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Juana de Ibarbourou

¡Hola queridos poetas!

Bienvenidos a un nuevo apartado de Grandes Poetas de la Historia.

El mes de Septiembre se lo queremos dedicar a Juana de Ibarbourou, poetisa uruguaya, conocida por cultivar una lirica muy característica y personal.

Artículo realizado por: Claudyan

Biografía:

Juana Fernández Morales, nació el 8 de marzo de 1892 en Melo, poetisa uruguaya considerada una de las voces más personales de la lírica hispanoamericana de principios del siglo XX, su madre, Valentina Morales, era descendiente de una antigua familia de origen español afincada en la zona desde finales del siglo XVIII y su padre, Vicente Fernández, un inmigrante gallego nacido en Lugo que, a pesar de saber apenas leer, le recitaba a Juana de pequeña los versos de los poetas de su tierra.

Vivió en su ciudad natal hasta los 18 años, y fue allí donde comenzó a escribir. En su libro Chico Carlo refleja sus vivencias de la niñez. Luego se mudó a la cuidad Montevideo, a una casa ubicada en Asilo, entre las calles Pernas y Comercio, donde vivió durante tres años. Se hizo conocida como Juana de Ibarbourou, tomando el apellido de su marido, el capitán Lucas de Ibarbourou, con quien se casó a los veinte años.

Sus primeros poemas aparecieron en periódicos de la capital uruguaya (principalmente en La Razón) bajo el seudónimo de Jeannette d'Ibar, que pronto abandonaría. Comenzó su larga travesía lírica con los poemarios Las lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920) y Raíz salvaje (1922), todos ellos muy marcados por el modernismo, cuya influencia se percibe en la abundancia de imágenes sensoriales y cromáticas y de alusiones bíblicas y míticas, aunque siempre con un acento singular. Su temática tendía a la exaltación sentimental de la entrega amorosa, de la maternidad, de la belleza física y de la naturaleza. Por otra parte, imprimió a sus poemas un erotismo que constituye una de las vertientes capitales de su producción. Poco a poco su poesía se fue despojando del ropaje modernista para ganar en efusión y sinceridad. En La rosa de los vientos (1930) se adentra en el vanguardismo, rozando incluso las imágenes surrealistas. Con Estampas de la Biblia, Loores de Nuestra Señora e Invocación a San Isidro, todos de 1934, inició en cambio un camino hacia la poesía mística.

En la década de 1950 se publicaron sus libros Perdida (1950), Azor (1953) y Romances del destino (1955). En esta misma época, en Madrid, salieron a la luz sus Obras completas (1953), donde se incluyeron dos libros inéditos: Dualismo y Mensaje del escriba. De su obra poética posterior destaca Elegía (1967), libro en memoria de su marido.

La lírica de Ibarbourou; todos sus pensamientos arrancan de sus propias sensaciones. La naturaleza le atrae, la siente, y habla con ella, con el río y con el árbol; les da carne y sangre y hace que aparezcan ante nosotros con sus sufrimientos y alegrías. A veces recurre para ello a atrevidas imágenes; así describe el ciprés: "Parece un grito que ha cuajado en árbol / o un padrenuestro hecho ramaje quieto". Pero, ante todo, Juana de Ibarbourou es la voz del amor juvenil y ardoroso, de la mujer que se sabe admirada y deseada por el hombre y que lleva dentro de sí toda la fuerza de esa naturaleza que ama ("Besarás mil mujeres, más ninguna / te dará esta impresión de arroyo y selva / que yo te doy"). Para ella el amor no es sino una forma de participación en el misterio continuo del mundo: "Somos grandes y solos sobre el haz de las campos", le dirá a su amado. Siempre se encuentra en su voz, exigida por la fuerza de sus sentimientos, una sinceridad total en el pensamiento, y al mismo tiempo la expresión violenta e ingenua de la pasión.

El aspecto más débil de su producción nos lo ofrecen sus versos narrativos, como los contenidos en Romances del destino (1955), en los que se evidencia una clara y no muy feliz influencia de Federico García Lorca. En 1967 publicó Elegía, obra dedicada a su esposo Lucas Ibarbourou, fallecido muchos años antes. Como su título indica, el libro es un apasionado pero contenido canto de amor entonado en voz baja; aunque contiene algunas exasperadas quejas, por todos los poemas cruza un dulce sosiego, una sosegada resignación. "Ahora, ¿qué hacer, caídos los dos brazos, / rodeada de crepúsculo y de bruma?", se pregunta ante su pérdida; sin embargo, algo la empuja a esperar que en alguna parte podrá recuperar aquel amor, que sigue vivo: "Nadie olvida porque yo no olvido, / y para que él no muera yo no muero".

