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ੈ 27♡‧

Con los cambios de colores de las hojas también llegó el clima más frío. Como siempre, Chaewon estaba más que emocionada por las próximas vacaciones. Halloween ni siquiera había pasado y la niña más pequeña ya estaba planeando Acción de Gracias.

Con sólo unos pocos días hasta Halloween, Chaewon y Hyejoo estaban ocupadas con los últimos toques de adornos en su casa. Heejin y Hyunjin habían insistido en que fueran a su fiesta de Halloween. Las dos niñas fueron notorias para cubrir por completo el apartamento con decoraciones y conseguir más que quejas por ruido de los vecinos.

Actualmente, Chaewon se balanceaba en una silla en el porche, estirándose para colgar una cadena de luces de calabaza desde el techo. Hyejoo estaba en el estudio del arte como de costumbre, trabajando sin parar con una pintura con la que había estado trabajando durante más de una semana.

Wolf se sentó en el borde del porche, quedándose cerca de Chaewon como siempre. La niña más pequeña, finalmente fue capaz de conectar su cadena de luces, aplaudiendo cuando el frente de la casa se iluminó. Moviéndose sobre las telarañas falsas, que encontró sorprendentemente difícil de maniobrar.

Mientras tanto, Hyejoo tenía su lista de reproducción para pintar a todo volumen. Había un pincel escondido detrás de la oreja y otro en su boca. Su camiseta blanca era un desastre de rojos y amarillos, y una raya de color púrpura pasaba desapercibida en su barbilla. Estaba tan perdida en su trabajo que ni siquiera se dio cuenta de la hora que era.

Su proyecto actual era uno de sus favoritos. La idea había sido inspirada por Chaewon (aunque ella no lo sabía). A Hyejoo le gustaba pensar en ella como la calma después de la tormenta. Ella se inclinó más cerca del lienzo y comenzó a añadir los detalles más pequeños en el océano, asegurándose de prestar especial atención a sus sombras.

Después de unos minutos, Hyejoo hizo una pausa y se frotó los brazos. La habitación se había vuelto excepcionalmente fría. Escaneando la habitación, quitó una vieja camisa de franela de la mesa y la arrojó sobre sus hombros. Sin pensarlo, ella regresó al trabajo.

Sin embargo, sólo unos pocos minutos más tarde, sintió un delgado rastro de sudor que se formaba en el labio superior. Abanicándose, arrojó la camisa de franela a un lado y volvió su atención de nuevo a su pintura.

Una hora más o menos pasó y Hyejoo se encontró muy fría una vez más. Sacudiéndose de nuevo en su camisa de franela a cuadros, contuvo el pincel en la boca y corrió por el pasillo para comprobar su termostato. Ella se sorprendió al ver que la temperatura era completamente normal.

Pero debido a que era Hyejoo, y a veces era demasiado determinada, ignoró el ligero dolor en su cabeza y continuó trabajando en su pintura.

Pasó algún tiempo, y ahora Chaewon estaba de pie en la acera frente a su casa, admirando su obra. Era sólo la cantidad correcta de miedo y decorativo. Incluso Wolf disfrutó golpeando una pieza hecha una bola de cinta de precaución.

Orgullosa con su obra, Chaewon tomó al viejo gato desde el porche y se dirigió hacia el interior. Se quitó las botas y echó la chaqueta a un lado, haciendo su camino por el pasillo.

Lo primero que escuchó fue a Hyejoo estornudando. Levantando una ceja, la niña más pequeña observó en el estudio. Las manos de Hyejoo estaban prácticamente cubiertas de pintura, y  utilizaba uno de sus paños para limpiar su nariz, ella se encontró con una larga raya azul justo por encima de su labio. Chaewon inclinó la cabeza hacia un lado.

—Suenas enferma— señaló Chaewon, haciendo a Hyejoo saltar por la súbita interrupción. La niña más pequeña estaba de pie en la puerta con timidez, su cabello era un lío por el tiempo que había estado fuera. Sus mejillas estaban teñidas de rojo desde el frío clima de otoño, y Hyejoo no pudo evitar sonreír.

—No estoy enferma, solo tengo alergias— Hyejoo se encogió de hombros, suspirando y girando de nuevo a su lienzo. —Hey ¿puedes subir el termostato? Creo que hay una corriente de aire aquí —.

