Capítulo 13
Cúpula de la Ciudadela; Oa
Hal y Sinestro volaron por el aire, destruyendo Manhunters de izquierda a derecha. Mientras que el Lantern veterano creaba cañones de energía con su anillo y disparaba fugazmente contra los Manhunters destruyéndolos al instante, el Lantern humano creo unas hélices de helicóptero y repaso a los robots que tenía por delante para después crear dos ametralladoras Thompson y dispararles en la cabeza. En su conjunto hacían una dupla bastante letal, aunque si seguían así por más tiempo no aguantarían más la pelea.
Hal había enviado una señal a cada Lantern de la Galaxia, con la esperanza de que al menos la recibieran.
El mensaje decía: "Escucha. Mi nombre es Hal Jordan, soy el nuevo Green Lantern del Sector 2814. Sé que no tienes motivos para confiar en nada de lo que digo, pero créeme cuando digo que la Batería Central en Oa está intacta. Puede que no quede nadie para ayudarme, pero esto tiene que parar. Y haré todo lo posible para detenerlo, incluso si me mata".
Los dos Lanterns continuaron defendiéndose de los Manhunters lo mejor que pudieron, ahora ambos luchando espalda con espalda en el aire creando escudos y defendiendo al otro creando espadas de energía, cortando rápidamente las extremidades metálicas de los androides; pero rápidamente se vieron abrumados por la gran cantidad. De repente, una ráfaga de luz verde destruyó a varios Manhunters. Cuando el humo se disipó, Hal y Sinestro voltearon y vieron a Kilowog flotando frente a ellos.
-Todo lo que necesitábamos era una ubicación – Kilowog declaró, volteándose. Hal y Sinestro vieron a cientos de Green Lanterns descender al planeta, quizás todo lo que quedaba del Corps –
-Está bien, escuchen – les dijo Hal a todos los que tenía cerca –Necesitamos destruir ese domo para que la energía pueda fluir libremente.
-¡Lo escucharon, todos! – gritó Sinestro – Concentren su poder en la cúpula.
Los Lanterns hicieron lo que se les ordeno, algunos apuntaron con sus anillos a la cúpula, mientras que el resto cubrió los cubrió de los Manhunters. Hal, Sinestro y Kilowog lideraron el grupo que apuntaba a la cúpula mientras que los Lanterns Tomar-Re y Arisia se enfocaron en los Manhunters, destruyendo a todos los que tuvieran a la vista.
Después de una brutal descarga de energía de parte de los anillos de los Lanterns, la cúpula se derrumbó, exponiendo la batería y permitiendo que la energía fluyera hacia los anillos de los Green Lanterns.
Una vez esto hecho, todos los guerreros con trajes verdes se reagruparon alrededor de la Batería Central.
-Expusimos la batería, ¿ahora qué? – preguntó Kilowog –
-Sinestro y yo nos enteramos de algo mientras estábamos dentro de ese domo – Hal respondió – Un Guardián sobrevivió y nos dio instrucciones sobre qué hacer. Dijo que debíamos de explotar la batería, que destruiría tanto a Oa como a los Manhunters. Pero, hay muchas personas inocentes en las minas, si hacemos eso los estaríamos masacrando.
-Si es lo que hay que hacer, entonces eso es lo que se tiene que hacer – Sinestro habló – Estaríamos sacrificando a estas personas por la seguridad de toda la galaxia.
-¡No podemos hacer eso! – Arisia replicó – Todos los prisioneros al menos merecen la oportunidad de volver a casa con sus familias.
-Creo que hay una manera de salvar a esta gente y destruir a los Manhunters – Sorpresivamente, Ganthet; el Guardián que Hal y Sinestro habían encontrado en la batería, había sobrevivido al ataque de los Manhunters y ahora se reunía con los Green Lanterns. Venia llegando de una cueva aledaña, partiendo a un Manhunter por la mitad pero exhausto de la pelea que tuvo – Los Manhunters tienen una falla incorporada en sus reservas de energía, y podremos usar la batería para sobrecalentarlos.
-Eso podría funcionar – afirmó Kilowog – Si uno de nosotros puede acercarse lo suficiente a la batería y recitar el juramento, liberará una gran cantidad de energía que provocará una reacción en cadena dentro de los Manhunters, quemando sus circuitos y apagándolos.
-Eso es más fácil decirlo que hacerlo – agregó Tomar-Re – La afluencia de energía resultante podría resultar en la muerte de dicho Lantern.
