Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

1 ࣭⭑𓄹 Apollo is missing ⸒࣪

﹐ ✦ 𝄒 𝐆𝐑𝐄𝐄𝐊 𝐓𝐑𝐀𝐆𝐄𝐃𝐘 ⊹ ☀️ ₊ ⋆

┇ act two, chapter one ¡!



⠀⠀⠀

⠀⠀⠀
. ⩇ ☀️ ⩇ 𝄒

Era un día pacífico en el Campamento Mestizo, lo cual dado las últimas novedades, era completamente extraño.

Soy Kailani, y soy hija de Poseidón, el dios del mar y otros detalles. Probablemente soy la mayor dando vueltas por aquí, aunque mis amigos me siguen por detrás con la edad. En el Campamento Mestizo viven y entrenan los hijos de los dioses con mortales, como yo, o Percy, mi hermano. También descubrimos que los dioses pueden tener criaturas como hijos, como mi hermano Tyson, quién es un cíclope.

El año fue mucho más fácil de lo que creí. Logré completar un curso de estudios primarios, y también aprendí todo lo que necesitaba saber sobre los dioses y la mitología. Vivo en un cómodo departamento en la mejor zona de Long Island, con Chloé. Como la niña no tenía padre o madre que pudiera cuidar bien de ella, me había tomado la molestia de acogerla en mi hogar, proporcionado por mi padre. Aunque la verdad me gustó que ella viviera conmigo (no le digan, después se sube a la nube y no hay quién la baje).

-¿Kai? ¿Estás con nosotras? -mi mirada abandonó las hojas de mi diario y se centró en Silena, quién seguía midiendo la muñeca de Clarisse.

-Sí -respondí, cerrando mi diario, un regalo de Silena por mi cumpleaños. Ella me miró y entrecerró los ojos.

-No, me estás ocultando algo, y sabes que odio que me ocultes cosas -dijo, apuntándome con unas tijeras que luego usó para cortar los hilos que rodeaban la muñeca de Clarisse.

-Ya dile, no dejará de molestar hasta que le digas...¡Ay! -se quejó cuando Silena, a propósito, le pinchó el brazo con la punta de la herramienta.

Una hija de Afrodita, otra de Ares y otra de Poseidón sentadas sobre el mismo césped, respirando el mismo aire. En realidad la amistad había surgido entre Silena y yo luego de mi vuelta al Campamento. Luke había decidido traicionarnos a todos pasándose al lado de Cronos. Silena había estado tan triste que apenas había hablado un poco durante la primer semana, pero luego lo fue superando hasta volver a ser la misma de antes.

Ahora, ¿qué hacía una hija de Ares con nosotras? Todo remonta a los primeros días de Tyson en el Campamento. Tanto Percy como yo estábamos igual de avergonzados por la situación, pero no se mi hermano (por lo menos yo). Lo trataba como cualquier humano, e incluso lo deje tallar mi tridente, el cual ahora era una obra maestra digna de un cíclope. Pero Clarisse, tal vez envidiosa, decidió burlarse de él, y del tallados.

No tome dimensión ni tuve paciencia. Al primer comentario pasivo agresivo salté sobre ella y comenzamos a rodar en el suelo, entre arañazos y escupidas. De su cabaña tres tuvieron que sujetarla a Clarisse, pero en mi caso solo bastó con un abrazo de Tyson para controlarme.

No puedo mentir, hacía rato que quería darle una paliza a esa niña.

En resumen, terminamos ambas castigadas por el señor D. Una semana lavando platos juntas. Pero por algún motivo, ella no me tuvo rencor, sino que comenzó a acercarse más a mí. Y Silena, ni lenta ni perezosa, la adoptó como nuestra mejor amiga. Y Clarisse como sus protegidas.

Por supuesto eso no incluía a mi hermano.

