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Capítulo 1

Fecha de publicación: 10 de enero 2025

El bosque parecía interminable, con árboles altos que bloqueaban gran parte de la luz del sol. Carter caminaba delante, con las manos en los bolsillos y un aire de aburrimiento evidente. Wilson, detrás de él, mantenía la mirada en el suelo, buscando cualquier rastro que pudiera ser útil.

—Cuánto tiempo más vamos a seguir aquí? —gruñó Carter, pateando una rama caída—. Ya sabemos cómo termina esto: el chico se perdió, nadie lo encuentra, y el caso queda archivado como los otros.

—Y si esta vez es diferente? —replicó Wilson—. No podemos rendirnos todavía. Es más, ni si quiera hemos encontrado su tienda o algo...

Carter suspiró y sacó su reloj del bolsillo.

—Sí, sí, y después de su tienda qué más podremos hallar que nos sea útil?... Si no aparece nada pronto, volvemos al auto.

Wilson divisó algo entre los árboles

—Allí! —señaló, adelantándose unos pasos.

En el claro, perfectamente armada, estaba una tienda de acampar junto a una fogata apagada. Carter frunció el ceño y se acercó con lentitud.

—Parece que alguien sabía lo que hacía —comentó Carter, agachándose para mirar más de cerca la fogata—. Está perfectamente montada.

—Veo que él estuvo aquí —dijo Wilson, con emoción en la voz.

—Supongo —respondió Carter, palpando las cenizas—. 

Wilson se inclinó para mirar la tienda más de cerca.

—Está intacta, todo en su lugar... ¿Por qué dejaría alguien esto atrás? Y no parece haber sido atacado ni nada...

Carter abrió la entrada de la tienda con una mano y asomó la cabeza. Dentro había una mochila y una cantimplora, entre otros objetos, perfectamente ordenados. 

—Esto no me dice nada —dijo Carter, revisando el contenido de la mochila sin demasiado interés—. Podría haber salido a buscar algo y no volvió. 

Wilson le tomó de la mano la mochila para revisar por sí mismo. 

—Y dejaría todo esto? —Wilson se levantó, cruzándose de brazos—. No tiene sentido.

—Nada de esto tiene sentido, Wilson. Ese es el punto —Carter se enderezó y lo miró con cansancio—. Ya hemos visto esto antes. Gente que desaparece y deja a todos preguntándose qué pasó. Te diré qué pasó: se perdió, o se cayó en algún agujero, o un animal lo arrastró.

—No lo creo. —Wilson miró alrededor, inquieto—. Por qué simplemente se hubiera ido como si nada? y si tal vez... alguien lo secuestro?

Carter bufó y guardó las manos en los bolsillos.

—Lo dudo, si hubiera algún asesino o secuestrador que siempre ronda este bosque ya habríamos encontrado una pista, tal vez incluso... no sé, alguna cueva que tiene como guarida donde mantiene a sus víctimas o algo... Te recuerdo que este caso no es ninguna novedad. 

Wilson apretó los labios, pero no dijo nada. Justo cuando estaban por marcharse, un crujido resonó en la distancia.

—¿Escuchaste eso? —preguntó Wilson, con la mano en su linterna.

—Qué cosa? 

Wilson corrió para dirigirse de prisa donde escuchó el crujido, como si de un cazador atento se tratara, pero halló nada. Carter lo siguió como si tuviera que hacerse cargo también. 

—Sucede algo, Wilson? —inquirió pacientemente.

—Lo siento, creí haber escuchado un crujido... —dijo observando al rededor.

Los dos continuaron avanzando entre los árboles, Carter con pasos pesados y Wilson mirando constantemente en deredor. El silencio del bosque se hacía más opresivo con cada minuto que pasaba.

—Nada. Ni un rastro, ni una señal. —Carter rompió el silencio con un suspiro exasperado—. ¿Qué te dije, Wilson? Esto es una pérdida de tiempo.

—Pero encontramos la tienda —replicó Wilson, acelerando el paso para alcanzarlo—. Alguien estuvo aquí. Quizá si buscamos un poco más, encontremos algo.

—¿Algo como qué? ¿Un letrero que diga "Jacob Smith estuvo aquí"? —Carter se detuvo y lo miró con una ceja arqueada—. Ya basta, Wilson. Este bosque es enorme. Si no encontramos nada en las próximas veinte yardas, volvemos al coche.

Wilson apretó los dientes, pero no discutió. Sus ojos se fijaron en los árboles alrededor, buscando cualquier cosa fuera de lugar.

—¿No te parece raro que no haya huellas? —preguntó después de un rato—. Ni siquiera marcas de animales cerca de la tienda. Es como si todo estuviera... vacío.

