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4. ࣭⭑𓄹 the lake of the truth ⸒࣪

﹐ ✦ 𝄒 𝐆𝐑𝐄𝐄𝐊 𝐓𝐑𝐀𝐆𝐄𝐃𝐘 ⊹ ☀️ ₊ ⋆

act two, chapter four ¡!











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-No te entiendo, Eros -respondí. Eros se impacientó. Sin embargo su foco cambió automáticamente a algo detrás mio. Algo que se movía. Rápidamente sacó una flecha de su carcaj y disparó. Un siseo logró que me temblará todo el cuerpo. Rebobiné a la noche que conocí a Apolo, específicamente cuando Pitón me atacó.

Giré para encontrarme, a lo lejos, con aquellos redondeles rojos, brillantes. Todos rápidamente empuñaron sus armas.

-¿Qué es eso? -preguntó Adonis, viendo el par de círculos acercarse.

-El enemigo de tu papá -contesté, y la serpiente avanzó rápidamente hacia nosotros. Rápidamente comenzamos a correr por el único pasillo que teníamos. Podíamos oír a la serpiente deslizarse detrás nuestro.

-¿Cómo la vencemos? -preguntó Clarisse, quién ya se había recuperado gracias a la aparición de Pitón. Iba sujetando la muñeca de Adonis, quién era más lento que
él resto.

-Él único capaz de matarle fue Apolo -respondí.

-¡Pero si estamos en una misión para salvarlo a él! -lloriqueo Adonis. Me mojé los labios con la lengua, nerviosa.

«Ya no quiero hacer esto nunca más. Le voy a pedir al Consejo Olímpico unas vacaciones pagas, all inclusive, en el Caribe. Y pobre de ellos si se llegan a negar» pensé «Bueno, si es que vivo para pedirlas»

-¡Carajo! -la voz de Eros retumbó contra la piedra, junto un maldito siseó. Vi porqué insultaba: era un callejón sin salida. Solo había una antorcha en su base como fuente de luz. Sentí como mi padre me tomaba de la remera y me tiraba hacia atrás, junto a la antorcha.

-Eros y yo la enfrentaremos. A la más mínima oportunidad, corran -pidió, mientras que Eros se ponía delante de Clarisse y Adonis, extendiendo sus alas para protegerlos. Miré a mi padre, para nada convencida de su plan.

-Si te captura... -murmuré.

-No voy a morir. Tú si lo harás, Kailani. Hazme caso, y cuando vuelvas al Olimpo, dale una patada a Zeus de mi parte -pidió. Respiré profundamente y miré a Pitón acercarse, muy emocionada.

-¿Eh, señores? -los llamó Adonis. Tenía una mano sobre el palo de la antorcha, que humeaba un poco -. Creo tener un plan.

Empujó la antorcha hacia abajo. Esa antorcha resultó ser una palanca. Lentamente volvió a su lugar. Incluso Pitón se quedó quieto, viendo como la antorcha volvía a apoyarse contra la pared. Esa fue la última vez que vi a Clarisse. El suelo se abrió en dos trampillas, y el susto me arrancó un grito. Caí sentada sobre una rampa de piedra y rodé hasta que salí volando por una abertura y caí de cara contra una roca plana.

Un gruñido de dolor salió del interior de Apolo. Jadeaba difícilmente, icor caía otra vez de cuerpo.

-Hay algo que no comprendo... -murmuró Luke a mi lado. El rubio se acercó haciendo zig-zag hacia el dios suspendido en el aire -¿Cómo es posible que dos imbéciles gigantes te hayan podido capturar?

-¡Oye! -gruñó Efialtes. Luke solo miró a otro lado y hizo un chasquido con sus dedos. Otto alzó la cadena que usaban como látigo y cerré los ojos. Escuché a Apolo toser y luego rio. Abrí los ojos, y lo observé sonreír. Una sonrisa para nada sincera.

