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Capítulo 7

Centro Medico; Bolovax Vik (Sector 0674)

Los ojos de Hal se abrieron cuando su consciencia volvió a él. Se sintió desorientado, la luz sobre él lo cegaba. Cuando se puso de pie, miró a su alrededor y vio que estaba dentro de lo que parecía un quirófano, aunque era uno muy desconocido.

-¿Hola? – gritó Hal, tratando de ver si había alguien allí con él –¿Carol? ¿Tom? – no hubo respuesta –

Mirando a su alrededor, Hal notó un gran recipiente de vidrio. Con cuidado, se acercó poco a poco antes de que una criatura extraña con múltiples brazos saltara hacia él, solo para estrellarse contra el vidrio. Hal retrocedió unos metros.

-Está bien, mala idea.

Hal siguió caminando, casi tropezando al hacerlo. Finalmente, Hal se cubrió los ojos con el brazo cuando una luz brillante comenzó a cegarlo. Cuando sus ojos se acostumbraron a la luz, Hal se quitó el brazo para notar que estaba en un acantilado que nunca antes había visto.

-Está bien – murmuró para sí mismo, tratando de comprender la situación – No estoy en un hospital, ni en la Tierra.

Dando un paso, Hal resbaló cuando casi se caía del acantilado. Hal se agarró tan fuerte como pudo, sintiendo que su agarre comenzaba a resbalar. Intentó trepar solo para resbalar, forzando la mano tratando de agarrar cualquier roca o raíz que pudiera encontrar solo para sentir que algo se envolvía alrededor de su ella.

Hal miró hacia arriba para ver una criatura grande y musculosa agarrando su mano. La criatura tenía orejas cortas, una nariz redonda como la de un cerdo, una mandíbula gruesa y cuatro dedos horribles en cada mano.

-Estás bien – dijo la criatura. ¿Cómo entendió Hal lo que dijo esa cosa? – Estoy de tu lado.

Luego, la criatura empujó a Hal hacia arriba antes de colocarlo en una parte estable del acantilado.

-Gracias – Hal le respondió, el alienígena dejó escapar una risa leve –

-No te preocupes por eso – habló el extraterrestre – Mi nombre es Kilowog – El entonces enorme alienígena mostro su mano y Hal notó un anillo similar al que tenía – Yo también soy un Lantern – Los dos regresaron a las instalaciones médicas –

Hal se recostó en la mesa y comenzó a mirar alrededor. Notó muchas herramientas extrañas, el contenedor de antes y muchas otras cosas que no había notado antes.

-Tienes suerte – Hal volteo para mirar a Kilowog, que estaba mirando a través de una enorme pila de cosas – No pensé que el tejido artificial que diseñé respondiera a tu material genético. Supongo que esto significa que nuestras anatomías son similares.

Hal luego pasó su mano por su torso, notando varias áreas parcheadas donde había sido golpeado por el robot con el que luchó.

-Entonces, ¿eres médico? – Hal preguntó curioso, Kilowog solo carraspeo –

-No, soy un científico. Todo lo que ves aquí, lo construí – El gran extraterrestre parecido a un cerdo le respondió –

Hal una vez más miró alrededor de la habitación.

-¿Dónde estoy? – preguntó con curiosidad –

-Bolovax Vik – respondió Kilowog con orgullo – No confundirlo con Bolivax Vel. Somos un mundo independiente, un poco aislado, pero no debes preocuparte por eso. Ahora, ¿y tú? ¿De qué sector eres?

-¿Sector? – Hal levantó una ceja confundido –

-Sí, ya sabes... ¿de qué planeta eres?

-Oh, bueno. De la Tierra.

-Ya lo sabía, pero quería saber si eras inteligente, ¿eh? – Kilowog comenzó a rascarse su gran barbilla como si pensara antes de decir algo. Primero consulto a una especie de computadora portátil, tan pequeña que podría caber en la palma de la mano de Kilowog – Oh, aquí está. La Tierra, tercer planeta desde el Sol Amarillo tipo G de la Vía Láctea, Sector 2814 – Kilowog luego volvió a colocar la computadora en su bolsillo con una gran sonrisa en su rostro que se desvaneció rápidamente – Creo que me doy una idea de ustedes los humanos. Se sienten el centro del universo. Abin Sur ya me había contado de ustedes por que era su sector.

-¿Quién? – preguntó Hal confundido – Creo que lo conozco...

-Abin Sur, él era el Green Lantern asignado a ese Sector antes de que todo esto comenzara. Eso significa que su anillo te encontró.

-¿De qué estás hablando?

-Ni por que yo fui por ti – anoto Kilowog – Tuve curiosidad por saber a quien le había dado su anillo Abin Sur, pero... ¿Entonces no sabes sobre el Cuerpo? – Kilowog suspiro – ¿A pesar de que acabas de hacer algo que solo un puñado de linternas entrenadas y hábiles podemos hacer?