Siguieron caminando por unos minutos más, cada vez más en silencio. Carter parecía más interesado en salir de allí que en mirar a su alrededor. Wilson, en cambio, escudriñaba cada rincón, con los sentidos alerta.

Finalmente, llegaron a un punto donde el terreno comenzaba a inclinarse ligeramente hacia abajo. Carter se detuvo y consultó el mapa.

—Esto lleva a un barranco. Si el chico bajó por aquí, lo más probable es que se cayó y no lo vamos a encontrar hasta que alguien lo huela.

Wilson frunció el ceño.

—¿Eso es todo? ¿Vamos a dejarlo así?

—Sí, vamos a dejarlo así. —Carter guardó el mapa y miró al joven oficial con algo de dureza—. Este caso es como todos los demás. Gente que se pierde, sin pistas, sin respuestas. No vale la pena perder más tiempo. 

Wilson miró hacia el barranco, luego de vuelta al camino por el que habían venido. Su instinto le decía que había algo más en el bosque, algo que estaban pasando por alto.

—Unos minutos más —dijo casi suplicante—. Carter, por favor. Solo unos minutos más.

Carter lo miró, claramente irritado, pero finalmente levantó las manos en señal de rendición.

—Cinco minutos, Wilson. Ni uno más.

El joven asintió y comenzó a moverse con rapidez, inspeccionando cada tronco, cada rama caída. Carter se quedó atrás, observándolo con los brazos cruzados.

—No puedo creer que esté perdiendo mi tiempo con esto... —murmuró para sí mismo.

Minutos después, Carter no vaciló en avisarle.

—Se acabó el tiempo, Wilson. Vámonos.

Mientras los dos policías se alejaban, el bosque volvió a sumirse en un silencio inquietante. Wilson no podía evitar sentir que algo los observaba desde las sombras del bosque.  Carter tomó el volante, aliviado de finalmente dejar ese maldito y desesperante lugar, mientras que su compañero se denotaba algo inquieto. El regreso a la estación fue más largo que la ida al bosque. 

Carter fue su oficina, adelante de Wilson. Tomó asiento y procedió a escribir. Los siguientes minutos, el único sonido en la oficina eran los dedos de Carter hundiéndose pesadamente en las teclas de la máquina de escribir. Wilson estaba parado al lado de él, como si esperara a que su compañero le preguntara algo para agregar al informe, pero parecía que ya tenía perfectamente claro que iba a redactar y cómo. Se inclinó un poco para intentar leer qué escribía exactamente. Carter terminó las últimas líneas y presionó las teclas con firmeza, dejando al sonido retumbar en la habitación. Tomó su preeliminar y se levantó de la silla.

—Listo —dijo Carter satisfecho. Solo debemos entregar esto y después a volver a casa.

Wilson sabía a la perfección la conclusión que estaba escribiendo su compañero. Una parte de él quería objetar que no podían dejarlo así, pero no podía negar que su compañero tenía razón, y no había mayor cosa que pudieran hacer. Se dirigieron a la oficina de su superior. La puerta estaba abierta.

—Hola, señor Harris —saludó solemnemente Wilson.

—Qué tienen para mí hoy, señores? —inquirió con la mirada fija en los papeles frente a él. Tenía ojeras.

—Un informe sobre la desaparición del joven Jacob Smith. Como se sospechaba, no encontramos rastro de él. Tienda de campaña intacta, fogata apagada, sin signos de lucha. Caso cerrado.

Harris solo miró el informe, lo tomó entre sus manos y comenzó a hojearlo, como si fuera otro de esos casos rutinarios que terminarían archivados.

—Seguros de no haber encontrado nada nuevo esta vez? —preguntó, con tono neutral.

Carter negó con la cabeza, sin perder la compostura.

—Nada. Como cualquier otro caso de desaparición en ese maldito bosque. Sin huellas, sin testigos...

Harris continuó hojeando el informe, sin mucha intriga. Alzó la mirada a sus policias.

—Bien. Archivaremos el caso como "desaparición inexplicable"... como todos los demás —agregó de manera pesada—. Ya pueden retirarse, señores.

El teniente Thompson observó a sus oficilaes cerrar la puerta tras de sí. Tomó el informe nuevamente y lo dejó sobre su escritorio. Sabía que esa llamada sería incómoda, como lo eran todas en casos como este. Qué podía decirle a alguien que había perdido a un amigo, un hijo, un ser querido, sin una respuesta clara? 

Revisó el reporte de su oficial para apreciar el número de la persona que reportó la desaparición de Jacob Smith. Según los datos, el que reportó su desaparición era un amigo cercano, no un familiar como había sido casi siempre. Tomó el teléfono de su escritorio y marcó el número. El timbre resonó dos veces antes de que alguien contestara al otro lado.

—Hola? —la voz al otro lado sonaba tensa, esperanzada, como si estuviera esperando buenas noticias.