Chaewon frunció las cejas y miró el termostato detrás de ella. Conociendola mejor de lo que creía su esposa, ella se acercó a las ventanas y sintió los bordes. No había corriente alguna.

—Te voy a hacer sopa— Chaewon asintió. Hyejoo se dio la vuelta en confusión.

—Pero no estoy e-—

—Te voy a hacer sopa— Chaewon le dio una mirada, y Hyejoo sabía que discutir con ella no iba a llevar a ninguna parte. Suspirando, la mayor se limitó a sacudir la cabeza y se volvió de nuevo a su pintura.

Con una sonrisa victoriosa, Chaewon hizo su camino de regreso por el pasillo hasta la cocina. Wolf la siguió de cerca, saltando hacia su lado del mostrador. (Sí, él tenía un lado del mostrador.)

—Sopa— Chaewon murmuró para sí misma, mirando al gato en el mostrador. —¿Dónde podemos tener guardada la sopa, Wolf?—

Cuando ella no consiguió una respuesta, se trasladó a la despensa, buscando a través de los diversos productos alimenticios. Después de lo ocurrido en la escuela, Hyunjin y Heejin habían comprado comestibles para ellas. Chaewon podría haber jurado que habían llevado unas cuantas latas de sopa.

Por supuesto, ella tenía razón, y pronto la pequeña niña de ojos marrones estaba calentando una sopa de fideos con pollo. Junto a ella estaba hirviendo otra olla de agua para el té. Ella sabía que a Hyejoo le gustaba el té, y el té le daba a Hyejoo sueño. Y si Hyejoo estaba enferma, era mejor que durmiera a que se quejara.

Unos diez minutos más tarde, Chaewon estaba con una bandeja pequeña en el estudio de arte. Un tazón de sopa, una taza de té verde, y unas galletas estaban acomodadas muy bien en un plato. Chaewon estaba orgullosa de su creación.

—Te hice sopa. Y té — Chaewon dijo en voz baja, golpeando en el marco de la puerta para alertar a Hyejoo de su presencia. La mayor levantó la vista de su pintura cuando Chaewon entró y dejó la bandeja sobre la mesa. Chaewon se dio cuenta de cómo su esposa tenia otra camisa de franela, pero de alguna manera todavía estaba sudando.

—¿Tienes fiebre?— Chaewon dio un paso adelante y trató de sentir la frente de Hyejoo, pero su mano fue alejada.

—Estoy bien— Hyejoo negó con la cabeza, mirando la bandeja que Chaewon le había llevado. —De Verdad.—

—Te hice sopa— Chaewon le recordó. —Y té.—

—No estoy realmente hambrienta en este momento, te lo dije— se encogió Hyejoo. Chaewon frunció ligeramente el ceño, sus cejas juntándose cuando Hyejoo se frotó los ojos.

—¿Te estás enfermando?— Preguntó Chaewon, inclinando la cabeza hacia un lado.

—No, Chaewon— la voz de Hyejoo fue cada vez más fría y la niña más pequeña se mordió el labio. —Estoy bien. Te lo dije. Sólo estoy tratando de terminar esta puta pintura. —La chica se limpió la nariz, una vez más, regresando al lienzo en frente de ella.

Chaewon asintió suavemente para sí, dejando la bandeja sobre la mesa y en camino fuera de la habitación. Fue distraída por Wolf, que tenía uno de sus juguetes atorado debajo del sofá, Chaewon pronto se encontró involucrada en un intenso juego de alejarlo del esponjoso gato blanco.

Fue sólo unos diez minutos más tarde, cuando oyó pasos apresurados en el pasillo, que se olvidó de su juego y corrió para ver lo qué era el alboroto.

Se detuvo en seco delante del cuarto de baño cuando Hyejoo levantaba la cabeza de la taza del baño, tosiendo y exhalando temblorosamente.

—Aquí— Chaewon susurró, agarrando una de las toallas de mano de la pileta y entregándosela a la chica. Hyejoo la tomó suavemente para limpiarse la boca.

—Creo que me estoy enfermando— la voz rasposa de Hyejoo llenó la habitación. Chaewon rodó los ojos.

—No duh— la niña más pequeña sacudió la cabeza y le ofreció a la niña su mano. Riendo suavemente, Hyejoo se levantó y tiró de la cadena, abrazando con sus manos alrededor de su torso.