-Me han agarrado desprevenido -murmuró.

-No te creo.

-No me creas. De todos modos, vendrán a buscarme. Vas a ver.

-Tú solo viniste hasta aquí. ¿Te envío el tonto Zeus?

-No, vine por turismo -bromeó Apolo, ganando otro latigazo.

-Dime la Profecía de los Cuatro, Apolo -pidió Luke. Apolo escupió.

-No.

Una fuerte sacudida me despertó. Mi padre me tenía agarrada de los hombros, con su rostro estirado por la preocupación. Me costó entender que sucedía, y su voz se oía como si un me hubieran puesto tapada.

-Kai, ¿me oyes? -preguntó. Debajo del orificio nasal derecho había rastros de icor. Asentí y él suspiró, aliviándose. Me ayudó a pararme, y miré a mi alrededor. No estábamos completamente a oscuras: había una luz azul que provenía de un enorme hueco en una pared, arriba nuestro. Mi cara ardía, y mi boca sabía a cobre.

-¿Donde estamos? -pregunté, haciendo equilibrio sobre...

Grité, resbalando sobre una pelvis humana y cayendo sentada, junto a un hueso largo que no quise identificar. Papá volvió a ayudarme a levantarme.

-No lo sé -dijo él, sosteniéndome para evitar otra caída mía. El suelo estaba lleno de huesos humanos -. Pero este es el estilo de Fobos.

-Tenemos que buscar a Apolo. Volvieron a torturarlo -dije.

-¿Pudiste volver a verlo? ¿Qué oíste? -preguntó mi padre.

-Algo de la Profecía de los Cuatro. Luke quería saber más sobre eso. ¿Qué es la Profecía de los Cuatro? -pregunté. Aunque era un dios, pude jurar que mi padre se había puesto pálido -¿Es mala?

-Sí. Bueno, para cuatro de los dioses -murmuró él.

-¿Cuáles? ¿Qué dice esa profecía? Si Luke la quiere es porque debe ser importante para Cronos -insistí. Mi padre se quedó pensando. Luego volvió a mirarme.

- "Uno perderá la vida por hacer lo correcto, otro ascenderá el cielo como un héroe, otro mostrará los frutos de sus raíces y el más joven superará a sus iguales" -recitó rápidamente. Sin embargo no volvió a mirarme, y no sentí que estuviera siendo sincero.

-¿Para qué le serviría eso a Cronos? -lo interrogué. Mi padre se encogió de hombros -¿Y cómo sabes que afectará a cuatro dioses?

-Con el Consejo supusimos que trataba de cuatro semidioses, probablemente hijos de cuatro dioses distintos. Y, también juramos no hablar de ella jamás. Acabo de romper esa promesa -me miró de forma acusadora. No me convenció en lo más mínimo.

-Eros me habló de una profecía -recordé. Pero no tenía nada que ver con esta. Era más personal. ¿Qué decía? ¿Maleficio final? El golpe en la cabeza me había hecho mal.

-Después hablaremos de eso. Debemos encontrar a los otros, porque nosotros solos contra Otto y Efialtes será algo difícil -afirmó. Miré hacia nuestra última fuente de luz. El hueco en la pared, lo suficientemente grande como para que pasáramos arrastrándonos. Noté que la luz nunca se quedaba quieta. Parecía estar reflejada en agua.

Mi padre se acercó a la pared y comenzó a trepar.

-Solo sigue mis pasos -pidió. Me acerqué a la pared rocosa y comencé a seguirlo por detrás.

-¿Y si te caes? -pregunté. Imaginé que él había rodado los ojos.

-No me voy a caer, niña -respondió. Miré hacia arriba y me encontré con sus piernas y pelvis.

-Mmm, recuérdame pasarte mi rutina para el trasero. Estás plano, papá -sonreí. Poseidón exageró un jadeo (estoy segura que quiso ahogar una risa).

