
6. Jack el Destripador
"From Hell.
Me Lusk, sor, I send you half the kidney I took from one women preserved it for you tother piece a fried and ate, it was very nise. I may send you the bloody knif that took it out if you only wate a whil longer. Signied catch me when you can. Mister Lusk." (Evans & Skinner, 2013)
Desde el infierno.
Mr. Lusk, señor, os envío la mitad de un riñón que tomé de una mujer, la preservé para vosotros. La otra pieza la freí y me la comí, fue muy desagradable. Quizá os envíe el cuchillo ensangrentado que saqué si solo aguardáis un poco más. Firma, atrápame cuando puedas (si puedes). Míster Lusk.
Actualmente no hubiera sido un problema atrapar a un asesino como Jack, pero en aquella época el ADN era un sueño utópico de los científicos forenses.
Las frías y solitarias calles de Whitechapel se llenarían de horror y miedo por la aparición de un asesino serial en la ciudad, detrás de nuevas víctimas. Estos atroces actos se convirtieron en leyendas que recorrían cada rincón de Inglaterra, tétricas historias que los abuelos le contaban a sus nietos para darles un susto.
Con una forma muy particular de tratar el cuerpo de sus víctimas, estas escenas se convirtieron en un punto de encuentro recurrente para el departamento de policía de Whitechapel, quien trabajaría arduamente para encontrar al asesino.
Su modus operandi era sencillo: seleccionaba a mujeres jóvenes y bellas, reconocidas en los burdeles de la zona.
Al atrapar a sus víctimas, las mataba en un callejón oscuro. Abría su cuerpo y extraía algunos de sus órganos. Y sin dejar pista alguna de su identidad, el resultado era un duro trabajo para los detectives, escena tras escena. Según los registros policiales en solo doce semanas le quitó la vida a cinco mujeres de Whitechapel.
Con una única pista a seguir, los detectives se pusieron en marcha e investigaron a más de cien sospechosos que calzaban con el perfil de asesino que tenían: hombre de alta alcurnia y doctor. La forma extravagante en que seccionaba a sus víctimas dejaba en claro que esta persona sabía muy bien lo que hacía.
Su primera víctima fue Mary Ann Nichols, quien fue descubierta el 31 de Agosto de 1888. Fue encontrada en un callejón llamado Bucks Row, con sus ropas intactas. A la mujer le habían cercenado el cuello y su estómago presentaba cortes, sobre todo del lado derecho.
La segunda víctima fue Annie Chapman. Su muerte se produjo el 8 de setiembre de 1888. Fue encontrada en Hanbury Street. Igual que la primera víctima tenía el cuello cortado, el estómago rajado y trozos de su intestino fueron colocados sobre su hombro. Lo que llamó la atención de los detectives fue que la parte inferior del útero había sido removida con un corte tan preciso que solo un diestro cirujano podría lograrlo.
La única pista que podían seguir era su manera de asesinar a las víctimas, para aquella época saber de cirugía era poco común, por lo que pensaban que el asesino era doctor o tenía un gran conocimiento en el campo de la medicina.
"Dear Boss,
I keep on hearing the police have caught me but they won't fix me just yet. I have laughed when they look so clever and talk about being on the right track. That joke about leather apron gave me real fits. I am down on whores and I shant quit ripping them till I do get buckled. Grand work the last job was. I gave the lady no time to squeal. How can they catch me now. I love my work and to start again. You will soon hear of me with my funny little games. I save some of the proper ref stuff in a ginger beer bottle over the last job to write with but it went thick like glue and I can't use it. Red ink is fit enough i hope, ha ha. The next job I do I shall nice and sharp I want to get to work right away if I get the chance. Good luck. Your truly,
Jack the Ripper.
