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Capítulo catorce: Misterio en magenta

Coast City no era un lugar que requiriera mucha atención de la Justice League, ya que no era el hogar de ningún supervillano importante; y además Green Lantern y luego Star Sapphire hicieron un buen trabajo para mantener el crimen al mínimo. De hecho, Coast City ostentaba una de las tasas de criminalidad más bajas del país. Por lo tanto, cuando cuatro miembros de la Justice League se teletransportaron a Palm Avenue a última hora de la noche, la gente se dio cuenta.

Ignorando las miradas y los susurros, Batman se dirigió a STAR Labs, mientras que J'onn, Flash y Zatanna hablaron probablemente sobre cómo investigar, o mejor aún localizar a Star Sapphire.

-Podemos cubrir más terreno si nos separamos – dijo J'onn –

-Buena idea – asintió Flash – Tomaré el lado norte de la ciudad.

-¿Qué? – la mirada de J'onn se clavó en Barry – Si mal recuerdo, Hal vive en la parte norte de la ciudad – dijo el marciano –

-Huh, tienes razón – dijo Flash con una voz demasiado inocente –Um... ¿Qué coincidencia? ¡Vamos, J'onn! – exclamó el velocista escarlata – Él podría saber algo sobre Star Sapphire.

-No me opongo a una visita, Flash. De hecho, me gustaría ir contigo – declaro el Detective Marciano –

-¿En realidad? – eso hizo que Flash se detuviera –

-De veras – afirmó J'onn – Tienes razón, Hal podría saber algo.

-Está bien. Uh... ¿Qué pasa con Zatanna? – Flash miró con curiosidad a la hechicera, que tenía una expresión divertida –

-Ya que ustedes dos se dirigen al norte, tomaré el lado sur de la ciudad – se ofreció Zatanna lista para ir a otro lado – Me pondré en contacto si encuentro algo.

-Genial, te veo luego – dijo Flash corriendo por varias calles –¡Vamos J'onn, vámonos!

***

Hal masticó pensativamente su lápiz mientras estudiaba los planos que tenía delante, haciendo un buen uso de su título en ingeniería aeronáutica mientras repasaba los diseños del Peregrine 2.0 con un peine de dientes finos. El vuelo de prueba para el modelo nuevo y mejorado seria en dos días y Carol insistió en que nada saldría mal esta vez. Los diseños del avión habían sido renovados para contrarrestar la posibilidad de que otro bloqueo espontáneo causara una falla como la que había estrellado al primer Peregrine; y eso que el avión mismo había sido revisado meticulosamente contra los planos en cada etapa de producción.

Dado el riguroso control de calidad esta vez, no esperaba encontrar nada malo, pero su revisión de los diseños fue una tranquilidad adicional tanto para Carol como para él.

Acababa de concluir que todo estaba perfecto cuando sonó el timbre.

-¡Voy! – él anuncio. Rápidamente terminó de enrollar los papeles y fue a abrir la puerta –

En el porche delantero estaban Barry Allen y John Jones, el primero de los cuales le sonreían abiertamente. Hal parpadeó asombrado.

-¿Qué están haciendo aquí? – se le ocurrió una posible respuesta y agregó – No es necesario que me vigilen.

-No lo hacemos – dijo Barry alegremente – No del todo, de todos modos.

-¿Qué?

-¿Podemos entrar? – John preguntó cortésmente – Tenemos... algo que necesitamos discutir.

Mostrando su disgusto, Hal se hizo a un lado para dejarlos entrar.

-No es que no esté feliz de verlos – les dijo Hal con cautela mientras cerraba la puerta – Pero podrían haber llamado primero. Mi horario es un poco errático en estos días.

-Realmente no hubo tiempo – dijo Barry – La decisión fue un poco improvisada.

-Está bien, ¿qué está pasando? – Hal al fin se abrió con ellos –

John decidió sumergirse directamente en el meollo del asunto.

-Hal, ¿qué sabes sobre Star Sapphire?

-¿Star Sapphire? – repitió Hal – No mucho. ¿Por?

