38. come back home
Nayeon se hundió en el sofá mirando a Jeongyeon ir de aquí para allá recolectando pequeñas cosas que le servirían para su próximo viaje, el destino de la rubia no era ningún secreto, ni mucho menos el por qué. Le resultaba asombroso que todavía sintiera cierta emoción por tener noticias de Mina después de varios meses sin verla y evitando cualquier tipo de conversación que la tuviera como protagonista. La pelirrosa mordió su labio inferior sintiéndose cohibida de un momento a otro y en silencio se levantó de su lugar para dirigirse a su habitación. No le tomó mucho tiempo volver al primer piso, esta vez, con una caja en manos.
- ¿Me dirás qué sucede? - Preguntó Jeongyeon deteniéndose para mirar de frente a Nayeon, un poco irritada por estar siendo vigilada silenciosamente por la mayor. Si iba a la cocina, ahí estaba Nayeon, si volvía a la sala, ¡sorpresa! También se encontraba con esa sonrisa nerviosa. - Me has venido siguiendo desde que volviste de arriba.
La mayor bajó la mirada hasta lo que sus manos sostenían y antes de tomar la palabra alguien llamó a la puerta.
- ¡Voy yo! - Gritó Jihyo que por ahí se encontraba.
- ¿Entonces? - La rubia alzó sus cejas.
- Estos son-
- ¡Jeongie! - Se giraron y vieron a Somi acercarse con una sonrisa. Nayeon se tensó por completo al tener a esa chica nuevamente frente a sus ojos, muchas veces la había evitado y ahora ella llegaba a su casa como si nada.
Las dos se miraron mutuamente y al percatarse que ambas tenían en sus manos la misma caja de chocolates fruncieron el entrecejo. Somi olvidó por completo que ya no tenía relación alguna con la mayor y la señaló. - ¡¿Por qué tienes eso contigo, anciana?!
- Oh, no... - Jeongyeon se golpeó la frente y esperó.
- ¡No seas entrometida, mocosa!
- ¿Pueden calmarse? - Pidió.
Somi se acercó y puso en manos de la rubia la caja de chocolates - los favoritos de Mina - que tanto le había costado conseguir. - Sólo quería que le llevaras a MI hermana esto, seguro los extraña.
Jeongyeon asintió y luego dirigió su mirada la mayor entre las tres. - ¿Por eso me seguías? - La pelirrosa asintió avergonzada, recibiendo una amable sonrisa por parte de la menor. - Se lo daré.
- Pero no le digas que... que fui yo.
- Entonces dile que ambos son de mi parte. - Agregó Somi con el fin de molestar a la mayor que de inmediato negó.
- Prefiero que le digas que son míos.
- Yo... creo que iré a empacar estos dos. - Dijo la rubia con el único propósito de escapar de ahí. - Seguro le encantará a Mina.
"Aunque pronto podrá comer más." Pensó.
Jeongyeon se dirigió rápidamente a la habitación que había empezado a compartir con su novia dejando atrás la posible pelea absurda que tendría Somi con Nayeon. Su estómago se contrajo mirando las dos cajas, una en cada mano. El detalle que la pelirrosa había tenido la conmovió lo suficiente y se alegró de que la chica todavía pensara en su mejor amiga.
Tenía la esperanza de que todavía tuvieran una oportunidad.
Después de un par de horas arreglando sus cosas salió de la habitación con su equipaje listo, Momo se adelantó antes de que todas les dieran el alcance para acompañarla hasta el aeropuerto y tomó la mano de la mayor. Ambas caminaron en silencio, ninguna se atrevía a tomar la palabra por la pelea que habían tenido la noche anterior, pero compartían el inmenso deseo de comerse a besos en ese mismo pasillo antes de que la rubia partiera.
Kai envió un mensaje a Jeongyeon indicándole que ya se encontraba fuera de la universidad por lo que las cinco chicas se apresuraron.
- ¿Irán todas? - Preguntó el muchacho mientras saludaba una por una, deteniéndose una milésima de segundo en Nayeon y dedicándole una pequeña sonrisa. La chica se sintió aliviada sin saber por qué y decidió devolverle el gesto.
