Capitulo 12
Boda.
La unión entre un hombre y una mujer que se aman y deciden unir sus vidas en sagrado matrimonio. Muchas mujeres no quieren casarse nunca en sus vidas, otras consideran que es lo más maravilloso que puede pasarles y lo desean con ansías, hay otras mujeres que no le toman mucha importancia, si se casan o no, les da igual.
Para Nela Longbottom el casamiento requería tres cosas muy importantes que ella detestaba: en primer lugar, debía usar un largo vestido blanco y ella detestaba ese tipo de vestidos; en segundo lugar, tenía que bailar y ella detestaba bailar; y en tercer y último lugar, casarse significaba unirse de por vida a un hombre y la fuerte independencia que ella tenía nunca le permitió ni siquiera planteárselo.
Pero ahora, con veinticuatro años estaba ahí, vestida con un largo vestido blanco salido de una película de princesas, una tiara en su cabeza que resaltaba con su largo cabello que estaba recogido en un elegante rodete. Su maquillaje era sencillo y todas sus joyas eran cortesía de su difunta abuela.
—Te ves muy hermosa, mami.—dijo la voz de su hija.
—Igual que tú, querida Alice.—dijo Nela con una sonrisa.
Detrás de ella se encontraba su hija, Alice Luna Zabini, con su preciosa piel morena y lacio cabello negro con una gran sonrisa que resaltaba gracias a sus grandes ojos azules. La pequeña Alexandra tenía solo cuatro años y el pobre de su padre ya tenía que alejar a los, como el los llamaba, buitres de su pequeña.
—Dice papá que si se apuran no se enoja, que porque si tardan mucho más es probable que vaya a colgarse del pico más alto del castillo de Hogwarts.—dijo Neville entrando a la habitación.
El pequeño Neville Frank Longbottom ya no era tan pequeño, pues ahora con once años de edad y estando próximo a ingresar a Hogwarts, estaba mas alto y cada vez que cualquier persona lo veía, parecía que veían al difunto mellizo de Nela, Neville pero con los ojos verdes de Hannah Abbott.
—Qué se suicide, mamá así podría conseguir otro marido con más dinero e ir acumulando fortuna para nosotros.—opinó Alice con una sonrisa. Era claro que había pasado demasiado tiempo con Madame Zabini.
—Y por eso es que tu te pareces a la abuela.—dijo Neville negando con la cabeza.— Anda, pequeña viuda negra, debemos ir a nuestros lugares.— la tomó de la mano y miro a Nela.— Te ves hermosa, mami. Te veo abajo.
—Los veo abajo, niños.—sonrió Nela.— Alice has caso a tu hermano y no tortures a tu padre. Neville, calma a tu padre, por favor.
—Si mamá.—respondió Neville.
—Le quitan la diversión a todo.—expresó Alice con un puchero.— no mi tienen visión empresarial. —agitó su cabello, indignada.
Contempló con una sonrisa divertida como sus dos hijos salían de la habitación y en cuanto escucho que sus pasos ya estaban lo suficientemente lejos, rompió a reír. Se miró nuevamente al espejo, nunca se había visto tan feliz, al menos no desde la muerte de su hermano.
Seis años habían pasado desde que volvió a Inglaterra, enfrentó los fantasmas de su pasado, confronto sus temores e inicio su relación con Blaise Zabini...y hace exactamente tres años dio a luz a una bella niña que decidió nombrar como su madre, Alice, y como su mejor amiga, Luna.
Habían pasado muchas cosas en esos seis años, como el hecho de que Harry Potter había sido relevado de su puesto como Jefe de Aurores por la llegada de un nuevo jefe: Blaise Zabini. Por otra parte, Ginevra Weasley había sido condenada a cinco años en Azkaban debido a un intento de secuestro hacia la hija de Nela y Blaise, Alice, cuando esta nació. En cuanto a Hermione Granger, ella terminó alejándose de Ron Weasley, quien cabe destacar estaba hundido en el alcohol, y de Harry Potter, mudándose a Bulgaria donde se caso con su antiguo novio escolar, Viktor Krum.
