🌸15🌸
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Riki y los demás se despidieron con movimientos de manos mientras yo me alejaba. Creí escuchar la voz de Sunoo llamarme, pero no volví a ver. Estaba demasiado alterado por todo el acto que hice, la molestia, la angustia y sentía que estaba por explotar en cualquier minuto.
Corrí por las calles, finalmente relajé mis hombros cuando llegué a un mini supermercado. Cuando miré mis manos, pude notar las marcas que dejaron mis uñas, debí haber estado empuñando las manos todo el tiempo. Era patética la forma en la que una estúpida conversación me había alterado, pero no creía que me hubiera ido tan mal. Al menos, mis respuestas eran un enorme avance de las de la última vez.
La verdadera razón del porqué me había ido también era porque Sunoo estaba ahí. No me había costado llevarme bien con esos chicos, me sentía desesperado por distraerme con su presencia.
Un suspiro se escapó de mis labios. —No he tenido ni un solo progreso. Pero quizás lo que pasó hoy sea el inicio de algo bueno. Mientras no perdiera la compostura, debería llevarme bien con todos sin regresar a mis anteriores batallas.
—¿Hoon?
Froté mis ojos mientras un horrendo presentimiento de que alguien me había llamado se apoderó de mí. Me di la vuelta, pero no había nadie.
Justo cuando pensé que me lo había imaginado, sentí la presencia de alguien a mi lado y respingué.
—Lo siento, ¿te asusté?
Lentamente levanté la mirada.
Era Sunoo, parado a mi lado y jadeando. La luz que provenía de la vitrina de la tienda iluminaba la mitad de su rostro. Le daba un efecto espeluznante haciéndolo lucir como una persona distinta y me sentí ligeramente ansioso.
—Pensé que irías a ver los fuegos artificiales con los demás —dije.
—Me excusé. Hay algo que deseo hablar contigo. —Dijo seriamente. Asustado e incómodo, lo rechacé con un: —Tengo prisa —y comencé a alejarme de él, pero me alcanzó rápidamente.
—Sunghoon, por favor, escúchame —¡Sólo necesito un minuto! —Presionó desesperado. Inmediatamente traté de correr. Sin embargo, en mi aflicción, olvidé un dato importante. Llevaba puesto un hanbok y sandalias, lo que significaba que mis movimientos eran restringidos. Cuando levanté los pies como regularmente lo hago, me tropecé y caí al concreto.
—¡Sunghoon! —Sunoo corrió a alcanzarme.
Entre el dolor que provenía de mis rodillas raspadas y la vergüenza, no levanté la mirada.
—¿Estás bien? Esa caída fue bastante dolorosa.
—No pasó nada. Sólo apresúrate y márchate. Te perderás el espectáculo de luces. —Hice un movimiento con mi mano para que se marchara, pero se quedó encuclillado a mi lado y no parecía que se movería.
Ahora que lo pienso, supongo que este chico jamás dejaría a una persona herida sola.
Me di por vencido, apreté los dientes para no gritar de dolor y traté de pararme.
—¿Eh? —Pregunté como un idiota. Mi campo visual estaba bastante elevado. De alguna forma, antes de comprenderlo, Sunoo me cargó en sus brazos. Parpadeé, mirando por varios segundos al rostro que estaba a pocos centímetros del mío.
—¡Suéltame!
—Vamos, no te resistas. Tenemos que tratar esas heridas inmediatamente. ¿Qué pasa si se infectan?
—¡Deja de preocuparte! ¡Iré a casa!
—Si haces un gran escándalo, las personas comenzarán a verte — Amenazó maliciosamente y recibió la reacción que esperaba, me callé inmediatamente.
Cuando miré a nuestro alrededor, los clientes que habían salido de la tienda nos miraban con curiosidad. Estaba tan mortificado que sentí como el rostro me quemaba. Incluso Sunoo parecía algo avergonzado las puntas de sus orejas se tornaron de color rosado. Caminó rápidamente y escogió rutas con menor iluminación mientras avanzábamos, aún me sostenía entre sus brazos.
Sunoo me cargó hasta su casa, ignorando mis protestas y múltiples demandas de que me bajara.