- Eso parece. - Respondió Jeongyeon entregándole las cosas al moreno para que este pudiera acomodarlas en el portaequipaje.
- Tendremos que arreglarnos entonces. - Sonrió. - Porque ahí viene tu compañía.
Todas se giraron, sorprendiéndose de ver a la presidenta acercarse con cara de pocos amigos - aunque eso era usual -. Momo frunció el entrecejo reforzando el agarre que tenía con su novia.
- No sabía que Tzuyu y Mina eran amigas. - Comentó Jihyo sintiendo el codazo cómplice de Chaeyoung. Sabía que todo el camino su amiga la molestaría con la taiwanesa y dudó por un segundo en si era buena idea acompañarlos.
- Claro que lo son. - Se adelantó Jeongyeon. - ¡Mejores amigas!
- Eh... sí, lo que dice ella. - Tanto Kai, como Jeongyeon y Tzuyu compartieron silenciosas miradas cómplices que dejaron con muchas preguntas a las demás.
La taiwanesa se adelantó e hizo una reverencia general antes de ingresar al asiento del copiloto y así evitar que esos dos siguieran hablando de más y arruinaran todo.
- No sabía que viajarías acompañada. - Susurró Momo.
Jeongyeon suspiró viendo que era necesario dejar de lado su ley del hielo y orgullo. Con delicadeza besó la frente ajena dedicándole una sonrisa. - Prometo que valdrá la pena.
La japonesa no pudo esconder su sonrisa, sintiéndose completamente feliz de que volviera a tener esas demostraciones de afecto por parte de la rubia. - Confío en ti.
- Bien, ahora... entremos.
El viaje fue incómodo, todas se quejaban a la par de tener poco espacio mientras Momo reía por ser la única que disfrutaba de un asiento especial; las piernas de Jeongyeon.
El llegar al aeropuerto fue una bendición. Tzuyu observaba divertida cómo todas se peleaban por ser la primera en salir y por un segundo quiso ayudarlas pero un suave toque sobre su hombro la hizo girar.
Solar y Sana la observaban con una gran sonrisa. El rostro de la morena se iluminó al tener nuevamente frente a esa tierna japonesa. - ¿Estás lista? - Preguntó Sana.
- Algo así. - Admitió la menor sobando su nuca. - Tengo miedo que Kai haga algo que lo arruine todo...
- ¡Te escucho! - Gritó el varón, haciendo que las dos chicas rieran.
- No te preocupes, nosotras cuidaremos que no haga nada sin tu supervisión. - Alentó Solar.
- ¿Por qué no confían en mí? - Cuestionó Kai acercándose.
A lo lejos, unas confundidas zetas se preguntaron la familiaridad con la que Tzuyu y el hermano de Mina hablaban con esas dos desconocidas.
- Uhhh, te la están bajando. - Susurró Chaeyoung hacia su líder.
- Cállate. - Se giró dándole la espalda al notorio coqueteo que tenía Tzuyu con aquella chica.
Nayeon que terminaba de enviar un mensaje a WooJin alzó su mirada volviendo a su trabajo de descifrar la identidad de la rubia a unos metros, sabía que la había visto, pero... ¿dónde? Tanto se perdió en sus pensamientos intentando recordar que ignoró por completo la llamada que se estaba llevando a cabo.
- ¡Nos vemos! - Jeongyeon suspiró al colgar devolviéndole el teléfono a Kai y escuchó el llamado a su próximo vuelo. - Es hora.
- Es mejor apresurarnos. - Tzuyu fue ayudada por Solar y Sana mientras que la rubia y el japonés se adelantaron hablando de algo que ninguna lograba escuchar.
- Kai... prométeme que cuando la traiga de vuelta el lunes no será en vano. - Pidió. - Que no la volveré a ver sacrificar su felicidad por protegernos a todos. Ella no merece eso.
El chico asintió y sin dudar levantó su mano derecha. - Es una promesa. Solo necesito a Mina aquí para empezar con todo. Esta vez no lo arruinaré...- Dio un vistazo rápida a la taiwanesa y sonrió como si estuviera viendo a su propia hermana. -... no si tengo a las personas indicadas a mi lado.