-Creemos que ella podría ser la que atrapa a la gente en el cristal – respondió Barry –

-¿Atrapar gente... en cristal? – Hal estaba confundido – ¿Qué?

-¿No estás enterado? – preguntó Barry incrédulo – ¡Ha estado sucediendo en tu ciudad!

-Es posible que las autoridades lo mantengan fuera de las noticias – intervino John –

-Incluso si lo hicieran publico, no lo sabría – admitió Hal – He estado un poco... aislado.

-Hal... – le dijo John, suspirando –

-Entonces la gente en Coast City está atrapada en el cristal – dijo Hal rápidamente – ¿Por qué pensarías que Star Sapphire es quien lo está haciendo?

-Batman descubrió que el cristal es una forma mas permanente de luz dura – respondió John – Y hay suficiente evidencia circunstancial para que valga la pena investigarla.

-¿Circunstancial? – Hal arqueo una ceja – Realmente no parece que puedas relacionarlo con ella.

-Eso es lo que estamos tratando de hacer – dijo Barry – Estamos en un reloj de tiempo: las víctimas no pueden sobrevivir para siempre en el cristal. Si Bats no puede encontrar una manera de liberarlos, debemos averiguar quién es el responsable para poder interrogarlo.

-Te entiendo, Barry – le aseguró Hal – ¿pero Star Sapphire? Ella es una de las buenas.

-Nosotros también lo pensamos. Pero si ahora está cantando la melodía de un villano, tenemos que detenerla – agrego el marciano –

Hal tuvo que tomarse un segundo para reproducir eso en su cabeza.

-¿"La melodía del villano"? – preguntó Hal, incrédulo –

-Lo siento, demasiadas réplicas con el flautista de Hamelín – Barry hizo una mueca –

-¿De verdad creen que Star Sapphire podría haberse vuelto rebelde? – les pregunto el piloto –

Barry se encogió de hombros.

-No lo sé. No la conozco. ¿Y tú?

-No lo suficientemente bien como para estar seguro de que no se ha vuelto mala – Hal admitió – Y francamente, la última vez que la vi nos separamos en términos no tan amistosos.

-¿Qué quieres decir? – le pregunto Detective Marciano –

-Digamos que no estaba feliz de saber que renuncié al Cuerpo. Parecía casi tomarlo como un insulto personal, para ser honesto.

-¿Que sabes de ella? – John volvió a preguntar –

-Bueno... sus poderes son muy parecidos a los de Green Lantern, pero no usa un anillo de poder. Parece saber bastante sobre el Green Lantern Corps aunque no sé cómo... dice que tiene algo para hacer con Zamaron y la historia del Cuerpo.

-¿Zamaron? – le preguntó John –

-Es el planeta natal de la única guardiana femenina – explicó Hal –Aparentemente la mayoría de las mujeres del mundo natal original de los Guardianes decidieron mudarse a Zamaron. Lianna fue la única que fue a Oa.

-¿Star Sapphire tiene una conexión con Zamaron?

-No tengo ni idea.

-Mencionaste que Star Sapphire sabe mucho sobre los Green Lanterns – dijo Barry – ¿Qué es exactamente lo que ella sabe?

-Sé que ella sabe sobre Oa y cómo funcionan los anillos de poder. No puedo decirte más que eso – Hal concluyo –

-Podría ser una buena idea aprender más sobre este Star Sapphire – reflexionó John – Incluso si ella no está detrás de las prisiones de cristal, todavía es relativamente desconocida.

-Sé que Bats piensa que ella es sospecha – coincidió Barry – ¿Alguna idea de dónde podemos averiguar más sobre ella? – le preguntó a Hal –

-La biblioteca en Oa.

-¿A la que solo pueden acceder los Green Lanterns? – Barry parecía molesto –

-Si.

-Sí, eso podría ser un problema – Barry exhaló – Supongo que no tienes idea de quién recibió tu anillo.

-Seguro lo haré.

-¿Quién?

-Alguien en cualquiera de los 17 planetas poblados en este sector.

-Que gracioso – Barry hizo una mueca, como si estuviera cansado de la evasiva de Hal –

-Tú preguntaste.

