Capitulo cuatro: Recuerdos de un día oscuro
La mayor parte de la Justice League esperaba que el turno de la tarde para hacer guardia no fuera tan aburrido, pero para una época tan tranquila, este era el turno más aburrido de toda la lista de turnos. Ninguno proclamó este punto de vista más vociferante que Flash, quien se encontró figurativamente sacando la pajita más corta para el horario de este mes, y considerando que Barry Allen se aburría con facilidad debido a la rapidez con la que sus poderes funcionaban, se podría decir que estaba más que aburrido.
-Nunca debí haber mencionado que estoy trabajando en el turno de noche en el laboratorio – se quejó mientras usaba su comunicador de la Liga para activar remotamente el tele transportador – el rayo transportador se fijó instantáneamente en su firma biológica y, un momento después, se materializó en el Salón de la Justicia –
Se sorprendió gratamente al encontrar a Green Lantern holgazaneando alrededor de los monitores con un sándwich de jamón frío en la mano.
-Hola, Hal – lo saludó Barry muy alegre – ¿Qué estás haciendo aquí? Pensé que estabas de servicio ayer.
-Tuve que alejarme por un tiempo.
-¿Día difícil? – Flash preguntó con simpatía, acercándose para sentarse a su lado –
-Semana difícil – Hal parecía cansado – El último prototipo de Ferris Air fracasó.
-¿El Peregrine? ¿El que dijiste que era tan prometedor?
-Sí. Casi mata a Ace cuando lo sacó a dar una vuelta; Carol está realmente molesta y... para colmo está furiosa conmigo.
-¿Contigo? ¿Por qué? Pensé que lo estabas haciendo bien.
-Eso fue antes – Hal se detuvo, ante la curiosidad de Flash – Sabes que ya le he contado sobre el anillo pero... – dijo Hal pero la curiosidad de Flash se convirtió en preocupación, porque reconoció una desviación cuando lo escuchó – Carol sabe que estoy escondiendo algo, y lo odia... no ha estado completamente feliz conmigo desde que me uní al Green Lantern Corp. Así que cuando ella se enfada por algo, su temperamento también se extiende a mí por ese problema – Hal suspiró – Ella también tiene una razón bastante específica para estar enojada conmigo esta vez: se suponía que yo sería el que probaría el Peregrine. Se lo prometí hace meses, cuando la USAF se acercó por primera vez a Ferris para un nuevo diseño.
-¿Y no estabas aquí debido a las actividades de los héroes? – Flash adivinó –
-Vaya, desearía que eso fuera todo – la voz de Hal estaba abatida, resonando con angustia y dolor para aquellos que sabían qué buscar –
-Hal, ¿qué pasa?
Hal abrió la boca, aparentemente para responder, pero luego lo pensó mejor.
-No quiero hablar de ello.
-Hal... – comenzó Flash –
-Barry, por favor.
Flash miró largamente a su amigo y Hal supo que los ojos de Barry estaban preocupados detrás de su capucha.
-Está bien – Flash asintió. No estaba contento con eso, pero como una persona que valoraba su propia privacidad, sabía que necesitaba respetar el deseo de Hal de que retrocediera – Pero cuando estés listo para hablar, estoy aquí.
-Lo sé, gracias.
***
Carol Ferris estaba bastante preocupada debido a las circunstancias recientes con Hal Jordan. Él había venido a disculparse por dejarla varada en el asunto del Peregrine, pero Carol con su medidor emocional ya al máximo de su capacidad, lo había regañado en voz alta y a fondo, sacando a relucir problemas de años atrás.
Hal por supuesto, tenía su propio orgullo, y él le había gritado que ella no entendía, y que él pensó que podía contar con su apoyo al decirle que ahora tenía responsabilidades con los Green Lanterns y con la Justice League. La discusión termino cuando Hal salió furioso después de que Carol lo abofeteara.
Ahora, ella estaba revisando en su oficina los planos del nuevo avión antes de las pruebas de la semana próxima, cuando un brillo purpúreo parpadeó en el rabillo del ojo, y ella volteo la cabeza para estudiar el objeto que descansaba en el portalápices sobre su escritorio.
