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Capítulo 10

Ferris Aircraft, Coast City – Tierra (Sector 2814)

La CEO Carol Ferris caminó por los pasillos de la base, completamente atónita por lo que había escuchado. Al parecer, Hal Jordan había desaparecido en medio de una de sus borracheras. ¿Por qué querría irse después de haberle dado una explicación? ¿Y mas en esas formas?

No tenía absolutamente ningún sentido, y el hecho de que hubiera huido después de lo del jet prototipo solo empeoraba las cosas.

Pero conociendo a Hal no era de extrañar que quisiera evadir sus problemas.

-Carol Ferris... – dijo una voz. Carol se volteo hacia una mujer afroamericana y algo regordeta que se acercaba a ella – ¿Puedo hablar un momento con usted?

-¿Pasa algo, señorita Waller? – Carol preguntó bastante inquieta –

-Por lo que tengo entendido, tiene como desaparecido a uno de sus empleados – Waller dijo mientras las dos continuaban caminando –Me gustaría saber qué le pasó a este Harold Jordan.

-Honestamente no sé cómo responder a eso. Hal solo se fue...

-Oh, así que estaba planeando irse sin despedirse – Waller interrumpió – Entonces... es bueno que se haya esfumado después del dinero que le hizo perder al gobierno – Carol se estremeció ante esa última parte. Sabía que Amanda Waller no era lo que uno llamaría indulgente, pero decir francamente que estaba contenta de que alguien hubiera desaparecido así era algo completamente diferente –

-¿Hay algo más, señorita Waller? – preguntó Carol, conteniendo el impulso de abofetear a la robusta mujer –

-Bueno, sí lo hay – Waller habló – He leído varios reportes de una misteriosa luz verde que apareció cuando Jordan tuvo su accidente. Me gustaría saber mas al respecto.

Ruinas de la ciudad; Slyggia (Sector 1418)

Hal y Kilowog caminaron hacia un gran edificio casi intacto donde creían que podrían encontrar el próximo Lantern.

Afortunadamente para este planeta boscoso, la población del lugar era bastante reducida, por lo que cuando los Manhunters arribaron, no barrieron el lugar tan brutalmente, por lo que solamente se fueron para nunca mas volver.

Era casi tan calmado como cuando encontraron el cadáver de Panehaim, aunque ciertamente estaba en mejor forma. Hal miró a Kilowog mientras continuaban caminando hacia la estructura en medio del campo.

-¿Supongo que este es el lugar correcto? – preguntó Hal cuando llegaron a la gran puerta –

-Confía en mí, si hay algún lugar donde Apa Li Apsa se escondería, seria aquí – Los dos faroles tocaron la puerta, después de varios segundos, se abrió y salió una figura bastante pequeña con una cabeza grande –

Hal notó que la criatura vestía un traje particular, aunque no le dio mucha importancia.

-Es bueno ver que todavía está de pie, sabio Guardián – declaró Kilowog –

-No deberías haber venido aquí, Kilowog – Apa Li Apsa era una de los Guardianes de Oa más antiguos y también era considerado el más sabio de todos. Luego volteo para ver a Hal y levantó una ceja – ¿Y quién eres tú?

-Soy Hal Jordan – respondió el humano – Vinimos aquí buscando ayuda.

-Entonces viniste al lugar equivocado – respondió Apa Li Apsa antes de volver a entrar. Hal dio un paso adelante e impidió que la puerta se cerrara –

-Escucha, el planeta de Kilowog fue tomado por Manhunters, necesitamos tu ayuda para recuperarlo – dijo Hal Jordan –

-¿Y por cuánto tiempo sería eso, Sr. Jordan? – Apa Li Apsa se volvió hacia él – Los Manhunters son implacables y su número es infinito.

-Deben de tener una debilidad – Kilowog dio un paso adelante –

-¿Deben? Ambos sabemos la verdad sobre los Manhunters, Kilowog. Ambos sabemos que no pueden ser destruidos, así como el propósito que se les asignó – el antiguo Guardián lo soltó de repente, como si no le importara el impacto de su respuesta –

-¿De qué está hablando? – Hal volteo para ver a Kilowog –

-¿Él no te lo dijo? – Apa Li Apsa dio un paso adelante – Kilowog era parte de la Guardia de Honor de nosotros los Guardianes y como tal, somos de los pocos que sabemos la verdad sobre los Manhunters.

Hal solo se quedó allí en silencio, tratando de asimilar lo que oía

-¿Qué es lo que "sabías"? – Hal le pregunto. Kilowog simplemente asintió en silencio –

-Una antigua guardiana oana los creo para servirnos como apoyo. Nos dijeron que los Manhunters eran indestructibles, pero cuando te encontré en la Tierra fue para la oportunidad de demostrar que estaban equivocados – Kilowog respondió –

-Espera, ¿los Oanos hicieron esas cosas? – Hal aún no podía creerlo –

-Fueron diseñados para servirnos como un ejército – continuó Apa Li Apsa – Y durante trecientos años lo hicieron, pero un día se volvieron contra nosotros. Perdí muchos amigos a manos de los Manhunters ese día, y he estado aquí desde entonces – y fue cuando el antiguo Guardián se acercó a uno de los estantes en la sala, y saco un pesado libro de entre los escombros – Me ayudaron a huir para resguardar todo lo que pueda del Libro de Oa.