-Hemos aprendido lo que pudimos, Barry – John se había levantado de su asiento – Deberíamos irnos para ayudar a Zatanna.

-Sí, lo sé. Sigue adelante, J'onn... te alcanzaré en unos minutos.

John asintió comprensivamente, se transformó de nuevo en su forma habitual marciana y atravesó el techo de Hal.

-Espero que nadie vea a un marciano flotando fuera de mi casa – murmuró Hal. Evitó mirar a Barry hasta que el joven rompió el silencio –

-Hal, ¿cómo estás realmente? Quiero decir, no hemos sabido nada de ti desde que nos dijiste que lo dejabas todo para siempre.

-Bueno, ahora que no estoy en el equipo, ¿qué razón tendrías para contactarte? – preguntó Hal, eludiendo la pregunta de Barry –

-¿Por qué razón? Hal, el hecho de que ya no seas Green Lantern no significa que dejemos de ser amigos.

-Lo sé. Es solo que... mira, la única razón por la que los conocí a todos fue porque era Green Lantern. Ahora que no tengo el anillo... ¿en qué me convierte eso?

-¿Un héroe retirado? – sugirió Barry – Al igual que Jay Garrick, o Doctor Fate... ¿Te acuerdas de el? Diablos, incluso Diana se ha retirado antes.

-No lo sé, Barry. Quiero decir, todos ustedes menos Batman siguen siendo mis amigos, pero... ¿no es un poco incómodo?

-¿Por qué debería ser así? No es como si te consideráramos... por debajo de nosotros solo por que no tienes poderes.

-Eso no es lo que quiero decir, Barry – Hal suspiró – Yo solo... no sé cómo podría enfrentarlos después de la forma en que me fui.

-¿Qué tiene de malo? – preguntó Barry – Mira Hal, no tiene nada de malo que dejes el anillo. Esta vida no es para todos, e incluso aquellos que están en ella a veces cambian de opinión. Nadie te está juzgando por tu decisión (aparte de Batman) y para ser honesto, cuanto más se extendía tu "permiso de ausencia", más nos dábamos cuenta de que probablemente no regresarías. Y sé que no habrías tomado esta decisión a la ligera.

-Nunca lo había pensado de esa manera – dijo Hal con el rostro inexpresivo –

Parecía que mientras Barry hablara mas, Hal lo odiaba mas. Creía que su modestia era falsa y simplemente quería estar solo.

Barry puso una sonrisa con una mueca irónica propia.

-No pensé que lo hicieras. Pero en serio, Hal, ¿cómo te va?

-Estoy bien, Barry. Solo... estoy acostumbrándome a estar sin el anillo.

-Sí... ¿cómo te sientes acerca de eso? – Barry no podía imaginar estar sin su velocidad, a pesar de que había vivido la mayor parte de su vida sin ella –

-Bueno, no voy a mentir... a veces lo extraño – confesó Hal –Aunque hacia el final, realmente no pude hacer mucho con él, todavía es extraño no tenerlo en mi dedo. Pero al mismo tiempo es un gran alivio no tener que preocuparme por una doble vida o política intergaláctica o si soy lo suficientemente digno como para ser el guardián de todo un sector espacial. Es como si un peso gigante se hubiera ido de mi vida.

-Sí, supongo que habría esa sensación de libertad – coincidió Barry –

Barry nunca lo había dicho, pero en privado siempre había pensado que cuando Hal era Green Lantern, las expectativas de Hal sobre sí mismo eran ridículamente altas; y en consecuencia Hal había recibido un golpe durísimo por un fracaso que no le correspondia del todo. Era en la mente de Barry, la razón por la que Hal nunca recuperó realmente su voluntad después de que Ace murió y terminó renunciando. Sus ojos se volvieron astutos al observar a su amigo.

-¿Pero todavía eres infeliz?

-Solo han pasado dos semanas, Barry. Todavía me estoy adaptando.

