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Capitulo 10

(La del gif es Hannah Abbott)


Estaba de más mencionar que la pelea en San Mungo provocó una enorme multa por parte del Ministerio hacia los participantes, principalmente hacia Harry Potter por atentar contra un infante, eso sin contar el llamativo titulo que profesaría El Profeta a la mañana siguiente:

"Potter enloquece y agrede a menor"

Nela estaba considerando seriamente dejar su trabajo en San Mungo y volver a Nueva York, pero sabía que no podía huir siempre, era momento de enfrentar a los fantasmas de su pasado y es por eso mismo que solicito ese día de descanso y cuando atravesó los jardines de la casa de su abuela, lo hizo con todo el valor que tenía como Gryffindor. 

Ahí, sentados en una gran mesa, se encontraban reunidos todos los más cercanos a la situación: Ronald Weasley, Hermione Granger, Harry Potter, Luna Lovegood y Blaise Zabini. Los niños de Luna se encontraban dentro de la casa con Theodore, por lo cual el pequeño Neville se separo de Nela y fue hasta allá, dejando a solas a los adultos.

En cuanto Nela se hubo sentado frente a todos, suspiro. En realidad, a nadie le correspondía saber el pasado del pequeño Neville, pero Nela había decidido contarles porque sabía que igual se enterarían y prefería que fuera por su boca.

—Voy a contarlo todo, no quiero interrupciones, ¿de acuerdo?—pidió con seriedad y todos asintieron.

Flash Back

Un mes había pasado. Nela se encontraba enviando una carta a su abuela y a su tío Algie desde su nuevo apartamento en Nueva York cuando de pronto, la puerta de su casa sonó. Se levanto con la varita en alto y fue hasta la puerta, abriendola de golpe. Asombrada ante la persona que había frente a ella, bajo la varita y dijo:

—¿Tú?

—Hola Nela

De entre todas las personas que Nela pensó que vería, definitivamente Hannah Abbott no estaba entre sus opciones, pero aún así la dejo pasar cuando pidió hablar con ella. Despues de preparar una taza de té para ambas, se sentaron en la sala una frente a la otra.

—Disculpa el desorden, aún me estoy mudando.—dijo Nela con el ceño fruncido.— ¿Cómo es que me encontraste? Ni siquiera mi abuela o mi tío saben donde estoy.

—Nev siempre dijo que querías ir a Nueva York terminando el colegio.—respondió Hannah con una sonrisa triste.

—Ya veo.—asintió Nela con dureza, la muerte de su hermano aún la tenía muy mal.— No quiero sonar mala pero, ¿Qué haces aquí, Hannah? No te he visto desde que decidiste no luchar en la batalla.

—Neville no permitió que luchara.— replicó Hannah con la voz temblorosa.— Por que...estoy embarazada.

En cuanto Hannah se hubo quitado la enorme gabardina que cubría su cuerpo, Nela contuvo un jadeo de asombro al notar como ahora su vientre plano era una prominente pancita. Nela sentía que estaba en una especie de shock. Nerviosa, Hannah se removió en su lugar y continuo hablando.

—Tengo casi cinco meses.— informó.— Neville y yo lo estuvimos ocultando lo más posible debido a la situación tan delicada en la que vivíamos. Se suponía que el sobreviviría y nos casaríamos pero...— sus ojos se llenaron de lagrimas—ahora el ha muerto y yo...mis padres también murieron...estoy sola...no tengo a nadie.

Hannah rompió en un fuerte llanto mientras que Nela solo guardo silencio. Estaba demasiado impactada, aún ni siquiera superaba la muerte de su hermano y ahora resulta que iba a ser tía gracias a él. 

—Y-Yo...yo te juro que si es de Neville, Nela.—aseguró Hannah con los ojos rojos.— El lo sabía, puedo hacerme las pruebas que quieras y...

—Te creo, Hannah.—interrumpió Nela con firmeza. Hannah sonrió con tristeza, tomó su bolso y sacó una carta que le extendió a Nela.

—Es de Neville...él me la dejo por si llegase a morir para que te la diera a ti.—explicó Hannah.

—¿La leíste?—pregunto Nela tomando el sobre.

Hannah negó con la cabeza y Nela abrió el sobre, sacando la carta y comenzando a leer:

Mi querida Nelly

Si esta carta ha llegado a tus manos, es porque tristemente no pude sobrevivir a la batalla. Lamento mucho que tengas que pasar por este dolor y lamento aún más que esta carta sea tan corta, pero no hay tiempo, la batalla se avecina y tenemos que luchar.

Como probablemente ya estés enterada, Hannah esta embarazada y se que si estuviera vivo me habrías golpeado por irresponsable pero también abrazado de felicidad. 