-Es solo que desde que Grace volvió, Chloé está todo el tiempo con ella -solté, tomando un hilo del suelo y comenzado a enrrollarlo y desenrrollarlo alrededor de mi dedo.

-¿Estás segura? Tal vez sea tu mente jugando contra ti -respondió Silena. Negué con la cabeza y vi a Chloé pasar con Annabeth y otra niña de la cabaña 4.

-¡Chloé! -la llamé. Ella volteó su cabeza y me sonrió -¿Quieres ir a entrenar por la tarde?

-Lo siento, quedé de entrenar con Thalia. Pero te prometo que la próxima entreno contigo -me respondió.

-Descuida -fue mi respuesta, y ella se alejó. Miré a Silena -¿Ves? Esa promesa viene desde hace semanas. Que Thalia esto, Thalia aquello. Yo la salvé de un cíclope asesino. ¿Thalia? Nada.

-No puedes hacer mucho en estado vegetal -se burló Clarisse, demostrando estar de mi lado.

-Debes entenderla, Kai. Es su hermana, y quiere pasar tiempo con ella. Tu también pasaste mucho tiempo con Percy y Tyson -respondió Silena.

-Es diferente. Le debo algunas cosas a Sally, y a Tyson lo molestaron por su condición. No es lo mismo -gruñí, haciendo girar el bolígrafo entre mis dedos.

-Y Thalia pasó años siendo un pino. Tal vez Chloé siente la necesidad de compensarla, al ser su hermana... -explicó Silena.

-Odio que tengas tan buenos argumentos -murmuré, abriendo de nuevo mi diario.

-Hola -Percy se acercó a nosotras con un sobre en manos.

-¿Qué quieres, pringado? Estamos ocupadas -respondió Clarisse. Yo solo rodé los ojos.

-Esto... es para ti -Percy le tiró una carta y salió corriendo. Las tres miramos el sobre.

-¿Qué esperas? ¡Ábrelo, Clarisse! -pidió Silena. Ella lo hizo, descubriendo una carta. Comenzó a leerla, y su ceño primero se frunció, pero se fue suavizando mientras leía -¿Qué es?

-Es...es una confesión de amor -murmuró la morena. Silena y yo nos miramos, y enseguida nos abalanzamos sobre ella,intentando obtener la carta. Finalmente Silena se la sacó y ambas nos pusimos a leerla.

-¡Es muy romántica! -chilló Silena.

-No está mal. La firma... Adonis Levasseur...es hijo de Apolo, ¿no? -pregunté, sintiendo como el Sol iluminaba más una vez que dije su nombre.

-¡Sí! -Silena parecía muy emocionada, mientras que Clarisse estaba confundida -. Si alguien me escribiera una carta ésta, me enamoraría.

-Charles, te amo, mírame... -imité a Silena, y recibí un manotazo de Silena entre risas.

-Pero no entiendo...¿por qué le gusto a Adonis? Es el chico más lindo del Campamento -murmuró La Rue.

-Clarisse, eres linda, y una de las mejores guerreras, trajiste el Vellocino de Oro y nos salvaste a todos. ¿Y te lo estás preguntando? Si me gustaran las mujeres, saldría contigo -bromeé, y Clarisse sonrió, avergonzada.

-La verdadera pregunta aquí es: ¿te gusta Adonis? -cuestionó Silena. Clarisse bajó la mirada y murmuró algo inentendible -¿Qué?

-Sí...un poco -repitió. Silena chilló, aplaudiendo.

-Te vamos a ayudar a conquistarlo por completo. Pero yo seré la dama de honor y la madrina de su primer hijo -sentenció la hija de Afrodita.

-¿Y yo qué? -me quejé. Silena rodó los ojos.

-Te dejaré atajar el ramo -respondió, y las tres reímos. Todo parecía ir perfectamente bien, y nada podía arruinarlo.

¿O sí?



