Capítulo veinti tres: Área gris
Planeta Oa
-¡Todos al suelo!
La advertencia llegó justo a tiempo. Kilowog se tiró al suelo cuando un rayo Qwardiano pasó chirriando sobre su cabeza, desintegrando el pavimento detrás de él con una fuerza explosiva. Katma Tui, después de dar la alerta siguió atacando a los Thunderers de Qward atacantes con un pilar entero de voluntad verde. Kilowog tuvo que maravillarse de cómo todavía estaba haciendo pleno uso de su anillo después de casi diez horas de lucha.
El mismo Kilowog había renunciado a hacer construcciones después de las primeras tres horas y simplemente confiaba en escudos instintivos, explosiones de energía pura, a veces simples puñetazos y sus reflejos como un guerrero bolovaxiano.
-¡Tui, no podemos seguir haciendo esto! – Kilowog paró un golpe de un Qwardiano y le regreso el golpe sólidamente en la mandíbula. Parecía que la avalancha de Qwardianos no tenía fin: seguían viniendo y viniendo, como un enjambre de insectos –
-¡Tenemos que hacerlo, Kilowog! – Katma gritó – ¡Oa no puede caer ante estos invasores!
-¡No podemos seguir luchando contra ellos uno a uno! – Kilowog golpeó a otro Thunderer en la cabeza – ¡Nos superan en número y la mitad del Cuerpo son novatos!
-Bueno, ¿qué sugieres? – exigió Katma –
-Tiene que haber algo que podemos usar para eliminar a la mayoría de estas idiotas de una sola vez – dijo Kilowog – Este planeta tiene algo con el poder suficiente para freír a un par de millas de personas a la vez.
Katma usó un martillo verde para golpear a varios qwardianos antes de responder.
-La batería de energía central.
Kilowog recordó la estructura de cristal que se encontraba justo detrás del edificio principal del Cuerpo en el centro del planeta. La batería de energía central recolectaba y almacenaba toda la voluntad de todos los seres vivos del universo y alimentaba a todos los anillos de los Green Lanterns. Si su energía pudiera ser aprovechada directamente y si pudieran guiar a la mayoría de los Thunderers hacia ella...
Katma golpeó a un Thunderer antes de que este golpeara bruscamente a Kilowog en el pecho.
-¿Kilowog? ¿Qué estás pensando? – le pregunto Katma –
-Creo que tengo un plan.
***
Planeta Tierra.
El generador de respaldo se activó menos de un minuto después de que fallara la energía, pero aparentemente fue tiempo suficiente para que la segunda Star Sapphire desapareciera de la Cubierta G. Zatanna maldijo cuando no vio nada más que maquinaria dañada y cables con chispas donde había estado la villana violeta.
-Ella no pudo haber ido muy lejos – dijo Green Arrow. Ollie tomo aire y luego echó a correr por un pasillo – ¡Vamos!
Zatanna lo siguió de cerca.
-¿Cómo sabes que ella fue por este camino?
-Trabajé lo suficiente con Hal Jordan para reconocer el leve camino de la luz dura.
-¿Hay un rastro?
-Solo si sabes lo que estás buscando. Vamos niña.
Corrieron por el pasillo y doblaron una esquina, y luego Green Arrow se detuvo con un chirrido.
-¿Qué es? – preguntó Zatanna –
Green Arrow miró hacia arriba y Zatanna siguió su mirada hasta el enorme agujero en el techo.
***
Aquaman y Wonder Woman estaban observando muy de cerca los intentos de Star Sapphire de liberarse de su prisión, pero aún así fueron tomados por sorpresa por el brillante rayo fucsia que brotó del piso. Diana, que había estado parada justo sobre él, se cayó y perdió el equilibrio mientras Aquaman balanceaba reflexivamente su tridente hacia el intruso.
-¡Por Poseidón! – el juró –
Ante él se encontró una Star Sapphire que era idéntica a la que aún estaba atrapada en la celda de detención, desde la gema en su antifaz de gato hasta la estrella recortada en su leotardo.
-Retírate, Rey de Atlantis – dijo la nuevo Star Sapphire – Mi pelea no es contigo.
-Así habla la mujer que acaba de invadir nuestra sede – Aquaman mantuvo su tridente apuntándola –
Star Sapphire no parecía perturbada en absoluto.
-Si quieres que pelee contigo, puedo hacerlo. Preferiría no hacerlo, eso es todo.
-¿Por qué? – Aquaman la miró con desconfianza –
-Porque mi pelea es con ella – Star Sapphire sacudió la cabeza hacia su doble en la celda – Tenemos asuntos pendientes.
