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Capítulo cinco: De la nada

Hal levantó la mano en un gesto cuando vio que Ace(el piloto que lo suplantaba en Ferris Air) se acercaba. Ace sonrió y le devolvió el saludo, acelerando el paso.

Un mes y medio después del accidente del Peregrine, Ace se había recuperado por completo y estaba listo para volver al trabajo. Carol Ferris había logrado salvar el contrato con la USAF después de negociaciones sustanciales, y Ferris Air había vuelto a la normalidad durante las últimas tres semanas.

Cuando Ace llegó a la mesa del café al aire libre, Hal dijo:

-Es bueno verte saludable, amigo.

-No puedes deshacerte de mí tan fácilmente – Ace bromeó mientras se sentaba – Puede que no sea de la USAF, pero soy un buen piloto, si puedo decirlo.

-Eres un gran piloto – respondió Hal con sinceridad. Si no hubiera sido por su ingenio en el aire, Ace podría no haber sobrevivido al fracaso del Peregrine – Entonces, ¿cuándo vas a volver al trabajo?

-En algún momento de esta semana, tal vez – Ace estuvo a punto de decir algo más, pero ambos tuvieron que volverse hacia la camarera que se les acercó en ese momento –

-Hola, ¿puedo tomar su pedido?

Hal le preguntó a Ace qué quería y Ace se lo dijo. Mientras Hal ordenaba la comida, Ace aprovechó la oportunidad para estudiarlo. No había visto mucho a Hal durante su convalecencia, pero Tom Kalmaku (un amigo en común en Ferris Air) le había contado sobre la gran pelea en la oficina de Carol, y Ace había estado preocupado por Hal desde entonces.

Una vez que la camarera se fue, Ace hablo.

-Entonces, ¿cómo estás, Hal?

-Estoy bien – Hal le contesto a la ligera – Han sido un par de semanas bastante aburridas, para ser honesto.

Ace asintió distraídamente, todavía preguntándose cómo abordar el delicado tema. Finalmente, fue directo.

-¿Cómo están tú y Carol? – era una pregunta bastante frecuente de Ace debido a la naturaleza inestable de la relación de la pareja, pero a la luz de los acontecimientos recientes tenía más peso que nunca –

-¿Quién te lo dijo? – Hal lo miró largamente –

-Tom – respondió Ace, totalmente despreocupado –

-Debería haberlo sabido – Hal negó con la cabeza – La oficina de Carol no es el mejor lugar para tener una pelea.

-No es broma... – asintió Ace – Pero eso fue hace más de un mes, ¿verdad? ¿Ya se reconciliaron?

-No creo que nos estemos conciliando esta vez.

-Mierda, ¿en serio? – ante el sentimiento de Hal, Ace murmuró –Maldita sea. No me di cuenta de que era tan grave. Sé que te perdiste la prueba de vuelo, pero...

-No es solo la prueba de vuelo, Ace – Hal apoyó las manos sobre la mesa – Carol y yo... hemos tenido problemas desde el principio: tan pronto como se resolvía un problema, otro tomaba su lugar. Toda nuestra relación ha sido una larga serie de peleas con ocasionales rupturas pacíficas en el medio – Hal sonrió sin humor – Tenía que terminar en algún momento.

-Hal, ¿estás seguro...? – Ace preguntó preocupado – Carol y tu se conocen desde hace eones; probablemente hayas estado con ella desde la secundaria... incluso si ambos han salido con otras personas de vez en cuando. Quiero decir, sé que tienen problemas. Dios sabe que tienen problemas – dijo con ironía – pero de alguna manera siempre te las has arreglado para resolverlo. Y como tu amigo, tengo que decirte que estás tirando lo que podría ser una gran cosa.

-Ace, créeme cuando digo que hay obstáculos, principalmente de mi parte... que nunca permitirían una relación fluida entre Carol y yo. Después de años de intentar superar esos obstáculos sin éxito, creo que es hora de dejarlo ir, por mi bien y el de Carol. Con suerte, con el tiempo, Carol podrá perdonarme y volveremos a ser amigos, como cuando éramos niños.

-Eso puede ser mucho tiempo – contesto Ace con simpatía –

-Vivo con esperanza – bromeó Hal –

-¿Estás seguro de esto?

-Si... – Hal exhaló – Carol y yo terminamos, Ace. En realidad, ya estoy viendo a alguien más.

-No pierdes el tiempo, ¿verdad? – dijo Ace con un tono burlón –

-No estaba buscando algo tan rápido – se defendió Hal – Era una chica que conocía desde hacía un tiempo, una amiga: apareció cuando estaba deprimido, me apoyó y las cosas simplemente... sucedieron.

Desde esa primera noche con Arisia, su conexión acababa de... progresar. Hal tuvo que admitir que parte de la diversión de la nueva relación era la novedad de estar con una "extraterrestre", pero sobre todo, la razón por la que su joven romance con Arisia ya parecía más sólido que toda una vida con Carol era el hecho de que no tenia que ocultarle nada ni darle explicaciones de NADA.

