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Día 6: No siempre hay que romper las reglas.

—¿Estás loca, ojos de mapache? —Bakugo sonaba fastidiado, la imparable insistencia de Mina al asunto ya estaba empezando a molestarle y sabía que gritarle sólo significaba que lo molestara incluso más.

—¡Vamos, Bakugo! ¡Ay, di que sí! ¡Por favor, por favor, por favor, por fav...! —Fue interrumpida por la mano pálida de Katsuki cubriendo su boca y buena parte de sus rostro, mientras este soltaba un gruñido de puro fastidio.

—¡Cállate de una vez! ¡No podemos volver, estúpida! ¡Estamos vetados de la academia! —Soltó el rostro de su fastidiosa amiga, aunque nunca aceptaría en voz alta que lo era, se alejó para sentarse en el sofá de la sala donde los demás integrantes del equipo descansaban.

—Kacchan tiene razón, Ashido-San. Aunque usamos máscaras revisaron las cintas de grabación y ya conocen nuestros rostros. —La voz de Izuku se perdía entre los murmullos de lo que explicaba y Mina no estaba prestando la suficiente atención como saber a qué se refería.

—¡Izuku, sólo ve al punto! —masculló Kaminari con los ojos perdidos en la pantalla del televisor intentando no perder contra las jugadas de su adversario, Sero solo sonreía sin mayor dificultad en el juego.

—¡A lo que me refería es que no llegaríamos lo bastante lejos antes de que algún guardia nos descubra! —Midoriya tartamudeó un poco al inicio, aunque no tardó en explicar correctamente. —Ese lugar tiene demasiada seguridad, Ashido-San, y la única ventaja que teníamos era que no conocían nuestros rostros.

—En conclusión perdimos la ventaja y ya no podremos volver. —Sero realizó el último combo antes de vencer a Denki, el rubio empezó a quejarse y el pelinegro solo volteó a mirarla con la sonrisa de siempre. —Lo sentimos, Mina. A nosotros también nos gustaría volver pero no podemos a menos que queramos terminar en la cárcel, otra vez.

Lo último lo dijo mirando con una ceja alzada a Bakugo, este le enseñó el dedo corazón murmurando algo sobre que aquel sujeto no debió intentar llevarle la contraria.

—¡Oh, vamos chicos! ¡¿Desde cuando seguimos las reglas?! —Se quejó la de irises dorados, con las mejillas infladas de molestia y los puños apretados. —¡Literalmente profesamos el hecho de romperlas!

—Romper las reglas del baile, tonta. No rompemos las leyes, ni que fueramos criminales. —contestó Katsuki con obviedad.

—Básicamente lo somos, los cinco tenemos antecedentes y hemos pasados al menos una noche en la cárcel. —Kaminari masticaba un par de frituras mirándolos a todos desde su lugar en el piso, todos bufaron al oírlo, no estaban orgullosos de ser atrapados por la policía.

—¡Pero nunca hicimos nada malo! ¡Perturbar la paz, detener el tránsito, irrumpir en espacios privados! Pff, ¡Tonterías de gente que no aprecia el arte! —Se queja con las manos en las caderas y mirándolos a todos desde su posición sobre una silla. —¡Recuerdan las sonrisas de la gente! ¡Su alegría al vernos bailar, y cuando bailan con nosotros!

Mina sonaba extasiada mientras sonreía transmitiendo su emoción a sus compañeros, aunque...

—Suéltalo de una vez, ¿Qué razón tienes para empeñarte tanto en volver a esa academia? —La voz de Katsuki sonaba burlona junto a una sonrisa igual, los chicos la miraron traviesos sobretodo cuando las mejillas de Mina se sonrosaron mucho más que su cabello.

—Bueno es que la chica con la que bailé, diría que...—Junto los dedos en señal de nerviosismo, desviando la mirada con vergüenza sobre todo al oir las risas de los chicos. —¡Dejen de reírse! ¡A mi no me engañan! ¡Cuando volvimos estaban muy sonrojados y no era a causa de la carrera!

