El relato de Nela había estremecido a todos. Saber el triste final que Hannah Abbott había tenido y como Nela tuvo que hacerse cargo de todo sola, eran cosas que ponían tristes a cualquiera. 

Durante unos largos minutos, nadie dijo nada y el silencio reino en el jardín. A lo lejos podían escuchar las risas de los gemelos Scamander jugando con el pequeño Neville y la voz de Theodore pidiéndoles que tuvieran cuidado.

—Nela.—hablo Harry y todos lo miraron. El joven carraspeó incomodo.— Lamento mucho todo lo que has tenido que pasar y...también lamento haberme portado como un imbécil ayer con tu sobrino.—se disculpó.

—Neville es mi hijo.—replicó Nela con firmeza.— yo lo he cuidado, alimentado, educado y amado durante toda su corta vida. Independientemente del destino que la vida deparo para sus padres, para Neville yo soy su madre y para mí él es mi hijo. 

El silencio volvió a inundar el lugar y Harry se removió incomodo en su asiento. Su comportamiento no había sido el más correcto durante los últimos meses y aunque ahora intentara arreglarlo, probablemente saldría perdiendo, pero valía la pena intentarlo. Nela Longbottom valía cada intento para el.

Ella era la única mujer que lo comprendía perfectamente, en su momento se convirtió en su mayor apoyo, su consejera, su amiga, su pareja. Nela fue alguien incondicional y que le brindó todo su amor a pesar de que el tenía la cabeza más enfocada en Voldemort.

—Nela.—hablo nuevamente Harry y las miradas volvieron a recaer sobre él.— ¿Hay...Existe alguna posibilidad de que...tu y yo podamos darnos una nueva oportunidad para estar juntos?—pregunto con incertidumbre.

—Bueno, ¿tú eres pendejo o solo te haces?—pregunto Blaise molesto.

—No, Harry.—respondió Nela con indiferencia, ignorando lo que dijo Blaise.— No hay ninguna posibilidad de que volvamos a estar juntos y ciertamente tu pregunta me parece muy estúpida.—admitió con dureza.

—Nela, por favor.—pidió Harry con voz suave— Todos cometemos errores, yo era joven e imprudente, debí cuidarte y quererte mucho más. Debí darte tu lugar y...merlín, Nela...se que cometí muchos errores, en serio...—la miró suplicante.— pero no hay un solo día en que no piense en ti y en lo que pudimos ser. Por favor, se que muy dentro de ti aún me quieres y, aunque es difícil, se que puedes perdonar mis errores.

—Te voy a...—masculló Blaise pero Luna lo sostuvo del hombro.

—Es verdad.—aceptó Nela, asintiendo lentamente.— Todos cometemos errores.

El trio de oro sonrió mientras que Blaise y Luna miraron a Nela indignados. Nela miro a Harry a los ojos con seriedad.

—Todos cometemos errores.—repitió.— y el mayor error que pude cometer de joven fue el de seguir a tu lado a pesar de tus desplantes y el no aceptar a Blaise, el hombre que me cuido y amo desde un inicio.

—¡Me la pelas, Potter!—exclamó Blaise victorioso, apuntándolo con el dedo.

 —Por merlín, Nela...—reclamó Harry con el ceño fruncido.

—Más aparte, jamás podre perdonarte el haber abusado de mí.

El silencio volvió a reinar en la sala, pero esta vez las expresiones eran diversas. Harry la miraba pálido, Ron se mostraba incrédulo, Hermione estaba aterrada, Luna se veía indignada, Blaise y Nela simplemente estaban serios. Si alguien hubiera alzado el rostro, vería el rostro sorprendido de Theodore Nott desde la ventana con los niños dormidos a su alrededor.

—Yo nunca abuse de ti, Nela.—negó Harry.

—Por supuesto que sí, lo sabes bien.—dijo Nela con el ceño fruncido.

—Estas loca, tu ya no sabes de que más culpar a Harry.—se quejo Ron cruzado de brazos.

—Vuelve a insultarla y te dejare negro el otro ojo.—amenazó Blaise con frialdad.