⠀⠀⠀
. ⩇ ☀️ ⩇ 𝄒

-¿Dónde estoy? -pregunté. Era una cueva, húmeda y escabrosa. Comencé a caminar hacia adentro, escuchando gemidos de dolor. Mis pasos no eran seguros, y pisé lodo, lo que me hizo perder el equilibrio y caer contra el suelo. Cuando levanté mi mirada, me encontré con un cráneo humano, y ahogué un grito.

-¿Oíste algo? -preguntó una voz extraña, casi graciosa.

-No -contestó otra un poco ronca -. Vamos a intentarlo una vez más, rubio.

A lo lejos vi la parpadeante luz del fuego. El ruido de unas cadenas me alertó. Me levanté, y empujé el cráneo con el pie. Lentamente me fui acercando a la luz.

Lo primero que vi fue una vasija enorme, en el fondo de la escena. Luego mis ojos enfocaron algo que desearía jamás haber visto. Apolo estaba colgado del techo, y atado al suelo. Suspendido en el medio como la cuenta de un collar. Sangre dorada caía de su rostro, piernas y espalda. Incluso podía oírlo sollozar débilmente.

-¡Habla, hijo del Grande! -ordenó un gigante de por lo menos tres metros, quién golpeó su espalda con una cadena. Apolo soltó un gemido de dolor. Bajó su cabeza y ante de recibir otro azote, y su mirada halló la mía. Primero me miró con horror, y luego con desesperación, mientras intentaba liberarse.

-¡Haz tus cosas!¡Dino la profecía! -gritó otro gigante con cabello morado. Era dos, y había un chico que oía todo, sentando sobre una roca.

Luke.

Parecía no importarle que enfrente suyo estuvieran torturando a un dios. Estaba más concentrado en un brazalete de amuletos, muy femenino. Lo hacía girar alrededor de su muñeca, con expresión decaída.

-¡Señor! No quiere hablar -dijo uno de ellos. Luke no despegó su vista del brazalete.

-Denle un tiempo en la vasija. Tal vez la soledad le haga reflexionar -dijo. Se paró y pasó por al lado mío como si yo no existiera.

-Hijo de... -Luke se detuvo y miró a su alrededor. Me tapé la boca con mis manos. No podían verme, pero sí oírme.

-¿Dijiste algo, Otto? -preguntó Luke.

-No, señor. Creo que esta cueva está teniendo efectos raros en nuestras mentes -comentó el gigante Otto, desatando a Apolo. Él estaba en su tamaño humano, por lo que Otto lo tomó entre sus dedos.

-¡Ellos lo sabrán! ¡El rayo y la luna lo sabrán, y vendrán por ti, hijo de Hermes! -escupió Apolo, retorciéndose -¡Lo sabrán, lo sabrán, lo sabrán! -sin embargo, Apolo no miraba a Luke. Sino a mí.

Lo sabrán, lo sabrán, lo sabrán, ese eco se intensificó en el cueva.

El otro gigante destapó la vasija y ellos dejaron caer de cabeza a Apolo.

-¡NO! -me senté en mi cama de golpe, alargando mi grito mientras todavía oía como el cuerpo de Apolo se golpeaba contra el fondo de la vasija. Mi cuerpo estaba helado, cubierto por un sudor frío que no ayudaba a mi situación. Me pasé las manos frenéticamente por el cabello, mientras que Percy se acercaba, asustado.

-¿Kailani? -me llamó. Oí voces afuera y las luces se encendieron poco a poco -¿Kai?

-¿Kailani?¿Qué pasa? -Silena se asomó por nuestra puerta, sin entrar. Podía oír murmullos, pero también los sollozos de Apolo.

El rayo y la luna...Zeus y Artemisa. Ellos lo sabrán...eso significa que no saben.

Me levanté de la cama y casi empujé a Silena para salir de la cabaña. Todos me seguían con la mirada. Mi garganta ardía, por lo que supuse que los había despertado.