Barry no lo sabía a ciencia cierta. Hal le había dicho a la Justice League cuando renunció que había habido una batalla en Oa y que el Cuerpo había expulsado a los invasores. No había dicho nada sobre el devastador baño de sangre que había sido. Se habría contentado con no mencionar nada sobre Oa en absoluto, excepto que Barry había estado con él cuando recibió la señal de socorro y no había forma de que el velocista escarlata olvidara lo que había ido a hacer. Las muertes de Ace y de Arisia solo le dieron a Hal una excusa para su estado de ánimo actual.

-Mejorarás, Hal.

-¿Crees?

Barry estaba a punto de responder cuando la voz de Zatanna llegó a través de su comunicador.

-Encontré a Star Sapphire. Sigan la señal de mi ubicación.

Barry escuchó que algo fallaba y Zatanna agregó:

-Solicitud de refuerzos inmediatos...

-Oh, oh – murmuró Barry. En un abrir y cerrar de ojos, se había cambiado a su traje de Flash. – Lo siento Hal, tengo que irme.

Y salió de allí antes de que Hal pudiera abrir la boca.

Eres un maldito imbécil, Barry Allen. Solo tú te crees tus mentiras... no sabes lo que es sentir el miedo.

Y al pensar esto y sin que Hal se diera cuenta, las iris de sus ojos comenzaron a obtener un tono amarillento.

***

Al escuchar pasos, Héctor Hammond levantó la vista de su investigación y vio a su supervisor Ian Egerton, guiando a Batman por el pasillo. Hammond se intimido al ver al líder de la Justice League.

-¿Qué está haciendo el aquí?

Hasta ahora, Coast City había escapado más o menos a la atención de la Justice League (con la excepción de Green Lantern, por supuesto), que tendían a operar más en ciudades importantes alrededor del mundo (aunque sorprendentemente, no en Gotham) lo que no convencía a Hammond muy bien.

Cuando los meta humanos se interesaban por una ciudad, solían ocurrir cosas malas. El profesor Zoom apareció en Central City y casi destruyó todo el municipio. Gotham estaba plagada de fenómenos criminales y cuanto menos se diga sobre los diversos extraterrestres y supervillanos que parecían llegar a Metrópolis como las moscas a la mierda, mejor.

-No sabía que la Justice League estaba interesada en esto – decía Egerton –

-La Liga se comprometió a proteger a los inocentes de los meta humanos que deseen hacerles daño – respondió Batman – Cuando nos enteramos de esto, nos vimos obligados a actuar.

Hammond entendió de inmediato.

Están aquí para ver el trabajo de Star Sapphire.

Si bien STAR Labs no había encontrado evidencia definitiva para vincular a la vigilante violeta con las víctimas cristalizadas, Hammond estaba seguro de que Star Sapphire lo había hecho. Waller por una vez, estuvo de acuerdo con él: una unidad de algunas de las mejores mentes científicas de Cadmus se había reunido y se había colado en STAR Labs de Coast City, con el pretexto de ser un equipo de especialistas para estudiar los cristales y trabajar en una forma de liberar a las víctimas.

Hammond recibió instrucciones de cómo encontrar una manera de neutralizar a Star Sapphire. Estaba emocionado, sabía que con su intelecto solo sería una cuestión de tiempo y ser el que elimine a Star Sapphire le daría algunos puntos muy apreciados con la jerarquía de Cadmus. Su investigación sin embargo, estaba lejos de estar completada.

-Malditos héroes... – Hector murmuró amargamente –

Batman volteo repentinamente la cabeza y Hammond se encontró mirando el rostro encapuchado del Caballero de la Noche.

¿Me escuchó?

Batman sostuvo su mirada por solo unos segundos antes de que desapareciera por el pasillo, pero eso fue suficiente para ponerle los pelos de punta a Hammond. Incluso en ese lado del país, la gente había escuchado historias sobre el guardián de Gotham. Algunos lo llamaban el detective más grande del mundo y afirmaban que podían aprender más con una sola mirada que la mayoría de las personas en una conversación.

Y otros simplemente le tenían miedo, pues su lucha contra el crimen organizado de la ciudad era más que brutal.

Hammond no pudo evitar preguntarse exactamente qué acababa de aprender Batman de él.

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