Ashido saltó para bajarse de la silla y acercarse de forma amenazante al rubio cenizo, levantando el dedo índice en dirección a su rostro.

—No creas que no ví tu sonrisita cuando bailabas con el pelirrojo. —Bakugo apretaba los labios sin decir nada y un sonrojo casi imperceptible cubría sus mejillas. Lo demás siguieron riéndose y la de cabellos rosas solo se acercó amenazante a los demás. —¡Y a ustedes también los estuve vigilando! ¡Tú estabas babeando por un chico con el cabellos como un bastón de caramelo, sobre todo cuando te levantó del suelo para girar!

Chilló señalando acusadoramente a Izuku que se encontraba más rojo que una fresa para entonces, volteó en dirección a sus otros dos amigos que levantaron las manos en son de paz.

—Bueno, Mina, cálmate. —respondió despacio Hanta acercándose para sobar los hombros de su amiga. —El que nos exhibas no va a cambiar el hecho de que estamos vetados de ese lugar.

—¡Pero agrega el hecho de que ustedes también tienen razones para volver y verlos una vez más!

—Verlos una vez más... —murmura el de cabellos verdes, atrapando su labio inferior entre los dedos índice y pulgar. Los demás lo miran interesados, esa postura siempre significaba que un plan o coreografía empezaba a maquinarse en su cabeza. —Chicos, creo que tengo una idea para que volvamos sin tanto riesgo a terminar en la cárcel.

Mina miraba con ojos suplicantes al rubio cenizo, sabía que aunque hubiera un plan infalible en cierto sentido el siempre tenía la última palabra, por algo era el líder del grupo. El mayor simplemente bufó.

—Te escuchamos, Deku.

[🎶]

—¿Están listos, bastardos? —gritó Bakugo frente a su grupo, las máscaras cubrían partes de sus rostros como la vez anterior y los demás se encontraban en posición para iniciar. El cenizo miró su reloj,  se encontraban en la hora del almuerzo y sólo debían hacer una última cosa para llamar la atención de los que se encontraran dentro.

El resto de su equipo se cubrió sus oídos antes de darle la señal a Denki, él asintió para después hacer que las bocinas liberarán un sonido estridente que llamó la atención de más de una de las personas alrededor y logró que de a poco personas empezaran a salir de las edificaciones de la academia.

Todos se colocaron en posición antes de que la música empezará a flotar a su alrededor, dando giros por aquí, saltos por allá, moviendo las caderas, los pies y las manos, gritando sin voz una contradicción a las reglas impuestas no solo por la academia de baile, sino también por la sociedad.

Mina sonreía al notar que la música cambiaba y ya no eran todos bailando la misma coreografía sincronizados, ahora era una música “de mal gusto” según la cultura japonesa por los ritmos movidos, y pasos demasiado provocadores.

Ashido pasa al centro de sus compañeros pasando las manos alrededor de su torso, y dirigiendo una mirada lasciva a la multitud que los rodea, moviendo las caderas mientras su cuerpo se agacha cada vez más cerca del suelo.

Denki no tarda en acercarse y ambos sonríen al oír la exclamaciones sorprendidas de las personas al ver como el rubio imita los movimientos de la chica, agitando las caderas y dejando a la vista los pasos sexys que hasta ahora había realizado Mina.

La música cambia y el tango se deja escuchar ambos toman sus manos para retirarse del centro dejando su lugar a disposición de Izuku y Hanta.

La de cabellos rosados mira alrededor intentando encontrar a la chica de cabellos chocolate que tanto le llamó la atención ese día. Aquella vez marco algo importante para todo su grupo, más allá de un ligue potencial o una persona que les llamara la atención, fue el lograr que se unieran a ellos en su baile.

Era algo que siempre hacían una vez que la coreografía acababa, invitar a las personas a unirse y dejarse llevar por la música, pero las personas siempre se apartaban, se alejaban o se negaban de formas a veces no tan amables. Habían ido a varias escuelas de baile antes y en esas tampoco se les unían, porque no querían romper las reglas.

