Capítulo 8.
— Con Edipo Rey da un mensaje simple que todos, creamos o no, es verdad. — el profesor sonrió de pie junto a la pizarra entre la oscuridad del aula, la simple luz del proyector siendo la única fuente. — Los humanos o cualquier ser vivo, nunca podrán huir del destino, por más que quieras posponerlo o cambiarlo, siempre irás hacia el mismo camino. ¿Escapar de la muerte? Eso es algo que todos esquivamos pero siempre iremos a lo mismo, todos algún día moriremos.
Min Seok bostezó escondiendo su cabeza entre sus brazos sobre la mesa y se acomodó mejor para dormir. No entiende de qué le van a servir las clases de literatura extranjera y la considera una materia de relleno entre sus créditos finales. Luhan detrás de él ya estará en el quinto sueño e ir a acompañarlo no estará tan mal.
Desde que regresaron de las vacaciones de fin de año solo ha sido una tortura para él entre trabajos y más trabajos, agregando su mal humor al dejar tareas acumuladas. Esas últimas dos semanas ha estado más apegado a Chan Yeol ya que es quien le asesora en algunas materias que él ya cursó pero lo que le molesta es Jong Dae.
El estúpido no ha hecho acto de presencia esos días y si es que ha estado asistiendo a clases busca una manera de evadirlo. No sabe por qué y se siente lastimado, ¿en algún momento lo incomodó?
Durante las vacaciones ignoró su mensaje y hasta que regresó a su casa le contestó con la excusa de que el internet era malísimo recibiendo un está bien, luego hablamos. ¿Luego hablamos? ¿A qué se refería eso?
En algún momento tendría que afrontarlo y no podría estar siempre escapando de él. Según Chan Yeol sí ha estado asistiendo, solo que no quiere saber nada de parte de su amigo, quiere palabras de él mismo, de su boca. No tienen la misma duración de amistad como con Yeol, pero le tiene un buen aprecio, independientemente de que le guste, no le gusta la idea de ser ignorado sin una respuesta clara.
Alto acto de cobardía, ni si quiera sabe qué hizo. Al menos alguna justificación.
No entiende en qué momento ver esa cabellera rubia a diario lo había hecho sentir bien y mal, mal en el sentido de que no es correspondido pero no le importa, ¿qué le cuesta ignorar sus sentimientos? ¡Ignorar no arregla nada!
¿Entonces ya no son nada? ¿Volverán al inicio? ¿Lo volverá a ver el día de su boda cuando lo invite a ver cómo se casará con una chica bonita? ¿Está preparado para eso? ¿Si quiera se arreglarán de lo que sea que estén peleados y llegarán a ser amigos después de la universidad? ¿Y si se hace famoso se olvidará de él? Al menos tendrá una anécdota penosa para contar sobre el día que enamoró a un chico demostrando lo guapo que era.
No, Jong Dae no era así. Lo que él conocía de él no, no es alguien que juegue con los sentimientos de los demás, aunque reconociendo lo arisco que es ante lo desconocido.
¿Y si deja la escuela a solo meses de terminar lo que viene siendo toda su vida? Trabajar en una tienda de ropa por el resto de su vida no suena mal, solo es él y su gato Tan, sin más responsabilidades.
El amor no es una prioridad.
Debe a empezar a convencerse de que no es una prioridad.
¿Encuentros en hoteles con extraños? No, su etapa hipersexual ya pasó, luego del primer incidente empezó a alejar esas ideas de su cabeza así que solo le queda esperar a ese alguien a quien le guste.
¿Y si audiciona para alguna empresa y se vuelve famoso? Podría usar sus fracasos en la vida como tema de su música, eso nunca falla. No, los fanáticos son un tema detestable con el que no sabría lidiar y ya es demasiado grande como para incursionar en el medio, agregando que nunca en su vida ha hecho algo artístico.
¿El arte imita a la vida o la vida imita al arte? Él imita a la estupidez porque no sabe qué hacer consigo mismo ni sus propios problemas de joven adulto que ni son tan importantes, ni que estuviera resolviendo un crimen.
Puede ver a Jong Dae volviéndose más borroso en el recuerdo de su cabeza, ¿al menos tendrá hijos a los cuáles contarle uno de sus mayores amores no correspondidos?
Si no hace nada bueno de su vida terminará casado por presión social y no es un camino que diga felicidad en letras mayúsculas número treinta en Arial como título centrado en el archivo de su proyecto de vida.
A la mierda el proyecto de vida.
— Min Seok. — ya hasta puede escuchar la bonita voz de Jong Dae llamarlo, ¿cuándo será el día que se arreglen de ese conflicto silencioso? Se removió en la banca alzando la mirada sonriendo apenas hacia el rostro preocupado y borroso del rubio. — Min, la clase acabó.
— ¿Por qué estás en mi clase? — balbuceó.
Estiró sus brazos de satisfacción estirando los músculos, pasó las palmas de sus manos sobre sus párpados para despertarse sorprendiéndose de sentir sus mejillas húmedas, parpadeó sorprendido enfocando a Jong Dae quien no era él, en realidad Mark solo le miraba preocupado en el aula vacía.
El chico sacó del costado de su mochila un paquete de toallitas extendiéndoselo.
— Los chicos fueron al restaurante que acaban de abrir a unas cuadras a reservar una mesa. — respondió Mark, se hizo a un lado cuando Min Seok se levantó limpiando su rostro con las toallitas. — ¿Estás bien? ¿Soñaste algo malo?