-¿Y la naturaleza de esto sería...? – Aquaman pregunto –
-Nuestro y solo nuestro – dijo la nueva Star Sapphire con firmeza –
-¿Ni siquiera incumbe a Green Lantern? – la cuestionó Diana –
Star Sapphire se dio la vuelta para entrecerrar los ojos y sus palabras adquirieron un tono malicioso.
-No me hables de él. No quiero volver a verlo nunca más; si lo veo, tendrá suerte de escapar solo con moretones – con un esfuerzo, pareció recuperar la compostura -Llevaré a mi contraparte conmigo y nos iremos.
-Ninguno de ustedes irá a ningún lado hasta que comprendamos la situación – declaró Aquaman. Star Sapphire lo fulminó con la mirada –
-No dije que tuvieras elección.
Antes de que el atlanteano pudiera reaccionar, un revés cargado de plasma le quitó el tridente de las manos y Star Sapphire lo siguió disparándole de lleno en la cara. Diana ya estaba tomando posición de batalla, pero en tan poco espacio Star Sapphire era demasiado rápida para ella. Diana se estrelló contra ella con los pies por delante y la pateó contra la pared. Usando su energía para crear una barrera rosa entre ella y los dos héroes, Star Sapphire cruzó rápidamente la habitación y golpeó con el codo el panel de control de la celda de detención.
Las puertas de la celda se abrieron de inmediato y la otra Star Sapphire salió, sonriendo maliciosamente.
-Ya era hora – le dijo a su contraparte –
La Star Sapphire que estaba frenando a Aquaman y a Wonder Woman simplemente la miró sombríamente.
-Terminemos esto.
La sonrisa de la otra Star Sapphire se amplió y en un resplandor violeta y fucsia, ambas Star Sapphires atravesaron la pared y desaparecieron.
***
Oa, el planeta de los Guardianes.
Kilowog y Katma volaron por el cielo, aprovechando la oportunidad para escanear el campo de batalla y solidificar su estrategia en sus mentes. Se las arreglaron para neutralizar a varios Qwardianos con varias torretas de energía verde cuando los pasaron, pero permanecieron más enfocados en su principal tarea: encontrar un Green Lantern con suficiente autoridad para ordenar al resto del Cuerpo que llevara a cabo su plan.
Kilowog había convencido a Katma de que su plan era sólido y era su mejor oportunidad de ganar esta batalla, pero siendo relativamente una novata y un Lantern muy agresivo, ninguno de ellos tenía derecho a dirigir a los otros Lanterns para que siguieran su idea.
Finalmente vieron a Salaak luchando contra tres Thunderers a la vez y se lanzaron para ayudar, buscando despachar la amenaza inmediatamente para poder transmitir su plan. El alien Clarissi solo era el segundo al mando después de los propios Guardianes, escuchó su explicación apresurada con una expresión solemne.
-¿Quieres hacer qué? – les pregunto Salaak tomando cobertura –
-Necesitamos atraer a todos los Thunderers a la Batería de Energía Central – dijo Katma –
-¿Por qué?
-Podemos eliminarlos todos a la vez con un aumento de energía de la batería – enfatizó Kilowog – No podemos seguir haciendo esto, Salaak, hay demasiados y cada minuto que pasamos luchando contra ellos es otro minuto que no podemos pasar lidiando con la amenaza real.
-Sinestro – asintió Salaak – Pero, ¿cómo propones activar la Batería de Energía Central directamente? Requerirías los esfuerzos concertados combinados de innumerables Green Lanterns.
-Todos ellos – le repitió Kilowog – La batería alimenta todos nuestros anillos, ¿verdad? Si hacemos que todos... y me refiero a todos, usen sus anillos exactamente de la misma manera en el mismo momento frente a la batería, deberíamos poder desencadenar una respuesta de la batería, una oleada de energía para reponer cualquier energía combinada que nuestros anillos estén usando.
-Un conducto directo – conjeturó Salaak – Desean establecer una línea principal entre la batería central y todos nuestros anillos de energía: hacer de nuestros anillos un canal para aprovechar la energía de la batería.
-Eso es posible, ¿verdad? – les pregunto Katma –
-Teóricamente, sí. Pero lo que estás proponiendo apenas se ha intentado antes, solo Hal Jordan y Sinestro lo hicieron con los Manhunters – les dijo Salaak, bajando la cabeza –
-Es nuestra mejor oportunidad, Salaak – dijo Katma sin rodeos –Necesitamos lidiar con Sinestro lo más rápido posible. Los Thunderers son solo una distracción.
