Capitulo 5
Nela no estaba muy segura de como había terminado ahí, sentada en uno de los mejores restaurantes de Londres junto a Luna Lovegood, Theodore Nott y Blaise Zabini. Hace tan solo una hora estaba curando el miembro masculino lastimado de Theodore y antes de darse cuenta la habían sacado de su trabajo y llevado a dicho restaurante para celebrar su regreso a Londres.
La joven leía el menú hasta que sintió una penetrante mirada sobre ella, lo que hizo que levantara el rostro y sus ojos chocaran con el rostro embelesado de Blaise, quien sonrió de lado ante su mirada.
Un mesero se acerco y todos empezaron a dar sus ordenes. Una vez que todos hubieron pedido lo que querían, el mesero se retiro con una sonrisa, dejándolos solos.
—Y dime, Nela, ¿Qué ha sido de tu vida?—pregunto Theodore dando un trago a su bebida.— Despues de haberme revisado el pene, me siento en la necesidad de conocerte más para recuperar algo de mi dignidad.
—Todo ha estado bien.—respondió Nela despues de dejar de reír.— Trabajaba en Nueva York en un Hospital de ahí en el área de Maleficios hasta que mi jefe me recomendó al antiguo director de San Mungo y este me ofreció su puesto ya que se iba a jubilar. Y bueno...aquí estoy.—explicó con una pequeña sonrisa.
—Creí que nunca volverías a Londres.—comentó Blaise.
—Sí...bueno...—se removió incomoda— no puedo huir siempre de los fantasmas de mi pasado y tampoco podía dejar pasar la oportunidad de convertirme en la Directora General de San Mungo.
—¿Qué hay de tu abuela?—pregunto Luna.—Supe que falleció ayer. ¿Conseguiste despedirte de ella?
—Tristemente no.—respondió Nela con pesar.—Falleció un día antes de mi llegada.
—Lo siento mucho.—dijeron los tres al mismo tiempo.
—No se apuren.—sonrió Nela.
—¿Y qué hay de Neville? ¿Cómo llevó la muerte de la abuela?—pregunto Luna con preocupación.
—¡¿Longbottom esta vivo?!—gritaron Blaise y Theodore impactados. Luna y Nela rompieron en sonoras carcajadas.
—Bueno fuera que Nev siguiera con vida.—dijo Nela con una sonrisa triste.
—Yo hablo de Neville, el hijo de Nela.—explicó Luna con una sonrisa y Blaise prestó especial atención a la conversación. — Se llama Neville Frank Longbottom. Es una ternurita.
—El esta bien.—dijo Nela.— Esta con nuestra elfina y siempre me espera para que lo arrope. Es...muy buen niño. Se parece mucho a mi hermano.—suspiró pesadamente.
Blaise tomó la mano de Nela por encima de la mesa en son de apoyo, ella sonrió y antes de que el pudiera decir algo, el mesero llego con las ordenes. La comida paso sin muchas contemplaciones, entre algún que otro comentario respecto a lo bueno de la comida o lo agradable del ambiente en el restaurante.
Todo parecía una común comida tranquila si no fuera por la mano de Blaise en la rodilla de Nela, la cual subía hasta sus muslos y de regreso, acariciando toda la blanca y suave piel de la chica por debajo de la falda del vestido, haciendo que Nela se removiera en su lugar en busca de más caricias y que compartiera una mirada cómplice con Blaise, quien sonreía de lado y esquivaba los codazos que esta le daba para que se detuviera.
—Fue un placer volver a verte, Nela. Hay que ponernos de acuerdo para salir luego y así Neville puede jugar con Lorcan y Lysander.—dijo Luna cuando pagaron la cuenta y se encontraron fuera del restaurante.
—Oh, eso sería perfecto, Luna.—admitió Nela— Nev no tiene muchos amigos y en verdad adora convivir con tus hijos, como tienen tantas cosas en común.
—Sí, a los tres les encantan las plantas, aunque Nev casi llora cuando esta cerca de los animales.—bromeó Nela y ambas rieron.
—¿Tus hijos ya saben de...bueno...ustedes?—pregunto Blaise señalando a Luna y Theodore.
—Sí, desde hace una semana.—respondió Theodore.— son buenos niños.
—Sí, bueno, tampoco es como que puedas decir otra cosa en esta situación.—bromeó Blaise y todos rieron.
—Mis hijos lo adoran más que a Rolf, sinceramente.—admitió Luna y se acomodó el bolso.— Bueno, fue bueno verlos, muchas gracias por atender a Theo, Nela. ¡Nos vemos!
—Adiós, cuídense—dijo Theodore y agarrado de la mano de Luna, desaparecieron.
—Se fueron.—murmuró Nela.
—Mhm.—sonrió Blaise.