-¡Kai! ¡Kai! -me llamó Chloé, pero la ignoré. Subí al porche de la Casa Grande, y antes de poder tocar la puerta, esta se abrió, enseñando a Quirón con una camisa de dormir y un gorrito a juego.

-¿Kailani? ¿Qué sucede? ¿Eras tú la que gritaba? -preguntó. Yo estaba temblando de manera incontrolable.

-Apolo... -susurré. Su rostro se transformó y salió completamente. Lentamente me empujó hacia adentro de la sala.

-Fletcher, prepara una taza de chocolate caliente con algunas gotas de néctar -ordenó al líder de la cabaña de Apolo. Este asintió y salió corriendo a la cocina, seguido de Will Solace. Quirón cerró la puerta detrás de él y me miró.

-¿Qué sabes de él, Kailani?

-Luke Castellan, él lo tiene. Y hay dos gigantes que lo están golpeando. Pero ahora está encerrado en una vasija -expliqué rápidamente. Quirón me miró con profundidad.

-Siéntate ahí. Tendré que interrumpir el consejo de los dioses -murmuró, y se fue. Me quedé allí sola, con la mente en blanco hasta que oí la voz de Clarisse.

-Sal del camino, Fletcher -decía, y la puerta se abrió. Silena y Clarisse entraron, cerrando detrás de ellas.

-Tuve que mandar a Thalia con Percy y Chloé, no se querían ir -dijo Silena, entregándome una taza de humeante chocolate. Al probarlo me sentí mucho mejor.

-Eres una pringada, el susto que le has dado a todo el Campamento. Mis hermanos salieron con lanzas listos para pelear. Creímos que te estaban matando. ¿Qué sucedió? -preguntó Clarisse.

-Tuve una pesadilla...o una visión, no lo sé. Apolo...lo estaban torturando -murmuré. El efecto del néctar me impedía llorar, por suerte. Bebí la taza completa mientras que Silena me abrazaba. Clarisse se quedó pensando.

-¿A quiénes viste? -preguntó Clarisse.

-Estaban él, Luke Castellan, y dos gigantes. Una se llamaba Otto...

-¡...y Efialtes! ¡Hijos de la pringada madre! Oh, sí, sí que los conocemos. Mantuvieron a mi padre cautivo en una vasija. Si los tuviera enfrente les daría una buena patada a cada uno... -exclamó Clarisse. La puerta de la oficina de Dionisio se abrió, y Quirón asomó su parte humana.

-Los dioses te esperan, Kailani. Señoritas La Rue y Beauregard, vuelvan a sus respectivas cabañas -dijo, muy serio. Me levanté y lo seguí. Cuando di un paso en el interior de la oficina, sentí como caía la vacío. Pero nunca sentí el golpe contra el suelo, sino que simplemente ya estaba acostada contra él.

-Levántate y habla, chica. No malgastes el tiempo, no tenemos mucho -dijo Zeus. Rápidamente me levanté y los observé.

Lo que daría por tener una cámara ahora mismo.

Zeus estaba usando una musculosa y un pantalón azul, mientras que Hera estaba perfectamente envuelta en una bata rosada que cubría un camisón. Mi padre tenía una musculosa y unos pantalones cortos y celestes. Ares llevaba un conjunto deportivo, Hefesto una toga, Hermes llevaba una remera negra y un pantalón de vestir, como si hubiera salido a alguna parte. Dionisio llevaba un conjunto a rayas y gorrito como Quirón. Apolo no estaba.

Por el lado de las diosas, solo Atenea llevaba una túnica blanca, sin himiaton. Deméter estaba envuelta en una bata marrón, mientras que Artemisa usaba un pijama de peluche de dos piezas. Afrodita, por su lado, llevaba un sensual camisón rosa con una bata blanca traslúcida encima.

-He soñado con Apolo. Hemos hablado...bueno, él me habló a mí -le expliqué. Todos estaban en sus tamaños humanos, por lo que me resultaba mucho menos intimidante.

