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epilogue 1 ࣭⭑𓄹 dad owes child support ⸒࣪

﹐ ✦ 𝄒 𝐆𝐑𝐄𝐄𝐊 𝐓𝐑𝐀𝐆𝐄𝐃𝐘 ⊹ ☀️ ₊ ⋆

┇ epílogo uno ¡!















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. ⩇ ☀️ ⩇ 𝄒

Si me hubieran dicho que el Olimpo flotaba sobre el Empire State, no lo hubiera creído posible. Sin embargo, allí estábamos Chloé y yo, paradas frente la puerta que nos separaba de la "sala de tronos". En la ladera de la montaña donde nos encontrábamos, descansaban docenas de los más lujosos palacios que había visto.

El Olimpo era hermoso, sin duda. Chloé pensó que parecía una imitación mejorada de lo que debió ser Grecia siglos atrás. Por mi lado, habría pensado que era el paraíso, de no ser porque del otro lado de aquella puerta, los dioses discutían en griego antiguo.

Podía oír a Apolo discutir con Zeus, Zeus con Poseidón, Poseidón con Atenea y así todos los dioses alzaban sus voces y daban su opinión.

-Todo saldrá bien -me dijo Chloé, comiendo un chocolate que le había traído del bar de la prisión. Cuando había vuelto a la costa (con mis grandes habilidades de hija de Poseidón) Chloé no parecía querer mirarme. Estaba molesta, y sabía que se había sentido abandonada y preocupada. Pero una disculpa y el chocolate (principalmente el chocolate) lograron que me volviera a hablar e, incluso, me abrazara.

-Eso espero -murmuré. Sin embargo, algunas palabras que se lograban oír, como como «muerte», «traición» y «castigo», comenzaban a preocuparme.

Un minuto después, las puertas se abrieron y se hizo silencio. Ambas quedamos expuestas a los dioses. Dioses que, por cierto, eran gigantes.

-Kailani Brown, hija de Poseidón, entra -dijo una voz profunda. Con algo de miedo entré a la "sala de tronos". Delante de altas columnas que llegaban a un techo lleno de constelaciones, habían doce tronos enormes, dispuestos en forma de medialuna. Y había doce dioses en ellos.

Enfrente, en el trono de platino, estaba el que probablemente era Zeus. Sus ojos grises me analizaban, y su traje azul marino le daba aires de presidente. A su lado, una hermosa mujer me miraba con cierto desprecio.

La verdad, nadie excepto Apolo y otro dios me miraban de buena manera. Apolo me dio una sonrisa ladina.

El otro dios estaba sentado en el trono que seguía al de Zeus. Parecía una silla de pescador. Su rostro era amable, sus ojos verdes me hacían acordar a alguien. Tenía el cabello de mi mismo color, y las arrugas alrededor de su boca y ojos me aseguraban que reía mucho más que Zeus. Su piel estaba muy bronceada, y vestía como si recién volviera de Las Bahamas.

-¿No te han enseñado modal alguno, chica? -preguntó Zeus.

-No, señor. He vivido en la calle desde que soy pequeña. Allí no se enseñan modales -respondí, casi sin pensarlo. La habitación se quedó en silencio. Zeus parecía pensar que responder. Una risita nasal me hizo voltear a ver a Dionisio por un instante.

-No seas insolente, chica. Puede costarte caro -me advirtió Zeus.

-Déjala, hermano. Esto es mi culpa -habló mi padre. Zeus lo miró, con la mandíbula tensada.

-Claro que lo es. Tienes suerte que no sea parte de la profecía -gruñó el dios de los dioses.

-Además, padre, ha cumplido su tarea con el Olimpo -dijo Apolo. Zeus lo miró rápidamente y se quedó pensando.

-Debes saber que eres muy afortunada, Kailani Brown. No todos los días matas a Aracne -una voz femenina y tranquila me habló. Volteé a ver a una mujer que me hizo pensar en la niña del campamento, Annabeth. Me miraba impasible. No podía saber si le caía bien o mal. Lo que sí sabía era que el búho, apoyado en su trono, me miraba de mala manera.

Que bicho más feo.

-¿Entonces eso es todo? ¿No van a ejecutarme, pulverizarme, tirarme al Tártaro? ¿Nada? -pregunté, cruzada de brazos.

-No me des ideas. Eso es todo -gruñó Zeus. ¿Entonces todo lo que había oído detrás de las puertas que significaba?

-¿Eso es todo? ¿¡Eso es TODO!? -una pequeña voz me hizo girar la cabeza. Chloé, con los puños apretados y la cara enrojecida se acercó a pasos grandes -¿¡Estás SEGURO de que eso es TODO!?

¿Quién tiene más instinto de supervivencia, Chloé o yo?

-¿Quién es ella? -oí a Dionisio susurrar al dios que estaba a su lado. Este se encogió de hombros. Tuve que aguantar mis ganas de responderle "es una de tus campistas".

-Soy Chloé Woods, y estoy buscando a mi padre dentro de esta habitación. Y ante la evidencia de falta de conocimiento de mí existencia, apuntaré al único hombre que no me está mirando con sorpresa ahora mismo -anunció. Todas las miradas recaían sobre Zeus. El dios de los dioses ya no tenía ese aura de seguridad y liderazgo, sino que más bien estaba mirando a su esposa con culpa absoluta. Y no hacía falta agregar que el rostro de Hera era un absoluto poema.