-Espera... ¿Cuerpo? – Hal no entendía de lo que Kilowog hablaba –

-Ya sabes, el Green Lantern Corps – Hal miró a Kilowog con una mirada de perplejidad en su rostro – ¿Realmente no lo sabes a pesar de que destruiste un Manhunter?

-¿Un qué?

-Esa cosa que te atacó.

-¿El robot? – Hal cayó en cuenta de lo que hablaba – Si luche contra él y lo destruí pero no fue nada. En cuanto a este "Green Lantern Corps", no sé nada, solo tomé lo que Abin Sur me dio. Así que... ¿estás diciendo que hay más de estas cosas? – Hal señalo al anillo –

-Wow – Kilowog se llevó la mano a la frente – Y pensé que los humanos eran listos. Verás, los Green Lantern Corps alguna vez fueron los protectores del Universo. Operaban desde un planeta llamado Oa, pero luego los Manhunters, que llegaron del mismo planeta, comenzaron a atacarlos. Solo quedan unos pocos de nosotros.

-¿Dónde están los demás?

-No he visto ningún otro Lantern desde que esta guerra comenzó. Si alguno de nosotros aún queda, probablemente se esté escondiendo o protegiendo sus mundos lo mejor que pueda de estas cosas.

-¿Por qué se estarían escondiendo?

-Los Manhunters básicamente han conquistado todos los mundos que pudieron encontrar dentro del sector en Oa, y aquellos que se defendieron fueron completamente diezmados. Solo ha pasado unas semanas y ya conquistaron todo a su paso. Ahora lo siento, pero tendrás que irte. Adviértele a tu planeta lo que vendrá – le dijo el extraterrestre, con una mirada de pesar en sus ojos. Kilowog luego volvió a buscar en la gran pila de antes –

-¿Salir? ¿Por qué?

-Normalmente no permitimos visitantes en Bolovax Vik, ya le dije a mi gente que te irías tan pronto como te recuperaras, y como ahora estás bien, tendrás que regresar a tu planeta.

-Espera, entonces... ¿Cómo es que podemos entendernos?

-Son los anillos. Tienen muchas funciones diferentes, incluido un traductor universal.

-Pero pensé que el mío no tenía energía, entonces... ¿Cómo es que todavía funciona?

-Ah, aquí está – Kilowog gritó mientras sacaba un objeto grande – Es en momentos como estos por los que siempre guardo un repuesto – El alienígena grande se dio la vuelta sosteniendo el objeto grande. Tenía la forma de una linterna y tenía el mismo brillo verde que el anillo. Era similar a la que Abin Sur le había dado a Hal el día en que murió – Esta es una batería de Green Lantern, para asegurarse de que no se quede sin energía.

-Abin me dio una pero... ¿Hay una manera correcta de hacerla funcionar?

-Esto no es magia – Kilowog puso los ojos en blanco – Solo levanta el anillo en la linterna y se cargará.

Hal se mostró escéptico antes de hacer lo que le indicaron.

-Bien, ahora... ¿cómo funciona esto?

-En realidad es bastante simple, solo imagina algo y lo hará.

-Paso algo así, pero las cosas no pueden ser tan simples – Hal aún estaba incrédulo. A pesar de que había probado el poder del anillo, aun no creía que pudiera hacer todo eso tan fácil – Mira, soy piloto y siempre me dijeron que probara algo antes de usarlo. Así que tendré que quedarme hasta que aprenda cómo funciona correctamente.

Llanura abierta; Bolovax Vik

El cielo nocturno sobre Bolovax Vik brilló tan verde cuando dos figuras volaron sobre su superficie. Hal Jordan y Kilowog revolotearon sobre varias llanuras abiertas en el campo, probando el anillo. Hal sostenía la batería de energía en una mano para mantener su anillo cargado. Los dos Lanterns luego dieron un giro para evitar el costado de un acantilado, lo que hizo que Hal casi dejara caer la batería.

-Sabes, siempre tengo la batería pegada a mi cinturón – dijo Kilowog – Te recomiendo que hagas lo mismo.

-¿No crees que podrías necesitarla y eso sería un estorbo? – preguntó Hal, mirando a Kilowog. De repente, el resplandor verde que rodeaba a Hal se desvaneció y comenzó a caer. Killowog voló hacia abajo y agarró a Hal por la muñeca antes de que tocara el suelo –

-Nunca pierdas tu concentración – Kilowog regañó a Hal – Vamos, necesito mostrarte algo más.

Los dos aterrizaron en un cañón, Kilowog caminó hasta una roca cercana antes de marcarla.