-Una vez que su ejército se haya ido, podemos concentrarnos en Sinestro – agregó Kilowog – Hasta entonces, no podemos hacer una mierda.
Salaak fanfarroneo por solo unos segundos antes de asentir con decisión.
-Yo daré la orden. Será mejor que recen para que esto funcione.
***
Planeta Tierra.
Zatanna y Green Arrow entraron en la unidad de contención momentos después de que las dos Star Sapphires desaparecieran.
-¿Dónde está ella? – exigió Zatanna –
-¿Qué sucedió? – preguntó Arrow –
-Se han ido, las dos – Aquaman sonaba extremadamente descontento –
-¡¿Desaparecidas?! – exclamó Zatanna, al mismo tiempo que Green Arrow repetía –
-¿Ambos?
-Parece que si – intervino Wonder Woman, enderezando su escudo – Nos hemos perdido una gran pieza del rompecabezas. Aparentemente, de hecho hay dos de esas dementes.
-¿Dos? – Zatanna miró de Diana a Aquaman y luego a Green Arrow, quien parecía tan desconcertado como ella. Antes de que pudiera continuar preguntando qué diablos estaba pasando, la voz severa de Batman crujió por el intercomunicador –
-Todos repórtense al laboratorio, ahora.
***
Oa, el planeta de los Guardianes.
El Green Lantern Corps no era considerado la fuerza de mantenimiento de la paz más efectiva del universo por nada. Todos y cada uno estaban mantenidos en un alto nivel, e incluso el pelotón de nuevos Lanterns que habían sido instalados apresuradamente durante el último mes habían sido sometidos (aunque apresuradamente) a algunos ejercicios meticulosos y reglas vitales.
Si bien los Guardianes seguían siendo la máxima autoridad, no solían dar claras instrucciones, sino que confiaban en que sus Green Lanterns resultaran lo suficientemente inteligentes como para tomar decisiones independientes. Con mayor frecuencia, los sargentos como Kilowog daban instrucciones, a veces en nombre de los Guardianes, a veces no, pero siempre estas órdenes deberían ser obedecidas. Salaak no usaba el rango a menudo; cuando lo hacía, normalmente tenía una buena razón para hacerlo y se ponía extremadamente gruñón si no le hacían caso.
Por lo tanto, en el instante en que recibieron la orden de Salaak, todos los Green Lantern cesaron sus esfuerzos individuales contra los dispersos Thunderers y comenzaron a guiar a sus oponentes hacia la Central Power Battery. Esto se estableció de varias maneras: desde provocar a los qwardianos para que los persiguieran, empujarlos con ráfagas de energía o como en el caso de Kilowog, secuestrarlos directamente en bolas verdes y lanzarlos hacia la ubicación deseada.
Cualquiera que fuera el método, el resultado final fue el mismo. Treinta minutos después de la orden de Salaak, la mayoría de los Qwardianos y casi todos los Green Lanterns se reunieron frente a la Central Power Battery, donde el propio Salaak ya estaba estacionado, flanqueado por Kilowog y Katma.
-¡Ahora! – grito Kilowog –
Como uno solo, los miembros del cuerpo reunidos de espaldas a la batería de energía apuntaron sus puños a la horda invasora y desearon que sus anillos extrajeran energía directamente de la batería. El enorme depósito, siempre zumbando suavemente con energía verde, ahora latía tangiblemente con la fuerza de voluntad de cada ser vivo en el universo, alimentando su luz directamente al ejército de Green Lanterns en una corriente continua de energía pura. La pared verde se estrelló contra la masa de qwardianos, incinerándolos en el acto.
-Que se jodan, poozers – le dijo Kilowog a Katma golpeando su puño en su palma – Ahora encontremos a Sinestro.
-¿Dónde está? – Katma se enfureció mientras saltaba hacia los cielos con Kilowog y los demás Lanterns –
Katman notó movimiento por el rabillo del ojo y apenas esquivó el rayo de antimateria de un Thunderer de abajo, uno de los pocos rezagados que no había sido erradicado por el rayo de la Central Power Battery. Kilowog golpeó al Thunderer con un puño fuerte y lo barrió.
-Sinestro no puede permanecer escondido por mucho tiempo. Tiene a la mitad del Cuerpo buscándolo – asintió Kilowog viendo con orgullo a Katma –
-También conoce a Oa mejor que la mitad del Cuerpo – dijo Katma – No me extrañaría que supiera de algún rincón secreto con un arma experimental elegante que esté planeando usar para...