— No sé, no recuerdo ni que estuviera soñando, creí que estaba pensando. — soltó una vaga risa tomando su mochila y señaló la salida. — ¿Fueron al restaurante del que Yerim no ha dejado de hablar?
— Finalmente sí, es muy estadounidense por lo que he oído. Desde que regresé de con los abuelos en verdad no quiero comer tanta grasa, ya fue demasiado. — Mark gimió negando, Min Seok ladeó la cabeza divertido.
— ¿Cómo te fue en tus vacaciones? Me imagino que te la pasaste bien. — señaló Min Seok, esquivó a un grupo de chicas en el momento que bajaron los escalones. — Casi no hablaste por el grupo, solo nos deseaste felices fiestas. Debiste decirnos algo al menos.
— Lo siento, mi abuela quiso ir de visita a New York. En año nuevo fue un horror, ¿quién quiere estar parado entre gente esperando el año? — preguntó Mark soltando un bufido. — Mis hermanos y yo nos quedamos en el hotel y los adultos se fueron a Times Square.
— ¿En verdad fueron a Times Square? Creo que es una meta de muchos el recibir el año allá. Suena tan divertido y tú lo dices como si fuera lo peor del mundo. — renegó Min Seok. Abrió la puerta de la salida del edificio permitiéndole pasar primero. — Desperdicias oportunidades.
— Claro que no, a mi abuelo le sacaron la cartera y se dio cuenta dos días después. Ese sitio es la jungla humana. — respondió Mark, miró alrededor del patio principal sonriendo. — Hey, ya casi no nieva, que genial.
— Claro que no, mi nieve. — Min Seok puchereó, detuvo el paso y se agachó a la orilla tomando un pequeño puño de la nieve que quedaba. — Ahora se está descongelando más pronto.
— Dos palabras, calentamiento global. — señaló Mark.
Min Seok hizo una mueca arrojando la nieve de vuelta y siguió al menor camino a ese restaurante entre una amena charla, pasaron frente a las facultades que le quedaban de paso y se enfocó en la de artes. ¿Dónde estaría Jong Dae?
No había visto su bonita cabellera rubia, era fácil de identificar a pesar de no ser alto era altamente identificable entre la multitud. Torció los labios enfocándose en la entrada del sitio buscándolo con la esperanza de encontrarlo e ignoró a Mark sobre su anécdota del como el perro de sus abuelos había tumbado a su hermano de un brinco al ser de casi su tamaño.
Salió de su ensoñación al chocar con alguien más en el proceso.
— Hey, ten cuidado idiota... — entrecerró los párpados en molestia enfocando a su objetivo desviando la mirada de su celular. La cabellera roja de Jun Myeon ya no era roja, sino un castaño muy casual que le lucía demasiado bien. — Hey, Min Seok. ¿Cómo estás? Hace mucho que no te pasas por acá. Perdón por eso, no iba viendo.
— Ah, bueno, creo que Jong Dae me aplicó la ley del hielo por algún motivo. Tampoco voy a rogar. — se defendió mirando hacia Mark quien por su rostro no se notaba con buenas intenciones contra Jun Myeon. — Estoy en descanso e iré con mis amigos, hablamos luego.
— ¡No te vayas! En realidad voy con Jong Dae apenas, él esperaba que vinieras a hablar con él. Se sorprendió de que no dijeras nada. ¿Quieres venir? — preguntó Jun Myeon, se inclinó un poco sonriendo con las manos dentro del bolsillo de su saco.
— Ve a hablar con él, después nos cuentas qué pasó. Yo les explicaré a los chicos. — Mark le dio un suave empujó hacia adelante con diversión despidiéndose. — Nos vemos chicos.
— Adiós Mark. — murmuró Jun Myeon, arqueó las cejas mirando a Min Seok que no supo qué decir. — Entonces, ¿vamos?
— Más vale que no sea una broma tuya o te partiré la cara. No me pruebes Jun Myeon, te volveré a teñir el pelo de rojo. — respondió alertando al castaño que alzó las manos con el divertido trote hacia unas mesas cercanas junto al departamento. — ¿Por qué Jong Dae no me buscó primero?
— No lo sé, nunca dice nada. Pero desde que regresamos es diferente, ya no hablamos con Seung Wan más que para trabajos pero se hizo más abierto. Es curioso. — Jun Myeon sonrió dándole una risueña mirada cuando algunos mechones de cabello cayeron sobre su mirada. — Nos dividimos en el grupo, es triste pero se siente a Jong Dae diferente sabes, tiene ese aire fresco. En las vacaciones pasó algo con lo que se reinventó.
— Wow, eso suena tan drástico.
Con eso Jun Myeon se encogió de hombros caminando junto a él por la hierba del pequeño campo hacia las bancas, miró entre ellas a los estudiantes curioso de ver a Jong Dae más no logró encontrarlo y estaba empezando a creer que era un juego de Jun Myeon.
— Regresé, traje compañía del baño. ¿No es cierto? — preguntó Jun Myeon con un toque de picardía.
Min Seok boqueó sorprendido y negó, sonrió algo apenado al chico y la chica al frente de la mesa que saludaron incómodos por esa insinuación, el pelinegro que le estaba dando la espalda se giró sorprendido. Ambos se quedaron unos momentos en silencio que si pasaba saliva incluso podría ser escuchado.
