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Capítulo 8

Ruinas antiguas; Penelo (Sector 1355)

Los dos Lanterns aterrizaron en un mundo estéril, Hal dejó caer a Kilowog en el suelo, otorgándole espacio para respirar y recuperarse. El bolovaxiano gimió antes de ponerse de rodillas antes de levantar su anillo en defensa.

-Vaya, espera – Hal grito, levantando las manos en defensa propia – Soy solo yo.

-¿Dónde estamos? – Kilowog se frotó la cabeza antes de ponerse de pie y examinando su entorno –

-No lo se – Hal respondió – Pero tenemos que salir de aquí.

-¿Qué? ¿Por qué? – Kilowog tomó una pose intimidante – Tenemos que volver...

-No podemos, eran demasiados. Podrían habernos matado.

-¿Cómo pudiste irte así? Ahora los Manhunters tomarán Bolovax Vik – le reprocho Kilowog, definitivamente enojado –

-No podemos regresar, solo somos dos. Si vamos, sería un suicidio.

-Hice un juramento para proteger mi sector y a mi planeta, incluso si eso significa que tengo que morir para hacerlo.

Definitivamente el antiguo Lantern estaba enfurecido, por lo que alzo su mano donde tenía el anillo y despegó hacia el espacio.

-¡Kilowog, espera! – gritó Hal mientras el enorme alienígena desaparecía en la oscuridad del espacio – Ni siquiera sé adónde vas.

Hal luego descendió de nuevo a la superficie y comenzó a explorar su entorno. Mirando a su alrededor, notó muchos edificios extraños junto con huesos de diferentes tipos de criaturas. Los huesos se parecían a los de algunas criaturas marinas, algo divertido teniendo en cuenta que no parecía haber ningún rastro de agua en la superficie cuando llegaron.

En cuanto a los edificios, eran realmente extraños, aunque a Hal le recordaban a algo que había visto una vez en las noticias. Había visto un reportaje en el noticiero sobre un "hombre" que podía hablar con los animales marinos y que podía moverse en el agua casi como los delfines, y que a su vez varios pescadores y marineros afirmaban que los había rescatado de situaciones peligrosas. Aunque era principalmente un trabajo de locos afirmar que Atlantis era real y que este sujeto provenía de ahí, ahora Hal ya podría creer lo que sea gracias a la aventura que estaba viviendo en el espacio.

Sin embargo, un edificio en particular llamó su atención. Uno grande, ligeramente verde con un símbolo demasiado familiar, muy familiar en este punto. El símbolo del Green Lantern Corps.

Hal se acercó al edificio antes de entrar por una gran puerta, dentro había un gran cadáver. Parecía un pulpo gigante con un solo ojo encima de la cabeza. En uno de sus tentáculos había algo que Hal reconoció de inmediato, un Anillo de Linterna Verde.

-¿Qué pasó aquí? – preguntó para el mismo antes de pisar algo metálico. Mirando hacia el suelo, vio varias piezas robóticas esparcidas por la habitación. Inmediatamente reconoció de quienes se trataban – Manhunters – susurró Hal –

-Se llamaba Panehaim – dijo una voz, Hal volteó hacia la entrada del edificio para ver de nuevo a Kilowog, con una mirada triste en su rostro – Él era la Green Lantern de este sector, y este era su mundo natal.

-Parece que ha estado aquí por bastante tiempo.

-Lo conocía. Comenzamos casi al mismo tiempo, en realidad me llevó aquí una vez. Este fue una vez un mundo acuático, con un gran océano cubriéndolo. Luego, los Manhunters llegaron y mataron a todos con bombas desintegradoras. Eso fue en los primeros días de la guerra – Kilowog se puso de rodillas y cerro el ojo del Lantern caído – Ahora míralo, es un páramo seco. No puedo creer que no lo reconocí antes.

-¿Por qué volviste?

-Porque tenías razón. No podemos regresar solos nosotros dos, no serviría de nada si nos matan.

-¿Crees que podremos encontrar a los otros Lanterns? – pregunto Hal, casi como si tramara algo –

-Tal vez... siempre estuvimos dispersos por las estrellas, por lo que es posible que algunos de ellos sobrevivieran. Convencerlos será el verdadero desafío.

-¿Por qué?

-¿Recuerdas cuando te dije que nuestros anillos funcionan con fuerza de voluntad? – Hal asintió, Kilowog bajó la cabeza hacia el suelo – Bueno, nuestros anillos realmente no funcionaron en presencia del miedo. Los Manhunters prácticamente infundieron miedo en todo el sector, es parte de la razón por la que Bolovax Vik se aisló. Sin mencionar este rumor de que los Manhunters destruyeron la batería central en Oa, por lo que nuestros anillos no son tan poderosos.

