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Capítulo 3.




No era justo como se estaba comportando.

Se supone que ya era un adulto lo suficientemente grande como para ponerse en ese plan de niño resentido y caprichoso. Solo era un enamoramiento más, no es como si nunca se hubiera enamorado de alguien y sufriera el verlo con alguien más hasta que se le pasara el sentimiento y encontrara a alguien más.

Bueno, aunque aquello no estaba resultando, luego de solo unos días después de su plática había decidido auto diagnosticarse con la falsedad de la gripe. A su madre no le importó mucho ya que le dijo que era su problema si deseaba faltar y su padre solo le dijo que pensara las cosas como un adulto; claro está que no les dijo que su problema es de amor, de nuevo.

Solo decidió una cosa luego de decirles que estaba cansado del recién ingresó a clases: faltar porque estaba cansado.

¡Daba lo mismo! Le daba mucho igual, ya repondría las horas, igual sigue a cuántas faltas tiene derecho antes de dejar la carrera.

Solo había hecho una cosa desde el primer día, comer helado típicamente en semi temporada de invierno, comer mucho tteokbokki picante entre llantos mientras miraba Scott Pilgrim contra el mundo un millón de veces porque maldita película genial, los críticos que la califican de mala se la pueden meter por el culo.

Y está esta maldita canción Black Sheep y sale Chris Evans, ¿qué podría ser mejor?

Tenía todo en uno, una cama en su habitación, cobijas con las que cubrirse mientras mira la televisión y la película las veces que quiera comiendo todo el tteokbokki picante con jugo de manzana como si fuera licor. Y llanto, aún le quedaba mucho por lo que llorar.

Está siendo ridículo y lo sabe.

No es que llore por Jong Dae, bueno un poco sí. Pero también llora de desespero, su padre solo le deseó suerte cuando le dijo que le gustaban los hombres y le dijo que había escogido el camino de la muerte porque encontrar a un buen partido que no solo quiera sexo en estos tiempos era duro en su camino. Y sí que lo estaba siendo.

Y los sentimientos por los que le lloraba a Jong Dae solo era porque el tipo es malditamente perfecto y amable que lo ilusiona, se ilusiona, solo le falta ser homosexual, tiene bonitos sentimientos, es guapo, rubio, canta de maravilla y a pesar de que es de su estatura no duda que esconda un buen cuerpo, tampoco quiere un físico culturista. ¿Ya dijo que es guapo?

Miró el vaso de tteokbokki con queso picante humear, abultó sus labios removiéndolos dejando que el queso se extendiera entre los palillos y llevó un bocado a su boca haciendo un puchero mientras soltaba un quejido y regresaba con él a la sala ya que se había cansado de hacerle un agujero a la cama.

Se sentó en la alfombra de la sala y se recargó contra el sofá detrás de él, dejando el envase en la mesita de centro mirando el televisor que mostraba a una encantadora mujer latina en ese extraño programa de variedades mostrarle unos pasos de baile al conductor, era brasileña si no había escuchado mal.

  — Voy a ganar peso a este punto. — puchereó mirando el envase que sostuvo entre sus manos pero llevó otro bocado a su boca masticando. — Pero me da igual, la depresión primero, luego lloro por eso.

El timbre de la casa sonó y saltó de emoción hacia ella pensando que era el pastel que había pedido por deliveri, sin dudas se estaba acabando el dinero de esa semana, no es que pidiera algo grande, solo fue un pastel chico, quería hacer el trending de tomar una rebanada con una copa él solo ya que Luhan le había dicho que eso era desagradable y un pastel se debe cortar correctamente agregando que le daba ansiedad esos videos al ver las sobras del pastel.

Ansiedad su culo, Luhan era bien rarito.

  — ¿Kim Min Seok? — preguntó el chico en cuanto abrió la puerta, asintió y este le extendió la pequeña caja de cartón con el logo de la pastelería, le dio una tableta para firmar y la devolvió cuando lo hizo. — Perfecto, su pago fue transferido con anterioridad, gracias.

  — ¡Gracias! — respondió con felicidad.

Cerró la puerta detrás de sí apretujando con cuidado y emoción la caja contra su pecho mientras caminaba hacia la cocina por una de las copas de vino de su padre; aquello le había subido el ánimo en menos de nada.