—Saludos, soy el teniente Thompson. Estoy hablando con —Thompson le hechó una mirada a la hoja—... Scott Rodney? 

—Sí, soy yo. Tienen noticias sobre Jacob? —Scott respondió rápido, su voz llena de una mezcla de ansiedad y expectativa.

Thompson cerró los ojos un momento antes de responder. Siempre era difícil, pero había aprendido a ser directo.

—Lamentablemente, no tenemos novedades significativas. Mis oficiales investigaron el área donde se reportó su desaparición. Encontraron la tienda de campaña, intacta, junto con una fogata apagada, pero... no hubo ningún rastro de Jacob. 

El silencio al otro lado de la línea fue ensordecedor.

—y?... —contestó Scott, desesperado por escuchar algo más.

Thompson dejó escapar un leve suspiro, manteniendo su tono profesional pero ligeramente más suave.

—Hemos revisado el área de manera exhaustiva. Sin signos de lucha, sin huellas o pistas que indiquen dónde pudo haber ido. Por el momento, vamos a clasificar el caso como una desaparición inexplicable.

—Eso es todo?! —Scott no pudo contener la frustración y desilución en su voz.

Thompson apretó los labios. Había oído esa misma frustración muchas veces antes. Entendía el dolor, pero estaba atado por la falta de pruebas.

—Señor Rodney —Thompson habló con un tono tajante pero empático—, seré directo con usted... Este no es el primer caso de desaparición así. En los últimos años campistas han ido a ese mismo bosque y nunca regresan. Alguien reporta su desaparición, nosotros hacemos lo que podemos, pero, no hay ni la menor pista de su paradero, no hay rastro de alguna agresión, como lo sería de que alguien lo haya arrastrado, simplemente no hay ninguna pista. Esto no es nada nuevo. Y sí, por el momento esto es todo. Clasificaremos esto como una desaparición inexplicable. Seguiremos atentos a cualquier nuevo desarrollo, y serás informado de inmediato si surge algo más.

El silencio volvió a invadir la conversación. Scott respiraba con fuerza al otro lado, tratando de contener su frustración y desesperación. 

—Y está diciendo que hubieron más personas desaparecidas en ese bosque? —inquirió Scott con una mezcla de seriedad y desesperación.

—Sí, exactamente, muchacho. Confírmeme algo, señor Rodney, por casualidad su amigo no estaba pasando por algún episodio de desesperación? Alguna circunstancia en su vida que podría hacerlo querer irse y alejarse totalmente de su vida o de círculo social? 

—Qué insinúa, teniente?

—Una parte de las desapariciones... eran de individuos que atravesaban una mala situación en sus vidas. Eso nos llevó proponer como teoría que hayan sido fugas, algo voluntario. 

 —Estás sugiriendo que Jacob... simplemente se fue? —La incredulidad en su voz era palpable—. No... no era así. No lo haría. 

Thompson ajustó su tono, tratando de sonar lo más comprensivo posible.

—Lo que te quiero preguntar, señor Rodney, es si Jacob estaba atravesando algún tipo de crisis en su vida. Algo que pudiera haberlo llevado a querer alejarse, aunque no lo admitiera abiertamente. A veces, las personas toman decisiones como esa cuando sienten que no tienen otra salida.

Scott apretó los dientes, sintiendo cómo las palabras de Thompson lo golpeaban en el estómago. La idea de que Jacob simplemente se fuera, de que estuviera tan perdido dentro de sí mismo como para dejar atrás todo... no podía ser.

—Imposible! —exclamó tajantemente. Incluso si ese fuera el caso, no creo que esa sea su manera de irse de fuga. Dejando todas sus cosas? Y dices que encontraron la tienda de acampar intacta? Ni si quiera eso se habría llevado? 

—Bueno, no es como si fuera una teoría tan sólida, pero no pudimos pasar por alta tal posibilidad... 

—Tiene algo más que agregar?

—No, eso es todo. Si sabemos algo más, será el primero en saberlo, pero si le soy sincero, yo que usted no me llenaría de falsas esperanzas, dudo mucho que se sepa más de su amigo—. Thompson no quería ser duro en sus palabras, pero no quería decirle nada que no sea cierto; y lo cierto es que para ese punto la estación ya estaba harta de tratar el mismo caso una y otra vez, dejándolo siempre en una desaparición inexplicable, y una investigación que no llevaba a nada.

—Gracias de todos modos...

Y colgó.

Thompson dejó el auricular en su lugar, mirando el informe sobre su escritorio. A pesar de los años en el trabajo, estos casos siempre dejaban una marca. Pero era su deber seguir adelante. Tomó el informe, lo colocó en una carpeta marcada como "casos no resueltos" y lo deslizó en un archivador ya abarrotado.

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