Capitulo12
Minas subterráneas; Oa
Cuando los prisioneros regresaron a las minas, Hal formuló un plan de escape en su mente. El había escuchado acerca de una ladrona de Gotham City que había escapado de las celdas de la policía usando solo ganzúas en menos de un minuto, así que pensó que el igual podría hacerlo. Tomo un pequeño fierro sobre el cual había estado parado y forzó las esposas de energía que lo tenían sometido. Después de varios intentos, al fin pudo soltarse, aunque muy discretamente tuvo que fingir que aun las tenía puestas.
Todos los prisioneros regresaron a sus posiciones anteriores antes de que Hal volteara para ver una criatura alienígena con piel de roca enorme mirándolo.
-Ese es mi lugar – dijo el alienígena – ¡Muévete!
-Lo siento, pero creo que te equivocas – insistió Hal, queriendo provocarlo – Este lugar me lo asignaron a mí.
-¿Me estás llamando mentiroso? – pregunto el extraterrestre de piedra –
-Nunca dije que lo fueras, solo que hubo un malentendido.
-Sé exactamente qué hacerte – el alíen se acercó a él. Instintivamente, Hal deslizó el anillo en su dedo y formó un puño como una construcción, golpeando al alienígena y enviándolo volando hacia atrás y noqueándolo –
Los otros prisioneros voltearon para mirarlo con asombro.
-Un Green Lantern – dijo uno de los que estaban anteriormente en el comedor –
-Te dije que uno podría estar aquí – respondió el que tenía cara de pescado –
Hal luego escuchó un fuerte ruido que venía en su dirección y se volteo para ver a varios Manhunters dirigiéndose rápida y directamente hacia él.
-Ok – se dijo Hal a sí mismo – Plan B...
El humano corrió en la dirección opuesta, disparando ocasionalmente rayos de energía a las rocas cercana para frenar a los Manhunters.
Haciendo un giro en U, Hal se escondió detrás de la esquina, viendo pasar a los Manhunters que disparaban al azar sus desintegradores. Su respiración comenzó a disminuir antes de sentir una mano tocando su hombro. Listo para atacar, volteo en dirección a la mano, con su anillo listo en caso de que necesitara usarlo, pero se detuvo cuando vio una cara familiar.
-¿Sinestro? – susurró Hal con incredulidad –
-No preguntes, solo sígueme – declaró el extraterrestre de piel rosada antes de alejarse, con Hal siguiéndolo de cerca –
Ruinas de la ciudadela; Oa
Hal y Sinestro se escondieron detrás de unos escombros mientras una legión completa de Manhunters patrullaba sobre la superficie del planeta. Ahora que sabían que había un Green Lantern en el lugar, no descansarían hasta matarlo.
Ambos Lanterns se las arreglaron para escapar de los Manhunters antes de encontrarse con el escondite. Hal había guardado su anillo mientras Sinestro miraba las ruinas a su alrededor.
-Pensé que Kilowog estaba contigo – comentó Sinestro –
-Lo estaba, pero nos separamos en Mogo – Hal explicó – Los Manhunters me noquearon y me trajeron aquí. Y realmente no había mucho que pudiera hacer ya que mi anillo estaba muerto.
-Entonces, ¿cómo hiciste eso? – Sinestro aun estaba curioso ante las habilidades del humano – ¿Cómo escapaste?
-Hay algo en la cúpula de ahí – dijo Hal señalando hacia el monte donde se ubicaban las minas – Debe haber algo allí que está cargando mi anillo.
-Supongo que podría valer la pena investigar, solo tenemos que esperar a que pasen los Manhunters.
-¿Cuánto tiempo crees que tomaría? – pregunto Hal, sentándose –
-Según su protocolo de reconocimiento, hacen 4 rondas de 30 minutos terrestres, que creo será un buen rato para ti... – Hal entonces notó algo. Sinestro parecía afligido. Bajo su rostro y vio hacia las ruinas de Oa con algo de pesar –
-¿Estás bien? – preguntó el piloto – Miras hacia abajo.
Sinestro luego alzo la vista hacia el gran edificio con la cúpula.
-Este lugar es todo lo que queda de la base de operaciones de los Guardianes aquí en Oa. La última que estuve aquí, este lugar todavía estaba en pie. Luego llegaron los Manhunters y destruyeron todo – Sinestro ahora volteo hacia Hal – Yo fui el encargado de guiar a los Lanterns contra estos invasores, y les falle.
-¿Por qué viniste a buscarme? – preguntó Hal en voz baja –
-Pensé en lo que dijiste sobre el planeta de Kilowog, y creo que probablemente lo mismo haría si estuviera en tu lugar – le dijo Sinestro sin rodeos –
-¿Tienes gente en tu planeta? – le pregunto Hal –
-Ya no... mi esposa murió. Ella era la hermana de Abin Sur, el Lantern que te heredo su anillo – le dijo Sinestro, viendo a Hal directamente a los ojos – Si el confió en ti, si creyó en ti... te voy a pedir que no deshonres su memoria.
-Yo... aún no se por qué lo hizo...
-Pues más vale que descubras por qué.
Cúpula de la Ciudadela; Oa
Cuando los Manhunters se retiraron de la zona, Hal y Sinestro volaron más cerca de la gran cúpula. Era mucho más grande de lo que esperaban al principio. Tras una inspección más cercana, Hal notó que era gruesa pero también hueca.
-¿Cómo vamos a entrar allí? – preguntó Hal examinando la estructura frente a ellos –
Sinestro sobrevoló la cúpula, tratando de ver alguna forma de entrar.