Cuando ingresamos, el silencio reinaba en todo el lugar. Estaba completamente oscuro. Dijo que sus padres también habían ido a ver los fuegos artificiales así que la única iluminación, era la luz de la sala.
Me llevó a su dormitorio y me depositó en un cojín en el suelo, luego se retiró y dijo: —Espera aquí, iré por el botiquín.
Suspiré y miré su dormitorio. Por alguna razón, Sunoo solo había encendido la lámpara de papel, así que había poca iluminación. Si me esmeraba en escuchar, podía oír las explosiones de los fuegos artificiales a distancia.
Coloqué una mano sobre mi pecho y pude sentir mi acelerado corazón. Los raspones en mis rodillas eran dolorosos, probablemente porque la sangre corría rápidamente por mis venas. El dolor era lo suficiente como para ponerme de mal humor.
—Lamento haberte hecho esperar. ¿Quieres un té frío? —Bajó la charola que llevaba en una mano y colocó un vaso lleno de té en la mesa frente a mí.
Estaba tan sediento que no titubeé —Gracias —dije bebiéndolo. Estaba frío y delicioso. Podía sentir como refrescaba mi garganta —De acuerdo, ahora me encargaré de tus piernas.
—No, gracias, puedo hacerlo.
Sin embargo Sunoo se comportó como si no podía escucharme, tomó mi pantorrilla y dijo: —Quédate quieto. —Movió mi hanbok y me descubrió mis rodillas. Me sentía bastante avergonzado así que intenté empujar sus manos, sin éxito.
—Está bien. No te preocupes, terminaré pronto. —Dijo gentilmente y luego aplicó antiséptico en mis rodillas. Dolió y mis hombros se sacudieron involuntariamente. Los raspones eran más grandes de lo que pensé. Pequeñas gotas de sangre, como si fueran granos de arena, estaban esparcidas sobre la herida. Sunoo tomó un poco de gaza y limpió con cuidado el exceso. Limpió toda la tierra que se encontraba en las heridas y luego le puso encima grandes vendajes.
—¿Te duele otra parte?
—Eso es todo —Murmuré sin mucha confianza. Sunoo deslizó más arriba mi hanbok, a una altura decente y comenzó a revisar mis piernas con sumo cuidado.
No era una chica, pero estaba tan avergonzado que pensé que mis mejillas se incendiarían. Cuando sus largos dedos se deslizaron detrás de una rodilla, luego tomó mi pantorrilla y por último el talón, un escalofrío recorrió mi espalda.
Temía comenzar a temblar.
Estaba bastante agradecido de que su dormitorio tuviera tan poca iluminación. No podía permitir que Sunoo me viera en este estado. Cuando terminó de revisarme buscando heridas, finalmente tocó el tema que lo había obligado a buscarme hoy.
—Oye, Sunghoon. Hay algo que quería preguntarte —Comenzó con ímpetu—¿Dónde está Jake hoy?
—¿Jake? —Repetí confundido. Ese era un nombre que no me imaginé escuchar hoy.
¿Acaso se preguntaba si Jake vino al festival conmigo ya últimamente que hemos pasado juntos mucho tiempo?
Sin embargo la expresión en el rostro de Sunoo era demasiado seria para ello. Mientras pensaba en estas cosas, levantó la cabeza abruptamente como si estuviera decidido y dijo algo que me dejó estupefacto.
—Sunghoon, ¿Es Jake la persona que te interesa?
—¿Qué? ¡No digas cosas tan raras como esa! Sólo es mi amigo, y por si lo no las notado ¡Es un chico!
—Pero los vi abrazándose el otro día —Dijo.
Estaba tan abrumado por la sorpresa y confusión que mi cerebro se quedó estático hasta que entendí a lo que se refería. Debió habernos visto cuando lloré sobre el hombro de Jake el otro día. Cierto, me había estado aferrando a él, pero esa conclusión era demasiado descabellada. Asumir que él era la persona que me gustaba, solo por eso era increíble.
Mi sorpresa gradualmente se transformó en incredulidad y respiré profundamente.