Regresó a la sala y se hincó frente a la mesita dejando la copa con mucho cuidado, abrió la caja y sacó el bonito pastel de betún azul decorado de forma minimalista solo con la leyenda de "SKY" con una bonita caligrafía de betún blanco y nubes pequeñas para lo demás ser una manta azul cielo.

Sacó su teléfono fotografiándola, guardándola para después subirla a Instagram con la fotografía de su copa lista para los reclamos de Luhan con su extraña ansiedad por la perfección.

Tomó la copa lista para partir un pedazo de pastel con la mano temblándole, odiaba aquella herencia horrible de su padre, este pidiendo heredarle dinero o algún terreno solo le heredó mala genética. El timbre sonó y tomó aire algo asustado cuando estuvo a nada de oprimir la copa contra el pastel.

Se levantó hacia la puerta frunciendo sus labios de enojo listo para reventar la copa contra la persona que le interrumpía.

  — ¿Quién? — preguntó abriendo la puerta, estiró la copa espantando al chico que dio un paso atrás del susto. Sus mejillas se calentaron abrazando la copa contra él. — Oh, lo siento...

  — No pasa nada. — Jong Dae sonrió negando con diversión, alzó una bolsa de papel mostrándola. — Pasé por una reciente pastelería a comprar un pastel, ¿quieres?

  — Um, compré pastel apenas, pero pasa. — se hizo a un lado permitiéndole pasar, dio unos pasitos cortos hacia su lugar y se sentó en la alfombra a esperarlo. Jong Dae entró mirando con curiosidad la casa. — Ven aquí, siéntate.

  — Gracias. — respondió el rubio. — Tu amigo Chan Yeol me dijo que enfermaste y le pedí tu dirección, espero no verme tan acosador.

  — No pasa nada, igual ya estoy mejor. — Min Seok sonrió asiento señalando su rostro con sus manos. Jong Dae sonrió asintiendo emocionado y pensó. — Igual llorar siempre lo puedo hacer.

  — ¿Tomas? — preguntó Jong Dae señalándole la copa en manos.

Min Seok no entendió mirando el interior de la copa haciendo reír al rubio por su cara de incredulidad.

  — ¡Ah ya! Tomar de alcohol. — respondió viendo al rubio asentir. — Sí tomo pero ahorita quería partir el pastel con esto.

  — Mm, he visto videos de eso. Se ve interesante. — Jong Dae asintió mirando con tranquilidad a Min Seok que jugaba con la copa entre sus manos, este se la extendió y él la tomó.

  — Toma la mía, iré por otra. — dijo el pelinegro levantándose de su lugar corriendo a la cocina. — ¡Solo no la rompas, es de mi padre!

Jong Dae negó mirando la copa entre sus manos, se inclinó en la mesa mirando el pastel que había comprado aún dentro de la caja y luego el pastel que Min Seok ya tenía. No había mucha diferencia, compró un pastel de zanahoria ya que no estaba seguro de cuál le gustaría, solo tenía una cobertura de fondan blanco y una bonita pero pequeña zanahoria de dulce en el centro. Igual lo importante era el sabor, no la apariencia del pastel.

Min Seok regresó dejando otras tres copas más con algo de dificultad, unas cucharas y una botella pequeña espantando al rubio que le miró extrañado.

  — ¿Vamos a beber? — preguntó Jong Dae señalando la botella.

  — Oh no, no es vino, es cidra sin alcohol, mi padre me mata si toco su estantería de vinos sin estar bajo su supervisión. Puede que sea medio amante del alcohol, no quiero descontrolarme. — respondió negando y le guiñó divertido. Miró ambos pasteles y sonrió con emoción. — Lucen tan bonitos, me da pena comerlos.

  — Solo es un pastel, tómales foto y ya. — Jong Dae frunció la nariz negando. Tomó la copa y estiró su brazo hacia el pastel de zanahoria siendo detenido por el pelinegro. — ¿Qué? ¿Si sabe mal aun así lo quisieras?

  — Déjame tomarles foto y admirarlos un momento. Son bonitos. — Min Seok sonrió juntando sus manos con emoción, tomó su teléfono acomodando los pasteles para que quedaran juntos. — ¿No crees que se ven bien?

  — ¿Solo es pastel? — murmuró Jong Dae confundido. Min Seok le ignoró y él resopló tomando la botella de vidrio para servir. — Eres tan peculiar.

Min Seok agradeció con un murmuro y ese día Jong Dae aprendió otra cosa de él.