-Otra vez con ese estúpido pergamino – declaro Kilowog con algo de decepción – Por culpa de eso, Abin Sur se volvió loco. Solo tira estúpidas profecías.

-Cuida tu lenguaje, que la historia del Green Lantern Corps y el futuro están escritos aquí – le reprocho Apa Li Apsa – No creas que no quiero pelear, pero el Libro de Oa debe de ser resguardado para que no caiga en manos enemigas.

-Siempre fue solitario y pesimista, Apa Li Apsa – Kilowog dijo mientras él y Hal comenzaban a alejarse – Veo que no ha cambiado.

Y entonces, los dos Green Lanterns se echaron a volar, dejando que el Guardián siguiera creyendo sus locuras.

Mogo (Sector 2261)

-¿Dónde dijiste que estábamos? – preguntó Hal mientras seguía caminando por las laderas rocosas –

El lugar en el que se encontraban era rico en vegetación y océanos. Sus cielos eran azules con nubes de diversas formas y tenía tres lunas. En pocas palabras, era un verdadero paraíso, o al menos hasta el momento eso creía Hal Jordan.

-En Mogo – respondió Kilowog, admirando el paisaje – Uno de los pocos lugares que no han sido tocados por los Manhunters.

-¿Por qué es eso? ¿Hay un Lantern realmente poderoso aquí? – pregunto Hal –

-Podría decirse...

Luego, los dos se detuvieron en una gran llanura. Hal miró a su alrededor, pero todo lo que vio fue un enorme cañón con grandes rocas, varias de ellas irregulares. Luego se volteo hacia el otro lado y vio un arroyo angosto.

-Entonces, ¿dónde está este Lantern? – Hal preguntó. Kilowog dejó escapar una fuerte risa –

-Estamos parados encima de el – respondió el gran alienígena –

-No empieces con tonterías – Hal levantó una ceja confundido –

-El planeta en el que estamos, Mogo, es miembro del Corps Kilowog explicó, sentado en una roca cercana – Es un planeta viviente y es uno de los más poderosos miembros.

Hal miró a su alrededor y sintió temblar el suelo bajo sus pies.

-Mogo dice "hola" – Hal se sentó frente a Kilowog – Nos permitirá descansar aquí por la noche.

-¿Estamos a salvo?

-Los Manhunters tendrán que estar funcionando mal antes de atacar a Mogo, ya que su fuerza de voluntad es inquebrantable – respondio Kilowog sin rodeos –

-Entonces... ¿qué hace Mogo?

-Por lo general, cada vez que muere un Lantern, su anillo es enviado aquí a Mogo. Luego, el planeta envía los anillos para buscar un portador adecuado.

Hal miró su anillo. Creyó que si ese era el protocolo que debían seguir los anillos al morir, entonces... ¿Por qué Abin Sur fue directamente hacia el a entregarle el suyo?

-¿Por qué crees que el anillo me eligió a mí? – preguntó Hal, aun sumido en sus pensamientos –

-No estoy seguro, esa también es una de mis incógnitas – le respondió Kilowog – Tal vez Abin Sur sintió algo en ti que no sintió en nadie más.

-Carol diría lo mismo – el piloto humano rio, tratando de recordar a su amiga –

Se preguntaba que estaría haciendo, si estaría preocupada por el o por las consecuencias que traía el que hubiera dañado el avión. Pero si era seguro que Carol pensaba en Hal.

-¿Quién es Carol? – le pregunto Kilowog – ¿Cómo es?

-Pues es muy guapa. Tiene un cabello negro hasta la cintura y unos ojazos verdes que pueden...

-No estoy hablando de su físico – le interrumpió el alíen – Si no quien es ella para ti.

Hal reflexionó durante un minuto, y le contó a Kilowog de Carol. De cómo habían crecido juntos, de cuando estaban en las Fuerzas Aéreas y de cuando lo contrato en Ferris Aircraft. El día se convirtió en noche, y los dos continuaban hablando.

-Vaya, parece que tienes mucho respeto por ella – comentó Kilowog –

-No tienes idea – respondió Hal – Aunque a veces es muy estricta conmigo.

Kilowog empezó a hablar, pero Hal no podía entender lo que decía. Suspirando, Hal a miró su anillo. Parecía que necesitaba una recarga de su linterna.

-Parece que casi se le acaba la batería – susurró Hal –

Levantándose de su asiento, Hal giró hacia el cañón, ofreciendo a Kilowog la señal de que necesitaba un momento para respirar. El bolovaxiano asintió comprendiendo.

Hal se acercó y admiró el paisaje a su alrededor. Le resultó difícil asimilar la idea de que todo un planeta formara parte del Corps, no sus habitantes, sino el propio planeta.

De repente, una nube de humo llamó la atención de Hal. El piloto giró en su dirección y sus ojos se abrieron con horror. En la distancia, un gran grupo de Manhunters se acercaba cada vez más.

Colocándose el anillo en el dedo, Hal volteo su vista hacia el campamento.

-¡KILOWOG! – gritó – Tenemos que salir de...

No termino su frase, pues fue interrumpido cuando sintió que un objeto grande se estrellaba contra su cabeza.

Hal cayó al suelo y solo pudo distinguir la imagen de Kilowog volando tan lejos como podía de Mogo antes de que todo se oscureciera.

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