-¿Qué te dijo mi hermano? -preguntó Artemisa.

-"El rayo y la luna lo sabrán, hijo de Hermes. Y ellos vendrán por ti" -recordé.

-Luke... -susurró Hermes, negando con la cabeza.

-¿Dónde estaba? -Artemisa sonaba desesperada, lo que contrastaba con su expresión serena.

-En una cueva -respondí. Zeus suspiró.

-¿Qué cueva?

-No sé, hay muchas cuevas. Pero habían dos gigantes torturándolo. Tenían el cabello morado y verde. Uno se llamaba Otto...

-¡...y Efialtes! ¡Hijos de la pringada madre! Los conozco, sí, sí, esos me hicieron pasar una vergüenza enorme mientras me tenían encerrado en una vasija -Ares había usando las mismas palabras que Clarisse, furioso.

-Apolo está en una vasija -murmuré. Los dioses se miraron entre ellos.

-¡Es todo culpa de tu hijo! -exclamó Deméter, apuntando a Hermes -¡Cada vez que hay un problema con Cronos, él está involucrado!

-¡Luke está confundido, no permitiré que hables así de él! -lo defendió su padre, visiblemente dolido -¡Si no fuera por el gran barbudo, no habría hecho lo que hizo!

-¿El gran barb...? -Zeus fue interrumpido por Hera.

-¡Oh, sí! Es tu culpa, Zeus. ¡Si no los hubieras tenido, estaríamos en paz! -gritó Hera.

-¡Te recuerdo que yo vine de ti sola, madre! -con la exclamación de Hefesto, una guerra empezó en el Olimpo. Ares le gritaba a Hefesto, Deméter discutía con Hermes, Hera y Zeus estaban enfrascados en una crisis matrimonial mientras que Artemisa pedía inútilmente ayudar a su hermano. Dionisio y Afrodita cuchicheaban por lo bajo, y Atenea estaba cruzada de brazos, con una expresión de decepción absoluta en su rostro.

-¡Basta! -les grité. Ninguno me escuchó, ni siquiera mi padre, quién estaba comenzando a empujar a Zeus con su pecho -¡BASTA!

El silencio reinó el Olimpo. Los dioses se quedaron inmóviles, mirándome.

-¡Tenemos que hacer algo! ¡Apolo está débil, no puede enfrentarse a ellos! -les dije. Los dioses se miraron entre sí. Rápidamente se separaron y se arreglaron sus ropas.

-La chica tiene razón, padre. Debemos salvar a Apolo, o no habrá amanecer -dijo Atenea, mirando a Zeus.

-¿No habrá amanecer? -pregunté. Zeus suspiró y asintió.

-Él trae el Sol. Sin Apolo, no hay Sol. Y no sé como se lo tomarán los mortales. Debemos rescatarlo antes de que sea muy tarde -me explicó Artemisa. Cuando la miré mejor, la noté muy pérdida, demacrada. Sus ojos estaban apagados, y su cabello rojo se había tornado castaño. Estaba pálida y ojerosa.

-¿Cuanto tiempo hay para liberarlo? -pregunté.

-Seis horas, tres minutos, veinte segundos -anunció Atenea.



⠀⠀⠀

⠀⠀⠀
AZU'S SPACE ! 🧸

1. Me encanta romper un poco el canon de los dioses y mostrar sus peleas diarias. Por otro lado, espero que les guste este capítulo.

2. Mención especial para annngggiiieeeeee, quién se tomó la hermosa molestia de hacer unas imágenes con IA que salieron hermosas. Elegí dos y salió un moodboard hermoso. Gracias ❤️

Osea no me van a decir que no son ellos. Dan las re vibes.

3. ¿Se les ocurre algún nombre para el ship? Llevo horas pensando y no se me ocurre nada 😭

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro