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Capítulo treinta y uno: Soultaker

-¿Dónde está, dónde está, donde esta? – Flash murmuró mientras atravesaba el terreno arenoso, buscando en vano la Soultaker de Katana. Al pasar por Katana, la guerrera le frunció el ceño –

-Detente – le reprimió ella – ¿Cómo esperas que encontremos la espada si sigues levantando nubes de polvo cada vez que pasas?

Flash patinó hasta detenerse, creando una nube de polvo aún más grande cuando una bombilla se encendió en su cabeza. Chasqueó los dedos.

-¡Eso es todo! – el exclamó –

-¿Qué? – preguntó Nightwing, apartando una capa de arena con su pie calzado con botas y sin encontrar nada –

-Miren, la espada probablemente ya esté debajo de una o dos capas de arena, ¿verdad? – les pregunto Flash –

-Puede ser...

-Entonces, si doy vueltas y creo torbellinos para levantar el polvo, llegaremos a ver mejor.

-Eso va a llevar mucho tiempo – dijo Katana con dudas – No tenemos idea de dónde arrojó Parallax la espada.

-¿Tenemos alguna opción? – Flash preguntó mientras aceleraba –

Mientras tanto, en el cielo, Parallax estaba haciendo todo lo posible para pasar a la primera línea de héroes compuesta por Superman, Wonder Woman, Cyborg, Starfire y Kilowog. Estaba demostrando ser más difícil de lo que habían anticipado, especialmente porque Green Arrow le estaba disparando todo tipo de flechas desde su posición en la plataforma flotante de energía de Zatanna. La hechicera también le había dado a Robín un hechizo para sobrevivir a permanecer en el aire, y estaba disparando con sus nudillos eléctricos directamente a la forma de Parallax. Cyborg, propulsado por propulsores de cohetes desde sus pies/zapatos cibernéticos, estaba disparando rayo tras rayo de plasma azul. Al ser más poderoso, Parallax no se vio particularmente afectado por estos ataques; lo que más le preocupaba era el hecho de que no podía volver al nivel del suelo para seguir avanzando.

La razón de esto era simple: Kilowog había construido una enorme cúpula de protección verde brillante sobre toda la parte este de la ciudad que impedía que Parallax se alimentara de los miedos de los ciudadanos. Kilowog ahora estaba manteniendo el escudo por la pura fuerza de su voluntad, lo que Hal Jordan tuvo que admitir que era impresionante, pero eso significaba que no podía perder su concentración en nada más. Eran los otros héroes, desocupados, los que eran el problema. Y Parallax se estaba cansando del juego.

-No me detendrán – dijo enojado – Cuando los mate será lentamente.

Mientras los héroes observaban, zarcillos de energía amarilla se filtraron desde los cielos y desde la cárcel en la distancia. Numerosas criaturas alienígenas con uniformes amarillos parecidos a escarabajos con pinzas que rechinaban y patas largas y delgadas salieron de los portales. No tenían alas, pero podían flotar y moverse fácilmente en el aire.

Igualmente los reos a los que Hal Jordan les había dado anillos amarillos se habían unido a la pelea para defender a su amo. El ejército de Parallax había llegado. Por cierto, también eran una fuerza de ataque altamente eficiente.

Fácilmente superaban en número a los héroes veinte a uno, y se abalanzaron sobre ellos dejando a Parallax menos asediado que antes. Ahora sin obstáculos, Parallax se movió contra el escudo abovedado de Green Lantern con toda su fuerza. Kilowg gimió y se tensó, sujetando su brazo con la mano libre, haciendo todo lo posible para mantener a raya a Parallax.

-¡Esperen! – les llamó Flash, justo antes de renovar sus esfuerzos para localizar la espada perdida de Katana –

-¡Ahí! – Katana llamó de repente, captando el brillo del metal en medio de toda la arena que Flash había levantado –

-¡Estoy en ello! – Flash corrió hacia donde apuntaba Katana, pero justo antes de que pudiera alcanzar la espada, Parallax rugió y Flash corrió hacia la mitad del desierto – ¿Qué?

-¡Flash! – Barry escuchó a la voz de Nightwing gritar, como si viniera de muy lejos – ¿Qué estás haciendo? ¡Consigue la espada!

Correcto, Flash pensó para sí mismo.

Necesitamos la espada.

Parpadeó desorientado, hacia los cactus juntos y la arena en el suelo.

Pero, ¿dónde diablos estoy?

***

El equipo en el cielo pronto descubrió que los alienígenas y los reos dorados, a diferencia de Parallax eran sólidos y por lo tanto, destructibles. El principal problema era su gran número: superaban con creces a los héroes y no carecían de destreza propia. Sus pinzas eran afiladas como navajas, sus piernas anormalmente fuertes y eran rápidos. Entraban y salían disparados por todas partes y se abrían paso hábilmente por el cielo, dificultando la pelea de los héroes.

-¿Por qué Flash está parado allí? – exigió saber Green Arrow, disparando a dos Yellow Lantern a la vez desde su posición en la plataforma de Zatanna –

-Parallax debe estar jugando con su mente – respondió Zatanna. Ella no dio más detalles; estaba necesitando toda su concentración para estar enfocada en dos frentes: un lado para mantener a Green Arrow en el aire y el otro para combatir a los Yellow Lanterns ella misma –

Un poco por encima de ella el Flying Fox se deslizó, lanzando mini-bombas y disparando ráfagas de metralla sobre el enemigo.