A Min Seok le gusta la nieve que podría proclamarse rey de ella. A Min Seok le gusta el alcohol y sus padres temen por ello. A Min Seok le importa la apariencia antes que el sabor.

Todo en el chico lucía tan peculiar, terminó de servir la sidra y miró el jugo dentro con esa bonita espuma blanca que esta tenía, él no tenía ni idea de vinos, alcohol o bebidas de ese contexto, apenas bebía cerveza de la tienda de conveniencia, por lo que el pelinegro decía, su familia parecía estar apegada mucho a las bebidas alcohólicas y Min Seok iba por el mismo camino de conocimiento.

No odia el alcohol, lo disfruta pero cierta preocupación se situó en él al verle tan emocionado con ese hecho, más bien era orgullo en el pelinegro al decir que necesita supervisión para beber. Eso lo inquieta de cierta manera, creer que el gusto por las bebidas es más un gusto adquirido pero igual le causa algo de pánico.

  — ¿Jong Dae? — Min Seok tronó sus dedos frente a él sacándole de sus pensamientos preocupado y señaló los pasteles. — ¿Quieres tomar el primero tú?

  — Oh no, hazlo tú, elige el que quieras. — respondió señalando. — ¿Cuál quieres tomar primero?

  — El tuyo, ya hiciste mucho con venir a verme como para que no lo probemos. Es inversión. — respondió Min Seok con emoción.

Con la copa en manos la colocó sobre el pastel, mordió su labio tratando de que quedara bien mientras su mano temblaba un poco. Jong Dae se inclinó y tomó la mano de Min Seok sosteniéndola, el pelinegro solo se quedó quieto unos segundos antes de oprimir la copa contra el pastel logrando partirlo.

  — Te tiembla mucho la mano. — respondió Jong Dae soltándose del agarre. Min Seok solo asintió mirando su copa. — Tómale una foto.

  — Toma tu pedazo primero. — le alentó moviendo las manos. Jong Dae asintió divertido y sin pensarlo mucho presionó la copa en el pastel. — Las manos me tiemblan porque a mi padre también le pasa, es genética quiero creer. Una muy mala debo decir.

  — Solo es un pequeño detalle, nada malo que afecte tu genética. Agradece que estás sano y no es nada de lo de qué preocuparse. — respondió Jong Dae con tranquilidad. Tomó una cuchara tomando un pedazo del pastel que sobró y la alzó mostrándosela al pelinegro. — A todos nos tiemblan las manos a su medida, es normal. No te preocupes por eso.

  — Solo no me gusta eso, odio tanto tomar las cosas y que las manos me tiemblen. — murmuró dejando el vaso en la mesita, apretó sus labios en descontento. — Si me hubieran heredado dinero creo que sería feliz, es lo menos que puedo pedir, la vida es mala conmigo.

  — Claro que no, la vida que tienes es muy privilegiada, que tú no lo veas así es otra cosa pero estás muy bien. Tienes una casa, a tus padres y una buena relación dentro de lo que cabe, también estudias. Perdón si sueno como una madre pero creo que es cierto. — respondió con desinterés Jong Dae, se encogió de hombros llevando la cuchara a su boca con la mirada triste de Min Seok. — No te pongas así, solo busca la manera de ver las cosas a tu favor.

Jong Dae estiró la cuchara logrando manchar su mejilla con betún, Min Seok se sorprendió tallando la mejilla para limpiarla.

  — Nadie se puede entender hasta estar en sus propios zapatos, ni mis padres me dan esas pláticas. — respondió, se recargó contra el sofá detrás de él resoplando mirando al rubio comer de las sobras que quedaron en la caja del pastel. — ¿Por qué no comes el que está en el vaso?

  — Ah, no te preocupes, tú querías intentarlo así. Puedes guardarlo para más tarde ese. — Jong Dae negó sonriendo. — ¿Tus amigos te traen la tarea?

  — Sí, lo hacen, quizás la otra semana ya regrese. — asintió y Jong Dae hizo lo mismo.

Ambos quedaron en silencio sin saber qué más podían decir, Jong Dae se removió en su sitio bebiendo de la copa de sidra y carraspeó un poco llamando la atención del pelinegro que ahora había estado mirando el televisor frente a él.