-Allí – dijo señalando a una gran abertura cerca de la base de la cúpula – Podríamos usar eso para entrar y ver qué está cargando tu anillo.
Los dos Lanterns caminaron más cerca de la brecha solo para detenerse cuando un rayo azul golpeó el suelo, sorprendiéndolos. Dándose la vuelta vieron a un grupo de Manhunters de elite volando hacia ellos.
Sinestro creó una serie de cadenas de luz verde para inmovilizar a uno de los Manhunters en el suelo, pero un segundo le dio un tiro limpio a su lado.
Creando una ametralladora ligera, Hal disparo contra los Manhunters distrayéndolos y luego hizo que la cúpula se derrumbara, sellando la entrada para evitar que pasaran.
Hal se apresuró a ayudarlo, creando un escudo con su anillo antes de entrar por la abertura en la base de la cúpula.
-¿Estás bien? – preguntó Hal mientras inspeccionaba la herida de su compañero –
-Si... gracias – Sinestro respondió. Los dos continuaron caminando escuchando los ecos de huellas siguiéndolos a través de la cúpula –
Hal luego se protegió los ojos ante una luz verde brillante que emanaba del centro de la cúpula. Los ojos de Sinestro se agrandaron ante la vista.
-La batería central – susurró el Lantern veterano – Nunca fue destruida.
-¿Es por eso que se cargó el anillo? – preguntó Hal. Sin embargo, antes de que Sinestro pudiera responder, la batería comenzó a brillar más intensamente a medida que las oleadas de energía fluían hacia sus anillos –
-¿Quién eres tú? – preguntó una voz. Los dos Lanterns vieron la luz atenuarse y una figura baja con piel azul que vestía una larga túnica roja se paró frente a la batería –
-Mi nombre es Harold Jordán – Hal respondió – Soy el nuevo Green Lantern de...
-No importa de qué sector vengas – la pequeña figura respondió –Ahora, escucha atentamente. No pasará mucho tiempo antes de que los Manhunters ingresen al domo de contención, así que no lo repetiré.
Sinestro continuó agarrándose la herida mientras grandes pasos resonaban por todo el domo.
-Nosotros, el Consejo de Oa, creamos a los Manhunters para ayudar y mantener a los Green Lanterns y a los prisioneros bajo control, pero una falla en su programación les hizo percibir a los Lanterns como una amenaza – ante esto, Hal y Sinestro se mostraron algo enojados. Los Guardianes los habían defraudado – Así que comenzaron a atacarnos, y cuando mis hermanos intentaron apagarlos, nosotros nos encontramos en la línea de fuego. Yo fui el único que se quedo en Oa – Sinestro alzo su anillo listo para usarlo cuando los pasos metálicos se escucharon mas de cerca – Como se sabe, no es fácil destruir a un Manhunter. Pero podría brindarles alguna ayuda. Esta cúpula evita que la Energía Verde de la Batería Central fluya libremente, y como tal, sus anillos no son tan poderosos – Hal miró su anillo – Tu ingreso al Green Lantern Corps no fue casualidad y Abin Sur lo sabía. Puedo ver que tu voluntad es fuerte, Harold Jordan, mayor que la de cualquier Lantern que se haya unido alguna vez al Corps aparte de Mogo, por lo que no hay nadie mejor preparado para hacer lo que te pido. Debes destruir el domo de contención y permitir que la energía fluya, y así llegue a cada anillo de los Lanterns en la Galaxia. Luego, envíen una señal de ayuda y cuando todos lleguen, tendrán que usar su poder para un último ataque en la batería central. Los Manhunters también alimentan su energía de ahí.
-Eso destruirá tanto a Oa como a los Manhunters – señalo Sinestro –
-Espera, no podemos hacer eso – dijo Hal – Hay miles de prisioneros aquí. Si destruimos el planeta, todos morirán.
-¿Qué son miles de vidas de un planeta en comparación con millones en toda la galaxia? – le dijo Sinestro, que al parecer el si estaba dispuesto a hacer los necesario para destruir a los Manhunters –
-La batería no se puede destruir sola, ahora váyanse – dijo el Guardián tomando posición de combate –
El Guardián alzo sus manos y saco un extraño pulso de energía que aturdió a los robots que se acercaban a los Lanterns que huían, para después voltear hacia la derecha y lanzar un rayo azul que carbonizo a los Manhunters que disparan contra él.
Hal olvido al Guardián y volteo para ver a varios Manhunters acercándose a el y a Sinestro cuando la luz verde de la batería comenzaba a alejarse.
Mientras los Manhunters cargaban hacia adelante, Hal corrió hacia Sinestro que acababa de dispararle a uno de los Manhunters, destruyéndole la cabeza metálica. Hal creo un bat de baseball gigante y lanzo a otro robot hacia los muros. Pero la explosión, sin embargo, fue más fuerte de lo que esperaba y atravesó la cúpula.
Los Manhunters quedaron algo aturdidos, pero casi agarraban a Sinestro del brazo, quien creó una construcción metálica que hizo que se derrumbara ante ellos y los destruyó.
Los dos Lanterns salieron volando a través del agujero que se creó, solo para ver a más de mil Manhunters flotando frente a ellos.
-¿Así que, cuál es el plan? – preguntó Sinestro, agarrándose la herida
-Necesitamos enviar una señal de socorro a todos los otros Lanterns – respondió Hal, haciendo que su anillo emitiera un pitido bastante extraño –
-Señal de socorro omnidireccional preparada – Una voz vino del anillo –
-Genial... que empiece la guerra.
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