Don't mind me giving the trade name p. PS wasnt good enough to post this before I got all the red ink off my hands curse it no luck yet. They say I'm a doctor now, ha ha." (Evans & Skinner, 2013)
Querido Jefe,
Constantemente oigo que la policía me ha atrapado pero no me echarán el guante todavía. Me he reído cuando parecen tan listos y dicen que están tras la pista correcta. Ese chiste sobre "mandil de cuero" me hizo partirme de la risa. Odio las prostitutas y no dejaré de destriparlas hasta que me harte. El último fue un trabajo grandioso. No le di tiempo ni de gritar. ¿Cómo me atraparán ahora? Me encanta mi trabajo y quiero empezarlo de nuevo si tengo la oportunidad. Pronto oirán hablar de mí y de mis divertidos juegos. Guardé algo de la sustancia roja en una botella de cerveza de jengibre para escribir, pero se puso tan espesa como la goma y no la puedo usar. Tinta roja tendrá que ser suficiente, o eso espero, ja ja. El siguiente trabajo le cortaré las orejas a la dama y lo enviaré a la policía para divertirme. Guarden esta carta en secreto hasta que haya hecho un poco más de mi trabajo y después publiquenla sin rodeos. Mi cuchillo es tan bonito y afilado que quisiera ponerme a trabajar ahora mismo si tengo la oportunidad. Buena suerte.
Sinceramente suyo, Jack El Destripador.
No se molesten si les doy mi nombre profesional. No estaba bastante bien para enviar esto antes de quitarme la tinta roja de mis manos. Maldita sea, no ha habido suerte todavía y ahora dicen que soy médico. Ja ja.
El asesino se había encargado de mantener a la policía en su propio juego, siendo él la única persona en conocer el siguiente paso. Y se tomó el tiempo de redactar documentos que iban dirigidos hacia los detectives y otros. En la carta "Dear Boss" dejó en claro que sigue cuidadosamente los pasos de la policía y que conoce cada uno de sus movimientos. Además, describe meticulosamente algunos de los detalles de los asesinatos que había cometido, y no solo dio detalles de su crimen pasado, sino que anunció que pronto caería otra víctima. Además se dio a la tarea de encontrar un apodo para sí mismo: Jack el destripador.
La policía publicó la carta en el periódico local, con la esperanza de que alguien lograra reconocer la caligrafía del asesino, sin embargo lo único que consiguieron fue alertar a la ciudadanía y activar el pánico entre sus habitantes.
A los tres días de recibir esta carta el departamento de policía fue llamado a otra escena del crimen. Esta vez se trataba de Elizabeth Stride, pero en esta ocasión Jack había sido interrumpido, a pesar de que ya le había cortado el cuello de lado a lado, no logró destripar a su víctima como lo había hecho con las anteriores. Tras lo sucedido, es misma noche se encontró otro cuerpo, Catherine Eddowed, víctima que más sufrió los atroces actos del verdugo inglés. Un detalle que destacó en aquella escena fue un escrito que había dejado en la pared, con tiza, que rápidamente fue borrado de la calle: "The Juwes see the men that will be not blamed for nothing" (los Juwes son los hombres que no serán culpados por nada). Lo que hizo que los judíos estuviesen bajo la lupa de la policía por un largo tiempo.
A pesar de su gran esfuerzo por mantener su identidad en secreto y su astucia para manejar a la policía, no consiguió seguir encubierto. Ya que, cuando él estaba cometiendo uno de sus crímenes, fue visto por un par de peatones que circulaban por la zona. Israel Schwartz y Joseph Lawende, quienes dieron una descripción detallada de lo que habían visto. Y el 6 de Octubre de 1888 se publicó una carta en el periódico local de Whitechapel.
"You though your-self very clever I reckon when you informed the police. But you made a mistake if you though I dident see you. Now I know me and I see your little game, and I mean to finish you and send your ears to your wife if you show this to the police or help them if you do I will finish you. It no use your trying to get my way. Because I have you when you don't expect it and I keep my word as you soon see and you up. Yours truly Jack the Ripper.
PS you see I know your address." (Evans & Skinner, 2013)
Pensaste que eras inteligente, cuando informaste a la policía, fue un gran error si creíste que no te había visto. Ahora te conozco y sé tu pequeño juego, y voy a acabar contigo y enviaré tus orejas a donde tu esposa si le llegas a mostrar esto a la policía o de alguna forma les ayudas. Prometo que si lo haces mantendré mi palabra y apenas te vea, estarás muerto. Por qué lo haré cuando no lo esperes, y cumpliré mi palabra. Sinceramente Jack El Destripador.
PS: Sé tu dirección.
Esta carta fue enviada por el mismísimo Jack, quien alertaba a los testigos y les enviaba una sutil amenaza, los testigos describieron al asesino así: alto, usaba una capa negra, atuendo negro y un sombrero de copa alto del mismo color.
