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Capítulo 14.






  — Jae Ho. — su voz salió suave apenas en un susurro. El mencionado solo murmuró en respuesta mirando su libro. — ¿Qué haremos en tu casa? ¿Debo llevar algo?

  — Nada realmente. Solo veremos películas, mis papás salieron así que nadie nos molestará. — Jae Ho se encogió de hombros saliendo de su lectura para verlo recostado sobre la mesa. — ¿Tienes sueño?

  — Estoy algo cansado. — susurró Min Seok cerrando sus párpados ante las caricias en su cabellera.

  — Duerme un rato, igual es la biblioteca. — respondió este.

Min Seok se sentía en una nube de algodón, a pesar de que no eran una pareja tan expresiva o demostrativa en cuanto a caricias o besos se sentía querido. Aprecia cada momento que ha pasado los últimos meses con Jae Ho, seis hermosos meses siendo querido por un chico perfecto.

Ninguno de los dos lo ha hablado con sus padres por miedo y solo se han presentado como amigos pero tiene la esperanza que pronto en un par de años más antes de ingresar a la universidad puedan confesarlo al mundo. Se siente invencible ante todos o eso cree.

  — Min Seok, ¿dónde has estado? ¿Te sientes mejor? — Chan Yeol lo interceptó en el pasillo apretujando sus mejillas de camino a su propia aula. — Fui a tu casa varias veces pero tu mamá dijo que no te sentías bien.

  — Uh sí, luego te explico mejor. Pero ya estoy bien, me siento como nuevo. — dio un salto en su lugar asintiendo. — ¿No has visto a Jae Ho?

 — Ah, sí. Creo que ya entró al salón, deberías ir a verlo. — Chan Yeol palmeó su hombro con una sonrisa. — Nos vemos en la salida.

Asintió despidiéndose e ingresó a su propia aula viendo a Jae Ho mirando su cuaderno, se acercó con tranquilidad y tocó su hombro llamando su atención.

  — ¿Podemos hablar afuera? — preguntó, Jae Ho asintió a ello. Solo puso su mochila en su lugar y le siguió hacia el punto. — ¿Por qué no me buscaste esta semana?

  — ¿Cómo te iba a buscar si no tengo cómo llamarte y ni vienes a la escuela? — respondió este puchereando. — Por un momento pensé que me estabas abandonando.

  — Claro que no tonto, solo me enfermé pero ya estoy de regreso. — extendió sus brazos recibiendo un abrazo de este. — Perdón por dejarte solo, ¿qué opinas de una invitación a comer pastel en la salida?

  — Ah no, no como pastel porque me hace subir de peso fácilmente. — señaló Jae Ho rascando su cabellera con nerviosismo. — ¿Por qué no mejor vamos a mi casa? Tendré casa sola, ¿qué te parece?

  — ¿Veremos una película? — preguntó con miedo esperando no recibir la respuesta que él piensa.

  — No exactamente, creo que tú ya sabes qué. — señaló él pellizcando su mejilla. — ¿O acaso ya no te gustó conmigo? ¿Ya no me aprecias?

  — Claro que lo hago, solo que no me siento muy bien aún. — respondió desviando la mirada.

Jae Ho aplastó sus labios algo inconforme.

  — ¿Ya no lo quieres hacer conmigo? Si es así puedes decirme, creo que esta relación se trata de dar y dar y si no puedes entonces debemos dejarlo. — sentenció Jae Ho alertando a Min Seok.

  — ¿Por qué crees eso? Solo no tengo muchas ganas de eso, quizás después. Podemos hacer otra cosa por mientras. — respondió Min Seok sin lograr hacer cambiar la expresión de Jae Ho. — Hey, no te pongas así. No todo se basa en el sexo en una relación.

  — Así lo ves tú porque eres aburrido, si vieras diferente las relaciones serían mejor. Espero encuentres a alguien que entienda tu forma de pensar aburrida. — respondió Jae Ho, se cruzó de brazos dando unos pasos deteniéndose para soltar. — Creo que debemos dejar esto hasta aquí, no das lo suficiente por nosotros.

Min Seok bajó la mirada sintiendo sus ojos picar, la ansiedad comenzaba a carcomerlo de solo pensar en sus palabras. ¿Era una persona aburrida? Trataba de pensar y dar lo mejor en la relación para ambos.

Si viera a su versión del futuro sin dudas volvería el tiempo atrás para no relacionarse con Jae Ho, sintió solo algo dentro de él crecer, una inseguridad que le llevó al futuro a cometer cosas que nunca fueron tan buenas para sí mismo. Comenzando por dejar los postres de lado, hasta el inicio por su carrera a un desorden alimenticio, en su mente era una idea genial mientras pasaba el tiempo con que así no luciría aburrido.