¿Ya había dicho que Jong Dae era guapo? Sabe que le está dando un mal uso al término simp, pero sin problemas lo puede simpear e idolatrarlo aunque nunca le ponga la atención que quiere. ¿En qué momento abandonó su dignidad?
Se veía aún más pálido de lo que era con esa cabellera negra que contrastaba, le pareció una especie de rímel o pintura blanca decorar sus largas pestañas así como estaba usando un maquillaje algo llamativo. Su mirada se enfocó en la mesa donde estaban y había algunos productos de ello, la chica frente a él sonrió algo incómoda sosteniendo una brocha.
¿Jong Dae se estaba dejando maquillar por diversión o tendría alguna función?
— Esto es incómodo... — rascó en su cabellera mirando a Jun Myeon pidiendo algo de ayuda.
Jong Dae se levantó aún con su mueca seria rodeándolo con un abrazo, se quedó quieto unos momentos antes de devolver el cálido toque. Bajó la mirada escondiendo su rostro contra el hombro de este sintiendo una especie de recuerdo parecido, el abrazo le resultaba familiar. Solo que ahora no sabía si se sentía mejor sabiendo que ya no tenía de qué preocuparse o quizás sí.
Los brazos de Jong Dae alrededor de su cintura se apretaron un poco, parpadeó perezoso viendo de reojo hacia los demás tratando de no ser descubierto, el chico desconocido solo miraba su celular con una mueca de asco mientras la chica los miraba de forma atenta.
Algo estaba mal.
— ¿Por qué no me hablaste antes? ¿Te enojaste porque no te insistí en vacaciones? — Jong Dae se separó un poco quedando cara a cara, este sonrió derritiendo el corazón de Min Seok por el gesto. — Sabía que estabas ocupado, perdón.
— No tienes que pedir perdón... — balbuceó, se dio cuenta pronto del cómo estaba hablando y de la situación que deshizo el agarre lentamente. — Ah, estoy en una hora libre.
— Jun Myeon pidió comida a un restaurante japonés cercano, ¿quieres sentarse? — preguntó el chico desconocido señalando la mesa. Miró a la chica moviendo las manos. — Quita tus cosas, ya jugaste demasiado.
— No seas molesto Huang. — renegó la chica torciendo la mirada.
Jong Dae tomó su brazo guiándolo a sentarse junto a él en silencio, Jun Myeon solo se quedó de pie mirando su teléfono mencionando que estaría siguiendo el recorrido de su comida.
— Ah, ellos son Huang Zitao y Mina. — presentó Jong Dae, Min Seok asintió a ello mirando al par de chicos. — Quizás no los viste en la reunión pero no estaban en la ciudad en ese momento.
— Un gusto, soy Kim Min Seok. Llevémonos bien. — se presentó asintiendo.
— Que bueno que llegaste, Jong Dae no ha dejado de hablar y preguntar por ti en este tiempo, tenía curiosidad de saber si eras tan agradable como para que él hable así de ti. — comentó Zitao hastiado. — No es que me queje pero me estoy quejando.
— Desde que terminó con Seung Wan se ve diferente. — murmuró Mina sorprendiendo a Min Seok que miró de reojo a Jong Dae, este se limitó a encogerse de hombros. — Pero un cambio no hace mal. ¿No lo crees DaeDa?
— Um, estoy tratando de ser más flexible con todos a mí alrededor, un paso a la vez por favor. — respondió divertido. Min Seok parpadeó incrédulo mirando la forma en que la chica asentía al pedido de Jong Dae, una alerta empezó a sonar en él. Jong Dae se giró hacia él sorprendiéndolo. — Quizás no te dije pero terminé con Seung Wan, las cosas no iban bien ya, pero quedamos en buenos términos.
— Oh, no tienes que darme explicaciones, si no lo dices es por algo. — respondió con prisa.
— ¡Ya llegó el pedido! Zitao, ven conmigo a recogerla. — pidió Jun Myeon con desinterés empezando a andar lejos de la mesa escuchando la reniega del mencionado.
— Mina, también vienes. — Zitao pellizcó el hombro de la chica escuchando su quejido.
— No, yo me quedo acá, ¿cuánta comida pidieron? Ni que fuera picnic. — Mina se levantó furiosa, miró de reojo al par boqueando incrédula en disculpa. — ¿Te quedarás a comer con nosotros? En verdad no pedimos nada para ti, disculpa.
— No te apures, ya compraré algo luego. — Min Seok negó tranquilo.
— Compartiré lo mío con él, no te preocupes Mina. — Jong Dae palmeó su muslo por debajo de la mesa con tanta naturalidad que se quedó pasmado unos segundos.
La chica asintió desconfiada soltando un grito de frustración cuando Zitao le gritó que se apurara y corrió hacia su dirección.
— Mm, ¿te divertiste en tus vacaciones? — preguntó nervioso.
Jong Dae arqueó la ceja con esa mirada altanera antes de relajar su rostro y asentir. Sus manos subieron a la mesa apoyando sus codos contra ésta mirándolo en silencio.
— ¿Tengo algo en el rostro? — se toqueteó el rostro con nerviosismo.