-No tienes respeto. Te voy a convertir en una yegua, te aviso -bromeó -. Pero mejor pásamela y se la daré a Zeus. Él si que ha perdido sus atributos.

Ambos reímos, y un fuerte viento nos hizo perder el equilibrio. Caímos entre los huesos, con una mezcla de quejidos y risas.

-Bromeaba, hermanito.












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Lo habíamos logrado. Nos habíamos arrastrado hasta aquel hueco. El primer tramo tuvimos que usar los pies y los codos para avanzar. Pero a medida que avanzábamos, el hueco se alargaba. Pasamos de estar tirados a gatear, y luego a agacharnos para no golpear nuestras cabezas con salientes rocosas (adivinen, me golpeé tres veces). Por fin vimos el final del hueco, dónde había una saliente.

Nos encontramos de frente con la luna. Estábamos al cielo abierto. Abajo había una gran laguna (luna y laguna riman), y con un pequeños pedazo de tierra en el medio que imitaba pobremente a una mini isla. Sobre esta, había una puerta. Sí, una puerta, sin nada adelante o atrás. La rodeaba un marco de oro.

-¿Qué hacemos? -le pregunté a mi padre. Entonces, de la laguna surgió una voz celestial. Probablemente los humanos mo habrían oído nada, o como mucho, una especie de cántico: "ahh-aha-ahh-ahh".

Pero nosotros lo oímos bastante claro.

«A su derecha, tontos»

Giré la cabeza y me encontré con una escalera de piedra adherida a la pared, que iba hacia abajo. Mi padre optó por ponerse en la delantera otra vez. Fue bastante seguro, y pronto llegamos a la orilla de la laguna.

«Bienvenidos a la Laguna de la Verdad» dijo aquella voz.

-¿La Laguna de la Verdad? -preguntó papá, mirándome.

-Si no sabes tú, menos voy a saber yo -respondí. Él negó con ma cabeza y se quitó sus sandalias. Las agarró con una mano y se acercó al agua. Esperé que se hundiera, sin embargo piso de manera tan sólida que creí que estaba pisando un espejo. Mi padre se quedó sorprendido, y pisoteó con fuerza. Pero el agua no cedió, evitando que él pudiera sumergirse.

Me saqué mis zapatillas y metí las medias dentro de estas. Las até entre ellas y avancé al agua. Pero en vez de caminar sobre esta como mi padre, mis pies se sumergieron en agua helada.

-Creo que tienes beneficios por ser un dios -dije, tirándole mis zapatillas. Él las atrapó y caminó hasta la isla. Yo comencé a sumergirme, y llegué hasta las rodillas. Mi padre intentó abrir la puerta, sin éxito. Volvió a intentarlo, pero la puerta no cedió. Enojada, le dio una patada que provocó un temblor.

-Uy, perdón -dijo. Probablemente ahora mismo había un terremoto de magnitud 5.

-¿Cómo hacemos para irnos? -pregunté, y luego miré hacia arriba. Las paredes eran lisas -. Escalar no es una opción.

-El agua no me responde. Y no puedo invocar al viento -gruñó mi padre.

«¿Por qué mejor no me preguntais cómo abrir la puerta?» nos dijo la laguna.

-¿Por qué hablas en gallego? -pregunté.

«Ay, no me dejan ser. Siempre es lo mismo. En fin, insisto en que me pregunten» pidió la laguna.

-A ver, ¿cómo podemos abrir la puerta? -pregunté, cruzándome de brazos.

«¡Pero así no! Más dramático» miré a mi padre, incrédula. Él negó con la cabeza y sonrió, pero luego se aclaró la garganta.

-¡Oh, gran laguna de Rushmore! ¡Ayúdanos a abrir la Puerta del Destino! -tuve que contenerme para no reír, mientras que mi padre hablaba cómo un actor de una odisea épica.

«Me están tomando el pelo...»

