sunoo era como patear a alguien que ya estaba en el suelo. De alguna manera, no estaba pensando con claridad, pero no tenía la suficiente compostura para hacérselo saber. Mi cabeza había comenzado a calentarse y estaba mareado. Mientras trataba de lidiar con eso y antes de que pudiera recuperarme, Sunoo me envió un mensaje informándome que tomaría un baño y decidió el lugar y hora de nuestra cita sin mí. Al final, permití que él me guiara.

—¿Pero qué demonios sucede? —murmuré viendo hacia el techo. Ninguna respuesta llegó a mí. ¿Kim hablaba en serio? Y además ¿Qué no salía con Soodam? Sin importar como lo analizara, sólo pude concluir que me estaba molestando. Lo que más me desconcertaba era que un chico tan serio se había esforzado tanto en jugarme una broma.

Si tuviera que explicarlo con algo, diría que lo dijo más por lástima que por un verdadero deseo de molestarme. Eso sería lo más lógico de acuerdo a su personalidad. Sentí un dolor en mi corazón.

—Tonto corazón suave.— Me recosté boca abajo sobre la cama y cerré los ojos. Quizá pueda ensuciar a este sujeto tan agradable, guapo y perfecto. Si Sunoo fuera gay, le haría mucho daño social a alguien tan popular como lo es él.

Imaginé a Sunoo a punto de llorar y sonreí. Sin embargo había algo de lo que no me di cuenta en ese momento, que si se iniciaban rumores de que él era gay, en el momento en que se enteraran que salía conmigo, entonces pensarían que yo también lo era. Pero para cuando me di cuenta de este descuido con un tremendo grito de horror, era el día de nuestra cita y era demasiado tarde para cancelar. Me quedé ahí parado como imbécil mientras mi rostro palidecía.

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Ese domingo era un día hermoso, no había nubes en el cielo y el mundo brillaba con los rayos del sol reflejados por las cimas de los árboles. Cuando tu nuca comienza a sudar sólo por caminar de un lugar al otro, te das cuenta que estás en pleno verano. El brillante cielo azul y la cálida brisa era refrescante y placentera: el día perfecto para una cita.

Salí del tren arrastrando los pies y después pasé por el torniquete. En el camino, había considerado darme la vuelta y volver a casa, pero ya me había resignado. Además, desde el inicio he odiado a mis compañeros de clase, así que a estas alturas no era la gran cosa. De hecho, si eso es lo único que puedo hacer para vengarme de Sunoo, ¡Entonces no me importa!

—Hasta yo admito que esa forma de pensar es bastante negativa — murmuré con una sonrisa amarga.

Las instrucciones de Sunoo decían que debíamos encontrarnos en la salida de la estación H frente a la estatua del halcón. No creí que fuera necesario usar el punto de encuentro para parejas, pero no pude negar que Kim tenía razón, era el punto más fácil de ubicar, así que accedí reaciamente.

Cuando subí las escaleras en dirección a la salida pude ver la gigantesca estatua del halcón y a Sunoo parado a su lado.