  — Mm, ¿entonces el lunes regresas cierto? — vagó el rubio y Min Seok asintió. — Bueno, solo quería pasar a verte porque no contestabas los mensajes pero me tengo que ir ya, tengo ensayo más tarde.

  — ¿Te saltaste clases? — preguntó Min Seok frunciendo sus labios en molestia.

Jong Dae se levantó sonriendo mientras le revolvía sus cabellos negros.

  — Tal vez. Solo fue una clase, tengo un espacio de hora libre después de esa antes de los ensayos. — respondió siendo seguido por el pelinegro a la entrada. — ¿Entregaste las tareas que te di?

  — Uh sí, Luhan se las llevó a la profesora por mí, aunque haya faltado siguen siendo puntos. — asintió con emoción, le abrió la puerta esperando a que terminara de colocarse los zapatos. Se quedó de pie mientras ambos se miraban sin saber qué hacer. — Bueno, ten cuidado al regresar. ¿Sabes regresar cierto?

  — Sí, no es complicado, ya sé qué transporte tomar. — miró la hora en su celular confirmando. — Igual puedo tomar un taxi si se hace tarde.

  — Está bien. — ambos asintieron torpemente y Min Seok rascó su brazo con nervios. — Ten cuidado.

  — Nos vemos el lunes, sigue cuidándote y toma tus medicinas. — Jong Dae se despidió agitando su mano levemente mientras caminaba a la banqueta principal de la calle. — ¡No olvides la obra!

  — ¡Allí estaré! — sonrió recargándose contra la puerta.

La tomó entre sus manos cerrándola de a poco mientras seguía viendo al rubio andar hacia el final de calle, lo perdió de vista unos minutos después y cerró esta finalmente recargándose en ella mientras suspiraba.

Pasó las manos sobre su cabello completamente nervioso, sus manos esta vez sí temblaban por una razón en concreto y ahora en su memoria quedaba tal momento vergonzoso que de seguro recordará cada que lave trastes deseando nunca haber pasado. No dijeron nada, se quedó sin plática y eso es horrible.

  — A mamá nunca se le acaba la plática con papá, ¿es una señal? ¿No es el indicado? — respondió para sí mismo. Puchereó tomando su copa de sidra y caminó a la cocina mientras se la terminaba de golpe. Abrió el estante prohibido de su padre y sacó el primer vino que se le atravesó mirándolo en silencio. — Solo será una copa, igual no se dará cuenta.

Llevó las manos a su rostro negando mientras berrincheaba en su lugar al darse cuenta de la situación.

Jong Dae se había saltado una clase para ir a verlo, y él se seguía ilusionando.

***

  — No sé si lloro porque todos son hermosos o talentosos o yo soy el inútil en esta vida. — moqueó Luhan mirando el escenario hacia la pareja principal en el final de la obra.

  — Tu amigo es un maestro del piano. — murmuró Mark a su lado, dejó de ver a Jong Dae que estaba sentado en el banco de aquella escenografía de parque mientras Seung Wan estaba de pie a su costado relatando sus líneas de disculpa. — Excelente en el piano.

  — Uh sí, Chan Yeol es bueno. — Min Seok murmuró distraído.

A su derecha seguía Luhan llorando con Jessica por la obra y porque eran unos inútiles, eso no lo niega, mientras a su izquierda estaban Mark y Yerim alagando las habilidades de Chan Yeol y el resto de músicos de la obra.

Y él estaba en medio, tratando de no soltar lágrimas porque aunque Jong Dae diga que la obra es basura él la volvió en algo hermoso que lo conmovió, Chan Yeol cambio la pieza a Melted y la cosa se puso más tensa cuando la chica comenzó a cantar las primeras líneas de la canción.

Jong Dae le siguió moviéndose un poco en la banca hasta que ambos quedaron en el medio con sus hombros tocándose, la chica pasó un mechón de pelo detrás de su oreja nerviosa mientras el rubio jugaba con sus manos. Jong Dae alzó la mirada hacia el público sonriendo con melancolía y medias lunas decoraban sus hermosos ojos, su corazón latió con fuerza jurando que le estaba mirando antes de que cerrara sus párpados dejando que sus largas pestañas acariciaran sus mejillas.

La chica terminó su línea cuando todo quedó en silencio, Jong Dae recargó su cabeza contra su hombro en la misma posición con la intriga del público.

  — Woa, el rubio es bueno, estoy llorando como catarata. — jadeó Luhan queriendo reír entre llantos mientras se daba aire con las manos junto con Jessica.

