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—¡Oye, Sunoo! Vinimos para asegurarnos que te divertirías este fin de semana —Jay estaba a la cabeza y me notó de inmediato —¿Qué estás haciendo aquí? —Preguntó señalándome. Jake y Riki estaban justo detrás de él. Eso era exactamente lo que yo quería saber de ellos. Volví a ver a Sunoo confundido y él también los miraba sorprendido.

Quizás tampoco los había estado esperando.

—¿Jay? Chicos, ¿teníamos algo planeado para hoy?

—No, nada. Pero los exámenes están por venir, y estas evaluaciones tienen mucho contenido para cada materia. Entonces, pensamos en venir aquí y pedirle ayuda a nuestro tutor favorito el Sr. Príncipe, ¿Cierto chicos? —Jay miró hacia atrás pidiendo el apoyo de los otros, quienes asintieron.

—Debieron haberme llamado antes. No es muy conveniente para mí si vienen sin avisarme. —La voz de Sunoo no ocultó su irritación, no era muy seguido que el Príncipe mostraba su verdadera personalidad.

—Lo lamento, Sunoo —Dijo Jake inmediatamente— No debimos haber venido sin preguntar —Me miró arrepentido.

Sin embargo Jay no entendió la situación tan incómoda. No le prestó atención cuando Jake intentó hacer que se marcharan a casa y su disculpa fue un: —¿Pero cuál es el problema? —Me señaló a mí—. Estabas estudiando con Sunghoon, ¿no? Entonces llegamos justo a tiempo.

Sunoo se quedó callado, me veía incómodo.

—Esta sí que es una sorpresa, ¡jamás me imaginé verte aquí Sunghoon! Por lo general insultas a Sunoo, pero cuando estás en aprietos vienes a buscar su ayuda descaradamente. Sí que sabes cómo aprovecharte de la vida.

—Detente, Jay. Fui yo el que invitó a Sunghoon hoy.

—Eres demasiado amable, Sunoo. ¿Sabes? si no tuvieras esa personalidad tan suave, personas como esta no te usarían y luego te herirían —Me señaló a mí cuando dijo "personas como esta" y me enfurecí. Empuñé las manos para tratar de controlarme, Jay siempre decía estupideces como esta, así que sería una pérdida de tiempo caer en su trampa.

—¿Qué Sunghoon no dirás nada? No puedes negar la verdad, ¿no es así?. Siempre has sido raro. Siempre te burlas de nosotros y nos llamas "su séquito", pero ahora te veo arrastrándote como una serpiente. Si nosotros somos "el séquito" de Sunoo, ¿tú qué eres? ¿Su esclavo? ¿Su sirviente? —Cuando Jay dijo esas palabras con una risa sarcástica llegué a mi límite.

Salí corriendo hacia él y le di un puñetazo en su mejilla derecha.

Respondió inmediatamente dándome un gancho a la mandíbula. No usó mucha fuerza, pero aun así sentí que mi cerebro se sacudió y luego mi campo visual se torció. Me bamboleé y me preparé para darle un segundo golpe, cuando Sunoo me agarró por detrás y el puñetazo que lancé en dirección a Jay hizo contacto con el aire.

—¡Suéltame! —grité.

—¡Sunghoon, cálmate! Entiendo porque estás molesto, pero tienes que detenerte.

—¡Como si lo entendieras! —gruñí y saliva se escapó de mi boca.

Cuando vi al frente, Jay estaba siendo sostenido por Jake. Estaba enfurecido y luchaba por liberarse. Supongo que tampoco pudo contener su enojo, porque me estaba viendo como si hubiese matado a su padre.

Sunoo trató desesperadamente de calmarme, tenía sus brazos alrededor de mi cuerpo en un abrazo de oso. —Jay no suele controlar lo que dice. Pongamos un poco de hielo en tu mandíbula, ¿sí?

En ese momento mi corazón se congeló. Jay fue el que lo inició todo, pero Sunoo no se pondría de mi lado y me sentí triste.

Yo solía ser el más cercano a él, ¡solía ser su mejor amigo! Aunque creí que últimamente Sunoo había comenzado a tratarme mejor, sentí que habíamos regresado a aquellos días.

Ahora sabía la cruel realidad y pude sentir como mi corazón se volvía un cubo de hielo. Mi tristeza por la distancia que existía entre Sunoo y yo era mucho más profunda que mi enfado por Jay. Apreté los dientes y no pude evitar la lágrima que se me escapó. La sorpresa de Sunoo hizo que me soltara.

—Esto es estúpido. —Susurré y salí rápidamente de la habitación, pasando al lado de Jay y los demás.

Soy un imbécil, el peor.

Mientras caminaba por los largos corredores, lo único que podía escuchar en mi mente eran auto-reproches. Todo el tiempo lo malentendí, esperé demasiado de Kim, y en algún momento me dejé llevar. Me burlé tanto su séquito, pero en alguna parte en mi interior, quería ser la persona más especial para él.

—¡Hoon!

Miré hacia atrás a la voz que me pedía que me detuviera y vi a Sunoo corriendo hacia mí. Me asusté y corrí aún más rápido. Pero había tantos dormitorios en esta casa que los corredores eran como un laberinto.