—Escucha, eso no significó nada. Estaba deprimido por algo y Jake me estaba reconfortando, eso fue todo.
—Entonces, ¿la persona en la que estás interesado es una chica? —Esta vez fue mi turno de permanecer en silencio —Por favor, ¿Acaso no me lo dirás? No es mi intención acosarte por ello. En realidad, solo me interesa saberlo. —Su sonrisa era fingida.
Traté de sonreír, pero el efecto fue todo lo contrario. La persona que me interesa está justo sentada frente a mí. Me pregunté qué expresión pondría si le dijera algo así. Pero jamás lo haría pues él salía con Soodam y yo no tenía ni la más mínima posibilidad.
¿Debería inventarme un nombre? ¿Debería sonreír o ponerme serio?
Mientras pensaba qué hacer, los músculos de mi mejilla comenzaron a contraerse y entré en pánico. En el calor del momento dije:
—Me gustas tú.
Tan pronto la confesión dejó mis labios, dije —¿Eh? Bueno, eso no era lo que planeaba decir.
Deseaba agregar un: "Sólo bromeo", pero mi voz dejó de funcionar. Un sollozo se apoderó de mi garganta, me dirigí a la puerta pero antes de que pudiera pararme, la mano de Sunoo, capturó mi brazo
—¡Sunghoon!
Luché como un gato salvaje. Lo golpeé con mi mano libre y lo pateé también. Pero no me dejó ir y cuando perdí el equilibrio me tiró hasta que caí. Luego reposó su cuerpo sobre el mío. Me sostuvo inmóvil con sus brazos al punto que se me dificultó respirar.
—Sunghoon, cálmate. Respira profundamente.
Escuché la voz de Sunoo al lado de mi oreja. Mientras acariciaba mi cabeza, mi respiración regresó a la normalidad.
—¿Hablabas en serio?
Estaban llenos de incertidumbre. No tenía idea de qué pensar de su mirada tan ansiosa. No tenía la fuerza para aparentar tampoco, así que simplemente asentí.
En ese instante, los brazos de Sunoo me apretaron tan fuerte que me pregunté si intentaba matarme con un abrazo.
—Estoy en la cima del mundo, me has hecho tan feliz que creo que podría morir. —Enterró su rostro en mi hombro. Los brazos que estaban en mi espalda comenzaron a temblar ligeramente. Se aferraba a mí como si su vida dependiera de ello y me sorprendí tanto que coloqué mis manos sobre sus hombros.
—¿Qué? ¿Qué hay con Soodam?
—¿Eh? ¿Soodam?
Traté de empujarlo sin muchas fuerzas, pero él simplemente frunció el ceño en confusión.
—Vi lo cercanos que eran. También parecía haber mucha química entre ustedes.
—¿Qué? Soodam y yo solo somos amigos.
—Pero ella actúa como si le gustaras y se abrazaron. Además, fuiste de compras con ella. Incluso me mentiste al respecto.
—Oh, ¿escuchaste eso? —La voz de Sunoo se tornó evasiva y me mostró una mirada incómoda— Lamento haberte dado una idea errónea, pero sí tuve visitas de mis familiares. Después de eso, salimos de compras.
—¿Juntos?
—Sí. Fuimos seis de nosotros en total, incluyéndonos a Soodam y a mí. Así que no tuvimos una cita ni nada, sí confesó una vez que yo le gustaba, pero le dije que yo no sentía lo mismo por ella.
Eso no me lo imaginé y no sabía que decir. Si Sunoo estaba diciendo la verdad, ¿eso quería decir que todo mi sufrimiento se dio gracias a un malentendido?
—Pero cuando hablaste con ella frente a la enfermería, parecías estar muy interesado.
—Claro que no tenía ningún interés. Me gustas tú.
—¿Eh? —Sorprendido, lo volví a ver. Su mirada estaba enfocada en mi rostro y al ver su expresión tan seria, mi corazón comenzó a latir con fuerza al punto que no podía retirar la mirada.
—Cuando me dijiste en la enfermería que había alguien que te interesaba, todo se volvió un caos para mí, ¿Por qué no me dijiste como te sentías? —Preguntó con un tono acusador.