— No, solo te estaba viendo. ¿Cambiaste un poco? Tus mejillas ya casi no están, tu rostro está más perfilado, ¿adelgazaste? — pregunto Jong Dae, se inclinó un poco hacia él. Min Seok sonrió incrédulo negando y se hizo un poco hacia atrás. El pelinegro notó esto y tomó postura de nuevo. — Bueno, quizás solo estás creciendo.
— Con mis abuelos comemos cosas hechas por ellos, no usan cosas con conservadores y eso. Quizás fue eso... — bajó la mirada algo penoso. No va a mentir, no sabe qué hacer y por qué está actuando así.
— Fui de vacaciones a New York. — soltó de la nada, Min Seok parpadeó sorprendido de escucharle. Jong Dae revolvió sus cabellos soltando un suspiro. — Mala decisión sabes, nunca vayas a Times Squaer.
— ¿Carteristas? — preguntó arqueando la ceja. — Ahora todos decidieron ir a New York, Mark también fue.
Jong Dae se encogió de hombros golpeteando la mesa con desinterés, le miró de reojo desviando la mirada.
— Creo que es el lugar turístico de la temporada. El clima no es bonito y no lo sentí divertido. Hubiera sido mejor quedarme acá. — hizo una mueca mirando al frente, apoyó su mejilla contra su mano mirando en silencio unos segundos el rostro de Min Seok. — Aunque me dio mucho tiempo para pensar, mi familia pasó por algo que creo que nos va a cambiar.
— ¿Enserio? Sabes no quiero ser entrometido contigo así que no sé qué responderte. — Min Seok admiró atento a Jong Dae que alzó la mirada de la mesa encontrando sus miradas, se sintió algo abochornado por eso. — ¿Entonces?
— Um, papá dejó de ser un desempleado finalmente, eso espero. Ya encontró un trabajo de tiempo completo. — embozó una sonrisa mientras cerraba sus párpados con tranquilidad. — No le pagan la gran cosa y apenas lleva poco tiempo, pero sé que nos va a ayudar. Estoy pensando en dejar de hacer tareas.
— ¿Enserio? ¿Cuánto tiempo llevas haciendo esto para tomar esa decisión?
— Pues, he tirado mucho tiempo que pude haber usado antes para hacer otras cosas en lugar de hacer la tarea de flojos inútiles que pierden el tiempo. — contestó con tranquilidad. Lo miró de reojo haciendo una mueca. — Estoy por graduarme, es momento de enfocarme en lo que quiero que sea mi carrera, he visto algunas compañías independientes que tienen buenas propuestas para aprendices, son pequeñas pero estables, también debería confiar un poco más en mis padres y en que ellos resolverán los problemas. Quizás solo tome unos últimos trabajos antes de terminar por completo mi servicio.
— Pues tú solo eres quien te cargas con problemas que no te corresponden. — señaló con diversión. Jong Dae hizo un puchero negando. — Estoy feliz por ti, sé que encontrarás un buen camino hacia tu carrera.
— Gracias.
Mina llegó acompañado por el otro par, las manos de la chica cubrieron la visión de Jong Dae divertida, ambos se miraron en silencio unos apenas cortos segundos sintiendo esa mala chispa entre ambos.
— ¿Quién soy? — tonteó la chica.
— ¿Quién será? — se burló Jong Dae tomando las manos de la chica tratando de adivinar quitándolas con discreción de su toque.
— Deja de ser idiota Mina. — regañó Zitao, la chica le lanzó dagas con la mirada haciendo berrinche y caminó de vuelta a su asiento. — Aún no entiende que ya es una casi adulta.
— Lo dice quien gasta dinero a lo estúpido en lugar de ahorrar para cuando te vuelvas anciano y mueras. — replicó la chica.
— Muévanse, no me quedaré parado comiendo. — Jun Myeon empujó a Min Seok hacia Jong Dae soltando un suspiro de satisfacción. — Ay mis piernas, tanto tiempo de pie. Que agotador.
— ¿Te gusta esto? — Jong Dae tomó de su pedido un pequeño trozo de lo que parecía pollo frito con algo de lechuga entre los palillos, lo miró curioso encogiéndose de hombros. — Abre la boca.
— ¿Qué es? — preguntó, Jong Dae le dio el rollito y lo masticó en silencio haciendo una mueca tratando de saborear. Mordisqueó su labio haciendo una mueca. — Um, no sabe tan mal. ¿Es pollo no?
— Sinceramente no sé, yo quería comida china. — interrumpió Jun Myeon señalándoles con el palillo. — No conozco mucho de la japonesa.
— Se llama Karaage, que grosero eres. — renegó Mina.
— Sabe bien. — murmuró Min Seok, Jong Dae lo miró asintiendo a su respuesta totalmente encantado. Tomó la muñeca de Jong Dae revisándola notando el reloj de plata y miró la hora. — Perdón, será mejor que los dejé comer a ustedes. Iré a encontrarme con mis amigos, aún tengo algunas clases.
— Te puedo acompañar. — respondió Jong Dae queriendo levantarse.
— Tenemos un ensayo, no podemos llegar tarde. — intervino Jun Myeon masticando su comida, Mina les miró de reojo sosteniendo una botella de agua.
— Sí, el profesor ya de por sí está algo enojado contigo por rechazar la obra pasada. — concordó Mina.
— Nos podemos ver luego, ¿quieres ir a mi casa en la salida? — preguntó Min Seok, se levantó con prisa de la banca sorprendido de sí mismo. ¿Lo pensó o lo dijo? Por la cara de Jong Dae lo dijo. — Bueno solo si no estás ocupado.