  — Demasiado... — susurró para sí mismo.

Apretó sus manos cuando por las mejillas del rubio, lágrimas comenzaron a bajar permaneciendo con sus párpados cerrados, soltó un sollozo asustando a la chica a su lado y por un momento el corazón de Min Seok se agitó de angustia. Seung Wan tomó las mejillas de Jong Dae mientras relataba su línea en una especie de susurro.

  — Me di cuenta tarde, lo siento. — respondió ella limpiando las mejillas del rubio que solo le miraba con ojos acuosos y mirada perdida. — ¿Aun me amas?

  — Te amé, aún me duele. — respondió Jong Dae, tomó las manos de la chica sobre sus mejillas bajándolas lentamente. — Pero no es correcto. Tú ya dijiste a quién amas, y ese no soy yo.

  — Te amo. — respondió ella con prisa temiendo lo peor.

  — Yo no sé qué quiero ya. — respondió Jong Dae, se soltó del agarre de la chica secando sus lágrimas y se levantó de la banca mirándole. — Lo mejor será no volvernos a encontrar.

  — ¿No podemos ni si quieras ser amigos?

  — Te conocí más que como una amiga, no creo que eso sea correcto. — él negó desviando la mirada de los ojos llorosos de la chica moviéndose en su sitio antes de señalar detrás de él. — Fue un gusto compartir un momento de la vida contigo, pero creo que aquí termina todo. Quizás en el futuro podamos reencontrarnos y puede que sea diferente.

  — Hyun... — jadeó la chica llorando.

Jong Dae le dio una última mirada en silencio antes de salir de escena dejando a la chica llorando en la banca para cuando las luces se fueron atenuando y la cortina se corrió bajo los aplausos del público.

  — Sentí que vi una película de Hollywood de romance, no dejo de llorar. — Luhan sonrió con emoción, entre lágrimas reía con nervios y aplaudía.

  — ¡Bravo, preséntenme a la actriz! — gritó Yerim aplaudiendo de pie.

  — Son muy talentosos, ¿cierto? — dijo Mark empujando el hombro de Min Seok suavemente.

Este asintió sin dejar de mirar la cortina roja, había soportado toda la función, lo logró, la acabó por completo sin tirarse a llorar, el ver a Jong Dae coquetear con la chica al inicio, el verlos bailar tan juntos en las escenas en el bar, los besos hambrientos en las escenas sugerentes, sus abrazos en escenas tristes tratando de reconfortarse entre ellos hasta los más pequeños detalles.

Había ocultado sus verdaderas lágrimas en las escenas de llanto pensando que verdaderamente Jong Dae había pasado muchos momentos con la chica y lo estaba comenzando a sentir mal. Le gustaba Jong Dae, se estaba creando muchas cosas en la cabeza y de verdad no quería hacer nada en contra de ellos, estaban bien y perfectos, siendo una pareja estable.

Mierda, eran dos años de relación.

  — Esta fue la obra de inicio de ciclo del taller de teatro, esperamos contar con su apoyo para próximas obras. — dijo el director y profesor al micrófono cuando el telón se volvió a abrir mostrando a todo el elenco antes de hacer una larga reverencia bajo aplausos.

  — ¡También otro aplauso para mi amigo! — respondió el que conoció Min Seok como el barman, quien le quitó el micrófono al profesor a la fuerza ignorando la lucha que dio y abrazaba los hombros de Jong Dae. — Nuestro protagonista Hyun, o Jong Dae bien conocido. ¡Está de cumpleaños, otro aplauso para nuestro talentoso actor!

Min Seok aplaudió lentamente sintiendo sus manos temblarle en cuanto el público le siguió en una ola de aplausos y algunos compañeros de obra felicitaban a Jong Dae quien radiante asentía agradeciendo.

Jong Dae no le había dicho que justo ese día era su cumpleaños, en realidad nunca lo platicaron. Frunció la nariz mirando su celular.

Veintiuno de septiembre.

  — Vaya... — susurró.

No se dio cuenta o quizás sí pero solo quería ignorarlo, se sintió algo herido. ¿No conocer su cumpleaños?

El tiempo pasó durante ese día e intentó ir a ver a Jong Dae detrás de escena pero el profesor le negó el pase alegando que ellos se iban a arreglar y ayudarían a limpiar por lo que tendría que esperar fuera del teatro que había quedado solo entre bancas sin público.