Jae Ho claramente se había conseguido una novia al año con la que comenzó a presumir lo buena que era en la cama, le parecía desagradable que hablara así pero al menos estaba aliviado ser ignorado por él.

En cambio prefirió intentar ligar con más chicos, luciendo aventado y provocativo, tomando sus precauciones personales a la hora de proponer acostarse con ellos, al hacerlo de la forma correcta no era tan malo. Aquello claramente fue su grave error, inició el desarrollo de la hipersexualidad o eso estuvo a nada de pasar de forma grave.

Sus padres lo notaron, desde los llamados de la escuela ante sus regulares faltas a las clases hasta las salidas con amigos en las tardes. Lo enfrentaron muchas veces hasta que un día solo discutió y terminó soltando todo; con dieciocho años, después de dos años viviendo así fue llevado con ayuda profesional.

A pesar de todo el tiempo, después de revisar su historial antes de todo claramente fue algo psicológico de él luego de su ruptura de Jae Ho, el querer cambiar y mostrarse alguien no aburrido, alguien que podría hacer emocionar a sus parejas y satisfacerlas. Se había prometido tiempo atrás no hacer llorar a su madre pero lo volvió a hacer cuando le pidieron saber con cuántos chicos o chicas había estado en ese momento.

Recibió ayuda y por decisión propia puso empeño y mejoró, tanto su alimentación como sus deseos compulsivos. Su madre lloró demasiado y recibió la peor regañada de su padre, había estado cegado mucho tiempo por su propia idea creada que olvidó el tema de no solo los embarazos (en los apenas tres encuentros con chicas), sino que también existen enfermedades, así como su cabeza había bloqueado los recuerdos de su suceso con su primera relación.

Era joven, sin experiencia, altamente influenciable y sus padres se sintieron las peores personas del mundo por no darle la mejor educación sexual del mundo. Lo hicieron sentir una basura total.

La idea de ser dejado de nuevo lo atormenta, finalmente había encontrado a alguien con quien se siente bien a su lado sin mucho esfuerzo. ¿Deberá acostarse con él? ¿Amarrarlo desde el placer para mantenerlo a su lado sin importar las circunstancias? ¿Jong Dae dejaría pasar los errores con un poco de aflojo con el placer carnal?

  — Min Seok.

Se sentó de golpe ante el primer llamado, miró a sus costados viendo su sala. Jong Dae estaba sentado a su lado mirándole con preocupación, extendió su mano apoyándolo sobre su muslo, un extraño cosquilleo en la zona lo hizo estremecerse apretando sus labios.

  — ¿Estás bien? ¿Estás enfermo? — preguntó Jong Dae, presionó su mano sobre su frente comprobando su temperatura. — Estabas dormido pero empezaste a quejarte y lagrimear. ¿Tuviste una pesadilla?

Tomó la mano de Jong Dae sobre su frente, jadeó tratando de componer su respiración irregular y besó los nudillos de su mano con tranquilidad. Apretó su mano en la de Jong Dae como si fuera la cosa más preciosa del mundo, Jong Dae era el ser más precioso que había conocido hasta ahora y no lo soltaría.

Pensaría en algo, pero dejaría la opción del placer por si lo demás falla.

  — No recuerdo qué soñé pero seguramente era una pesadilla. — limpió sus propias lágrimas soltando una risita. — ¿Estabas aburrido? No supe cuándo me quedé dormido.

  — No realmente, pasaron una buena película. Y te estaba haciendo piojito, te veías muy lindo dormido. — Jong Dae sonrió amplio con ternura, Min Seok se volvió a recostar sobre sus piernas dejándose mimar por el contrario. — Tu hermana salió hace un rato, dijo que iba a ir a comprar de cenar.

  — ¿Quieres quedarte a cenar? — balbuceó cerrando los párpados ante la comodidad de las caricias.

  — No te apures, cuando llegue me iré. Tengo que ir por Yeji, creo que hoy iba a quedarse a la casa de una amiga a jugar. — respondió Jong Dae con duda. — Puedes seguir durmiendo, cuando llegue tu hermana te despierto.

  — Te quiero Jong Dae...

  — También te quiero Min Seokie.

Miró al frente de la sala algo aturdido, comenzó a pensar en todo lo que había soñado. Recordó a Jae Ho, un horrible sentimiento se instaló en su pecho, nunca escuchó un te quiero de su parte. La cálida mano de Jong Dae se apoyó en su mejilla, luego con los nudillos hizo círculos con tranquilidad. Igualmente tenía un extraño presentimiento, ¿por qué ahora Jae Ho viene a su mente?

No importaba tanto, Jong Dae lo quería. Eso cree, eso escuchó, Jong Dae lo quiere sin importar qué.