— No tengo mucho qué hacer, te esperaré en tu última clase, ¿terminas como siempre no? — preguntó Jong Dae. Min Seok asintió, miró de reojo a la chica que le miraba con insistencia, se acercó al pelinegro apoyando sus manos sobre sus hombros tratando de no temblar. — Entonces pasaré por ti para irnos.
— Mm, te tenía un regalo pero te tardaste mucho en buscarme, lo buscaré en mi habitación y te lo daré. ¿Sí? — respondió Min Seok.
Sintió un bonito sentimiento de ver a Jong Dae asentir con emoción como un niño feliz, sus ojos mostraron un lindo brillo ante la mención de su regalo.
— Está bien, nos vemos en la tarde. Permiso chicos, provecho. — Min Seok se despidió apenas deshaciendo el toque ignorando la mirada de la chica y se alejó apenas unos pasos cuando soltó un suspiro liberando la tensión en él. — No pienso amarrar a Jong Dae sin gustarle, pero al menos debo ser algo egoísta por una vez.
Negó ante ello y siguió su camino en la búsqueda del dichoso restaurante para ver a sus amigos.
***
Miró la libreta en su lugar con nerviosismo, sentía el tiempo sobre él cada segundo que pasaba, Luhan gritó empezando a golpear su banca.
— ¡Basta, dije basta Min Seok! ¡Deja de escribir! — gritó Luhan, Min Seok apretó la libreta contra su pecho terminando de escribir en la casilla final alejándose del rubio que estiraba sus brazos hacia él. — ¡Dije basta!
— ¡Ya te escuchamos! — gritó Yerim molesta, pataleó en su sitio. Señaló a Min Seok que se escondió detrás de su cuaderno. — Te quitamos la mitad de puntos por tramposo, empiezo. Nombre con K. Kylie.
— ¿Kylie Jenner? — preguntó Luhan, Yerim asintió con un puchero. El rubio sonrió emocionado estirando su mano que fue tomada por su amiga. — Eres una copiona, puse lo mismo.
— Krysten. — respondió Jessica sonriendo con victoria.
— ¿Qué es una Krysten? Te lo inventaste. — señaló Min Seok a la chica que hizo una mueca ofendida. — Krystal.
— ¿Cristal? — pronunció Jessica de forma diferente, Min Seok frunció el ceño ante eso. — Es glass, no se vale, te lo inventaste.
— Sí existe, en este mundo puedes llamar como quieras a alguien y nadie dice nada. — se defendió. — Vamos al registro a cambiarte el nombre a Glass a ver si te gusta, yo dije Krystal.
— O sea puedes defender tu Krystal pero si es Krysten no existe. — recriminó Jessica.
— ¡Ay dejemos esto! — gimió Mark luego de haber estado guardando silencio las últimas tres rondas pasadas. — No podemos jugar sin que estén peleando. En lugar de tener dos amigas parece que tengo cuatro.
— Zorro lleva z. — respondió Yerim mirando a la nada.
— Y yo dije sorra con s. — siseó Luhan ganando una mala mirada de la chica. Sonrió con diversión y miró a Min Seok que rayaba en la hoja. — Bueno, mejor que Min Seok nos cuente del encuentro con su chico. Ay me emociono más yo que tú.
— No es mi chico, deja de avergonzarme. — gimió Min Seok negando, suspiró desviando la mirada, los únicos chicos en la vacía y silenciosa aula lo miraron haciéndolo sonreír de forma tonta. Cubrió su rostro con sus manos. — Se pintó el pelo a negro, se ve más guapo que antes.
— Ay pero bien que quisieras llamarlo tu chico. — se burló Jessica.
— ¡Min Seok el liberal enganchado por un chico! ¡Quién te viera! — molestó Yerim divertida moviendo sus hombros en un extraño bailecito. — ¿Y él no te dijo nada?
— Mm, no mucho, solo vendrá por mí, iremos a mi casa. — desvió la mirada cuando sus amigos comenzaron a hacer alboroto en la aula vacía. Cubrió su rostro abochornado. — Solo le daré el regalo que le tenía preparado.
— Un regalo, eh. — susurró Luhan alzando las cejas.
Min Seok gritó haciendo sonar la silla cuando se levantó para intentar fingir ahorcar al rubio que igual se levantó tomando posición de pelea cuando el sonido de algo tocando madera los hizo mirar a la entrada. Min Seok podía jurar que estaba sonrojado viendo a Jong Dae de pie junto a la puerta sonriendo como todo un príncipe, a su lado su amigo Baek Hyun solo saludó a los presentes.
— ¿No los corren por estar en las aulas solas? A nosotros siempre nos ponen reportes. — respondió Baek Hyun haciendo un puchero. — Buenas casi noche chicos.
— Bueno, chicas. ¿Les parece ir a cenar? ¿Van todas cierto? — Luhan se deshizo del agarre de Min Seok señalando a todos que asintieron, Mark solo hizo una mueca a su englobamiento de término. — Ay, perdón Min, tienes planes. Nos vemos mañana, los quiero, besos en la cola para todos.
Luhan tomó la muñeca de Yerim y Jessica arrastrándolas fuera del aula, Min Seok negó preparando sus cosas en la mochila sin notar cuando Mark pasó junto a Jong Dae y picó sus costillas señalándole con los párpados entrecerrados en advertencia. El pelinegro le lanzó un guiño asintiendo.