El italiano la tomó de la cintura y en un rápido movimiento la besó profundamente, bajando una de sus manos hasta el trasero de Nela y dándole un fuerte agarrón que culminó en azote.
—¡Blaise! ¡Nos pueden ver!—se quejó Nela sonrojada.
—Ojala, así el imbécil de Potter dejaría de intentar encontrarte.—masculló Blaise y Nela lo miro asombrada.
—¿Harry esta buscándome?—pregunto Nela y Blaise la miró con seriedad.
—Sí— afirmó y añadió con tono despectivo:— supongo que el artículo del profeta donde lo hacen ver como un imbécil abandona hijos lo ha puesto tenso y quiere cerciorarse de que tu hijo sea suyo.
Nela bajo el rostro con preocupación y Blaise acarició su cintura. Le tomó el rostro con una mano y la obligo a mirarlo.
—Tranquila, todo estará bien.—aseguró y miró el cielo estrellado.— Ya es tarde, quizá sea hora de que te acompañe a casa.
—Puedo irme yo sola.—replicó Nela con suavidad.
—Lo sé.—dijo Blaise y sonrió de lado.— pero si no te acompañará no sería muy caballeroso de mi parte y no podría obtener tu dirección.
—Tú no cambias.—negó Nela con diversión y soltó una pequeña risa.
—Así me amas.—afirmó burlón.
Ella no respondió, simplemente sonrió entre divertida y coqueta, se dio la vuelta y comenzó a caminar. Blaise la miró unos segundos impactados y pregunto impaciente:
—¡¿Me amas?!
Por la calle se escucho la carcajada de la joven y como Blaise corría para alcanzarla. Sin decir nada, Nela espero a que el la alcanzara, lo tomó del brazo y los hizo aparecerse en la sala de su nuevo apartamento, permitiéndole a él darse cuenta de que aún no terminaban de desempacar, pues aún habían algunas cajas en el recibidor.
—Acogedor.
—Cállate.
—¡Maaaaamiiii!—exclamó una vocecita desde uno de los pasillos.
—¡Aquí!—exclamó Nela.
Blaise contempló impactado como una replica exacta del fallecido Neville Longbottom, pero versión miniatura, aparecía corriendo ante el, arrastrando una manta roja con arañas negras dibujadas y abrazaba con fuerza las piernas de Nela, quien lo cargaba entre sus brazos y le daba un sonoro beso en la mejilla.
—Hola cariño, ¿qué tal tu día?
—Bien mami, ¿y el tuyo?—pregunto Neville y miró a Blaise con curiosidad—¿Quién es el?
—Hola, peque.—saludó Blaise con una sonrisa extendiendo su mano y Neville la tomó tímidamente.— Soy Blaise Zabini, ¿Cómo te llamas?
—Neville.—respondió escondiéndose en el cuello de Nela.
—Mucho gusto, Neville.— sonrió y le guiño un ojo.—Me han dicho que te gustan las plantas, ¿es así?— el niño asintió— ¡Excelente! Sabes, yo poseo el vivero más grande de todo el mundo mágico, ¿te gustaría verlo?
—¡Sí!—exclamó emocionado.
—Entonces cuando tu madre tenga tiempo, tú y ella pueden venir a mi casa en Italia donde esta el vivero, ¿te parece bien?—pregunto con una sonrisa y Neville sonrió emocionado.
—Embustero.—susurró Nela con ojos entrecerrados.
—Astuto.—corrigió Blaise guiñándole un ojo.
—¿Blaise se va a quedar mami?—pregunto Neville cuando ella lo bajo de sus brazos.
—No cariño, Blaise ya se va. Solo quiso acompañarme a casa.—explicó Nela.— así que despídete de él.
—Adiós, Blaise.—se despidió Neville dándole un pequeño abrazo en las piernas.
—Adiós, peque.—Blaise revolvió su cabello.
Ambos adultos se dirigieron a la chimenea, lejos de la vista de Neville y antes de que Blaise ingresará dentro de la chimenea, le robo un pequeño besó en los labios a Nela, quien sonrió y negó con la cabeza.
—Deja de hacer eso, no quiero que Neville nos vea.—pidió sonrojada.
—Ese niño va a ser mi hijo tarde o temprano, yo nada más te estoy avisando.—informó con una sonrisa arrogante.—hasta mañana, cariño.
—¿Mañana? ¿Cómo que mañana?
Pero Blaise no contesto, pues ya se había desaparecido. Nela se dejó caer en el sofa con una sonrisa que pronto desapareció. Estaba actuando como una colegiala con Blaise Zabini y Harry Potter estaba buscándola por la paternidad de Neville.
¿Qué se supone que debía hacer?
¿Qué les esta pareciendo la historia?
Les comento que esta segunda temporada será corta. Los amo!
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