-¡Necesitamos esa espada! – Batman les ordeno a la vez que piloteaba su vehículo –

-Necesitamos distraer a Parallax – agregó Cyborg, golpeando a otro Lantern amarillo con forma de pulpo – No creo que Kilowog pueda mantenerlo fuera mucho más tiempo – Víctor señaló abajo; el escudo verde tenia grietas en toda su superficie. Kilowog se esforzaba por sostenerlo y su brazo temblaba por el esfuerzo –

Superman, usando su visión de calor cortó al menos a una veintena de Yellow Lanterns por la mitad antes de sumergirse para atraer la atención de Parallax con una ráfaga de aliento helado.

Parallax le gruñó furioso, pero no le prestó atención de otra manera. Con un empujón final, rompió el campo de fuerza del Green Lantern bolovaxiano y entró en la ciudad, dejando al propio Kilowog inconsciente.

***

Nightwing se dirigió hacia donde Flash aún estaba desprevenido y chasqueó los dedos frente a la cara del velocista.

-Barry, vamos amigo, ¡párate!

Flash saltó violentamente; sin embargo creyó no ver a Nightwing en el lugar en que pensaba que estaba.

-¿Dick? ¿Dónde estás? – bramo Barry, casi ciego –

-Estoy justo en frente de tu cara.

-¿Mi qué? – Flash parpadeó, disipando lentamente la ilusión que Parallax había creado. Parecía un poco aprensivo por lo bien que el malvado Hal Jordan se había metido en su cabeza – No sabía que podía hacer eso.

-Yo tampoco. Vamos, la espada ha desaparecido de nuevo.

-¿Qué? – Flash miró hacia la arena – ¡Pero estaba justo ahí!

-Parallax debe haberla tirado en otro lugar. Tenemos que encontrarla rápido.

***

Starfire abandonó repentinamente la batalla en el cielo, dejando que los demás lucharan contra el resto de los Yellow Lanterns mientras se estacionaba directamente frente a la forma de Parallax que avanzaba.

-Niña tonta – dijo el antiguo Hal Jordan con desdén – Drenaré tu miedo y seguiré adelante.

-Te daré algo para dormir – Starfire juntó sus manos y un gran rayo de luz brillante creció entre ellas – ¡Aliméntate de esto! – Y arrojó el rayo de estrella directamente a las fauces abiertas de Parallax –

Para el enorme asombro del villano, el rayo verde se hundió directamente en el centro de su masa, dispersando su luz por toda la turbulenta superficie amarilla. Los zarcillos oscuros de Parallax se encogieron instintivamente hacia la parte principal de su cuerpo.

Starfire le disparó otro rayo estelar.

-Mis rayos estelares son el producto de la furia justiciera, lo opuesto al miedo que te alimenta. Por lo tanto, tienen un efecto negativo en ti – y disparo otra ráfaga de rayos estelares –

Batman se dio cuenta de lo que estaba haciendo mientras maniobraba el Flying Fox a través del ejército de Yellow Lanterns en los cielos. A pesar de traer un vehículo pesado, Bruce Wayne también se destacaba como piloto y apenas y mantuvo a raya con eficiencia al ejército de Parallax a las afueras de Coast City lanzándoles misiles de corto alcance y sin soltar el gatillo de las ametralladoras.

-¡Zatanna! – llamó Bruce por el comunicador cuando el Flying Fox pasó por el lugar de donde se encontraba Parallax – ¡Ayuda a Starfire! ¡Necesitamos ganar algo de tiempo!

-¿Qué pasa con Green Arrow? – le contesto ella cuando contenía con sus rayos mágicos a tres rivales; un humano y dos aliens con cara de insecto, todos Yellow Lanterns –

-Me haré cargo – se ofreció Cyborg, usando sus cañones de plasma para disolver a dos aliens. Zatanna asintió y su campo oscuro desapareció justo cuando Cyborg se llevo volando a Green Arrow a lo alto de un edificio –

***

-¡La tengo! – Wonder Woman exclamó, agarrando la espada por la empuñadura antes de que pudiera ser arrebatada de nuevo –¡Katana, atrápala!

-¡No, espera! – Flash gritó, agarrando su brazo – No queremos que desaparezca de nuevo. Es más segura en las manos de alguien que en el aire.

-Batman, tenemos la espada – informó Nightwing a través de su comunicador, viendo a Starfire y Zatanna mantener a raya a Parallax con rayos estelares y magia, ambas derivadas de emociones que Parallax no podía controlar –

-Katana, ya sabes qué hacer – dijo la voz de Batman –

Katana corrió y tomó su espada de Wonder Woman.

-¡Flash! – ella grito –

Flash escuchó y corrió por toda la ciudad generando una buena carga de electricidad proveniente de la Speed Force. Cuando volvió a lado de la guerrera japonesa, envainó la Soultaker en electricidad mientras Katana la lanzo con todas sus fuerzas a Parallax.

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