Baek Hyun miró al par divertido y golpeó el hombro de Jong Dae mientras arqueaba las cejas sugestivo. Pasó su brazo sobre sus hombros y se inclinó hacia él mirando a Min Seok en su labor.
— ¿Es quien me contaste? — susurró Baek Hyun, Jong Dae asintió escondiendo sus manos en los bolsillos de su pantalón. — Sabía que alguien en esta vida te iba a voltear, esperaba ser yo pero bueno... Pero bueno, bien dicen que voltear chicos heteros está bien, hacerse cargo de ello ya es avaricia.
— No seas idiota. — respondió divertido.
— Los dejo chicos, tengo que repasar un guion para mañana. Ni se te ocurra beber Kim Jong Dae. — advirtió Byun caminando hacia atrás hacia la salida, Jong Dae asintió con desinterés bajo la mirada curiosa del otro presente. — Nos vemos Min Seok, hablemos luego.
— Adiós. — respondió desconcertado. Miró a Jong Dae cuando se acercó a él curioso y ladeó la cabeza buscando su expresión. — ¿Ya nos vamos?
— Oh sí, tengo muchas cosas de las que hablar contigo. — Jong Dae estiró su mano, Min Seok entrecerró los párpados y sacó de su chaqueta la billetera extendiéndosela. — ¿Qué? Dame tu mano, quiero comprobar tu temperatura.
— Ah, lo siento. ¿Para qué quieres comprobarla? — Min Seok hizo una mueca siendo tirado con algo de fuerza de la muñeca por el pelinegro, trató de no caer cuando chocó contra su cuerpo. Jong Dae miró su muñeca unos segundos antes de mirarse, su mano tembló de solo tenerlo a centímetros del rostro. — ¿Puedo caminar yo mismo?
— Solo me preocupa que te enfermes, siempre andas con tan poca ropa. — respondió Jong Dae guiándolo fuera del aula hacia la salida del edificio, detuvo un poco los pasos soltándolo quitándose la mochila. — ¿Quieres mi saco?
— Oh no, no te preocupes. Ahorita casi no hace frío como antes, ¿sabes? — Jong Dae apretó los labios no muy convencido cuando Min Seok tomó su mochila del suelo y se la colgó. — Mejor yo llevaré tu mochila, puedes elegir qué comer.
— Me parece bien. — Jong Dae asintió, estiró su mano hacia él cuando Min Seok abochornado la posó sobre la de él dando un suave apretón haciéndole reír con una carcajada. — Ay Min, ahora sí te pido tu billetera. Perdí la mía en el descanso.
— ¿Cómo pierdes eso?
— Llevo tres credenciales en lo que va del año pasado. — respondió seriamente siendo observado en silencio por Min Seok que resopló soltándolo empezando a andar. — ¡Hey! A todos nos puede pasar, ya te veré. ¡No corras!
***
— He llegado, traje visita. — respondió Min Seok arrojando las llaves en el mueble principal. Jong Dae entró curioso ya que el contrario hablaba más para sí mismo que dando un aviso. — De seguro están arriba.
— Acá estoy. — intervino una voz.
Jong Dae soltó un ruidito del susto, se giró en la entrada enfrentando a una chica alta y delgada. Un cuerpo algo pronunciado a pesar de su aspecto, dio un paso atrás sonriendo con nerviosismo sintiéndose intimidado por la forma en que ella le miraba. Tenía las cejas con pequeñas rayas depiladas y un maquillaje de aspecto oscuro, fácilmente la chica sería una gánster.
Min Seok resopló palmeando el hombro del pelinegro en señal segura, los ojos de su hermana solo era una chica fastidiosa que de intimidante no tenía nada verdaderamente, solo estaba viendo a una chica que regresaba del trabajo a casa de sus padres a vestir la pijama y sostener el ridículo lightstick y doll de Kang Daniel a verlo en la televisión mientras gasta su dinero en votaciones sin sentido.
— Solo pasa, no te hará nada. Es alguien que gasta sus pagos en un chico desconocido. — le tomó de la muñeca guiándolo hacia el sofá. Jong Dae hizo una reverencia hacia la chica siendo sentado por Min Seok que se detuvo mirándolo de pie frente a él. Por alguna razón se sintió pequeño pero el sentimiento desapareció cuando le sonrió. — Voy arriba por el regalo, espera aquí e ignora a esta babosa.
— ¡No me digas así o te quemo Kim Min Seok! — señaló ella sentándose junto al temeroso pelinegro. — Y no hagas mucho escándalo, mamá está durmiendo. Cuando llegue papá para cenar le hablas.
— ¿Y por qué no vas tú? Te dijo a ti primero. — respondió Min Seok subiendo los escalones con prisa.
— Porque tengo que ver al amor de mi vida en este music bank. — señaló ella con obviedad. Guardó silencio viendo a su hermano desaparecer por los escalones girándose a ver el perfil de Jong Dae que estaba atento a los presentadores del show. — Mm, un gusto. ¿Quién eres?
— Eh... Kim Jong Dae, amigo de tu hermano. — le miró de reojo sonriendo apenas.
La chica frunció el ceño tomando aquello como un gesto algo grosero, Jong Dae no pareció darse cuenta de ello volviendo a una mueca seria mirando el televisor.