***

  — No quiero que sepa de esto, yo lo arruiné al ser imprudente. Tampoco puedo arruinarle esto, ya recibió la recomendación y la otra semana irá a una prueba. — apretó los brazos contra su pecho sabiendo que tenía la mirada disgustada de su hermana sobre él. — No quiero decirle pero tampoco quiero que papá o mamá se enteren, mañana deben de ir.

  — Min Seok, lo creas o no te estás adjudicando problemas que no son tuyos. Si él ya hacía eso antes es su responsabilidad, dile lo que pasó y él se hará cargo del problema. — advirtió ella señalándole con el dedo. — No le diré a nuestros padres, dile al director que no irán porque tú no eres el de esos encargos.

  — ¡Pero si le digo se meterá en problemas! — alzó la voz al borde de las lágrimas, su mano tembló apoyándola contra su barbilla. — No quiero que le afecte, ha pasado por mucho.

  — ¿Y tú no? ¿De qué fueron estos años de gasto en ti para tus estudios? ¿No has lidiado con más? No te desmerites por una pareja, si Jong Dae se enoja por ello entonces no es el correcto y que se enoje. — la chica se levantó fastidiada del sofá. Min Seok resopló entre llantos cubriendo su rostro, torció la mirada y se acercó a acariciar su cabellera. — Lo digo enserio, cada uno debe aprender a lidiar con sus problemas y consecuencias. No vas a ir por la vida resolviéndole todos sus problemas.

  — No puedo, no quiero decirle nada. No puedo, ¿crees que soportaré la idea de que ya le quitaron la carta de recomendación antes y lo volverán a hacer? — cuestionó entre sus manos. — Dos veces es mucho, no van a querer volver a confiar en él. No quiero dañar más su imagen.

  — No lo harás, y si se la quitan ni modo, es más. Dile que venga de nuevo, o no, vamos a su casa a hablar personalmente con él. Yo le explico si quieres pero tenemos que hacerlo. — respondió ella, Min Seok negó abrazando rápidamente su cintura impidiéndole el paso. — Min Seok, deja de comportarte como un niño, creo que ya pasamos por esa etapa. Acepta la responsabilidad y vayamos a explicar todo, una relación es de dos, no solo de uno pero no puedes cargar con sus problemas, debes solo apoyarlo.

  — Por favor... No me hagas esto, ¿y si se enoja por eso? Siento que es la persona correcta, no quiero que me deje por esta tontería. — lloriqueó soltando otro sollozo.

  — Min Seok, quiérete un poco por favor.

  — ¡Creo que todo era mejor cuando no me importaba lo que hacía! — le gritó de vuelta.

La mayor bufó, tomó entre sus manos las mejillas de Min Seok alzando su mirada llorosa que se negó a mostrar pero aun así lo obligó. Frunció el ceño admirando el desastre que era su hermano, no quería volverlo a ver entrar en ese horrible pozo negro solo por una relación, le parecía ridículo aunque en la cabeza de él lo fuera todo, Min Seok valía mucho como para que siguiera enterrándose en sus ideas.

  — Termina de cenar, iremos a su departamento cuando acabemos a explicar todo. Y si no lo haces yo iré sola, también le diremos a mamá y papá. No puedes lidiar con problemas que no puedes manejar. — señaló ella deshaciendo el agarre de su hermano y caminó hacia los escalones dejándolo llorar en el sofá. — Le diré a mamá... — susurró.

  — ¡Me largo a trabajar! — escuchó el grito ardido que dio Min Seok para segundos después escuchar la puerta azotarse.

Le dolía escucharlo de esa forma, pero si lo dejaba hacer lo que quiera solo podría empeorar las cosas y era lo menos que quería.

***

  — ¿No estás de vacaciones, hyung? — preguntó Tae Yong acercándose con pasitos curiosos hacia su mayor que solo limpiaba el mostrador. Inclinó la cabeza viendo su mirada irritada. — ¿Estaba llorando? ¿Algún cliente lo agredió? Me pasó algo así hace unos días, quizás debemos denunciar...

  — Tae, ¿por qué no vas a la cocina a ver esos postres? — alentó Soo Young tomando al chico de los hombros con una sonrisa empujándolo. — Si ya están los sacas con cuidado y empieza a colocarles la crema. Ya está en la mesa, recuerda usar los guantes cuando los saques.

  — Claro noona. — respondió este caminando hacia la cocina.

  — ¿No estabas de vacaciones? — respondió Soo Young de forma severa mientras se cruzaba de brazos. Min Seok no respondió mirando como un muerto el vidrio del mostrador. — Habla ahora o golpearé tu rostro contra ese mostrador.

  — No me siento bien. Solo... Solo quiero no pensar en nada más. ¿Por qué me gustan los chicos y no me enamoré de una chica? — balbuceó Min Seok, arrojó el trapo con reniego y miró a su compañera de trabajo. — ¿Qué harías si encubres a alguien de algo que hizo y tomas la responsabilidad? ¿Esa persona te perdonará o se enojará?

