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9. Madame Lalaurie



Créalo o déjelo, hay fantasmas en la famosa casa embrujada del Barrio Francés en 1140 Royal St.

–States Item, March 7, 1966


Delphine Macarty nació en una familia de poder cerca del año 1775 en Nueva Orleans (Luisiana, Estados Unidos). Si no conocen mucho sobre su lugar de nacimiento, podemos decirles que es la cuna del Vudú – y de ahí en más las palabras sobrarán para explicarles que esta historia raya lo macabro de manera constante hasta tal punto de hacerse casi natural. En 1825, Delphine se casó con un médico más joven que ella (no sería su primer esposo) llamado Leonard Louis Nicolas Lalaurie. Se especula que Delphine estaba con él solo por conveniencia y que en verdad le odiaba.

Delphine compró en 1831 una propiedad en Royal Street 1140, solo un año después ya había construido una mansión de tres pisos allí – que hasta tenía una dependencia para esclavos. A esa propiedad la administró prácticamente sola.

Como era costumbre en la alta sociedad de esa época, los Lalaurie tenían esclavos que los asistían en los quehaceres de la vida cotidiana. Éstos vivían en la dependencia del edificio de Royal Street para poder estar disponibles para las necesidades de su ama y su familia.

La postura de Lalaurie variaba ante el ojo púbico. Ya que, si bien ella llegó hasta a emancipar a dos de sus esclavos, muchos comentaban que los que habían quedado en la casa se veían demacrados y en mal estado. En un momento, los rumores del maltrato fueron tantos que un abogado le dio una visita para ver cómo estaban y recordarles las leyes sobre el mantenimiento de sus esclavos. En dicha visita, el abogado no encontró evidencia alguna de maltrato hacia los sirvientes; así mismo, Madame Lalaurie le cautivó con su belleza y su atención, cosa que convenció al abogado de que aquella amable y hermosa mujer jamás sería capaz de hacer algo tan cruel en contra de sus sirvientes.

En 1834 un incendio, que vio su origen en la cocina, afectó la mansión de los Lalaurie atrayendo así la presencia no solo de los bomberos sino también de la policía de la época. Para cuando los que debían intervenir ingresaron al recinto, encontraron a una esclava de unos setenta años amarrada del tobillo al horno – era la cocinera. Más adelante la mujer declararía que el incendio no había sido un accidente, sino que ella lo había provocado mientras intentaba quitarse la vida. La desesperación por no permitir que la llevasen al ático para castigarla la había llevado a intentar quitarse la vida. Según la cocinera, quien subía jamás regresaba.

De acuerdo a cómo cuentan la historia, la gente que se encontraba en las proximidades intentó entrar en la dependencia de los sirvientes para asegurarse de que todos fuesen evacuados. Los Lalaurie se negaron a proporcionar las llaves que abrían esas puertas, fue por eso que las tumbaron. Fue allí cuando encontraron algo que jamás hubiesen creído posible. Como todos bien sabemos, a veces la realidad vence a la ficción. Siete esclavos se encontraban suspendidos por el cuello; mutilados en mayor o menor medida, con extremidades estiradas y/o rajadas – estas heridas fueron señales claras de que se los había torturado; las pobres víctimas parecían haber estado encarceladas por unos cuantos meses.

Uno de los testigos, el juez Jean-Francois Canonge, declaró haber encontrado además a "una negra... utilizando un collar de hierro" y "una vieja mujer negra que había recibido una herida muy profunda en su cabeza [que estaba] demasiado débil para poder caminar". Cuando Canonge interrogó a Leonard Lalaurie sobre el asunto, este contestó insolentemente que "algunas personas debían quedarse en su casa en lugar de ir a las casas de otras para dictar leyes y meterse en las vidas de los demás".

Cuando el descubrimiento de la tortura de esclavos de los Lalaurie se hizo público, una muchedumbre de gente enfurecida atacó la residencia demoliendo y destruyendo todo lo que pudieron a su paso. La policía fue enviada a dispersar la multitud, pero para cuando se fueron la propiedad en Royal Street ya había sufrido daños importantes, hasta se podía decir que casi solo quedaban las paredes.

Los esclavos torturados fueron trasladados a una cárcel local y para el doce de abril de ese año, unas 4.000 mil personas ya habían ido a verlos para "convencerse de su sufrimiento".

Al juez Canonge no le gustó el tono con que Leonard Lalaurie le habló al momento del incendio y fue por eso que abrió una investigación. Se ordenó excavar en los jardines, donde fueron exhumados varios cadáveres; del fondo del pozo se sacó otro más, correspondiente a un niño. Los hallazgos exaltaron aún más a la gente y fue necesario seguir a puerta cerrada.

Se presume que Delphine Lalaurie se escapó durante los disturbios que siguieron al incendio y que se marchó a París a pasar el resto de sus días.


La residencia de tres pisos que aún sigue en pie en 1140 de Royal Street, Nueva Orleans, es considerada una de las casas embrujadas más espeluznantes de Estados Unidos.