Les había negado la cena a sus amigos y esperó en las bancas del pasillo del edificio, se levantó luego de un rato a mirar la vitrina frente al teatro llena de reconocimientos y fotografías de otras generaciones por obras que se volvieron reconocidas a nivel local así como recalcaron a algunas figuras ahora famosas que estudiaron ahí.

Kim Jong In, "Kai". Clase 0434

Leyó en la vitrina localizando al moreno que posaba con el grupo de actuación de esa generación junto a una amplia sonrisa en aquella función así como una hoja que descansaba pegada junto a sus datos con su autógrafo y un mensaje de ánimo a todos los estudiantes que entran al departamento.

Habían muchos más actores reconocidos que han pasado por ahí, por esos pasillos. Ladeó su cabeza preguntándose si Jong Dae llegará a ser uno de esos.

La puerta del teatro detrás de él sonó junto con el alboroto de algún grupo de amigos que salía mirando de reojo, ignoró aquello continuando con su lectura de los autógrafos de distintos actores.

  — Hey, pensé que te habías ido. — escuchó la voz del rubio, al girarse le vio acercarse con un ramo de flores diverso y pomposo entre sus brazos. — Perdona a mi profesor, es histérico que no dejó que nadie entrara con nosotros, se siente en Broadway.

  — Igual solo hubiera estorbado, no hay problema. — Min Seok negó. — Estaba viendo esto, Kim Jong In estudió aquí eh.

  — Oh sí, es un gran actor, es demasiado agradable. — Jong Dae asintió mirando la firma en la vitrina. — Ha venido unas dos veces para darnos pláticas. No era muy bueno para las clases debo decir.

  — Eso es sorpresivo ya que a todas sus fans les vive diciendo que deben estudiar duro. — respondió Min Seok divertido. Guardó silencio mirando las flores de Jong Dae y luego le miró con tranquilidad. — ¿Por qué no me dijiste que era tu cumpleaños?

  — Ah, no lo sé, se me olvidó por completo. Por estar pensando en la obra y con las tareas de los pedidos, no suelo festejar mis cumpleaños en realidad. — Jong Dae se encogió de hombros con desinterés, tomó una flor del ramo y se la extendió. — Tómala como disculpa.

  — Ahora te debo un regalo. — replicó con un murmuró mirando la flor entre sus manos. — Feliz cumpleaños, Jong Dae.

  — Gracias, no te apures, te debo dar un punto en lo de que soy medio amargado, no me des nada. — Jong Dae negó divertido, Min Seok hizo una mueca de inconformidad. — Lo digo enserio, no soy fan de los videojuegos, ni de novelas ni nada de eso.

  — Uh, me saliste más seco que nada. — renegó Min Seok, extendió sus brazos al aire viendo a Jong Dae inclinar la cabeza levemente confundido. — Al menos un abrazo de regalo.

  — Oh, eso sí me gusta. — Jong Dae asintió con emoción recibiendo el toque.

Min Seok pasó sus brazos alrededor del pecho de Jong Dae, el rubio pasó su mano libre sobre sus hombros de Min Seok disfrutando del toque que este le daba y sentía como levemente se balanceaban en el abrazo, Min Seok recargó su mejilla sobre su hombro inconscientemente apretando suavemente el agarre, mirando por arriba de sus pestañas levemente la mirada que la novia de Jong Dae le daba antes de caminar hacia ellos.

  — Jongjong, los chicos están listos para irnos a cenar. — avisó Seung Wan sonriendo.

Min Seok deshizo el agarre del abrazo cuando un escalofrío recorrió su columna, el abrazo había sido tan cálido que ahora sentía que algo le faltaba.

  — Ah, ya voy, Min, ¿quieres venir a cenar con nosotros? — respondió Jong Dae. — Iremos a cenar.

Min Seok no perdió de vista la mano de la chica que entrelazó su brazo con el del rubio mientras le miraba con una leve insistencia en la espera de su respuesta, solo negó torpemente dando un paso hacia atrás algo aturdido.

  — No, así está bien, tengo que llegar temprano a casa para tomar mi medicina, aún sigo un poco enfermo. — agitó sus manos con algo de desespero.

  — Pudiste quedarte en casa, no es bueno caminar entre el frío cuando estás enfermo. — respondió Seung Wan.