— Eres guapo. ¿Tienes novia? — preguntó ella, entrecerró los párpados analizándolo. Jong Dae se tensó mirándola de reojo hasta negar sin decir mucho. — Ya veo, eres guapo pero no mi tipo, soy más alta que tú. Aunque Daniel es más alto que yo por dos centímetros.
— ¿Mides metro ochenta? — preguntó Jong Dae apenas.
— Sí, irónico que Min Seok se quedara atascado entre el metro setenta. ¿Tú eres de su misma estatura no? Ah, que antipático te sientes. — la chica suspiró con fuerza. Jong Dae solo hizo una mueca. — ¿Cómo es que son amigos Min Seok y tú? Todos sus amigos son tan buena vibra.
— No lo sé, deberías preguntarle a él.
Jong Dae soltó aquello con algo de fastidio, apretó los labios y parpadeó incrédulo notando su error. No debería ponerse a la defensiva en esos momentos, era la hermana de Min Seok, no ninguna extraña. Miró a la chica tratando de sonreír viendo si podía enmendar su error cuando ella estiró su oreja haciéndole chillar.
— Mira mocoso, tú a mí no me vienes a hacer el mal de esa forma. Es mi casa y la respetas antes de que te saque a la calle por muy amigo de mi hermano que seas. — murmuró la chica entre dientes soltándolo, el pelinegro se sostuvo la zona asintiendo un poco. Lo señaló con el dedo acercándolo hacia su rostro. — Y pobre de ti con que le andes contestando así a Min Seok que te parto la madre yo misma.
— Perdón... — se inclinó un poco hacia atrás. La chica removió el flequillo acomodándose en su lugar tomando el lightstick de la mesa de centro encendiéndola en el momento que anunciaron la siguiente actuación. Jong Dae se hizo un poco hacia el lado contrario alejándose. — Solo es una maña que tengo, no era mi intensión insultarte.
— Silencio, Daniel va a presentarse. No te quiero escuchar hablar. — la chica estiró su brazo al frente agitando el lightstick soltando un grito. — ¡Kang Daniel, Paranoia!
Jong Dae frunció las cejas escuchando a la chica corear el fanchat y se cruzó de brazos mirando la presentación en silencio. Ahogó un grito cuando algo rozó su cuello, se giró hacia la chica que estaba concentrada en la pantalla, del otro lado un felino vagaba en el respaldo del sofá. Se acercó a él olisqueando su mejilla, el gato movió un poco la comisura de su hocico mostrando un poco los colmillos pero terminó golpeando su cabeza contra su mejilla cariñoso.
— Que hermoso eres. — soltó Jong Dae con emoción, el felino ronroneó saltando a su regazo cuando gimió por el peso. Pasó su mano por la columna del animal que se retorcía feliz. — Eres más pesado y grande de lo que esperaba. Mi abuelo tiene un perro de mi tamaño, los animales de ahora dan miedo.
— Es un gato Maine Coon, claro que es grande. Aún no crece lo suficiente, quizás será más grande que tu perro. — intervino la chica. Jong Dae la miró, la chica ni le dirigió la mirada admirando con seriedad la pantalla agitando su lightstick.
— ¿Es seguro tener un gato como estos en este tipo de lugares? — balbuceó con torpeza.
El gato bajó de su regazo corriendo a los escalones en cuanto vio a Min Seok bajar sosteniendo una pequeña caja de regalo color negro. El felino se paseó entre sus piernas cuando llegó a la planta baja y miró a ambos individuos con las mayores caras de culo.
— Jong Dae tiene la sangre pesada a primeras impresiones. — respondió Min Seok como si nada.
— Gracias, lo hubieras dicho sabiendo como soy. — respondió la chica agitando con más fuerza el lightstick para luego señalar a Jong Dae. — No hagan ruido, Daniel es MC esta noche.
— Ah, que fastidiosa. Jong Dae ven, subiremos a mi habitación. — Min Seok señaló con interés empezando a subir los escalones siendo detenido por su hermana que corrió abrazando su cintura cargándolo hacia el sofá. — ¡Hey! No haremos ruido, mamá no se va a despertar.
— ¿Acaso mamá no te ha enseñado a no subir personas arriba? — preguntó ella apoyando las manos en su cintura, miró a Jong Dae que desvió la mirada a otro lado. Soltó un grito cuando llegó la canción a un coro. — ¡Ay dios, ¿escucharon eso?! ¡Eso es un verdadero cantante!
— En realidad, parece que se ahogó un poco en esa nota pero puede ser normal equivocarse... — murmuró Jong Dae señalando al ídolo.
La habitación se inundó en un profundo silencio cuando Min Seok parpadeó con terror mirando al pelinegro, negó apretando sus labios acercándose hacia él bajo la mirada amenazadora de la chica.
— Puedes hacerle lo que quieras pero nunca hables mal de su ídolo. Enserio, ha lavado mi ropa en cloro cuando me reí cuando se fue al servicio y ella lloró. — advirtió Min Seok.
— Solo di mi opinión. — Jong Dae se encogió en el sofá cuando la chica le señaló con esas tupidas cejas en aspecto furiosa.
— Sabelotodo, entonces repite lo que él ha cantado si tanto sabes de ello como para corregir a un ídolo de alto nivel. — retó la chica, se cruzó de brazos pasando su lengua sobre sus encías golpeteando con el pie el suelo. Jong Dae buscó ayuda con Min Seok que alzó las manos negando. — ¡Hazlo!