Una onda de choque súbita pasó aullando junto a ellos, obligándolos a retroceder varios metros antes de que lograran recuperar la orientación.
-¿Qué fue eso? – exigió Kilowog cuando se paraba del suelo –
-Vino de ese edificio – Katma señalo a una aguja en la distancia, en una de las pocas torres altas que aún estaban intactas en el planeta devastado – Tiene que ser Sinestro. ¡Vamos! – ella aceleró y salió disparada, con Kilowog siguiéndola de cerca –
Aterrizaron en un cómodo balcón y se metieron dentro, cautelosos. Había una tensión incómoda en la boca del estómago de Kilowog; simplemente sabía que estaban entrando en algo que no era bueno.
-Tui, ¿no deberíamos pedir refuerzos?
Antes de que Katma pudiera responder, un pilar amarillo se estrelló contra ella y la aplastó contra la pared.
-¡Katma! – Kilowog trató de alcanzarla, pero otro rayo pasó a su lado y se vio obligado a tirarse al suelo. Apenas pudo rodar fuera del camino de los siguientes dos ataques, pero el tercero fue una mano amarilla que lo agarró dolorosamente del cuello y lo arrastró hacia el centro de la habitación, donde estaba Sinestro armado con un nuevo anillo en lugar del que Arisia le había robado. El ex Green Lantern frunció el ceño mientras estudiaba a Kilowog.
-Kilowog... el único Lantern cuyo anillo emite un sonido similar a la bala de un cañón, ¿Dónde esta Hal Jordan?
-No... mierda – Kilowog luchaba por respirar en el estrangulamiento de Sinestro, pero aun así se las arregló para sonar furioso –
-¿Qué le pasó a Jordan? – exigió a Sinestro. Aflojó un poco el agarre en el cuello de Kilowog para que pudiera responder –
Kilowog, por su parte, miró torvamente al renegado Lantern.
-El renunció.
-¿Jordan se rindió? – eso realmente pareció sorprender a Sinestro –
Kilowog vio su oportunidad y la aprovechó. Encendió su anillo y envió una tormenta de dagas a Sinestro, pero descubrió con asombro cómo todas se desintegraban contra su aura amarilla.
-Eres un veterano... ¿No te dijeron que tu anillo no funciona contra el mío? El miedo es superior a la voluntad – Sinestro se burlo –
-¿Es por eso que te escondes aquí? – Kilowog se burló – ¿Tienes miedo? – el había notado que Katma comenzaba a moverse; todo lo que tenia que hacer era ganar tiempo, mantener a Sinestro hablando –
-Difícilmente – resopló Sinestro – Esta torre es uno de los muchos escondites de equipo que hay alrededor de Oa.
Kilowog notó por primera vez el disco circular en la mano derecha de Sinestro.
-Querías algo en específico.
- No tienes idea, ¿verdad? De los poderes que existen más allá de Oa... la voluntad no es lo único que esta aprisionado en la batería central.
-Sí lo entiendo; el miedo es superior, te vas a apoderar del universo, bla bla bla.
Los ojos de Sinestro brillaron con molestia ante el tono deliberadamente condescendiente de Kilowog.
-No solo miedo. Hay otros, algunos que incluso los Guardianes desconocen. Los qwardianos han estado investigando durante mucho tiempo las fuerzas metafísicas en el universo y han concluido que hay siete colores en el espectro emocional. Hay una leyenda, no de origen qwardiano, que dice que el que pueda dominar los siete desbloqueará todo el poder del espectro y se fusionara en una Linterna Blanca – Sinestro sonrió desagradablemente – Planeo ser ese.
-Creo que escuché eso de un chamán de Bolovax... estaba loco por cierto.
Detrás de Sinestro, Katma se había puesto de pie en silencio.
-Estoy cansado de esta palabrería – dijo Sinestro – Es una pena que no estés vivo para ver el error de tus caminos cuando yo obtenga todos los colores del espectro emocional.
Y entonces, Kilowog sonrió.
-No lo creo. ¡Tui, ahora!
Katma arrojó escombros a Sinestro, quien gruñó cuando dejó caer a Kilowog y se volteo para mirar a su compañera korugariana. Kilowog perforó una pinza verde y con notable precisión bajo presión, le arrebató el disco, que estaba envuelto en un aura amarilla de Sinestro.