Al escuchar la tristeza en su rostro, dejé caer la mirada.
— Bueno... En ese momento estaba convencido de que salías con Soodam y estaba tan triste que no pude reunir el valor para confesarte mis sentimientos.—
—Sunghoon —comenzó—. Me gustas tú y todo lo que eres, tu cobardía, tu hostilidad, timidez y en general todo. Además, me gustas desde hace mucho, desde que estábamos en la primaria.
Eso hizo que mi cuerpo entero se calentara y que lágrimas se acumularan en mis ojos.
Sentí mis dedos temblar y dije: —Mientes.
—No, no miento. —Respondió Sunoo con pasión.
—Es una mentira. Tiene que serlo.
—No mentiría con algo así
—¿Entonces por qué no me lo dijiste desde el principio?
—¿No lo hice?
—¡No, no lo hiciste! —Grité a todo pulmón antes de poder contenerme.
—Lo siento. —Respondió desconcertado—. Pensé que te lo había dicho, pero también me sentía bastante nervioso, supongo que se me pasó por alto.
—¿Se te pasó por alto?
Estaba comenzando a dudar de él nuevamente, ¿Cómo era posible que algo tan importante "se le pasara por alto"? Pero se acercó y me besó.
—¿Ahora me crees? —susurró Sunoo. Me recosté nuevamente impactado y me miró con pasión. Mi corazón comenzó a saltar en el interior de mi pecho. Cielos, pensé mientras mi cuerpo se derretía. Supongo que cuando las personas dicen cosas como "Se derritió entre sus brazos", no es únicamente algo figurado. En verdad ocurre.
Eventualmente pude hablar.
—No acerques tu atractivo rostro al mío sin advertírmelo. Me avergüenzas.
—Entonces supongo que esta cara sí sirve para algo bueno, si te afecta así.
—Ya déjalo. Los chicos atractivos tienen muchos puntos positivos y tú lo sabes. —Lo acusé un tanto celoso y queriendo reclamarle al chico que me sonreía con absoluta confianza.
—Cuando éramos niños, las personas siempre me decían que lucía como una niña, así que nunca me gustó mi rostro. Aunque ahora soy un sujeto bastante grande y robusto.
—Sí, claro, no eres robusto.
Al contrario, Sunoo era bastante delgado.
Suspiré —No parece real. Jamás me imaginé que había la posibilidad de terminar así.
—Sí, yo tampoco. —Dijo él.
—¿Estás seguro? Porque parecías ser el Mr. Confianza al inicio cuando te invité a salir.
—Eso fue porque no hablabas en serio. Pero pensé "esta es mi oportunidad" supuse que si lograba acercarme a ti, aunque salir contigo fuera inútil, por lo menos podríamos ser amigos. — Gentilmente me abrazó y me acercó a su cuerpo.
Nuestras frentes se tocaron y nuestras miradas se encontraron. Me sentía un tanto tímido, pero cerré los ojos y acepté el beso.
—Te amo, Sunghoon.
Un beso estaba bien, pero su confesión tan directa era demasiado vergonzosa y todo lo que podía darle era una respuesta perversa. —No me murmures estupideces como esa al oído, imbécil.
—Eres tan cruel. Vamos Hoon, dime otra vez que te importo.
—Por supuesto que lo haces, ahora muérete fenómeno.
—¿Tenías que ser así de pesado? —Sunoo imploró. Lucía tan patéticamente triste que no pude contener la risa.
Ahora que lo pienso, solía a molestarlo así todo el tiempo. La nostalgia se apoderó de mí. Cambiamos mucho desde aquellos días en los que solíamos ser mejores amigos. Apenas ayer, ese hecho había sido el origen de mucho dolor, pero ahora me hacía muy feliz. Debía ser porque a pesar de que cambió en el exterior, la gentileza de Sunoo casi no había cambiado.
Lo abracé con todas mis fuerzas, dejándome llevar por el amor que sentía.
Quizás pueda decirle que lo amo, con la condición que solo lo diga una vez. Hice a un lado la vergüenza, abrí la boca y me acerqué a Sunoo.
—Imbécil —susurré.
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