-
Caminaba de aquí para allá sintiéndose nerviosa y emocionada a la vez, tanto que buscó en internet las horas que faltaban para tener a su mejor amiga con ella nuevamente, aunque solo sería dos días ya se sentía feliz por el simple hecho de volver a verla. Y claro, su gran interrogante era la identidad de esa persona "sorpresa". Pensó en varias posibilidades pero ninguna lograba convencerla por completo. Restándole importancia al asunto se dedicó a reservar una suite en el hotel que la había acogido esos últimos meses.
- Tranquila. - Mina se detuvo para ver a EunHa, esta se encontraba sentada sobre el sofá mientras leía una revista. - O me pegarás los nervios a mí también.
- Lo siento... - La mayor se acercó hasta sentarse al lado de la coreana y se hundió en el acolchonado, dejando caer su cabeza hacia atrás. - Es que es increíble que ella venga.
- ¿La extrañabas mucho? - Preguntó mientras se giraba para acomodarse y tener una mejor visión de Mina, apoyó su codo sobre el respaldo y así poder sostener su mejilla sobre su puño mientras que su mano desocupada se encargó de acariciar el rostro ajeno.
- No sabes cuánto. - Mina cerró los ojos encontrando algo reconfortante la acción de la menor. - Me encargaré de darle un tour por la ciudad, ¿qué más debería de hacer? Podemos hacer muchas cosas pero tenemos poco tiempo.
- Tenemos un par de horas para pensarlo. - EunHa se inclinó dejando un rastro de besos por todo el rostro de Mina hasta detenerse en sus labios. - ¿Quieres que te ayude?
La japonesa abrió sus ojos chocando directamente con la tierna mirada que le dedicaba EunHa. - Por favor. No se me ocurre nada.
- Déjamelo a mí. - Y dicho esto se atrevió a capturar los labios de la mayor, esperando que esta no la alejara como a veces solía hacerlo. Su estómago se contrajo ante la emoción cuando los brazos de Mina rodearon su cintura atrayéndola a su cuerpo. No dejó pasar el tiempo ni la oportunidad para sentarse sobre las piernas ajenas y profundizar el beso que ambas compartían, encontrándose completamente extasiada cuando sus lenguas se encontraron.
EunHa posó ambas manos sobre los hombros de la mayor para tener un apoyo al momento de mover sus caderas para lograr rozar su trasero con la entrepierna de Mina.
- N-no... - La mayor cortó la sesión de besos intentando detenerla pero el índice de EunHa sobre sus labios la hicieron callar.
- Relájate, ¿sí?
- EunHa, yo no debo...
- Puedes hacerlo. Soy tuya, Mina.
Ambas se quedaron en silencio mirándose mutuamente antes de que la distancia entre sus bocas se acabara nuevamente.
•••
Mina y EunHa aguardaban en el aeropuerto, ambas sentadas y jugando con sus manos para matar el tiempo hasta que una melena rubia pudiera ser vista entre todos los que llegaban a la capital. La mayor intentaba no prestar atención a su propia conciencia que le repetía una y otra vez que había cometido un gran error y que, de alguna forma, había traicionado a Nayeon aunque ya no compartían ningún tipo de lazo, mientras que la coreana no borraba su sonrisa de satisfacción al haber conseguido lo que tanto había deseado desde muchos meses atrás.
- Gané. - Anunció EunHa después de haber contado hasta diez mientras su pulgar mantenía prisionero al de Mina.
- ¿Cómo eres tan buena en esto? - Preguntó. Negó rápidamente y alzó su mirada. Su corazón se aceleró cuando vio a la persona que tanto extrañó junto a... - ¿Tzuyu? - Preguntó, pero decidió no darle mucha atención por el momento.
EunHa se levantó después de que Mina prácticamente corriera a los brazos de su mejor amiga.
Las dos chicas se encontraron en un abrazo reconfortante, sumergiéndose en la emoción de tenerse nuevamente frente a frente. Ambas, aunque estaban seguras que llorarían al momento de verse, empezaron a reír escandalosamente logrando llamar la atención de algunas personas que pasaban.
- ¿Y usted qué mira? - Preguntaron al unísono a una anciana que se había quedado parada solo para observarlas como si se trataran de dos bichos raros.