-Pues por lo visto no destruyeron nada – Hal hablo con cierta determinación en su labia, queriendo motivar al Lantern junto a el – Si aun funcionan nuestros anillos, pues aun hay algo de esperanza.

-Suenas como si tuvieras un plan...

-Yo nunca tengo un plan, sin embargo... yo nunca me rindo.

Cantina en la ciudadela; Korugar (Sector 1417)

Korugar era un planeta bastante árido, aunque con signos de plantas de todos los colores y cielos azules con nubes casi como los de la Tierra. Y sus habitantes eran de complexión casi humanoide solo que con una cabeza bastante grande y piel morada. Sin embargo, no eran tan diferentes a los humanos.

Hal y Kilowog entraron en una gran cantina que estaba ubicada en una de las grandes ciudades del planeta. El piloto de la Tierra parecía confundido. Una cantina parecía el último lugar para encontrar a un Green Lantern. Los dos se acercaron al mostrador, el camarero los miró antes de caminar hacia ellos.

-¿Están aquí para tomar una copa? – preguntó el cantinero, sin gracia –

-En realidad, estamos buscando a alguien – respondió Hal – Creo que su nombre es Thaal Sinestro o algo así.

El bar quedó en silencio, todos los clientes se voltearon para mirarlos.

-Si estás buscando al Green Lantern de este sector, él está allí – El camarero del bar volteo hacia una mesa grande con una figura solitaria sentada en ella; Un hombre alto con piel casi de color rojo claro y cabello negro como la brea con una pequeña barba de chivo era el ocupante –

Los dos caminaron hacia él, Sinestro volteó a mirarlos mientras tomaba un sorbo de su bebida.

-¿No deberías estar en tu roca aislada, Kilowog? – preguntó Sinestro, algo burlón, pero luego volteo para mirar a Hal. Era la primera vez en mucho tiempo que veía a un humano – ¿Quién es este?

-Mi nombre es Hal Jordan – Hal se presentó – Soy de la Tierra.

-Tierra... ¿eh? Sector 2814 – Sinestro se mostró curioso – ¿no era ese el sector de Abin Sur?

-Abin le entrego su anillo a Hal antes de morir – Kilowog respondió –También atacaron a mi mundo natal.

-Oh, ya veo. Siempre te dije que sucedería de cualquier manera – Sinestro llevó su bebida a sus labios –

-Es exactamente por eso que estamos aquí, estamos tratando de ver si puedes ayudarnos a liberar el planeta de Kilowog – Hal comentó –

-¿Y por qué debería arriesgar mi vida por Bolovax Vik? ¿Qué gano con esto? – Sinestro colocó su bebida sobre la mesa – No sé si lo sabes, novato, pero solo un Lantern habilidoso y poderoso puede derrotar a un Manhunter. ¿Qué te hace pensar que puedes hacer lo mismo con un gran grupo de ellos?

-Porque lo he visto hacerlo – Kilowog respondió, Sinestro detuvo su bebida a escasos centímetros de sus labios – Sé que las cosas están mal, pero podemos recuperar la Galaxia de los Manhunters si reunimos al Cuerpo.

-Tu no estuviste ahí el día en que comande la ofensiva contra la horda de Manhunters – Sinestro se paró de su silla y confronto a los Lanterns que tenía ante el – Reuní a los mejores Green Lanterns y me lance al ataque. A los mejores de sus sectores, y aun asi fuimos derrotados. No importo a cuantos Manhunters les hayamos disparado, destruido o incluso incapacitado. Nos superaban por decenas y finalmente tomaron Oa. Los Guardianes confiaron en mi juicio... en mi liderazgo, y yo falle. Pero ellos le fallaron al universo de una peor manera – y entonces, Sinestro parecía formar una mirada de odio en sus ojos – Tuvo que haber sido uno de los Guardianes quien construyo a esos monstruos mecánicos. Les salieron defectuosos y nosotros pagamos por su error. Los Guardianes nos fallaron – Sinestro se sentó finalmente y miró su bebida pensativo, dejando escapar un suspiro. Ya mas calmado, se volteo para mirar a sus compañeros Lanterns – Lo siento, Kilowog, pero es hora de que enfrentemos los hechos. El Cuerpo está muerto, los Manhunters ganaron. Los Guardianes nos fallaron – y entonces volteo a ver a Hal Jordan – Lo mejor que puedes hacer es esconderte, advertir a tu planeta de lo que vendrá... y abandonar tu voluntad.

Hal y Kilowog se quedaron en silencio antes de voltear a verse a los ojos. Les resultaba curioso saber que su viaje hasta Korugar fue por nada.

-Vamos, Kilowog – Hal dijo algo apagado – Salgamos de aquí.