Si bien ante las visitas los esclavos tenían con su ama una relación tradicional, a puertas cerradas eso cambiaba radicalmente. Durante un episodio antes del incendio, una niña saltó por una ventana al ser perseguida por Madame Lalaurie y su látigo. Falleció y fue enterrada en el patio. Como hubo testigos que se quejaron debido a semejante hecho, la justicia obligó a los Lalaurie a soltar siete esclavos. Estos no vivieron los efectos de la libertad lejos de los Lalaurie por mucho tiempo ya que el matrimonio usó sus conexiones para volver a comprarlos.

Se dice que bajo el techo de la mansión cosas horrendas ocurrieron y de ellas algunas evidencias quedaron, aunque las fuentes no fueron confirmadas de manera oficial. Entre los rumores, uno que cobró mucha fuerza al pasar de los años afirma que había esclavos en diminutas jaulas y restos humanos en descomposición. Además, también había cabezas y órganos almacenados en jarros de cristal. El lugar en que se los torturaba, aparentemente, era el ático y entre los esclavos se decía que quien subía a ser castigado jamás regresaba.

Luego de la fuga de los Lalaurie la casa quedó desierta y algunos vagabundos quedaban allí para poder pasar la noche. Quienes osaban pasar allí la velada salían despavoridos por los espíritus que en ella habían quedado atrapados. Hasta varios rumores hablaban de gente que había ingresado a la mansión para jamás regresar.

Un gran magnate de la ciudad la compró para poco tiempo después también escapar aterrorizado debido a los sucesos extraños que ocurrían en la mansión. El edificio tiempo después fue redecorado para alquiler de inquilinos y muchos de ellos afirmaron escuchar lamentos durante la noche, voces de ultratumba y ruidos inexplicables.

Los rumores sobre la tortura de madame Lalaurie fue tan grande que se dice que al redecorar el lugar y levantar los tablones de madera del tercer piso, se encontraron setenta y cinco cadáveres de esclavos que jamás habían visto la luz hasta ese momento. En 2007, el famoso actor Nicholas Cage compró la propiedad. En 2009 se subastó y quien compró la propiedad organizó tours paranormales por la mansión que hasta el día de hoy se llevan a cabo.


Uno de los tantos relatos sobre el tema explica que a Delphine Lalaurie le gustaba hundir sus manos en los cuerpos hasta penetrar la piel, para después consumir la sangre que emanaba de las heridas. Múltiples esqueletos humanos fueron encontrados en el patio trasero de la mansión, así como en un pozo seco que se encontraba cerca de la misma. Debido a esto se le llamó de diversas maneras pero todas eran horripilantes. Algunos de los apodos que se ganó eran: "La carnicera de Nueva Orleans", "La bruja de Royal Street" y "El monstruo de Luisiana".

Si bien muchas historias se hicieron populares sobre el tema, fue después de 1945 que las historias de los esclavos de LaLaurie se volvieron considerablemente más explícitas. Jeanne deLavigne, escribió en la publicación Ghost Stories of old New Orleans (en español, Historias de Fantasmas en la Antigua Nueva Orleans), que supuestamente LaLaurie tenía un "sadístico apetito que no parecía saciarse sino hasta que infligía en uno o más de sus esclavos una terrible forma de tortura" e indicó que las personas que respondieron al incendio de 1834 habían encontrado "esclavos, completamente desnudos, encadenados a la pared, con los ojos arrancados, sus uñas arrancadas de raíz; otros tenían sus articulaciones completamente raspadas e infectadas, agujeros grandes en sus nalgas de donde se había arrancado un pedazo de carne, sus orejas colgando de sus cabezas, sus labios amarrados... intestinos al aire y amarrados alrededor de sus cinturas desnudas. Había agujeros en sus cráneos, en donde un palo había sido utilizado para batir los cerebros". DeLavigne no citó ninguna fuente directa de estas acusaciones, y no fueron confirmadas por las fuentes principales.

La historia fue también popularizada y exagerada en Journey Into Darkness: Ghosts and Vampires of New Orleans de 1998 (en español, Viaje a la Oscuridad: Fantasmas y Vampiros de Nueva Orleans) de Kalila Katherina Smith, la dueña de un tour de fantasmas en la ciudad. El libro de Smith añadía varios detalles más explícitos a los descubrimientos que supuestamente habían hecho los rescatadores en el incendio de 1834, incluyendo una "víctima a la que claramente le habían amputado los brazos y su piel había sido arrancada en un patrón circular, haciéndola ver como un gusano," y otra a la que le habían roto los brazos y vueltos a acomodar "en ángulos extraños que la hacían ver como un cangrejo humano. ​ Muchos de los detalles en el libro de Smith no tenían fuentes, y otros no fueron confirmados por las fuentes primarias citadas.

Hoy en día, muchas de las nuevas versiones del mito de LaLaurie utilizan las versiones de Smith y deLavigne como fuentes para describir torturas explícitas, y para elevar el número de esclavos que murieron bajo el cuidado de LaLaurie hasta cerca de los cien. Esto se puede ver en la serie americana de terror llamada American Horror Story: Coven.


 1- de Bachellé Seebold, Herman Boehm (1941). Old Louisiana Plantation Homes and Family Trees.

2- Cable, George Washington (1888). Strange True Stories of Louisiana.

3- Smith, Kalila Katherina (1998). Haunted History Tours presents... Journey Into Darkness: Ghosts & Vampires of New Orleans.

4- DeLavigne, Jeanne (1946). Ghost Stories of Old New Orleans.

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