Esa vez fue especial, fue importante para ellos que tantas personas se hayan unido a bailar. Cualquiera diría que solo fueron cinco personas, pero fueron cinco personas que ignoraron las miradas, la vergüenza, y las reglas. Eso significaba que estaban marcando la diferencia y todo lo que hacían valía la pena.

Izuku y Hanta terminaban su coreografía, las miradas de mal gusto estaban en algunas personas, mientras otros solo veían sorprendidos como sus pasos se sincronizaban, retándose cuando Sero se inclinaba con Midoriya en sus brazos para volver a subir, para que el de cabellos verdes levanté al pelinegro empezando a girar.

La música cambia de nuevo y ambos se retiran del centro para darle paso a Katsuki. Las notas clásicas se escuchan y el rubio cenizo se acomoda en la postura inicial, levanta un pie antes de empezar a girar.

Mina nunca tuvo demasiado interés en el ballet, pero ver a Bakugo siempre era un gusto. De todos en su equipo, él fue el único que tuvo entrenamiento profesional en aquel estilo, los demás sólo conocían lo básico que el de irises rojas les enseñaba cuando tenía ganas, o planeaba agregarla a sus coreografías.

Katsuki está a punto de terminar su pieza antes de que empiecen a invitar al público cuando la ve, la chica de mofletes rosas que mira extasiada al rubio bailar, la castaña gira en su dirección, sus ojos se encuentran y ella le sonríe.

Mina siente un sonrojo extenderse en su rostro y la risita silenciosa de Hanta a su espalda. No le da tiempo para reclamarle cuando la melodía cambia a una más movida, olvida rápidamente lo que sea que iba a decir antes de correr en dirección a la castaña y tomar sus manos jalándola al centro.

—¡Baila conmigo, linda! ¡Como la última vez! —Ella sonríe antes de comenzar a bailar con su estilo clásico mientras Mina imitaba sus pasos.

Por el reojo Ashido observa como los chicos también encontraron al pelirrojo y al bastón de caramelo, aunque ahora Hanta baila con un sujeto que usaba gafas, y Denki junto a otro de cabellos púrpuras.

De pronto como si fuera un deja vú algo interrumpe todo, solo que esta vez es la sirena de la policía lo que se escucha.

—No puede ser...—Se queja antes de dejar un papel en la mano de la chica, ella la mira triste al sentir el inminente adiós, Ashido solo sonríe presionando con fuerza el papel que le entrega.

—¡Chicos corran! —chilla Izuku antes de comenzar a correr con los demás siguiéndolo.

Ochako queda confundida antes de mirar el papel en sus manos.

“¿Qué te parece bailar juntas de nuevo? Ven a esta dirección a las 8pm. Espero volver a verte. Puedes traer a tus amigos, todo aquel que ame el arte está invitado.”

Atte:Pinky.

Sonríe sin poder evitarlo, sintiendo las mejillas sonrosadas por la emoción.

[🎶Extra🎶]

—¡Por un demonio Deku! ¡Dijiste que no haríamos nada ilegal! —grita Katsuki mientras salta un bote de basura que se encuentra tirado.

—¡Yo no dije eso! ¡Dije que no habría tanto riesgo de volver a la cárcel! —gritó, antes de esquivar un par de cajas en el suelo. —¡La multa por perturbar la paz es menos costosa que la de irrumpir propiedad privada! ¡La calle es de todos por eso nos dió el tiempo suficiente para hacer la presentación!

—¡Mina! ¡Dime por favor que sí lograste darle el papel a la chica! —grita Denki algo asustado ya que hace menos de una calle un perro lo persiguió por correr cerca de él.

—¡Lo hice, chicos! ¡Lo logré! —chilla contenta. Y ellos solo siguen la celebración mientras continúan con su huida.

[🎶]

No hay tanto Minachako/OchaMina pero en el siguiente sí que habrá.

¡Nos vemos!

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