Su relación con Blaise era más que perfecta y aunque Nela nunca estuvo muy entusiasta ante la idea de casarse (tanto que lo convenció de vivir en unión libre los últimos seis años), en cuanto Blaise hubo pasado frente a una tienda de vestidos de novia y visto uno que le encanto, y se lo hubo llevado a casa para enseñárselo, Nela supo que tenía que casarse. Era necesario que usara ese vestido. Era el vestido de novia más hermoso que ella hubiera visto jamás.
De pronto, una figura apareció a su lado en el espejo de cuerpo completo en que se estaba viendo. Nela no estaba segura si es que había consumido algún tipo de droga muggle o si estaba soñando o si la magia le estaba brindando alguna especie de regalo de bodas, pero...
...ahí, en el espejo, en la imagen junto a ella estaba su hermano.
Su Neville.
Sonriendo, con la misma edad de dieciocho años, una camiseta de manga tres cuartos color café, pantalones negros del colegio y un mandil como el que usaban en la clase de Herbología con la profesora Sprout. Sonreía con tranquilidad y la veía con una mirada llena de cariño y orgullo.
—Nev...—susurró Nela con sorpresa.
—Te ves muy hermosa, Nelly.—dijo Neville.— Admito que no soy fanático de los Slytherin, pero ese Blaise Zabini si que te ha cuidado muy bien.
—¿Estas...aquí?—pregunto confundida.
—Yo siempre estoy contigo, Nelly.
Las palabras de Neville hicieron que los ojos de Nela se llenaran de lagrimas, sin embargo, no se permitió llorar y sonrió feliz.
—Has cuidado muy bien de mi hijo, es un niño muy bueno.
—También le gustan mucho las plantas como a ti. —comentó Nela con la voz rota y una sonrisa.— quiere ser profesor de Herbología cuando sea grande. Se parece mucho a ti, aunque tiene los ojos de Hannah.
—Sí, Hannah lo notó también.—dijo Neville.
—¿E-Ella...?
—La veo seguido. Ama mucho a Neville y hemos arreglado las cosas.—explicó encogiéndose de hombros.— Le gusta conversar con nuestros padres. Por cierto, tu hija es muy bonita, mamá esta feliz de que le pusieras su nombre.
—Mamá...—repitió Nela— Estan...juntos.
—Sí, los cuatro, la abuela también.—afirmó Neville y sonrió de lado.— pero no te vayas a apurar, estaremos aquí cuando llegues y recuerda que en cada brisa yo estoy para ti.
—Te extraño.—confesó con tristeza.
—Lo sé, yo también te extraño.—admitió Neville de la misma forma.— pero no debes estar triste, así debían ser las cosas y estoy muy orgulloso de ti.
Ninguno de los dos dijo nada durante unos segundos. Nela veía el reflejo de su hermano en el espejo sin despegar la mirada, casi sin pestañear. Temía voltear y que en cualquier momento desapareciera. Neville sonrió.
—Ya es hora, debes irte.—dijo él.
—No quiero irme, quiero quedarme aquí contigo.—dijo ella casi de inmediato.
—Vamos, Nelly. —sonrió Neville.— yo siempre estoy contigo, ve por tu felicidad. Anda. Además,—alzó sus manos mostrando dos macetas— Aquí también tengo muchas plantas con las que entretenerme.
—¿Volveré a verte?—pregunto con tristeza.
—No lo sé, pero si sé que volveremos a estar juntos un día muy lejano.—afirmó con seguridad.
—Te amo, Neville.
—Te amo, Nelly.
Nela colocó la palma de su mano derecha en el espejo y Neville la imitó. Ella juraba que casi podía sentir la mano de su hermano encima de la suya. Se sonrieron y entre lagrimas, Nela se dio la vuelta.
Salió de la habitación y caminó hasta la entrada del salón, escucho como la música comenzó y al abrirse las puertas, vio a Blaise sonriendo emocionado, esperándola en el altar.
Una brisa sacudió el lugar y Nela sintió como si acariciaran su mejilla.
Sonrió.
Su Neville estaba ahí con ella y sintiéndose acompañada, avanzó hacia su felicidad.
Su felicidad con Blaise Zabini.
FIN
¿Qué les pareció la novela? Admito que si quise llorar:(
Si tienen alguna pregunta o duda, háganla aquí y yo les responderé. Los amo!
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