  — Nadie es igual a nadie, todos respondemos diferentes. — Soo Young dio un largo suspiro apoyando su mano sobre su hombro. — ¿Es tu novio verdad? Mira, no te pediré explicación alguna de lo que estés hablando pero ve y háblalo con él. No arreglarás nada ocultando las cosas, intentar solucionarlo y luego decirle.

  — Es que no quiero que pierda su oportunidad. — murmuró, bajó la mirada hacia sus pies sintiendo su mirada arder. — No puedo Soo, no quiero ser aburrido para él. Quiero que vea que puedo darlo todo en esta relación.

  — Min Seok, eso es estúpido. Una relación es de dos pero haciendo las cosas de esa forma no creo que sea correcto. No hagas cosas que sean buenas pero parezcan malas. — respondió la chica de forma cansada. Se dio la vuelta empezando a andar a la cocina. — Mejor iré a ver a Tae, escuché algo caerse. Solo piénsalo, no te quedes mucho en el turno y regresa a casa que cuando vuelvas a trabajar ya no te vas a dar tus escapadas de siempre.

Min Seok la vio desaparecer hacia la parte trasera. Apretó sus labios sin darle mucha importancia en realidad, no le iba a hacer caso a su hermana muchísimo menos a ella. Salió de sus pensamientos cuando su celular vibró en el bolsillo del pantalón, notó las notificaciones de dos mensajes diferentes.


Noona.

No sé si estés realmente en el trabajo pero más vale que regreses a casa en este instante, mamá llegó y ya lo sabe todo.


Hizo un gesto ignorando el mensaje y revisó el otro con una pequeña sonrisa.


JongJong.

Adivina qué.

Bueno no, tengo departamento solo. ¿Quieres venir?

¿Para qué quisiera ir a tu departamento solo? :)

¿Para qué más?

Gasté el dinero que me quedaba de la semana porque vi en una tienda una caja de un avión Lego grande. Te estoy invitando cordialmente a armarlo conmigo.

Ah, dios. Esas cosas cuestan una fortuna, llego en media hora.

Te espero cariño.


  — Oh por... ¿En qué momento evolucionó? — susurró para sí mismo cubriendo su boca avergonzado.

  — ¿Disculpa? Quisiera ordenar.

Asintió guardando el celular y tomó los cascos preparándose para tomar la orden y arregló la pantalla de pedidos de la registradora digital.

  — ¿Qué vas a llevar? — preguntó mirando al alto pelinegro que miraba el menú.

  — Un café sencillo, mediano por favor. ¿Tienen esos pastelitos de fresa que decoran? — preguntó.

  — En estos momentos no, están por salir pero estarán en una hora más yo creo. — murmuró mirando de reojo hacia la cocina escuchando los pleitos entre Soo Young y Tae Yong. — Igual puedes esperar o pedir otra cosa de lo que tenemos en mostrador.

  — Quiero uno, para llevar. Esperaré. — declaró este asintiendo extendiendo la tarjeta de crédito.

  — Está bien. Aquí está la alarma, cuando suene estará tu pedido. Te entrego tu ticket y la tarjeta, puedes tomar asiento donde quieras. — respondió Min Seok dejando sin mucho esfuerzo los objetos en el mostrador aun tecleando sobre la pantalla.

  — Disculpa, espero no estarte confundiendo. ¿De casualidad eres Min Seok? — preguntó este con una pequeña sonrisa. El mencionado inclinó la cabeza mirándolo con confusión, no le sonaba en lo más mínimo. El alto se dio cuenta de aquello quitándose la gorra negra mientras se señalaba. — ¿Kim Min Seok, verdad? ¡Tienes el mismo rostro, no has cambiado nada! Soy Jae Ho, ¿me recuerdas?

  — ¿Jae Ho? — murmuró algo sorprendido, sus manos se apretaron sobre el mostrador admirándolo aún en silencio. No era el Jae Ho que recordaba, ahora sus hombros eran más anchos y tenía un cuerpo fornido, así como lucía un poco más bronceado y su rostro se había endurecido completamente. — Ah, no sé. No recuerdo muy bien.

  — He cambiado un poco, creo. Estuve viviendo en el extranjero antes de regresar a hacer el servicio militar. Acabo de salir hace poco. — respondió este con emoción, notó a una chica detrás de él haciendo fila y solo se sorprendió. — Oh, lo siento. Estoy tapando el camino, te dejo trabajar, quizás después podemos ponernos de acuerdo para charlar. Si te parece, me alegro volver a verte Min Seok. Igual de bonito y saludable como siempre.