Desde que lo recogió en la calle hace una semana, se había sentido inexplicablemente atraída por la extraña gema. Era una cosa hermosa, lisa y ovalada con un estallido de color rosa brillante exactamente en el centro de la piedra fucsia. Carol sabía que probablemente debería llevarla a la estación de policía para que pudieran encontrar al dueño, pero algo en la forma en que la gema irradió suavemente le hizo sentir una sensación de poder que le había impedido contarle a alguien sobre ella. Carol era curiosa por naturaleza y quiso saber mas sobre ella antes de decirle a alguien.
Con un pensativo encogimiento de hombros, Carol dejó el bolígrafo que había estado usando y reconoció la gema.
***
Era cerca de la medianoche cuando Hal terminó su patrulla en Coast City. Dado que la Fuerza Aérea no lo había llamado para ninguna misión esa noche, había optado por un vuelo en solitario alrededor de su ciudad natal, para asegurarse de que ningún villano hubiera causado estragos, así como para aclarar su mente después de lo que había pasado.
Después de conocer el punto de vista anti meta humanos de Héctor Hammond, la desgracia y el exilio de Sinestro, el estado emocional de Hal había sido un desastre. El estrés de hacer frente, junto con las exigencias de su doble vida como piloto de combate de la USAF y Green Lantern, estaba pasando factura a Hal, y esa noche era peor debido a la gran discusión que había tenido con Carol.
Por lo tanto, fue una Green Lantern cansada quien aterrizó en el porche delantero de Hal a los cinco minutos antes de la medianoche.
Hal estaba a punto de quitarse los poderes y entrar cuando su anillo mostró un pitido suave, lo que indicaba la presencia de otra Green Lantern cerca. Hal se preparó mentalmente para una dura prueba: la última vez que había estado con otros miembros del cuerpo, todo su mundo se había torcido.
Sin embargo y para su sorpresa, no fue Tomar-Re ni Kilowog ni nadie más que Hal asociara con los asuntos "oficiales" de Lantern, sino Arisia Rrab quien se dejó caer frente a él.
-Hola – dijo ella tímidamente –
-Arisia, ¿qué haces aquí? – preguntó Hal completamente confundido. Aunque Arisia estaba a cargo del sector justo al lado de Hal, ninguno de ellos se había aventurado antes en el área del otro –
-Quería ver como estabas – Arisia colocó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja, el brillo de su anillo enfatizando su piel impecable y sus suaves curvas – Ninguno de los otros Lanterns ha tenido noticias tuyas desde...
-A menos que haya una crisis, tampoco quiero saber nada de ellos – dijo Hal con franqueza – No hasta que la vida haya vuelto a una apariencia de normalidad. Sin ofenderte a ti ni a ninguno de los Lanterns, por supuesto.
-Lo sé. Necesitas tiempo – el tono de Arisia era comprensivo –Katma Tui ha sido nombrada Green Lantern del Sector 1417, se ofreció como voluntaria.
-Vaya – Hal no estaba seguro de lo que se suponía que debía decir sobre el sucesor de Sinestro. Arisia suspiró –
-Mira, Hal... – Ella se acercó, hasta que estuvieron cara a cara y ella puso su mano sobre el hombro de Hal – Sé que estás dolido, pero todos nosotros también. Sinestro era apreciado y respetado por todos nosotros. Sé que puntualmente tendrás tiempo para superar lo que hizo, pero no tienes que eliminar a todos de tu vida.
Su mano automáticamente se elevó para ahuecarla un lado de su cara, y la tensión en el aire aumentó bastante. Arisia contuvo el aliento mientras se miraban a los ojos y sus labios se separaron voluntariamente. Hal también podía sentir la atracción entre ellos, y era un cambio bienvenido del humor sombrío que se había cernido sobre él durante toda la semana. La presencia de Arisia como alguien que sabía por lo que estaba pasando y que le estaba ofreciendo el apoyo emocional que necesitaba desesperadamente también fue un calmante para su alma atormentada.
Antes de que ninguno de los dos se diera cuenta de lo que estaba pasando, Hal ya había cubierto los labios de Arisia con los suyos.
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