-Querido, me gustaría hablar en privado contigo -pidió, con obvia y falsa tranquilidad en su voz.

-Querida, yo...

-Zeus, debemos hablar en privado y ahora -repitió, con el mismo tono.

-Te juro que no significó nada...

-¡Qué en privado! ¡Me mentiste una vez más! ¡Me mentiste, y esta vez no puedes arreglarlo! Vas a pagar por esto -dijo Hera, y se levantó de su trono para salir de la sala.

-¡Hera! ¡Debemos ser razonables! -con una última mirada de desprecio a su propia hija, Zeus fue trás su esposa.

-No lo puedo creer -dijo Artemisa, negando con la cabeza, y la diosa más hermosa de la sala rio. Del otro lado Artemisa, la diosa del búho resopló.

-Esta conferencia, por razones de fuerza mayor, se ve acabada -anunció. Inmediatamente todas las enormes figuras se retiraron, excepto mi padre. Este comenzó a achicarse más y más hasta tener la altura de un hombre común y corriente.

-Kailani...por fin puedo volver a verte -susurró. Chloé dio media vuelta y comenzó a investigar el lugar, como si no acabara de ocasionar una crisis matrimonial. Bueno, igual es culpa de Zeus.

-Padre...es un...¿placer? -pregunté. Realmente todavía no sabía que decirle. No saber nada de él, o acerca del mundo al que pertenecía me habían dejado con cierto rencor contra él, pero a la vez, con curiosidad.

-No fui el año del padre, definitivamente. Tampoco debí romper el pacto, cometí un error.

-¿La primera vez que nos conocemos cara a cara y me llamas "error"? -pregunté, un poco bromeando y otro poco dolida.

-No me malinterpretes. El error fue mío, porque arriesgué tu vida. Pero ahora que eres mayor sé que estarás a salvo -me explicó. Yo suspiré y miré a otro lado.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-La que quieras -respondió él.

-¿Por qué jamás me buscaste? ¿O me mandaste ayuda? Pasé mucho tiempo sola y en las calles de Nueva York. ¿Tienes idea de lo peligroso que es Central Park de noche? -reclamé. Él suavemente tomó mi hombro y me hizo mirarlo a los ojos.

-Te busqué. Pero había algo que no me dejaba encontrarte. Incluso le pedí ayuda a Zeus, pero se negó. Willow te encontró de pura casualidad, en realidad estaba buscando a otro mestizo. Pero cuando te vio supo qué eras y dónde llevarte -su mirada era completamente sincera. Sonreí un poco, logrando que él también lo hiciera -. No te imaginas lo orgulloso que estoy de ti. Eres una auténtica hija del dios del mar.

-Papá...

Impulsivamente, lo abracé. Él se tomó unos segundos para corresponder, hasta que sus brazos (llenos de cicatrices de anzuelo) me estrecharon contra él. Nos quedamos así hasta que me animé a dar un paso atrás.

No hubo más palabras de su parte. Simplemente nos quedamos en silencio hasta que Apolo tamaño humano se nos acercó, pidiendo hablar conmigo. Mi padre me dio una mirada cálida antes de desaparecer.

-Gracias, por todo -dijo él, tomando mi mano. Está vez no sentí quemazón, pero tampoco calor. La temperatura era normal, y su mano estaba perfectamente sujeta a la mía.

-No fue nada -respondí, y él rio.

-Si necesitas algo, lo que sea, solo llama por Iris -me pidió. Sus ojos azules miraron los míos, y luego a mis labios. Su otra mano pasó por mi mejilla, y acomodó mi cabello detrás de mi oreja. Mi corazón comenzó a latir rápidamente cuando su rostro se inclinó sobre el mío. La intensidad de su mirada en ese momento era tan profunda como el fondo del océano más oscuro, pero que él podría iluminar con simplemente estar ahí.

-¡Kailani! ¡Dionisio dice que si no vienes ahora nos iremos al Campamento sin ti! -la voz de Chloé llegó desde muy abajo. Ambos reímos y nos separamos un poco.

-Es experta en interrupciones -dijo Apolo.

-Definitivamente -contesté. Rápidamente me acerqué a él y besé su mejilla, mientras que ambos adquiríamos un color carmín en nuestras mejillas -. Hasta pronto, Apolo, dios del Sol -dije, y en broma hice una reverencia. Él rio: su risa era casi una melodía.

-Hasta pronto, Kailani.

Después de mirarlo por última vez corrí escaleras abajo, donde Dionisio iba con Chloé atrás. Me acerqué a ellos para seguirles el paso.

-Creí que te tomarías más tiempo para despedirte de Apolo y tu padre -me dijo Chloé. Alcé mis cejas, confundida.

-Pero si tu me llamaste para que me apurara -le dije. Ella frunció su nariz.

-No lo hice -respondió con sinceridad.

-Pero si ambos te oímos...

-Pero yo no te llamé. ¿Verdad, señor D?

-Eh, sí, lo que digas, Polly -contestó él sin darle importancia. Ella se encogió de hombres. Dejé de bajar escalones y miré hacia arriba.

En uno de los balcones de los palacios que rodeaban la ladera de la colina, la diosa hermosa que se había sentado junto a Artemisa me saludó con la mano.














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៹ AZU'S SPACE ! 🧸

1. Ya casi terminamos este acto, me falta el extra de Apolo.

2. Si quieren busquen la traducción de la canción "My boy only breaks his favorite toys" de Taylor Swift porque es spoiler del final del acto dos

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