-Está bien – dijo el extraterrestre – He colocado una marca en esa roca de allí. El anillo funciona con la energía del poder de voluntad, cuanto más fuerte es tu poder de voluntad, más poderoso se vuelve tu anillo. Lo que quiero que hagas es destruir la marca en la roca.

Hal apuntó el anillo a la roca y comenzó a enfocarse. Cerrando los ojos, imaginó su pelea con el Manhunter en su cabeza. Cuando abrió los ojos, un rayo de luz verde salió disparado del anillo, desintegrando la roca en el proceso.

-Wow – Hal dio un paso atrás cuando notó el gigantesco agujero en el costado del acantilado – Lo siento, supongo que la explosión fue más poderosa de lo previsto.

Campamento a las afueras; Bolovax Vik

Hal y Kilowog se sentaron junto a una fogata, Kilowog dio un gran mordisco a su comida y comenzó a masticar. El pedazo de carne que traía era verde pero su forma simulaba al de una pierna de un pollo. Hal dudo por un momento antes de probar su bocado, mientras comenzaba a masticar lentamente, sintió una sensación de deleite en su boca.

-Wow, esto es asombroso – Dijo Hal asombrado – No sé si es porque no he comido alimentos sólidos durante un tiempo, pero es genial.

-Como dije antes, nuestras anatomías son similares, así que no me sorprende que nos guste la misma comida – Kilowog soltó una risa pequeña –

Los dos continuaron comiendo antes de que una luz brillante comenzara a resplandecer sobre ellos. Los dos se voltearon, protegiéndose los ojos, con sus anillos listos en caso de que fuera un Manhunter.

-¡Kilowog! – gritó una voz, la luz comenzó a atenuarse y notaron una gran cantidad de criaturas similares a Kilowog solo que vestían uniformes extraños – Conoces las reglas, no se permiten extraterrestres en el planeta, ahora hazte a un lado.

-¡Nunca estuve de acuerdo con NINGUNA de sus reglas, general! – gritó Kilowog – Ni con ninguno de mis predecesores. Es mi deber...

-Estamos aquí para proteger a los nuestros y asegurarnos de que no vengan amenazas del exterior. Habría pensado que ustedes, los Green Lanterns, ya lo habían entendido. Dijiste que el alienígena se iría tan pronto como se recuperara y, dado que se recuperó, tiene que irse – El general respondió amargamente –

-Kilowog me salvó la vida, estaría muerto si no fuera por él – Hal dio un paso adelante –

-Entonces tal vez debería haberte dejado morir – el general le reprocho – Ese anillo tuyo podrá traducir nuestro idioma, pero no tienes idea de la cantidad de daño que estás causando con tu mera presencia. ¡CONTÉNGANLO!

-No lo llevara a ninguna parte, General – Kilowog empujó a Hal hacia atrás, sosteniendo su anillo hacia adelante para formar una barrera entre ellos y los oficiales –

El general se posicionó para arrestar a ambos antes de que uno de los oficiales le diera un golpecito en el hombro.

-Señor... – dijo el oficial – Mire.

El general y los oficiales restantes miraron hacia arriba y sus ojos se abrieron con horror. Hacia ellos, varios robots con armaduras blindadas de color rojo se lanzaban al ataque.

-¡Manhunters! – gritó el general antes de voltear hacia los Lanterns – Mira lo que hiciste.

-¡¿Cómo se suponía que iba a saber que me seguirían hasta aquí?! – gritó Kilowog –

-Te dijimos que algo así sucedería, pero no escuchaste – el general y su tropa sacaron sus armas y se pusieron es posición de combate – Nos entregaste en bandeja de plata a los Manhunters.

El general comenzó a acercarse a ambos Lanterns antes de que un rayo azul de energía lanzado por uno de los robots atravesara su cuerpo, cortándolo por la mitad. El grupo comenzó a revolverse a medida que más y más Manhunters descendían sobre la superficie del planeta.

Hal y Kilowog usaron sus anillos para defenderse de los Manhunters, aunque comenzaron a luchar a medida que más de ellos descendían sobre ellos. Hal proyecto una metralleta pesada y disparo contra uno de ellos antes de caer al suelo.

Gimiendo, Hal intentó ponerse de pie, pero luego notó que un grupo de Manhunters rodeaba a Kilowog, tratando de capturarlo.

-¡Kilowog! – gritó Hal, haciendo que su anillo brillara más que antes. Hal luego disparó un rayo a los Manhunters, destruyendo a un gran número de ellos antes de apresurarse a ayudar a su compañero Lantern –

Hal volteo para ver a más Manhunters acercándose a ellos, rodeando a los oficiales y matando a varios de ellos. Con pesar, Hal cargó a Kilowog sobre su hombro y salió disparado hacia la atmósfera, dejando que los Manhunters reclamaran el planeta.

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