—Deberías recostarte— Chaewon asintió, agarrando la mano de Hyejoo y tratando de llevarla por el pasillo. Sin embargo, la chica se detuvo, mirando hacia atrás al estudio.

—Tengo que terminar...— Hyejoo murmuró entre dientes y sacudió la cabeza. —Casi termino.—

—Puede esperar— Chaewon le dio una mirada severa, no aceptando un no por respuesta. Con un suspiro de derrota, Hyejoo se arrastró detrás de Chaewon por el pasillo.

Chaewon se detuvo una vez que llegaron a la habitación. Estudiando a Hyejoo, se dio cuenta de lo mucho que la niña mayor estaba temblando.

—Aquí— dijo Chaewon en voz baja, dando un paso adelante y ayudando a Hyejoo a quitarse su camisa. Ella la dejó a un lado, quitando la camiseta blanca de Hyejoo y enrrollándola para limpiar el exceso de pintura de la cara y de las manos.

Ella le indicó a Hyejoo que se quedara donde estaba y desapareció en el armario. Momentos después, la niña más pequeña reapareció con su sudadera azul y se la entregó a su esposa.

—Es tu color favorito, y es muy caliente— explicó Chaewon, ganando una suave sonrisa de la chica. Ella se puso de puntillas para ayudar a Hyejoo a ponerse la sudadera.

—Aquí— Chaewon le indicó que esperara. Ella corrió hacia la cama, tirando de las mantas hacia atrás y esponjando las almohadas antes de inclinarse contra la cabecera. —acuéstate.—

—Chaewon, realmente no-—

—Oli— Chaewon se cruzó de brazos y levantó una ceja a la chica. Y Hyejoo complació, en parte porque Chaewon iba en serio, pero también en parte porque su actitud protectora era adorablemente linda.

—Espera aquí— Chaewon asintió rápidamente antes de desaparecer de la habitación. Hyejoo tenía que admitir que tenía frío. Es por eso que sacó las mantas sobre sus piernas una vez que se recosto en la cama.

Chaewon volvió a aparecer a los pocos minutos con la misma bandeja que había traído antes. Sentada en el borde de la cama, le dio a la niña apoyada contra la cabecera una tímida sonrisa.

—Lo recalenté— explicó, pasando rápidamente con cuidado para estar frente a Hyejoo. —Deberías tratar de comer algo...— se mordió el labio. Wolf saltó sobre la cama para inspeccionar lo que estaba pasando.

—Aquí— Chaewon con cuidado sostuvo la taza de té, asintiendo a Hyejoo esperanzada. —Es el té que te duerme. Del que te gusta, ¿recuerdas? —

—Sí— Hyejoo se rió en voz baja, encontrando a Chaewon extremadamente adorable. Tomó la taza de las manos de la niña más pequeña y la sostuvo entre las suyas.

—También me trajé esto— explicó Chaewon cuando Hyejoo comenzó a tomar su té. Le tendió un paño húmedo, apuntando a la frente de Hyejoo. —Esto se supone que ayuda, ¿verdad?—

En cualquier otra situación, con cualquier otra persona, Hyejoo se negaría a ser atendida asi. Mostrar debilidad no era realmente lo suyo. No le gustaba molestar a la gente.

Pero con Chaewon, era diferente. Siempre lo había sido. Chaewon nunca la trató con molestia o impaciencia. Chaewon no la trataba como una carga. Chaewon la trataba como a una persona que amaba, y dejó claro que ella verdaderamente se preocupaba por la chica. Tal vez incluso más que a ella misma. Esa fue la razón por la que Hyejoo no protestó cuando la niña más pequeña se deslizó hacia adelante y suavemente colocó el paño sobre su frente.

—¿Hay algo más que necesites?— Preguntó Chaewon, inclinando la cabeza hacia un lado. —¿Agua? ¿Jugo? ¿Más galletas? Si llamo a Hyunjin tal vez podría ir a—

—Estoy bien, Chaewon— Hyejoo se rió en voz baja, moviendo la cabeza. —Me has cuidado lo suficiente.—

—Creo que tenemos puré de manzana. O... o yogurt, o—

—Solo ven y recuestate conmigo— dijo Hyejoo en silencio, dejando su taza en la mesita de noche y pasando rápidamente a hacer espacio para la niña. Chaewon podía decir simplemente por lo ronca de su voz que la chica estaba enferma.