Sin dudas una descripción básica, pero algo por donde comenzar. En aquella época Conan Doyle, autor de los cuentos de Sherlock Holmes, intervino con una teoría que abrió los horizontes de investigación. Él planteaba que el criminal que todo Whitechapel estaba buscando era una chica. Sí, una mujer según planteó el escritor inglés. La chica se disfrazaba de hombre para cometer el crimen y después escabullirse del lugar justo en frente de las narices de la policía.
La lista de sospechosos parecía aumentar y era algo que no favorecía a la investigación. Más de quinientos sospechosos fueron interrogados, dicha lista la componían grandes personajes de aquella época: ilustres autores, cirujanos, pintores, sin embargo ninguno de ellos fue encarcelado.
La carta "From Hell", fue enviada a George Lusk quien era el presidente del comité de vigilancia de Whitechapel. Esto sucedió el 16 de octubre, junto con la carta, Jack envió un riñón que pertenecía a una de las víctimas, la cual ya había sido encontrada por el equipo de investigación.
Justo cuando la policía había dejado de escuchar de Jack y asistir a sus escenas del crimen, el 9 de noviembre recibieron la noticia de la aparición de un nuevo cuerpo, Mary Kelly fue encontrada en Miller's Court, en Dorset Street. Jack desfiguró su rostro y despellejó su cuerpo.
Siendo esta su última víctima, nadie supo más de Jack el Destripador. ¿Se habría muerto?, ¿se habría ido de la ciudad?, ¿lo encarcelaron por algún otro cargo? Su final es algo que sigue siendo una incógnita hoy en día. Después de su desaparición, se le adjudicaron trece asesinatos más, mujeres en las mismas condiciones que sus primeras cinco víctimas.
En los últimos años se han creado teorías acerca de quién fue el carnicero de Whitechapel. En 1970 Thomas Stowell planteó que todo había sido una conspiración de la corona para cubrir los crímenes cometidos por el mismísimo nieto de la Reina, Albert Víctor.
Años más tarde, la autora Patricia Cornwell se encargó de dirigir su propia investigación. Quería comprobar la hipótesis que había construido: según su investigación, todo apuntaba a que el famoso asesino de Inglaterra era Walter Sickert, un pintor conocido de la época, quien fue relacionado como sospechoso pero fue absuelto de todo cargo.
En 1890, Aaron Kośmiński, un polaco judío que vivía en la ciudad desde 1882, fue arrestado como el principal sospechoso y confrontado a un testigo que aseguró haberlo visto de la mano de una de las víctimas poco antes de ser asesinada. El testigo lo identificó despejando toda duda al respecto, sin embargo, más tarde se retractó de su testimonio negándose a testimoniar en contra de Kośmiński.
En 2007, llegó a manos de Russell Edwards, a través de una subasta, el presunto chal ensangrentado de Catherine Eddowes, la segunda víctima de Jack el Destripador. Edwards envió la prenda a Jari Louhelainen, profesor de biología molecular, quien encontró en la tela dos tipos de sangre, además de restos de semen. Extraída la prueba genética de la ropa, fue comparada con los genes de descendientes de Kośmiński por un lado, y de Eddowes, por otro. La prueba confirmó que, en efecto, el chal contenía restos de ADN de Catherine Eddowes y Aaron Kośmiński.
Pero la teoría de Russell Edwards tuvo adeptos como detractores en igual cantidad, por lo que la identidad de Jack el Destripador, a pesar de las muchas hipótesis que al día de hoy circulan, sigue siendo un misterio.
1. Casebook: Jack the Ripper - Ripper Letters. (2018). Extraído de: https://www.casebook.org/ripper_letters.
2. El caso de Jack el Destripador. (2018). Grandes Enigmas De La Humanidad, (5). Extraído de: https://es.scribd.com/document/162843753/5-El-Caso-de-Jack-El-Destripador
3. Cornwell, P., & Reading, K. (2002). Portrait of a killer. Santa Ana, Calif.: Books on Tape.
4. Evans, S., & Skinner, K. (2013). Jack the ripper: Letters from hell. New York: The History Press.
5. Gordon, R. (2001). Alias Jack the Ripper. Jefferson, N.C.: McFarland & Co.
6. Edwards, R. Naming Jack the Ripper.
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