-Yo iré – habló Hal –
-¡Hal, podría matarte! – Arisia objetó –
-Si eso significa salvar a estas personas, estoy dispuesto a arriesgar mi vida – Hal respondió con una sonrisa tranquilizadora –Además, no sería la primera vez que encaro a la muerte. Yo no le temo a nada.
-Eres valiente, Hal Jordan. Te lo concedo – dijo Sinestro – Te cubriremos lo mejor que podamos.
Hal se dirigió volando hacia la base de la batería mientras que los Lanterns restantes se dirigieron al combate contra un gran enjambre de Manhunters que se dirigía hacia Hal.
Entre todos y Ganthet formaron con sus anillos todas las armas de luz verde que se les ocurrieron y dispararon, quemaron y apalearon a los robots que estaban próximos a frustrar el plan de victoria de los Lanterns.
Una vez allí, Hal apuntó el anillo a la batería central. Tomando una respiración profunda, comenzó a concentrarse, solo para recordar que nunca aprendió el juramento.
Gimiendo para sí mismo, Hal comenzó a rascarse la cabeza mientras los Manhunters comenzaban a abrumar a los Lanterns.
-¡Date prisa, Hal! – Kilowog gritó, disparando a varios Manhunters con su anillo. Varios Lanterns intentaron ayudar a Hal lo mejor que pudieron, solo para ser cortados por varios Manhunters, con los anillos volando de sus dedos –
-¡Vamos, Jordan, piensa! – se gritó a sí mismo – ¡Maldita sea! ¡¿Cómo se supone que voy a repetir algo que nunca he aprendido?! – en ese momento, su anillo comenzó a brillar más. Hal agacho su mirada para observarlo, casi como si el anillo le estuviera hablando. Con un sentimiento, Hal flotó más cerca de la batería y comenzó a hablar – En el día más brillante, en la noche más oscura, ningún mal escapará de mi vista. Que aquellos que adoran a la oscuridad teman a mi poder. ..¡La luz de Green Lantern!
Y Hal por fin lo entendió, lo sintió...
Todo el poder de la voluntad corría por su cuerpo. Sintió como toda una ráfaga de energía verde emanaba de su interior para entrar en la batería.
Hal Jordan supo quién era, y para lo que había nacido.
Casi al instante, la ráfaga salió disparada de la batería antes de terminar de cubrir a todo el planeta. Mientras lo hacía, los Manhunters comenzaron a temblar violentamente cuando comenzaron a hacer cortocircuito. Sus cabezas comenzaron a explotar una por una antes de colapsar en el suelo.
Entonces, haciendo uso de toda su voluntad, Hal Jordan trato de contener todo el poder de la batería para que regresara a esta, ya que si dejaba que fluyera libremente, acabaría por destruir el planeta.
Así que guio su mano de nuevo a la batería, puso su anillo en el borde, y casi como si halara de la palanca de vuelo de un jet cuando trataba de no estrellarse en el suelo, uso toda su concentración y con un destello fugaz, la batería se apagó junto a aura verde que ahora cubría todo el planeta.
Tan pronto como la luz se apagó, los Lanterns restantes giraron hacia la batería justo cuando Hal flotaba hacia ellos.
-Te tardaste bastante – lo regañó Sinestro –
-Y tu estas muy rosa – le contesto Hal, riendo –
Sinestro le regreso la risa de una manera muy leve, al igual que sus compañeros.
Todos estaban orgullosos de su trabajo, pues mientras salían a la superficie del planeta a contemplar el paisaje; vieron como los últimos Manhunters caían desde el lugar donde estuvieran hacia el suelo.
Luego voltearon a ver a las minas y se dieron cuenta de que los prisioneros ahora eran liberados por los Lanterns. Tenían una nueva oportunidad de vida gracias a un hombre que había decidido ayudarlos en vez de sacrificarlos.
Entre todos, felicitaron a Hal Jordan, ya que sin el la victoria no habría sido posible.
El Guardián de Oa, Ganthet sabía que el futuro del humano como Green Lantern era grandioso.
Solo Sinestro no estaba tan contento con la victoria de los Lanterns, ya que creía que todo se hubiera evitado de no haber sido por las mentiras y los engaños de los Guardianes.
Mientras todos los Lanterns festejaban su victoria y se preparaban para le reconstrucción, Sinestro solo se sentía decepcionado.
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