—¡Te hice algo!— Exclamó Chaewon, luchando para agarrar el teléfono de la mesita de noche antes de unirse a Hyejoo bajo las sábanas.

Cuando intentó acurrucarse junto a la chica, fue tomada por sorpresa cuando Hyejoo se deslizó aún más lejos de ella.

—No quiero que te enfermes— explicó Hyejoo, cambiando su posición ligeramente. Chaewon frunció el ceño y sacudió la cabeza.

—No me importa— ella asintió con firmeza, extendiendo la mano y tirando de Hyejoo más cerca. Se dio cuenta de que Hyejoo estaba fría por la forma en que estaba abrazando la sudadera con fuerza contra su pecho, pero era opuesto a lo que ella sentía. Chaewon casi podía sentir el calor que irradiaba de la chica.

—Aprendí una canción en el piano. Juri me ayudó — explicó Chaewon, pasando a través de su teléfono hasta que se detuvo en un video. Agarrando su teléfono vacilante, se mordió el labio antes de entregarsélo a Hyejoo. —No es bueno, pero...—

—Estoy segura de que es genial— Hyejoo se rió, tosiendo un par de veces antes de acomodarse.

Sus labios se extendieron en una sonrisa de amor cuando apretó play y una Chaewon nerviosa apareció en la pantalla, inclinandose hacia adelante y equilibrando la cámara en una pila de libros detrás del piano. Tenía el cabello en una trenza desordenada que Hyejoo le había hecho la noche anterior, y unos trozos de cabello salido aquí y allá, cayendo en frente de su cara.

En el video, la pequeña niña respiró profundamente, mirando a la cámara una vez más antes de colocar sus dedos sobre las teclas. Ella murmuró algo para sí misma, mordiéndose el labio inferior en concentración antes de pulsar la primera nota.

A partir de entonces, fue fácil ver que Chaewon estaba más cómoda. Ella asentía cada vez que tocaba una nota, lo que Hyejoo encontró adorable. La pelinegra fue tomada por sorpresa cuando la chica en el video respiró hondo y comenzó a cantar.

I gave you all I had

(Te di todo lo que tenía,)

And nothing less I promise

(Y nada menos te lo prometo.)

Love me and don't look back

(Ámame y no mires hacia atrás,)

I want you with me on this road to the sky

(Te quiero conmigo en este camino hacia el cielo.)

We'll be shining every night, I promise you

(Vamos a brillar cada noche, te lo prometo.)

Just me and you

(Solo tu y yo.)

Oh I promise you

(Oh, te lo prometo)

La chica se quedó quieta por unos momentos después de tocar la última nota, tomando una respiración profunda antes de mirar a la cámara con una sonrisa tímida. Se inclinó hacia adelante para apagar la cámara, terminando el video.

Hyejoo no podía borrar la sonrisa cariñosa de su cara cuando se volvió para mirar a la niña a su lado. Avergonzada, Chaewon había enterrado su cara en el cuello de Hyejoo.

—Yo no sabía que podías cantar— dijo Hyejoo en voz baja, pasando sus dedos por el cabello de su esposa. Chaewon se mordió el labio y miró hacia arriba.

—Juri me hizo hacerlo— admitió ella, sacudiendo la cabeza. —La canción tenía palabras. No sonaba bien a menos que las usaramos —.

—Sabes que te amo, ¿verdad?— Susurró Hyejoo, al darse cuenta de lo mucho que adoraba a la chica más pequeña frente a ella. —¿Sabes que haría cualquier cosa por ti?—

—Yo...— La cara de Chaewon se puso roja y recurrió a esconderse en el hombro de Hyejoo, una vez más, hacienda reír a la chica mayor.

—¿Lo sabes, Chaewon?— Hyejoo preguntó de nuevo, empujando su hombro ligeramente. Chaewon simplemente se rió y asintió con la cabeza.

—Pero no tanto como yo te amo.—

Hola holaa, volví y tengo que confesar que no recuerdo casi nada del fic, ni si quiera me acuerdo si Chaewon acá era rubia o castaña (si me dicen no me enojo). Y este es el último cap que tenía adaptado en borradores así que con los otros me va a dar más fiaca todavía jsja. Espero poder actualizar más seguido, así que nos leemos.
Lippie ✨

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