  — Ah no, ya estoy mejor, tengo muchos deberes por hacer. — respondió.

Jong Dae quien había estado en silencio asintió comprendiendo deshaciendo el agarre en el brazo con la chica para pasarlo sobre sus hombros, algo en su interior se revolvió de ver aquello pero solo sonrió apenas queriendo no quebrarse a llorar.

  — Está bien, regresa con cuidado y abrígate, por favor. — se soltó de la chica unos momentos entregándole el ramo de flores, se acercó a Min Seok poniéndolo nervioso cuando se quitó su bufanda y se la acomodó. — No te la quites, deja de ser testarudo.

  — Jong, los chicos esperan. — interrumpió Seung Wan señalando al grupito detrás de ellos.

  — Sí, sí, ya vamos. Regresa con cuidado, recuerda no quitártela. — le señaló en advertencia Jong Dae mientras era tirado por la chica.

Min Seok asintió mirándole caminar con torpeza cuando la chica le dijo algo, tiró del gorro de la chaqueta de ella colocándoselo para molestar mientras la abrazaba contra su cuerpo en un acto de molestia hacia ella que solo se quejó pero terminó aceptando el abrazo bajo las burlas de sus amigos quienes observaron a la pareja llegar.

Resopló quedando solo en aquél pasillo, se giró a ver la vitrina de nuevo y su imaginación cambio la fotografía de algunos actores por la de Jong Dae y Seung Wan.

Sin dudas serán famosos.

Enfocó su reflejo en el vidrio, su mano acarició la bufanda negra mientras tomaba los extremos a lado contrario y tiraba de ellos fingiendo ahorcarse, ¿qué más daba? Solo era una amistad que dudaría lo poco que les quedaba en la universidad, se graduarían y cada uno tomará su propio camino.

No entiende por qué le duele tanto, por qué sus sentimientos tienen que ser así cuando solo es pasajero.

Tampoco se queja de la chica, sabe que ella lo entendía, lo pudo ver en su mirada, había escuchado a su hermana hablar de eso que ellas pueden detectar en la mayoría de veces cuando alguien más está tratando de coquetear con su pareja y no duda que su novia lo hiciera con él.

¿Qué hombre abraza con tanto afecto a otro? ¿O lo mira con un poco de anhelo?

Frunció sus labios volviendo a tirar de la bufanda empezando a toser aceptando que ese tirón había sido muy fuerte, se acomodó la cálida tela decidiendo salir del edificio directo a su casa, ya había tenido suficiente y cree que ya es hora de hacerlo, era el momento de la verdad.

Debía ir a llorarle a su hermana. Sí, era lo correcto.

Salió del edificio dejando ver el campus oscuro, las farolas hacían un buen trabajo iluminando y a lo lejos del camino pudo ver a Jong Dae con sus amigos caminar hacia la estación de transporte que los llevaría al centro de la ciudad, su figura abrazando a la chica por la cintura entre la nevada que caía era algo que ya no podía aguantar para sí mismo.

Se quitó la bufanda doblándola de camino a su parada y la guardó en la mochila; no se merecía esa bufanda, él no la merecía de esa manera.

Llegó más rápido de lo que creyó a su casa gracias al poco tránsito de personas, se permitió moquear de a poco en el transporte mientras miraba el camino helado por la ventana y al entrar a su casa había arrojado la chamarra en la entrada junto a sus zapatos dejándose la sudadera.

Escuchó a su madre conversar con su padre que seguramente ese día había recibido salida temprano, en la sala su hermana miraba la televisión con una sábana cubriendo sus piernas mientras sostenía un doll ridículo de Kang Daniel esperando el stage debut de este luego de seguirlo por toda la temporada de ese programa de supervivencia.

Esta le miró de reojo ignorándole pero luego le puso atención notando ese puchero tembloroso en sus labios que siempre había hecho antes de que sus lágrimas bajaran por sus mejillas con hipidos silenciosos. La chica se removió en su lugar haciéndole un lugar abrazándole cuando Min Seok se acostó sobre sus piernas llorando en silencio.

  — ¿Te sientes mal bebé? ¿Alguien te hizo algo? — preguntó la chica acariciando sus cabellos.

Min Seok solo asintió sin decir nada más que sollozar.