-¿Qué? -pregunté.

«Nada. Solo alguien con sangre mortal puede sumergirse en mis aguas, y atrapar la llave que flota en mi corazón. Pero debo advertirles que será una aventura peligrosa para la mente» nos dijo la laguna.

-Si hasta ahora no me he vuelto loca, no creo que esto me convierta -murmuré para mí misma.

-Con cuidado -pidió mi padre. Le guiñé un ojo y me zambullí en el agua. Temblé un poco, pero comencé a buscar en las oscuridades. De pronto, una luz azul se intensificó. En el fondo, sobre una ostra abierta, flotaba una llavecita hecha de burbujas. Nadé hasta allí, sin necesidad de pedir aire. Toqué suave arena con los pies, entre plantas acuáticas que bailaban haciéndome cosquillas. Cunado iba a tomar la llave, otra cosa llamó mi atención. A mi izquierda flotaba una especie de pantalla borrosa, pero no lo suficientemente borrosa como para no reconocer el lugar. Nadé a ella, metí mi mano y fui absorbida con un fuerte chorro de agua.

De pronto me rodeó la oscuridad. Ya no estaba en agua dulce; ésta era salada. Miré hacia arriba, donde vi luz de día. Nadé hasta sacer mi cabeza del agua y respiré oxígeno. Miré hacia la costa. Allí estaba mi casa de la infancia: una casa de estiló Beverly Hills, bastante apartadas de otras. Un par de policías salieron de la casa con una maleta de mano y subieron a una patrulla, que se fue sin hacer sonar la sirena. Decidí nadar hasta la costa.

Llegué, aunque me encontré seca. No parecía que había estado sumergida en el mar recién. Caminé en la arena hasta llegar a la puerta que estaba abierta.

Todo había quedado como recordaba. Los muebles, las cortinas, el color de las paredes... todo congelado en el tiempo. Pero a diferencia de antes, todo estaba limpio. Estaba en el pasado.

Miré con nostalgia una foto de mi madre y mía. Había días malos y buenos con ella, aunque eran más malos que buenos, y esos apenas eran memorables. El de la foto era bueno. Estábamos en la playa, haciendo castillos de arena. Y en el fondo había un hombre, sumergido en el mar hasta las pantorrillas, con un bañador hawaiano, piel bronceada y cicatrices en los brazos.

-Papá... -susurré.

No era posible. Se supone que él no podía encontrarme... cuando estaba en la calle. Claro, eso lo explica todo. Si podía encontrarme en la casa de mi madre.

Una pisadas arriba me llamaron la atención. Pensé que era mi madre, una mujer esbelta, de cabello castaño cobrizo y ojos azules como los míos. Rápidamente subí las escaleras para verla. Sin embargo, el pasillo estaba vacío. Una sombra sobresalía de la puerta de mi habitación. La tabla suelta del piso del cuarto rechinó. Luego las pisadas dejaron de oírse, pero esa esencia inconfundiblemente divina estaba en el aire. Entré en la habitación y vi a mi padre sentado en mi cama, con una muñequita que me había pertenecido en sus brazos.

-¿Vienes a burlarte? -preguntó, observando a un águila que estaba posada en el marco de la ventana abierta. Esta voló al centro de la habitación, brilló y pronto Zeus se encontró parado frente a Poseidón. Mi padre parecía haber estado llorando, aunque no estaba segura.

-Tal vez hace milenios, cuando era inmaduro, lo habría hecho -dijo Zeus, paseándose por la habitación.

-Murió... Pammy... en un accidente. No pude salvarla -dijo Poseidón. Sentí como la sangre se me iba de la cara. Pammy era mí mamá. ¿Mamá estaba muerta y él no me lo dijo?

-¿Cómo está tu Kailani? -preguntó Zeus.