—Aquella tarde...—intervino Nela sin prestar atención a Ron y Blaise, únicamente viendo fijamente a Harry.—...la tarde despues de haber vencido en la batalla de Hogwarts, me pediste acompañarte hasta la sala común de Gryffindor...aún me arrepiento, debí haberme negado a acompañarte. No debí tenerte compasión, no cuando tu nunca la habías tenido conmigo.

»No éramos nada, pero creí que necesitabas consuelo y que querrías hablar, yo también necesitaba eso, por eso accedí. Recuerdo que fuimos a la que solía ser tu habitación y cada uno entro a bañarse por turnos. Estábamos hechos un asco despues de tanto luchar.

»Nos sentamos uno al lado del otro, tomaste mi mano, besaste mis nudillos y dijiste que lamentabas la muerte de mi hermano...Tomaste mi rostro entre tus manos y me besaste, intente hacerme hacía atrás y te empuje del pecho, pero tu me apretaste contra ti.

»Te grite que me dejaras, te suplique que te detuvieras, te dije de muchas maneras que yo no quería eso y tu simplemente dijiste que me necesitabas de esa manera.— lo miró con rabia— Así que para tu información, Potter, eso fue una violación desde el preciso momento en que yo no quise tener relaciones sexuales contigo y te exigí que me dejarás.

»¡Acababa de perder a mi hermano! ¡A mi mellizo! ¡Y lo único que te importaba era meterte entre mis piernas!...Merlín —hizo una mueca de asco y Harry bajo el rostro— a ti lo único que te importó siempre fue sentirte bien contigo mismo. Lo que dije hace cinco años era verdad, nunca me amaste, solo fui una linda muñeca consejera para ti.

—Seguro que te gusto, no se para que haces tanto drama.—intervino Ron con frialdad y Hermione jadeo indignada.

—¡¿Cómo puedes decir esa tontería, Ronald?!—cuestionó Hermione furiosa.— ¡Lo que hizo Harry fue un completo abuso en toda la extensión de la palabra! ¡Ha condenado con un trauma a Nela de por vida!—miro a la chica con lastima.— Oh, Nela...como lo siento, tienes razón, fui una muy mala amiga y...

—Basta, Granger.— dijo Luna con el ceño fruncido.—Me alegra ver que al menos una de tus dos neuronas funcionan, pero no intentes aprovechar el momento para que Nela te perdone por ser una pésima amiga.

—Yo no...

—Tienes razón.—dijo Harry con dificultad.— Lo que hice fue horrible y...no tiene justificación. En verdad, lo...

—No te atrevas a decir que lo sientes, Potter, porque no es verdad.— lo interrumpió Nela con frialdad.— No quiero volver a verte en toda mi vida a menos que sea estrictamente necesario y la única razón por la que no llevo esta situación a un juicio o a la prensa, es solo porque...eso me destrozaría. 

»Y ahora que todos saben la verdad, ustedes tres —señalo a Harry, Hermione y Ron— Háganme el bendito favor de irse. En verdad no quiero volver a verlos y si llegan a entrometerse en mi vida, entonces si tomare cartas en el asunto. 

Pese a la resistencia de Harry, Hermione y Ron finalmente se lo llevaron de ahí, consiguieron que solo quedaran Blaise, Luna y Nela. Ambas amigas se abrazaron durante un rato, mientras que Theodore Nott desde la ventana se tomaba una copa de vino.

Ese día no se hablo más del tema, los dos Slytherin invitaron a comer a sus parejas e hijos para que se distrajeran un poco despues de lo tenso del momento. Al caer la noche, Blaise acompaño a Nela hasta su casa y contempló como esta arropaba a Neville en su cama, completamente dormido.

Al salir de la habitación, Nela sonríe ligeramente causando una sonrisa en el, se abrazaron con ternura y Blaise dejó un corto beso en sus labios. Los ojos de ambos chocaron entre sí, negro contra azul. 

—Te amo, Nela.—dijo Blaise besándola nuevamente.

Nela lo miro. 

—Yo también te amo, Blaise.

Y Blaise Zabini nunca fue más feliz como en ese preciso instante.