Min Seok boqueó noqueado viéndolo alejarse hacia una mesa mientras miraba su teléfono con tranquilidad. ¿Cuál había sido su atrevimiento de hablar como si nada? Como si no lo hubiera hecho mierda antes y solo le habla como si hubieran sido amigos de toda la vida.

  — Esto es una locura, espero soñar esta noche con una fortuna que llegará a mis manos. — murmuró para sí mismo mirando con disculpa a la chica frente a él. — Buenas tardes, ¿qué deseas llevar?

***

  — Cariño, me alegro que te estés divirtiendo pero no puedo seguir viendo tanta pieza. Soy capaz de tragarme una en estos momentos. — Min Seok gimió con algo de fastidio recostado y derrotado. Su mano soltó la pieza sobre la alfombra. — Aún faltan como mil más.

  — ¿No es bonito un avión de lego? — preguntó Jong Dae soltando una risita, se recargó contra el sofá cuando Min Seok se removió envolviendo sus brazos sobre sus hombros como pudo. — Al final solo me tentaré a destrozarlo y lo volveré a armar.

  — Me alegro que te gusten, me siento completamente fastidiado ya. — removiéndose recargó su barbilla sobre su hombro y recargó su mejilla contra él cerrando sus párpados unos segundos. — Adivina qué.

  — No me gustan las adivinanzas ni las bromas. — susurró concentrado en armar una parte del ala.

  — Aguafiestas. — murmuró haciendo un puchero. — Bueno, fui a la cafetería y entró un cliente peculiar. ¿Sabes?

  — ¿Peculiar? ¿Eso es bueno o malo? — respondió Jong Dae algo distraído.

  — Bueno, tengo mucho tiempo que no lo veo. Él fue mi primer novio y me habló como no hubiera pasado nada antes, quizás esté demasiado cambiado que no lo reconocí a la primera... — murmuró para sí mismo. Se acomodó mejor en el sofá cuando Jong Daese giró para mirarlo expectante. — Dijo que quizás podríamos charlar luego. Mm, tentador no es.

  — ¿No terminaron bien? — Jong Dae se recargó contra el sofá y pasó sus dedos sobre la frente del pelinegro retirando unos mechones de pelo que cubrían su visión. — Suenas tan desalentado.

  — Me pone algo melancólico pero eso ya no importa. Tengo a un novio maravilloso que me hace muy pero muy feliz. — cantó Min Seok divertido, estiró sus manos acariciando la barbilla del otro que se acercó un poco a su rostro. — Uno muy guapo e inteligente.

  — Y talentoso, que no se te olvide. — respondió divertido apenas rozando sus labios con un suave toque. — Y yo tengo a un novio hermoso, es más hermoso de todo el mundo.

  — Estás muy cariñoso, creo que me puedo acostumbrar a este nuevo tú. — murmuró divertido terminando de apegar sus labios.

Se dejó hacer por Jong Dae sintiendo sus delgados pero suaves labios, suspiró gustoso al toque separándose apenas un poco cuando se removió en el sofá cuando el pelirrojo se movió del suelo hacia el sofá junto a él. Guio sus manos hacia sus hombros maravillándose de las manos traviesas de Jong Dae en su cintura que acariciaban con sus dedos un poco de su piel escondida entre su camisa.

  — ¿Por qué eres tan bueno besando? — susurró Jong Dae tomando agitadas respiraciones moviéndose cuidadosamente acomodándose entre sus piernas, Min Seok solo tarareó divertido jugando con el cuello de su camisa entre sus dedos. — Me gustas mucho.

  — Me gustas mucho más. — soltó una risita atrayéndolo hacia sí mismo para continuar.

Jadeó contra sus labios en la búsqueda de un mejor toque, Min Seok puchereó cuando se alejó del toque pero los labios calientes de Jong Dae pasaron a besar la tersa y expuesta piel del recorrido de su cuello. Suaves caricias con apenas unas sensibles succiones en la zona, sus dientes mordisquearon la piel logrando molestar a Min Seok que solo gimoteó en respuesta.

Sus manos subieron al pecho del pelinegro queriendo probar algo nuevo, soltó una risita traviesa escuchando el gemido de Min Seok que cubrió su boca con su mano ante el repentino toque en su pecho.

  — No hagas eso... — murmuró apretando los párpados.

  — ¿Por qué no lo haría? — respondió el burla.

  — ¡Mamá, Jong Dae está haciendo cosas de adultos en el sofá! — gritó Yeji de pie en la entrada de la sala sosteniendo apenas una pequeña bolsa de papel.

Jong Dae se levantó de un brinco del sofá, aquello fue suficiente para marearse, que viera todo blanco por el repentino suceso y que cayera al suelo. Min Seok se sentó en el sofá perturbado arreglando su ropa y sonrió algo incómodo a la pequeña mujer que llegaba con unas bolsas del mercado.