Tzuyu rió ante la expresión indignada de la mujer y negó acercándose al par. - Ey. - Saludó despreocupadamente. Mina entornó los ojos viéndose desconfiada ante la presencia de la taiwanesa.
- Descuida, hay una razón para todo. - Susurró Jeongyeon para luego acercarse a saludar a EunHa con un corto abrazo.
Todas tomaron un taxi fuera del aeropuerto para ser dirigidas al hotel donde la pareja se quedaba. Tanto Jeongyeon como Mina no dejaban de hablar mientras Tzuyu se asombraba mirando por la ventana las calles de Londres, todo era tan armonioso y tranquilo que por un breve momento pensó en la cara que pondría Sana al conocer tan bella ciudad. Inconscientemente sonrió imaginándose los gritos y voz chillona de la mayor. Nunca creyó que llegaría a ser tan cercana a una camarera que a veces ofrecía espectáculos frente a un público morboso, pero las constantes reuniones que tenía con Kai en ese bar hizo tanto a Solar como a Sana partícipes del plan que el moreno ingeniaba día tras días con su ayuda. Y no era para menos, esas dos chicas habían desarrollado un gran cariño a Mina que no titubearon al aceptar estar dentro. La taiwanesa suspiró acomodándose en su asiento, estar en esa ciudad no solo le traía a la mente a Sana, sino también le generaba constantes dudas relacionadas a la japonesa, dio un rápido vistazo a las manos entrelazadas de esta con EunHa. "¿La querrá?" Se cuestionó. "Sea como sea, haré que venga conmigo." Pensó con determinación recordando el enorme esfuerzo que estaba poniendo Kai.
- Llegamos. - La voz de Mina la hizo despertar de su ensimismamiento.
- ¿Y? ¿Mina? ¿Compraste todo el hotel para nosotras cuatro? - Bromeó Jeongyeon rodeando el cuello de su amiga con su brazo, mientras que su mano desocupada jalaba de su maleta. - Tzuyu, hoy dormiremos como reinas.
- ¿Tendré un mayordomo solo para mí? - Se sumó la taiwanesa logrando que las dos anfitrionas rieran.
Mina viró los ojos y se adelantó con una sonrisa a recepción, pidiendo las dos tarjetas que daban acceso a las habitaciones que logró reservar a tiempo. - Tomen. Y Jeongyeon, te asombrará saber que las empleadas aquí están mucho más obsesionadas con la limpieza que tú.
- Eso, mi amiga, no me lo esperaba. - Admitió la rubia.
Cuando las cuatro chicas ingresaron a la habitación que le pertenecería a la rubia, esta lo primero que hizo fue lanzar su equipaje sobre su cama para buscar algo con lo que se había sentido emocionada.
- Tengo algo que darte. Espera ahí. - Mina entornó los ojos acercándose al lado de su amiga, observando como las prendas de esta volaba de aquí para allá, por un segundo rió cuando vio la ropa interior con diseño de patitos se exhibió. - ¡Aquí están¡
Mina amplió sus ojos arrebatando de inmediato las dos cajas de su chocolate favorito. Volvió a sonreír como nunca, abrazando los dos empaques como si se trataran de su bien más preciado.
- Uno lo envía Somi. - Dijo.
- ¿Y el otro?
Jeongyeon estuvo tentada a dar el nombre de quien enviaba la otra caja, pero decidió no hacerlo por respeto a la presencia de EunHa. - Las chicas. - Mintió. - Pensaron en ti cuando lo compraron y me pidieron que te la de.
- Dales las gracias a tu regreso.
- ¡Ahora el cuarto de Tzuyu! - Anunció EunHa aplaudiendo, alegre de ver tan sonriente a la japonesa. - Apresurémonos.
Cuando por fin la emoción había disminuido y las dos visitantes se encontraban en sus respectivas habitaciones descansando un poco antes de reunirse, Mina se dejó caer en el sillón que había en la pequeña sala de estar que su habitación poseía.
- Gran día, ¿no crees? - EunHa le alcanzó una botella de agua.