Murmuró un poco la línea, pasó saliva cuando la chica se inclinó hacia él poniendo su mano en su oreja haciendo que no escuchaba. Carraspeó y tomó postura tratando de entonar.
Volvió a repetir entonando con facilidad la última parte elevando el rango de este, apretó los párpados tratando de no perder la concentración, soltó un suspiro dejando ir todo el aire. Miró a los hermanos que solo le miraban expectantes.
La chica parpadeó y boqueó sin más que decir.
— La canción es un tanto extraña debo decir... — susurró Jong Dae.
— Jong Dae estudia teatro pero canta. — soltó Min Seok avisándole a su hermana que asintió sin mucho que decir.
— No quiero sonar pretencioso pero tengo buena voz. — respondió Jong Dae.
— Sí bueno, como te calló la boca yo me lo llevo arriba. Permiso, sigue viendo a tu super mega talentoso ídolo de primer nivel Kang Daniel. — Min Seok tomó a Jong Dae de la mano tirando de él con prisa escaleras arriba.
La campanilla de Tan sonó cuando corrió por los escalones entre el aún silencio de la sala.
— ¡Kim Min Seok! — gritó la chica desde la sala cuando salió de su aturdimiento.
— Solo entra e ignórala. — respondió Min Seok, Jong Dae asintió entrando a la habitación cuando este cerró la puerta con seguro y soltó el aire de sus pulmones. — Lo siento, de verdad es histérica, la vez pasada se peleó con una niña de doce años por un disco edición limitada. La hizo llorar porque pagó cinco veces más el precio original. Tendré que esconder mi ropa y comprar un shampoo para usar.
— ¿Shampoo? — preguntó Jong Dae.
— Una vez colocó colorante, mamá le tiene prohibido hacer eso de nuevo ya que se equivocó con algo que me hizo alergia en la piel. — respondió negando. Se sentó de golpe en la cama y palmeó a su lado. — No preguntes qué tipo de colorante puso, me irritó todo, fue horrible.
— ¿Tu hermana está bien? — preguntó temeroso sentándose a su lado.
— Lo está, solo no sabe medir sus acciones hasta ver los resultados. — murmuró mirando la caja que había mantenido entre sus manos. — Igual, si me mata se jode. Mi papá aún no tramita mi seguro de vida ni la cantidad por la que puede obtener.
— No sé si deba preocuparme por tu hermana o tu familia. — balbuceó con terror cuando Min Seok alzó la caja mostrándosela. — ¿No es algo nocivo?
— No, cómo crees. Tengo un machete abajo, te atacaría atrás de las rodillas si no quisiera que escaparas. Solo ábrelo.
— Ve a terapia.
— Ash, ya no te daré nada. Quizás fue un mal regalo ya que era algo que esperaba que usaras pero veo que ya no será de mucho uso realmente. — miró sus manos con desinterés.
Jong Dae arqueó las cejas sorprendido, desenvolvió el papel que tapizaba la caja de cartón. La agitó escuchando algo pesado moverse dentro, abrió la caja por un costado y la inclinó haciendo que saliera de este un cuaderno grueso junto a una caja cuarteto de marcadores pincel.
— ¿Es un diario? — preguntó no pudiendo evitar sonreír con emoción.
Min Seok hizo una mueca avergonzado y asintió.
— Algo así, leí que se llaman bullet journal. Son para organizarse, pensé que te vendría bien con eso de que tienes tareas tuyas, eventos y los trabajos que vendes. Pero quizás ya no dará su función del todo ya que dejarás de vender tareas, es muy simple el diseño porque dije así lo puedes decorar a tu gusto o manejarlo así sencillo, algo minimalista quizás...
Jong Dae solo pestañeó con incredulidad mirando el cuaderno negro que daba apariencia de ser de cuero, eso espera que fuera falso. Su mano tembló sosteniendo el cuarteto de marcadores soltando un ruidito mostrando su amplia sonrisa.
Dejó las cosas a un costado en la cama, Min Seok le miró de reojo cuando Jong Dae se inclinó hacia él. Estiró sus brazos envolviéndolos sobre los hombros del pelinegro esperando un abrazo pero se petrificó cuando este posó sus labios sobre los de él.
Soltó un grito internamente pensando que había sido un error cuando Jong Dae movió un poco sus labios, entreabrió un poco sus párpados viendo como tenía los suyos cerrados esperando ser correspondido. Sus brazos temblaron sobre los hombros y movió sus labios aceptando la caricia de sus labios.
Con un suspiro se dejó llevar unos segundos más por el suave roce de sus labios, inclinó su cabeza hacia un lado buscando mejor acceso al toque escuchando un suave suspiro de Jong Dae, sintió sus mejillas calentarse pensando si era un juego o era verdad.
¿Jong Dae estaba disfrutando su beso? ¿No era hetero el año pasado?
Detuvo su movimiento cuando Jong Dae se alejó apenas un poco pero no tanto como para separar sus rostros, sintiendo el cálido aliento de ambos. Min Seok parpadeó con miedo viendo las medias luna que formaban la forma de los ojos de Jong Dae mientras sonreía. Un cálido y tierno sentimiento se instaló en su pecho.
— Si fuera el personaje principal, ¿quién quisieras que fuera? ¿El héroe o villano? — susurró Jong Dae.
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