En 1929 fue proclamada como "Juana de América" en el Palacio Legislativo del Uruguay, ceremonia que presidió el poeta "oficial" uruguayo Juan Zorrilla de San Martín y que contó con la participación del ensayista mexicano Alfonso Reyes. Además recibió numerosos reconocimientos: en el año 1931 su libro "La rosa de los vientos'' fue distinguido en la ciudad suiza de Ginebra, con la Orden Universal del Mérito Humano. En 1935 recibió la Medalla de Oro de Francisco Pizarro, en Perú. En 1947 fue elegida miembro de la Academia Nacional de Letras, con medalla de oro. En 1959 le fue concedido el Gran Premio Nacional de Literatura, que se otorgaba por primera vez.

Sus últimos años los vivió sola y recluida en una antigua residencia solariega situada en la Avenida 8 de octubre frente a la calle Mariano Moreno, en los límites del barrio de La Unión de Montevideo, donde falleció el 15 de julio de 1979.

Algunas de sus obras:

Poesía:

Las lenguas de diamante (1919)

Raíz salvaje (1922)

La rosa de los vientos (1930)

Perdida (1950)

Azor (1953)

Mensaje del escriba (1953)

Romances del Destino (1955)

Angor Dei (1967)

Elegía (1968)

Obra completa (Acervo del Estado) (1992)

Prosa:

Cántaro fresco (1920)

Ejemplario (1928)

Loores de Nuestra Señora (1934)

Estampas de la Biblia (1934)

Chico Carlo (1944)

Los sueños de Natacha (1945)

Canto Rodado (1958)

Juan Soldado (1971)

Algunos fragmentos de su poesía:

Mujer que te has venido con el alma estrujada

Por la ácida y torva vida de la ciudad:

Cúrate en el silencio, ama tu casa aislada,

Bendice este paréntesis, suave, de soledad.

— Tregua en el campo

Florí

para ti.

Córtame. Mi lirio

al nacer dudaba ser flor o ser cirio.

—El fuerte lazo

El amor es fragante como un ramo de rosas.

Amando, se poseen todas las primaveras.

Eros trae en su aljaba las flores olorosas

de todas las umbrías y todas las praderas.

— Amor

Lo quiero con la sangre, con el hueso,

con el ojo que mira y el aliento,

con la frente que inclina el pensamiento,

con este corazón caliente y preso.

—Como una sola flor desesperada

Y cantar, cantar, cantar

de mi alma embriagada y loca

bajo la lumbre solar.

—Estío

Lo que soy para ti

Cierva,

que come en tus manos la olorosa hierba.

Can

que sigue tus pasos doquiera que van.

Estrella

para ti doblada de sol y centella.

Fuente

que a tus pies ondula como una serpiente.

Flor

que para ti solo da mieles y olor.

Todo eso yo soy para ti,

mi alma en todas sus formas te di.

Cierva y can, astro y flor,

agua viva que glisa a tus pies,

Mi alma es

para ti,

Amor.

Curiosidades:

En 1938, fue invitada a un acto en la Universidad de Montevideo para hablar de su poesía y su obra creativa. Frente a la poeta chilena Gabriela Mistral y a la poeta argentina Alfonsina Storni dio una conferencia titulada "Casi en pantuflas", en la que rompía la idea romántica que trataban de erigir sus contemporáneos hombres y contó que el acto de creación poética ocurría en soledad, en un ambiente cotidiano.

Su primer libro, 'Las lenguas de diamante', con una carga erótica muy grande, publicado en 1919, se lo envió a Unamuno, por entonces rector de la Universidad de Salamanca, junto a una carta escrita con desparpajo y ejemplares para que le diera a Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez.

Actualmente, su casa del Departamento de Cerro Largo funciona como museo.

Todo el reconocimiento como escritora lo obtuvo antes de sus 30 años. El resto de su vida lo pasó encerrada en su casa, observando el mundo a través de la ventana, se supo que fue víctima de la violencia de su marido y de su hijo, sumida en la tristeza, comenzó a inyectarse pequeñas dosis de morfina.

Miguel de Unamuno mantuvo correspondencia con ella, Juan Ramón Jiménez y Federico García Lorca la visitaron en su casa de Montevideo. El poeta mexicano Alfonso Reyes y el peruano José Santos Chocano reivindicaron su figura; en los años 30 los poemas de Ibarbourou eran leídos y estudiados en los colegios de Latinoamérica.

Referencia:

https://www.biografiasyvidas.com/biografia/i/ibarbourou.htm

https://www.escritores.org/biografias/350-juana-de-ibarbourou?dt=1631674706402

https://emigracion.xunta.gal/es/conociendo-galicia/aprende/biografia/juana-ibarbourou

https://www.alohacriticon.com/literatura/escritores/juana-ibarbourou/

https://www.poemas-del-alma.com/juana-de-ibarbourou.htm#block-bio

https://www.todouruguay.net/la-intrigante-vida-de-juana-de-ibarbourou/

https://www.lr21.com.uy/cultura/329405-biografia-de-juana-de-ibarbourou-devela-el-calvario-de-la-poetisa

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