- Sobre eso... - Mina se acomodó en su lugar, decidió que era hora de hablar con la menor respecto a lo que había pasado unas horas atrás. - Necesito que comprendas algo, EunHa... sobre lo que pasó...
- No digas nada. - Se adelantó la coreana. - Fue perfecto.
Llamaron a la puerta y la japonesa gruñó bajo por la interrupción. Se levantó tras la menor y volvió a ver a Tzuyu, no habían pasado ni dos horas desde que esta se despidió prometiendo que dormiría lo suficiente para luego empezar el recorrido a la ciudad.
- ¿No puedes dormir? - Preguntó EunHa.
- Creo que es la diferencia horaria. - Inventó una excusa. - Y tengo hambre. - Admitió.
- Te tardarás en acostumbrarte a eso. ¿Quieres que llame el servicio a la habitación? - Mina se hizo a un lado para que pudiera pasar su invitada pero esta negó rápidamente.
- Quiero saber si hay algún restaurante de comida china aquí, y aprovechar para conocer un poco la ciudad.
- La verdadera pregunta es si existirá un lugar donde no tenga de esos restaurantes.
Tzuyu sonrió y dio crédito a las palabras de la japonesa, pero más lo hizo al ver que su plan por tener un momento a solas con ella podía dar resultados. - ¿Me acompañas por algo de comida? - Señaló hacia atrás con su pulgar.
La mayor dudó por unos segundos, pero ante la insistente mirada que le dedicaba la taiwanesa terminó cediendo. - No compraremos nada por Jeong y comeremos frente a ella.
- Trato.
- Mejor apresúrense antes de que ella despierte. - Alentó EunHa y las dos chicas no estuvieron más que de acuerdo.
Mina salió de la habitación junto a Tzuyu, y hasta que no estuvieron fuera del hotel ningún se atrevió a hablar.
- ¿Cómo es tu estancia aquí? - Preguntó.
La mayor se encogió de hombros. - No es mala pero prefiero por mucho Corea.
- ¿Su comida?
- Me leíste la mente. - Ambas sonrieron teniendo a la gastronomía coreana como una de sus favoritas. - No quiero ser grosera y quizá ya te imaginas mi pregunta pero... ¿por qué decidiste venir hasta aquí?
- Vine para llevarte de vuelta.
Mina rió bajo. - ¿Es una broma?
- Para nada, tu hermano me envió.
- ¿Kai?
- Es una larga historia, pero él trabaja para mí. - Bromeó ganándose una expresión confusa por parte de la japonesa. - Trabajamos juntos.
- ¿En qué?
- Mina, te has perdido de mucho y si el tiempo hasta ese restaurante chino nos alcanza, estaré feliz de explicártelo.
La japonesa aceptó y a medida que las palabras de la menor iban tomando sentido, sus pasos fueron disminuyendo hasta quedar parada en medio de la calle. Era imposible, ella ya había perdido toda esperanza y le resultaba asombroso que su hermano todavía la mantuviera.
- Evasión de impuestos, sospechoso de la desaparición de muchas personas, creación de cuentas en el extranjero para desviar fondos... Mina, tu padre hizo muchas jugadas sucias y lo sabes. Con la ayuda necesaria logramos tener las pruebas suficientes...
- Akira es poderoso, con eso no podrán hacer nada. - La cortó, no podía seguir escuchando sueños que no podrían hacerse realidad.
- Mina, sé que tienes miedo y que a este punto de tu vida ya te resignaste...- Tzuyu al ver que llamaban la atención de algunos transeúntes retomó el camino siendo seguida inmediatamente por la mayor. - Pero te prometo que funcionará. Kai no puede pasar por esto solo, necesita tu apoyo, necesita saber que su hermana confía en él y en todo lo que ha conseguido hasta ahora.
- ¿Y si falla?
- No lo hará.
- ¿Cómo puedes estar tan segura?
- Porque creo en él, porque lo hace pensando en ti y en tu bienestar. Mina, no dejaré que su esfuerzo sea en vano. Por eso es que estoy aquí, te llevaré con Kai y no pienso recibir un no como respuesta.