-Además, ¿por qué siempre estamos hablando de mi vida amorosa? ¿Qué está pasando contigo e Irene? Estás llegando a los tres años de noviazgo, ¿me van a invitar a una boda pronto? – le sugirió Hal descaradamente –

-Cállate, idiota – dijo Ace con buen humor –

-Oh, no... si te casaras – Hal sonrió – Entonces, ¿cuándo estás...

¡BOOOMMM!

Tanto Hal como Ace se apartaron del camino de la explosión que redujo su mesa de metal a pedazos. A su alrededor, los otros clientes del restaurante también se agacharon, algunos maldiciendo, muchos más gritando. Los ojos de Hal y Ace se encontraron a través de las ruinas de su mesa.

-¿Que demonios fue eso? – exclamó Ace –

Hal negó con la cabeza, escaneando el área. Una sombra se cernía sobre el suelo, y él y Ace miraron hacia arriba para ver una figura vestida con lo que parecía una armadura azul sobre un uniforme púrpura, con un casco azul con metal que cubría su rostro.

-¡Soy el Doctor Polaris y desafío a Green Lantern!

-¿Es este hombre de verdad? – exigió Ace. Volvió a mirar a Hal, solo para encontrar aire vacío – ¡¿Hal?!

Ace levantó la cabeza tanto como se atrevió; los clientes del restaurante estaban de pie, corriendo en todas direcciones para escapar a otra área. No había ni rastro de su amigo.

-¡Hal!

***

Al escuchar al Doctor Polaris lanzar su desafío, Hal rápidamente sacó el anillo de su bolsillo y se lo puso. Antes de que Ace se volteara a mirarlo, Hal ya había usado el anillo para desviar la luz alrededor de su cuerpo, haciéndolo invisible para Ace a pesar de que el otro hombre estaba a menos de un metro de distancia.

Hal sabía muy poco sobre el Doctor Polaris; el manipulador de magnetismo había sido parte de la coalición de villanos de Lex Luthor, pero escapo y la policía de Coast City lo recapturó con la ayuda de Wonder Woman antes de la batalla final. Hal nunca se había encontrado personalmente con el hombre y no tenía idea de por qué Polaris querría desafiar a Green Lantern.

Todavía invisible, Hal se elevó en el aire y voló a un lugar a varios metros de distancia del Doctor Polaris antes de optar por volverse visible, ahora como Green Lantern.

-¿Usted llamó, doctor? – dijo Hal burlonamente –

La cabeza con visor se volteo hacia él, y la voz de Polaris sonaba jubilosa mientras hablaba.

-¡Ah, sí! ¡El protector de Coast City! Te hare una demostración de mis poderes...

-¿Perdóneme?

-¡Lucharé contigo Green Lantern, y demostraré a todos que el magnetismo es una fuerza a tener en cuenta!

Hal tuvo un breve segundo para preguntarse si su adversario actual era mentalmente inestable antes de que un aura azul envolviera una de las mesas de metal del restaurante, haciendo que se levantara y se precipitara hacia él. Hal instintivamente levantó una barrera simple, pero el impacto de la mesa chocando contra su voluntad fue sorpresivo.

El Doctor Polaris levitó más mesas y esta vez más preparado, Hal se encerró en una burbuja protectora, dejando que las mesas resonaran inofensivamente contra la barrera verde.

En ese momento, Polaris reveló otra arma en su arsenal: su puño recubierto de metal y electromagnetismo puro. A la deriva más cerca de Hal, Polaris le apuntó con el puño y soltó un rayo de electricidad. Tomado por sorpresa, el escudo de Hal vaciló junto con su concentración, y la electricidad se estrelló contra él. El campo de fuerza que siempre lo rodeó cuando era Green Lantern evitó un golpe letal, pero no hizo nada para evitar el dolor y la conmoción de tener una carga de 500 voltios a través de su cuerpo. Con un grito, Hal cayó como una piedra.

Hal gimió mientras recobraba lentamente la sensibilidad en sus extremidades, una sensación del tipo de espasmos y hormigueo, como si tuviera millas de alfileres y agujas clavadas en sus nervios.

Sorprendentemente, el Doctor Polaris no había aprovechado su ventaja y en cambio, estaba flotando en el cielo esperando que Green Lantern se recuperara.

-Vamos de nuevo, Green Lantern. No he terminado mi demostración.

Aparentemente, el Doctor Polaris tenía algo que demostrar con este asunto del magnetismo. El villano levantó las manos para generar más electricidad; Algunos rayos secundarios se desviaron en todas las direcciones, amenazando con liberarse del control de Polaris.

Cuando se recuperó lo suficiente como para ponerse de rodillas, Hal notó un movimiento cerca de la pared del restaurante. Inhaló profundamente cuando reconoció a Ace.

¡¿Qué demonios sigues haciendo aquí?!

El Doctor Polaris aumentó el voltaje de la electricidad, y esta vez un perno suelto se rompió, dirigiéndose directamente hacia Ace.

Hal tenía dañado su brazo y deseaba realizar una construcción de energía que apartara a Ace del camino de la electricidad, pero su anillo solo brillo para recordarle que se había olvidado de cargarlo.

Hal ni siquiera tuvo tiempo de horrorizarse antes de que la energía eléctrica golpeara a Ace.

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