Hannah no debe luchar, por eso la he enviado lejos, lamentablemente si es que muero ella no tendrá a nadie en el mundo, pues han matado a toda su familia, por eso, hermana mía, te ruego que cuides de ella y de mi bebé. Ayúdalos lo más que puedas.

Siento no tener más tiempo, aún hay muchas cosas que quiero decirte, pero lo resumiré: Te amo.

En cada amanecer y atardecer, en el olor del pasto, en la suavidad de los pétalos, en la risa de mi bebé, te prometo hermana mía, que ahí estaré.

Neville Longbottom.

Una vez hubo terminado de leer la carta, Nela suspiro pesadamente intentando retener las lagrimas que amenazaban por salir de sus ojos. Se levanto del asiento y le dedico una sonrisa triste a Hannah.

—Vivirás conmigo ahora, Hannah. —declaró.— Me encargare de que nada les falte a ti y a mi sobrino.

—¡Oh, Nela!—exclamó Hannah levantándose a abrazarla con fuerza.— ¡Muchas gracias!

Mientras se abrazaban, Nela se prometió a si misma y al espíritu de su difunto hermano, que absolutamente nada malo le pasaría a Hannah y a su bebé. 

(...)

Pese a la extraña y novedosa emoción que Nela sentía respecto a tener un sobrino, no pudo evitar notar que Hannah no estaba realmente feliz con la situación, tampoco podía decir que lucía enojada, sino más bien, extremadamente triste.

En un principio, Nela pensó que era debido al fallecimiento de su hermano, pues ella sabía perfectamente que Hannah en verdad amaba mucho a Neville, pero sus preocupaciones aumentaron cuando Hannah se desmayo en el octavo mes de gestación.

—¿Qué me paso?—pregunto Hannah con la voz ronca cuando despertó.

—Te desmayaste.—respondió Nela con el ceño fruncido.— Ya te he revisado y...Hannah, estas bajo mucho estrés y eso puede afectar al bebé. Luces muy deprimida y casi no comes, ¿Qué es lo que...?

—¿Cómo esperas que sea feliz, Nela?—cuestionó Hannah con tristeza, interrumpiéndola.  

—No entiendo a que te refieres, Hannah.—respondió Nela con suavidad.— Si es respecto a mi hermano, debemos ser fuertes y...

—¡No es sobre eso!—exclamó Hannah comenzando a llorar. Nela la miró impresionada.— ¡Es sobre el hecho de que el hombre al que yo más ame nunca me amo! ¡Para el siempre solo existía la estúpida de Hermione Granger! ¡Incluso al tener relaciones decía su nombre y no el mío! ¡¿Cómo se supone que sea feliz así, Nela?! ¡Estoy segura de que me hubiera terminado si no fuera porque quede embarazada! ¡Mi bebé fue lo único que amo de mí! 

Nela contempló como aquella hermosa y joven muchacha lloraba embarazada por el dolor de un amor correspondido e internamente se alegró de no estar en su lugar, pero al mismo tiempo se compadeció. Entendía bien lo que era estar con alguien y sentirse insuficiente.

Por primera vez, Nela Longbottom no supo que decir. No tenía consejos cuando ella estaba rota y la persona a su lado estaba incluso peor que ella. Sabía perfectamente que su hermano había sido muy maldito al tratar así a Nela, y que la pobre Hannah no lo había dejado por el amor que sentía hacia el, pero Nela no podía hacer nada. 

Al final de todo, Hannah y Nela encontraron un poco de paz y armonía y llegó el nacimiento del pequeño Neville, quien nació el mismo día que su padre y su tía, un 30 de Julio por la noche. Nela fue la persona más feliz cuando pudo cargarlo, pero Hannah...ella simplemente quería dormir.

—Quiero ser libre, Nela.—susurró Hannah mirando a la ventana, al día siguiente de dar a luz.

—Eres libre, Hannah.—dijo Nela con suavidad.— cuando te recuperes te conseguiré un buen psicólogo, te prometo que encontrarás paz.

Ella no respondió, miró por la ventana abierta como el atardecer caía y el viento movía su cabello. Nela durmió esa noche con el pequeño Neville, puesto que Hannah no quería ni tocarlo, pero nadie podría haberla preparado para la escena que encontraría a la mañana siguiente.

El cuerpo de Hannah Abbott colgado del ventilador con una soga.

Y Nela supo que Hannah hizo todo por encontrar su propia paz.

End of Flash Back

—Al final yo crie a Neville y siempre le conté toda la verdad.—dijo Nela con expresión.—Justo como estoy haciendo con ustedes ahora mismo. 










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