  — Ah... Buenas tardes, me llamo Min Seok. Gusto en conocerla. — Min Seok se levantó caminando hacia la bajita que solo le dio una mirada en silencio e hizo una reverencia. — ¿Necesita ayuda con eso?

  — No te apures, Jong Dae, conseguí ese cereal que te gusta pero tiene otros dibujos. ¿Puedes venir a revisarlo? Mandaré a tu padre en la noche por otras cosas y si no es vas con él. — respondió la mayor andando a la cocina con la niña dando brinquitos hacia la cocina.

Jong Dae se levantó del suelo soltando un quejido, Min Seok le dio una mirada preocupado pero solo le sonrió pidiéndole calma andando hacia la cocina. Entrando vio a su madre sacando las cosas mientras Yeji estaba sentada abriendo un paquete de gomitas, se acercó a ella queriendo quitarle una pero la niña manoteó.

  — Son míos. — renegó ella.

  — ¿De qué cereal hablas? Casi no como cereal. — respondió Jong Dae acercándose a su madre que solo se mantuvo en silencio. Boqueó sorprendido y asintió. — ¿Era una indirecta verdad?

  — Espero no hicieran nada más que eso, desconozco el tema de las relaciones sexuales de esa forma pero si piensan hacerlo al menos infórmate bien antes de hacer una tontería. — regañó la mayor en un apenas susurro. Jong Dae solo bajó la mirada rascando su cabellera con nervios. — Y ten cuidado, fui yo pero si tu padre te ve entonces no sé qué pueda decirte. Sabes que aún no está muy convencido.

  — Solo estábamos tonteando, no tienes de qué preocuparte. — respondió Jong Dae recibiendo una mirada amenazante de la mayor. — Ya, lo siento. Nada de tontear en donde papá pueda pasar o estar.

  — Si llegas a hacer algo más que tontear necesitas decirme, esto no es solo un juego o querer experimentar. Hablo enserio. — la mayor guardó un bote de avena en la estantería y suspiró negando. — Y en algún momento necesitas hablar con tu papá de ello.

  — Está bien, no haré nada realmente malo. — murmuró Jong Dae.

La mayor sonrió palmeando detrás de su cabeza con suavidad.

  — Eres un buen chico Dae, invita después a tu chico a cenar. Regresa allá antes de que no crea que te estoy regañando o algo. — alentó la mayor.

Jong Dae asintió saliendo de la cocina, Min Seok estaba viendo cómo podía encajar dos piezas cuando le llamó la atención, alzó los pulgares con una amplia sonrisa antes de tumbarse en el sofá a su lado.

  — Sí era el cereal correcto. — respondió recostándose contra su hombro. — Por cierto, ¿ya pensaste qué usar en la graduación?

Min Seok infló las mejillas sintiendo los nervios crisparlo, no tenía cabeza para pensar en eso en esos momentos y mucho menos sabía si se iba a graduar. El tener a Jong Dae tan feliz a su lado solo le hacía sentir un enorme peso y malestar.

El que le dieran igual las cosas y no le importaran las consecuencias ya no era parte de su personalidad desde hace tiempo y era difícil seguir aguantando todo.

  — Jong Dae... — murmuró nervioso, dejó las piezas sobre la mesita de centro bajo la mirada curiosa del otro. Lo miró unos momentos antes de balbucear. — Tengo algo que decir pero no te enojes, ¿sí?

  — ¿Hiciste algo malo? — preguntó Jong Dae viéndolo encogerse de hombros. — Me enojaré si es algo malo, ¿qué vas a decir?

  — Yo, bueno, hace rato en la oficina del director. — murmuró mirando sus propias manos con miedo. Estas empezaron a temblar pasando saliva con nervios. — Bueno... Alguien me vio dejar uno de tus paquetes de tareas y me acusaron. Piensan que yo vendo las tareas y no sé qué van a proceder respecto a esto. No quería inculparte por lo que no dije nada para no afectarte, lo siento...

Jong Dae no dijo nada más que fruncir el ceño unos segundos bajo un silencio filoso que los rodeó. Su labio tembló amenazando con llorar sintiendo esa enorme presión en su pecho de no recibir ni si quiera una respuesta.

El pelirrojo se levantó del sofá y apretó sus párpados esperando lo peor, Jong Dae tomó su brazo levantándolo del sofá y alzó su barbilla encontrándose con su mirada acuosa. Jong Dae suspiró cansado y envolvió sus brazos alrededor de él tratando de reconfortarlo besando su cabellera escuchando el suave sollozo de Min Seok quien se aferró a él.

  — ¿Por qué no me lo dijiste en ese momento? — preguntó Jong Dae ignorando que el agarre se había hecho más fuerte. Acarició su cabellera recargándose contra él. — Lo hubiéramos solucionado en ese momento, ¿sabes? Antes de que me conocieras era mi problema y lo seguirá siendo.