-Ayer dormía en una estación de tren. Quise mandarle comida, pero curiosamente un viento fuerte hizo que todo se volcara en un cesto de basura -por supuesto que eso no era nada más ni nada menos que una acusación contra Zeus.

Pero entonces... si podía verme cuando no estaba en casa.

-No interpretes los deseos de Estigia como míos. A mi también me castigaron cuando Thalia nació. Todavía me quedan 12 años sin relaciones con ninguna mujer. ¡Ni siquiera mi propia esposa! -se indignó Zeus.

-¿¡Cómo puedes comparar la muerte con no tener sexo, Zeus!? -rugió Poseidón. El mar se agitó.

-Lo que quiero decir, es que yo no manejo lo que Estigia quiere -respondió el dios del trueno -. Debiste pagar tu promesa rota, y la pagaste con Pammy.

«La maté» decía el rostro de Poseidón «Maté a mi Pammy»

-¿Sabes como está Sally? -preguntó él. Hice cuentas. Percy debía tener un año y un poco más. Tal vez dos.

-Estigia tal vez cobró la misma promesa rota dos veces ayer -dijo Zeus -. ¿Tienes alguna preferencia por las mujeres que terminan en "Y"?

-Zeus... -gruñó mi padre.

-Desde ya te aviso que no puedes ayudar a tu hija. Deberás dejar que se arreglé sola. Ese fue el acuerdo que hicimos con Hades -advirtió Zeus.

Mi padre temblaba de furia.

-¡No puedes consentir el dejar a una criatura como Kailani sola! ¡Morirá!

-Tu error, tu castigo -respondió Zeus con indiferencia. De todos modos, él estaba pagando lo mismo con sus hijas, mientras que los hijos de Hades estaban refugiados en el hotel casino Lotus.

-¿Vas a dejar que mi hija sufra las adversidades que ningún niño debe sufrir por mi culpa? ¿Ese es mi castigo? -papá se levantó y se acercó a Zeus.

-Yo no. Tú dejarás que tu hija viva todo eso -acto seguido, Zeus se retiró, atravesándome como si fuera una especie de fantasma cuando cruzó la puerta. Mi padre se quedó unos segundos inmóvil. Luego gritó, con tanta rabia que todo se sacudió.

Mi mente apenas podía procesar algo. No, no podía procesar nada.

«Ooh, Kailani, Kailani. El Olimpo te ha visto la cara de estúpida» se rio la laguna.

-¡Cállate! -grité, con la voz entrecortada -¡No es su culpa! Él quería ayudarme...

«Por cierto, ¿viste la foto de la playa? Una foto de la "familia"»

-Sí, la vi.

«Entonces hagamos cálculos. Si mami y papi estaban ahí contigo...¿quién sacó la foto?»

Sentí mucho frío de repente. Bajé corriendo las escaleras y me acerqué al único cuadro que no había caído de la pared. Brillaba con un halo fantasmal. Temblando, me acerqué y mis dedos se sumergieron en ella.

Luego fui absorbida.












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AZU'S SPACE ! 🧸

0. Yo después de olvidarme de actualizarles esta historia:

Noo, mentiris, tenía bloqueo de escritor 😭

1. Oficialmente llegamos al descenso a la locura de Kailani.

2. Zeus enojándose porque Poseidón le despreció la cola JDJSJSJ esos son hermanos. Al Zeus del pasado hay que 🔪🔪🔪

3. ¡TENGO UNA NUEVA FANFIC DE APOLO! Enemies to lovers, basada en las pruebas de Apolo. Está en mi perfil como "Pocketful of Sunshine".

4. Por otro lado, quería hacer un mini anuncio a las 100 personas que leen esta historia. Si en algún momento ustedes leían "Apollo's Heart" o "Cupid's Heart" (son ambos de la misma fanfic de Apolo), a la escritora le borraron la cuenta. Y si no, les recomiendo "Cupid's Heart", que es genial y recién volvió a empezar. El usuario es venusjacksn.

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