Enfurecido, el Yellow Lantern se lanzó hacia Kilowog, lanzando un golpe de revés hacia Katma mientras se lanzaba a la carga. Kilowog se apartó ágilmente del camino, pero el siguiente disparo de Sinestro le dio en la pierna. Aprovechando su ventaja, Sinestro picó la mano de Kilowog con un disparo particularmente cruel, lo que hizo que dejara caer el dispositivo. Sin perder el ritmo, Sinestro agarró y activó el disco, abriendo un agujero de gusano en el que desapareció justo cuando la daga de energía de Katma pasó volando por donde había estado hace un instante.
-¡El agujero de gusano! – gritó Katma, corriendo hacia él –
Kilowog miró hacia abajo; vio el agujero de gusano que se encogió rápidamente y sin dudarlo, se precipitó de cabeza en él. El portal se cerró justo cuando él entró, dejando a Katma incapaz de seguirlo.
***
Coast City, California.
-¡Cuidado con tu cabeza! – dijo Flash acercándose para barrer a un civil fuera del camino de una explosión perdida de energía violeta –
Por encima de ellos, Wonder Woman y Zatanna intentaban (sin éxito) intervenir en el feroz duelo entre las dos Star Sapphires, mientras que Aquaman y Arrow ayudaban a Flash a sacar a los ciudadanos del peligro e intentar limitar el daño a la infraestructura de Coast City.
-Entonces, ¿cuál es exactamente la historia aquí? – Flash preguntó mientras saltaba sobre un automóvil volcado para atrapar un trozo de árbol volador antes de que pudiera golpear a un transeúnte –
-Ni idea – respondió Aquaman honestamente – Las locas claramente se conocen y obviamente tienen animosidad entre ellas. Cuál de ellas es responsable de la cristalización de los hombres, o si ambos lo son, aún está en debate. El objetivo actual es simplemente detener a ambas y tratar de conseguir respuestas.
-Es más fácil decirlo que hacerlo – respondió Flash haciendo una mueca cuando las dos Star Sapphires se unieron para arrojar a Wonder Woman a Aquaman antes de reanudar su batalla entre ellas. Flash aceleró hacia ellos – Creo que el área está libre de civiles – miró a las Star Sapphires – ¿Alguien tiene alguna idea de cómo subir allí?
-¡Ni idea! – le grito Aquaman mientras ayudaba a Diana a recomponerse –
Tan pronto como Wonder Woman y Aquaman registraron con desconcierto que aparentemente todavía había un civil en medio del caos, Flash salió disparado hacia la esquina de la calle donde una figura familiar se estaba refugiando.
-Hal, ¿qué diablos estás haciendo aquí? – Flash siseó –
-Yo... no lo sé – le admitió Hal – Escuché sobre esto en las noticias y simplemente... sentí que tenía que estar aquí.
Flash se tomó un microsegundo para sofocar su enojo con su mejor amigo idiota.
-Hal, ¿tengo que recordarte que ya no tienes un anillo? Hay dos damas rosas locas que se golpean a golpes y solo estamos tratando de controlar los daños. En este momento, lo mejor lo que debes hacer es mantenerte lejos de...
-¡Tú!
Tanto Hal como Flash se sobresaltaron por el chillido venenoso cuando una de las Star Sapphires de repente se abalanzó sobre Hal. Ella agarró al desafortunado piloto y se elevó hacia el cielo con él, dejando que la otra Star Sapphire se enredara con Zatanna.
-¡Esto es tu culpa! – ella acusó a Hal –
-¿Qué?
Hal estaba completamente sin palabras.
-Fracasaste como Green Lantern, Hal Jordan. Fallaste como protector de Coast City... y me fallaste a mi.
Hal la miró boquiabierto, estupefacto.
-¿Qué? Como...
-¿Cómo "sé quién eres"? – Star Sapphire resopló burlonamente –Mírame bien, Hal. ¿De verdad no me reconoces? Solo nos conocemos de toda la vida.
Hal miró a través de su máscara, notando por primera vez los ojos verdes cristalinos detrás del violeta resplandor. La verdad se estrelló contra él como una tonelada de ladrillos.
-¿¡Carol!?
Un estallido atronador estalló detrás de ellos y apareció un agujero de gusano giratorio, arrojándolos en direcciones opuestas con su fuerza. Star Sapphire comenzó a enderezarse en el aire antes de estrellarse contra una ventana del décimo piso de un edificio mientras que Flash amortiguó la caída de Hal con un brazo tornado. Del agujero de gusano salió disparada una figura amarilla brillante, seguida de cerca por otra verde.
-¡Hal Jordán! – gritó Sinestro – ¡¿Dónde estás?!
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