  — ¿Qué te hicieron? Dile a noona para que vaya a golpear al imbécil que te dañó. — respondió la chica con furia sin dejar de acariciar sus cabellos. Min Seok permaneció en silencio con los ojos acuosos mirado el televisor mirando a los MC entrevistar a Kang Daniel. — Min Seokkie, puedes hablar conmigo.

  — Noona. — su voz salió ahogada, mordió su labio en silencio. — ¿Cómo hago que me deje de gustar alguien?

  — ¿Te rechazaron? — preguntó la chica confundida, Min Seok negó tallando con su manga la nariz. — ¿Te gusta alguien?

  — Noona. — se levantó sentándose en el sofá mirándola mientras seguía moqueando. — Me gusta un chico que conocí, es muy bueno, es perfecto, nada le falla pero nunca le he confesado mis sentimientos.

  — ¿Y estás llorando desde ya? Arriésgate y confiésate, llorar no sirve de nada. — respondió la mayor agitando su doll con desinterés pero el pelinegro negó. — ¿Entonces? Explícate bien.

  — Él ya tiene novia, no quiero arruinar esto, lo quiero tener como amigo por lo menos lo que queda de la universidad. — respondió tembloroso. — Ya cuando nos graduemos dudo mucho que sigamos en contacto y seguiré adelante.

  — Ay Min, solo tú te complicas las cosas. — replicó la mayor acariciándole el rostro con cuidado, el pelinegro solo cerró sus párpados sollozando y sorbiendo la nariz. — Ya pasará, es lo mínimo que te puedo decir, es común que te enamores de cualquiera hasta el punto de llorar pero ya pasarán las cosas, bien dicen que siempre vendrá algo mejor.

  — Pero yo no quiero algo mejor. — alzó la voz tallando sus mangas contra su rostro en desespero. — Yo quiero gustarle, desearía que nunca hubiera salido homosexual, desearía enamorarme de una chica... O ser una o alguien normal.

  — Min Seok. — respondió la mayor levantándose envolviéndole en un abrazo fuerte cuando los brazos del pelinegro se envolvieron alrededor de sus hombros. El señor Kim salió de la cocina mirando confundido la escena y la chica hizo una seña de silencio. — Min, no digas esas cosas, eres perfecto tal y como eres. Encontrarás a alguien que de verdad te quiera y aprecie como eres, de nada vale querer obligar a alguien a estar a tu lado si no siente lo mismo que tú.

  — La vida es injusta. — lloró contra su estómago. — Yo solo quiero gustarle a él.

La chica solo negó continuando acariciando su cabellera.

  — ¿Qué está pasando? — preguntó el señor Kim confundido. Min Seok se separó de su hermana levantándose rápido para envolver sus brazos sobre su papá recargando su mejilla contra su pecho echándose a llorar. — ¿Quién fue el idiota que dañó a mi bebé?

  — No hay un idiota directo. — respondió la chica suspirando. — Sabes lo difícil que puede ser que Min encuentre una pareja estable.

  — Ay, ustedes y sus problemas de jóvenes adultos. — respondió el señor Kim abrazándole con fuerza a Min Seok por los hombros, cerró sus párpados recargando su barbilla sobre la cabellera de su hijo balanceándole en el abrazo. — Prefiero que vuelvas a llorar porque te caíste en el parque, pero no puedo hacer nada, las cosas cambian.

  — No me quiero enamorar. — balbuceó Min Seok. — Duele.

  — Es parte de la vida hijo, decidiste amar pero pasará, seas como sea estas cosas pasan en todos los lados diferentes que encuentres. Hay diferentes tipos de dolor, pero algún día llegará ese chico especial que te haga sentir bien. — respondió su padre con un suspiró apretando más el abrazo. — Eres mi bebé y nunca dejarás de serlo, pasarás por muchas cosas, esto solo es una cosita de lo que te espera.

  — No quiero crecer...

  — Ya lo hiciste, lo estás haciendo. — suspiró negando refregando su barbilla contra su cabellera.   — Y lo peor es que no puedo detenerte.

***

min_minnnnnn

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min_minnnnnn Solo subo este porque es el más bonito. Se ve grande pero solo es la foto, es una cosita. Gracias por el pastel y probarlo en copa conmigo, te quiero 💙 jdkjongjong

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jdkjongjong Que te mejores Seokkie. 💚💙




¿Por qué a los coreanos les gustan arreglar todo con pasteles? Ni en mi cumpleaños compro.

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