  — Lo siento...

  — No te disculpes, mañana iremos a hablar. — respondió. Se movió tomando asiento en el sofá y palmeó el lugar a su lado recibiéndolo en un abrazo, Min Seok se recargó contra su pecho dudoso recibiendo un abrazo reconfortante. — No vuelvas a hacer eso.

Min Seok asintió sin más, sintió un pequeño tirón malo al escuchar la voz de regaño de Jong Dae pero una gran parte de él aliviado de saber que no había pasado nada. En ese momento parpadeó confundido, entonces eso significaba que no había pasado nada, ¿no se enojó por ello? ¿No significó algo por lo que retroceder?

  — ¿Me quieres ayudar a terminar eso? — preguntó Jong Dae señalando las piezas. Min Seok no respondió moviéndose de su lugar trepó sobre sus piernas sentándose y terminó por abrazarlo escondiendo su mirada sobre su hombro. — Está bien, veo que no. Podemos quedarnos así.

  — Cuando me sienta mejor. — susurró Min Seok captando su atención. — Prometo decirte lo que siento y todo lo anterior al momento en que te conocí. Creo que me falta mucho para madurar o entender...

  — ¿Está bien? No sé de qué hables pero puedo esperar. — respondió de vuelta apretujándolo en el abrazo. — Min Seok, me gustas. Me gustas mucho y te quiero. No vuelvas a hacer eso, por favor. Yo sabré qué hacer respecto a eso pero no vuelvas a hacerlo, si no hubieras tenido el coraje quizás y te quedabas callado con eso.

  — También me gustas. — susurró. Se acomodó mejor mirando la piel blanquecina de su cuello en silencio mientras aplastaba su mejilla contra el hombro. — Me alegra escuchar ese te quiero, también te quiero, mucho.

***

  — Ándale, ¿qué te cuesta acompañarme a encontrarme con él? Es en el campus de al lado. — renegó Chan Yeol tirando de su brazo. — Por favor, le dije que nos podíamos conocer en el campus de ciencias y dijo que estaba bien. Mira, si ves a alguien feo caminar hacia mí me haces una seña para que corra.

  — Ay, Chan Yeol. Como si nunca antes hubieras tenido citas fallidas o desilusiones amorosas, ve tú solo por favor. — pidió Min Seok de mala gana siguiendo como quiera al alto que lo guiaba. — Tengo que esperar a que Jong Dae salga de dirección.

  — Oye, es cierto. ¿Al final qué pasó con eso? — Chan Yeol detuvo los pasos abruptamente mirándole con el ceño fruncido.

  — Bueno, el director de mi edificio habló con el de ustedes y pasó todo el informe hacia ellos. Jong Dae está con sus padres allá dentro viendo qué se va a hacer por eso. Tengo mucho miedo Yeol, ¿y si todo su esfuerzo acaba mal por eso? — preguntó apretando las manos.

  — Bueno, él comenzó su negocio. Ya sabía en qué se metía. — Chan Yeol se encogió de hombros sin mucho interés. — Bueno, ahora vamos a ver a mi quedante de chat.

  — Eres un insensible, estoy tratando de hablar bien. — respondió Min Seok.

  — Lo sé, me gusta burlarme de ti cuando lo siento correcto.

  — Por cierto, me encontré con Jae Ho. — respondió sorprendiendo al alto. — Vino a la cafetería ayer y me dijo que después deberíamos hablar y no sé qué más. Te juro que no lo reconocí, cambió por completo. Mencionó algo de haber estado en el extranjero.

  — Oh sí, había estado viviendo en Barcelona. Incluso su novia es española. — Min Seok frunció el ceño desentendido escuchando las palabras del alto. — Lo sigo en Instagram, pasa una buena vida allá. Creo que se reformó, incluso su novia venía a visitarlo en sus días durante el servicio.

  — Eso es bueno, creo. Bien por él. — susurró asintiendo sin mucho esfuerzo.

  — Quizás obtengas alguna disculpa, no sé. Mira, perdóname pero éramos estúpidos precoces, se emocionó con el sexo y tú buscabas algo sentimental, claramente pasó todo ese drama. — respondió Chan Yeol apoyando sus manos sobre sus caderas pensativo. — Lamento todo lo que pasó, también fui estúpido al alentarte en cosas que no querías o estabas preparado.

  — Sí, creo que me he dado cuenta de ello. Le dije a Jong Dae y creí que pasaría algo malo al decirle lo que pasó pero solo me consoló sin preguntarme nada... — murmuró.

  — Quitemos esas caras largas y vámonos que mi futuro novio espera. — Chan Yeol lo abrazó por los hombros empezando a guiarlo por el campus.

  — ¡Min Seok!