Me perdí y terminé en un camino sin salida frente a un clóset.

—Pensé que estarías aquí — Traté de correr en otra dirección, pero Sunoo ya estaba ahí y se interpuso en mi ruta de escape. No dije nada por el momento.

—¿A qué te refieres? —Dije finalmente.

—¿No lo recuerdas? Cuando solíamos jugar a las escondidas, siempre te ocultabas en este closet así que siempre ganaba ese juego.

Sunoo sonrió ligeramente y colocó su mano sobre mí mejilla. Impactado, la removí inmediatamente. Pero era demasiado tarde para esconder el hecho de que mi rostro estaba lleno de lágrimas y cuando me vio con lástima no lo pude soportar.

—En verdad lamento lo que ocurrió —Sunoo murmuró. Miraba a la mano que empujé con tristeza.

—¿Por qué te disculpas?

Antes de poder responder, las voces de Jake y los demás se pudieron escuchar en uno de los corredores aledaños. Escuché atentamente y me percaté que sus pasos se acercaban, Sunoo abrió abruptamente la puerta del clóset y me metió.

—¡Oye!

—Guarda silencio.

Había muchas cosas en el clóset, escobas, utensilios de limpieza y papel higiénico, todo en un espacio muy estrecho. Era un clóset lleno de cosas y dos chicos adentro lo hacían bastante incómodo, apenas si había espacio para moverse. Gracias a ello terminé pegado al pecho de Sunoo y él con su espalda pegada a la puerta.

—¿Qué diablos? —Mi reclamo fue cortado por la mano de Sunoo.

Estaba inmóvil, escuchando los ruidos de afuera. Pronto varios pasos se escucharon justo afuera del clóset, pero después escuché a Jake decir —No están aquí —y sus voces se alejaron más y más.

Sunoo movió su mano de mi boca cuando ya no escuchamos nada afuera. —Todo está bien.

Empecé a decir algo, pero al ver que él iba a hablar primero, esperé. Sin embargo, no dijo nada.

Donde nuestra piel se tocaba, emergía calidez. El interior del clóset era demasiado caliente y nos hacía sudar a los dos. Estamos tan cerca que prácticamente me está abrazando.

En el momento en que ese pensamiento apareció en mi mente, un extraño sentimiento se apoderó de mí. Era como si mi corazón estuviera siendo estrujado, como si quisiera abrir mi boca y decir algo, gritarle y aferrarme a Sunoo como si mi vida dependiera de ello, era un impulso extraño.

Asustado, sacudí la cabeza para aclarar mis pensamientos. Pero el ritmo de mi corazón no se calmaba y mi pulso se aceleraba cada vez más.

—Lamento que esos sujetos te hayan dicho cosas tan horrendas. Lamento no haberte protegido como debí hacerlo. —Susurró. Pude notar su frustración y enojo consigo mismo, pero no podía perdonarlo tan fácilmente.

—Si te molesta tanto, debiste haberles enseñado bien modales.

—Lo sé, lo lamento.

Al escuchar sus disculpas me enfurecí más y sin analizarlo dejé que mi voz y mirada reflejaran mis sentimientos. —Eres un verdadero idiota, ¿sabes? ¿Por qué te juntas con sujetos como esos? Sé que eres mejor que esos payasos, entonces ¿por qué?

Reaccioné en ese momento.

¿Qué estaba diciendo? No estaba pensando y hablé solo por mi mal humor. Mi rostro palideció y luego se tornó rojo. Aún estaba confundido, traté de salir del clóset, pero Sunoo me lo impidió halándome poderosamente del brazo.

—Oye, ¿Qué ibas a decir?

—Nada —dije tratando de liberarme, pero él no me lo permitió.

—Mentiroso, sé que ibas a decir algo importante.

—¡Ya te dije que no era la gran cosa!

—¡Sunghoon! —me gritó con seriedad

Me tensé, casi nunca había escuchado a Sunoo alzar la voz así. Sin importar lo que le dijera, lo más que había pasado era que me miraba entristecido, pero ahora.

—Vamos, dilo—Notó mi preocupación, suavizó y se quebrantó el tono de su voz al rogarme.

No podía responderle. Mi boca se había movido sin órdenes de mi cerebro así que no estaba seguro de cómo era que quería terminar esa oración.

Se quedó esperando mi respuesta, sus cálidas manos aún me sostenían. Estaba tan ansioso que me asustaba, todo lo que podía hacer era ver hacia abajo y no decir nada.

El silencio se extendió hasta que lo escuché decir: —Como gustes — en un tono similar a un suspiro—. Te la iba a dejar pasar, pero cambié de opinión. Interpretaré tus sentimientos a la forma en la que me convenga mejor, ¿de acuerdo?

—¿Qué?

Antes que pudiera preguntar qué significaba, sentí una extraña sensación en mis labios. Algo los tocaba, al inicio pensé que Sunoo había cubierto mi boca con sus manos otra vez, pero esto era demasiado suave para ser una mano. Luego escuché el sonido de un beso. Me quedé inmóvil, con los ojos bien abiertos mientras unos labios se rozaban contra los míos.