Mientras Hal se alejaba, Kilowog miró a Sinestro con incredulidad. Tenia que decirle algo.

-Solías ser uno de los mejores en el Cuerpo, un ejemplo de lo que debería ser un Green Lantern... ¿Cuándo elegiste dejar que el miedo te dominara? – con eso, Kilowog se dio la vuelta, siguiendo a Hal y ambos salieron de la cantina –

Sinestro se quedó solo, pensando en las palabras de su ex compañero. Y era cierto, pues Abin Sur había tenido miedo a la profecía y de haberlo escuchado, tal vez la catástrofe se hubiera evitado. Tenía miedo a sentirse impotente de nuevo ante el ejército de los Manhunters y miedo ante lo que los Guardianes sabían y nunca le quisieron contar.

Decidió alejar todos esos pensamientos de su mente y se llevó la bebida a la boca y se la bebió entera. Colocando el vaso ahora vacío sobre la mesa, se volteo hacia el mostrador de la barra.

-Otra por favor.

Gran Metrópolis; Xudar (Sector 2813)

Xudar era un planeta semi acuático, con su especie predominante de anfibios humanoides ahora reconstruyendo su planeta después de haber resistido un fuerte ataque de los Manhunters. Hal y Kilowog descendieron de los cielos verde acuáticos y caminaron por lo que parecía ser una ciudad parcialmente reconstruida. Los Habitantes se movieron, haciendo lo mejor que pudieron para reconstruir algunos de los edificios destruidos en la batalla que tuvieron.

Luego, los dos se detuvieron cuando una de las criaturas que estaba ayudando en la reconstrucción destacó del resto.

-Ahí – Kilowog señalo a un Xudariano en particular. Al principio no le llamó mucho la atención hasta que Hal notó el anillo en su dedo –Tomar-Re – dijo Kilowog, captando la atención de la criatura parecida a un pájaro –

-¿Kilowog? – Tomar-Re preguntó con incredulidad – Ha pasado algún tiempo... – el Xudariano volteo para mirar a Hal – ¿Y quién eres tú?

-Mi nombre es Hal Jordan – respondió el piloto – Vinimos porque necesitamos ayuda.

-Escucha, los Manhunters atacaron mi mundo. Estamos tratando de recuperarlo – dijo Kilowog –

-Entonces viniste al lugar equivocado – Tomar-Re luego comenzó a alejarse –

-¡Espera, Tomar! – Kilowog grito mientras lo perseguían –

-Lo siento, Kilowog, pero no hay nada que podamos hacer. Nadie lo lamenta más que yo, pero Bolovax Vik está perdido – anoto Tomar-Re –

-¿Así que prefieres quedarte aquí y esconderte como un cobarde? – pregunto Hal. Tomar-Re fortaleció su mirada hacia él –

-No me estoy escondiendo, Hal Jordan. Estoy ayudando a mi gente a reconstruir lo mejor posible para que estemos listos la próxima vez que los Manhunters decidan hacernos una visita. Te aconsejaría que regreses a tu mundo y hagas lo mismo – Tomar-Re parecía mas calmado, pero solo por fuera. Sus pensamientos eran un torbellino de emociones, mas que nada fracasos – Primero fue Krypton, y ahora esto. Las cosas solo están empeorando...

Tomar-Re bajó la mirada y el brillo de su anillo se desvaneció al hacerlo. El Xudariano luego se dio la vuelta y continuó alejándose para volver a ayudar con las labores de reconstrucción. Hal se burló cuando él y Kilowog se voltearon para irse.

-Vinimos aquí buscando a un orgulloso miembro del Green Lantern Corps – dijo Hal, llamando la atención de Tomar-Re – Pero en cambio encontré a un cobarde.

-El no es un cobarde – anoto Kilowog. Casi parecía que entendía al Xudariano en su dolor – Hace casi unos veinti cinco años terrestres, un planeta en su sector llamado Krypton fue destruido gracias a que su núcleo se calentó demasiado. Un científico del planeta llamado Jor-El se mantenía en contacto con el y trato de advertirle para que fuera a ayudar a su pueblo con la evacuación, pero Tomar llego demasiado tarde...

-¿Todos en el planeta murieron? – pregunto Hal, ahora comprendiendo la situación –

-Cuando exploto desde el núcleo, si... y Tomar-Re nunca se perdonó a sí mismo.

Cuando los dos partieron, Tomar-Re notó que un gran número de su gente lo miraba. Bajando la cabeza avergonzado por un minuto, Tomar reflexionó sobre lo que significaba ser miembro del Cuerpo. Dando un profundo suspiro, se volvió hacia su gente.

-Volvamos al trabajo – dijo el antiguo Green Lantern, volando en el aire mientras el resto se apresuraba a cumplir con sus deberes –

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