Voltearon ambos ante el llamado, Jun Myeon corría hacia ellos con algo de prisa. Cuando llegó hasta ellos pudieron notar una mochila entre sus brazos, Min Seok inclinó la cabeza algo preocupado dándose cuenta que esa mochila era de él.

  — Perdón. Me dejaron esto arriba del casillero que tengo en el taller. — Jun Myeon extendió la mochila que tenía una etiqueta con su nombre, la movió un poco aún sin ver reacción alguna de Min Seok. — Sé que puede ser difícil creerme pero te juro que yo no la tomé el día que la perdiste. No he visto nada dentro.

  — Um, creo que la tomaré por cortesía pero aún me pones en duda. — respondió tomándola, frunció el ceño sintiéndola más pesada de lo que recordaba y negó. — Gracias Jun Myeon.

  — No pasa nada, sigo manteniendo mi palabra. Realmente quisiera saber quién quiso hacer eso pero bueno. — les sonrió a ambos haciendo una apenas notable reverencia. — Nos vemos luego chicos.

Chan Yeol solo hizo un movimiento con la cabeza queriendo lucir amenazante, lo miraron alejarse por donde había venido hasta verlo desaparecer entre el resto de estudiantes. Min Seok se acomodó la mochila al frente y la abrió mirando el interior, tenía todas sus pertenencias. Tomó el celular y lo encendió dándose cuenta de que estaba desbloqueado.

  — Mi celular no tiene contraseña. — susurró nervioso. Chan Yeol se inclinó mirando la pantalla cuando logró desbloquearlo mirando todo con normalidad. — ¿Por qué me lo desbloquearían y luego solo lo devuelven?

  — Quien lo robó realmente no sabe cómo es que puede revenderlo. — respondió Chan Yeol pasando las manos por su cabello. — Como te veo poco dispuesto a cooperar conmigo entonces me voy yo. Nos vemos el viernes o quién sabe cuándo. Ya son los últimos días de clases, pronto iremos de gala por nuestros títulos.

  — Oh sí, pronto. — Min Seok asintió en despedida. — Suerte con tu chico.

  — No la necesito, él la necesita para no enamorarse tan rápido de mí. ¿Quién no me desea? — preguntó con burla soltando una risa. — Ánimo Min.

Asintió viéndolo alejarse, miró alrededor y vislumbró una banca sola. Llegó a ella con prisa y se sentó a mirar mejor el celular, aún tenía algo que no le cuadraba. Chan Yeol tenía razón, ¿quién devuelve el celular de alguien cuando pudieron haberlo vendido aunque fuera robado?

Revisando todo solo puchereó al ver que sus contactos estaban bien y algunas cuentas cerradas ya que había cambiado contraseñas desde su computadora. Se asustó un poco cuando abrió la galería viendo que estaba vacía menos por una sola carpeta con el nombre You.

¿You?

La abrió sin pensarlo viendo alrededor de doscientas fotografías de Jong Dae andando por el campus en diferentes momentos luego del evento deportivo, en algunas aparecía con él ya sea caminando o en sus momentos donde solo se sentaban en una banca a conversar o besarse, frunció el ceño notando que estaban las fotografías que el director le había mostrado cuando lo vieron repartir las tareas.

¿La persona que lo vio era la misma que estaba haciendo eso?

La ansiedad comenzó a carcomerlo de solo pensar que alguien lo estaba siguiendo a él o a Jong Dae, miró a su alrededor viendo nada más estudiantes. Ninguno era conocido por lo que podría ser cualquiera. ¿Qué mala broma era esa? Tampoco podía pensar que fuera Jun Myeon, sería exponerse demasiado a ello él mismo.

Rebuscó en la mochila encontrando una caja que quizás era lo que hacía bulto dentro de esta, la tomó entre sus manos y la agitó escuchando algo arrastrarse, abriéndola se encontró con una pequeña llave y una nota que al desdoblar solo leía la palabra Fuera. ¿Fuera qué? ¿Qué clase de casería era esa?

  — Debe estar enfermo. — murmuró guardando todo, se puso de pie tomando camino hacia su edificio cuando el celular en su mano sonó. Desbloqueándolo solo boqueó espantado mirando a todos lados. — Qué mierda.

Apretó el celular entre sus manos ignorando la fotografía de él desde ese punto, miró desde donde venía el ángulo de la fotografía pero no notó anda sospechoso o caras conocidas haciendo todo más difícil. Arrojó el celular al suelo y lo pisó logrando estrellarlo, ignoró las miradas que recibió al presenciar aquello y caminó al bote de basura más cercano depositándolo.

  — De paso esto también, ya tengo suficiente mierda. — dijo para sí mismo arrojándola dentro del bote. Acomodó su cabello y resopló mirando al frente tomando camino a su aula. — Locos de mierda.

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