La mayor hizo puños con sus manos, queriendo salir corriendo de ahí. La oportunidad con la que tanto había soñado para obtener su libertad meses pasado por fin se le presentaba, solo necesitaba aceptar la propuesta de Tzuyu y volver a oriente, al país que creía su hogar, donde todos sus seres amados podían o no esperar por ella.
- ¿Y EunHa?
- La llevaremos con nosotras.
- ¿Estás loca? Su padre está relacionado con el mío, ella jamás querría que YongHwa caiga...
- Nunca dije que le revelaríamos la verdad. Que piense que irán por una semana a visitar a todos y después regresarán.
- ¿Eso no es jugar sucio?
Tzuyu alzó las cejas incrédula a lo que escuchaba. - ¿Y ellos cuando han jugado limpio? - La menor tomó un gran respiro. - Antes de que tomes una decisión quiero decirte algo. Nayeon y WooJin están juntos.... - Comenzó, haciendo que Mina automáticamente frunciera el entrecejo sin entender la relación que estos podían tener con todo el asunto. -... y aunque no me di el tiempo de estudiarlos, sé que esa relación va por buen camino. Ella parece feliz con WooJin.
- ¿Por qué me dices eso? - Cuestionó, molesta al oír algo que tanto había estado evitando.
- Porque no quiero que Nayeon y los sentimientos que todavía puedas tener por ella influyan en lo que escojas. No quiero que cuando los veas juntos tu orgullo te haga dar media vuelta y tomar el primer avión de regreso a Londres.
Y la conversación terminó ahí, Tzuyu había decidido dejar todo en manos de la mayor confiando que tomaría la mejor decisión que beneficiaría a todos.
•••
Descubran lo que pasará en el siguiente capítulo de su telenovela favorita.
¿Mina irá o no irá?
¿Quieren más?
Entonces bajen un poquito más...
•••
Mina sentía sus manos sudar, estar sentada por las próximas once horas en ese avión le resultaba muy inquietante, creía estar lista para enfrentar a todo lo que había dejado en Corea pero ahora comprobaba que era todo lo contrario, todavía no podía hacer frente a esas dos grandes personas que habían cambiado su vida tanto para bien, como para mal; Nayeon y su padre. Respiró hondo y expulsar el aire por la boca. "No es tan malo, Mina." Dio un rápido vistazo a Jeongyeon que escuchaba música en el asiento adelante y luego su atención fue dirigida a Tzuyu que dormía tranquilamente, "¿cuánto me he perdido?" Nunca se imaginó que la taiwanesa ayudaría a su hermano, ni mucho menos que este tuviera las pruebas suficientes para hundir a Akira. "¿Y si falla?". Su estómago se contrajo al evaluar esa opción, si fallaban ya no habrían más oportunidades. Inconscientemente mordisqueó su labio inferior y limpió la humedad de sus manos en sus jeans, nunca se había sentido tan nerviosa.
Claro, cabía la posibilidad de que por un golpe del destino a su favor todo saliera como lo planeado. "¿Qué pasaría con...?" Mina giró su rostro encontrándose a una EunHa muy concentrada en el videojuego que tenía frente a sus ojos. Antes de enterarse por medio de Tzuyu todo lo que había pasado en su ausencia, la japonesa se había resignado a su futuro, a su futura boda, a su vida en el extranjero hasta que sea la hora de dirigir la nueva corporación de su padre y, aunque esa no era del todo una excusa, le había servido para caer en la provocación de EunHa dos días atrás, por lo que no podía desecharla como un simple juguete. Mina dejó caer su cabeza hacia atrás tratando de convencerse que era lo mejor, que cuando todo terminara una de las primeras cosas de las que se desprendería sería de esos anillos de compromiso, uno que EunHa siempre llevaba en su dedo anular y el otro que ella guardaba en su caja.
¿Y después?
El después estaba por verse.
Porque no solo podía aparecerse de nuevo, abrir los brazos y esperar a que Nayeon corriera a ella.
"- Ella parece feliz con WooJin."
- Estimados pasajeros, el vuelo con destino a Seúl, Corea del Sur, está por aterrizar.
-
Ahora sí se acabó.
Escribí algunas cosas que hicieron en Londres junto a Jeongyeon pero luego lo borré :'v.
Nos leemos después <4-1
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro